Historia Natural de la destrucción

Page 1

Historia natural de la destrucci贸n

#5 felipe bozzani



Hay un principio y un final difuso desde

donde todo parte. Un prólogo estúpido, como este que quisiera imaginarme tácitamente como una carcasa. La “Historia Natural de la Destrucción” y cada palabra me remonta a donde voy, o cómo voy, pero desde este hoy. Hoy que se funde, y se mezcla con la mirada necesaria de cada ocasión hoy, porque todo lo anterior es grave y lo que viene peor. Hoy, con este lenguaje estúpido quisiera construir mi lugar estúpido, con estos poemas sin prólogo para evitar entrar en una estúpida desesperación. Porque sé sobre lo que hay que alertar o avisar, pero no podemos atender más allá. Nos toca vivir ahora, evitando toda confrontación real con lo que viene o con lo que se va, intentando imitar una conducta natural y quebradiza, una ceguera donde no hay melancolía, nada que exista realmente entre el pasado y el futuro: solo este presente, un vacío que es sobre todo una desesperante utopía.



En una fila de hormigas

Una hormiga sigue a otra y se vuelve otra

para la que viene detrás. No hay una primera o una segunda, quizás tampoco haya una última. Pero hay una que ha perdido en el olfato sus huellas. Gira, se desespera buscando a la compañera. Describe círculos hasta la última, también ella se marea perdida y caminan todas por el mismo sendero invisible, que ya es otro, el olor y el miedo turban la vista, siempre en un mismo sentido. Se agolpan, giran una sobre otra, rotan una sobre otra en un punto como una tormenta de pasos que nunca se agota. Se cuidan, se esquivan, chocan. Un sólo espiral entorpece el mundo. Pisan, aplastan con sus cuerpos el hedor de la desesperación. Se arrastran, desorientan. Quedan sólo dos, el resto están muertas. Sus vueltas, son un rastro de aire donde aferrarse. Giran. Mueren de hambre, de fe. Rodearon la tierra en un remolino incierto. Nunca hubo una senda, una huella, ni un mísero camino que transitar.


Mรกs que del hombre

Hay que cuidarse, De las puertas cerradas De los ojos que miran por las persianas Cada hora que pasa Hay que cuidarse Cada vez mรกs De los hombres detrรกs de las jaulas Entre ceja y ceja Como una voz que se repite y renueva los dientes; Hay que cuidarse De la boca hay que cuidarse De los dientes Cuando se abre Cada vez mรกs grande De los labios Cada vez que mienten


Hay que cuidarse Cada vez más De cada palabra De cada boca mal pronunciada. Hasta el último día Hay que cuidarse De las paredes Que esconden miradas. Instintivamente De todo lo que muerde, Hay que cuidarse. Pero por sobre todo Hay que cuidarse De los gorilas Gritando Salvajes.


Desde abajo salimos nadando

En el fondo del mar no s贸lo hay muertos que dejaron de flotar Sino tambi茅n la oscuridad Y en ella Animales ciegos que se alimentan. En el fondo del mar Los cuerpos ya no se ven m谩s, S贸lo la oscuridad Que los devora. Un fantasma viscoso Que los envuelve podridos.


Así, tiesos, blandos, El fondo del mar Está lleno de alimentos humanos, Restos de cuerpos Pesados, y con historia Esqueletos de hombres Que fueron arrojados A la más oscura fosa. Desde allí, corroídos y descompuestos Hace ya mucho tiempo, Sirven de alimento para peces sin dientes Sierpes imberbes que remueven En el fondo del mar Los inocentes pasos de la humanidad.


Convierten sus cuerpos, En alimentos Montones de muertos, Que oxigenan el agua sucia de la guerra Y revierten ese complejo sistema. Nuevas especies, nuevos peces nacen y crecen Reproduciendo sus genes en la diversidad de todos los seres. En el fondo del mar Reviven y Sostienen el mundo Ahora y siempre Los muertos de nuestra especie.



noviembre 2015


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.