En todo el mundo, la forma más barata de viajar es a dedo. En Cuba, al costado de las rutas hay cientos de personas haciendo dedo, agitando algún billete, esperando que algún tipo de transporte, público o privado se compadezca de ellos y los lleve hasta algún sitio. Ante la ausencia de transporte público organizado el gobierno cubano inventó algo sensacional: el Amarillo. El Amarillo es un inspector de tránsito (por supuesto, vestido de amarillo) encargado de parar a los vehículos del Estado y llenarlos de pasajeros en los puntos de recogida establecidos en la carretera. El viaje es completamente gratis y, fuera de la bicicleta, esta es la forma más barata de viajar por Cuba. El siguiente sistema de viaje barato por Cuba es la guagua, el autobús para cubanos. Cobra en Pesos Cubanos Tomar un autobús dentro de la ciudad de La Habana puede costar entre 40 centavos de peso o un peso. O sea, menos de 5 céntimos También existen varias líneas de autobuses, como el Vía Azul, que cobran exclusivamente en CUCs
Otra opción es el taxi compartido, que suele ser uno de esos coches enormes y antiguos de la década de 1950. Salen de paradas preestablecidas. Estas paradas están ‘a cargo’ de unos intermediarios llamados Buquenques o Gestores de Viajes. Ellos son quienes se encargan de organizar a todos los taxistas, negociar contigo el precio del viaje y recibir una comisión del taxista. Los viajes nunca se le pagan al Buquenque, se le pagan al taxista al final del recorrido. También puedes tomar bicitaxis, motos con sidecar por 15 CUC al aeropuerto de La Habana y, en algunas ocasiones, carretas tiradas por caballos.