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Capitulo XXX, José Antonio Garfias, El ganadero de De Santiago

torero mexicano. Además de las ganaderías de la familia – Marco Garfias, De Santiago, La Ventilla, Santa Isabel, Los Cues, Javier Garfias -, don Javier con su expansión favoreció divisas como Santo Domingo, Santa Bárbara, San Martín, Carranco, Claudio Huerta, Xajay, Huichapan, Paco Torre, Real Valladolid, Álvaro Espinosa, Teófilo Gómez, San Antonio de Triana y un porrón más.

México creció en toros de lidia, en atadores de toros, empresas taurinas y en aficionados a la fiesta.

Capítulo Treinta JOSÉ ANTONIO GARFIAS EL GANADERO de DE SANTIAGO

Una vieja amistad, o como diría mi amigo Julio Stuick fue que tuve por más 50 años con José Antonio Garfias de los Santos, amigo admirado y apreciado que dejó de existir el 2 de mayo del 2021 cuando aún estábamos enfrascados en la redacción del presente libro. Obra que humildemente ofrezco a la memoria de quien en la amistad me señaló los caminos mexicanos de la fiesta de los toros.

Pepe Garfias, el ganadero de De Santiago, así lo distinguieron por haber sido el conductor de la ganadería que un día fundó junto a Marcos, su hermano más grande con ganado de Javier, el mayor de los Garfias de los Santos. Fue en un momento muy importante cuando Javier desarrollaba su laboratorio con Sangre Llaguno. Aquello fue en 1966, vivía Calle de Rio Lerma en la Col. Cuauhtémoc en Ciudad de México. Pepe estudiaba y trabajaba, cuando decide regresar a San Luis Potosí.

Ya lo dijimos en anteriores líneas que don Antonio, el padre de Pepe, era poco amigo de la fiesta de los toros. Por herencia la rechazaba pues como lo predicaba su padrearon Teodomiro Garfias el abuelo de Javier y de Pepe los toros son el reducto de los vagos.

Al regreso de Pepe al terruño don Antonio le pide a Javier le eche un cable a sus hermanos, Marco y Pepe. Marco estaba en la Universidad, en la Facultad de Arquitectura. don Antonio le pide a Javier que ayude a sus hermanos, José Antonio y Marcos. Lo que hace Javier con obediencia y destina para la ganadería 80 vacas y 2 sementales y se funda la ganadería de De Santiago en la hacienda que lleva este nombre y que ha sido parte de la propiedad principal de la familia: La Laguna de Guadalupe desde hace años.

Para 1968 se definieron las propiedades de Javier, Marco y José Antonio con La Laguna para Javier, El Palmar para Marco y De Santiago para Pepe.

Su debut en la Plaza México estuvo a cargo de un novillero, Jaime Rivero “El Húngaro” que fue famoso en Caracas. Buen torero era, pero conflictivo como pocos. Un torero que, de haber tenido disciplina, pudo haber llegado a estratos importantes. “El Húngaro” se quedó el camino y falleció en unos baños de vapor en Ciudad de México por causa de una explosión. Se le recuerda en De Santiago porque dejó ir dos novillos de escándalo en la presentación de la divisa en la México.

Marco se separó para fundar la divisa que lleva su nombre y que, actualmente, manejan sus herederos.

En Garfias, su propietario Javier Garfias de los Santos, hermano de Pepe y de Marco, tenía de la mejor materia ganadera que había ido adquiriendo desde 1948 a 1953 vacas procedentes de la ganadería de San Mateo, entonces enclavada en Zacatecas.

Más adelante Pepe Garfias reforzó la sangre de Garfias con ejemplares procedentes de Reyes Huerta que José Antonio consideraba “era la ganadería que tenía lo mejor de San Mateo”. Aquello provocó disgusto a Javier porque rompía la tradición de seguir el sendero por él marcado. do conquistado la plaza de Aguascalientes sin sospechar que en su escenario viviría el momento más amargo de su carrera como ganadero y vida de aficionado cuando José Tomás recibe la cornada que casi pone en peligro su vida. Terribles momentos. Sumados al disgusto que provoca refrescar su vacada con ganado puro de don Reyes Huerta. ¿Por qué Reyes Huerta? Veía una madre y padreaba a su cría… y de ahí a fue su apertura a otra vacada, “lo mejor de San Mateo lo tuvo don Reyes Huerta”, afirma .

Como lo hice muchas veces, por muchos años un visité a Pepe en San Luis. aprovechado mi estada en Ciudad de México y me acerqué a San Luis para de una vez saltar hasta León donde se celebraba una temporada con toreros mexicanos, jóvenes y prometedores espadas de la nueva forja conocida como Tauromagia Mexicana, que entre sus espadas destacan valores como Diego Silveti, Sergio Flores, El Payo y Arturo Saldívar que entonces llenaban de ilusión y esperanza a los pacientes aficionados aztecas.

No han rematado lo que de ellos se esperaba.

Había llegado a México para la entrega del libro Memoria de Arena, editado por el aficionado y muy apreciado amigo Jorge Anciola.

Llegando me enteré que Pepe Garfias, mi amigo por más de 50 años de amistad estaba quebrantado de salud, me fui a la Central Camionera para tomar el autobús a San Luis. Larga travesía que hice antes con dos amigos muy queridos: Juan Silveti y su hijo David, los dos idos y también dejando profundos vacíos en el corazón del afecto.

Al llegar a la Central Camionera de San Luis me esperaba otro amigo muy apreciado: Tomás Arellano, el matador de toros Juan Diego de México. En su paso por Venezuela Juan Digo dejó mucho afecto sembrado.

Fue muy grato reunirme con Pepe y verle con la entereza y disposición de cómo enfrentaba los problemas que le aquejaban. Otro día, ya José Antonio mucho mejor y aprovechando la compañía del matador de toros venezolano Erick Cortéz que visitaba por primera vez México nos fuimos hasta La Villa de Arriaga donde nos esperaba, Pepe Garfias y Miguel Espinosa “Armillita Chico” para visitar De Santiango.

Pepe ya recuperado organizó un tentadero en compañía del matador de toros Alfredo Gómez “El Brillante”. Estaba un sobrino de Pablo Labastida, Fernando Labastida, que junto con su padre el ganadero Manuel Labastida han tenido la iniciativa durante la pandemia de organizar un serial de Festivales Taurinos sin picadores para aspirantes a novillero que lleva por nombre la frase “Quiero ser torero” , pues es su intención darle oportunidad a esos muchachos que tienen el sueño, la inquietud y quedan tomado la decisión de querer ser toreros.

Fernando Labastida hoy representa aquella prócer divisa de Santo Domingo, la ganadería mexicana donde se formó Javier Garfias y cuyas vacas fundarían su divisa . La ganadería del bisabuelo Manuel Labastida referido en anteriores páginas de esta biografía, un hierro ganadero que vistió de leyenda a Gregorio García “El esteta potosino” y que Raúl García llenara de grandeza con su faena a Comanche en la Plaza de Toros Monumental México.

Erick Cortéz se estrenaba en el campo bravo de México, luego de casi 20 años de haber tomado la alternativa en Nimes una tarde de la Feria de la Vendimia de manos de los maestros Paco Ojeda y César Rincón, con toros de Juan Pedro Domecq.

Con Erick, junto a mi apreciado Pepe Garfias, en la cabecera del mesón en la casa de la Hacienda de De Santiago departimos el desayuno con Isabel su esposa, y sus hijos, Pepe y Santiago una maravillosa mañana en La Villa

de Arriaga. Además, fue un lujo compartir con mi admirado Miguel Espinosa, que desgraciadamente partió en plena juventud. Aquel día en la Villa de Arriaga estuvo Miguel acompañado de Javier Borrego, amigo apreciado, distinguido ganadero y entendido aficionado propietario de la ganadería de Santa Bárbara , Hierro forjado con ganado de Garfias, la que hoy promueven por la calidad de sus toros destacadas figuras del toreo.

Pepe Garfias ha sido compañero de viaje en el curso del camino del toreo desde 1972, cuando nació nuestra amistad en Ciudad Juárez. Tarde que la ganadería de De Santiago lidiaba una corrida de toros en la Plaza Monumental. Tarde en la que no podía estar ausente, Javier Garfias apoyando a su hermano.

Nos sorprendió a todos cuando un par de horas antes de la corrida, cuando Pepe Chafik y el mozo de espadas preparaban los avíos de Manolo Martínez se plantó don Javier Garfias bajo el marco de la puerta de entrada de la habitación de Martínez y pregunta: - ¿Y Belcebú … dónde está Belcebú? El ganadero, por supuesto se refería a Manolo Martínez que, para 1973 se había convertido en ídolo de la fiesta mexicana, en el torero de las pasiones de la afición. Manolo y su relación con Garfias era de mucho afecto entre personas que se aprecian, se respetan y se tienen confianza.

Manolo Martínez toreaba con Mariano Ramos y Rafael Gil “Rafaeillo”, dos toreros con personalidades distintas.

Ramos fue un gran torero, espada que emergió de las filas de los charros de México. Buen jinete, caballista insigne, dominador de las suertes camperas de la charrería. Llegó Mariano a ser representado por Javier Garfias como su apoderado en España que gracias a su influencia y trato amisto con la gente que mandaba en Esta, como con Alberto Alonso Belmonte confirmó su alternativa en Las Ventas luego de muy buenas presentaciones en plazas como las referidas de Sevilla y Valencia. Le hicieron una oferta para repetir en Madrid, pero Mariano llamó a Javier y le informó que suspendiera la temporada española porque tenía compromisos en varios Lienzos Charros para los que se había comprometido este gran torero de La Viga. Mientras que Rafaelillo, torero de sangre gitana y de expresión profundamente andaluz, vivía aquello días su momento interesante como torero.

Ha pasado el tiempo entre aquella fecha y las recientes visitas que hemos hecho a México. Entre ellas hemos vivido muchos tentaderos con Pepe Garfias en La Vi-

lla de Arriaga. Tentaderos de machos con don Pascual Meléndez, pruebas de sementales con David Silveti. Retienta de vacas y tentaderos de becerras con Miguel Espinosa “Armillita”. Las pruebas de picadores estuvieron a cargo del maestro don Pascual Meléndez y de Gabriel Meléndez, El Coca Cola. En los tentaderos casi siempre presente Leopoldo Meléndez, Polo Meléndez, cercano siempre a la casa de Chichimeco, el cuartel de Armillita.

Hubo una época que asistí a La Villa de Arriaga en compañía de mi hermano Rafael Ernesto, Tobías Uribe, Constantino Hernández y de Pedro Campuzano y veníamos de la Feria de San Luis Potosí y Pepe Garfias nos apartó seis vacas maravillosas, verdaderos regalos para “fiebrúos” aficionados que creímos no había como saciarnos en nuestra afición y, no fue así, el hartazgo nos superó y aún las emociones las sentimos con el paso de los años.

Maravillosos los tentaderos con lo amigos de Pepe Garfias, Javier Borrego, David Silveti y Miguel Espinosa. Muchos de ellos con Juanito Silveti y Pablo Labastida. Entre tantas emociones y recuerdos hermosos no olvidaremos la tarde que Joselito Adame se estrenaba en Santiago para sus compromisos en la Feria de San Marcos de Aguascalientes. Tampoco cuando Pepe e Isabel atendieron a los ganaderos de Los Aránguez, Monchito e Ildefonso que con sus esposas visitaban Aguascalientes para la Feria … Historia larga la nuestra con Pepe, vivir entre amigos muy queridos como Raúl Izquierdo, como El Pollo Meads Jorge Cuesta …

Cuando Javier Garfias comenzaba la gran apertura de la Sangre Llaguno a México y al mundo. Nada más seguro para el proyecto que sus hermanos, y entre sus hermanos nadie como José Antonio, hecho a su forma de pensar y de actuar.

Toros de la Plaza Monumental México han sido los toros de Pepe Garfias donde le han cortado 16 rabos a los toros de “Santiago”, desde el 5 de febrero de 1984, cuando el hidrocálido Ricardo Sánchez le hizo una gran faena al toro “Capitán”.

Vino luego una cadena de triunfos de toreros como Jorge Gutiérrez con Salmantino y Cartujo, José María Manzanares con El Zorro, y Miguel Espinosa “Armillita” con Vidriero y Potosino, Mariano Ramos con Cadete, Arturo Gilio con Genovés y muy en especial la tarde inolvidable de la ganadería por el faenón de Miguel Espinosa “Armillita”, tarde que Miguel y Pepe Garfias salieron juntos a hombros de la multitud por la Puerta del Encierro de la Plaza de Toros Monumental México. De Santiago ha sido una divisa que se ha destacado

entre las mejores de América por los triunfos de Paco Camino en Medellín.

El palmarés de don José Antonio Garfias ganadero de De Santiago es muy interesante, en especial por los toreros que lidiaron sus toros y el resultado artístico de los mismos.

La personalidad de Pepe es muy distinta a la de Marco, que refleja su condición de maestro de la Arquitectura. Lo mismo ocurre con sus toros bien construidos, de uniformidad en la lidia, bravura armónica con su nobleza.

Javier era otra cosa, rezumaba maestría por cada poro de su generosa humanidad. Amigo de amplios espectros, luchador infatigable y taurino a morir por la fiesta.

Pepe, no lo ha tenido fácil en la formación de su ganadería.

Hubo días de invasiones, de luchas contra los enemigos de la fiesta a los que venció con el recto proceder de quien tiene la verdad por blasón. Sin embargo su lucha permanente, la más sincera y honesta fue imponiéndose en la lucha por la excelencia con sus hermanos, Pepe y Marco. Una lucha exigida por cada uno de estos ganaderos con el fin y el propósito de defender la integridad del nombre de familia, Garfias, marca de origen mexicano que dibuja el perfil del toro azteca, tan admirado, tan exaltado.

Nosotros conocimos de cerca de aquellas circunstancias, cuando muchos ganaderos de bravo perdieron la vida defendiendo sus tierras, sus casas, sus familias. Una lección revolucionaria que esperamos sean capaces de aprender los ganaderos venezolanos ante los anuncios de la oscura noche que se cierne sobre el cielo venezolano.

Desde 1972 en Ciudad Juárez, cuando le conocimos, fue aquella tarde de triunfo con Manolo Martínez, Rafael Gil “Rafaelillo” y Mariano Ramos. De ayer a hoy hemos hablado de toros, conversado mucho, escuchado más. Sobre todo las noches en la Villa de Arriaga, metidos en Santiago. Recuerdo que luego de un largo tentadero alrededor de una mesa larga, donde correteaban los caballitos de Tres Generaciones de Souza, sin bridas ni frenos, en compañía de Juan Diego, el Gallo Meads, Curro Rivera, Raúl Izquierdo, Jorge Cuesta, Rafael Ernesto López, David Silveti, Polo y Pascual Meléndez, y Gabriel Meléndez La Coca Cola, los hermanos Manolo, Fermín y Miguel Espinosa, Pedrito Campuzano y el fotógrafo Roberto Moreno, nos contó Pepe que los toros que hicieron su ganadería fueron Valeroso, toro lidiado por Joselito, Piropo del

Niño de la Capea y Vidriero por Miguel Armilla, fueron los sementales que originaron la base de esta casa y sus formas de embestir.

No me cabe la dicha en el cuerpo al escuchar aún la voz de mi amigo, Pepe Garfias, desde el añorado San Luis donde en la “Fermín Rivera” gozamos de la nobleza de los toros de Pepe y de Javier en un festival con los amigos matadores de toros Eloy, David, Luis de Aragua, Miguel Espinosa y mi compadre Raúl Izquierdo.

Cumplido su cincuenta aniversario, localizado en los potreros de La Mancha en San Luis Potosí, José Garfias de los Santos nos comentaba que le tocó vivir y trabajar durante una época muy bonita en el toreo.

- He vivido para la cría del toro de lidia y de la cría del toro. - Mis hijos, y mi esposa, lo mejor de mi vida me apoyan y, además, estimulan. -La época de la reforma agraria es el período más duro que hemos vivido, porque sin razón nos quería despojar de nuestra propiedad. Me fabricaban problemas ficticios para complicarme la vida. Ahora ya estoy tranquilo en ese aspecto.

-Etapas duras las de sequías de 1993, 1995, 2011 y 2013. Me quitaron mucho ganado por la falta de agua y de comida. - Los ganaderos perdimos mucho dinero y muchos animales esos años.

- Agradecido a mi hermano Javier que “… me enseñó a ser ganadero y me dio las bases, además de un caporal, que fue muy importante en los inicios de esta casa. Giraldo López, el caporal, vivía con Javier y conocía sus líneas de la ganadería. Javier cada año me mandaba nuevos sementales y con ellos se abría la sangre y permitió que mi ganadería fue más boyante.

- Fue a partir de 1976 ya empecé a padrear toros de mi propiedad y cada uno de los hermanos Garfias tomó su camino.

- ¿Toreros de la casa? Manolo Martínez, Eloy Cavazos, Miguel Espinosa, Roca Rey, que es un gran torero.

- Inolvidable mi presentación en la Plaza México en 1983 con la confirmación de alternativa de Guillermo Capetillo. Su padrino fue Rafael Gil “Rafaelillo”, que le cortó la primera oreja a uno de mis toros en esa plaza. Fue al toro “Nopalero”. Y la inauguración de la temporada en La México en 1994 cuando Ricardo Sánchez le corta el rabo a “Capitán”.

-¿Sementales? «Contador» número 9 de la H y «Vengativo», número 72. Ahora, el más encastado

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