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Beelitz-Heilstätten
Había escuchado hablar mucho de este lugar. Me habían llegado relatos escalofriantes sobre él, al punto de formar parte de aquella colección de lugares que quería visitar. Porque había algo de él que me atraía, que me seducía, que me llamaba… José Manuel García Bautista bauti@isp.elsendero.es
ra una deuda pendiente. Había visitado Berlín en el año 2005 y ahora en 2010 repetía viaje. En Postdam tenía una cita con un misterio ya antiguo. Sus lúgubres formas y sus terrores escondidos formaban parte de la leyenda que Internet había tejido en torno a este edificio. Ahora estaba frente a él. Berlín es para mí un lugar especial. Por todo lo que representa, por lo que fue, lo que es y será… Una doble ciudad, que tanto me recuerda a mi Sevilla natal, con lo mejor y lo peor de ese maldito telón de acero que un día separó a un pueblo hermano y que hace años lo volvió a unir; Berlín es esa ciudad que todo buen viajero jamás se debería perder. Ahora, con los nudillos aún helados por el frío, me dispongo a escribir sobre un lugar que haría estremecerse al más incrédulo. Un enclave en el que estuvieron desatados muchos de esos demonios personales e íntimos, porque sus paredes guardan los secretos que antaño custodiaron sus “carceleros”. Caída la tarde, cuando el frío comenzaba a ocupar aquel páramo, me trasladé a este complejo hospitalario en el suroeste de Berlín, en la zona de Postdam. Habíamos visitado los viejos cementerios, e incluso aquel palacio del casi legendario Federico “el Grande” realizado en los estertores de la decadencia prusiana… Y la misma Postdam, el sitio de aquellos que un 17 de Julio de 1945 llegaron allí para debatir sobre la paz del mundo y el fin de la II Guerra Mundial. La Postdam de la conferencia del Palacio de Cecilienhof, con Harry S.Truman –que sustituyó al fallecido Roosevelt–, Winston Churchill, Clement Attlee, y el carnicero Stalin… Comenzaba la postguerra y de él derivarían los enfrentamientos por Europa entre aquellas dos superpotencia: Estados Unidos y la Unión Soviética; luego vendría la Guerra Fría…
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Tierra de misterios Existe una Postdam misteriosa, con el fantasma que vaga por el palacio de Sansoucci; una Postdam capitalina del Estado federado de Brandeburgo, junto al río Havel; también una moderna, con su Astrophysikalisches Institut Potsdam –“Observatorio Astronómico”–, uno de los más importantes de Alemania. Tras la guerra, el gobierno de la República Democrática Alemana, trató de eliminar los símbolos del militarismo prusiano y también las heridas bélicas que se mantenían en sus edificios públicos. No obs-