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Toro con sombrero
Nos encontramos con un toro a imagen y semejanza de un ejemplar proveniente de alguna destacada ganadería que el escultor deja a la imaginación de cuál será el herraje. Se trata de un ejemplar que luce el esplendor de su trapío y temperamento, mismo que se muestra inquieto en una plaza, siempre atento al movimiento y ante un mundo nuevo que se aventura a conocer. El toro fue captado en el momento que es “tocado por un sombrero”, en ese instante de sorpresa que le causa el objeto. Se puede decir que esta escultura, representa la imagen de júbilo de parte de un aficionado, cuando una gran faena se corona con arrojar diferentes cosas a la arena, es una aprobación ante lo que el público vive, mientras el toro va hacia él, lo huele, y mueve con el hocico, lo percibe, aquí se observa el sombrero cordobés debajo de su pata izquierda y la cabeza levantada luciendo su lámina.
Es una imagen que asocia al toro y el hombre, siempre rendido a la belleza de su estampa y la bravura que arrebata. Recordemos una estrofa del pasodoble llamado “Gitanillo” de nuestro fino compositor mexicano Agustín Lara, que dice así:
“Junto a una mancha de sangre, que el sol se quiere beber, hay un ramo de claveles y un sombrero cordobés”.