Modelos clásicos

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El proceso creativo


Dentro de los modelos clásicos se describen las etapas del proceso creativo. A. Etapas del proceso creativo Los autores que se han centrado en el estudio del proceso creativo nos han hecho ver que ser creativo está al alcance de cualquier persona. Con mayor o menor esfuerzo, con mayor o menor entrenamiento previo, con distintos grados de fortuna, todos podemos ser creativos. Se trata de tener claros los pasos del proceso y seguirlos con la actitud positiva necesaria. Entre los autores más significativos por sus aportaciones a la comprensión del proceso creativo se mencionarán a John Dewey, Henri Poincaré, Graham Wallas, Joy Paul Guilfordy y Joseph Rossman. Los diferentes autores han propuesto varios modelos teóricos. En lo esencial, todos los modelos están de acuerdo con las cinco etapas básicas definidas en 1910 por John Dewey para el proceso de resolución de problemas que veremos a continuación. Nos interesarán sus pautas porque al fin y al cabo la creatividad implica siempre la superación de un reto, una dificultad, una carencia, una insuficiencia, una insatisfacción o una molestia. En definitiva, de un problema. John Dewey (1910) describe la actividad interna del sujeto para la resolución de un problema en cinco etapas: 1. Percepción de la dificultad o problema: sentir que hay una dificultad. 2. Definición del problema y delimitación del mismo: localizar y definir la dificultad. 3. Generación de ideas y soluciones: sugerir posibles soluciones. 4. Evaluación crítica de las soluciones: considerar las consecuencias de estas soluciones. 5. Aceptación de la solución más adecuada: aceptar la solución. Henri Poincaré (1913) y Graham Wallas (1926) le añaden al modelo de Dewey dos subetapas dentro de la fase de “Generación de ideas y soluciones”, la incubación y la iluminación, llegando a la conclusión de que en todos los actos creativos existen cuatro etapas comunes: 1. Preparación: análisis del problema y recogida de información. Búsqueda de una idea nueva. 2. Incubación: se produce en el inconsciente. Es un abandono momentáneo del problema. Dejar de lado la idea durante un período de tiempo. 3. Iluminación: surgimiento espontáneo de la solución (concepción mítica). El momento en que, finalmente, emerge la nueva idea. 4. Verificación: comprobación de la validez de las ideas. Incubación: consiste en relajar la mente cuando ha transcurrido el tiempo de reflexión y no hemos hallado la solución deseada a pesar de los esfuerzos realizados. Se trata de dejar reposar la mente racional para que el inconsciente cognitivo pueda aflorar y nos aporte de manera súbita y en el momento menos esperado. Está comprobado que durante la incubación las ideas se agitan por debajo del umbral de conciencia y se realizan conexiones espontáneas de manera automática. Pueden llegar a producirse combinaciones y asociaciones de ideas totalmente insólitas.

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Iluminación: cuando la idea creativa salta del procesamiento interior al consciente; también llamada inspiración, comprensión súbita o insight. La solución surge de improviso, es cuando todo cobra sentido, está relacionado y claro. Se trata de una fase de júbilo y entusiasmo, en la que el esfuerzo invertido obtiene su recompensa.

Poincaré destaca la importancia que tiene la intuición en los procesos creativos de todo tipo. El creador escoge un problema particular porque “intuye” que sabrá hallarle soluciones novedosas. Luego, aplica todas sus capacidades mentales a la búsqueda de soluciones nuevas: sus instintos, sus emociones, sus intuiciones, sus razonamientos y su capacidad de planificación. Joseph Roosman (1931) desarrolló las fases del proceso creador en siete etapas: 1. Observación de necesidad o dificultad: se tiene un problema que se desea resolver. 2. Formulación del problema: se define el problema y se reconoce la situación. En muchas ocasiones una formulación adecuada resulta ser muy importante para solucionar el problema. Se debe formular de manera general y amplia. 3. Revisión de la información disponible: se hace una búsqueda de los elementos que conforman el problema. 4. Formulación de soluciones: se da una serie de soluciones para acabar con el problema. Se debe intentar no inhibir ni valorar las ideas demasiado pronto. 5. Examen crítico de las soluciones: se comprueba que esas soluciones son viables. 6. Formulación de nuevas ideas: una vez seleccionadas las ideas válidas para soluciones el problema se proponen nuevas soluciones. 7. Examen y aceptación de las nuevas ideas: se analizan las nuevas soluciones para comprobar si alguna de ellas ayuda a resolver el problema. Rossman nos hace notar la necesidad que hay de añadir una etapa de “Revisión de la información disponible” entre las etapas 2 y 3. Es importante que si vemos que carecemos de información importante, la busquemos con empeño antes de empezar a generar ideas y propuestas de solución. Una falta de información o una información de partida errónea en la definición del problema nos pueden llevar a la más absoluta esterilidad en nuestras reflexiones. Se trata de acopiar, contactar, recoger y asimilar una cantidad importante y variada de información como materia prima a procesar en las etapas siguientes.

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Sintetizando y comparando los modelos de los distintos autores, obtenemos: Dewey Encontrar el problema Definir el problema

Posibles soluciones Analizar las consecuencias

Poincaré/Wallas

Preparación Incubación Iluminación Verificación

Aceptar la solución

Rossman Observar una dificultad Formular el problema Revisar la información Formular las soluciones Examinar las soluciones Formular nuevas ideas Aceptar nuevas ideas

Es muy difícil hallar la solución válida a un problema sin transpiración (o dicho de otra manera, trabajo); el cambio entre períodos de transpiración intensiva y relajación e incubación del problema son la mejor garantía de que lleguemos a encontrar el concepto clave que nos desbloqueará la mente y nos iluminará con la solución deseada. Después de las etapas prescriptivas de “detección del problema”, “definición y delimitación del problema” y “preparación y recopilación de la información disponible”, cuando entramos en la búsqueda de ideas para soluciones, puede ser que se produzca de manera instantánea la iluminación de nuestra mente con el concepto clave necesario. Ocurre muy pocas veces y es lo que llamamos inspiración instantánea. Lo normal es que tengamos un bloqueo mental, que las dificultades para hallar la solución nos obliguen a trabajar duro probando una y otra vez caminos que de entrada no aportan lo que buscamos. La transpiración se puede realizar de manera caótica, sin orden ni acierto, o por el contrario, podemos realizarla aplicando estrategias mentales adecuadas para ser más eficaces. Las investigaciones realizadas sobre el proceso mental de la creación han permitido elaborar una serie de técnicas y métodos de ayuda a la creatividad que merece la pena conocer y aplicar porque se ha demostrado que son una ayuda importante. Si, a pesar de la transpiración intensiva, no somos capaces de hallar la solución, la mejor recomendación de Poincaré, Wallas y muchos otros autores es relajarse y olvidarse por un tiempo del problema. La historia está llena de casos de éxito en que las piezas del rompecabezas encajan gracias a la incubación del problema.

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A continuaci贸n se presenta el flujo c铆clico entre transpiraci贸n e inspiraci贸n.

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