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Luis Briones Siller, “De Seda y Oro”

En el entono de la Monumental Plaza México, frente al Estadio Azul de fútbol se encuentra otra de las esculturas de Alfredo Just, se trata de la representación del gran torero mexicano Luis Briones Siller, quien nació en la ciudad de Monterrey Nuevo León, el 7 de octubre de 1920.

Desde muy joven le decían de sobrenombre “El chinito de Monterrey” y también “Luis de seda y oro”, vivió su infancia y parte de la adolescencia en Texas, Estados Unidos, para después regresar a radicar en Durango, pudo presenciar a los 17 años su primera tarde de toros. Tanto él como sus dos hermanos eran toreros, Félix y Raimundo Briones Siller.

Era el año de 1940 en su tierra natal cuando hace su primer debut como luminoso novillero, con ganado de Ibarra, alternó con Edmundo Zepeda y Leopoldo Ramos, “El ahijado del matadero”, tarde muy difícil puesto que recibió su bautizo de sangre con una fuerte cornada en el vientre, que superó tanto física como psicológicamente para reaparecer después en los ruedos.

Posteriormente se presentó en el “El Toreo de la Condesa” en 1942, sumando triunfos y corridas memorables. No se olvida la tarde del 15 de agosto de 1943, la faena realizada al toro “Valenciano” de San Mateo. En varias temporadas, Luis Procuna era su rival de ruedos, de ahí que se escuchaba en los lugares de tertulia el nombre de “Los dos Luises”, que al final eran tres y de época, sumando a Luis Castro, “El Soldado”.

Se alternativó en Monterrey, su padrino fue el gran Fermín Espinosa “Armillita”, con el toro, “Llanero” mismo doctorado que confirmó en México el 19 de diciembre de 1943, volviendo a ser Fermín su padrino, y de testigo Carlos Arruza, lidiando la bravura de “Abejorro” de Rancho Seco. Fue un torero digno de ser inmortalizado en la galería escultórica de Just, ya que sus triunfos no solo fueron en plazas de América Latina, como en Bogotá Colombia, también toreó en Barcelona con el mismo “Armillita”, Domingo Ortega y Pepe Luis Vázquez. Confirmó su doctorado en Las Ventas de Madrid el 2 de junio de 1946, cediéndole los trastos Rafael García, “El Albaicín” al lado de Jaime Marco, “El Choni”, despachando al astado “Madroñito” de Marques de Villagodio. También toreó en tierras galas, en Las arenas de Dax Francia, entre los años 1947 y 1948. En la Monumental de Insurgentes cuatro tardes seguidas logró mostrar su arte con soberbios triunfos. No olvidemos que aportó un lance al repertorio taurino, “La Brionesa”, que sirve de lucido remate, es de uso frecuente y siguen dándole vida los diestros actuales.

Briones fue parte de la historia del cine mexicano, ya que filmó la película “El torero y la dama” en que actuó con la actriz, Katy Jurado. Su carisma y elegancia lo llevó a estar en la cum-

bre de los toreros de su época. La plaza de toros se engalana con su presencia en esta escultura que define la anatomía del diestro, y el gran detalle con el que esculpió el traje de luces, se aprecia afinadamente e incluso a distancia la perfección de la montera, los machos de la taleguilla, y el bordado de la chaquetilla, además de rescatar la clase que dejaba plasmada Luis Briones en cada uno de sus lances de percal, de gran calado. El toro resplandece embistiendo con arrojo y va al capote de manera tan real, que muestra la cabeza con sus pitones astifinos y el pelaje crespo del testuz, su larga corpulencia mientras el rabo, se mira suspendido en el aire; todo un detalle de cincel al viento del escultor valenciano digno de contemplar. ¡Luis siempre será un nombre de rey y Briones un apellido de torería!

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