MI EXPERIENCIA LESBIANA CON LA SOLEDAD - muestra

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mi

experiencia lesbiana con la

soledad KABI NAGATA


[Capítulo 1] El comienzo

Y así, en junio de 2016, en mitad del día,

tuve frente a mí a una escort lesbiana.

En 28 años de vida aún no sabía lo que era tener pareja, ni siquiera quedar para una cita. No había tenido ninguna vivencia sexual. Por no tener, ni siquiera tenía experiencia como miembro relevante de la sociedad.


Je, je. En lo que a experiencia sexual se refiere, yo estaba en un nivel equivalente a lo que vendría a ser una recién nacida.

Y, hablando claro, aquella situación me hacía sentir de todo menos excitada.

...

Túmbate.

Para empezar, tenía un pelado de calvicie en la cabeza. Lo tenía escondido, pero aun así.

También tenía los brazos sembrados de cicatrices por los cortes y heridas que yo misma me había hecho. Aquello no había forma de esconderlo, claro.

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Nunca me había besado con nadie.

Por supuesto, nunca antes había solicitado a una escort.

Era la primera vez que entraba en un love hotel.*

No sabía dónde tenía que pagar el dinero luego.

Esto sale mucho en los dojinshi...** Así que también se hace de verdad...

*LOVE HOTEL: Tipo de hotel muy común en Japón que se reserva por horas y que las parejas suelen usar para tener sexo. **DOJINSHI: Tipo de manga dibujado y publicado por aficionados donde a menudo se narran encuentros sexuales entre personajes famosos del manga y el anime.

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¿E-Eh...?

Puede que...

Esto es...

Mm.

...se remonta diez años atrás.

...que me permitió vivir mi propia vida y convertirme por fin en adulta...

Esta historia, en la que explico cómo encontré la “dulce miel”...

¿Y cómo fue el encuentro?

¿Cómo es que reuní de repente el valor de contratar a una escort?


Han pasado diez años desde aquello.

Recuerdo el momento cuando comenzó mi sufrimiento.

Mi época de bachiller superior fue apacible y me gradué.

Voy a dejármelo...

...estaba deprimida y tenía un trastorno alimenticio.

Pero, tras medio año, abandoné mis estudios en la universidad.

Cuando quise darme cuenta...

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Había perdido el lugar al que pertenecía, el lugar al que debía acudir todos los días, y aquello me causaba una ansiedad tremenda.

Al perder las cosas que me daban forma sentí que desaparecía, como si me desmenuzara en pedacitos que se llevaba el viento.

Allí trabajaba feliz. Todo el mundo era amable.

Pensé que, si pasaba eso, mi corazón quedaría satisfecho y se curaría.

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Pensaba que todo mi ser consistía en pertenecer a un sitio, en tener un lugar al que acudir a diario.

Empecé enseguida a trabajar a tiempo parcial, 6 días a la semana.

Yo quería que aquel grupo de gente fuéramos como una familia.


Empecé a causar problemas. Llegaba tarde, salía antes de hora, faltaba al trabajo...

Si no podemos contar contigo no vas a poder seguir aquí.

Sin embargo, poco a poco se fue haciendo cada vez más duro, tanto física como mentalmente.

Esto no es una escuela.

Vaya... Debo haber entendido algo mal...

...ni cómo había ocurrido tal cosa.

Pero en aquel momento no fui capaz de comprender qué había entendido mal...

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Por supuesto, ahora lo sé perfectamente.

Con permiso...

Yo esperaba que aquel lugar donde trabajaba por horas fuera el lugar donde me aceptaran pasara lo que pasara.

Perdone, pero... ¿podría salir hoy antes?

Es un lugar donde se gana un salario a cambio de hacer un trabajo.

Si quería que me aceptaran pasara lo que pasara iba a tener que buscar en otro sitio.

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!!!

Pero, por supuesto, un trabajo por horas no es ese tipo de lugar.

No es un lugar donde pueda estar alguien que no trabaja en proporción al salario que cobra.


No tenía hambre, y pensaba que no era digna de comer nada.

Todavía tengo este tipo de pensamientos, y creo que hay algunos de los que aún no me he dado cuenta.

Era mucho más sensible al frío que una persona normal y a veces, cuando comía, terminaba enfermando de la barriga.

Por cierto, aunque mido 1 metro 67 centímetros, en aquel entonces tan solo pesaba 38 kilos.

Otros episodios de la serie “no soy digna de XX y si hago XX será un error terrible” podían ser:

En aquella época siempre tenía la piel destrozada. Los cortes no se me curaban nunca, y en cuanto llegaba el frío me salían llagas.

Pero cuando me ponía tan mal... me sentía feliz.

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Creía que entonces conseguiría un lugar donde estar.

...todavía me faltaba mucho. No estaba TAN mal.

Cuando leí aquello me sentí muy identificada.

Pero el dolor físico es fácil de comprender. Así puedo sosegarme.

Se crea un dolor sustituto donde la relación entre la causa y el dolor puede verse fácilmente, lo que calma enseguida la ansiedad producida por el dolor auténtico.

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Pensaba que, si me hacía daño, la gente se apiadaría de mí y bajaría su listón de exigencia. Creía que entonces me aceptarían.

Pero para poder estar en un lugar tan cálido y acogedor como una cama de hospital...

El dolor psicológico no es tangible. Es difícil com- Alguien que se prenderlo. autolesionaba dijo:

Pasó medio año.

Expresar con palabras un dolor psicológico invisible es una labor muy ardua que requiere de tiempo y esfuerzo.


Llegó un momento en el que di un cambio radical. Pasé de comer demasiado poco a comer en exceso.

Fue como si el interruptor de mi cuerpo, tras la malnutrición, se hubiera activado. Imagino que fue una reacción física muy natural.

Me atormentaban episodios en los que mi cuerpo ansiaba atracarse de comer con tal intensidad que sentía que mi cerebro estaba siendo controlado. Me era imposible predecirlos.

Lo que hacía en aquellos momentos era aguantarlos con todas mis fuerzas...

¡Voy un momento al lavabo! (mentira)

Si hubiera ocurrido una sola vez no habría sido grave, pero se repetía constantemente.

Tengo que volver enseguida... Ayayayay...

¡Con permiso!

...hasta que fingía ir al lavabo, pero en realidad entraba como una tromba en la sala de personal.

Me metía en la boca y engullía comida caducada que estaba almacenada allí tras retirarse de la venta.

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...solamente tenía fideos instantáneos.

Me los comía crudos.

Aunque intentara espolvorearlos con el polvo de la sopa este se escurría entre los huecos y no se pegaba nada.

En alguna ocasión...

No tenía tiempo de ponerles agua caliente y esperar tres minutos (se suponía que tendría que estar trabajando).

Los fideos deshidratados son muy duros, así que se manchaban de la sangre que me salía al morderlos.

Los bollos y las chucherías eran mucho más fáciles de comer, pero después acababa sintiendo naúseas.

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Pensaba que si alguien llegaba a verme pensaría que algo me había poseído.

Así, mi posición en aquel trabajo fue empeorando.

Seguramente los recuerdos de aquella época son los responsables de eso.

...intenté ir a trabajar, pero me derrumbé en el pasillo de mi casa. Era incapaz de moverme.

Finalmente, guardé un suministro de gelatina vegetal.

Por lo que yo he vivido, por mucho que se intenten hacer cosas así, a escondidas, es casi imposible que no te descubran.

Incluso ahora, diez años después de aquello, me sigue paralizando la idea de qué haré si quiero huir desesperadamente de un sitio que no me está permitido abandonar.

Después de medio año viviendo así, una mañana muy fría...

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Aquel día me despidieron del trabajo.

¡...!

Me he dejado una barra de gelatina medio comida dentro...

El taquillero...

Ah...

Ah...

Aquel día fui arrojada a un vacío negro y amargo, sin nada donde hacer pie.

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Perdí el único lugar candidato a ser el lugar donde yo pudiera estar.


Pero Hum. no llevas ningún vaso en la cabeza.

Esta ansiedad y miedo que siento...

...es como llevar un vaso lleno de agua en la cabeza constantemente y, si derramo aunque sea una sola gota, se acabó todo para mí.

Por cierto. Creo que mis padres no querían aceptar que su hija estaba enferma.

Creo que mis padres no tenían capacidad para encajar algo así.

Bueno. Debes descansar mucho.

El doctor me dijo,

cuando le visité.

Así que me quedo en casa para descansar mucho.

El doctor dice que descanse mucho.

¡¿Qué?!

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¿Pero no habías estado descansando todo este tiempo hasta ahora...?

Yo pensaba que si los demás no reconocían que me estaba esforzando...

...eso quería decir que, en realidad, daba exactamente igual cuánto me esforzara.

Hay gente que, cuando se siente rechazada en una cosa, se siente rechazada en todo.

No sé cuál de esos casos es el mío. Quizá todos sean mi caso. Quizá yo sea capaz de sentirme de todas esas maneras.

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O puede que ser rechazado por una persona Quizá concreta se convierta en ese 100%, ser rechaza- para emdo por todos pezar, era demasiay todo.

do poco.

Es como si te sientes rechazado al 95% y te rechazan otro 5% más.


Tampoco quiero molestar a ninguna amiga y que acabe cogiéndome manía.

Si me voy a casa de un familiar, la cosa terminará siendo un engorro, así que eso está descartado.

Creo que... ...no tengo ningún sitio adónde ir.

...por alguna razón no podía ir a ningún sitio.

...hacía falta algo diferente al dinero.

Tenía dinero, pero...

Parecía que para tener un lugar cálido que me acogiera...

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...y para relacionarse respetuosamente con otras personas. Sin embargo, en aquel momento yo todavía lo ignoraba.

Finalmente, volví a casa.

Varios años después, comprendí que ese “algo” diferente al dinero también hace falta para disfrutar de una comida rica, para mantenerse una cuidada y aseada...

No me lo puedo creer...

Había salido corriendo de casa porque ya no podía soportar más a mis padres, pero lo único que podía hacer en mi estado era depender de ellos.

Me decepcionó verme tan patética. Nunca pensé que fuera alguien tan impotente.

En los años que siguieron, llegué a tener ese pensamiento docenas de veces más.

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“He llegado a mi límite. Ya no puedo soportar decepcionarme más a mí misma”.


Por cierto, creo que la gente que intenta recuperarse en su casa también lo tiene muy difícil.

No puedo más... Sería mejor morirme...

Pero cuando me ponía a pensar en todas las ventajas de morirme en comparación con seguir viviendo...

¿Cómo podría morirme...?

...sorprendentemente, me ponía peor todavía.

¡No pienso morirme sin antes salir de esta cama y volver a ponerme en pie! Y así es como empecé a pensar.

Desde fuera puede verse a la gente que come demasiado de cierta forma, pero es algo realmente horrible.

Todos los días, veinticuatro horas al día. Ni un segundo de descanso. El sufrimiento era constante. Por muchas vueltas que le diera, estaba claro que era mejor morirme.

¡¡¡A LA MiERDA YA!!!

¡Si así es como voy a acabar, no tengo nada que perder!

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