GUANAJUATO HISTORIAS RESCATADAS
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GUANAJUATO HISTORIAS RESCATADAS
TITULO ORIGINAL GUANAJUATO, HISTORIAS RESCATADAS Acompaña a este volumen un DVD que contiene material Fotográfico a manera de Galería virtual y de uso en informática con sistema PC y MAC.
D.R.
2014 Emilio Romero Balandrán
Primera Edición Octubre de 2013 D.R.
2014 Cubierta: Plaza de la Paz: Fotografía de Emilio Romero Balandrán
ISBN: EN TRÁMITE
Impreso en México
Todos los Derechos Reservados: Esta publicación no puede ser reproducida ni en todo ni en partes, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por copia o cualquier otro sin el permiso previo, por escrito del Autor.
Este libro se terminó de imprimir en Septiembre de 2014 En: FAST PRINT GTO Av. Municipio Nº 60 Col. Municipio Libre Guanajuato, Gto. 36080 www.fastprintgto.com 473 732 1666
Presentación
Fotografía: Emilio Romero
Nacimos y nos desarrollamos en esta tierra, nuestras familias hicieron lo mismo para facilitarnos el camino a ese desarrollo, conocimos y tuvimos amigos entrañables; maestros que en la cátedra nos proporcionaron conocimiento, experiencias y ayudaron a forjarnos como profesionistas. Hicimos por igual a nuestras familias, les apoyamos facilitando ese camino hacia su superación en todos sentidos y estamos orgullosos de los resultados. Hoy la vida nos permite aportar este pequeño esfuerzo, con la idea primordial de rescatar, recuperar y plasmar para dejar constancia, de esas historias perdidas que contribuyeron a forjar esta tierra de nuestros amores. Por todo ello, dedicamos este esfuerzo, a todos nuestros estimados Maestros, a nuestros Amigos entrañables, a nuestras amadas familias, conformadas hoy por tres generaciones. Fundación Cultural Guanajuato, A.C. Fundador Emilio Romero Balandrán
Prefacio
Guanajuato “Historias Rescatadas” es una recuperación de diferentes y pequeñas historias, tanto familiares como individuales, protagonizadas por mujeres y hombres que con sus pequeñas contribuciones en variados campos del pensamiento, del conocimiento, la educación, la cultura, las artes y sobre todo, vivencias de carácter social, humanistas y altruistas, con las que engrandecieron este terruño del que hoy, miles de Guanajuatenses estamos orgullosos.
Una recopilación de historias verdaderas, sus entrecejos y la relación que existió entre ellas, para formalizar poco a poco un todo, un magnífico resultado que hoy llamamos GUANAJUATO. Ese GUANAJUATO de títulos como: “Patrimonio Cultural de la Humanidad”, “Capital Mundial del Patrimonio Cultural”, “Capital Cervantina de América”, “Capital Iberoamericana del Quijote”, “Ciudad Luz”, otorgados por diferentes organismos mundiales, que simplemente le confieren a la Ciudad y sus habitantes, la afirmación de su real y noble grandeza.
Mujeres y hombres que vivieron muy alejados del oficialismo galopante, de las candilejas oficiales y sociales, haciendo con su pensamiento, trabajo y creatividad, aportaciones que debemos agradecer; puesto que sus contribuciones dejaron onda huella en ese Guanajuato que se formalizó a través de los años. Ellos son sin duda, los Personajes real y verdaderamente Ilustres del GUANAJUATO vivo, del Guanajuato de carne y hueso, del Guanajuato engrandecido, orgulloso de los Títulos Nobiliarios obtenidos.
Mujeres y hombres…….Con Locuras Apasionadas
La cronología de los hechos y acontecimientos rescatados y recuperados, se situó en base a las diferentes décadas pasadas, hasta la actualidad con la finalidad de comprender realmente que en efecto, mujeres y hombres como los descritos contribuyeron significativamente a engrandecer la historia de la ciudad y recuperar para las futuras generaciones Las historias perdidas hoy Rescatadas. Un especial agradecimiento a nuestros magníficos amigos, Investigadores y colaboradores Socios de la FUNDACION CULTURAL GUANAJUATO, A.C.
Índice
Guanajuato La historia
11
Historia rescatada—
21
William Henry Jackson
Historia rescatada—Arts
Historia rescatada —
Mea Vita
25
Don Filiberto
35
Historia rescatada—Pósitos
41
Nº 47
Historia rescatada—Don
José Manuel Romero Fonseca
47
Historia rescatada—Don
Emilio Romero Araujo
67
Historia rescatada—La
peculiar “Nomenclatura” de calles y callejones de Guanajuato
Historia rescatada—Monumento
Historia rescatada—Nacimiento
Historia rescatada—Y...Nació
Historia rescatada—
al Pípila
turístico de Guanajuato
un Festival
Pregones y pregoneros
Historia rescatada—Rescate
del Patrimonio Cultural Edificado
Historia Gráfica Rescatada—Galería
Fotográfica Ayer y Hoy..
81 87 91 105 111 115 123
GUANAJUATO
LA HISTORIA
Fotografía: Emilio Romero
Kuanasi-Uato Quanax-Huato
Para el siglo XIII las diferentes etnias prehispánicas nombraban a los sitios y lugares de sus territorios de acuerdo a las características tanto físicas como de deta-
lles notorios. Purépechas o Tarascos, señores de la región al encontrar la curiosa formación rocosa en una de las colinas del lugar, comenzaron a denominarlo como Kuanasi-Uato o Quanax-Huato, cuyo significado es “El Lugar de la Colina de las Ranas”, pues ante sus ojos, aquella formación rocosa parecía la efigie de tres ranas en la cima de la colina.
Fotografía: Emilio Romero
Esta formación rocosa se puede apreciar con mirada acuciosa en la colina recortada ante el azul celeste, localizada justo al norte del más viejo asentamiento humano de la ciudad, al que los Mexicas denominaron Paxtitlan - “Lugar donde crece el Paxtle”- plaga parásita- que crece en árboles a la ribera de los ríos, de frondosas ramas que produce flores de un vivo color naranja que se descuelgan al piso en cascadas como flamas. Hoy la Colonia Pastita debe su nombre al vocablo prehispánico que le dio origen y que curiosamente la ciudad de Guanajuato, conserva nomenclaturas con las mismas características de origen y otras tan únicas que en total, hacen de la ciudad un lugar especial.
La región era bien conocida por los antiguos Chichimecas que en su lengua denominaban a estas tierras como Mo-o-ti que significa “Lugar de Metales” clara alusión de que en las entrañas, Guanajuato era rico en metales como la Plata y el Oro, mismos que, con la época colonial española XVI y XVII el desarrollo minero para la extracción de estos metales propiciaron la fundación como ciudad Minera con el crecimiento de conglomerados humanos, provocados principalmente por esta actividad. Minas, haciendas de beneficio y actividades relacionadas, permitieron un buen crecimiento tanto comunitario como económico y trajeron consigo, la organización de la vida como ciudad generadora de grandes riquezas y sumamente importante de la Nueva España. Al tiempo de ese desarrollo comenzaron a llegar a la ciudad personas y familias que conocían la actividad minera, otros relacionados con el comercio de mercancías variadas, otros más como prestadores de servicios diversos y así, poco a poco se conformó la ciudad y su vida social, conservando características únicas para la posteridad. Los orgullosos mineros de antaño, decían que: “Con la cantidad de Plata que las minas de Guanajuato llegaron a producir, era fácil hacer un anillo de tres argollas al globo terráqueo”; haciendo una apología de la riqueza que en sus vetas mineras, Guanajuato les brindó.
Mina de Guadalupe
Fotografía: Emilio Romero
Para 1800 el auge minero y la derrama económica que éste provocaba, la habían convertido en principal fuente de riquezas tanto para España como para solo algunos de los habitantes de la ciudad. Trabajadores Mineros en su mayoría, los habitantes de Guanajuato sufrían las carencias por salarios ínfimos, deudas en las tiendas de raya y la moneda circulante de más valor era la de 8 reales.
La elaboración era Plata de buena ley, que seguramente se obtenía de la producción minera de la Nueva España: Guanajuato , Taxco, Zacatecas como principales productores. Con respecto a la parte urbana de la ciudad, las haciendas de beneficio de minerales y sus requerimientos de funcionamiento habían provocado sin proponérselo específicamente, un cierto desarrollo edificado, esto es: para funcionar en su cometido, el beneficio de minerales requería de agua, mucha agua y al finalizar el proceso, sus lodos de desperdicio requerían de espacios o tiraderos donde ponerles. Crecieron alrededor de la cañada de Guanajuato, pequeños poblados como Santa Ana, Marfil, Mellado, Valenciana, La Luz, El Cubo; algunos con más importancia tanto urbana como económica que la hoy Capital del Estado, sin embargo, el tiempo y el progreso hicieron crecer la ciudad desde lo más profundo de la cañada hacia las laderas de cerros y montañas colaborando así, a darle la fisonomía que en la actualidad podemos disfrutar. Para los siglos XVII y XVIII Guanajuato es pues, la consecuencia del auge minero y el desarrollo tanto económico como cultural que éste produjo en la región. Su arquitectura básica es continuidad de las recias construcciones mineras, que aprovecharon la cantera, la piedra y la roca con grandes resultados constructivos para finalmente heredarnos un Patrimonio Cultural Edificado de gran importancia. La bonanza permitió a muchos de sus habitantes, la compra de terrenos cerca de sus centros de trabajo, así al poco tiempo se fueron construyendo casas de particulares en los espacios libres de la cañada, sin ningún planteamiento ni ordenamiento urbanístico dejando en consecuencia, ese laberinto de construcciones y pasos vecinales que constituyen hoy, las famosas y típicas calles y callejones de la Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad.
En la parte social, Guanajuato al igual que toda Nueva España, sufría las consecuencias de la indiferencia española y por otra parte su acendrado rigor social, al punto de separar muy claramente los niveles sociales en una estratificación social que trajo por resultado las llamadas “castas”; los europeos era dueños de todo, edificaciones y gente. El descontento era general y masivo, los Mestizos (hijos de europeos con amerindios) tenían por igual limitaciones sociales, si eran militares llegaban solo al grado de teniente, si eran sacerdotes eran solo curas, las mujeres eran solo eso y no podían participar en nada; por otra parte, la gran mayoría de habitantes estaba catalogada como: criollos, mulatos, negros e “indios” en la posición más baja. Los europeos entonces podían comprar o vender personas y ser “esclavo” era para muchos, la única vía de subsistencia posible. Clérigos de nivel superior, alto rango militar y ricos hacendados gobernaban a su antojo; mestizos en las filas del ejercito y curas, eran entonces su contacto con la población. Ese gran descontento sobre todo en los mestizos, trajo por consecuencia una irritación social que desencadena su furia en la guerra Independentista; corrían voces de guerra contra tales condiciones injustas, arengas libertarias generadas en tertulias y reuniones muy en lo escondido, fuera del rigor observador de los colonizadores. En ciudades cercanas: Querétaro, Dolores Hidalgo, Guanajuato, Cd. Manuel Doblado entre otras, se escuchaban las fuertes y a veces dolorosas protestas de mestizos y criollos; nacen pues a la luz los idealistas mestizos con ímpetus libertarios y como consecuencia social la Independencia del yugo español.
Dolores Hidalgo, Gto. Fotografía: Emilio Romero
Vive entonces el Estado de Guanajuato las consecuencias del proyecto libertario iniciado en Dolores Hidalgo con el “Grito de Independencia” con aquel ejercito comandado por Don Miguel Hidalgo y Costilla, cura de la Parroquia de Dolores. En pocos días se trasladan a San Miguel el Grande (hoy de Allende), pasaron por Atotonilco el Grande y de ahí Hidalgo toma como bandera del movimiento, el estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe. El 21 de septiembre llegan a Celaya y el 28 a Guanajuato y se libra la primer batalla libertaria en el edificio de la hoy histórica Alhóndiga de Granaditas. Edificación casi recién terminada (1796-1809) de impecable y sencillo estilo neoclásico, concebida para que funcionara como almacén de cereales y granos, es un complejo de silos, que mantienen una temperatura ideal para ese fin. Su nombre de origen árabe describe el fin para que fue construida “Alhóndiga” o almacén de cereales y granos y el nombre de Granaditas por el lugar o sitio en el que fue construido. La edificación sirvió como alhóndiga del 7 de noviembre de 1809 al 24 de septiembre de 1810. Es en esta fecha que los españoles y ricos hacendados residentes de la ciudad, tuvieron noticias de la proximidad de una guerra independentista, se apresuraron a resguardar sus pertenencias al interior de esta fortaleza; cuatro días después, el lugar sería escenario de la primera violenta y decisiva batalla en la guerra de independencia de la corona española.
D.P. Alhóndiga de Granaditas 1915
Guanajuato es asediado por las huestes insurgentes de Hidalgo, en la acción conocida como la “Toma de Granaditas” el 28 de septiembre de 1810, después de que fuera negada la “Rendición de Plaza” solicitada días antes al Intendente José Antonio de Riaño. En esta violenta batalla, la ciudad cayó en poder de los rebeldes hasta el día diez que partieron con destino a Valladolid (Morelia) llegando siete días después y la tomaron. Al continuar su marcha hacia Maravatío, Ixtlahuaca, Toluca y Monte de las Cruces, el ejército insurgente fue aumentando sus filas de efectivos e hizo crecer la notoriedad del movimiento independentista, que para sus líderes Miguel Hidalgo y Costilla, Juan Aldama, Mariano Jiménez e Ignacio Allende, facilitó una mejor organización militar. El día 11 de diciembre de 1810, en el Palacio de Gobierno de Guadalajara, el Generalísimo Hidalgo había instaurado su gobierno y fue entrevistado por los algunos periodistas, rodeado de sus principales secretarios: de Estado el abogado Ignacio López Rayón y de Gracia y Justicia el abogado José María Chico; Hidalgo deja en claro su pensamiento e ideales libertarios al responder a las preguntas que le hicieron los periodistas; aquí un fragmento:
P.– El movimiento que usted acaudilla ha sido acusado de herético, y a usted y los suyos los han excomulgado. ¿Considera justos la acusación y el castigo? H.– Nuestros enemigos confunden intencionalmente la religión y el poder político; intereses materiales y religión; si no quisiéramos destruir el monopolio del poder y la riqueza seguramente nadie nos habría acusado de herejes. Respecto a las excomuniones canónicamente y moralmente representan una bajeza. Tan es así que autoridades eclesiásticas más serias ya las han levantado. P.– General, se les acusa de hacer una guerra cruel, innecesariamente sangrienta. H.– Todas las guerras son crueles y estamos en guerra. Quienes ahora se quejan son aquellos que nos quitaron el pan, la libertad y la dignidad. Los que ahora claman al cielo son los que expolian al indio hasta extinguirlo, arrebatan sus tierras a los
pueblos, roban los fondos públicos y lo mismo trafican con esclavos que con influencias o con los alimentos. P.– Señor Cura. ¿Podría usted decirnos cuáles son los puntos más importantes de su programa de gobierno? H.– Es prematuro hablar de programas debido a la situación del país.…… Sin embargo hay dos cuestiones fundamentales que vamos a resolver antes que cualquier otra. Una es terminar con la esclavitud porque así garantizaremos la libertad, y la otra es la restitución de las tierras para garantizar la sobrevivencia.
Fin de la entrevista
Aquella notoriedad del movimiento insurgente, la organización y sobre todo el pensamiento de sus líderes significó para éstos, una sentencia a muerte, pues pocos meses después fueron aprehendidos en Chihuahua y sentenciados a fusilamiento el día 26 de junio de 1811; no contentos con ello, los españoles los pasaron a “degüello” y las cabezas se enviaron a Guanajuato para que en cada esquina en lo alto de la edificación fueran exhibidas públicamente como escarmiento. Llegan a la ciudad el día 14 de octubre de 1811 y se colocan de inmediato en feas jaulas de hierro y son colgadas en el edificio con el siguiente manifiesto: “Las cabezas de Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Mariano Jiménez y Juan Aldama, insignes facinerosos y primeros cabecillas de la revolución; que saquearon y robaron los bienes del culto de Dios y del Real Erario; derramaron con la mayor atrocidad la sangre de sacerdotes fieles y magistrados justos; y fueron causa de todos los desastres, desgracias y calamidades que experimentamos y que afligen y deploran los habitantes todos de esta parte tan integrante de la nación española. Aquí clavadas por orden del señor brigadier Don Félix María Calleja del Rey, ilustre vencedor de Aculco, Guanajuato y Calderón, y restaurador de la paz en esta américa. Guanajuato, Gto. 14 de octubre de 1811”
MANCHA IMBORRABLE Maestro Don Manuel Romero Fonseca 1898—1961 Firma autógrafa Manuel O. Romero 1948
Ilustre artista plástico, originario de Silao, Gto. Plasmó en este trabajo al óleo de 1948 titulado “Mancha Imborrable” su referencia al hecho de tan cruenta acción que dejara profunda huella en la conciencia española en los siglos por venir. Una mano española sostiene en alto la inerte figura ensangrentada de la cabeza del caudillo; se puede observar la esquina norte del edificio con la placa de bronce y nombre del caudillo. Este trabajo al óleo fue reproducido litográficamente para conmemorar el CXL aniversario de la Independencia y se repartieron por toda la Nación. Fotografía: Emilio Romero
En 1951 es el primer encargado de planear, proyectar y acondicionar el edifico para convertirlo en Museo de Historia de México.
El país por entero se convulsiona por diferentes razones durante los cien años siguientes, guerras, revueltas populares, sin razones políticas, asesinatos de ilustres, decisiones alocadas, personajes tras el poder y al río revuelto muchos pescadores hacen su ganancia.
Por otra parte, algunos pensadores de prosapia inciden en posibilidades de cambio, orden, justicia; se plantean diversos proyectos de nación y algunos de ellos, se implementan prácticamente a “sangre y fuego”, surgiendo ilustres patriotas como José María Morelos y Pavón, el Lic. Benito Juárez García como destacados. Entre guerras y desmoronamiento vive México diferentes vicisitudes tanto políticas como sociales que le permiten a algunos vivales usufructuar el poder político y con ello desgastar más profundamente tanto los pocos dineros de la nación como el rumbo social pretendido por los grandes pensadores. Sin embargo Guanajuato capital, en el período porfirista vive días de esplendor con variados ejemplos que hasta nuestros días prevalecen como parte del Patrimonio Edificado de nuestra ciudad. Con referencia a construcciones: Se construye la Presa de la Esperanza, el Teatro Juárez se termina, el Palacio Legislativo, el Mercado Hidalgo, los parques de “El Cantador” y el “Florencio Antillón”, la Estación del Ferrocarril, se construye el drenaje del “Cuajín”; algunas obras encargadas al ilustre Ing. Ponciano Aguilar. Se adorna la ciudad con algunas fuentes y se colocan esculturas en plazas y sitios de importancia entre otras más. Con respecto a servicios: empiezan a funcionar los tranvías, se instala el servicios de telefonía, el alumbrado público y de electricidad y llega a la ciudad el cinematógrafo.
D.P. Guanajuato panorámica principios del siglo XIX
Guanajuato . Fuente en el acceso a la Ciudad– Hoy ya no existe– Fotografía: Emilio Romero
Guanajuato, Gto. Historias Rescatadas
Guanajuato . Plaza Mayor - William Henry Jackson
“Plaza Mayor” obtenida probablemente en 1882, nos permite leer información muy interesante: primeramente el jardín central de la plaza era una plataforma en alto, es decir la parte norte –hacia el callejón del Estudiante y la Universidad– a unos centímetros del nivel actual y en la parte sur –hacia el callejón de la estrella– tenía cerca de dos metros de altura. Plataforma muy parecida a la actual en San Miguel de Allende. Al fondo de la toma, se puede apreciar que la edificación del Teatro Juárez estaba en proceso de construcción y el frente aún no se colocaba, se notan algunas sombras en el piso, que podrían ser las columnas de su exterior.
Se nota además en la fachada del Templo –hoy Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato– el acabado y el remate de cantera al borde del reloj—hoy está a la inversa-. La vestimenta y costumbres de los habitantes por aquellos años y el paso de la vía de fierro para los tranvías de tracción animal.
Historia rescatada
Fotografías de finales del siglo XIX Por: Emilio Romero
Fotógrafo William Henry Jackson 1843-1949
Es durante el porfiriato que la economía mexicana tiene un desarrollo prácticamente basado en la construcción del sistema de transporte por ferrocarril y se tejió una importante red de ferrovías a fin de contar geográficamente con la atención a ciudades importantes como polos de desarrollo; por razones políticas y económicas el gobierno de Díaz hizo “concesiones” a compañías y empresas extranjeras que garantizaban operaciones de funcionamiento y mantenimiento tanto de los caminos de fierro, como de los equipos y máquinas, para “llevar el progreso a toda la nación” -según sus perspectivas y después de haber invitado a empresarios nacionales, que mucho temieron a tal inversión-. México vive un auge extraordinario en la construcción de vías férreas que inicia lentamente en 1852 creciendo aceleradamente de 1873 a 1895 y decreciendo de 1896 a 1909 en que es “nacionalizado” todo el sistema ferroviario. Es en éste periodo acelerado donde se hace una ampliación a las vías férreas del poblado de Marfil para hacerlas llegar a Guanajuato y se construye la Estación del Ferrocarril de la ciudad en el lugar conocido como Tepetapa, debido a la facilidad topográfica pues las pendientes resultaban más accesibles para los trenes y la operación del sistema. La Estación del Ferrocarril es inaugurada en 1908 y trae consigo un detonante económico para la ciudad. Es justo en esos años, que llega a Guanajuato un fotógrafo contratado por la compañía americana del “Ferrocarril Central Mexicano” debido a su prestigio como paisajista y notoriedad artística en la unión americana; William Henry Jackson viaja a México en tres ocasiones entre 1880 y 1907 con la misión expresa de obtener material gráfico para la compañía, los progresos, las inversiones, los avances y todo lo relacionado con su operación en el país. Jackson reserva para sí tiempos libres para visitar y conocer los sitios a los que su programa de trabajo le llevara y por obvia razón aprovechar para obtener material gráfico de los mismos, dejando para la posteridad un magnífico legado fotográfico. Jackson realiza en la ciudad varias fotografías de las que desafortunadamente conocemos solo unas pocas; porque están llenas de información que hoy podemos leer y admirar artísticamente al tiempo que nos permiten conocer el Guanajuato de aquellos lejanos días.
Alhóndiga de Granaditas y Mendizábal —William Henry Jackson
En esta estupenda toma, Jackson nos deja mirar tanto la construcción histórica del “Castillo de Granaditas”, lo empedrado de la calle Mendizábal, el acceso al “Hospicio” del Convento de Belén y lo más notable, aún no se construía el Mercado Hidalgo, al igual que la vestimenta y costumbres de los habitantes.
Alhóndiga de Granaditas —William Henry Jackson
Jackson deja “mirar” lugares y costumbres, ambiente urbano y el patrimonio edificado de los sitios que visitó, en particular de Guanajuato capital como centro urbano minero y nos provee de una narrativa con variadas vertientes en su trabajo fotográfico a la vez que artístico. Recordemos que para esos años, pocas personas contaban con alguna cámara fotográfica y Jackson además de realizar la toma, hacía el trabajo de laboratorio para obtener las imágenes a fin de incluirlas en los reportajes gráficos para los que fue contratado por la compañía del Ferrocarril Central Mexicano. Es en este contexto, donde sus fotografías adquieren una mayor relevancia tanto técnica como artística porque es un acucioso analista del entorno y lo lleva a la captura en un instante, para después dejarlo a la historia.
Panorámica de Guanajuato desde “El Rebaje del Cerro del Cuarto”—William Henry Jackson
Esta panorámica, nos deja mirar muy a lo lejos el poco crecimiento de la ciudad comparativamente con la actualidad, se estaba construyendo el Teatro Juárez aún sin terminar; faltaban muchos años para que se realizara el monumento al “Pípila”; aún no se construía el edificio de la Universidad de Guanajuato; se aprecia la huella de la “bajada del Tecolote” desde el cerro de San Miguel y otros detalles muy interesantes, sin perder de vista al testigo ocular del momento de la toma.
Historia rescatada
ARTS MEA VITA Por: Emilio Romero
El primer gran promotor de las bellezas de Guanajuato gracias a su empeño constante, versátil, artístico y bohemio, a su calidad de amigo de muchísimos personajes de la historia de la ciudad misma, así como de personajes de la vida nacional e internacional para aquella época; deberíamos recordarle con agradecimiento y respeto los hoy orgullosos habitantes de Guanajuato. Dos frases que convirtió en lemas de vida para todo su trabajo artístico, siempre lo acompañaron para así dejar constancia para la historia: “ARTS MEA VITA” - El Arte es mi Vida- ; y “Mi Cámara dirá las Bellezas de mi Terruño”…. MUSTAFÁ. Don Luis Calvillo Vega– Nace en el Mineral de Valenciana en el mes de Agosto de 1893.
Luis Calvillo Vega—21 años
Luis Calvillo Vega –Su gusto por las caracterizaciones -
Con la publicación en “La Revista de Revistas” del día 18 de octubre de 1925 pág. 24 del artículo “El Tipo más Curioso de la Provincia” con la narración de la pretensión de Don Luis Calvillo por generar algunos espectáculos para recabar fondos para el Rescate y Restauración del Teatro Principal por aquellos días muy destruido; Mustafá siempre demostró su amor y cariño por el terruño al grado de producir unas pequeñas lamparitas en cuya pantalla piramidal, colocaba sus fotografías en placas translúcidas para cumplir con el objetivo de: al iluminarse se podían ver hermosas tomas de diferentes lugares de la ciudad. Estas curiosas lámparas las obsequiaba a sus amigos y conocidos, recordándoles siempre visitar Guanajuato la ciudad de encantos vivos. “Mi Cámara dirá las Bellezas de mi Terruño”.
Dionisia Martínez de Vega -Abuela– Pilar Vega de Calvillo –Madre de Don Luis Calvillo- 13 octubre de 1909
Como a muchos artistas, a Don Luis Calvillo Vega se le han tejido sinfín de historias sobre su persona y él mismo gozaba de escucharlas, lo cierto es que su personalidad y los muchos personajes que construyó a su alrededor, le permitieron inmortalizar mucho de su trabajo artístico que produjo consigo beneficios para Guanajuato y sus moradores.
A MUSTAFÁ, Don Luis Calvillo Vega hay que verlo como ese gran promotor del Patrimonio Cultural Edificado de Guanajuato: sus callejuelas y callejones, sus edificios y plazuelas y el ambiente citadino por varias décadas desde 1920 hasta 1985 dejando constancia de su perseverancia, al serle publicadas sus famosas fotografías de Guanajuato en numerosos reportajes en revistas, periódicos y folletos, que a la fecha constituyen su acervo personal y con toda seguridad, fomentaron el que miles de personas hicieran el viaje mágico a conocer tales bellezas y en muchas de las veces a tal personaje guanajuatense. –Seguramente a ningún fotógrafo citadino, le han publicado tanto de su propio material-.
Revista MEXICO AL DIA del 15 de julio de 1936
Revista TODO del 13 de Octubre de 1938
foto: Emilio Romero
foto: Emilio Romero
Revista TurÃstica MAPA Abril 1936
fotos: Emilio Romero
Revista SUCESOS PARA TODOS Junio 1948
Revista Cubana CARTELES Habana, Cuba Septiembre 1936
foto: Emilio Romero
Otra gran virtud de MUSTAFÁ Don Luis Calvillo Vega lo fue, su gran vocación para “hacer” amigos a lo largo de su vida: Escritores, Poetas, Pintores, Escultores, Caricaturistas, Políticos y grandes personalidades del espectáculo se contaron entre sus amigos; una gran lista de estas personalidades que mantenían correspondencia frecuente y en todas esas cartas se puede encontrar la gran estima y reconocimiento que tenían por Mustafá. Lázaro Cárdenas, Eulalio Ferrer, “El Chango” García Cabral, Leobino Zavala, José Mojica, Manuel Leal Guerrero, Armando Olivares Carrillo, Agustín Lanuza, Fulgencio Vargas, Luis González Obregón, Rafael López, Emilio Fernández, Mario Talavera, Dolores del Río, Pedro Armendáriz, entre muchos más.
Carta del General Lázaro Cárdenas—Mayo de 1940
foto: Emilio Romero
Su “Libro de Oro” pequeña libreta de sus anotaciones 1925-1950
Leobino Zavala—pseudónimo: “Margarito Ledesma” Poeta 1934
foto: Emilio Romero
foto: Emilio Romero
Agustín Lanuza –Poeta, Escritor- 1933
Fulgencio Vargas 1933
foto: Emilio Romero
foto: Emilio Romero
Manuel Leal Guerrero 1935
“El Chango” García Cabral—Caricaturista– 1937 y 1941 foto: Emilio Romero
foto: Emilio Romero
Fiel a su costumbre Mustafá insistió tanto con su invitación a Emilio “El Indio” Fernández a que viniese a Guanajuato –Sitio de encantos naturales– a filmar alguna de sus películas. Así, Emilio Fernández decide hacer la primer película hecha en la ciudad: “BUGAMBILIA” de 1944, con locaciones escogidas por él, dando a la ciudad una gran promoción, que permanece aún hoy y en contra del tiempo, como un clásico de la época de Oro del Cine Nacional y un Guanajuato de antaño viviendo en esas espléndidas imágenes del fotógrafo Gabriel Figueroa.
Dolores del Río 1944
foto: Emilio Romero
Emilio “El Indio” Fernández 1944
Mustafá Actor 1944
foto: Emilio Romero
foto: Emilio Romero
Esta promoción para Guanajuato como lugar de encanto, lugar mágico, le facilita a la ciudad mostrar su belleza y al mismo tiempo refrenda la calidad humana, el trabajo artístico y espíritu bohemio de Mustafá que en repetidas ocasiones cautivó a cientos de visitantes y lugareños. Mustafá tuvo una vida llena de logros para la ciudad de sus amores, entre esos logros está uno muy importante hoy para Guanajuato: Su amigo Don Eulalio Ferrer a petición del bohemio entrañable – amistad cultivada por varios años- dona a la ciudad lo que hoy es el reconocido e importante Museo Iconográfico del Quijote, considerado como otro magnífico atractivo turístico cultural de la ciudad.
Una gran muestra de amistad y afecto: Eulalio Ferrer 1977
foto: Emilio Romero
Tuvo Mustafá en sus días de más producción su estudio fotográfico en lugares como: La calle de Pósitos 47, la Calle de Cantarranas, el Atrio del Templo de la Compañía –Bajos– y finalmente en la Calle de Alameda 56 y era tan conocido en esos tiempos, que disfrutaba diciendo a sus amigos y turistas: “Si me escribes, ponle solo MUSTAFÁ, DOMICILIO CONOCIDO y siempre me van a llegar tus cartas” y para nada estaba lejos de la verdad; el servicio postal siempre le hacía llegar toda su correspondencia. “Ah que la canija” -una de sus frases favoritas-, resuena bajando por la Calle de la Alameda para llevarnos al centro de la ciudad o para narrarnos el amor que sentía por cada rincón, calle o callejón de ese Guanajuato de embeleso que él recreó con sus magníficas fotografías. Imágenes que dieron la vuelta al mundo sabiendo muy bien lo que hacía: Mostrarnos para disfrutar la belleza de Guanajuato.
En 1985, MUSTAFÁ se fue físicamente, dejando a los Guanajuatenses una gran tesoro que debemos aquilatar, cuidar, rescatar y promover, como beneficiarios de ese patrimonio gráfico que aún en nuestros días, tiene la gran narrativa propia de un gran observador, un artista y el gran valor que tuvieron sus ideales por promover a todo el mundo, su hermosa ciudad. “ARTS MEA VITA”—El Arte es mi Vida– Mustafá “MI CÁMARA DIRÁ LAS BELLEZAS DEL TERRUÑO”
LUIS CALVILLO VEGA 1893-1985 “MUSTAFÁ” GUANAJUATO, GTO.
Historia rescatada Don Filiberto Por: Emilio Romero
La imagen urbana de la ciudad era muy similar a la actual, solo que por aquellos ayeres, se podían ver por las calles varios carromatos cuya tracción era animal; los trenes vía o tranvías jalados por mulitas. Los había unos pocos “elegantes” otros no tanto y circulaban por los caminos de riel con que contaba la ciudad. Desde el “Paseo de la Presa” al “Cambio” había rieles para cumplir con este objetivo; luego, al llegar al “cambio” lugar que era así conocido porque justo ahí se hacían los cambios de recuas para seguir el camino de subidas y bajadas con las que cuenta la ciudad y dar descanso a los animales, sitio que se localiza a 200 metros del “Jardín de la Embajadoras” y se comunica hacía el viejo barrio de Pastita, que igualmente contaba con rieles para ese fin., se continuaba el camino de rieles con rumbo del centro de la ciudad, la calle de Sopeña, teatro Juárez, Plaza de la Paz, Avenida Juárez, y destino final Tepetapa lugar donde se construyó la Estación del Ferrocarril. Estas eran las rutas de estos tranvías que hacían el viaje dando servicio a la población.
D.P. Guanajuato Plaza de Los Angeles 1900
Aún resuenan los cascos de la mulitas sufriendo resbalones, caídas y agotamiento al deambular por las empinadas calles de la ciudad, se agrega a esos sonidos el rechinar de ruedas de madera y fierro preparadas con una ceja interior para evitar “descarrilamientos” y por otra parte los gritos de conductores, arrieros casi todos, que sabían bien lidiar con animales tan tercos, cansados y desgastados. Mientras todo ello ocurría, en 1909 un trabajador contratado como fundidor por la compañía “Guanajuato Reduction and Mines Co.” con base en la “Hacienda de San Francisco de Flores” -hoy por cierto un tienda conocida y años antes la Central de Autobuses Foráneos de Guanajuato- llegó en Ferrocarril a la ciudad y se alojó en una casa de huéspedes y restaurante de chinos localizada en el barrio Tepetapa esquina con el callejón de “El Navío” casa que 14 años después pudo comprar para su familia. Don Filiberto Aguilar Rivera se pudo hacer de otro bien material; un viejo camión con motor a gasolina, sin plataforma y muy maltratado, que pudo acondicionar con una “araña de arrastre” -carromatos para mover materiales- y según su propósito arreglar aquel vejestorio, acondicionar la plataforma y poder así pasear a su familia -9 hijos y su esposa- para darles disfrute y placenteros viajes por toda la ciudad. Se animó más y poco a poco consiguió dar forma al cajón de madera adicionado a la araña como chasis, colocó unos tablones como bancas, pulió los cantos de aquella madera burda quitando astillas y defectos a fin de evitar que sus pequeños hijos se dañaran de alguna forma. Con la mente puesta en el disfrute de su familia, trabajaba el tiempo que tenía libre y se animaba más cada vez que notaba avances y las mejoras materiales a su proyecto. Don Filiberto trabajó varios meses en su acariciado proyecto y un inesperado día, aún sin terminar del todo el proyecto, decidió ir a su casa, pidió a sus hijos y esposa que se alistaran porque los llevaría de paseo por la ciudad. Bajaron lentamente la escalera de su hogar y se alistaron a caminar con rumbo al taller donde Don Filiberto estaba trabajando en su camión. Subieron al cajón y se dispusieron entre risas y sorpresa, entre la ansiedad de saber qué les esperaba y risillas nerviosas, poco a poco se acomodaron en los tablones dispuestos como bancas. Su esposa, le miraba con incredulidad combinada con regocijo, nervios y sorpresa—¿Qué te propones Filiberto?, preguntó la esposa; - Nada malo mujer, solo quiero llevarlos a pasear, llevar a mis hijos a dar un buen paseo por Guanajuato, no te angusties, todo saldrá bien. Respondió. Con gran sorpresa escucharon el estruendo del motor al por fin encender y con la vibración del vehículo, el humo que sacó y brincos propios de carricoche iniciaron el movimiento; los chicos con ojos desorbitados y con sorpresa, sintieron el empuje del arranque y con risillas esperaron lo que fuera; estaban con su papá, así que nada pasaría. Dieron un pequeño paseo, fue lo más cercano posible, pero aún así inolvidable; todos guardarían esa primera experiencia como algo tan mágico y especial que su querido padre les pudo regalar. Los pocos minutos que duró aquella experiencia fue una inyección de ánimo para Don Filiberto que, decidido a seguir su proyecto, regresó triunfante al taller con su carricoche lo detuvo y apagando el motor, dejo salir un suspiro tanto de alivio como de satisfacción.—Bien mujer ¿Qué te pareció? preguntó a su e s p o s a , - H a y F i l i b e r t o , n o p u e do h a b l a r … ¿ n o t a s t e l a s r i s a s d e l o s n i ñ o s , v i s t e
sus caritas?, - Si mujer, hasta me animé a seguirle… ¿te imaginas, pasear a nuestros hijos, cada que queramos?. Exclamó orgulloso. Ayudó a bajar del cajón a sus pequeños que entre risas, empujones, algarabía y felicidad bajaban a brincos el espacio de la altura del viejo camioncito. Pronto cayó la noche y la penumbra invadió dejando en total oscuridad aquel taller, el camioncito aún tibio por el esfuerzo quedó ahí, en espera de las mejoras que requeriría. Don Filiberto se acomodó a la mesa y merendaron entre comentarios y preguntas de sus hijos mayores; -¿cuándo vamos otra vez Papá? Dijo uno de ellos; otro comentó –me dio miedo, pero luego sentí mariposas en el estómago; y provocó las risas de los demás….los más pequeños solo bebían su leche mirando a sus hermanos sin saber bien a bien que decir. Terminaron la merienda con un enorme ánimo, los niños sin atinar que ocurría y Don Filiberto con renovados pensamientos se dispuso a ir a la cama, dormir y prepararse para al día siguiente ir a su trabajo como fundidor. Vinieron días de mucho trabajo pero aún así, aquel hombre daba todo su tiempo libre a su proyecto, con renovados esfuerzos y sobre todo la idea en mente de proporcionar a sus hijos la experiencia de pasear por la ciudad. Entre pruebas y acomodos Don Filiberto paseaba a sus hijos cada día más lejos dentro de la ciudad, al poco tiempo los paseos llegaron de Tepetapa a las Embajadoras, luego desde Tepetapa hasta la meta final…. la Presa de la Olla; sorteando los obstáculos dentro de la ciudad, calles con pendientes muy “empinadas”, calles con mucho tráfico de viandantes, mulas, recuas de mineros, vendedores y comerciantes establecidos en tendajones -puestos callejeros cuyo espacio es una caseta o puesto- y poco aptas para que “vehículos modernos” circulasen. Aún así aquel hombre seguía en su deseo de seguir paseando a su familia en su pequeño trasporte acondicionado para tal fin. En uno de esos paseos, iban Don Filiberto y su familia con rumbo de la Presa de la Olla. Pasada obligada era subir de la Avenida Juárez hacia la Plaza de la Paz justo fuera del edifico del Congreso del Estado y luego bajar un poco hacia el Jardín de la Unión frente al Templo de San Diego y a unos metros del Teatro Juárez; ahí, esperando al tranvía que lo transportara de ahí a su casa por el rumbo de la Presa de la Olla, estaba parado sobre la banqueta uno de los personajes más prominentes de la ciudad, un hombre de prosapia conocida en toda la región y el país; el señor Ingeniero Don Ponciano Aguilar responsable constructor años antes tanto del túnel del Cuajín, como de la Presa de la Esperanza. Don Filiberto al notar su presencia tímidamente bajó la velocidad de su carricoche casi a cero -por aquellos días los autos corrían a 30 o 40 kph.- y tímidamente comentó al Ingeniero Aguilar: -Buenas tardes ingeniero, veo que espera al tranvía… llevo de paseo a mi familia y vamos con rumbo de la Presa de la Olla….¿querría usted permitirnos que le llevemos?. Entre dudas pero atingente y respetuoso como era su personalidad, Don Ponciano Aguilar analizó ligeramente la situación y se dijo: —el tranvía tarda en llegar o mejor dicho, a veces las mulas se ponen sus moños y dan al conductor muchos problemas, quiero llegar a casa lo antes posible; mmmm esto suena raro pero pudiese ser algo bueno—; con la misma timidez, respondió a Don Filiberto: Buena tarde señor, gracias por su ofrecimiento ¿no parece a usted y su familia mucha molestia?; -No señor ingeniero, sería un honor poder hacerlo por usted– contestó Don Filiberto; ...y entre leves sonrisas y presentaciones subió y se acomodó en el sillón al frente del vehículo al lado de
la esposa de Don Filiberto. Así pasaron varias ocasiones y encuentros entre ambos personajes y en circunstancias similares; ambos coincidieron además de su apellido: Aguilar, en otras ideas y formas de percepción de las cosas y hechos; al grado de iniciar una amistad naciente entre ellos. Cierta tarde al llegar con su carricoche al Templo de San Diego, Don Filiberto se encontró con Don Ponciano Aguilar y éste en actitud relajada al subirse al camioncito le dijo: -Amigo mío, ¿no le parecería buena idea, que usted dedicara su camión a brindar a los guanajuatenses, un transporte que nos evite esperar al de mulas?... ¿no sería mejor que estar al rayo de sol ahí parados?.... Prácticamente ya lo tiene estimado amigo, solo faltaría que usted tenga a bien analizarlo a fondo… sería fenomenal.
Don Filiberto suspiró inquieto, tal cuestión no la había pensado y mucho menos con esas prestaciones y exclamó; –Hay estimado ingeniero, mucho me temo que ante tal idea, mi camioncito no de la medida, es una estupenda idea, pero creo, debo pensarla muy bien.—Pues ya está estimado, respondió Don Ponciano, piénsele y verá que no es tan mala como parece. Entre comentarios al respecto y el andar del camioncito por calles empedradas, siguieron su rumbo por la calle de Sopeña, El Campanero, Sangre de Cristo, Embajadoras y Paseo de la Presa. Varias veces los encuentros entre ambos, les proveían el mismo tema; Don Ponciano preguntaba a Don Filiberto: Bien estimado amigo ¿y cuándo se decide a hacerlo?... Ya tiene hecha la parte más difícil...siga usted...inténtelo amigo mío. Muchas noches Don Alfonso no durmió a su gusto, aquella idea vagaba por su mente como libro ya escrito, como poema bien estructurado. Se decía: –Bien y ¿cómo empezar? ¿cómo hacerlo?.... Al poco tiempo encontró esas respuestas; ya tenía su camioncito, acondicionarlo un poco mejor era cuestión de meterle unos centavitos y comparativamente contra los carromatos del tranvía, pues era cosa del cielo a la tierra, se decía. No batallar con mulas o recuas desdichadas y tercas, evitar perder el tiempo, pero sobre todo, llevar y traer coterráneos en el deambular citadino. Don Filiberto lo decidió, lo realizó y con expectativas encontradas un día se armó de valor, encendió el camioncito más acondicionado que unos meses antes y se lanzó a las calles para llevar y traer viandantes cobrando lo mismo que los tranvías, pero ofreciendo un servicio más eficiente, dando inicio al servicio motorizado del transporte público en la ciudad. Creando para Guanajuato el primer camión como servicio de transporte público de la ciudad. “Transportes Aguilar” Un rescate de esta historia y un recuerdo a dos Guanajuatenses: Don Filiberto Aguilar Rivera y el Ingeniero Don Ponciano Aguilar, gracias a la aportación narrativa de la Familia de Don Filiberto Aguilar.
D.P. Guanajuato Templo de San Diego y TranvĂa 1893
Historia rescatada
Pósitos Nº 47 Por: Emilio Romero
Es un recuerdo perfecto y atesorado en el fondo de mis primeros años con ese disfrute de la niñez y las correrías por pasillos y zaguanes, escaleras y escondites, pasadizos y lugares oscuros porque la luz no podía penetrar tales muros. Viví al lado de mi familia en esta casona por veinte años. “1864”… decía entonces y aún hoy, la fecha en que fue construido un cancel de fierro y madera que separa al zaguán de acceso a la edificación y en aquel entonces para nosotros niños- gran patio; y adornado con aquella fuente de pescadillos color rojo bermellón bastante perdido y deteriorado por los años y la escultura efigie de un perro de raza mastín. Por cierto:
D.P. Guanajuato Calle de “Pósitos” 1946
ésta fuente y sus alegorías fueron copiadas con resultados muy controvertidos por la diferencia de calidad, apariencia y terminados; tal réplica fue instalada a nivel de calle en el atrio del Templo de la Compañía de Jesús -al parecer según las historias relatadas la fuente de Pósitos 47 era originalmente la que adornó con anterioridad la esquina del atrio mencionado-. Simples aunque interesantes historias, estuvieron, crecieron y maduraron al mismo ritmo que muchos de los vecinos de la “Calle de Pósitos”. Cabe destacar que el nombre original de ésta vía citadina fue “Calle de Depósitos” y por ello, al paso del tiempo, una contracción fonético-gramatical, dejó para la historia uno de los notables y curiosos fonemas de Guanajuato; “Pósitos” escrito con “S” y sin relación con la palabra pocitos, descendiente de “pozos” como alguien propuso, solo que en Guanajuato No hay pozos. La edificación fue propiedad de Don Tomás Haller comerciante y empresario minero que vivió en la casa con su familia, su esposa Vicenta Rodríguez e hija y era conocido como exitoso hombre de negocios.
Corría el año 1886 y la señora María del Pilar se acercó a la esposa de Don Tomás para pedirle cierta ayuda consecuencia del mal momento económico que pasaban; ella embarazada y el esposo sin recursos. La señora Vicenta convence a Don Tomás de ayudar a aquellas personas y como consecuencia de la petición se les permitió vivir en la planta baja de la casona; eran el profesor Diego Rivera y su esposa María del Pilar Barrientos que dio a luz a sus gemelos el día 13 de diciembre de ese año; José Carlos María y José Diego María. Con muchas penurias económicas la familia de Don Diego hacía lo posible por sostenerse y seguir adelante. Un año y medio después, a consecuencia de aquellas penurias económicas y la pobre alimentación fallece José Carlos María y raquítico sobrevive José Diego María. D.P. Fuente en el patio Pósitos 47
Obtenida del Libro de Bautismos de la Parroquia de Guanajuato año de 1886
Fe de Bautismo número 1966 de José Carlos María Rivera Barrientos, hermano gemelo de “Diego Rivera”
Obtenida del Libro de Bautismos de la Parroquia de Guanajuato año de 1886
Fe de Bautismo número 1965 de José Diego María años después, célebre artista mexicano
Viven en la casa de Pósitos Nº 47 Don Tomás Haller y su familia ocupando la primera y segunda planta; solo en una parte de la planta baja habitan Don Diego, su esposa María del Pilar y su pequeño hijo José Diego María por otro año y medio más, hasta que un terrible suceso en el año 1889 desencadena una tragedia de lamentables consecuencias. Don Tomás es involucrado en un acontecimiento de la vida citadina; resultó que un comerciante llamado Narciso Muñoz imaginó una terrible comedia de celos al pensar que su esposa Ana Camíña tenía relaciones con Don Tomás; Narciso organiza una venganza que se salió de control y paró en uno de los crímenes más sonados por aquellos años. Narciso contrata a cuatro sujetos y ordena el secuestro de Haller, cosa que llevaron a cabo sin miramientos; lo mantuvieron cuatro días en condiciones terribles, fue torturado con máxima crueldad, incluso le quitaron la piel de las plantas de los pies y le hacían caminar sobre tierra y arenas de la vivienda a donde le llevaron para finalmente ahorcarlo. Tal crueldad culminó con la idea de atarle a los pies una pesada roca y llevar el cadáver a una presa cercana llamada Presa de Zaragoza—Justo hoy por el Paseo de la Presa, y detrás de una edificación desaparecida, el “Hotel Orozco”, el predio hoy es ocupado por el DIF Estatal– para que el cuerpo se hundiese y nadie se enterara del brutal suceso. Pocas horas duró tal atrocidad, pues el cuerpo sin vida de Haller flotó a las pocas horas causando un revuelo de sorpresa e incredulidad entre los vecinos. La identidad de aquel hombre era desconocida en el momento del hallazgo, al mismo tiempo llegó la policía ante tal revuelo; pero un comentario descubrió a los asesinos; un pequeño mirón le dijo a su madre—Mira mamá….¡es el señor que estaba en mi casa!. Comentario que fue escuchado por la autoridad que de inmediato detuvo a la señora y al pequeño, pasando a descubrir toda la entre trama de lo ocurrido.
Ese 1889 y el acontecimiento tan brutal, provocó un gran revuelo pero sobre todo que terminó en un decaimiento familiar terrible en la viuda de Haller y su hija, haciéndolas emigrar a la ciudad de México pocos días después.
Por igual la familia Rivera, se vio requerida de salir de aquella casa para continuar con su vida ajena totalmente a los Haller sus mecenas, mudándose a la Calle de Cantarranas. Cosa que se confirmó años después con la visita expresa de la hija de los Haller a reconocer y recordar su vida, niñez y paso por Guanajuato en la casona de Pósitos 47; narrada por ella misma a los que vivíamos ahí. La casa queda vacía y en manos de otros propietarios por algunos años hasta que es adquirida por Don Jesús Córdova, profesor y avecinado en la ciudad, que toma posesión de la misma y se muda con su esposa Aurora y su cuñada Ángela a vivir en el inmueble. Don Jesús además dedicaba su vida a “prestar dinero” y por obvia razón contaba con muchos recursos económicos y ante tales espacios, utilizaba la planta alta como bodega para acomodar varias decenas de artículos incautados a los que “no pagaban” sus créditos. Poco a poco surgió la idea de mudarse a la planta alta para rentar la primera planta y los bajos sacando más provecho económico del inmueble. Es así que renta un “local” en la parte baja de la casa justamente esquina con el Callejón de Moyas por el año de 1946 a un individuo notorio por sus personajes…. Don Luis Calvillo Vega, mejor conocido como “Mustafá” , quien se instaló en ese espacio para dar el servicio como “Estudio Fotográfico”, que por aquellos años empezaba a convertirse en buen negocio. Solo que, al igual que muchos deudores y con problemas económicos, Mustafá deja de estar al corriente en sus rentas y sufre las consecuencias de tal cosa. El local en cuestión queda vacío por varios meses. En 1947 llegan a la ciudad recién casados en la vecina Silao, Gto. mis padres, Emilio Romero Araujo y María Cruz Balandrán Ramírez, viven en una casa del “Callejón de Olleros” lugar de mi nacimiento en 1948 y cinco meses después se mudan a la casa de Pósitos 47, ocupando la planta baja de la casona: Mi padre renta el piso además del local junto al callejón de Moyas y se instala la familia que por los veinte años siguientes, ocupamos aquel inmueble. Cuando llegamos a esa casa, el primer piso es habitado por un ensayista de minas Federico K. Boyd y el segundo piso por la viuda de Don Jesús Córdova y su hermana Ángela. Al poco tiempo muere el señor Boyd y el piso es rentado a la familia Calderón. Para 1956 año de la visita de Don Diego Rivera a la casona, vivíamos ahí, Doña Aurora Viuda de Córdova, su hermana Ángela, los Calderón y los Romero todos pudimos conocer al famoso pintor -al parecer por un homenaje que se le haría finalmente en la ciudad propuesto por Jesús Rodríguez Gaona, Gobernador del Estado- un Diego enfermo de cáncer y debilitado. Total que en ese tiempo se instala en el exterior del inmueble, una placa conmemorativa: ”Diego Rivera pintor magnífico nació en ésta casa el 13 de diciembre de 1886” misma que fue develada, que por alguna oscura razón posterior a “alguien” se le ocurrió la feliz idea de cambiar la fecha y mandaron “borrar” el número 13 original en la placa; borraron el 1 y el 3 lo hicieron 8 aún se puede notar el burdo y mal hecho trabajo para que hoy diga “8 de Diciembre..”, los documentos exhibidos confirman que el día de esa fecha es el 13.
Ello permanecerá como otra incógnita adicional a la biografía de tan ilustre personaje que aún con eso recuerdo perfectamente, porque le conocí: alto, panzón, feo, grosero y “mal hablado”, mandón, autoritario, pantalón de peto y aquel saco de “cachemir”…. Hoy a mis casacas de mezclilla les nombro “mis diegüiñas” por analogía con aquellas ropas que pude ver. Recuerdos bien atesorados de mi paso infantil por ese Guanajuato de gratas memorias.
En brazos de mi Papá, mi Mamá y la Tía Celia—1948
Mi padre instaló en aquel local vacío su negocio de servicio en electrónica por aquellos años, especializado en la reparación de Radio receptores y poco después en la incipiente televisión transmitida por frecuencia aérea; y mientras prosperaba el negocio, se empleó como agente del servicio postal mexicano; Le llamó “Radio Servicio Romero” negocio que con orgullo, profesionalismo y excelente atención, mantuvo por veinte años, hasta que el destino le llevó a obtener lo necesario para el sustento familiar, primero como Dibujante “A” y al poco tiempo como Programador Analista de Sistemas trabajando para Comisión Federal de Electricidad, División Bajío.
Diego Rivera y Ema Hurtado Guanajuato, Gto. 1956
Dolores Olmedo facilita a Don Jesús Rodríguez Gaona, Gobernador del Estado, la posibilidad de traer a Diego Rivera al homenaje a su famosa persona en el año de 1956.
Esta casa: su construcción, sus escondrijos, sus habitaciones oscuras y húmedas, su patio, escaleras, sus muros y ventanas, polillas en madera y muros hechos de adobe, pisos de loza y ladrillos de barro cocido, sonidos y crujidos…. fueron mi patio de recreo y de mis hermanos, con aquellos interminables juegos, con aquellos grandes sustos provocados por los fantasmas que en ella moraban.
Pintura de mi Abuelo—1951
Como fondo y pretexto para la foto, una pintura de mi Abuelo—Pósitos 47– 1951
Nuestros añorados juegos, en el patio de la casona —Pósitos 47– 1953
Hoy convertida en Museo, nada es como era. Por ahí se cuentan historias nada verídicas y entiendo que se hagan mitos a “propósito” para impresionar a los visitantes, solo que aún vivimos bastantes personas que podríamos refutar con hechos tales afirmaciones. Quizá lo mejor sería explicar a quienes quieran escuchar, la historia fiel y verdadera, para darle el VALOR histórico que realmente debería conservar.
Historia rescatada
Fe de bautismo del Maestro J. Manuel Romero Fonseca 1898
Don J. Manuel Romero Fonseca Por: Emilio Romero
Mtro. Don José Manuel Romero Fonseca 1898—1961
Pude atesorar para mi vida, la fortuna de haber conocido y convivir con el talentoso Maestro en Artes Plásticas, excelente retratista, que abordó la Pintura, el Dibujo y otros medios de expresión artística con maestría académica y su trabajo de caballete fue bastante reconocido. Oriundo de la ciudad de Silao, Gto., nació el 22 de mayo de 1898 y pronto se destacó por sus habilidades artísticas. Hijo único de Don Emilio Romero Olea –Nieto de Nicolás Romero caudillo liberal de la Guerra de Reformay Doña Rafaela Fonseca Venegas; su padre trabajó como Jefe encargado de la Estación del Ferrocarril en esa población y por aquellos años no tuvieron problemas económicos, solo que y lamentablemente a edad temprana –10 años– queda huérfano totalmente y peor aún; enferma de Tifo –que para esos años era mortal- oportunidad que aprovechan los familiares cercanos para quitarle propiedades, ahorros y todo cuanto pudieron, dejándole literalmente “en la calle” y a tan corta edad la única persona que le ayudó fue la hermana de su padre, Doña Serapia Romero Olea quien lo arropó y protegió para juntos pasar años muy difíciles, por la falta del sustento económico que su papá proveía.
Los años del principio del siglo XX convulsionan a toda la nación y para el periodo revolucionario se ven involucrados como mucha gente en el proceso. Doña Serapia hacía gorditas de nata y el niño salía a venderlas, para tener de esa manera, una ayuda al sustento diario. Sin embargo, aquel chiquillo seguía la educación escolar además la que la tía proponía y de tal manera, aumentaba su acervo y habilidades que crecieron a la par y muy oportunamente.
La tía Serapia, siempre se refirió al niño, como un chiquillo inquieto pero muy talentoso, observador, estudioso y sobre todo, que le encantaba dibujar y pintar todo cuanto veía; él mismo preparando sus colores, su paleta, lienzos y cuanto requería para expresarse en aquella incipiente vocación aunada a su desempeño como ayudante del Maestro Rafael Moncada, en la restauración del Templo del Perdón de la vecina Silao. Los años juveniles le llevan a desempeñarse como empleado y trabajador en diferentes labores, -es en este tiempo que adopta la letra O de Olea y la coloca en su firma autógrafa- aunque siempre destacando su habilidad para la expresión artística pues mucho tiempo fue contratado para pintar anuncios publicitarios. Después de viajar al norte del país como topógrafo y ayudante de ingeniero, trabajando para compañías petroleras, regresa a Silao y se casa con Doña María Ana Araujo en 1923 y se radican en San Luis Potosí -conformando una familia que con el tiempo tuvo notables personajes– debido a sus contratos para realizar la mayoría de los anuncios publicitarios de diferentes marcas de productos; anuncios que eran pintados a mano alzada, pieza por pieza y muro por muro utilizando diferentes técnicas; cumpliendo con la cobertura geográfica de gran parte de las estados de San Luis Potosí, Nuevo León, Tamaulipas, entre otros. Por los años de su estancia en San Luis Potosí -en la década de los treinta-, cumplió muchos contratos de rescate, restauración, creación y decoración con muchas personalidades de gran poder económico y social de aquella ciudad. Se pintaban elaboradas decoraciones suntuosas en residencias, haciendas y salones; con aquellas alegorías de la época, resueltas con suma maestría, pintadas a mano alzada, con pinturas en polvo y preparadas para que la paleta de colores fuese increíblemente hermosa. Uno de sus clientes asiduos fue Don Gerardo Meade Lewis propietario original de la Quinta Vista Hermosa – conocida en aquella ciudad como Casa de la Cultura y hoy Museo Francisco Cossío-. Su hijo Joaquín la adquiere y por conducto de Don Alvaro E. Prieto como encargado, contrata al Maestro Romero en varias ocasiones para realizar espectaculares trabajos de decoración y ambientación en su propiedad haciéndola lucir realmente impactante por su concepción en general. El Maestro Manuel Romero realiza en estas ocasiones sus mejores trabajos de restauración y rescate, amén de las novedosas ambientaciones de salas y salones, jardines y pasillos de la propiedad.
Quinta Vista Hermosa—Museo Francisco Cossío
San Luis Potosí
D.P. 2013
Generales Lázaro Cárdenas del Río—Presidente de la República Mexicana General Saturnino Cedillo—última fotografía– en 1938 F.A.S.G.
Con el tiempo y por la belleza de la edificación en su totalidad, ésta fue motivo de variados reconocimientos y de visitantes ilustres: Don Francisco I. Madero, Don Lázaro Cárdenas del Río Presidente de México –1934-1940– se estableció allí por un tiempo, en su persecución y negociaciones contra el General Saturnino Cedillo-, allí vivió también la familia Kelly –Una hija de los Kelly fue Grace Kelly, actriz y poco después en 1956 Princesa de Mónaco, casada con el Príncipe Rainiero– posteriormente fue comprada por el Gobierno del Estado para establecer la Casa de la Cultura y finalmente hoy es el Museo Francisco Cossío.
Maestro Don J. Manuel Romero Fonseca –1936
Justamente con la estancia de tres semanas del General Lázaro Cárdenas del Río y sus principales colaboradores, en la Quinta Vista Hermosa, con su plan de terminar con el levantamiento del General Saturnino Cedillo se sucede un evento que involucra a éstos personajes y a Don Manuel Romero: Para 1936 coincidiendo con las ideas del Cardenismo, Don Manuel Romero, había impulsado de manera ferviente –no olvidemos que eran tiempos del pensamiento obrero socialista– la creación de algunos sindicatos, ya se había formado el de Mujeres Costureras, el de Taxistas y otros; como reconocido líder en estos aspectos Don Manuel Romero había tenido roces y desacuerdos de carácter político con algunos políticos y dentro de esos en 1938 con el General Saturnino Cedillo, que envió a sus hombres para que “le llevaran” a Don Manuel—tipos rudos y bien armados-. Cedillo le reclama de Don Manuel su desacuerdo con “su política” -que deseaba Cedillo y poco después armó su sublevación- , al apartarse de la política de Cárdenas. El hecho causó una gran preocupación en la familia Romero Araujo, pues era bien sabido que Cedillo era muy autoritario y hasta peligroso, por sus reacciones de mal carácter; el susto e intranquilidad pasaron cuando vieron regresar a Don Manuel que pudo capear el coraje de Cedillo con razones ciertas de peso, al mantener sus ideales sindicales aún a costa del peligro que representó el desacuerdo.
Días después y sin saber nada al respecto, Don Manuel es nuevamente sacado de su casa estudio, solo que ahora por el Diputado Ignacio Cuellar con pistola al cinto y actitud nada amigable, diciéndole que caminara con rumbo a un parque cercano y después de unos cientos de pasos el Maestro pregunta a Cuellar -¿Oiga Diputado, me trajo a pasear o para matarme?, se detuvieron justamente a pocos centímetros de un sitio de taxis –sin saberlo el diputado, los taxistas pertenecían al Sindicato, recién formado a instancias del trabajo de Don Manuel– así que los taxistas presenciaron el hecho; en eso Don Manuel se lanza sobre aquel diputado y en un forcejeo de golpes y mentadas de madre desarmó a Cuellar, cae la pistola al piso y la toma un taxista, mientras que Don Manuel aún con la adrenalina del momento lo levantó con gran fuerza y lo volvió a tirar azotándolo en el piso. -No se preocupe Don Manuel, éste pendejo seguro ya no vuelve a molestarlo– dijo un taxista presente; otro comentó de inmediato –y si algo quisiera hacer, aquí tiene a muchos testigos de que este pendejo quería matarlo-. Pasado el incidente, regresó a casa a tranquilizar a su familia después de otro susto de grandes proporciones . A las pocas semanas, en abril de 1938, se le contrata para hacer otros trabajos en la Quinta Vista Hermosa, y estando ahí desarrollándolos, es que llega a hospedarse allí en mayo, el General Lázaro Cárdenas con algunos de sus Secretarios, entre ellos el de Guerra, General Avila Camacho, con la finalidad de encontrar al desleal y revoltoso General Saturnino Cedillo para que depusiera las armas y detuviera su rebelión recién iniciada. Aún con eso y a sabiendas que estaba ahí parte del gabinete presidencial la finca es atacada por aire con un avión que roció metralla y arrojó cuatro bombas –que cayeron detrás de la finca rumbo al campo de aviación, solo estallaron tres, el avión fue derribado y cayó más alejado del campo aquel. Afuera del frente de la finca, había unos grandes macetones de adorno y al momento del ataque el General Avila Camacho corrió a protegerse detrás de uno de aquellos macetones; en ese momento le gritó Don Manuel -¡No sea pendejo General, ahí lo van a matar, corra al jardín, corra al jardín!. Pasó el terrible incidente y el General Lázaro Cárdenas hizo buenas migas con Don Manuel al grado de pedirle días después, que fuera por favor a conseguirle los periódicos del día –donde se suponía venía la noticia de la rendición de Cedillo, después de la enardecida arenga al pueblo que hiciera Cárdenas un día antes– y le comentó que solo faltaba localizar a un tal Ignacio Cuellar, un Diputadillo mequetrefe. Salió Don Manuel a cumplir con la encomienda del Presidente y de regreso en la calle, se topó con Cuellar nuevamente lo detuvo en seco y le dijo: —Cuellar, te anda buscando el Presidente Cárdenas, así que ve pensando cómo vas a salir de ese problema, ya sabes cómo son las cosas– Cuellar se derrumbó y asustado le respondió –¿y ahora? ¿Qué hijos de la chingada voy a hacer?-, Don Manuel le contestó: -Pues mira Cuellar, lo que se me ocurre y que será mejor, es que vayas a buscarlo y hables con él. –Cuellar respondió ¿y cómo? ; Don Manuel le dijo: -Mira voy a verlo en este momento así que si quieres de una vez y por todas, yo te puedo llevar con él. Cuellar amarillo aún por la noticia y entre dudas, tos nerviosa, aclarando la garganta respondió: –Pues de una vez, total si ya traigo encima a la gente de Cárdenas y me pueden quebrar, pues mejor me apersono con él y que sea lo que sea.
Llegaron a donde estaba Cárdenas y Don Manuel le comentó: -General aquí está su encargo, los periódicos de hoy y de remate, le presento al Diputado Ignacio Cuellar- ; el General hizo a un lado los papeles que leía en ese momento y levantando la mirada la dirigió a Don Manuel y le dijo: -A que Don Manuel, usted sí que me salió efectivo, gracias; y siguió diciendo, -a ver Cuellar, ¿cómo está eso
de que me andas echando carrilla?, ya ves a Cedillo ya lo quebraron, así que tu dirás. Don Manuel se alejó a sus labores y los dejó en aquella ríspida conversación, de la que salió al poco rato, un salvoconducto para Cuellar, perdonándole sus traiciones y con la cola entre las patas –siempre Don Manuel aclaró que el General Lázaro Cárdenas jamás asesinó ni mucho menos, a nadie, porque todo lo resolvió con palabras-, el Diputadillo por fin respiró tranquilo y sabiendo que Don Manuel le había ayudado a obtener aquella ansiada solución; cosa que le agradeció y Don Manuel solo le dijo: - Ya ves Cuellar, las pistolas no sirven para nada, nunca te quitarán lo pendejo. El Maestro Manuel Romero, se destaca desde entonces por su producción artística, habilidades y el cúmulo de experiencias que a lo largo de su vida le permitieron participar en proyectos y realizaciones de enorme calidad igualmente enseñando y preparando a sus hijos como sus principales auxiliares y colaboradores en todas estas artes. Estas experiencias y el apoyo de sus hijos varones formó un verdadero equipo de realizadores de excelencia: Emilio, Manuel y Salvador quienes atesoraron y aplicaron las enseñanzas del Maestro, en todo cuanto debieron realizar y ejecutar. Con el tiempo, Emilio siguió otros derroteros, Manuel continuó el camino trazado y Salvador murió muy joven. Lamentablemente el Maestro enviudó en 1938, quedando al cargo total de sus 5 hijos –Emilio, Manuel, Susana, Salvador y Celia- Su tía Serapia permaneció con la familia -hasta que falleció 4 años después-. Por el año de 1943, le contratan para realizar la construcción de la COLONIA ATLAS por entero, en San Luis Potosí, desde los cimientos hasta la construcción total -de varias casas para trabajadores– así que Don Manuel se encarga como Arquitecto e Ingeniero Civil de proyectar, planear y construir finalmente la unidad habitacional encargada. Como era su costumbre de inmediato se apoya en sus hijos para cumplimentar su equipo de trabajo y desarrollan todo el proceso en coordinación con diferentes técnicos auxiliares; finalizando con la magnífica realización de todo el proyecto, dos años después.
Equipo de trabajo Colonia Atlas . Al centro de oscuro Don Manuel, Emilio extrema izquierda, Abajo a la izquierda en cuclillas Salvador de gorra y a su lado Manuel—1945
Fuente conmemorativa Colona Atlas “1º de Mayo– 1945
En 1946 regresa con sus hijos a Silao, buscando diferentes derroteros de trabajo y surge la intensión de radicarse en Guanajuato capital debido a las posibilidades que él encontró para su desarrollo personal y aconteció además que su hijo mayor, nacido en 1924 deseaba formar su propia familia, misma que se consolida el 15 de junio de 1947; es, en este tiempo que deciden trasladarse a la capital del Estado, viviendo primeramente unos meses en la Hacienda del Patrocinio y posteriormente en el callejón de Olleros número cuatro; allí vivieron por cinco meses y posteriormente pudieron rentar una mejor opción en la casona de Pósitos Nº 47. Siguiendo las oportunidades, pronto renta la casona contigua, el 45 de Pósitos e instala su Estudio de Pintura –Espacio de gratísimos recuerdos-.
“Ribereño” Oleo de 1948 —Firma autógrafa MORomero
Artista y de gran acervo cultural, pronto se hace de amigos, clientes y contratos de trabajo. Le solicitan integrarse para trabajar, al plantel de Maestros y Académicos de la hoy Honorable Escuela Normal Superior, colocándolo como Maestro de Pintura y Dibujo, cátedras que continuó por varios años.
Es de 1948 a 1958 una década prolífica en la producción artística del Maestro realizando varias obras de caballete a encargo de particulares o a solicitud de personalidades de la política e infinidad de ocasiones fue contratado para realizar diferentes obras y trabajos; desde pintura de caballete, carros alegóricos, escenografías, publicidad, maquetas, museografías y un sinfín de realizaciones.
Autorretrato Oleo de 1948 —Firma autógrafa MORomero
María Ana Araujo Oleo de 1948 —Firma autógrafa MORomero
La Acusación —1947– M.O.Romero
Adoración de los Reyes —1948- M.O.Romero
Obras de gran formato 1.80x3.00 mts. Por encargo de coleccionistas, entre ellos el Lic. Rafael Araiza Romero y Don Pedro Gutiérrez de Silao, Gto.
Fundación de Silao —1947- M.O.Romero
El Maestro Manuel Romero dirigiendo los trabajos en Carros Alegóricos—1953-
Desde su llegada a Guanajuato en 1947 hasta 1960 –un año antes de su fallecimiento– El Maestro Romero fue el creador de los carros alegóricos con motivo del Desfile de cada año conmemorando el 28 de Septiembre de 1810. Siempre realizados en la Calle de Juan Valle por la cercanía con su Estudio de Pintura en la Calle de Pósitos Nº 45. Obras de gratísimos recuerdos porque participábamos todos en la familia en todo el proceso de confección bajo su excelente dirección. Carro Alegórico 28 de septiembre —1954-
Carro Alegórico 28 de septiembre —1954-
Mancha Imborrable -1948 —Firma autógrafa MORomero
“Mancha Imborrable” Obra realizada en 1948. Ilustra simbólicamente por medio de los elementos compositivos, el impacto que causaron en el Maestro al momento de la concepción creativa de esta Obra, recordemos su formación liberal: El terrible final que tuvo el “Padre de la Patria”; sus ideales y presencia, con aquella personalidad arrolladora y decidida al enterarse de que sus esfuerzos liberales fueron descubiertos y tomar la responsabilidad de decidir el momento para llamar a las armas al pueblo e iniciar el levantamiento libertario. La cadena de acontecimientos en que se vio involucrado por su propia aceptación y resolver de manera heroica la responsabilidad de conducir a seres humanos a pelear encarnizadamente por sus ideales libertarios.
Este óleo de 1948 fue pintado por el Maestro Romero como resumen descriptivo de la vida del máximo caudillo de la nación: -Así nos lo hacía saber—Una mano española sostiene la cabeza cercenada del cuerpo sin vida y recién fusilado del Padre de la Patria, -reconocible a todas luces-, ensangrentada por el reciente momento, iluminada por la luz del oriente, que a la vez, ilumina la esquina de aquel edificio emblemático de la primer batalla libertaria y que, para escarnio de la población y por bando real, los españoles cumplieron la orden de Félix María Calleja de colocar en espantosas jaulas de fierro, “las cabezas de tales facinerosos, revoltosos y enemigos del Rey, para ser colocadas en cada esquina”, de la edificación recién terminada y motivo de tal agresión, para que los pobladores escarmentaran en “cabeza ajena” lo que pasaría si se atrevían a desobedecer las órdenes del Rey y autoridades realistas. Aún con lo descarnada y fuerte que pudiese ser, esta obra fue tan impactante que motivó enormes comentarios de aprobación, por su propio carácter y fuerza visual, por la concepción creativa y por la calidad técnica para resolverla. Tanto fue, que el Maestro la obsequió al Presidente de la República en turno, El Lic. Miguel Alemán Valdez quien ordenó se hicieran copias para producir miles de litografías que fueron enviadas a todas las Presidencias Municipales, Escuelas y Centros Educativos, Institutos y demás; considerando todo el complejo gubernamental, para la conmemoración del ciento cuarenta aniversario de la gesta de Independencia. No contamos en la familia, con prueba gráfica de ésta obra que la muestre en su colorido real. Solo quedó un negativo 3x6 cms. en “blanco y negro” obtenido de una vieja cámara fotográfica y el positivo es el que se ilustra. Pero existen aún algunas de esas litografías en tono sepia con dimensiones de 28 x 34 centímetros y que fueron editadas con motivo de aquella Conmemoración y repartidas por miles en toda la Nación. En 1953 y con la idea desarrollada de utilizar el recinto edificado del Castillo de Granaditas, que recién había sido desalojado de presos y condenados, después de ser usado como Cárcel Penitenciaria, decide hacer una reproducción del mismo tema y elabora una obra boceto de la anterior, realizada con terracotas y en los tonos de color similares y como sustrato, una base de “fibracel” un material compactado de fibras de residuos de madera; se encuentra ahora en el acervo de la familia Romero Cantero; familia formada por Manuel Romero Araujo— segundo hijo del Maestro y otro gran exponente de las Artes – y Doña Luz María Cantero de Romero. Recordando los difíciles momentos tanto económicos como sociales del fin de la década de los 40 en Guanajuato. Es pues ésta Obra, la que inicia la idea de RESCATAR -el edificio recién evacuado de reos y delincuentes para trasladarlos a Salgado la nueva Penitenciaría– edificación tan importante por el concepto que él percibió con toda claridad: el primer momento de la lucha libertaria de Hidalgo y los liberales. “La gente debe conocer la historia del Padre de la Patria”, todo lo que hizo y enseñó a los pobladores de las partes donde estuvo, como los ayudó y por qué sus ideales liberales lo llevaron a comandar la lucha aún a costa de su vida” -escribía el Maestro en sus apuntes– Obviamente sabía muy bien a qué se enfrentaría con ésta labor y propuesta de gran proyección, además de considerar que la edificación era enorme, con mucho espacios a llenar, cuestión que motivó mucho más al Maestro a fin de asumir su titánico proyecto.
Mancha Imborrable copia -195—Firma autógrafa MORomero
Alhóndiga de Granaditas
Las cosas y las ideas no aparecen de la nada y ya realizadas, les aparecen paternidades o entidades que se “paran el cuello” asegurando ser los creadores, peor aún cuando esa paternidad se “oficializa” plagios oficializados: “La prisión fue posteriormente abandonada en 1949 y es en 1958 cuando el gobierno federal y estatal del Estado de Guanajuato decidieron convertirla en museo” ¿9 años de historia perdida? – La obra arriba mostrada fue creada originalmente en 1948 y en la lectura de los símbolos podemos encontrar todo el tema completo de la importante vida de Don Miguel Hidalgo, su lucha, muerte y el escarnio que simbolizó la exposición pública de la cabeza cercenada del Héroe en una jaula de fierro forjado. Surge de esta obra la magnífica idea y tema del Museo. Un año después de su llegada a la ciudad, el Maestro comienza a promover la idea de rescatar y convertir el edificio del “Castillo de Granaditas” en Museo y no perdía la oportunidad de comentarlo con aquellas personalidades, tratando de lograr el apoyo necesario. La idea comienza a fructificar y es en los siguientes dos años que va tomando forma, iniciando los trabajos previos y por fin en 1953 se consolida el proyecto general de la creación del -hoy famoso e históricamente importante- Museo Alhóndiga de Granaditas, aprovechando de mejor manera el edificio histórico y plantea la museografía para mostrar la biografía de Don Miguel Hidalgo y Costilla, su quehacer personal y social hasta llegar al momento histórico del Grito de Independencia. utilizando los silos como salas específicamente dedicadas en base a esculturas, maquetas y pinturas.
Para 1953 se inicia todo el trabajo requerido bajo la estricta dirección del Maestro Romero y en poco tiempo, cada sala tenía vida propia y como museo, permitió a miles y miles de personas, conocer la vida de Hidalgo y los héroes de la Independencia, de 1955 en adelante el Museo gozó de una gran popularidad y aceptación del visitante. Quizá algunos recuerden que en su infancia fueron visitantes asiduos de aquel museo o que sus grupos escolares hacían repetidas visitas . Todas las salas era muy informativas y educativas, por las hermosas maquetas a escala que ilustraban cada tema y recuerdo especialmente dos maquetas a escala, impresionantes por su concepción, desarrollo e impacto: La primera ilustraba el momento justo del “Grito de Dolores”, estaba el templo de Dolores, la Plaza principal completa y la ambientación de aquel momento histórico en la población, representada a escala y vestidos con la ropa de la época.
Maqueta de la Plaza Mayor en Dolores Hidalgo Grito de Independencia -1955-
Maqueta de la Plaza Mayor en Dolores Hidalgo Grito de Independencia -1955-
Maqueta del cerro de Granaditas. La Alhóndiga en el lugar . TOMA DE GRANADITAS 28 septiembre de 1810 -1955-
La otra maqueta era la ilustración a escala del cerro de Granaditas, lugar a donde se construyó en 1796 -1809 el edificio de la Alhóndiga y se podían observar el caserío y los edificios aledaños, los callejones y calles en el esplendor de los colores reales y vivos. El objetivo era mostrar el momento histórico de la “Toma de Granaditas” por las fuerzas libertarias de Hidalgo y su ejército, incluida la acción valiente y decidida del Juan José de los Reyes Martínez “El Pípila” al prender fuego a la puerta principal aquel 28 de septiembre de 1810. Esta ilustración causaba una gran admiración en los visitantes, al permitirles comprender exactamente aquel gran momento histórico y la importante relevancia que tuvo para la historia del México Insurgente. Les hacía vibrar el corazón y les inyectaba el Nacionalismo -hoy perdido- y el respeto por nuestros Símbolos Patrios, amén de incrementar su acervo cultural. Confeccionadas con diferentes materiales, cartulinas, herrajes, pintura, telas y otros para dar toda la ambientación realista a cada tema, que poco a poco fueron creando el magnífico efecto informativo que se requería. En los trabajos participamos toda la familia; grabados en mis recuerdos permanecen estos quehaceres de horas y horas realizando todo lo necesario, ayudar aquí y allá, subir y bajar con materiales, incluso acondicionar lo necesario para que todo el trabajo del día quedara perfecto y recuerdo gratamente que el conocimiento histórico que aprendimos mi hermano menor y yo fue tal, que salíamos presurosos de la escuela para llegar al Museo y aprestarnos a recibir a los visitantes y darles la explicación del significado de cada sala museográfica… “Le explico sala por sala todo el museo?” era nuestra forma de recibirles –quizá ahí nacieron los niños guía de Guanajuato, no lo sé –
y al terminar la visita a todo el Museo, muchas personas, nos regalaban algunas monedas; cosa que nos enorgullecía y mucho más al llegar a casa y entregar a mamá lo obtenido como Guías de 8 y 7 años especializados en la vida de Don Miguel Hidalgo. Estas maquetas y las diferentes Salas de exhibición estuvieron muchos años expuestas al público visitante e igualmente recuerdo el gran impacto que producían en ellos, seguramente algún lector las recordará como parte de su infancia. -Mucho lamento que las fotografías que ilustran ambas maquetas no tengan una buena calidad, que se justifica con que: la pequeña cámara de cajón con que se contaba en la familia no podía producir mejores tomas. Sin embargo han trascendido al tiempo al haberlas rescatado para mostrarlas por primera vez dejando fiel testimonio de lo narrado como gran historia rescatada-. Se hacía gran promoción para obtener la necesaria comprensión de la vida, costumbres, cultura, gastronomía, artesanía, turismo, fuentes de información y de acceso, de cada Municipio del Estado, para incrementar el conocimiento y el acervo de los visitantes. Todo aquello era trabajo cotidiano en el Museo Alhóndiga de Granaditas, desde la planeación, estructura de eventos, realización, logística, incluso se hacía todo el trabajo publicitario o de ambientación –como ilustran las fotografías- facilitando a expositores y visitantes todo lo necesario para disfrutar del momento.
Stands de las Expos Guanajuato Produce donde concurrían todos los Municipios de Guanajuato para mostrar desde productos hasta artesanías eran de suma importancia tanto comercial como culturalmente, debido a que se conocía todo lo referente a cada Municipio—Se ilustra la realizada en 1953—
El maestro Don J. Manuel Romero Fonseca fue prácticamente el primer Director del Museo y logró una organización y administración considerablemente estable que al poco se convirtió en éxito debido incluso al sin número de exposiciones de productos manufacturados en cada municipio y sus artesanías. En la “Planta Baja” del edificio se instalaron -por la parte que da a Mendizábal y la otra a la planada y escalinatas– en diferentes salones, diferentes talleres: de Orfebrería, Latonería, Cerámica, Peletería, Telares y procesos de Lana, Artesanías en hueso y muchas otras cosas más, con el claro objetivo del fomento de la enseñanza, el aprendizaje de UN OFICIO y finalmente la manufactura de artesanías y productos ayudando a la comercialización de los mismos. Algunos productos eran manufacturados por los presidiarios de Salgado y la venta les ayudaba al mantenimiento de sus familias. Así fue durante años, solo que al tiempo todo aquello fue destruido. Guanajuato está lleno hoy de “puestos de venta de artesanías”, pero en ninguno se puede ver al artesano en el proceso de elaboración. Las artesanías a la venta no son representativas ni mucho menos tienen el concepto de calidad y excelente manufactura de aquellos artículos que se comercializaban en ésta área de la Alhóndiga de Granaditas. Aquel objetivo se cumplía cabalmente y trajo bienestar económico a muchas familias e igualmente un buen número de personas aprendieron oficios relacionados, permitiéndose aparte de las buenas remuneraciones, una revaloración de su persona, sus habilidades, sus capacidades y muchos de ellos, dejaron a sus hijos el amor y cariño por el oficio aprendido. Es una gran pena que, en la actualidad a nadie le interese el tema. Sin nadie con esa VISIÓN, aquel edificio “viejo” y que a nadie importaba, -pues, como ya se comentó, había sido desde vecindad, escuela, entre muchas cosas más y finalmente cárcel hasta 1949 –dentro de sus muros ocurrieron tragedias y atrocidades– era obvio para muchos, que era descabellado convertir “eso” en un MUSEO, muchos se opusieron e hicieron hasta lo imposible por detener el proyecto…. Contra tantos avatares, el Maestro Manuel Romero logró imponer su propia visión de la importancia histórica de la edificación, dándole vida, esa misma vida que fue aprovechada años más tarde. Con posterioridad el Museo y su acervo fueron absorbidos por el INAH y se instauraron otros programas de trabajo, se cambiaron los conceptos, se modificaron las formas y finalmente se perdieron en el tiempo las magníficas historias de éxito, que fantasmalmente han de seguir deambulando solas, por el Recinto Histórico. Sin embargo quedó para la historia de la ciudad esta magnífica aportación cultural y muchas más del Maestro Don J. Manuel Romero Fonseca como grandes tesoros que debemos rescatar, preservar y promover, en beneficio de nuestra cultura y el magnífico acervo que nos entregó en custodia.
Rescate y Restauración del Teatro Juárez.
-La ejecución de Obra artística tanto original como de rescate y/o restauración, requiere para su realización, de personas realmente capaces y para nada improvisados.– Debido al carácter, reconocimiento, talento, fuerza, responsabilidad y otros atributos como la experiencia, honradez, capacidad técnica, conocimiento, estudio, análisis y poder realizador, por el gran trabajo mostrado con el proyecto del Museo Alhóndiga de Granaditas y su trato cordial, positivismo y capacidad para poder asumir responsabilidades de gran envergadura Don Manuel Romero fue el candidato obligado –por aquellos años no existía algún artista ni restaurador con tales capacidades y atributos—creo que ni aún hoy, exista tal persona– para responsabilizarse de otra gran Obra. Para 1957, otra gran contribución por su enorme importancia cultural lo constituye el proyecto de la Restauración total del Teatro Juárez, que por esos días estaba totalmente destruido, era un edificio sin vida y casi en ruinas, debido al vandalismo, descuido y poco mantenimiento, pues se “prestaba” a la comunidad para hacer desde bailes hasta funciones de cine y fue tal el deterioro que terminó sus mejores días como edificación alquilada para realizar funciones de lucha libre y boxeo. La destrucción era lamentablemente total, quizá algunas personas recuerden con tristeza cómo lucía de maltratado, no había absolutamente nada de aquella magnificencia de antaño; palcos caídos y destruidos, muros pintarrajeados, adornos y decoración en ruinas, nada indicaba que fue un hermoso lugar. Todo era caos y poco faltó para que fuera demolido. El Maestro Romero inicia su trabajo desde la investigación, la recopilación de información, el análisis y estudio desde muros hasta la iluminación, en fin, todas las tareas de investigación requeridas, para ir rescatando y reconstruyendo lo destruido paso por paso y con total cuidado de rescatar ese encanto y porte que provocó aquella edificación.
Teatro Juárez Vista Nocturna Guanajuato, Gto.
Fotografía: Emilio Romero
El libro “Teatro Juárez” de Alfonso Alcocer –página 96– menciona una pequeña referencia. En realidad estos trabajos fueron el rescate prácticamente completo tanto del inmueble como de la decoración interior, se incluyeron reposiciones de casi todos los detalles de decoración incluidos muebles. Se trajeron telas, pinturas especiales –algunos de los trabajos posteriores de restauración nunca contaron ni remotamente con la “paleta de colores” original y pintaron algunas partes con color de pintura directa “del bote”- tonos, colores y su combinación fueron utilizados para recuperar las características arabescas propias de la decoración original; todo ello producto de una investigación a fondo que realizó el Maestro Romero. Igualmente trabajó intensamente en el estudio de estilos arabescos para determinar las formas, adornos, molduras, frisos, plafones y demás, como adornos originales y que no existían. Se utilizaron colores en polvo –de la más fina característica– para preparar las mezclas y lograr una paleta de color mucho más real y adecuada, matizada y espectacular. El trabajo en color oro se realizó a la manera antigua con aquellos ingredientes: Oro en polvo, amalgamas con sus propias fórmulas, para conseguir los grandiosos resultados que hoy admiramos. Algún político –de esos pendejos encumbrados como él decía- en su visita a los trabajos de Restauración preguntó al Maestro ¿En dónde han adquirido el mismo Papel Tapiz? -que por cierto era un verdadero desastre o ya ni existía en muchas partes de la sala– a lo que éste respondió muy molesto por la nula observación del preguntón –Esto NO ES Papel Tapiz… es pintura hecha por mis manos y todo lo que usted puede ver, está realizado de la misma manera. Paso a paso, la Restauración se fue completando y mientras que esto ocurría, el Maestro dedicó mucho de su tiempo en la manufactura primero de la tela requerida –por sus dimensiones, estructura, refuerzos y preparación para la imprimación de la base- para poder pintar en ella el “Gran Telón de Boca” una copia perfecta y exacta del original. Habrá que recordar que para aquellos años, el teatro no contaba con personal y mucho menos gente con la capacidad para dar mantenimiento profesional al inmueble -seguramente hoy, su personal solo hace tareas administrativas– y todo cuanto necesita la edificación para mantenerse en perfectas condiciones, -Se prohíben muchas cosas, el paso a determinadas áreas, la toma fotográfica entre otras, pensando que con ello salvaguardan la edificación; sin embargo es territorio de guías y visitas guiadas, que muchas veces no respetan el recinto o nada valoran–. Por el tiempo de los trabajos, todo el equipo de trabajo del Maestro Romero se mantenía consciente de la gran responsabilidad que esa Restauración implicaba y se mantenía el espíritu de realizarla con toda calidad; en el equipo de primera línea sus hijos: Emilio, Manuel y Salvador, comandando a pintores, carpinteros, electricistas, albañiles, peones, ayudantes, modeladores, molderos, ebanistas, y un gran número de ayudantes; -los adornos en relieve, requerían de tratamientos especiales y de gran habilidad técnica, se realizaron con originales de gran maestría, esculpidos por el Maestro y se moldearon para así “repetir” el motivo las veces que fuese necesario, para después colorearlos a tu matiz verdadero- todos con su programa de trabajo diario a cumplir bajo estrictas metas, que en coordinación fueron cumpliendo objetivos precisos de calidad. Por eso hoy luce tan esplendoroso como cuando fue inaugurado.
Teatro Juárez Interior—Colocación de padrones base para elaboración de tapiz en muros—1958-
Hoy igualmente muchos o quizá todos los Guanajuatenses estamos orgullosos de esas dos joyas históricas y culturales que poseemos; que son consideradas del Patrimonio Cultural de los Pueblos Me han preguntado ¿En dónde se pueden ver las obras del Maestro? Y mi respuesta es y será—En varios lugares, pero si tienes mirada acuciosa, en Guanajuato hay dos “libros abiertos” con mucha de sus grandes obras: El hoy “Museo Regional de Guanajuato, Alhóndiga de Granaditas” y el esplendoroso Teatro Juárez, donde podrás mirar y consultar para reconocer su legado. El Maestro Don J. Manuel Romero Fonseca es pues, un insigne Guanajuatense, un personaje de gran importancia tanto artística como cultural e históricamente, pues su legado es reconocible e invaluable. El otro tesoro que nos dejó de carácter humano y social, lo constituye su prosapia de la que, dan cuenta los cientos de alumnos, amigos y familiares que le recuerdan con cariño, admiración, respeto y agradecimiento. Me permito rescatar esta historia, para la memoria cultural de nuestra hermosa Ciudad. En diciembre de 2012 a 51 años de su partida, traté fervientemente de que el Ayuntamiento Municipal incluyera al Maestro en su lista de personajes ilustres de Guanajuato y el homenaje que se les haría, realizando un busto escultórico de cada uno de ellos para colocarlos en el Jardín del Cantador, topándome con “representantes” de la ciudadanía entre regidores y demás, con gente inculta y desconocedora del rico acervo guanajuatense que tiene frente a sus ojos sin mirarlo; lo único logrado fue, el silencio de los que por no saber ni querer aprender seguirán cometiendo las mismas “burradas” de los que hace justo 60 años se empeñaban en boicotear con estúpidos argumentos, la idea de hacer UN MUSEO en el CASTILLO DE GRANADITAS o los que, por razones similares, hablan del TEATRO JUÁREZ como algo que apareció por “arte de magia” como se ve hoy. Si lo vemos así, en todo caso, fue la magia que nos dejó en custodia el ilustre DON JOSÉ MANUEL ROMERO FONSECA.
Historia rescatada
Don Emilio Romero Araujo Por: Emilio Romero
Emilio y Manuel Romero Araujo
Primogénito de Don J. Manuel Romero Fonseca, nació en San Luis Potosí el 20 de marzo de 1924, -es el único sobreviviente de la familia Romero Araujo, a sus 90 años mantiene una lucidez excepcional-recibió las magníficas enseñanzas de su padre desde muy pequeño, aunadas a sus propios talentos y habilidades, siempre se destacó por una gran inteligencia, capacidad de retención, pensamiento lógico, su gusto por los retos y juegos mentales que aún hoy día, son parte de sus quehaceres. Alumno del Colegio Inglés de San Luis Potosí en su infancia, destacó siempre por su gusto por las matemáticas y las ciencias, por aquellos años, aquel Colegio era una escuela de muy buena fama debido a la calidad de los programas de enseñanza que mantenían. Desde muy pequeños, tanto Emilio como Manuel su hermano un año menor, se fueron convirtiendo en los “brazo derecho” de su padre, para muchas de las tareas diarias, aunadas a las labores para desarrollar los trabajos encomendados a su padre. Este bagaje de enseñanza más el contacto directo con herramientas y materiales, pronto formalizaron en ellos, experiencias que con los años, les permitieron destacarse en todo cuanto a realizaron social y laboralmente, construyendo su enorme personalidad.
Compañeros de su grupo en el Colegio Inglés de San Luis Potosí, -simpática fotografía posada con su grupo-, cuando con muchos de sus compañeros quedaron de acuerdo en manifestar -con sus actitudes para la fotografía– el poder y ventaja que les proporcionaba estar en aquella institución, reconocida por la calidad de su Plan de Enseñanza como Colegio Privado y que, según ellos y su propósito, mostrarían al momento de aquella toma fotográfica. La estimada Maestra Profesora…. Les acompaña en aquel momento.
Infancia y Juventud Destacado alumno estudiante de primeras letras, Emilio se recuerda como “un chiquillo” muy comprometido con sus quehaceres escolares, cumplido con sus tareas y presto a participar en toda actividad solicitada y encargada por sus maestros y profesores. En 1938 sufre la familia, la pérdida de Doña María Ana Araujo Cisneros, que al fallecer muy joven –31 años– deja en media orfandad a la familia, constituida por: Emilio con 14 años, Manuel con 13 años, Susana de 11 años, Salvador con 7 años y Celia de 5 años, lamentable evento que coadyuvó en el refuerzo de la unión familiar, característica que siempre les acompaño a lo largo de la vida a todos y a las familias que fundaron en los años siguientes: Romero Balandrán, Romero Cantero, Prieto Romero, Romero Arrona, Luna Romero, respectivamente.
Familia Romero Araujo 1927
Fotografía tomada en 1927, con una pintura de Don Manuel Romero Fonseca –M.O.Romero– al fondo, sirvió para dejar el recuerdo de la Familia Romero Araujo: De pie el Maestro Romero y la tía Rafaela Araujo Cisneros, sentada a la izquierda la tía Serapia Romero Olea –Nieta de Nicolás Romero caudillo de la Guerra de Reforma– Don Emilio en cuanto pudo hablar comenzó a llamarla “Mina” por ser su madrina de Bautismo y luego conocida en la familia como “Tía Mina”, sentada con Manuel Romero Araujo –de 2 años- en su regazo, Doña María Ana Araujo Cisneros y al frente de pie Don Emilio Romero Araujo –de 3 años-
Emilio, Manuel -”Güero Romero” como él se presentaba-, Susana y Salvador Romero Araujo -1932-
Los años siguientes al fallecimiento de su madre, -fueron muy difíciles como en toda familia cuando se pierde a uno de los pilares de la misma-, aunque siempre contando con el gran apoyo de Don Manuel, Emilio y Manuel como hijos mayores tomaron muchas veces ese papel ayudando a los menores auxiliados por la “Tía Mina” -quien fallece en 1942- a poder realizarse, estos acontecimientos marcaron mucho a la familia en general y les permitió aún más, fortalecer sus lazos y unión familiar; por años fueron ejemplo de lo anterior como una de sus notables características. Emilio con catorce años en 1938, ya era consumado “brazo derecho” de su padre, en todos los trabajos que bajo contrato obtenían debido a la gran calidad de realización que ofertaban como profesionales del ramo, así que en aquellos años emprendieron innumerables trabajos publicitarios –se pintaban rotulaciones en muros de tiendas, vehículos y comercios-, igualmente se hacían elaboradas y suntuosas decoraciones en residencias de particulares –muchos de éstos trabajos adornaron por años, elegantes comedores, salas, pórticos y salones– realizando a mano alzada decoraciones sobre todo en muros y plafones.
En primer plano: Emilio, dos ayudantes y Manuel Romero Araujo -1941-
Con grandes habilidades, conocimientos y experiencia logradas a través del cumplimiento de los trabajos respectivos, productos de un sin número de contratos que cumplieron auxiliando a su señor padre, Emilio y su hermano Manuel adquieren a la par, esa indiscutible habilidad de producción y realización de productos finales de gran calidad. Don Manuel Romero determinó que su equipo de trabajo de primera línea fuesen sus hijos y al confiarles la dirección y realización de muchos de aquellos contratos, sabía bien que juntos, eran capaces de resolver empresas de gran envergadura. De pronto se presenta otro suceso de nivel nacional y se corre la voz por todo el territorio de la necesidad de personal adiestrado y capacitado para “enlistarse” como soldados de la Patria –debido a los conflictos mundiales, que hicieron resonar “Tambores de Guerra” por todos los confines del mundo- , Emilio toma la decisión de hacerlo enlistándose al Servicio Militar para ser incluido al Servicio de la Patria—Acción que al mismo tiempo, asume su hermano Manuel y juntos buscan afanosamente su participación-, desafortunadamente no pudo lograrlo porque los requisitos apuntaban puntualmente a que se debería cumplir con: estatura, certificación médica óptima y otros –Emilio acusaba debilidades de visión u ópticas, que fueron impedimento total, para ser aceptado– sin embargo y conociendo su impedimento, Emilio determina que: si no pudo enlistarse en el ejército mexicano, bien podría servir a la Patria, enlistándose en el reconocido Pentatlón Militarizado con su loable lema “Patria, Honor y Fuerza”, inscribiéndose allí como “Fusilero Ametrallador” Primera Clase.
Emilio Romero Araujo -Fusilero Ametrallador– 1944
Aquel impedimento visual—miopía y astigmatismo– determinó por aquellos días, su limitación para realizar aquella parte de sus grandes deseos de ser útil a la Patria. Mientras esto ocurría Emilio iniciaba sus estudios en Radiotecnia en la prestigiada Hemphill School, por su gran inquietud y deseos de investigación tecnológica. La reducción de oportunidades de trabajo en San Luis Potosí para ellos fue terrible, debido a que su padre Don Manuel Romero era conocido como gran combatiente y activista por los derechos humanos y laborales de un creciente número de personas trabajadoras y que además, había provocado e incidido en la formación de agrupaciones sindicales, por esa razón, los contratos de trabajo disminuyeron considerablemente, los que podían pagarlos, no estaban tan de acuerdo con el pensamiento e ideas tan revolucionarias y la familia en pleno, sufrió las consecuencias; que sin dudar un ápice, todos en ella, asumieron la responsabilidad de tan humanista actitud –provocada a su vez, por la enseñanza de su padre, que se refería a ello como: “El trabajador con su realización laboral, debe ser valorado en su verdadera dimensión y gozar de las prestaciones ganadas, con el sudor de su frente y con ello, el poder de disfrutarlo con su familia” “porque son altamente productivos, es un bienestar que mejorará al País, porque hará mexicanos felices” y sin importar aquella baja de recursos económicos, consideraron que les asistía la razón.
Emilio Romero Araujo -1942-
Regresa toda la familia a Silao en 1946, su lugar entrañable de origen, con el planteamiento de buscar mejores oportunidades de desarrollo, tanto social como económicamente como principal prioridad, sobre todo por el análisis de posibilidades efectuadas por Don Manuel Romero y la propuesta a sus hijos; convocatoria que de inmediato secunda Emilio –por su pensamiento analítico y lógico– que a su vez, permea y motiva en sus hermanos, para llevar a cabo aquel difícil traslado.
María Cruz Balandrán Ramírez -1946-
Silao y la Historia de Amor
Aquel año de 1946 la familia Romero Araujo se ocupa en lograr acomodo en la ciudad de Silao y disponerse a tratar por todos los medios de encontrar el ansiado trabajo para desarrollarse y subsistir adecuadamente, por algunas semanas fueron momentos difíciles, aún con todo en contra no cesaron nunca en sus intentos. Empezaron a hacer amistades y a tener algunos pequeños contratos de trabajo. Un día de mayo, Emilio fue invitado a salir a pasear al centro de la ciudad por unos amigos que pocas semanas atrás había conocido; ya un poco más relajado después de días intensos, aceptó acompañar a
sus recientes amigos, entre la algarabía de aquellos y la necesidad de hacer algo realmente relajante, Emilio se dispuso para salir a caminar con rumbo del jardín principal, se alisó con ambas manos su pelo y se encaminaron entre risas y bromas por las calles aledañas. -Que bien que te animaste– dijo uno de ellos; otro agregó—si Emilio, sirve que vemos a las muchachas y tomaremos un rico helado de esos de Don Juan-; un tercero dijo casi a gritos—sí y nos sentaremos a verlas pasar, fumándonos un cigarro-. Las risas pronto complementaron a sus pasos por las calles y todos llenos de ánimo caminaron el trayecto. Era domingo y había muchas personas caminando, unas de compras, otras de paseo y muchas más que se disponían a asistir a la misa dominical –como se acostumbra aún– todas con dirección de la Parroquia justo en el centro de Silao, a un lado del Jardín Principal. Llenos de entusiasmo, entre risas y comentarios fueron caminando para llegar a la plaza y de pronto vieron a un grupo de muchachas que iban en sentido contrario por la ancha banqueta y de inmediato unos de ellos dijo: - Ya ven, les dije que hoy es buen día para conocer muchachas– otro dijo –Si, se ven bien, vamos a platicar con ellas– y detuvieron sus pasos esperando a que aquel grupo de muchachas se acercara. Cuando ya las tenían frente a frente, quizá el más entusiasta o más “aventado” fue el que abrió la conversación: -hola muchachas, ¿a dónde irán con tanta prisa? Y aquel grupo de chicas disminuyo su marcha hasta detenerse justo frente a Emilio y sus amigos; de inmediato una de ellas se apresuró a decir –¡íbamos a misa, pero a ésta mensa se le olvidó su chal!- y casi todas soltaron la risilla de aprobación del comentario. La chica aquella que fue señalada, se ruborizó de manera tal que todos lo pudieron percibir, su rostro se puso de un rojo encendido, por la vergüenza del comentario y las risillas de sus amigas; mucho más porque se produjo delante de aquellos muchachos. Emilio desvió la mirada para ver a la muchacha a quien habían “delatado” frente a ambos grupos y la encontró enteramente ruborizada, con la mirada clavada al piso y la piel de sus mejillas, tan color rojo que parecería que estallaban en aquel instante. Qué pena le habían hecho pasar y peor aún, frente a aquellos muchachos que ni conocían. Tímidamente se acercó a ella y le dijo: -no hagas caso, ni te apenes, a todos nos puede pasar algo así– aclaró su garganta y prosiguió: -Soy Emilio y recién llegué a Silao, extendió la mano en señal de saludo y solo recibió un –gracias– acompañado de una tímida mirada de aquella muchacha que se apresuró a retirarse de ambos grupos. ¿Quién es? ¿cómo se llama? Preguntó Emilio a las amigas que se retrasaron en su retirada; una de ellas le dijo: -Se llama Mari Cruz y es mi amiga. Desde aquel momento, Emilio se afanaba en tratar de localizar a aquella muchacha que se ruborizaba fácilmente y que además fue capaz de alejarse del momento tan penoso que le hicieran pasar. La suerte o el destino jugaron su importante papel, al poco tiempo tuvo Emilio oportunidad de encontrarse con aquella chica –María Cruz Balandrán Ramírez contaba con 17 años-, que además trabajaba como dependiente en la tienda de Marciano Acosta, justo frente al jardín de la plaza principal así que a Emilio no le daba ningún problema localizar, aún recién llegado y sin conocer toda la ciudad, podía motivar su interés creciente por charlar con Mary Cruz, a fin de conocerla mejor e ir incrementando su ansiada amistad.
Con las primeras charlas, determinaron que aquel incidente había sido finalmente gracioso pero solo eso; ocurriendo además que Mary Cruz igualmente meses atrás habían llegado también a Silao ella con su Madre y Hermana, buscando oportunidades de trabajo para ayudar a la economía familiar, éstas charlas les llevaron a decidir ser amigos. Pronto el estatus de amistad dio por consecuencia que pasaran a ser novios y el amor crecido entre ellos, los llevó a la decisión de Matrimonio para formar su propia familia. Se casan el 15 de junio de 1947, consolidando un matrimonio que da ejemplo de amor, fuerza, convicción, firmeza, tolerancia, respeto y comprensión mutua. Hoy han celebrado sus 67 años de feliz matrimonio.
María Cruz Balandrán Ramírez y Emilio Romero Araujo - 65 años de Matrimonio– 2012-
Ilusionados con formar su propia familia, pensando, planeando y proyectando, que las opciones se perciben con mayor claridad en Guanajuato capital; planes y proyectos que coinciden con los que también ya había analizado Don Manuel Romero y juntos toman la determinación de mudarse a la Capital del Estado, para continuar con los planes a futuro que podían acariciar. Rentan una parte de la Hacienda del Patrocinio, pocos meses después se mudan al Callejón de Olleros Nº 4 –hoy Miguel de Cervantes Saavedra– y en noviembre de 1948, consiguen rentar la planta baja de la casona de Pósitos nº 47, -En aquella casona nacieron mis hermanos Aida, José Manuel y Betzabé- más el local que estaba vacío –justo esquina con el callejón de Moyas y anterior Estudio Fotográfico de Mustafá– lugar a donde Emilio ya Diplomado en Radiotecnia, de inmediato inició el acondicionamiento de aquel sitio, para ofrecer el servicio profesional de reparación de radio receptores; con sus buenas habilidades para proyectar, planear y construir, además de destreza en el manejo de herramientas, pronto hizo mostradores y repisas de madera y cristal, para colocar sus equipos de pruebas y herramientas propias del trabajo que ofrecería al público.
La ilusión por iniciar su propio negocio, aunado a sus deseos de prosperidad, le motivaban tanto, que todo el acondicionamiento de aquel local más el propio anuncio exterior, “Radio Servicio Romero” tomó 8 días de intenso trabajo, auxiliado por su padre y hermanos. Orgullosos, inauguraron el lugar con la alegría propia del trabajo cumplido y la gran ilusión de prosperar en la encomienda -Largos 20 años duró ofreciendo sus servicios al público aquel negocio y con ello un sinfín de historias de éxitos-.
Laboratorio de la Fábrica PHILIPS Diplomado “Técnico Exclusivo de Servicio Philips” México 1956
En aquellos inicios, Emilio se emplea además en el Servicio Postal Mexicano, como ayuda para soportar los embates económicos que traía consigo la reciente apertura del negocio. Por su gran capacidad y atención esmerada del servicio, más por así convenir a los intereses comerciales de la marca Philips, es que seis años después del inicio de su negocio, se invita a Don Emilio Romero Araujo como candidato único, al curso de especialización tecnológica en las instalaciones de los laboratorios de la empresa Philips de México, para producir técnicos con exclusividad para dar servicios tanto de garantía como de reparaciones a equipos de esa marca. Don Emilio se destaca de inmediato, adquiere la titulación después de su estancia en la ciudad de México y refuerza con mucha más calidad, el servicio que ofrecía en Guanajuato. La marca Philips, reconocida como la de mejor calidad en todos sus equipos y componentes, al mismo tiempo incursionaba en la comercialización de equipos de televisión y pronto los comercios de la ciudad, comenzaron a vender éstos equipos. Quizá el comercio que se destacó por sus ventas, fue “El Ancla de Oro” propiedad e Don Ricardo Muñoz, con quien “Radio Servicio Romero” firmó convenios de exclusividad, para atender operaciones de Garantías y Reparaciones. Esta alianza estratégica duró muchos años –hasta el fallecimiento de Don Ricardo Muñoz-. Otros comercios -”La Lagunilla” del Sr. Durán, o el del Sr. Emilio Hernández-, igualmente hicieron convenios con Don Emilio para otorgar a sus compradores el mejor servicio de la ciudad.
Don Emilio Técnico Exclusivo de Philips, -1956-
Los años de preparación, trabajo y realización de metas, no impedían para nada, que el tiempo libre o cuando se requería ayudar a cumplir encargos de trabajo solicitados a Don Manuel Romero, tanto Don Emilio, como sus hermanos acudían de inmediato a la realización de éstos, porque eran en conjunto un gran equipo de realizadores. Igualmente, cuando el trabajo en Radio Servicio Romero aumentaba, todos hacían de inmediato su mejor esfuerzo para solucionarlo. De allí surgieron estupendas ideas y realizaciones: Se trabajó en toda la museografía del edificio de la Alhóndiga de Granaditas, hasta convertirla en Museo, se aceptó el gran reto de la Restauración del Teatro Juárez. Se crearon para la ciudad los primeros servicios voluntarios de auxilio y atención de desastres –Habrá que recordar que Guanajuato sufría de fuertes inundaciones y de carencias de servicios básicos de atención de emergencias-, era inquietud de toda la familia, ayudar a solventar eventos accidentales. Nació el primer Radio Club en la ciudad, integrado por varias personas interesadas en la investigación de la radio transmisión experimental con el objetivo de dar servicio de comunicación de radio transmisión, enlazando a Cruz Roja y Hospital como servicios básicos de atención inmediata –ahí surgieron con Don Manuel Romero Araujo a la cabeza, los Bomberos Voluntarios de Guanajuato, hoy la Estación de Bomberos de la ciudad lleva su nombre– la cobertura de ayuda en eventos como las festividades del día 31 de julio “Día de la Cueva de San Ignacio”, 24 de junio “Día de la Presa”, operación San Cristóbal y otros muchos –igualmente recordemos que la ciudad de Guanajuato comenzó a surgir de un letargo tanto económico como social, mismo que se pudo “sacudir” en la década de los importantes años 50, por éstas y otras razones-; las estaciones de radio transmisión eran en su mayoría equipos “armados” después de la experimentación tanto de frecuencias de radio en las “bandas” de 80, 40, 20 Metros, debajo de los 14 Mhz
y entre los 7,000 a 7,200 MHz. y dependiendo de las “condiciones atmosféricas” diarias, se podía transmitir y recibir comunicados provenientes de toda la región, el país o llamadas internacionales – Así se ayudó con el enlace para servicios de emergencia en muchas situaciones de accidentes, terremotos, temblores, accidentes navales y más– . Este importante medio era básico para la prestación de auxilio en desastres y accidentes, enlisto a algunos de los participantes y sus siglas, que recuerdo con mucho afecto: XE1EY—Don Emilio Romero Araujo -Primer Operador. XE1MMH– Don Manuel Romero Araujo –Primer Operador. XE1MMR– Don Alberto Ramírez –Primer Operador. XE1LG—Profesor Q.F.B. Ranulfo Lobato –Primer Operador. XE1SP– Ing. Juan Ferrer Barceló –Primer Operador. XE1KW—Don Landino Marcocchio –Primer Operador. XE1UH—Don Gilberto Vargas –Primer Operador. XE1BL –Don Adalberto Razo García –Primer Operador.
Solamente que yo recuerde, XE1EY la estación transmisora de mi Padre, tenía “Segundo y Tercer Operador” puestos que indistintamente ocupábamos mi hermano menor y yo, debido a ese gran interés que despertó en nosotros operar y participar de aquellos experimentos; con aquel enorme equipo radio transmisor al que llamábamos cariñosamente “Goliat” con el que pudimos a edad muy temprana, hacer “QSLs” -Comunicados en el argot de la radio-experimentación– con muchas partes del mundo. Igualmente recuerdo que para ser Radio Experimentador Primer Operador, debía presentarse un Examen de conocimientos, tanto científicos del tema, como de cultura general, que incluía, geografía, matemáticas, historia, y muchas materias más, siendo la parte más difícil el examen de Telegrafía; se presentaba ante la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, sección especializada y si se cumplía con el 95% de la aprobación, se otorgaban por la misma, las siglas de identificación para el operador y su estación radial y el Permiso correspondiente. En la cobertura de aquellas acciones de ayuda y auxilio, hubo ocasiones en que la participación de todo el grupo fue constante por más de 72 horas de transmisiones continuas. Se trabajaba intensamente en solucionar problemas tan simples como: la pobre señal televisiva por aire –había que comprar junto con el televisor, la “antena” “Yágui de 10 elementos” y pedir a Radio Servicio Romero que la instalara en la azotea, como esto no era posible debido a la casi nula recepción de aquella señal de televisión generada en el cerro del Zamorano, aquellas antenas había que instalarlas en los cerros con mayor altura, cosa que causaba costos adicionales, al tener que ubicar dicha antena a distancias increíbles de 200, 300 o más metros, apartados de la casa del propietario del televisor y llevar aquel cable hasta su aparato, perjudicando la calidad de recepción porque había “pérdidas técnicas de señal” por lo largo del cable– surgiendo el primer estudio topográfico de frecuencias televisivas para Guanajuato y por ende, el impulso a establecer un complejo de equipos repetidores único para esa topografía citadina; se logró la instalación de esa “repetidora” aumentando la señal de televisión de 14% a un increíble 56%, por lo tanto surgió la idea
de realizar una operación en grande, para entregar vía cable, señal de más alta calidad. En década y media, se instalaron en la ciudad cientos de antenas receptoras e igual número de aparatos de televisión; quizá aquel negocio Radio Servicio Romero, instaló cerca del 87% del total, además de cubrir las garantías de equipos Philips, Stromber Carson, Magestic, Philco, Electra, Silvania Blue-Point, Telefunken, RCA Víctor, Hallycrafters, y muchísimas más. Hizo Don Emilio, un enorme grupo de clientes satisfechos y también quizá dentro de ellos, a los más exigentes y de características únicas, procurando siempre otorgar la calidad más allá de su límite, es por ello que, con los años y atención, obtuvo el reconocimiento de muchos de aquellos satisfechos consumidores. Ahí y con ello, nos pudimos desarrollar sus hijos, que igualmente participábamos en todos los trabajos y atención al público. Aunado a aquellos servicios, era igualmente reconocida la capacidad de Don Emilio, para realizar trabajos especializados de pintura y realización publicitaria; a través de uno de sus clientes y amigos, fue contratado en alguna ocasión para reponer el cambio de logotipos en todos los vehículos de la empresa de electricidad; que cambiaba su razón social a la de: Industrial Eléctrica Mexicana, trabajo que aceptó, para al término, dejar completamente satisfechos a funcionarios y representantes de la naciente empresa mexicana. Al poco tiempo –un año después- y apoyado en lo anterior, era llamado para realizar trabajos eventuales como dibujante –se requerían trabajos especiales de dibujo topográfico en la creciente industria eléctrica nacional que se aglutinó ya como C.F.E. y con ello, entrar de lleno en el otorgamiento del servicio eléctrico en toda la región, realizó el original del escudo logotipo ovalado utilizado por muchos años-, el cúmulo de trabajo era enorme debido al crecimiento del servicio eléctrico y además porque se habían propuesto la división del territorio nacional –naciendo así las Divisiones– a Guanajuato le tocó ser de ahí en delante “División Bajío”. Este enorme desarrollo y crecimiento, pronto enfrentó la necesidad de tener personal con mayor capacitación y adecuación a los nuevos rumbos que afrontaba la industria; así que en pocos años hubo la necesidad de entrar de lleno al terreno del apoyo tecnológico con la pretensión de instalar ya como Comisión Federal de Electricidad, División Bajío, el primer equipo de cómputo para realizar las tareas de trabajo y administración. La simple instalación y funcionamiento de aquella primer computadora -de 4k de memoria– tan grande que se requirió de un salón especial, requería para su funcionamiento de personal calificado; se invitó a muchos de los trabajadores sindicalizados a cumplir con los exámenes de calificación. Don Emilio que hacía apenas trabajos eventuales y no pertenecía a la organización sindical, habló con el Líder Sindical Don Jesús Ramírez quién le contestó que: era bajo su riesgo si acudía a presentar aquel psicométrico, -el sindicato debía aportar de dentro de sus filas a los elementos requeridos– debido a tal circunstancia, se presentaron 83 personas; aprobaron como posibles 27 y se inicio el Curso de preparación. Por nadie del personal sindicalizado esperado, Don Emilio se Cursó y fue el único que aprobó todos los exámenes finales y fue admitido –sin tener familiares en aquella organización que lo respaldaran– en el sindicato y pronto se convirtió en: Programador Analista Divisional de Equipos de Cómputo , manejando a la perfección “Lenguajes” matemáticos como: Cobol, Fortran, Basic, entre otros, para hacer funcionar aquella primera computadora Divisional.
Hoy ya jubilado, Don Emilio disfruta de múltiples experiencias y remembranzas de su vida con su otra gran pasión: Desde muy joven, Don Emilio por ser nieto de “Ferrocarrilero” y además porque su padre Don Manuel Romero inició el gusto por los “Trenes a escala”, a podido cultivar y rescatar un gran acervo de hermosos ejemplares a escala de decenas de máquinas y carros que son la historia misma de los Ferrocarriles verdaderos. Su enorme colección es quizá la más nutrida e importante a nivel Nacional, porque mantiene un orden cronológico perfecto y con ello el rescate mismo de esa importante historia industrial, económica y social que representaron para muchas naciones, incluido nuestro País, los Ferrocarriles. Con una colección de casi 2,000 piezas a escala, Don Emilio ha configurado otro gran acervo, él mismo repara, acondiciona, elabora, crea, vive intensamente su pasión en el espacio que ha construido en su casa; varios metros cuadrados, para mantener, cuidar y atesorar su gusto por éstos ejemplares; algunos únicos y en perfectas condiciones de funcionamiento, en aquella gran maqueta que elaboró con sus manos a lo largo de casi 40 años, con todos sus conocimientos de: planeación, investigación, realización, escala, sistemas eléctricos, sistemas electrónicos y computacionales, ambientación, matemáticas, ciencias aplicadas con sumo cuidado en la construcción de su “Mesa de Trenes”. Don Emilio, disfruta de las visitas que le hacen muchas personas interesadas en participar y convivir con su pasión y ver varios trenes a escala, funcionando a la perfección, corriendo por aquellas vías que el construyó y que por obvia razón incrementan su acervo cultural; convirtiéndolo finalmente, en una de las grandes personalidades, que ayudaron a construir, de muchísimas maneras, ideas, aportaciones culturales, a éste Guanajuato nuestro.
Clubes de Ferro modelismo le han otorgado variados reconocimientos –Abril de 2012-
Historia rescatada
La peculiar “Nomenclatura” de calles y callejones de Guanajuato Por: Emilio Romero
Vivir en Guanajuato o visitarlo, nos enfrenta siempre a ciertas peculiaridades y nada tan especial que los nombres de calles y callejones de nuestra ciudad, algunos de esos nombres forjados en la historia, otros en las costumbres que, en conjunto se suman al ya de por sí encanto de la ciudad, Patrimonio Cultural de la Humanidad. Para empezar GUANAJUATO es descendiente de vocablos prehispánicos que antes de la conquista eran de uso común para referirse a lugares a donde por costumbre y de acuerdo a lo que podían ver, nuestros antepasados “bautizaban”. Así Guanajuato viene del vocablo Kuanasi-Uato o un poco más tarde, Quanax-Huato cuyo significado es “Lugar de la Colina de las Ranas” -que por dificultades lingüísticas de los hispanos finalmente quedó en GUANAJUATO- y que hace alusión a una colina o cerro que existe cuya cima tiene una formación rocosa que en conjunto y vista lejana, asemeja el perfil de tres enormes ranas en la posición tradicional de éstos animales. Al lugar se arribaba casi siempre por la parte sur debido a que geográficamente, -aunque los desarrollos humanos de mayor movimiento de la época provenían del norte de la región, los asentamientos humanos de mayor poder e importancia socio cultural estaban localizados hacía el sur, en el Estado de Michoacán, Estado de Querétaro y Estado de México; incluso después de la conquista y hasta 1810 aún se entraba a la ciudad por el “Camino Real” o “Camino Rotario” localizado en su desembocadura desde el Cerro de San Miguel, hoy está ahí el famoso Monumento al Pípila hasta el Callejón del Tecolote y finalmente el Campanero.
Las flechas rojas ilustran los antiguos accesos a la cañada de Kuanasi-Uato, por “Calderones” o por el Cerro de San Miguel y obviamente lo primero que se puede ver en amarillo, es: LA COLINA DE LAS RANAS. Mapa proporcionado por google
Así para iniciar este viaje a la nomenclatura propia de Guanajuato debemos partir de la propia historia: Guanajuato se conocía desde tiempos inmemoriales como “Mo-o-ti” o lugar de metales o mejor comprendido como “Lugar donde hay metales” o MINAS donde adquirirlos; obviamente las etnias que conocían todo el proceso desde la obtención hasta la manufactura de objetos sabían bien el valor de tales riquezas y por ello iniciaron asentamientos humanos en la región, para dedicarse a la obtención de estos minerales; así nació el primer viejo asentamiento en la cañada de Guanajuato y era conocido como Paxti-tlan, un aztequismo, después voz Mexica y finalmente englobados en el NAHUATL que se traduce como: “Lugar donde crece el PAXTLE”, planta parásita que vive en las riberas de los ríos y que produce hermosas flores de color naranja encendido y además adorna desde la copa hasta el piso a cada árbol y es fácil imaginar la belleza del sitio el poder admirar un río con cascadas de un color naranja impresionante. Hoy es el muy antiguo barrio o colonia de PASTITA que por imposibilidad de pronunciación, los hispanos determinaron llamarle Pastita, que además muchas personas confunden con que su origen es por las “pastas o pasitas” (?) sin ninguna razón fidedigna. Junto a la “Colina de las Ranas” existe un cerro que hoy se le llama “El Meco” derivado igualmente por dificultad lingüística hispana de: “CHICHIMECATL” o “El Chichimeco” y está localizado justamente en la vía de acceso a la cañada de Guanajuato por su parte norte, camino por donde arribaban los Chichimecos provenientes del norte de la región, que descendía al asentamiento urbano de la cañada por un Callejón –ahora– llamado “EL MOGOTE” -que no es otra voz que MO-O-TI, españolizada-; Desde ambos puntos citados es fácil estar ya en Guanajuato. La ciudad se inicia con pequeños caseríos dispersos por los diferentes puntos de la cañada principal de Guanajuato, -que corre de oriente a poniente, bajo el Guanajuato actualmente construido, a unos 16 metros abajo y va desde: hoy Embajadoras al inicio de Tepetapa y Pardo, prácticamente siguiendo el cause del río Guanajuato– a ésta cañada se le unen al oriente, la cañada de la Presa de la Olla, la del Hormiguero –con su garita policial-, la de Pastita; al norte la Cañada de San Javier y la de Cata; al sur, la cañada de Cerro de San Miguel, la de Pozuelos y la del Hormiguero rumbo a la Bufa. Alrededor de ésta cañada, se crearon motivados por las construcciones mineras, poblados y caseríos que fueron más importantes que la misma Guanajuato y que hoy son colonias de la ciudad o pueblitos dentro de sus límites municipales: Marfil, Valenciana, Cata, Mellado, Pastita, La Luz, El Cubo, Calderones, entre otras más. El Camino Real o Rotario principal para acceder a la ciudad, era por el sur, se entraba a un lado del río Guanajuato y se subía parte de la Cañada de la Bufa, se llegaba al Hormiguero, luego al Cerro de San Miguel; en éste punto, aún existe la vieja parte curva del piso empedrado original que llega para descender ya a la ciudad por el Callejón del Tecolote.
Acceso a Guanajuato alegoría en el billete de Diez Pesos México 1958-1967
Justo por ahí entró el ejercito comandado por Don Miguel Hidalgo, para dirigirse a sitiar y pelear contra los españoles en la Alhóndiga de Granaditas el 28 de septiembre de 1810, sin encontrar ninguna resistencia a su paso por El Campanero, Calle Miguel Hidalgo, Calle Real hoy Pósitos, Calle de Galarza y Cerro de Granaditas.
La ciudad estaba dividida en 22 Cuarteles y éstos en Manzanas, solo que desde antaño fue muy difícil mantener un cierto orden, tanto en distribución urbanística como de simple nomenclatura. Callejón del NEJAYOTE que desciende de la voz Náhuatl NE-HA-YOTL, cuyo significado es “Caldo que queda después del cocimiento del maíz” por su analogía con el desperdicio final de los tiraderos o desperdicios del proceso minero o LAMAS; espacios de estos existieron muchos en la cañada de Guanajuato, por obvia razón muy cercanos a las “Haciendas de Beneficio” de minerales y que fueron tiraderos de éstos procesos; -Todavía a muchos habitantes de la ciudad les tocó hacer deporte a “Las Lamas” campos uno, dos, tres y...más, con juegos de Beisbol, futbol, entre otros y han de recordar que cada “barrida” o ejecución de pases, se levantaba una nube blanca de polvos asfixiantes…- al día de hoy, existen asentamientos citadinos en estos espacios y se han convertido en “colonias” geográficas de la ciudad. El Complejo Universitario del Deporte, campo “Nieto Piña”, la parte que corresponde hoy día a las Facultades de Química, Enfermería, Colonia Noria Alta, Real de Minas o Nejayote, El Macrocentro 1 “Centro Acuático” Universitario, Las lamas en Cata -Por cierto de alto grado contaminante, que por años han dejado a la ciudad en impresionante riesgo si analizamos sus estadísticas y comportamientos ambientales-. Con la ampliación ferroviaria terminada en 1908 de Marfil a Guanajuato se construyó la Estación del Ferrocarril en Tepetapa. TEPETAPA= TEPE-TA-TL= Cerro del Tepetate o Cerro donde hay Tepetate.
Callejón de TEMEZQUITATE= TEMETZ-TLI-PLOMO, CUITATL-SUCIEDAD sobras inútiles, por extensión, polvos residuos de los metales molidos. La CALLE REAL corría de oriente a poniente de la cañada y se implementó por el siglo XVII un “rebaje” o recorte –No olvidemos que en la ciudad había especialistas en derribar, detonar, romper partes de cerros y montañas debido a la actividad minera- en el Cerro del Cuarto para continuarla; se cortó “un tajo del cerro rocoso –de los que había varios en la ciudad: Terremoto, Temezcuitate, Salgado, Juan Valle y Pósitos-, para dar el paso a esta importante vía y nació así ésta continuación” –hoy– Lascuraín de Retana y Pósitos hasta la Galarza, justo a la altura de la calle de Juan Valle o anteriormente Puente de Nuestra Señora de la Soledad o Puente Nuevo construido con posterioridad Siglo XVII—Calle Real o Calle de Depósitos cuyo nombre final hoy conocido es de “Pósitos” debe su nombre a que al transitar por esa vía, existían edificaciones cuyos propietarios rentaban, permitían o facilitaban “depositar” o “carrear” las cargas de los “Carreros”, tanto de alimentos como de minerales para pasar la noche o en espera a ser recibidas en las haciendas de beneficio, –granos y cereales o piedras con minerales-. Justamente por ello y como colofón a aquellas necesidades y requerimientos comerciales de la época, se construyó al final de la rúa en 1798 y en el cerro de Granaditas un centro de acopio de granos edificado como silos para facilitar el almacenamiento de éstos en espera de su comercialización. Hoy famoso y conocido como Alhóndiga de Granaditas, que no pudo haberse construido en ningún otro lugar. Habría que entender la fisonomía de la cañada de Guanajuato por aquellos años; vías de circulación consuetudinaria para minerales y otras para alimentos por la simple razón de que no se pueden mezclar y que cada carrero o grupo de carreros tenía sus vías de acceso a los diferentes puntos de la ciudad. Corre versión de que había “un pozo” en tal casa de tal personaje y por ello el nombre; nada más alejado de la realidad… en la ciudad no existen pozos por la sencilla razón de que habría que perforar muchos metros para encontrar y bombear agua; tarea prácticamente imposible y sacada solo de la fantasía de “cronistas” mal informados. En todo caso si hay edificaciones por esta calle, que sí tuvieron aljibes para contener el agua que era sumamente escasa en la ciudad y sus edificaciones se “recargan” al norte con el Cerro del Cuarto y los escurrimientos de agua las hacen muy húmedas, las paredes de esa parte “lloran” constantemente agua, razón que sustenta tal solución práctica para los habitantes de aquellos años. La mayoría de los nombres de calles y callejones, obedecen a personajes ilustres o históricos –que son los menos- o por “costumbres” a determinados puntos de referencia como: acontecimientos accidentales o importantes, o comercios famosos o simples analogías y que los transportaron históricamente hasta nuestros días basten algunos ejemplos: Callejón de Moyas; ahí vivieron la familia Moya que eran varias hermanas -por coloquial manera costumbrista de la sociedad guanajuatense, se convirtió en “Las Moya” y finalmente en “Moyas”; igualmente “Cinco Señores”, “Santo Niño”, “Granaditas”, “El Navío”, “Cantarranas”, “La Tenaza”, “Barrio Alto”, “La Venada”, “Cantaritos” y “Olleros”, “Callejón del Beso”, “Carcamanes”, “El Truco”, “El Campanero”, “El Ropero”, “El Potrero”, “El Caracol”, “El Saucillo”, “Cañada de Perros Muertos”, “La Bola”, “El Recreo”, “El Boliche”, “Calixto”, “Cañada del Caño Puerco”, “El Venado”, “Casualidad”, Alameda”, “Peñasco”, “El Buen Viaje”, “Mexiamora”, “El Diablo”, “Infierno”, “El Espinazo”, “Agua Fuerte”, entre decenas más.
Toda ésta amalgama de nombres de calles y callejones, hacen de Guanajuato una ciudad única, porque se entremezclan cómodamente: Historias y leyendas, acontecimientos y comercios, sucesos y tradiciones, verdades y mitos, en un solo contexto que trasciende hasta nuestros días, con ese amable afán de ser considerados para incrementar nuestro acervo histórico propio.
Una curiosa aportación: Olleros 3 ½ Por: Raquel Porras
Corría el año de 1960, que tuvimos necesidad de cambiar de casa habitación. Buscando y rebuscando, encontramos con Don Cosme Torres –Comerciante destacado por sus innumerables propiedades en la ciudad - en el callejón, de Olleros hoy Miguel de Cervantes Saavedra, en el número tres. Nos mudamos y mi Mamá inició la actividad de, -que en aquellos años, por el centro, era muy socorrido-, dar “asistencia” estudiantes y atenderlos proporcionándoles casa y alimentos. Así las cosas, mi mamá tuvo como “abonados” a dos jóvenes de la ciudad de León. En aquellas épocas se usaba que los papás enviaban a sus hijos, el dinero para pagar su hospedaje, por vía telegráfica. Ignoro si todos le hacían igual, pero por lo menos sabía de otros tantos –aparte de los que asistíamos-. En este punto necesito aclarar que en la parte de frente vivía y aún subsiste la familia Tello y en los bajos de su casa había tres puertas de acceso a: una carbonería, una lechería y la entrada a la casa rentada por la familia Sabanero –este acceso es la puerta que queda justo en donde termina la hoy tienda de “la Parisina”- y todos estos tenían como numeración el número 3. Esta curiosidad numérica causaba muchos conflictos a la hora de recibir los giros telegráficos, pues el repartidor los podía dejar en cualquiera de ellos, sin preocuparse por más nada. Así las cosas, los dos jóvenes que vivían en mi casa, cada mes que necesitaban su dinero, iban y preguntaban a cada uno de los números 3 si se había recibido algún giro telegráfico para ellos, calculando la fecha que debía ser recibido y en efecto, en cualquiera de esos domicilios estaba el ansiado giro, pero nunca llegaba al domicilio de nuestra casa. De tal suerte que un buen día, cansados de esta situación, uno de ellos de nombre Daniel, salió muy disgustado y con un plumón pintó junto al “3” un ½ y de esta manera desde entonces, el domicilio es : Antes Olleros 3 ½ ahora Miguel de Cervantes Saavedra 3 ½ Vivimos felices y contentos en esta casa un poco más de 40 años y somos fieles testigos de ésta aportación de Daniel a la nomenclatura citadina que, hasta la fecha existe.
Historia rescatada Entre muchos atractivos Guanajuato es bien conocido por uno que se destaca, haciendo las delicias miles y miles de personas que lo visitan y les cautiva, por la gran vista panorámica de la ciudad; El Monumento al Pípila.
El “Cerro de San Miguel” fue desde hace muchos años, el acceso a la cañada de Guanajuato. Era la culminación del “Camino Real” para quienes llegaban a la ciudad y ya en la cima, podían iniciar el descenso por el intrincado “Callejón del Tecolote” para llegar al “Campanero” y encontrar las dos rutas para adentrarse en la ciudad; los unos Carreros de Minerales, los otros Carreros de Alimentos; otros más comerciantes de variados productos, desde vestimenta, calzado, ajuares, muebles, servicios, y muchísimos más. Este lugar, en el punto más estratégico por el acceso, contaba con una “Garita Policial” que cumplía funciones de revisión, custodia y permisibilidad para los viajeros de poder entrar a la ciudad. Así las cosas, las “laderas” del cerro de San Miguel estuvieron muchos años sin utilidad práctica; hasta la mitad de la década de los 30, se propuso el lugar para construir el basamento para instalar ahí exactamente un monumento alegórico a la gesta independentista y la primer batalla sucedida en México: “La Toma de Granaditas” el 28 de septiembre de 1810. La fisonomía y topografía de la ladera frontal del cerro, se prestó muy adecuadamente para el nuevo propósito y el proyecto pudo adecuarse de tal manera que se pudieron construir algunas “terrazas” que escalonadas albergaron posteriormente al conjunto escultórico, hasta hoy conocido dentro y fuera de México.
Tres terrazas semicirculares con vista al norte de la ciudad y en el centro del segmento, el conjunto escultórico alegórico dedicado a Juan José de los Reyes Martínez “El Pípila” valeroso minero que protegido por una loza sobre su espalda, logra evadir la metralla y quema con brea y fuego, la puerta norte de la Alhóndiga de Granaditas el 28 de septiembre de 1810.
Historia del Monumento:
Obra del ilustre artista escultor Guanajuatense Don Juan Fernando Olaguibel Rosenzweig 1896-1976 cuyas manos dan vida a importantes y reconocidas obras de escultura, monumentos conmemorativos, algunos que realizó en mancuerna con el Arq. Vicente Mendiola Quezada, dejando un impecable legado artístico en muchas ciudades del País; a Olaguibel se deben : “El Monumento al Pípila” en 1939 Guanajuato, “El Monumento a los Hombres Ilustres”de 1941 Guadalajara, “El Ecuestre” del Hipódromo de las Américas 1941, “La Flechadora de las Estrellas del Norte” o “Diana Cazadora” de 1942 Ciudad de México, “El Monumento a Nicolás Bravo” 1942 en Coscomatepec, “Morelos” de 1942 en Cuernavaca, “Benito Juárez” de 1951 en Toluca, “La Fuente de Petróleos” de 1952 en la Ciudad de México, “El Rey Coliman” de 1953 en Colima, entre los más conocidos. Regresando a nuestro Monumento al Pípila, Olaguibel había participado con proyectos y propuestas a instancia gubernamentales; recordemos que para la época el General Lázaro Cárdenas del Río, presidente de México 1934-1940, encabezaba un movimiento obrerista de grandes proporciones y que todo el país estaba convulsionado por las reformas y sobre todo la Expropiación Petrolera de 1938, por lo tanto, mucha de la expresión artística de Olaguibel se percibe con influencias socialistas, por la fuerza que les da a sus personajes, que hacen recordar esculturas y monumentos soviéticos.
Morelos 1942
Dibujo del Proyecto de la Fuente de Petróleos 1952
Detalles del conjunto escultórico de la Fuente de Petróleos 1952, se pueden ver tres personajes inmortalizados: Mendiola Quezada, a la izquierda, el centro Olaguibel y a la derecha nuevamente a Helvia Martínez Verdayes que había posado para realizar de Diana Cazadora.
Olaguibel, tenía ya un proyecto escultórico que representaba a un obrero levantando el puño derecho en señal de fuerza y protesta obrera, con el torso desnudo y pantalón de manta –que muestra lo recio y fuerte del trabajador– que adecuándolo sirvió para representar a Juan José de los Reyes Martínez “El Pípila”, puso unos peldaños como piso y por razones constructivas, modeló el brazo izquierdo recargado sobre un muro. Esta “adecuación” es notoria si miramos dicho monumento, pues al puño levantado se agregó posteriormente una “flama” para simular una antorcha –solo que, esta flama sale de entre los dedos índice y medio ; haciéndolo parecer un flamazo y además el material del que se hizo, no es el mismo de la efigie del Pípila de cantera y la otra es de cemento; curiosa historia rescatada-. Esta historia solo queda en el anecdotario citadino porque nadie o casi nadie se percata de esta curiosidad, que de inmediato se ve opacada por el resplandor de la belleza de la ciudad tanto diurna como nocturnamente. Los Guanajuatenses disfrutamos por igual tal impresión visual de muestra querida ciudad y nos hacemos solidarios con el lema: “Aún hay otras Alhóndigas por incendiar”.
Detalles de la posición de la Flama en la mano del Pípila—Fotos Emilio Romero 2014
En la parte sur del monumento se construyó una réplica al detalle de la puerta norte del edificio de la Alhóndiga de Granaditas y además de servir como adorno visual, permite acceso al interior donde se construyó una escalera para poder subir internamente por el monumento hasta casi la altura del hombro del “Pípila” para llegar a un pequeño mirador protegido por cristales, que aumenta la impresión causada por la vista de la ciudad. Entonces, Olaguibel artista Guanajuatense dejó para la posteridad un atractivo turístico que cumple en el año de 2014, nada más ni nada menos que setenta y cinco años.
Historia rescatada Nacimiento turístico de Guanajuato Por: Emilio Romero
“No se podrá recordar bien a bien el inicio de las cosas, si dejamos de lado la observación y el análisis de su en-
torno”. Guanajuato desde 1920 hasta 1953 vivió en franca decadencia tanto social como económica, sin atinar a salir de ese marasmo y con derroteros nada claros es que, todo ese tiempo pasó sencillamente en manos de contrastes terribles y nada sobresalientes. Vive la ciudad y los poblados mineros específicamente una terrible contracción en la producción minera y con ello, la derrama que producía se escasea a grados insospechados por las consecuencias que acarrearon aquellas bajas de producción. Por otra parte, Guanajuato se mantenía anclada al sistema de manera tal, que todo percance económico, permeaba en la población. La diversión y entretenimiento se producía en base a lo que cada familia podía darse –habría que recordar que, para muchas familias la música era la única manera de diversión, algunas tenían instrumentos musicales que interpretaban ellos mismos para pasar el tiempo– posteriormente unos cuantos tenían radio receptores y muy pocos contaban con televisión, igualmente había pocas estaciones de radio y solo dos estaciones de la incipiente televisión y en la ciudad era prácticamente imposible ver programas de televisión, debido a la topografía. Así que, los entusiastas se reunían para montar obras teatrales y otros más pertenecían a bandas musicales y pequeñas orquestas; en las tertulias nunca faltaba aquel poeta lector de sus escritos ni el orador o el declamador con voz impostada para enfatizar momentos clave de la poesía. Surgieron una o dos orquestas típicas y otros tantos tríos; la música que se escuchaba en México venía de compositores postrevolucionarios, que empezaron a popularizar sus composiciones en base a la incipiente tecnología de la época y ya entrados los 40 se podían conseguir algunos de sus discos grabados en el sistema de 78 revoluciones por minuto, que supuestamente permitía “más fidelidad” del sonido que la producida en fonógrafos y se comenzó a abandonar a los Caruso, los Piaf y otros, para escuchar lo producido en México.
Banda de Estado D.P. 1964
Ricardo Palmerín, Guty Cárdenas, Agustín Lara, Ferrusquilla, María Greever, Consuelito Velázquez, Jorge Negrete, Pedro Infante, Gabilondo Soler y poco después los Tríos: Los Martínez Gil, Los Ases, Los Panchos, los Tres Caballeros y muchos más, que hacían las delicias de grandes y chicos en los programas radiales que llegaron a las grandes masas y con ello dejar su huella en el folclor musical de México. El escaso turismo, si se le pudiese llamar así, lo constituían algunos funcionarios que tenían necesidad de visitar Guanajuato por condiciones laborales y porque la base de los poderes del gobierno –al ser la capital estatal– así lo exigían. Había algunos hoteles que prácticamente se mantenían vacíos y por otra parte no tenían buen nivel para atender de mejor manera a sus clientes.
Hotel Orozco y Hotel Castillo de Santa Cecilia -en construcción- D.P.
Quizá el único hotelero conocedor del ramo era Don Ricardo Orozco, con su Hotel Orozco en Paseo de la Presa –ahora instalaciones del DIF Estatal– y que tuvo la oportunidad de adquirir con sus socios según la historia un hotel en construcción que era parte de la hacienda San Francisco Javier—que había sido para 1916 albergue y hospital, permaneciendo un año en estas condiciones, hasta que por incosteable fue completamente cerrada. La propiedad fue adquirida por Don Manuel Quezada Brandy ésta incluía además una gran extensión de terreno, donde incluso estaba un tiro de mina ya abandonado, conocido como “Santa Cecilia” el 17 de mayo de 1951 comenzó a construir un hotel con las características de un castillo medieval inaugurado en 1952. Manuel Quezada Brandy inicio el hotel en su primera etapa con la construcción de 20 habitaciones, en una segunda etapa Don Ricardo Orozco creció el hotel a 80 habitaciones – encontró opciones de negocio por la fisonomía única de la construcción, que comenzó de ruinas y terminó como “castillo” y con ello una promoción turísticamente. Por otra parte, la promoción de los encantos de la ciudad que permanentemente Mustafá –Luis Calvillo Vega–efectuaba al publicar sus fotografías con vistas de calles, callejones y panorámicas, en diferentes revistas, folletos y suplementos, tanto en México como fuera de éste, más las acciones de algunos guanajuatenses, entre bohemios, letrados y buenos samaritanos, que entre tertulias de copas y vinos, poesía, teatro, fueron poco a poco produciendo algunos esbozos de organización que de alguna
manera, “invitar” a los potenciales turistas a recorrer las bellezas –que igualmente andaban de capa muy caída– de la ciudad. Como bien lo comentaba el Maestro Don Isidro Carrillo Alvarado: “Los edificios más representativos de la ciudad, fueron construidos para cumplir sus funciones y no como muestras o atractivos turísticos como tales”; entonces, las miradas no estaban en aquellas bellezas arquitectónicas, es más, ni siquiera había en absoluto, algo referente o concretamente turístico como tal, tan es así que, la mayoría de esas edificaciones vivieron decadencias terribles al grado de llegar a ser casi ruinas, de ahí se repusieron: El edificio de la alhóndiga cuando nació Museo y el rescate del Teatro Juárez con Don Manuel Romero, el edifico del Congreso, algunos templos, el mercado Hidalgo hasta hace pocos meses restaurado y otros más, que hoy constituyen el Patrimonio Edificado de Guanajuato y que en contexto histórico amalgaman, historia, patrimonio, cultura, tradición, belleza y por qué no, el atractivo de la ciudad para invitar al turismo. El Maestro Don Enrique Ruelas –con aquella incansable necedad creativa de hacer teatro en la ciudad– después de muchos intentos de ganar para la ciudad, un buen grupo de teatro, participa y realiza el montaje de varias obras teatrales e invitando a varios entusiastas de entre las filas de estudiantes, bohemios, artistas de otras expresiones, dedicó varios años de su vida a aquella creación. Aquí cabe mencionar que ya se habían permeado en la ciudad, sobre todo con Don Luis Calvillo Vega -Mustafá-, aquella estela del “gusto por interpretar personajes” -a Mustafá le nombraban “El Bohemio”, “el Quijote” “el Árabe” por esos personajes que le encantaba interpretar– porque la fisonomía de la ciudad se prestaba totalmente a permitirse esas locuras apasionadas: la escasa iluminación, las tenebrosas calles y callejones, la soledad de las mismas después de las ocho de la noche, los ruidos y crujidos de viejas puertas al cerrarse, completaban el ambiente –teatral totalmente– deambulaba Mustafá por callejones cercanos a su “guarida” para acudir a las tertulias con sus amigos, Manuelito Leal, Fulgencio Vargas, Agustín Lanuza, entre otros más. La realidad es que Guanajuato, con sus intrincadas calles y callejones tiene una permanente oferta de “Locaciones” para crear o recrear, actividades teatrales de diferentes características; -que hoy se explotan intensamente hasta casi caer ya, en la absurda saturación y amontonamiento de pedigüeños actores-.
Teatrero en el Jardín Unión
Fotografía: Emilio Romero 2013
La historia nos permite encontrar varios puntos de coincidencia entre las vidas de aquellos personajes y sus quehaceres artísticos, que juntos ayudaron mucho a detonar actividades muy atrayentes para invitar a visitantes de todas partes a recorrer Guanajuato y sus atractivos.
Don Enrique Ruelas descubre en 1953, que el montaje callejero de obras teatrales, era mucho menos complicado que hacerlo en los Teatros de la ciudad, la ambientación ya estaba hecha -al igual que toda escenografía imaginada nunca sería tan espectacular ni tan bien realizada como la ciudad misma-, piensa en la plaza de San Fernando y al no lograrlo, -porque era prácticamente un tianguis con terribles problemas para desalojarlo por intereses de particulares- se pasa a “descubrir” la plaza de San Roque, -que salía de ser plaza de “Olleros” y el Callejón que sale a la Avenida Juárez por la venta de ollas de barro- para cumplir con el propósito actoral de Los Entremeses de Miguel de Cervantes Saavedra, después de diferentes intentos teatrales de diferentes obras de igual número de autores. Entraba ya la década de los sesenta, con la muy reciente puesta en servicio educativo de la Universidad de Guanajuato.
Plaza de San Roque , Gto.
Fotografía: Emilio Romero 2013
Entra al gobierno del Estado Don Juan José Torres Landa 1961-1967 e inicia con su “Plan Guanajuato” una enorme serie de construcciones y adecuaciones en diferentes municipios; a Guanajuato le toca en suerte por ser la capital, que se enfrentan de inmediato dos añejos problemas: Las inundaciones recurrentes y la falta de vialidades –la avenida Juárez era de doble circulación de oriente a poniente y viceversa-, luego entonces, se realizan los trabajos para aprovechar el cause del río de Guanajuato que en algunas partes estaba embovedado para soportar las fincas y construcciones superiores, se desazolvan partes y se determina entubarlo más debajo de su nivel para aprovechar el primer nivel y hacerlo calle firme para el paso de vehículos, esta obra trae para la ciudad una serie de túneles y continuaciones subterráneas que hoy son, junto con otras más, un gran atractivo turístico.
Es tema aparte, la historia de las Estudiantinas en Guanajuato, porque se tiene la idea errónea de su inicio sobre el año de 1963 y la historia misma de la Ciudad refiere que estos grupos estudiantiles, existieron poco después de su aparición en España sobre el año 1848. Ya para 20 años después Colegios y Escuelas contaron con estos grupos musicales. Incluso el mismo Colegio del Estado de Guanajuato—hoy, Universidad de Guanajuato– tuvo entre su alumnado estos grupos, y para referencia aún existen datos de uno formado en 1926. Otro más reciente se formó sobre la última década de los años 50 y para 1961, la Estudiantina de la Facultad de Arquitectura ya era acogida por la Universidad de Guanajuato a instancias del Gobernador Don Jesús Rodríguez Gaona.
Para 1963 el 15 de abril, después de una función de Entremeses se realiza, debido al ambiente de motivación y deseos de continuar que provocó tal puesta en escena que, un pequeño grupo musical invitado –Orquesta Típica organizada por el Maestro Don Isidro Carrillo Alvarado que tenía alumnos de sus enseñanzas en la música y que eran invitados a realizar el fondo musical de la obra, mientras ésta se efectuaba en vivo– que por cierto portaban como vestuario para “integrarse” al aspecto general de la puesta en escena, una capa de paño negro con forro azul marino y al cuello una “gola” española, con guitarras y mandolinas y un pequeño repertorio de 6 canciones, “caminaron” entonando sus cantos a la plaza de San Fernando, salieron a la Avenida Juárez y siguieron rumbo al Edificio del Congreso del Estado en la Plaza de la Paz y allí mismo terminó la algarabía provocada minutos antes. Este hecho es el momento perdido en la historia, que provocó años después sin proponérselo el nacimiento de diferentes ideas y logros, que en conjunto hicieron detonar actividades que a la postre se convirtieron en otros “atractivos turísticos” para Guanajuato.
Un observador del momento, de pronto discurre que sería interesante reunir a amigos y conocidos e implementar algo como aquello sucedido semanas antes; y, contando con el Maestro Don Isidro Carrillo y su grupo de estudiantes de música como base musical del grupo, copiando claramente a la Estudiantina de Arquitectura. Luego vienen ya las aportaciones de los integrantes y se plantea un repertorio copiado de grupos similares españoles. Sonaba pues para ese año de 1963, música de tríos que entre boleros y no, que iba de salida en el gusto de la gente; igualmente sonaba el rítmico Rock and Roll de Elvis Presley y traducciones muy caseras de artistas mexicanos: Enrique Guzmán, Cesar Costa entre otros y por otra parte se estaba permeando algo llegado de Inglaterra que bien a bien no se comprendía del todo pero que sonaba diferente, causal de una aceptación del grupo de los Beatles. Solo que, había un gran hueco entre aquellos géneros musicales que por obvia razón no se integraban al ambiente recién nacido que se pretendía, concebido por la fisonomía de la ciudad y la vida tranquila de sus habitantes. Nacida ya la primera “callejoneada” - no se llamó así hasta mucho tiempo después– las ganas de repetir la experiencia, la idea de hacerlo con vestuarios propios, más el pequeño repertorio montado como espectáculo, llevaron a aquel grupo a definir su vocación musical. Llamando mucho la atención de la gente. Aquel grupo –como muchos otros, tratándose de organización– se integra a la Universidad de Guanajuato, buscando el patrocinio, el apoyo y las prerrogativas que la institución podría ofrecer y pronto son apoyados por la institución. Al año o poco menos, algunos de sus integrantes entran en conflictos provocados por sucesos reales y otros ficticios que acarrearon el despido de su iniciador y otros que apoyaban ideas diferentes o inconformidades. Otros de los ex estudiantinos, pronto idearon hacer algo más, se pensó en un grupo con marcadas diferencias; sin embargo y debido principalmente al repertorio que ya conocían, al poco tiempo hicieron nacer a uno de los grupos que más impacto tuvieron con relación a la música, el atractivo turístico como tal y su fama creció insospechadamente. Enrique Luis Hagen, Alfredo Ramírez, Marco Antonio Rocha, entre ellos, pronto invitan al Maestro Isidro Carrillo Alvarado que integra de inmediato a sus alumnos de música –algunos tan chiquillos que era muy llamativo verles ejecutar instrumentos y pasadas musicales llenas de atractivos encantos-, igualmente se fue invitando a chicos estudiantes que desearan pertenecer al grupo, con habilidades musicales y sobre todo, pasión por hacerlo. Se integraron al grupo: José García de León, Alberto Cortés Pérez, Manuel Santana, Emilio Romero, Eduardo Trueba Arteaga, José de la Luz Santibáñez Cantero, Benjamín Villaseñor, Paulino Saucedo, Esteban Gómez, Salvador González, Fernando Paúl Arteaga, Isidro Carrillo, Roberto Carrillo, Javier Carrillo, Carlos Carrillo, Carlos Santoyo, Alfredo Torres, Jesús Luna, Federico Cruz, Aurelio Sandoval, Francisco Gómez, Juan Manuel Santoyo, José Arvizu, Arturo Carrillo. Formando así la “Estudiantina de Oro de Santa Fe de Guanajuato” hoy “TUNA DE ORO”.
Estudiantina de Oro de Santa Fe de Guanajuato
Primeros integrantes
- Estudiantina de Oro de Santa Fe de Guanajuato
1966
1966
Aquel grupo comenzó a causar impacto debido a la integración al repertorio musical diferente al interpretar canciones un poco más complicadas musicalmente hablando y sin apoyo “oficial”, escogimos ser “representantes o Embajadores de la ciudad” por nosotros mismos. Buscando apoyo, es que por una ocasión fuimos invitados a dar una presentación ante el Gobernador en turno y la fascinación que causamos con nuestra música, tanto a los invitados del gobierno como a la esposa misma del gobernador, que se motivó a tal grado que decidió “apadrinar” a aquellos chicos a quienes llamaba cariñosamente “Mis desarrapados” pues no contábamos con un vestuario propio y pronto nos ayudó con el costo de la indumentaria y algunos nuevos instrumentos. Estrenamos aquellos vestuarios en azul marino y oro , instrumentos nuevos, intensificando nuestro deseo de hacer música de mayor calidad interpretativa.
Carnaval de Veracruz
1966
Bar “El Cantarranas”
1966
Como grupo independiente, teníamos la necesidad de “Actuaciones musicales” o presentaciones donde se pudiese y dar a conocer nuestros avances, así que pronto, se entró en contacto con dueños o gerentes encargados de aquellos primeros espacios funcionando como restaurant-bar; uno de ellos fue Guillermo Oviedo que inició su negocio en un lugar que había dentro del Condominio Primer Ligero, llamado “El CantaRanas” empezando así contratos para presentaciones cada fin de semana en aquel lugar, con la fortuna de lograr casi de inmediato una gran aceptación dentro de sus clientes que pronto “corrieron la voz” de los especiales y amenos momentos que les brindaba la Estudiantina de Oro, los viernes y sábado de cada semana. Así que cada fin de semana iban en gran aumento las personas que se daban cita en aquel lugar solo para escuchar al grupo musical. Llegó por esos tiempos a la ciudad otro gran emprendedor en la persona de Don Cosme Vera que arriesgando su dinero, decidió que era momento de invertir en la ciudad, construyendo su propio hotel con características diferentes a los existentes: el Real de Minas de Guanajuato y por supuesto que pensó en las áreas recreativas, construyendo la sala comedor y el salón bar al que llamó “El Cantador”. La sagacidad del empresario, más las prestaciones que pudo conseguir provenientes de los tres niveles de Gobierno, pronto le permitieron inaugurar su hotel y servicios; –A él se debe ante su insistencia, el arreglo de la entrada o salida de la ciudad, que en esos años era un verdadero muladar, la carretera empezaba justamente frente a la antigua agencia de automóviles marca Ford y eran unas tres curvas nada bonitas pues los cerros espacio a ambos lados eran tiraderos de mucha basura; por obvia razón, después de tales trabajos su construcción se fue subiendo de imagen y valor comercial– Don Cosme, rápido pudo ver el potencial comercial que tendría contratar a la Estudiantina de Oro para hacer presentaciones en sus espacios, sobre todo en aquel bar, ambas acciones trajeron consecuencias solo “soñadas” convertidas en realidades. Contrató al grupo y todo se catapultó de manera tal, que ni él con su hotel ni nosotros como atracción nos dábamos “abasto”. Permanentemente, cada fin de semana, llegaban decenas de autobuses trayendo a Guanajuato a decenas de personas ávidas de escuchar a la Estudiantina, verla, sentirla, gozarla, disfrutarla y qué mejor que recorrer la ciudad, con el ambiente creado muy a propósito para el esparcimiento. Aquel efecto multiplicador trajo para Guanajuato momentos realmente inolvidables.
Primer Long Play
- Estudiantina de Oro de Santa Fe de Guanajuato
1966
Tal impacto se causaba que la compañía Peerless Records pronto nos contrata para grabar un disco— al que siguieron otros más- con parte de aquel inicial repertorio, que entre la algarabía y felicidad que nos causó tal acontecimiento, tuvimos la oportunidad de hacerlo y además vender cientos de copias entre los visitantes asistentes a nuestras presentaciones en el Real de Minas de Guanajuato. Siguieron y siguieron los contratos, tanto para presentaciones como recibimientos a turistas, convencionistas, visitantes y sobre todo invitados especiales del gobierno del Estado, detonando con todo ello un enorme movimiento turístico para la ciudad. Al mismo tiempo, este cúmulo de presentaciones nos empezó a exigir mayores retos musicales e interpretativos, es así que, los sonidos que reconocíamos plenamente –contábamos con guitarras, acordeón, mandolinas, contrabajo, panderos, cascabeles, castañuelas– los hicimos cambiar al introducir los verdaderos instrumentos de una tuna: La Bandurria, El Laúd, -instrumentos desconocidos en todo México, al grado incluso, de que nosotros mismos desconocíamos su afinación-como principales voces, dejamos el acordeón como base de armonía e integramos dos violines para cantar las melodías y adornos en fraseos orquestales de alta calidad; estos cambios llenos de mejorías interpretativas, arreglos musicales de alta complejidad y finas orquestaciones propias de músicos de escuela, se dieron en chicos que lo hacían con maestría, que pronto dieron frutos y en consecuencia el enorme atractivo de calidad musical.
Representamos a Guanajuato en diferentes foros, teatros, eventos, los hicimos por radio, por televisión, promovimos a la ciudad en folletos, revistas, periódicos. Igualmente representamos a todo México en ciudades de otros países, dimos conciertos y recitales de alto grado de dificultad musical, al grado de ser invitados para presentarnos en el Carnegie Hall de Nueva York, teatros de varias ciudades importantes de México y el extranjero; cultivamos las mejores callejoneadas con grados de presentaciones y ambientaciones tan impactantes que, era difícil para los turistas venir a Guanajuato e irse “Sin Escuchar la Estudiantina” todos querían cumplir ese deseo; iniciamos intercambios estudiantiles entre Universidades y de ahí justamente, nació la idea del Festival Cervantino.—Que más delante rescataré su historia-. Pronto Don Ricardo Orozco ve opciones de negocio y nos contrata con mayores prestaciones para actuar semanalmente viernes y sábado en su bar, el famoso poco después Salón Rojo del Hotel Castillo de Santa Cecilia, triplicando la asistencia turística de la ciudad. El boom turístico de la ciudad se catapultó enormemente con nuestros quehaceres musicales y promocionales, al grado de que: en diferentes ciudades del país, colegios, universidades, escuelas surgieron a los pocos años después, grupos y grupos seguidores del concepto artístico, la expresión musical y ambiental con gran o toda similitud a la Estudiantina de Oro de Santa Fe de Guanajuato; hoy TUNA DE ORO, A.C. colaborando enormemente a la atracción de turistas y visitantes deseosos de escuchar, callejonear, convivir o revivir, momentos sumamente especiales en Guanajuato.
Carnegie Hall Nueva York - Estudiantina de Oro de Santa Fe de Guanajuato
1969
En la fotografía: Emilio Romero Director General, Pablo Diemecke Primer Violín, Enrique Diemecke Segundo Violín, Isidro de la Peña Primer Laúd, Ismael Garnica Segundo Laúd, Rogelio Arzola Tercer Laúd, Jesús González Director Musical, Pedro Castillo Primer Bandurria. Septiembre de 1969 Carnegie Hall, escenario al que muy pocos artistas nacionales y extranjeros han llegado. Por ello estamos orgullosos de por vida, en haber contribuido de manera entusiasta y con gran calidad a la promoción de nuestro querido Guanajuato.
Llegada a Nueva York - Estudiantina de Oro de Santa Fe de Guanajuato
1969
Un recuerdo muy afectuoso a mis queridos hermanos, compañeros fieles de muchos y rotundos éxitos: José Manuel Prieto Romero—Pandero 1ª Voz Salvador Santacruz Urdiales—Pandero 2ª Voz Antonio Estrada Dávalos—Solista 1ª Voz Bandurria Salvador Estrada Dávalos—2ª Voz Antonio Aguilar—Contrabajo 2ª Voz Juan Barrera—2ª Voz Sergio Ruiz—2ª Voz Isidro de la Peña –1º Laúd Ismael Garnica—2º Laúd Rogelio Arzola –3º Laúd Rodolfo Covarrubias—1ª Bandurria Pedro Castillo –2ª Bandurria Jaime Horta –3ª Bandurria Bartolomé Calderón – 4ª Bandurria José Guadalupe Hernández –Solista 1ª Voz Agustín Pérez Cruz—Guitarra 2ª Voz Alfonso Pérez Cruz—Guitarra 2ª Voz Rogelio García Espinoza - Guitarra Miguel Angel Luna - Guitarra Armando González Peralta—Guitarra Pablo Roberto Diemecke—1º Violín Enrique Arturo Diemecke—2º Violín Jesús González—Director Musical—Arreglista Emilio Romero Balandrán—Director General—Guitarra, Solista 1º Voz
Estudiantina de Oro de Santa Fe de Guanajuato
1968
Estudiantina de Oro de Santa Fe de Guanajuato—Yankee Stadium New York - 1969
Tuna de Oro de Guanajuato—Castillo Santa Cecilia— 1970
Estudiantina de Oro de Santa Fe de Guanajuato—Carnegie Hall—New York - 1969
Historia rescatada
Estudiantina de Oro de Santa Fe de Guanajuato—Ashland Oregon - 1968
Y….Nació un Festival Por: Emilio Romero
“Habría que aguantar viajar en un autobús, por casi 4,000 kilómetros, para llegar al punto preciso del acontecimiento y fletarse otros 4,000 de regreso para Hacer Nacer la Gran Idea” Con la famosísima Estudiantina de Oro de Guanajuato, hoy Tuna de Oro, en pleno apogeo, era un gran momento de oportunidad para la promoción de las actividades musicales del grupo, así como la planeada promoción de la ciudad, para 1967 surgen acercamientos con personas interesadas en iniciar un movimiento más educativo, basado en la calidad musical del grupo, con claros visos culturales, étnicos, estudiantiles y con actividades relacionadas. Ya se había presentado un esbozo de esto, en la hermandad con la ciudad de Clermont, California, a través de la municipalidad, solo que los programas estaban en manos de políticos y en nada sirvieron, para detonar aquellas actividades. Nos autonombramos “Embajadores Musicales” de Guanajuato, en toda actuación o presentación que hicimos a lo largo y ancho de todo México, porque sabíamos la responsabilidad de hacerlo con total decoro, elegimos hacerlo con una gran calidad, tanto musical como interpretativa; como estudiantes de diferentes facultades de la Universidad de Guanajuato –Nunca la representamos, porque al ser un grupo independiente, no contábamos con el apoyo oficial– siempre fue nuestra propuesta mencionar estrictamente a la ciudad, pero las personas, agentes, disqueras, gobierno de los tres niveles, bien sabían que, contaban y encontraban en nuestro grupo, el poder de tomar esas y más responsabilidades.
Por la sencilla razón de que, al no ser “Oficialmente” representantes, ni tener encima un aparato burocrático y finalmente “no tener que rendir cuentas a nadie” el poder de decisión correspondía únicamente a nosotros. Por otra parte, mi función como Director General, siempre estuvo encaminada a la propuesta de pasos y acciones creativas, con orden y organización, con un deseo ferviente de la superación tanto personal como musical, en todos los integrantes del grupo; el disfrute por lo que hacíamos y la toma de decisiones complejas a fin de lograr una calidad excepcional tanto en arreglos musicales como interpretaciones; superar ampliamente a los posibles contrincantes musicales –pues se habían creado ya, decenas de grupos similares– porque sencillamente debíamos ser los mejores. Esto pronto llenó de buenos resultados al grupo, que al tiempo, fue como un poderoso tronco con sus espectaculares ramificaciones: en sentido cultural, mucho hicimos por mostrar y dar a conocer el acervo patrimonio de la ciudad, en cada evento, viaje o presentación artística que hicimos. En sentido musical, logramos contratos y presentaciones avaladas por una gran y excelente calidad interpretativa, misma que nos catapultó a presentaciones en los teatros y sitios de mayor importancia como escenarios artístico culturales de enorme fama nacional y mundial. En sentido humano y de relaciones, por obvia razón, pudimos negociar, relacionarnos, contratarnos y ejercer actividades relacionadas, con cientos de personas o personajes importantes, tanto de la iniciativa privada como del gobierno, así que, de esas relaciones nacieron infinidad de proyectos y oportunidades para logros posteriores. Uno de éstos logros y proyectos, se encausó en la primera ocasión que, visitando a nuestra ciudad en un tour de “Cultural Inmmersion”que hacían alumnos del Southern Oregon College, de Ashland a Guanajuato, bajo la idea y dirección de la Sra. Graciela Tapp, maestra de español en aquel colegio – Hoy Universidad– con la finalidad de que sus estudiantes, aprendiesen el idioma español conviviendo más de cerca con la cultural nacional; fue que pudieron escuchar a nuestro grupo en una de nuestras presentaciones por aquella época y quedaron maravillados por la calidad que percibieron, la Sra. Graciela –Chela cariñosamente– impactada quiso saber de inmediato todo acerca de nosotros y entre los comentarios surgió la idea de: Tratar un contrato o convenio para que el grupo se presentara en el colegio de aquella ciudad –habría que comentar que, las clases de español que se tenían en el programa de idiomas del colegio, tenía apenas tres niveles y se pretendía “interesar” al mayor número de estudiantes posible, para que se inscribieran y cursaran estos niveles de enseñanza del idioma español– y realizar actividades culturales de promoción entre la comunidad estudiantil. Como estudiantes, entendimos bien la convocatoria e iniciamos las negociaciones relacionadas para proyectar la idea e irla madurando lo más aceleradamente posible. Se consolida aquella primera parte de la idea-proyecto, conseguimos los apoyos necesarios –siempre “lidiando” contra inconformes y agoreros resentidos, contra políticos que querían imponerse a toda costa, contra oficialistas negativos al cien por ciento– y aceptamos que se hiciera un “paquete” que haría el viaje con la finalidad de encausar todo el esfuerzo y aprovechar aquella oportunidad. Se nombran “representantes oficiales”: varios funcionarios municipales, la reina de la ciudad y otras damitas de la sociedad y a nuestro famoso grupo como principal e importante punta de lanza.
Se planea aquel exitoso viaje por autobús mismo que dejo onda huella en todos nosotros y que al mismo tiempo proyectó a nuestra ciudad hacía interesantes conceptos: Con aquel viaje se inicia la idea de negociar y lograr interesar a las autoridades universitarias de ambas localidades a “intentar” un programa de Intercambio Cultural Estudiantil –mismo que al principio solo consistía en visitas de intercambio de estudiantes de ambas partes a ambas ciudades y la convivencia con familias mecenas– el tiempo dio sus frutos y hoy podemos decir que ese programa ha tenido un connotado éxito, que es oficial universitario y que ha permitido un sinnúmero de logros profesionales de buen impacto, tanto social como profesional para muchas personas en Guanajuato y otros tantos en Ashland.
Comienza la historia del Festival
Para esos días, había varios compañeros en la Estudiantina de Oro, que igualmente pertenecían -con resonado éxito igualmente por su calidad actoral– al Teatro Universitario e incluso algunas veces pudimos presentar teatralmente la obra “Farsa y Justicia del Corregidor” por nosotros mismos en diferentes escenarios fuera de Guanajuato; así que no era para nada desconocido el tema teatral y mucho menos las obras o puestas en escena que se representaban por aquellos días en la ciudad. La sola idea de ser Embajadores de la ciudad, más todo lo planeado para hacer el viaje, causó tal interés en ciudadanos y estudiantes de español de Ashland, que crearon de inmediato el “Amigo Club” hoy cumple la misma edad que el intercambio de hermandad entre ambas ciudades- para apoyar toda actividad relacionada, incluso aportar recursos económicos con la venta de suvenires y pequeños detalles relacionados, se organizaron rapidísimo y le dieron el total respaldo a Chela Tapp, para convertir la idea en realidad. En suma fueron esfuerzos coordinados en ambas partes para el logro de tal encomienda, se destacan mucho: Chela Tapp, Nancy Lynch, la Estudiantina de Oro y luego las autoridades de ambas municipalidades y universitarias. Nuestra llegada después de aquel viaje larguísimo, fue realmente inolvidable, porque aparte del programa de actividades, nos arroparon de inmediato con toda amabilidad y una logística perfecta – nunca en nuestros viajes, presentaciones y actuaciones en la unión americana, jamás pudimos ver o sentir al menos, algún tipo de discriminación, ni racial, étnica o cultural– cosa que igualmente me impactó, porque bien sabía yo, de los problemas y detalles oscuros que habíamos vencido, del desorden y pésimas condiciones que afrontamos por parte de “nuestros conciudadanos”. Un programa de actividades coordinado puntualmente, sin fallas, hizo de inmediato su función y nos integramos al mismo con toda nuestra voluntad de cooperación.
Debo decir además, que en un ambiente de orden, respeto, coordinación y ejercicio de las decisiones adecuadas, es fácil provocar o motivar ideas nuevas o extenderlas o modificarlas en beneficio de un todo. Justo en ese ambiente cordial que vivimos, nació para bien una de las mejores ideas de las que hoy se disfruta internacionalmente.
Estando en Ashland, una de las actividades que nos programaron fue la visita al lugar escenario de obras de teatro montadas por alumnos y personas con el gusto de la actuación, un teatro al aire libre construido exprofeso en un foso para albergar gradas para los espectadores y una escenografía permanente para la ambientación de obras de William Shakespeare; -muy similar al que tenemos en la Mina de Mellado– . Sorprendidos por el espacio y sabiéndonos conocedores del teatro al aire libre, nos acomodamos en el graderío y entre los comentarios acerca del viaje y del lugar mismo, es que quedamos gratamente impresionados. Ante nuestros comentarios, es que fuimos obsequiados con playeras para todos, con la efigie impresa de Shakespeare a una tinta color negro al frente de la misma y el comentario adicional de que se excusaban por no ser “temporada” teatral en la ciudad con más de 70 años de tradición y que los integrantes de las puestas en escena estaban de vacaciones, por lo tanto, no había actividades y no les podíamos conocer en ese momento.
Impresión en aquellas playeras
1968
Continuamos con todas nuestras actividades, visitas aquí y allá, presentaciones y actuaciones llenas de calidad e impacto entre los asistentes, provocando el mismo efecto que veníamos haciendo por varios años, gustando al público y sobre todo logrando su aceptación y respeto. 4,000 kilómetros en autobús son muchos y el tiempo de regreso, lo pasábamos entre comentarios ensayos y demás; casi todos, portábamos la playera aquella con la cara y la leyenda Shakespeare y llegó el momento mágico….
Si ya se había permeado la idea de los intercambios estudiantiles, el proceso estaba dando buenos resultados, ¿qué tal si invitábamos a los estudiantes que hacían teatro de Shakespeare a un intercambio para que ellos viniesen a Guanajuato y estudiantes de la U.G. y del teatro universitario fuesen a Ashland? ¿qué tal si, ambos bandos hacían funciones de teatro y se presentaban en la ciudad que visitaban? -recordemos que para nosotros como “independientes” o no oficiales, era de nuestro interés lo
Desfilando por las calles de Medford, Oregon. - 1968
relacionado con lo artístico– y ¿qué tal que hiciéramos un festival de teatro universitario?; Ellos presentarían a Shakespeare en Guanajuato y nosotros a Cervantes en Ashland, iniciando así un intercambio artístico cultural de mayores alcances. Se aprobó de inmediato la idea y llegando a Guanajuato, nos pusimos de acuerdo, para salir un día al centro de la ciudad portando nuestras playeras de Shakespeare al frente; así lo hicimos y comenzamos a trabajar en la idea del festival y sus alcances –como siempre, enfrentamos a cientos de agoreros y recalcitrantes non gratos-, al poco tiempo fructificó el proyecto entre los que se quedaron en Guanajuato y no fueron a aquel viaje, pero que llegaron a imaginar las posibilidades de realización de un festival. No había nada similar, ni mucho menos nada que pudiera atraer a más y más visitantes, por otra parte, las únicas actividades artístico culturales de esos días, eran: Semana Santa, las Fiestas de San Juan y Presa de la Olla, la fiesta de “La Cueva” día de San Ignacio y la conmemoración del día 28 de Septiembre, que no se comparan con el cúmulo de visitantes que hoy mismo acuden a Guanajuato a disfrutar sus maravillas. Igual debemos recordar que el teatro universitario, poco se presentaba o sus temporadas eran muy cortas y variadas, no solo presentaban los Entremeses de Cervantes, así que la idea de un festival se motivó mucho más cuando planteamos que: en Ashland tenían a Shakespeare como representante de la lengua inglesa y en Guanajuato teníamos a Cervantes con mucho el representante de la lengua española. El paso estaba dado.
Por otra parte, el calendario de actividades en Guanajuato estaba prácticamente vacío por lo tanto se fueron escogiendo fechas adecuadas al sistema vacacional del país, a fin de ofertar actividades turístico culturales en temporadas aptas para que muchos las pudiesen disfrutar. Se pensó en semana de pascua, luego en otras fechas. Ya los se apropiaron de la idea o los que pregonan su paternidad, han quedado en el ayer y solo baste decir que debido a aquel viaje, sus 4,000 de ida y 4,000 de regreso, la visita a aquel teatro en Ashland y el regalo de las playeras, el motivo principal de estudiantes haciendo teatro de Shakespeare y estudiantes haciendo a Cervantes, dieron nacimiento real a tal FESTIVAL CERVANTINO hoy INTERNACIONAL y fuera de nuestras manos.
Si hubo muchas personas que apoyaron tal cosa, un festival en la ciudad, un festival de teatro y eventos relacionados; están en el recuerdo histórico: De Guanajuato: La Estudiantina de Oro, Ignacio Reyes Retana, Ernesto Castañares Alcalá, Francisco Serrano, Manuel Romero Araujo, Enrique Ruelas, Miembros del Teatro Universitario, Turismo Estatal, 3 años después; Manuel M. Moreno, Luis H. Ducoing Gamba, José de la Luz Santibáñez Cantero, Salvador Santacruz Urdiales, Rodolfo Murillo, Emilio Romero Balandrán, Arnulfo Vázquez Nieto, Staff en teatros y Logísticas. De ciudad de México y otros sitios: Instituto Nacional de Bellas Artes, Ernesto Gómez, Luis Echeverría Alvarez y su Esposa, Carmen Romano de López Portillo y su Esposo. Ya posteriormente el tiempo se encargó de hacer cortinas de humo y evitar que Guanajuatenses organizaran y llevaran a cabo el Festival; para la historia del famoso festival, quedan en el ayer impregnados estos y otros recuerdos de momentos creativos, positivos y cargados de locuras apasionadas, que si nadie habla de éstos, quedan aquí como reconocimiento a esfuerzos conjuntos en beneficio de miles de conciudadanos, artistas y particulares que dejaron a lo largo de 42 años, sus aportaciones para la historia.
Historia rescatada
Pregones y pregoneros Por: Emilio Romero
Las curiosidades del terruño, guardan entre sus encantos un sinfín de acontecimientos que llegaron con la noche de los tiempos a extraviarse entre callejones y callejuelas de encanto solo Guanajuatense: Pregones de aquellos escuchados en medio de la tarde y más aún los que hacían vibrar las noches, de ésta tierra nuestra de locuras apasionadas: Recuerdo con mucho aprecio, aquellas personas que en sus pregones, nos recordaban sin fin de aconteceres; aún mucho más, aquellos que en su enorme afán de estar presentes, invitaban a todo Guanajuato, a consumir sus riquísimos productos elaborados….
¡Hay Atole…….Hay Tamales!!!!!
Por cierto, alguna vez, recordando a una de las primeras “estaciones de radio” locales, que se daban aquellos lujos de producir programas de radio, la XERZ de Guanajuato Capital –que estuvo localizada en la Avenida Juárez, justo frente a la tienda del “Ancla de Oro”-; estaba en transmisiones diarias desde muy tempranito y mantenía una pequeña plantilla de “locutores” -que al igual hacían sus pininos en la naciente industria-, para los radioescuchas, entre afanosos y no, pero muy contentos de saber que tenían en su ciudad tales y tan magníficos aconteceres. Un día aciago, entre trifulcas radiales y de buena producción, discurrieron que por la tarde era necesario una “barra” de programación que cubriese las horas de descanso vespertino de la población, ampliando la cobertura hasta entrada la noche. De inmediato le dieron parte de ésta “barra radial” al más famoso locutor de aquel momento: Don Carlos Barrón Rosales, que “al micrófono” de la XERZ le encantaba impostar la voz, para que fuese más llamativa y comunicarnos, a través de la sintonía radial, que era el locutor en turno y que su programa sería interesante. Pues aconteció que: con aquella “cabina radial” de escasa privacidad, solo separada por un simple cristal de aparador de 6 milímetros, se colaban todos los ruidos habidos y por haber del movimiento citadino exterior y era prácticamente imposible “filtrarlos” -si tenía algo de tiempo libre, me encantaba ir a pararme ahí para mirar adentro cuando el locutor, movía controles y demás, durante la producción- Justamente en la acera de frente, a unos 7 metros de distancia, contra esquina del “Ancla de Oro”, ponía su puesto de venta de tamales Doña Cuquita, famosa además por lo sabroso de sus productos elaborados
con muy buena calidad y sazón. Con todo preparado comenzó Don Carlos aquel día su programa adentrándose poco a poco en la “intención, motivación y emoción”; -cosa que era muy importante, debido a que, la radio debe ejercer en la mente de los radioescuchas, la posibilidad de imaginar y recrear para adentrarnos en la comprensión y disfrute del momento- nos tenía super emocionados con lo que estaba logrando a través de su narrativa, cosa que nos mantuvo expectantes y repentinamente, en el momento más “importante” del programa radial, en la pausa en la que, supuestamente debíamos todos contener la respiración, se escuchó fuerte y claro: “Hay Tamales... hay atoleee”..., grito comercial de aquella señora que, en la esquina contraria vendía sus tamales. Grito que se “coló” por el micrófono de la estación de radio y salió tan puro y concreto “al aire” como canción de Juan Gabriel y sin censura….quizá fue un momento en que todo Guanajuato que tenía un radio sintonizado en la XERZ, al unísono, soltó la carcajada, por la chusca aberración y simpática atrocidad del momento. Creo que desde entonces, la XERZ, no volvió a dejar que solo un cristal de 6 milímetros, nos permitiera “ver” a sus locutores accionando: clavijas, discos, tornamesas, notas de redacción y demás parafernalia relacionada. La XERZ, no calló su transmisión, simplemente la hizo menos “objetiva”.
La beneficiaria directa fue Doña Cuquita, pues muchos en la ciudad querían conocerla y por obvia razón, comprar sus ricos tamales y atole: “Hay Tamales… hay atoleeee” se hizo muy popular y pronto las ventas se incrementaron, sin tener que pagar “Publicidad Radial” ni mucho menos, aquel puesto terminaba con sus productos en un santiamén.
Hay tamales...hay atole!!!! D.P.
Chichooooo
Los recuerdos vivenciales se nos quedan en la memoria, unos por simpáticos, otros por varias razones más; entre los simpáticos y graciosos que se quedaron en el ayer de los recuerdos, hay uno que le correspondió al más famoso paletero de la ciudad… -nunca supe su nombre, pero aún así, quede un recuerdo de su paso por la vida citadina-. Este personaje deambulaba por toda la ciudad ofreciendo sus helados y paletas, siempre caminando lo más rápido que podía, cargando un cajón “congelador” donde acomodaba sus paletas heladas, las de agua a la izquierda y las de leche al lado contrario, bien acomodaditas hasta por sabores, entonces al abrir la puerta sabía bien qué producto sacar para vender. Al cajón le acondicionó un ancho cinto de baqueta, para poder cargarlo a sus hombros. A veces el peso de aquel congelador era tal, que le hacía ir más agachado de lo normal, pero eso no impedía su paso acelerado. Usaba sombrero y casi siempre se le veía sudoroso así que, llevaba constantemente en la mano un paliacate, ya muy deteriorado pero que bien le enjugaba todo el sudor provocado por las caminatas. Cuando llegaba a ciertos “puntos” donde sabía había ventas, se detenía, subía el frente de su sombrero y pasaba aquel paño por la frente, se aclaraba la garganta y gritaba a todo pulmón: “Cálales Calorrrrr Chicho” “hay de agua y de leche….más agua que leche” “Cálales calorrrrr chicho”, los viandantes se arremolinaban y comenzaban a pedir…. “dos de agua”, “una de limón chicho” , “acá chicho, dos de chocolate” y más rápido que el rayo surtía a todos sus pedidos, entregando tomados por el palito los helados, era bueno para hacer “cuentas” y decía: “Cálales calorrrr chicho..tú, uno cincuenta; tú dos pesos...”. Terminado el momento de la venta, se limpiaba la frente y pujaba al subir el cajón a su
hombro y con un ligero brinco, lo acomodaba a la espalda, se empinaba y gritando: “más agua que leche chiiiicho.. Hay paletas” “ Cálales Calorrrr”, se alejaba caminando aceleradamente por las calles y callejones de Guanajuato.
Hoy, todo ha cambiado con las paleterías citadinas
El Cocodrilo Otro pregonero de “altos vuelos” era nada más que El Cocodrilo, que empezó sus días de pregonero con solamente poner ambas manos sobre sus labios y abriendo un poco las palmas, a manera de bocina, pegaba de gritos anunciando –quizá de los primeros perifonistas locales, hoy nos aturden a más no poder: los del Gas, los de Agua, los del Fierro Viejo, los de la verduras, los de la mega y otros tantos– todo lo que le contrataban. Al poco tiempo se hizo de un cono metálico que pinto de color verde oscuro y lo usaba como cono amplificador de su voz y a poderosos gritos, aturdía por calles y callejones: “Para hoyyyyyy…...Beis Bol” “ En el campo deportivo San Jerónimooooo” “ Para hoyyyyy….Beis bol”, a un volumen realmente increíble, pues con el tiempo mejoró su técnica de control, explotando al máximo su diafragma, pulmones y estómago; si te “agarraba descuidado”, te asustaba de pronto escuchar tales gritos, que pronto se pasaba solo de escuchar la simpatía que resultaba escucharlo anunciar. “Para hoyyyyy…. El cine Colonial presenta” o el cine reforma o el beis bol, eran sus asiduos contratantes las empresas respectivas y le hacían caminar desde Tepetapa a Paseo de la Presa y viceversa, pregonando los anuncios de sus clientes; en tales caminatas se pasaba el día y sabía incluso en qué punto de calle o callejón, se propagaba con mayor efectividad su voz, llegando al mayor número de ciudadanos con su mensaje. En cierta ocasión a “alguien” se le ocurrió algo, al verlo sudoroso y cansado por tanto caminar, que se atrevió a decirle: Oye Cocodrilo, ¿qué tal si te subes al Pípila y desde el mirador pregonas tus anuncios? Y ya no caminas tanto. El Cocodrilo lo pensó varias veces, no se animó de inmediato, porque para subir al Monumento al Pípila solo había dos caminos cercanos: uno por el Callejón de la Barranca –el menos pesado pero aún así muy empinado- y el otro por el Callejón del Calvario –que ya por el nombre, podemos descubrir el enorme sufrimiento que es, subir y subir sus escalones– total que para llegar, hay que sufrirle bastante, pues falta el aliento, el aire y hasta el oxígeno, si no está uno acostumbrado. Total que un día, de esos del Jardín Unión repleto de paseantes, algunos caminando, otros sentadotes como siempre y por horas, otros más degustando su café en Valadez, otros más en El Retiro –de aquellos días– de pronto escuchamos aquel conocido grito: “Para hoyyyyyy...Beis Bol” Para hoyyyyyyy, entre las potentes novenas de……; nos quedamos perplejos y sorprendidos, pues la potente voz del famoso Cocodrilo, venía justo del barandal del mirador del Pípila, que asomado en esa parte, pegaba de gritos poderosos con su anuncio. Muchos de inmediato caminaron a la esquina frente al Hotel San Diego, desde donde se puede ver dicho barandal y ahí presente, a todo color, se podía ver al famoso Cocodrilo su cono verde oscuro a la boca, pegando de gritos a todo volumen. Varias ocasiones hizo lo mismo y para algunos fue todo un suceso, puesto que nadie se imaginaba que por no caminar tanto, aceptó aquella idea de hacerlo justo desde ahí. Aún resuenan los pregones del Cocodrilo por las calles y callejones y mucho más en el centro de Guanajuato, para enterarnos de juegos deportivos o funciones de cine en la ciudad: “Para hoyyyy….” hasta pronto Cocodrilo… See you later aligator!.
Historia rescatada
Rescate del Patrimonio Cultural Edificado Por: Emilio Romero
Rescatar el Patrimonio Cultural Edificado de Guanajuato hasta la fecha, constituye un gran reto para la oficialidad, porque no saben bien a bien, el alcance de éste rescate para darle todo el valor real que tiene, en beneficio completo de la comunidad. Profesionales de la adulación y expertos en “trepar” por encima de cualquiera que les ponga frente. Los políticos adolecen por “distinción” de una apreciación completa del momento en que están ubicados y gozan haciendo sus peores tarugadas porque no conocen y jamás nunca han dado el valor a lo que está a su alrededor. Para todos ellos, lo más importante es “el partido” pero más bien su “acomodo” en éste y lo que pueden lograr con el “impulso de pertenencia” y para otros, encontrarse de pronto con la “olla del tesoro” simplemente los hace inútiles e incompetentes. Por otra parte, cargamos igualmente con decisiones cupulares, que en nada ayudan ni apoyarían un Rescate real y contundente de ese Patrimonio Edificado que poco a poco se va perdiendo. Desconocedores totales de cualquier proceso de Restauración, Reconstrucción, Readaptación y mucho menos, procesos de Reingeniería, que puedan dar solidez a ese gran patrimonio. Baste iniciar cualquier proyecto de Rescate, para sufrir un sinfín de opiniones de humo alrededor del proyecto, perderse en vano y de inmediato en “asegunes” que después de algunos años, “caen” en la cuenta de esos tropiezos; sin vuelta atrás y con el estigma de su incapacidad.
El Relato
Hace exactamente ocho largos años, haciendo una serie de fotografías de la ciudad, para ilustrar un trabajo tanto artístico como turístico, aquellas tomas, no me parecían adecuadas por algo; no encontraba el por qué, si bien todo estaba bajo control. Buenas tomas logradas y qué mejor, una ciudad impresionante, en cuanto a ambiente, edificaciones, iluminación, tiempos y técnicamente adecuadas; solo que algo no estaba tan bien. Tomada cada pieza fotográfica al observarla, algo no estaba tan bien; esa molestia me llevó al análisis más detallado de cada toma, para descubrir qué era lo que me importunaba. Eureka!, eureka! Lo encontré, era terrible lo que pude encontrar y que hasta la fecha no se ha podido remediar: Una perniciosa y horripilante mancha de “mugre” en todas partes, del metro cincuenta centímetros en los muros y paredes al piso; 1.50 o más espacio ocupado por mugre de 300 o más años –eso sí de mucha historia– conservada fielmente por toda la ciudad, para dejarnos claro que: no está tan bien resguardada como nos lo dicen.
La Mugre también es Patrimonio Cultural?
Así que con el resultado….
Me di a la tarea inmediata de tratar de solucionar tal dilema: ¿La mugre es también Patrimonio Cultural Edificado de Guanajuato?, o por otra parte ¿Lo mugroso de la ciudad está específicamente “custodiado” por el Patrimonio Cultural de la Humanidad?, o fue ¿Específicamente punto loable para el logro del título de Ciudad Patrimonio de los Pueblos?, u otros ¿“Títulos” nobiliarios?. Nada más inobjetable; nuestra hermosa ciudad, está inmersa en una mugre, de la que todos somos responsables, pero muy pocos o casi nadie, propone soluciones. Hace justamente ocho años, encontramos las soluciones a tan terrible dilema; planteamos a todas las autoridades tales soluciones y por obvias razones, hoy duermen el sueño de los “justos”. Aquí los resultados, como propuesta definitiva a tal problema: Mi estimado amigo Ingeniero Químico –Egresado de la Facultad de Química de la Universidad de Guanajuato- , Jaime Hernández Ruiz, tuvo a bien, entender la problemática citadina y los planteamientos que le comentamos, para darse de inmediato a la tarea de encontrar con nosotros, las mejores soluciones; que se dieron en “Productos de limpieza naturales” originados químicamente hablando, para EVITAR cualquier daño a los sustratos –Canteras, muros, repellados, mármoles-, y con ello respetar su condición natural casi al 99 % -cabe aclarar que; cualquier restauración o cuando menos limpieza, se encarga a personal nada apto y las mejores soluciones las encuentran en devastar los sustratos con lijas, esmeriles y demás abrasivos y cuando ya no pueden, pues deciden cambiar las piezas por nuevas-, cosa que ha pasado cientos de veces en la ciudad-. Una cosa es la “Pátina de tiempo” y otra bastante diferente la “mugre y cochambre” producto del tránsito de personas, vehículos y animales. Con solo imaginar que a través de muchos años las fachadas de los edificios han sufrido el ataque de diferentes agentes perniciosos: el smog y humos de los autos, orines de animales y personas, grasa humana, más los cientos de miles de “recuerditos” absurdos de gente sin qué hacer, hechos de mala fe con pinturas aerosol de diferentes composiciones químicas que dañan no solo la superficie sino varias capas de esos sustratos, para convertir a la ciudad en un espantoso y desenfrenado ataque al Patrimonio Cultural Edificado. En base a la composición química de las diferentes pinturas aerosol, tintas de plumones y otros agentes, se crearon expresamente, sustancias elaboradas con productos naturales para “romper” las moléculas de estos agentes perniciosos, creando así, nuevos y revolucionarios procesos de recuperación, rescate o restauración a su aspecto original de los tipos de sustratos que se pueden contener en el Patrimonio Cultural Edificado de Guanajuato, con ello pudimos efectuar variadas acciones para demostrar la eficacia de estas soluciones, sin dañar, sin devastar, sin cambiar, sin lijar, sin perjudicar más lo ya de por si deteriorado.
La principal acción fue establecer contacto con personal que se debería dedicar mucho más al logro de estos “rescates”; cosa que hicimos al presentar estas soluciones al personal del Instituto de Antropología e Historia, en sus diferentes jerarquías. Unos lo vieron como “jaladas”, otros como “enemigos a vencer” pues se les caerían por los suelos, sus procedimientos y con ello muchísimos contratos.
Un instante luminoso –en beneficio de las soluciones- se abrió cuando pudimos entrevistarnos con el famoso Arquitecto Carlos Martínez Ortigoza –hoy– Excoordinador nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, acucioso y enterado profesional de la Restauración.
Relato de aquel momento
Entre sustos y esperas, porque no podíamos conciliar agendas, por fin nos apersonamos en la ciudad de México, expresamente en el Museo Nacional de las Culturas, para tratar de lograr la esperada entrevista con el Arq. Carlos Martínez Ortigoza, que finalmente al recibirnos, externó de inmediato: ¿Y ustedes quiénes son? ¿qué quieren hablar conmigo?, en un ambiente de oficina con un escritorio repleto de documentos , libros, cosas por aquí y allá, sillas para recibir y un sentimiento de prisa que no podía ocultarse. Respondimos casi al unísono, buenos días Arquitecto; mi amigo Jaime terció de inmediato –Somos investigadores e inventores de soluciones para rescatar y restaurar fachadas de edificaciones dañadas por vandalismo, suciedad y daños colaterales. A lo que respondió Martínez Ortigoza diciendo: –Mmmm aquí han venido franceses, americanos, rusos, italianos y…; presto, Jaime repuso: Pues puede ser, solo que faltábamos nosotros por venir y ya con la mejor solución, para todos sus problemas. Siguió aquella plática introductoria, con un grandioso resultado práctico; el Arquitecto comentó de inmediato que tenían en proceso una limpieza exterior en el edificio del Museo y que tenían más de cuatro meses en lo mismo y no podían terminar debido a las dificultades y la lentitud del proceso, que si podíamos hacer una demostración en la práctica de nuestras propuestas, sería el momento. Salimos de la oficina siguiendo al Arquitecto que nos condujo al exterior, donde había varios operarios restauradores, trabajando en las terribles manchas de pintura –Grafitis dejados por vándalos sin educación ni escrúpulos; color blanco sobre la cantera oscura de la fachada.
Museo de las Culturas –INAH– 2008
´Tenían ya varios meses de trabajos llevados por otros tantos operarios, rascando y raspando con cotonetes, cada pequeña o gran mancha de pintura, tratando de eliminarlas para rescatar el sustrato original. Ante tales condiciones, el arquitecto se detuvo de pronto y expresó: -Aquí tienen el gran reto, tenemos varios meses con esto y no hemos podido terminar. A lo que Jaime respondió: - Pues si usted quiere y lo permite, haremos una demo en este instante y ante usted, podrá valorar los resultados. El Arquitecto se dirigió a los operarios externando: -Van a trabajar estas personas en estas machas y nos van a hacer una demo, para que estén al pendiente y se hagan las cosas dentro de nuestros parámetros, a ver si logran la limpieza. Volteamos a ver a los encargados y sentimos las miradas inquisitivas al mismo tiempo incrédulas, pues sabían que nada fácil era la encomienda.
Museo de las Culturas –INAH–Daño vandálico con pintura spray blanca
Museo de las Culturas –INAH– Proceso de limpieza 2 horas después
Al paso de dos horas ya casi estaba recuperada aquella cantera negra, rescatada de las manos criminales que le dañaron casi al grado de pérdida total. Operarios y el mismo Arquitecto, asombrados -con los ojos más abiertos que de costumbre y mostrando su asombro– no paraban de hacer preguntas tanto técnicas como de reafirmación del proceso –no perdamos de vista que, la pintura en aerosol, expulsa por acción del propelente a su paso por la boquilla y el pequeño orificio de ésta, una suave brisa de pintura y que a ésta le es más fácil impregnarse al sustrato y sus capas mas profundas, así que, cada acción vandálica como esta, no solo mancha sino que destruye internamente al sustrato y mucho más cuando se trata de canteras– que fue para nosotros, algo ya muy conocido puesto que habíamos hecho bastantes pruebas para “atacar molecularmente” diferentes tipos de agentes dañinos como la pintura en aerosol. El Arquitecto Martínez Ortigoza, no paraba de comentar el “Potencial” de la tecnología que acabábamos de presentarle; llamó a otro de sus operarios y le pregunto: ¿Cómo van con las manchas de pintura amarilla?, a lo que el restaurador respondió: Pues Arqui, seguimos batallando con ellas y no veo que se avance mucho, ya van más de dos meses y poco hemos logrado. Martínez Ortigoza, volteo a vernos y preguntó: ¿se podrá hacer algo con esas manchas?, ¿quieren verlas para ver qué se puede hacer?, -¡Claro! respondimos y recogiendo nuestros tiliches nos encaminamos a donde nos indicaron estaban batallando con aquellas otras manchas.
Museo de las Culturas –INAH– Proceso de limpieza Paso 1 aplicación, paso 2 limpieza, paso 3 humectación -40 minutos después-
Nada hay comparable, a lograr –siempre y cuando se permita– el rescate de lo dañado para darle su fisonomía original. A los pocos minutos, la técnica aplicada y el cuidado para escoger el tratamiento adecuado para el tipo de agente dañino –en este caso pintura al esmalte alquidálico color amarillo– las moléculas del agente ceden por razones químicas ante los productos limpiadores y con un tratamiento muy suave de humectación y roce, se puede recuperar lo dañado.
Fue tal el éxito de nuestro proceso y la algarabía que se causó tanto en los operarios restauradores, como en el mismo Arquitecto Carlos Martínez Ortigoza, que los comentarios fueron todos, encaminados a felicitarnos por el proceso, la idea, la técnica y finalmente que hubiésemos acudido a verlo en esos momentos El Arquitecto Martínez Ortigoza, de inmediato nos propuso ir a la ciudad de San Miguel Allende, concretamente a la casa Museo de Ignacio Allende –en proceso de limpieza y restauración– para intervenir en la limpieza de unas terribles manchas dañinas que les causaban un tremendo problema al tener varios meses sin poder erradicarlas.
Museo Casa de Ignacio Allende—Aerosol rojo
Museo Casa de Ignacio Allende—Proceso
Museo Casa de Ignacio Allende—Final después
Los magníficos resultados pronto hicieron que el Arquitecto Carlos Martínez Ortigoza, reconocido restaurador y conocedor del acervo del Patrimonio Cultural Edificado, expresara: -”de aquí en adelante a donde quiera que vayan a trabajar rescates y restauraciones, digan que tienen mi aval y pueden mencionar incluso mi nombre, con todo gusto avalaré sus procesos, sea o no el encargado o esté al frente o no de cualquier restauración en México”. Orale!, con este genial apoyo nos dimos a la tarea de seguir adelante con entusiasmo y criterios recién aprendidos. Para venir a chocar de frente, con quisquillosos “restauradores” y personas mal informadas o nada preparadas para ejercer al cien por ciento trabajos de rescate y restauración de ese importante acervo cultural.
Museo de las Culturas– Cd. De México - Demo al Arq. Carlos Martínez Ortigoza—2008 Rescate de canteras dañadas
Seguimos luchando contra vientos sacados de las mas terribles pesadillas, es difícil comprender cómo y por qué se pierde tanto tiempo en salas y antesalas de políticos y “conocedores” que finalmente lo único que hacen es estorbar porque “sus tiempos” no son los que otros vivimos, mientras tanto el Patrimonio Cultural Edificado, se deteriora y es blanco de actos vandálicos asociados muy estrechamente con la nula educación, el nulo respeto y peor aún, la nula capacidad de tomar decisiones y acciones en su defensa.
Ese Patrimonio Cultural Edificado, es de todos como resultado de un largo proceso histórico y muy principalmente como un legado de nuestros antepasados, que tuvieron a bien la idea de construir para embellecer pueblos y ciudades. Si podemos estar orgullosos de esos tesoros, debemos hacer algo por ellos y no llenarlos de mugre y porquería. Si te han heredado un gran tesoro, una joya, la mejor manera de presumirla es mantenerla limpia, reluciente, brillante y bien cuidada; así cuando abras tu cofre para mostrarla se podrá apreciar tan hermosa como cuando te fue heredada, para que, a los ojos de todos cause admiración y RESPETO!
Guanajuato Ayer y hoy
Galería
El objetivo de este Rescate Fotográfico, es la recuperación de algunas de las fotografías del Guanajuato antiguo a través de la edición digital a fin de mostrarlas lo mejor posible para comprender y disfrutar nuevamente la intensión de los desconocidos autores, haciendo un compendio para integrarlo al acervo cultural de nuestra ciudad. Las tomas actuales se hicieron considerando el mismo ángulo que el fotógrafo de antaño, quiso mostrarnos con su trabajo. Acompaña a este volumen un DVD que contiene material Fotográfico a manera de Galería virtual y de uso en informática con sistema PC y MAC. Emilio Romero 2014
Fotografía rescatada
Plaza del Baratillo— Con la peculiaridad que el comercio ambulante hizo de ésta Plaza un mercadillo, de ahí su nombre “Baratillo”, además de estar muy cercana al centro de la ciudad y con buenas opciones para el comercio.
Fotografía Actual
Plaza del Baratillo — Así luce actualmente ést e interesante atractivo de la ciudad.
Fotografía rescatada
Monumento a la Paz - 1897—obra del escultor mexicano Jesús Contreras, elaborado en bronce con base de cantera y mármol. Fue inaugurado por el presidente de la república, General Porfirio Díaz, el 27 de octubre de 1903 para conmemorar el fin de la Guerra de Independencia. Foto de 1939 aprox.
Fotografía rescatada
Fotografía Actual
Monumento a la Paz — Así luce el Monumento actualmente
Fotografía rescatada
Teatro Juárez— Edificado entre 1872 a 1903, es Obra del Arq. José Noriega y terminado por Antonio Rivas Mercado y Alberto Malo; Se inauguró el 27 de octubre de 1903 en su visita a Guanajuato del General Porfirio Díaz.
Fotografía Actual
Teatro Juárez - Así luce actualmente éste importante recinto cultural.
Fotografía rescatada
Alhóndiga de Granaditas -1796-1809- proyectado por el arquitecto José del Mazo y Avilés. Los encargados de los trabajos fueron el maestro Juan de Dios Trinidad Pérez y Francisco Ortiz de Castro. Construida como almacén para granos, fue la fortaleza recién inaugurada que sirvió de refugio a los españoles ricos y hacendados de la ciudad para esconderse con todo y sus pertenencias más preciadas; por ello fue atacada y tomada por las huestes de Hidalgo 28 de septiembre de 1810.
Fotografía Actual
Alhóndiga de Granaditas—Museo Regional de Guanajuato- Así luce actualmente éste importante histórico recinto cultural.
Fotografía rescatada
Plaza de la Paz—Plaza mayor donde convergen las dos calles principales de la ciudad, por un acceso –fondo a la izquierda- Llamado Calle de la Tenaza, es el centro de Guanajuato.
Fotografía Actual
Plaza de la Paz—Así luce actualmente este importante centro citadino. Vista nocturna.
EMILIO ROMERO BALANDRÁN Originario de Guanajuato, Gto. Es publicista de profesión y ha cultivado las Artes Plásticas y Visuales por más de 58 años, en las que ha desarrollado diferentes obras con el uso de diversas técnicas en los campos de la Pintura, la Escultura, la Fotografía entre otras más, actividades artísticas le han permitido exponer su obra en diferentes Centros Culturales. En el ámbito de la investigación histórica, su pasión, es el Rescate del Patrimonio Cultural de los Pueblos siendo esta Obra de tres volúmenes el resultado de ocho años del trabajo de investigación con la firmeza de rescatar partes de la historia de la ciudad de Guanajuato, Gto.; de esas páginas perdidas en los tiempos o de cuyos personajes no figuran en la “oficialidad” y por lo mismo han sido olvidados, pero que, han coadyuvado importantemente en los destinos de la ciudad y en la actualidad esas HISTORIAS RESCATADAS, tienen un gran valor cultural, hasta el punto de convivir con el Guanajuato del que todos hoy están orgullosos por su realce histórico, cultural y turístico en el compendio mundial. Es editor y como tal, ha publicado 12 libros de su autoría, con temas históricos, de rescate cultural y de fotografía. Quedando en la proximidad, los dos volúmenes restantes de ésta serie, más tres volúmenes de la serie ACERVO FOTOGRÁFICO DE GUANAJUATO CAPITAL, que el público podrá conocer y leer en el año 2016. Su editorial “Fast Print Gto” igualmente ha publicado 4 de otros autores, con magníficos resultados y ediciones de gran calidad .