La actualidad del sector lácteo desde la mirada de nuestras cooperativas tamberas Las cadenas agroalimentarias se componen de un complejo trayecto que comienza en la producción primaria, continúa en su transformación industrial, luego en la distribución y la comercialización, hasta llegar a los consumidores de los alimentos. Particularmente, en la “cadena láctea” los tambos y las industrias son los eslabones que mantienen su economía orientada exclusivamente en el sector, mientras que los distribuidores, transportistas, comerciantes, etc.; son actores externos que funcionan como complemento de servicio. Resulta fundamental considerar que la problemática de la leche y sus derivados
abarca dos planos indisociables: en tanto negocio de toda una cadena productiva al mismo tiempo que alimento irreemplazable en la nutrición de la población. Esto, sin dudas, adquiere una especial importancia en el presente estado de emergencia alimentaria. Con los costos dolarizados, la presión fiscal, la suba de tarifas y la merma en las ventas, el sector lácteo en su conjunto permanece en una situación controvertida. Se evidencia que el aumento del precio de la leche no resuelve el problema estructural; además, se agrega la notable disminución de la dinámica del mercado interno: el poder adquisitivo de los
Bernardo Arocena
Presidente de la Sociedad Cooperativa de Tamberos de la Zona de Rosario Limitada (Cotar)
“COTAR cuenta con 85 años de trayectoria y viene realizando un amplio proceso de expansión. En la actualidad tenemos 40 distribuidores exclusivos, 2000 puntos de venta, más de 20 cadenas nacionales, regionales y locales y 100 productores lácteos asociados. La producción alcanza aproximadamente 3.500.000 litros de leche mensuales. En lo que hace a la problemática concreta de la lechería, tenemos que decir que nos encontramos en una situación compleja. Se hace urgente tener una política pública coherente y que se mantenga en el tiempo ya que el tambo
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consumidores cae notablemente. La salida del negocio se concentra en la exportación, aunque su volatilidad no admite certezas, ni tampoco es garantía de apropiación por parte de los productores. La situación, claro está, se torna crítica: si bien no se cuentan con cifras definitivas sobre la cantidad actual de tambos, es notorio el cierre de establecimientos en los territorios consultados. La concentración no sólo creció, sino que también se profundizó drásticamente. Las perspectivas son igualmente decepcionantes: este año podría cerrar con menor producción que en 2018 y con menos rentabilidad.
es una actividad que requiere planificar mucho para adelante, como ser en pasturas, vacas a preñar, balanceado, crianza, etc., en este proceso pasan 3 años y las condiciones son completamente distintas al momento en que el productor tomó las decisiones. En este país el punto más crítico es la inestabilidad: si no se mantiene una política que nos dé algo de seguridad no podemos planificar. Por ejemplo, con la suba del dólar subieron los costos del maíz y de los demás insumos, por eso hoy no es lo mismo que hace meses. A esto se le suma un mercado doméstico totalmente deprimido que nos afecta a nivel comercial. Como decíamos, la leche depende del consumo doméstico, y todos los granos y los insumos están atados al dólar. Los productores en un momento debemos decidir entre sembrar alfalfa para las vacas o sembrar soja. De pronto estás jugado con el tambo pero te cambian las reglas en dos meses y quedas perdiendo plata. Sin dudas, la necesidad más urgente es reconvertir los tambos para que sean rentables, porque están completamente desfinanciados y descapitalizados, salvo algunas excepciones. Al no tener capital de trabajo es muy difícil proyectar. Primero hay que definir qué lechería queremos, si vamos hacer una lechería de mercado interno o de exportación y trabajar para eso. Necesitamos financiamiento, pero ningún crédito de menos de cinco años tiene sentido para un tambo.”
NUESTRAS COOPERATIVAS
Juan Domingo Sola
Presidente de la Cooperativa Tambera las Cañitas Ltda.
“La cooperativa asocia a 40 productores y acopia alrededor de 160.000 litros de leche de 50 tambos. Hoy en día el hecho de estar todos juntos nos permite una serie de ventajas; una de ellas es, dada la importancia del volumen de entrega, poder negociar prácticamente de igual a igual en lo que hace a la fijación del precio o la calidad del producto. Transportamos la totalidad de la producción en camiones propios, es decir, contar con la capacidad de traslado es fundamental. Entregamos leche en su totalidad a las fábricas, por lo cual toda la responsabilidad de la calidad corre por cuenta de nuestra cooperativa. La problemática actual, sin dudas, está relacionada con que cada vez que aumenta el dólar a la leche la destruye, porque los costos de producción son en dólares y el precio de venta es en pesos. Cuando veníamos repuntando vuelve a aparecer la devaluación, que nos pega duramente. Esperamos que esto se revierta, por la situación crítica en que quedan los productores; sin dudas, lo que más necesitan es asistencia crediticia, hacerse con capital de trabajo. Ahora estamos financiando con recursos de la cooperativa, ya que la inflación provoca descapitalización, entonces es fundamental contar con capital de trabajo sobre todo en los meses estivales con vistas a hacer las reservas para el invierno. Todo esto en un marco de estabilidad, porque con el tiempo las vacas te lo devuelven con leche. Claro está que la alimentación es la base de la producción láctea, pero si no tenés capacidad económica para hacer las reservas al poco tiempo aparecen las dificultades productivas. Otro aspecto importante es alcanzar un lineamiento claro: por ejemplo, promover las exportaciones para aliviar el mercado interno en momentos de mucha producción; eso hace que no caiga tanto la rentabilidad. Mantener una política de exportación de productos lácteos es altamente beneficioso, para todo el mundo, no sólo para el productor sino también para el consumo, ya que va regulando la actividad. Hay que destacar además que el sector lácteo genera gran cantidad de mano de obra, en contraposición a la agricultura. El tambo es generador de muchísimo movimiento. Creemos que fortaleciendo estos sectores se ayuda a dinamizar la sociedad en su conjunto, generando valor, producción y trabajo. Ese es nuestro punto de vista. Y esperamos seguir creciendo, con el apoyo que nos dan los productores asociados.”
Ramiro Echevarri
Presidente de la Cooperativa Tambera Dos Hermanas de Serrano Ltda.
“Nuestra cooperativa tiene una facturación anual que supera los 180.000.000 de pesos, con 8 unidades de negocios. Tenemos: 20 puestos de trabajo en relación de dependencia y 150 indirectamente vinculados, 50 asociados activos, 60 tambos, 2000 hectáreas de picado de forrajes. Y brindamos distintos tipos de servicios: por un lado, la elaboración de alimentos balanceados y concentrados proteicos para animales; por otro, el picado de forrajes; también, la recolección de leche a tambos, con 2 transportes propios y otros 4 contratados. La leche recogida es trasladada hasta la Planta Industrial Punta del Agua, donde es utilizada como materia prima para la fabricación de manteca, quesos, crema y dulce de leche. El foco estuvo en prepararnos para la adaptación a las nuevas condiciones que avizorábamos, desde ahí destinamos los recursos a mejorar y ampliar servicios para asociadas y terceros. Los resultados del conjunto de la actividad de la cooperativa se vuelcan en mayor consumo e inversión tanto en el pueblo como en la zona. Sacando lo que ha sucedido en el último tiempo de grandes devaluaciones, los productores venían bien porque el precio de la leche se había recompuesto, a su vez en paralelo los productores y la cooperativa repuntaron. De hecho, empezamos a trabajar mejor en la planta de balanceados, a alimentar mejor las vacas y tener más hectáreas de forrajes. Es decir, fuimos mejorando. Sin embargo, lo que más fuerte nos ha pegado es la gran devaluación. El problema de los productores es que se han ido desfinanciando. Los proveedores de insumos quieren cobrar rápido, y la cooperativa antes tenía una espalda que hoy no la tiene, se fueron acortando los plazos. A todas las cooperativas que conozco les pasa lo mismo: padecen los problemas de falta de financiamiento y, por ello, de inversiones. Necesitamos crédito a tasa baja, si es posible incluso a tasa subsidiada, para apuntar justamente a realizar inversiones. Hoy esto es imposible; por ejemplo, comprar una picadora de forrajes en dólares para nosotros es irrealizable. Se observa claramente que el sector lácteo no ha prosperado con respecto a las inversiones y mejoras productivas. Así también sucede con el capital de trabajo de las cooperativas; precisan ampliarlo, pero el valor que te ofrece hoy el mercado es altísimo. El tema de los impuestos también debería revisarse en el contexto de la situación de crisis que venimos atravesando.”
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Carlos Bergia
Tesorero de la Cooperativa Agrícola Ganadera de Arroyo Cabral Ltda.
“La misión siempre ha sido satisfacer las expectativas de nuestros asociados con miras a generar un ámbito donde se traten todos los problemas de su propia actividad agropecuaria. La cooperativa tiene dos fábricas: una en Arroyo Cabral, donde elaboramos quesos duros, semiduros y blandos, y otra en La Palestina, en la cual se hacen los llamados quesos con ojos. Desde el 2011 en adelante hemos realizado un arduo proceso de modernización y automatización, es por eso que tenemos más producción con menos costos fijos. Nuestro mercado interno mayorista nos posiciona en todo el país y exportamos queso barra (Prato) a Brasil y quesos duros (Reggianito, Sardo y Romanito) a EEUU. Hemos pasado de producir 80.000 litros diarios de leche con 139 tambos en el período 2004/2006 a 260.000 litros diarios con 60 tambos. En este sentido, estamos viviendo un proceso de concentración y mejora de la calidad en la producción primaria. Con respecto a la problemática actual, el excedente de leche es una causa hoy del sobrestock que tenemos, también influido, claro está, por la caída del consumo que generó la disminución de la capacidad de compra de la población. Entretanto, las tasas de interés bancarias son muy elevadas, estrechando de esa manera la rentabilidad económica. Ante tantos cambios, los bancos cancelaron la prefinanciación para la exportación y se volvieron más cautelosos. Y no hay que olvidar que existe una fuerte presión fiscal, ya sea del gobierno nacional como provincial o municipal. No es novedad que los cambios políticos, sean de la índole que sean, generan una mayor incertidumbre. La realidad es que la devaluación impactó en los productores tamberos: de 37 centavos de dólar por litro pasaron a cobrar 22 o 23 centavos. Las usinas lácteas están pasando por serios problemas de tipo financiero. Se hace imperioso en este contexto que haya una menor presión tributaria y salarial en las empresas y una disminución de las tasas de interés. A su vez, las condiciones para exportar tienen que ser más transparentes y sin tanta burocracia, en paralelo a un mayor control de las empresas que trabajan en el mercado marginal y que compiten con nuestra cooperativa, que trabaja absolutamente todo en blanco. La misma situación vale para la producción primaria: se debe premiar a los productores que trabajan en regla y controlar a aquellos que derivan su producción al mercado marginal”.
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Hernán Ghersi
Gerente de la Cooperativa de Tamberos de Huanchilla Ltda.
“En la cooperativa nos dedicamos a diversas actividades, como intermediación de leche, picado de forrajes, veterinaria, acopio de cereales, y generamos una serie de subproductos de alimentación. La realidad es que hoy los tambos en sí no están mal, venían muy bien con valores históricos dentro de la cadena, cobrando alrededor de 35 centavos de dólar. Así que de esa situación de excepcionalidad se pasó a 27 centavos de dólar. La realidad es que han aumentado considerablemente variables que inciden en el costo de producción, como son reparaciones, combustibles, electricidad, productos de limpieza, veterinaria, etc. Lo que preocupa mucho a futuro sigue siendo la mano de obra: a la actividad se la ve como algo denigrante para la gente que está y vive en el campo. Por eso desde la cooperativa venimos insistiendo en la necesidad de armar, para los tambos pequeños y medianos, la alternativa de un tambo asociativo más grande donde se puedan aprovechar los beneficios de producir a gran escala y reducir considerablemente los costos. También dentro de ese esquema la idea es ayudar en la faz humana para que la actividad de campo sea una actividad como cualquier otra, es decir, que tenga su turno de ocho horas, que los trabajadores puedan vivir en una zona urbana, con una carga horaria delimitada y que después tengan la posibilidad de volver a su hogar en un pueblo o ciudad cercano. Esto es distinto a que la persona esté permanentemente en el campo, ya que de ese modo se vuelve todo más complicado, por ejemplo, mandar a los chicos a la escuela. Lo que es producción vemos que más o menos siempre es igual a lo largo de muchos años, sucede que hay menos tambos, normalmente son los más chicos los que cierran pero también hubo tambos grandes que se han cerrado. Por otro lado, se ha dado un incremento en la producción individual por vaca, lo que hace que haya menos tambos pero con más vacas y a su vez esas vacas con mayor índice de productividad. Todo ello ocasiona que la producción de leche a nivel nacional se mantenga estable, aunque con menos unidades productivas en el país. Lo que hace falta, claramente, son líneas internacionales de préstamo, que sea factible acceder a buena financiación a largo plazo. También se requiere mucho trabajo humano para armar estos esquemas dada la idiosincrasia del productor. Eso es lo más complicado, junto con el faltante de líneas crediticias para grandes proyectos."
NUESTRAS COOPERATIVAS
Sergio Vigliano
Presidente de la Cooperativa Agrícola Tambera de James Craik Ltda.
“Tenemos 24 tambos que nos están entregando en promedio 60.000 litros diarios de leche, para quesos y leche en polvo, pero no tenemos leche fluida. En ese sentido, vemos en nuestro sector como preocupante la pérdida de litros de leche del sistema cooperativo a manos privadas. Nos referimos no sólo a lo que pasó con Sancor sino igualmente a lo que viene sucediendo con otras cooperativas, sobre todo las cooperativas que industrializan, que hoy están perdiendo muchos litros y socios en pos de empresas privadas donde obtienen mejor oferta, no de precios pero sí de facilidades de pago. La falta de financiación, de crédito, de apoyo por parte del gobierno explica también eso. De este modo, pasa a un segundo plano lo que brinda el sistema cooperativo: productos, asesoramiento, participación, etc. Es evidente que la solución está en la estabilidad, porque la devaluación al productor lo perjudica y fuerte, así que la estabilidad sería fundamental para que el tambero produzca tranquilo. En cuanto al sistema cooperativo en sí, lo fundamental es que demanda una recomposición en base a financiación, créditos blandos y demás, para recuperar el terreno perdido en estos últimos años; para, en suma, recobrar capital de trabajo y la tecnificación con vista a apuntar a la eficiencia y así competir contra el resto. Después está lo exterior y ahí se juega una mejora del precio internacional y que entonces se pueda volver a exportar y aflojar, en paralelo, el mercado interno (donde la mayoría de las cooperativas participamos), todo ello acompañado, por supuesto, de una mejora en el consumo. Lamentablemente, hoy en día nos estamos sacando los ojos entre cooperativas y empresas privadas por los precios cuando en realidad el problema es el consumo: sigue siendo recesivo. También es oportuno mencionar que hay un contexto climático que hace entrar al productor en un verano con varias deficiencias en perfil de agua, cobertura en materia orgánica, etc. Y el verano apunta a bajas precipitaciones y el panorama, en consecuencia, no pinta muy óptimo. Otra dificultad es que la mayoría de los insumos para la elaboración de quesos y de leche en polvo son dolarizados y, por supuesto, es imposible trasladar eso al precio de mercado por la baja en el consumo."
Marcelo Protti
Gerente de la Cooperativa Limitada de Tamberos La América de Suardi
“La cooperativa en el último ejercicio cerrado entregó a distintas usinas lácteas un total de 48.000.000 de litros de leche a un precio promedio de $10 el litro. En este momento son 28 asociados activos con 36 tambos en producción. Las actividades principales de la cooperativa se relacionan con la confección de forraje para la reserva de los tambos y con la planta industrial aceitera; a su vez, brindamos otros servicios como pulverización, segado de pastura, labranza, molienda de granos, y demás anexos a la actividad tambera. En la planta extrusora se procesa mensualmente unas 1.000 toneladas de poroto de soja y se obtienen unas 850 toneladas de expeller de soja que se vende en su totalidad a tamberos de la zona que compran a la cooperativa; en tanto, el aceite se vende tal cual sale como aceite crudo de soja. En este momento la mayor problemática es la financiación y el desafío de mantener sustentable a la cooperativa en el marco de los vaivenes económicos de la coyuntura económica y política. Otra cuestión central son las altas tasas de interés, de un 80% para un descubierto y de un 60%, en el mejor de los casos, para un descuento de cheques a 60/90 días. Todo esto trae aparejado no lograr armar una financiación para la próxima campaña. Sucede que los plazos que se manejan con los proveedores son totalmente distintos y en la mayoría de los casos están dolarizados. Lo mismo ocurre con la planta aceitera, en la comercialización de granos el pago es a máximos 15 días y nosotros el expeller lo vendemos al asociado a 30 y 60 días, y en algunos casos hay retrasos en los pagos. Es decir, no escapamos a la situación general. Por ejemplo, nuestro principal cliente del aceite de soja: nos compran el aceite para hacer biocombustible, lo procesan y lo venden a las petroleras. Con el congelamiento de los combustibles el Estado selló el precio de corte y la mayoría de las empresas que producen biocombustibles hoy están paradas hace meses. Esto nos complicó la colocación del aceite y cortó los pagos. Necesitaríamos hacer varias inversiones principalmente para lo que es acopio de cereal en la planta aceitera (se acopia casi la totalidad en silo bolsa) y para inversiones en infraestructura, pero lamentablemente con las actuales tasas de interés y sin la posibilidad de créditos razonables, estamos obligados a frenar todas las inversiones que se pensaban hacer.”
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