Las Caras de Marmolejo

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El supuesto fenómeno parece estar en fase de aparición

¿Las caras de Marmolejo? Una vez más el misterio se asoma a uno de esos lugares donde magia y brujería han sido una

tradición maldita anclada en el subconsciente popular; como siempre: revolucionando a unos y

asustando a otros; sacando los temores y la fe más arraigada. Mostrándose al pueblo, que los mira sorprendido e incrédulo y que, como pasara en Bélmez, revive la historia 38 años después.

os rostros surgen desde hace cuatro semanas en un muro a pie de calle en el pueblo jienense de Marmolejo. La alarma saltó la tarde del 14 de octubre, cuando cuatro vecinas se reunían en la puerta de la casa de una de ellas, como una jornada cualquiera, siguiendo otra ancestral tradición andaluza, y al atardecer se sintieron observadas desde un ángulo imposible. Alguien o algo, desde la pared que cierra la cochera de otro de los convecinos, las miraba. Esperanza, una de las primeras testigos, fue quien dio la voz de alarma: “Estábamos sentadas enfrente, como otros días, y de repente me di cuenta de que en el muro había aparecido una cara. Vamos, que mira que estamos acostumbradas a ver esta pared, y nunca habíamos visto nada parecido. Yo le dije a Sebastiana que parecía la imagen de un Cristo…”. La citada, haciendo amago de interrumpir a su vecina, comenzó a hablar: “¿A Cristo? Cuando vi la cara le dije a Esperanza que más bien era el demonio, porque estaba como enfadado. En ese momento sentimos una sensación de miedo… tremendo”. En pocos minutos la noticia había recorrido toda la población, y el devocionario popular saltaba a la calle. Como ya se ha comentado, en un primer momento la primera supuesta aparición se identificó con el demonio, por sus ojos aparentemente “enrojecidos” y las angulosas facciones que mostraba.

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Justo al lado de ésta no tardaron en encontrar otras dos, que poco a poco se fueron definiendo con mayor claridad. A partir de ese momento, decenas de curiosos con teléfonos móviles y cámaras, más o menos profesionales, intentaron captar el supuesto fenómeno paranormal que se quería asomar desde las alturas del muro. Con tales antecedentes nos desplazamos al lugar de autos. Una vez allí, pese a que la nitidez de las caras no es comparable a las de Bélmez, evidentemente estaban allí, con sus finos trazos, haciendo que la hipótesis de un fraude orquestado quién sabe con qué intenciones quedara relegada a un segundo –o tercer– plano. Las testigos se encontraban en un estado de nervios por otro lado plenamente justificado, ya que de la noche a la mañana habían observado que en el muro que se sitúa frente a sus casas, “algo” extraño parecía estar vigilándolas… UN FENÓMENO EMBRIONARIO En la parte superior del muro seguía estando aquella figura primigenia, y analizando un poco más en detalle, habían aparecido más rostros, hasta un total de cinco a primera vista que se convirtieron en ocho tras realizar un pequeño análisis fotográfico. La investigación no había hecho más que empezar. Aquel domingo 18 de octubre no éramos cons-


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Crónica de Emy Jiménez Hurtado y María José Martínez. Fotos de Lorenzo Fernández Bueno y autoras

cientes del cariz que iban a tomar que una de ellas enseña lo que palos acontecimientos. Durante toda rece identificarse con una rústica la semana el fenómeno siguió evo- dentición. Las caras de la parte superior lucionando hasta el punto que el sábado siguiente ya podían conta- son más tétricas, menos afables; incluso, hay algunas que se podríbilizarse 14, a simple vista. El vecindario, revolucionado, se- an calificar de terroríficas y se han guía citándose junto al muro. Ca- definido más tras un par de tardes da una de las personas allí reunidas de lluvia que empaparon el muro descubrían nuevas caras –posible- –cabe recordar que la nitidez de mente llevados por la sugestión que las caras de Bélmez se acentúa conforme el acuífeha lugar a este tiEn el interior del ro que recorre po de sucesos–, su subsuelo se y a las ya aparemuro, en la parte nutre de agua cidas la semana de lluvia. En anterior se refeque no da a la calle, M a r m o l e j o rían con nomocurre lo misbres tales como también “surgen” mo, pues es cé“la china”, “el demonio”, “la extraños perfiles y lebre por sus aguas, que recivirgen y el nirostros animalescos ben la bendiño”, “la virgen ción del visitanmuerta…”. En un primer instante, nos cer- te en su balneario–. En la gran cantidad de fotogracioramos de que esas imágenes sólo aparecían en la parte alta del fías tomadas en ese lugar, lo que muro, pero a medida que iban pa- más nos ha llamado la atención ha sando los días, empezaban a re- sido cómo, al igual que en Bélmez, partirse a lo largo, ancho y, sobre unas caras se superponen a las otras todo, alto del paredón, llegando a y unos rasgos sirven para definir aparecer a ras de acera –donde hay los de la cara situada inmediatalocalizadas dos bastante peculia- mente al lado. Son rasgos bivares–. Son dos caras redondas, son- lentes, e incluso trivalentes, que rientes en apariencia, al punto de permiten que esto se produzca.

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