ENTREVISTA
“Producimos sano para el Pueblo” Referente agrario de alcance nacional, Nahuel Levaggi es un emergente de las luchas sociales con impronta de época, de innovadoras construcciones colectivas. Desde su fundación, participa protagónicamente de la organización Unión Trabajadores de la Tierra (UTT), en la que es su coordinador general. Su sensibilidad por los más vulnerados lo llevó a militar en diversas organizaciones sociales. Allí descubrió la necesidad de “la vuelta al campo”, la posibilidad de trabajo para las familias humildes, que es intrínseco a la agricultura. La migración en contracorriente: de lo urbano a lo rural.
¿Cómo definís la UTT? La UTT es una organización de tipo gremial, de pequeños productores, trabajadores y trabajadoras de la tierra, que luchamos por los derechos de las familias que la trabajan. Defino como dos patas: una más gremial, que vendría a ser la estructura gremial más tradicional, corporativa, donde se trata de mejorar las condiciones de trabajo y de vida de las familias. Por ejemplo, si hay una tormenta que el Estado asista, monotributo, obra social, cuestiones más gremiales típicas. Y otra pata que entiende que ese aspecto gremial asiste a las familias pero no transforma la realidad. Esto es en lo que más apostamos, a la transformación, porque si bien somos una organización de tipo gremial tenemos una identificación política e ideológica muy clara, en la construcción de la soberanía alimentaria, de un cambio social, tendiente a una sociedad más justa. Esas cuestiones transformadoras se ven en la modificación del modelo agropecuario, de un modelo de producción hacia la agroecología; lo mismo las estructuras de comercialización propias, las transformaciones en las relaciones de género, el acceso a la tierra. Nosotros hacemos esa diferenciación. Sería de lo reivindicativo al modelo… Sí, y por otro lado entendiendo un rol transformador integral dentro de eso, escapando también a lo corporativo; por ejemplo en el caso de la agroecología: hay un nicho económico de lo ‘orgánico’ que está hace muchísimos años. Porque es orgánico el supermercado Disco lo cobra más caro y con las certificaciones orgánicas, por lo cual la gente que tiene guita en todo caso puede alimentarse sanamente. Nosotros rompemos con eso, y era una discusión pero ahora ya no, hace unos años era una discusión porque la cuestión corporativa te lleva a decir: si yo produzco agroecológico orgánico y lo puedo cobrar más caro, lo hago. Noso-
tros nos oponemos a eso, justamente, porque no producimos más sano para que coma el que tiene plata, producimos sano para el Pueblo, no producimos veneno para el pobre y sano para el rico. Todo ello interviniendo en la lucha más general también, el acuerdo que hacemos con FECOFE de sostener los precios ante la situación de hambre va en ese sentido, además de que todo el tiempo estamos dando una mano en comedores, en jardines y sectores de otras organizaciones urbanas. Porque además a la organización la construimos para adentro, tenemos nuestro propio jardín de infantes, nuestra asistencia interna. Después por ejemplo, cuando le recortaron a los jubilados durante el gobierno macrista hicimos un verdurazo en solidaridad con los abuelos, organizado en conjunto con el Pami. Son acciones que nos posicionan no sólo como una organización de tipo gremial corporativa sino peleando por el bien común y el cambio, y esa es una diferencia. ¿Hay algún antecedente como organiza� ción antes de que surgieran ustedes que abar� que algunos de esos campos o intente esa con� vergencia? Sí, está lo que fue el Movimiento Nacional Campesino Indígena, aunque con otras realidades. Y sí en otras partes de Latinoamérica, para nosotros siempre fue una referencia el Movimiento Sin Tierra de Brasil. No es que nosotros inventamos la pólvora… Es verdad que cuando nacimos tuvimos un proceso de aprendizaje, se construye desde una actividad militante social y política. Yo vengo de una militancia social, de empatía con el pobre, y toda una historia más larga de laburo en las villas miserias, viví en la Villa 20 de Lugano, y después un proceso a fines de los ´90 y comienzos de los ´00 con los movimientos de desocupados, el Movimiento Aníbal Verón que después fue el Frente Darío Santillán, yo tenía una
vinculación muy fuerte con la cuestión de la naturaleza y el campo, y entre eso y después la visión que te da estar en las villas… Yo me acuerdo de estar en la villa y pensar “hay que salir de acá, hay que ir al campo”, y entonces hubo un primer proceso de construir una cooperativa con gente del barrio que vaya a trabajar al campo en San Vicente, Bs. As. Desde ahí, desde ese laburo conocí el sector hortícola y me doy cuenta de que esa era la base social. ¿Y eso implica una forma de organización verdad? Porque no hay secretaría general, presidente. Coordinador es una palabra que implica otra cosa… La UTT se organiza por: primero, asambleas de base en distintos territorios, y cada una tiene su delegado, tesorero y secretario, son unidades de organización; los delegados se juntan en reuniones de delegados regionales, hay en Buenos Aires, en Jujuy, en 16 provincias. De ahí salen los referentes regionales, y después entre todos hacen la Mesa Nacional de delegados, generalmente dos veces por año y si es necesario se hace una más exprés; y trasversal a esa estructura, que es como una pirámide pero de abajo hacia arriba. Están los secretariados, ya que de lo que hablaba antes era de una organización territorial. Tenemos secretarías de Producción, Comercialización, Género, Administración, Jurídica, Juventud, y la Secretaría General o Coordinación General, cuyo rol es el de la conducción nacional. Todo es colegiado, se trabaja colectivamente. ¿Cuántas familias hay involucradas? Hoy hay 20.000. Sobre el tema de la formación, hay una parte que es la experiencia ¿pero no toda la formación debe venir exclusivamente de ahí? Nosotros tenemos una vida organizativa muy álgida. Hay actividades todo el tiempo, entonces ya formar parte de la organización es una constante formación, no me19
E N T R E V I S TA tódica y planificada sino vivenciada, es la dinámica constante de laburo, de talleres, de asambleas, de lucha. La lucha es una pata de formación muy importante, porque vos ahí contraponés intereses, no alcanza con hacer un taller donde digan que hay poderosos, etc. Hay un proceso formativo muy fuerte desde la propia dinámica de la organización y después las secretarías laburan mucho la formación, porque en realidad todas las secretarías son una formación política. Bueno, hay momentos donde hacemos más talleres, otras veces menos, hay una secretaría de Formación también. Ustedes le dan mucha importancia a la co� municación también… Sí, con la secretaría de Prensa. Nosotros entendimos que así como Macri ganó repartiendo globos amarillos y saliendo en TN, bueno, si querés pelear en el siglo XXI tenés que entrar en ese campo de batalla. Y después hay una cuestión comunicacional, nosotros siempre le criticamos a los sectores populares que nos hablamos entre nosotros mismos, ahí dijimos nuestro campo de batalla es ganar el apoyo de “Doña Rosa”, tanto con nuestras acciones como con nuestra prensa, con las estrategias comunicacionales. Para la militancia de izquierda a veces lo más importante parece ver quién es más de izquierda que el otro, eso no tiene importancia para nosotros, porque no te tengo que convencer a vos sino a los demás. La estrategia que usamos es pensar en una persona más del tipo Doña Rosa, que mira Mirta Legrand, Susana Giménez, y pensar cómo convencer a esa persona de que apoye nuestra lucha. Y después, con un equipo muy positivo que se fue dando, y también ligados a la prensa a partir de un accionar de lucha y presencia. Trabajan con la prensa masiva Construimos una referencia. Por ejemplo Crónica, cuando necesita llamar a alguien para hablar sobre el tema nos llama a nosotros, somos un recurso para ellos. Por otro lado, hubo una instalación muy fuerte, si estás instalado como organización es obvio que la prensa te va a llamar. Hay además un laburo del equipo de prensa de ir a los medios y hablar, para tener todos los teléfonos, para que levanten lo que hacemos cuando hay un evento, etc. También convocan a personajes públicos… Sí. Otras de las estrategias que usamos es la de que haya actores socialmente reconocidos y valorados que apoyen, acompañen o compartan la propuesta. Como Tinelli, por ejemplo; que compartimos el planteo del cambio del modelo y la necesidad de la agroecologia. Narda Lepes es otro caso. Una de las principales vetas fue irrumpir con el 20
alimento en las ciudades. Nosotros también hace mucho que aprendimos que el mayor poder que teníamos nosotros es el de los alimentos: yo tengo algo que vos querés. Entendimos que la discusión del sector no iba a ir de la mano de los problemas del sector, sino del alimento, y problematizando el alimento llegás a los problemas del sector. Es lo que está pasando hoy todo el tiempo ¿Queremos discutir el hambre? Bueno discutamos cómo solucionar la producción de alimento. Y la formación también es formación téc� nica… Sí, y también hay una cuestión a la que le damos mucha bola: disciplina y laburo. A nosotros nadie nos regaló nada, no tenemos padrino político, venimos remando de abajo. ¿Por qué tenemos toda la estructura de los mercados y de los almacenes si el Estado viene poniendo plata en eso desde siempre, década tras décadas con subsidios, etc.? Tiene que ver con la disciplina, con la profesionalización, con una idea de hacer las cosas. Vemos que hay muchos jóvenes, ���������� ¿��������� se traba� ja especialmente o se produce naturalmente? La militancia joven es natural y promovida, no es que salimos a hacer una convocatoria de 18 a 25 años. Se produce natural, pero obviamente hay una apuesta. ¿Y la cuestión de género? Hay una fuerte cuestión de género, sí, es un criterio. Ninguna de las secretarías es unipersonal, siempre un varón y una mujer. Y después hay una promoción explícita, desde la organización en su conjunto. Hay una secretaría de género, muy fuerte. Pero además de eso en cada espacio de la organización tiene que haber un hombre y una mujer. Forzamos lo que pasaría naturalmente en esta sociedad patriarcal con una estructura propuesta. Es criterio de la organización que el secretariado esté conformado por un hombre y una mujer. Las dificultades internas, las competencias, los distintos sectores… el Foro Agrario, Sobera� no y Popular ¿se emprendió en conjunto, uste� des son los impulsores? ¿Cómo sobrevivió eso? En el sector campesino, en el sector agricultura familiar, la representatividad es diversa y múltiple. Hay organizaciones puramente agrarias, otras que son extensiones de una política urbana, más independientes, otras responden a partidos políticos. El desafío fue construir un programa que plantee un modelo alternativo. Eso fue y es el Foro, un espacio de unidad planteando la integralidad de un programa basado en la soberania alimentaria, el acceso a la tierra, desde la diversidad sectorial y política; pero construyendo un mismo programa. Le metimos mucho trabajo desde el principio y lo seguimos haciendo. Para nosotros fue fundamen-
tal siempre la presencia de los sectores medios, por eso la alianza con FECOFE. Lo de Ferro fue un hito de visibilidad… Yo siempre lo digo: Grito de Alcorta, Ligas Agrarias, Foro Agrario. Sí, es un hito. Logramos eso, la articulación de todos los sectores, construir un programa. Nos pareció innovador ¿Lo fueron adqui� riendo en la práctica a ese modelo? Es pura decisión política. El Foro existe porque se lo milita todo el tiempo, viendo por dónde le metemos, qué hacemos. Es innovador porque no se había hecho antes. Pero si vos te ponés a pensar, el mundo lo hace. Hay mucha gente que se pone un almacén, una verdulería, ¿por qué no lo vamos a hacer nosotros? Evidentemente hay algo como organización que veníamos haciendo mal. Hay algo en la UTT que es: el compañero hace lo que tiene que hacer, no es que estamos todos en todo. ¿Cuántos locales tienen? Son dos locales en Capital Federal, uno en La Plata, uno en Monte Grande, el mayorista con almacén en Avellaneda, uno en San Vicente y otro en Concepción del Uruguay. Además de eso están las entregas a los municipios, restaurantes, bolsones… La mayoría de los que te venden un bolsón de verduras agroecológico son nuestros. Y después los camiones yendo y viniendo, ruta 34, Jujuy y Misiones, Mendoza, Santiago del Estero. A medida que se adquirió la práctica del laburo empezamos a ver que no era tan difícil. El privado lo hace, ¿por qué nosotros no? Es un flete, pagar un flete… Lo que nos propusimos es armar una comercializadora profesional. Si vos me decís ¿querés ser monopolio? Sí, quiero ser monopolio, pero porque yo garantizo los precios justos, los precios se discuten en asamblea, con los compañeros. ¿Están cooperativizados, hay cooperativas? Las estructuras jurídicas están en proceso, hay algunas que son cooperativas, hay una cooperativa para parte de los almacenes. Ahora estamos pasando un proceso de ordenamiento y formalización.
Crédito: www.resumenlatinoamericano.org
Tienen la idea de que lo cooperativo es vá� lido… Sí, claro. Toda nuestra organizacion se basa en los principios cooperativos. Pero nosotros primero nos organizamos de hecho y después armamos la estructura jurídica, la lógica es: nosotros avanzamos y después vemos. Toda la organización tiene que ver con eso, con una prepotencia del laburo y la acción, que se da en todo, se da en abrir un mayorista, en bancar los palos en Constitución, en hacer el Foro… Lo que vemos es que esa prepotencia no es voluntarista. Está la voluntad, pero también la idea de institucionalizarlo. Sí. Hay mucha militancia, pero a la vez somos un sujeto económico, hoy somos una PyME grande, en toda la estructura de comercialización y producción la UTT tiene unos 150 empleados. Contanos qué expectativas tienen como or� ganización con respecto al nuevo gobierno. Primero, confiamos mucho más en nosotros, en cómo levantamos el piso, subimos la vara desde el sector, desde el laburo, y que hay como un momento de época que propone eso, un plan contra el hambre. Así como cuando asumió Kirchner había un ímpetu de ir hacia un lado más progre porque sino después de De La Rúa no se puede seguir, y hoy lo mismo, después de Macri hay que ir más por izquierda, por un lado más progre o popular, sino no va. Confiamos mucho en eso, hay elementos positivos nuevos y hay mucho que es más de lo mismo. Entonces la expectativa es: confiamos en la fuerza que hemos adquirido, entendemos que hay una sociedad que pide, que necesita otra cosa, y entonces eso es aliento en la nuca para el gobierno. Confiamos que haya ciertas voluntades de ir avanzando. En lo finito, si no está la presión popular, el empoderamiento popular, no va a suceder nada. La realidad es que tenemos buenas expectativas, pero el foco real y concreto está en el poder nuestro, no en el gobierno. Sabemos que hay una construcción del cam�
po como si fuera la soja, el trigo y el maíz o la pampa húmeda, y la discusión de las reten� ciones tapan una infinita cantidad de reali� dades heterogéneas. Dentro de eso la Mesa de Enlace apareció como la representación de esa idea general del campo ¿Cómo imaginás una representación abierta y cuáles son los límites? Para mí la representación es diversa, no hay una. Pensá en los otros sectores, no existe una sola representación, sino distintas. Primero, hay una disputa de sentido social que modificar, que se ganó con la Resolución 125, la idea del campo como uno solo. Atrás de esa idea hay un único interés, entonces cuando Doña Rosa tiene esa idea de ese campo, que es impoluto, bueno, de trabajo, lo que se está escondiendo son los intereses de la peor oligarquía y del peor agronegocio. Entonces, una disputa de sentido: el campo no es uno solo, es diverso, y por lo tanto diversos los intereses y las realidades. Y creo que la representación es más sectorial, por lo cual el gobierno tendrá que sentarse con Sociedad Rural y CRA, por un lado, y por otro lado con las cooperativas, con los sectores medios, la agricultura familiar, porque de la misma manera que la ciudad es múltiple, el campo es múltiple. Para mí hay que construir una mesa gremial fuerte de los sectores medios. Es importante la opinión pública… Claro. Nosotros con esto de intervenir en las ciudades con el alimento colaboramos a una modificación de la opinión pública. Está instalado, y antes no estaba. Hay una puesta en juego de viejas identi� dades cristalizadas que hoy ya no represen� tan más y que depende de cómo podemos ser capaces de construir algo más abarcativo, pe� ro siempre hay un alambrado ¿no? Para mí está claro: es de CONNINAGRO y Federación Agraria, en el medio AFA, ACA, CAME, hasta la UTT y los pequeños productores. Una cosa es la reunión de la gremialidad del campesinado de agricultura familiar, ahora si vos querés contraponer el poder y decir nosotros muchachos también existimos, tenés que hablar de exportaciones. En esa diversidad, para que se puedan unir tiene que haber un proyecto y una lógica de lo común por encima… Sí, el bien común. Yo me acuerdo de la primera reunión de UTT con FECOFE, hay dos cosas, vos podés apelar al bien común pero al gremialismo más corporativo no le importa. Un chacarero puede decir: sí, todo ok el bien común, pero yo necesito solucionar mi problema, y si esa solución es contraria a que el otro solucione su problema terminamos siendo adversarios. Ahí también hay una realidad, lo que este modelo hace es
unificar los problemas de los medianos y los chicos. Lo importante es un proyecto de un campo popular, una Mesa de un campo soberano, popular, apelando a una burguesía nacional. Porque Monsanto te jode a vos y me jode a mí, eso le decíamos al gobierno, el adversario no puede ser el terrateniente nacional porque no está preparada la sociedad para eso, pero sí vos podés construirte como adversario. La identidad se construye por oposición, y vos elegís, si querés construirla en contra de la oligarquía, perdés, la sociedad no entiende eso, y es anacrónica esa idea. Ahora, hay un agronegocio multinacional que está condenado: ese es tu adversario a construir. Hay una dirigencia con la que podemos apelar a una cosa más nacional, pero después tenés que dar la confrontación cara a cara. Sobre una base material, un interés ma� terial… Y sí, entiendo que sí, para que sea de masas, porque lo ideológico te llega hasta un punto. Por último, ¿qué mensaje podés dejarnos con respecto a la misión de los dirigentes de nuestro sector? Primero que yo entiendo que uno es: más que dirigente de todos, un esclavo de todos. El dirigente no es el que manda, es el que obedece al conjunto. Hay una cuestión de subordinación a la base, y una dualidad. Por un lado, de responder a los intereses de la base. Muchas veces hay una dirigencia que se despega de las bases y empieza con una lógica de una práctica política no con las botas en el barro sino en reuniones, oficinas, etc. Ningún dirigente tiene que despegarse de las bases, tiene que tener un anclaje de base, de laburo, de asamblea, de visitar a los campos, de estar presente para vivenciar y entender que siempre el rol de un dirigente gremial es representar los intereses de sus bases. Pero al mismo tiempo, tiene que tensar esos intereses para que no sean meramente corporativos sino de un proyecto mayor, el bien común, creo que ahí hay un rol. Como dirigente no podés ser sólo un canal, yo creo que está el deber de construir una mejor sociedad. Yo entiendo eso: tengo que ver cómo llevo esos intereses más corporativos a un proyecto común. Después está el tema de la austeridad, el dirigente de la UTT es el primero en la lucha, el último que se sienta en una silla, el que espera a lo último para comer, es eso, la práctica personal y moral. Es el primero que se tiene que cuestionar su superioridad de género, el que tiene que vivir y subsistir dignamente pero con el sueldo más bajo en correlación con el resto de los compañeros. Hay una práctica moral personal que para nosotros es fundamental porque determina. 21