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Larga cordobesa
“El día se va despacio, la tarde colgada a un hombro, cuando una larga torera sobre el mar y los arroyos”. Federico García Lorca
¿Cómo podría dejar pasar por alto Alfredo Just el elegante lance llamado larga cordobesa? Imposible, el maestro del cincel dejó plasmado este artístico momento para decorar las alturas de la plaza México. Se encuentra junto a una firme columna cobijada bajo la sombra de los árboles. Lance que dio vida por primera vez su inventor Rafael Molina Sánchez, “Lagartijo” quien debe su propio apodo por su alta estatura y carácter vivaz. Nació en Córdoba el 27 de noviembre de 1841. Quien tenía antecedentes taurinos de su padre, un gran banderillero de nombre Manuel Molina, “Niño de Dios”. Su presencia es básica en el coso, tan bien realizada que el capote comunica, su anatomía se distingue, y hasta resalta la coleta y el añadido de este gran califa del toreo.
Desde los nueve años toreaba becerros, era hábil con el capote y las banderillas; existen fotografías de él banderilleando en una silla, en aquellas antiguas suertes de torear. La alternativa se la dio Antonio Carmona, “Gordito”, en la plaza de Ubeda el 29 de septiembre de 1865, confirmando en Madrid el 15 de octubre del mismo año. Tanto perfeccionó su lidia que en 1875 su toreo con el capote y la muleta se fue tornando de más de detalle. Se sabe dentro de su trayectoria en los ruedos, que se enfrentó a un toro de Miura llamado “Murciélago”, mismo que regresó a su dehesa como semental debido a su bravura, nobleza y la consumación de la faena que le bordó este gran torero, a tal grado que, como dato curioso, la compañía de automóviles “Lamborghini” utiliza un toro como símbolo de su marca dándole el nombre a uno de sus autos del indultado ejemplar. ¡Hasta donde impacta y llega el toreo! Rafael Molina, al crear la larga cordobesa, dejó claro que el toreo comunica, este lance tiene el efecto de cadencia, largueza, longitud, un juego de capote que también da la sensación de viajar y sentir que en este transporte se llega a la gloria, al cielo. Varios toreros han interpretado de manera sublime este lance o remate después de acompañar otras suertes de la lidia, ya que también se ejecuta para dejar al toro en suerte y llevar a cabo el tercio de varas. Para tal belleza, es preciso resaltar algunos diestros que lo han interpretado de manera sublime como Rodolfo Gaona, Alfonso Ramírez “El Calesero”, Morante de la Puebla, Rodolfo Rodríguez “El Pana”, Julián López “El Juli”, entre otros más, quienes han dado un profundo sentimiento a este arrullo de percal, que reposa su gracia sobre el hombro de cada Matador. El lance invita a romper el tiempo y pasaportarse al infinito en una larga cordobesa.