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MEXICANA DE CORAZÓN

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DRONES

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El pasado 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer; y, a decir verdad, todos conocemos a muchas mujeres admirables. En este artículo quiero presentarles a una que, en lo personal, admiro y considero importante que la nueva generación de sobrecargos sepa su historia. En estos tiempos tan inciertos para la aviación, en los cuales los estudiantes para asistente de vuelo no se encuentran motivados o los mismos tripulantes sienten incertidumbre sobre qué sucederá, se agradece escuchar historias como la de “Grace”, como cariñosamente la llaman sus amigos. Esta historia inició cuando Graciela decidió ir en busca de su meta: convertirse en sobrecargo, dejando su hogar en Ayutla, Guerrero. Y fue así como comenzó con el proceso de aspirante para la primera aerolínea de nuestro país. No cualquiera estaba ahí, pero ella consiguió avanzar a la segunda etapa: la capacitación.

Nos recalca Grace que siempre admiró a sus instructores, y gracias a su dedicación y entrega, logró concluir el curso de asistente de vuelo y así obtener su tan esperada licencia emitida por la entonces DGAC y SCT. Era 1984 y ella ya formaba parte de la tripulación de Mexicana de Aviación. Cuando le pregunto cuáles fueron las razones para convertirse en sobrecargo, me platica con emoción que desde joven veía sus atuendos tan elegantes y el estilo de vida que llevaban, muy particular y distinto, ella sabía que quería ser parte de ese mundo. Definitivamente, recuerda, fue un empleo que le brindó la oportunidad de viajar como ella lo visualizó desde niña, de aprender diferentes culturas y formar nuevas amistades, pero también de hacer una trayectoria en el medio. Un poco antes de que la lamentable noticia del último vuelo de Mexicana de Aviación ocupara los titulares de nuestro país, Graciela ya había terminado su período en la aerolínea. Se quedó con recuerdos inolvidables a bordo del DC-10 y B727 y de tantos compañeros pilotos y sobrecargos con los que le tocó compartir cabina innumerables veces. Ella se fue satisfecha, cerró ese ciclo como tripulante de cabina para comenzar un nuevo capítulo: convertirse en instructora. “Siempre admiré a mis instructores y sabía que algún día quería compartir con las nuevas generaciones esta apasionante profesión, transmitiendo el respeto y la disciplina”. Fue en ASTECA Escuela de Aviación, que, como institución, busca preparar a sus alumnos con altos niveles académicos, visión que ella comparte y gusta transmitir a sus alumnos.

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Tal vez muy pocos han escuchado sobre la presea Emilio Carranza. Esta condecoración es entregada por el Gobierno de México al personal técnico aeronáutico destacado por sus méritos en bien de la aviación. Se confiere al personal de vuelo (piloto aviador) por completar cuando menos 10000 horas de vuelo certificadas en bitácora. O se confiere al personal técnico aeronáutico (controlador de tránsito aéreo, despachador de aeronaves, ingeniero en aeronáutica, mecánico de mantenimiento de aeronaves,

oficial de operaciones, personal de cabina, técnico en mantenimiento de aviación u otra profesión relacionada con la industria aeronáutica) por cuando menos 25 años de servicio meritorio a la aviación nacional. Presea que le fue otorgada a Graciela Nájera Vázquez en 2017 por 25 años dedicados a la aviación. Esta entrega fue en el Castillo de Chapultepec, en la Ciudad de México. Graciela, nos comenta para concluir, que un sobrecargo nunca debe perder la constancia ni quitar el dedo del renglón. La mirada siempre puesta en los objetivos. Así que, para todos los y las que están en este proceso, no pierdan la esperanza ni mucho menos la motivación; volveremos a viajar por el mundo, a estar entre nubes. Tan solo es una etapa de transición para la aviación, así como en su momento lo fue en materia de seguridad en el 2001 con el 9/11, solo que esta vez en materia de salud. ¡Volveremos a volar, cada vez más

seguros y confiables!

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