Grupo Familiar, Tema 6: "YO OS BAUTIZO CON AGUA PERO ÉL.."

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INTRODUCCIÓN Estamos por entrar en un tiempo en el que nos sumergiremos en el río de Dios, de tal forma que como dice la escritura de nuestro interior broten ríos de Agua Viva: 50 Días Sumergidos en el Espíritu Santo. El objetivo central de esta campaña es la transformación de la Familia de la Iglesia, la esposa de Cristo. Jesús nos dijo en Hechos que “cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra”. El resultado que se espera de esta Campaña es conocer íntimamente al Espíritu Santo, aprender a escucharle y vivir siendo instrumentos de su Poder. PRINCIPIOS Al pensar en esta campaña de crecimiento espiritual Dios nos ha movido a concentrarnos en dos aspectos fundamentales que nos ayudarán a tener en nuestra iglesia un ambiente donde los corazones estén más receptivos y el Espíritu de Dios pueda obrar más efectivamente. 1. Oración intensa Esta campaña se construye con oración. El poder de Dios se derrama a través de la oración. Sin oración, esta campaña sólo será una serie de actividades agotadoras; pero con oración, estará llena de poder para provocar un cambio real en la vida de las personas. Es imperativo que en el liderazgo demos el ejemplo a la Familia de la Iglesia. La pasión por la oración en esta campaña debe empezar por nosotros. Sabemos que hay cosas que no sucederán sin oración. La oración hace que confiemos en Dios y no en los éxitos pasados. Tenemos establecidos horarios regulares para orar. - Oremos por la Familia de la iglesia Oremos para que durante 50 Días Sumergidos en el Espíritu Santo, nuestra gente crezca en la comunión con el Espíritu, aprendan a escucharle y a ser instrumentos de su poder. Oremos por una unidad genuina, y para servir con un espíritu de gozo y humildad. Oremos para que Dios continúe haciendo crecer a la iglesia en el amor y la esperanza de nuestro Señor Jesucristo, y para que la acción del Espíritu en sus vidas tenga como resultado el llevar a otros al evangelio. - Oremos por nuestra área de influencia Oremos para que el Espíritu Santo, el máximo agente de cambio, ayude a nuestra iglesia a extender su influencia dentro de nuestra comunidad, a través de los proyectos de alcance y evangelización (individuales y grupales). Mientras tanto, debemos comenzar a orar por un cambio de


corazón en la gente que va a conocer a Dios a través de la Iglesia. Creceremos espiritualmente al orar de esta manera, mientras vemos al Espíritu Santo hacer lo que sólo Él puede hacer en los demás. - Oración y ayuno Una de las mejores maneras de unificarnos a través de la oración, es que nos unamos en un ayuno espiritual. Proponemos realizar este ayuno el domingo anterior al inicio de campaña y romperlo después de finalizada nuestra Celebración. 2. Enfocarse Despejemos nuestro calendario. Hemos aprendido este principio a los golpes a través de lecciones dolorosas. Nuestra gente en general está ocupada. Por el bien de ellos y por el éxito de esta campaña, tenemos que dedicarle el tiempo que se necesita en el calendario para lograr el objetivo. Por unas pocas semanas, dejemos de lado otras cosas y experimentemos lo que es actuar “sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa” enfocándonos en esta campaña. ESTRATEGIAS La esencia de la campaña está sustentada por tres componentes: de lo micro a lo macro, del alcance pequeño al gran alcance. 1. Participación individual Este es el núcleo de la campaña: hacer que la gente se enfoque personalmente en los principios de la campaña a través de su propio programa de lectura. Cuando su meditación diaria los desafía a reflexionar sobre los temas de la campaña y a aplicarlos verdaderamente a sus vidas, la gente experimentará el poder transformador del Espíritu Santo a través de la Palabra de Dios. En este principio se apoya la campaña. Además, la gente memoriza un versículo por semana, durante las siete semanas que dura la campaña, para interiorizar estas verdades. Para la campaña de 50 Días Sumergidos en el Espíritu Santo, preparamos un Devocional Diario, que combina las lecturas diarias para reflexionar, con las enseñanzas del domingo, y da sustento al estudio semanal para grupos familiares.


2. Participación grupal Uno de los elementos más poderosos de la campaña es que alienta a la gente a explorar y experimentar una verdadera vida en el Espíritu. Los grupos familiares son el vehículo primario para causar un verdadero impacto con esta campaña. El formato de la reunión permite a la gente conversar sobre la incidencia de estos temas en sus vidas procurando resaltar la perspectiva de los cinco propósitos de Dios para la Iglesia: Ganar, Consolidar, discipular, enviar y Adorar. 3. Participación en el servicio de fin de semana Los fines de semana de la campaña permiten al equipo pastoral exponer, en su totalidad, cada uno de los temas ante toda la congregación. Esto debe incluir el cuidar la música e incorporar otras ideas creativas para llevar a cabo celebraciones de adoración significativas.



“YO OS BAUTIZO CON EL AGUA PERO ÉL…” Abra su grupo con una oración. Esto es sólo una guía. Escoja los puntos que quiera usar en referencia al tema. SU BAUTISMO 1. El bautismo para arrepentimiento El bautismo de Juan representa el primer paso necesario para llegar a Jesús, el arrepentimiento por nuestros pecados. El bautismo en aguas implica un corazón arrepentido que renuncia al pecado. El Señor ratifica el bautismo de Juan: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. (Mateo 28: 19). 2. El bautismo del Espíritu Santo El bautismo del Espíritu Santo es otorgado por Jesús, llena el corazón limpio del pecado y lo inviste de poder por medio del Espíritu Santo para realizar las obras de Jesús. Es anunciado por nuestro Señor a sus discípulos: “Porque Juan ciertamente bautizó con agua, más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”. (Hechos 1:5). 3. Pedro confirma ambos bautismos En el ejercicio de los apóstoles al predicar el evangelio de Jesús ellos continuaron enseñando ambos bautismos. “Pedro les dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare”. Todos los que creían eran bautizados en agua para arrepentimiento. Luego, los apóstoles oraban imponiéndoles las manos para que recibiesen el Espíritu Santo. “Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo” (Hechos 8:14-17).


“YO OS BAUTIZO CON EL AGUA PERO ÉL…” 4. Diferencia entre ser bautizado por el Espíritu Santo y tener al Espíritu Santo No haber sido bautizado por el Espíritu Santo no significa no tener al Espíritu Santo. Jesús mismo les dio a recibir el Espíritu a los discípulos antes de ser Bautizados en Espíritu Santo. "Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo." (Juan 20:22). 4.1. La llenura del Espíritu Santo Pablo nos enseña que al recibir la palabra de verdad y creer en el Señor somos sellados por el Espíritu Santo: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa” (Efesios 1:13). Claramente, estos versos nos expresan que al recibir la palabra y creer en nuestro Señor Jesucristo somos sellados por el Espíritu Santo. Dios nos sella como propiedad suya al creer en Cristo. El Espíritu Santo viene a morar en nuestras vidas para guiarnos a toda verdad y enseñarnos todas las cosas acerca de Dios. Él es nuestro Maestro y nuestro Consolador. 4.2. El bautismo del Espíritu Santo Y luego dice en Hechos 1:8 "Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”. El bautismo en el Espíritu Santo está caracterizado por la impartición de poder para predicar con denuedo la Palabra de Dios, tal como lo hizo Pedro en Pentecostés (Hechos 2:14-39). También se caracteriza por la manifestación de los dones del Espíritu Santo; peculiarmente se hace sobre todo notorio el hablar en lenguas: “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen”. (Hechos 2:4) 5. ¿Has sido bautizado en agua? ¿Has sido bautizado por el Espíritu Santo?



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