ciencia
Megalod贸n
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Los océanos cubren el 71% de la superficie de nuestro planeta y su profundidad media es de cuatro kilómetros. Ese extensísimo hábitat se encuentra muy poco estudiado por el hombre, estimándose en torno al 1% la parte explorada. Debido a ello, siguen produciéndose noticias de descubrimientos de nuevas especies marinas o del hallazgo de otras que se consideraban extintas desde hace millones de años. José Rafael Gómez joserafael.gomez@hotmail.com
ues bien,varios informes sobre encuentros con desconocidos tiburones de gigantesco tamaño y el hallazgo de algunos dientes que podrían ser menos antiguos de lo esperado, han hecho que muchos criptozoólogos se planteen una hipótesis fascinante: que en las profundidades del océano Pacífico exista un ser de pesadilla, auténtico monstruo de los abismos, un gigantesco tiburón de casi 17 m de largo y 30 toneladas de peso, que los paleontólogos suponen extinto desde hace más de un millón de años. El carcharocles megalodón, el pez carnívoro más grande que jamás hayan conocido los océanos de este planeta. A continuación emprenderemos un viaje a remotos mares a la búsqueda de historias sobre encuentros con esta extraordinaria criatura y conoceremos los argumentos que esgrimen algunos criptozoólogos para asegurar que es posible que una reducida población de megalodontes haya podido sobrevivir en las profundidades hasta nuestros días.
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El celacanto La mañana del 22 de diciembre de 1938 Marjorie Courtenay-Latimer, conservadora del Museo de East London, en la República de Sudáfrica, recibió una llamada telefónica procedente del puerto
de la localidad: unos pescadores habían capturado en aguas próximas a la desembocadura del río Chalumna, un rarísimo pez que nadie conocía. Marjorie se dirigió rápidamente a los muelles y en un taxi trasladó al museo el extraño ejemplar que medía 1,5 m y pesaba más de 50 kg. Allí intentó identificar al animal buscándolo en los libros pero no lo consiguió. Entonces trató de localizar a J. L. B. Smith,un reputado especialista en peces de la Universidad de Rhodes, pero éste se encontraba de viaje por lo que tuvo que enviar el ejemplar a un taxidermista para que conservase su aspecto disecándolo. Finalmente cuando el 16 de febrero de 1939 Smith pudo ver el pez, no podía creerlo: se trataba de un celacanto, una especie que se consideraba extinta desde hacía ¡65 millones de años! Smith lo llamó Latimeria chalumnae, haciendo referencia en el nombre genérico a la conservadora del museo de East London y aludiendo al río Chalumna cerca de cuya desembocadura se había capturado. El profesor Smith colocó fotografías del pez por todos los puertos de la costa sureste de Sudáfrica con la esperanza de que una nueva captura diera sentido al inexplicable primer hallazgo y además le permitiera analizar a un ejemplar más “fresco”, con sus órganos internos intactos. Pero pasaban los años sin que tal evento se produjera. Entonces, en 1952, un capitán mercante obtuvo un nue-