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Hola desde la cabina de MANDO, les habla el capiTAn iA
Tipos De Inteligencia Artificial
Dos expertos en la temática de la IA son Stuart Russell y Peter Norvig. Ellos diferencian varios tipos de inteligencia artificial así:
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Sistemas que piensan como humanos: Automatizan actividades como la toma de decisiones, la resolución de problemas y el aprendizaje. Un ejemplo son las redes neuronales artificiales.
Sistemas que actúan como humanos: Se trata de computadoras que realizan tareas de forma similar a como lo hacen las personas. Es el caso de los robots.
Sistemas que piensan racionalmente: Los que intentan emular el pensamiento lógico racional de los humanos, es decir, se investiga cómo lograr que las máquinas puedan percibir, razonar y actuar en consecuencia. Los sistemas expertos se engloban en este grupo.
Sistemas que actúan racionalmente: Los que, idealmente, tratan de imitar de manera racional el comportamiento humano, como los agentes inteligentes.
Recorriendo este contexto de la IA me encontré cómo en la Unión Europea se ha establecido algo así como un decálogo de deberes de los creadores de la IA:
1. Los robots deberán contar con un interruptor de emergencia para evitar cualquier situación de peligro.
2. No podrán hacer daño a los seres humanos. La robótica está expresamente concebida para ayudar y proteger a las personas.
3. No podrán generarse relaciones emocionales.
Una mañana del mes de enero del 2023, escuchando las noticias en Colombia, fui sorprendido por una en que se anunciaba que un juez había proyectado y emitido una sentencia con base en Chat GPT. La intriga me llevó a revisar qué significaba este término y, ¡oh, sorpresa!, cuando me enteré de que era la aplicación de una inteligencia artificial (IA) en un fallo jurídico.
Esto me motivó a profundizar un poco más y cuestionarme si la IA era el futuro del mundo o, por lo contrario, lo llevaría a su fin. Para empezar, debí contextualizarme en qué era y cuántas clases había.
La Inteligencia Artificial (IA) es la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano. Una tecnología que todavía nos resulta lejana y misteriosa, pero que desde hace unos años está presente en nuestro día a día a todas horas.
4. Será obligatoria la contratación de un seguro destinado a las máquinas de mayor envergadura. Ante cualquier daño material, serán los dueños quienes asuman los costes.
5. Sus derechos y obligaciones serán clasificados legalmente.
6. Las máquinas tributarán a la seguridad social. Su entrada en el mercado laboral impactará sobre la mano de obra de muchas empresas. Los robots deberán pagar impuestos para subvencionar las ayudas de los desempleados.
Hoy creíamos muy lejano el tiempo en que las aeronaves volaran sin la intervención directa del humano y hemos presenciado como la industria área ha llevado casi a la perfección tecnológica la industria de los drones-UAS-RPAS para lograr realizar operaciones militares y hasta asistencia médica a usuarios en lugares remotos.
Igualmente, ya hace un tiempo en que los aviones tienen ordenadores a bordo que asisten a los pilotos y que, prácticamente, gracias a la automatización, limitan la intervención de estos al despegue, el aterrizaje y, por supuesto, cuando se declara una emergencia.
“La IA puede ayudar a los pilotos a ser mejores pilotos y se puede usar para mejorar su entrenamiento, ya que actualmente se dedica mucha tecnología y dinero a formarlos, de todas formas, el desarrollo de la IA en la aviación comercial justo empieza a dar los primeros pasos. Estamos muy al principio y aún no hay mucho desarrollo”, esto en palabras de Alberto Rey-Villaverde, director de ciencia de datos e información de EasyJet,
“La física mecánica del vuelo es muy clara, y los pilotos automáticos ahora funcionan tomando en cuenta todos los datos de cómo está volando el avión y optimizando los parámetros, pero el problema aparece cuando hay una emergencia, situación para la que los pilotos automáticos no están siempre preparados. Sería interesante que tuvieran incorporada una IA que aprendiera de cómo reaccionan los pilotos; en caso de emergencia, aplicar la IA al mundo de la aviación es más complicado, por las cuestiones de seguridad —un aspecto muy crítico en este sector—. Además, el mundo de la aviación es muy conservador. Sólo en los aspectos en los que la implementación es segura está más desarrollada”. Esta apreciación no es de nadie más ni nadie menos que de Miquel Sureda, coordinador del máster en Ingeniería aeronáutica y espacial de la UPC.
Pero la IA llegó para quedarse y sobre todo para ganarle el terreno a los humanos. Este desarrollo impulsado por los temores bélicos y ahora por los temores de que se presenten simultáneamente más de una pandemia que pueda diezmar la población mundial en un importante número con la aplicación de la IA permitiría anticiparse a esos escenarios apocalípticos y continuar con el desarrollo de todas sino de la mayoría de actividades, como sucede en este momento actual con, por ejemplo, la expedición de boletos de avión y las relaciones con los clientes asistidas por la IA. “Nosotros ya aplicamos IA en nuestro motor de precios, desde el 2011, con una red neuronal que toma decisiones, y también para predecir la comida que se va a comer a bordo. Cuando implementamos este algoritmo tuvimos reducciones del 50% en el desperdicio de alimentos, y ha ido mejorando”, dice el responsable de IA de EasyJet.
Otro de los grandes retos impuestos a la industria aeronáutica mundial es no solo la reducción en costos de combustible, sino la descarbonización de esta. Si aplicamos IA sería bastante eficiente con el fin de predecir cambios significativos e imprevistos en el estado del clima o en el comportamiento de la operación aérea en una determinada terminal aérea. Un pequeño retraso pude tener costes muy grandes; por si eso fuera poco, además hay muchas incertidumbres, como los cambios de tiempo. Pero no todos los problemas se deben a estas incertidumbres, sino a que en ocasiones no están modeladas, es decir, que si se recrean estas en condiciones ideales mediante IA es algo que redundará en una mayor eficiencia de las compañías aéreas. La IA es capaz de llevar a cabo mejores métricas para calcular las trayectorias que están muy saturadas y mejorar su capacidad latente.
“Hoy en día la mayor parte de las decisiones sobre la seguridad, por ejemplo, la distancia mínima entre aviones, están centralizadas en un controlador aéreo, cuya capacidad es limitada. La IA puede ayudar a distribuir la tarea de separación entre aeronaves, con sistemas multiagent que permiten establecer procesos de negociación entre los aviones, aeronaves que se comuniquen entre ellas sin la intervención de una persona para ver cuál cambia su ruta, perfeccionando lo que hoy se tiene con el uso del TCAS”, explica el catedrático de la UAB y conocedor de los sistemas de control de tráfico aéreo.
Es así como a la vuelta de la esquina tendremos que decir: ¿Y ahora quién podrá ayudarnos? Porque la IA, inteligencia artificial, está avanzando a pasos agigantados y más temprano que tarde tendremos que incorporarla a nuestras vidas y a nuestros trabajos. Bienvenida y ojalá no sea para arrepentirnos como en las películas que describen un futuro aciago por haberle confiado el mundo a los pocos que desarrollaron estas tecnologías.
CARLOS ACOSTA GARCIA, Controlador de tránsito aéreo de la autoridad de aviación en Colombia, Profesor de derecho Aeronáutico, Abogado especialista en derecho aeronáutico y espacial, Magister en Contratación Estatal, Candidato al doctorado de derecho aeronáutico y espacial de la Universidad de Cambridge, Periodista y Comunicador Social, Miembro Plenario de la Asociación Latinoamericana de Derecho Aeronáutico y Espacial-ALADA-, Miembro del Instituto Iberoamericano de Derecho Aeronáutico, Espacial y Comercial, Miembro del Colegio de Abogados de Derecho Aeronáutico- CADA-, Autor del libro YO TAMBIEN SOBREVIVI, tercera edición- Editorial Coimpresos-Colombia, que trata sobre el accidente aéreo del equipo Chapecoense en Colombia en el año 2016.
C.P.A. AEROSPACE M.D. AERONAUTICAL OPHTH. JOSÉ LUIS MERINO.