Actividad 26 Historia lectora Una travesia con la literatura

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María Fernanda Rocha Villagrana 5to Semestre LEPREE

09 de febrero del 2021. Tarea. Historia lectora. “Una travesía con la literatura” No sé qué me ha ocurrido, ahora que tengo 21 años puedo decir que no odio pero tampoco amo la literatura, sé que es bella, me lo han dicho o alguna vez lo he descubierto, pues no recuerdo exactamente ni día ni año, pero desde pequeña comencé con balbuceos que posiblemente el tener hermanas mayores y unos papás muy responsables me ayudaban a decir mis primeras palabras además de la imitación de sus tareas realizadas con grafías y el escuchar hablar a ellos comenzaba con la etapa primitiva de la escritura. Pero también sí sé que cuando era pequeña todas las mañanas antes de dirigirme al preescolar, mientras mi mamá me ayudaba a cambiarme o planchaba para desaparecer aquellas posibles arrugas de mi uniforme del Jardín de Niños, yo le pedía que me pusiera el canal numero 5 ya que se encontraba en la programación Dora la exploradora, una serie educativa de dibujos animados donde una pequeña niña junto con sus amigos vive aventuras en juego de un mundo animado el cual yo podía interactuar y contestar a sus preguntas. Asimismo en el salón de clases en el rincón se encontraba una biblioteca, donde había un sinfín de libros, que aunque la maestra era muy puntal, mientras llegaban el resto de mis compañeros podía tomar un libro de los mismo, recuerdo aquel libro “cuenta ratones” de Ellen Stoll Walsh pues me gustaba hojearlo, disfrutando cada dibujo y letra, observando aquellas imágenes de ratones metidos en frascos, interpretándolos a mi percepción ya que no podía definir aquellas grafías plasmadas en las hojas. Sin embargo el día que la maestra seleccionó ese libro que tanto llamaba mi atención, entendí un poco más la trama y fue así como mi gusto por la lectura despertó, dándome cuenta que con el paso del tiempo fue llenando mis huecos de conocimiento. Aprovechaba de los libros que había en mi casa, había de todo tipo, escolares, didácticos, y libros de texto que podía manipularlos y disfrutar aquel olor a hoja de papel de imprenta. Más tarde, en la primaria cuando comencé a descubrir que las silabas se podían escribir con vocales o consonantes y podía incluir ambas letras fue así como de esta manera comencé con la alfabetización, recuerdo que cuando ya lo lograba, en la calle iba leyendo cada uno de los anuncios que me podía encontrar, pidiéndole a mamá o la persona que iba acompañada de mí que adivinara lo que decía. Asimismo mis hermanas iban creciendo cada vez más y mi papá nos compró un juego de libros entre ellos eran de ingles, palabras en inglés en donde parecía ser un libro álbum, un libro lleno de dibujos con algunas letras y una portada muy llamativa y comencé a explorar su contenido en compañía de mis


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hermanas mayores. Así fui descubriendo cada vez más palabras y adentrándome a la lectura. Luego, más tarde en la secundaría recuerdo que llevaba una materia de lectura, por lo que el profesor fomentaba la literatura en voz alta y la lectura compartida pues a veces tocaba pasar a leer un fragmento de un libro que él mismo nos proporcionaba o si estábamos de receptores de la lectura como evidencia era rescatar algunos puntos referente a ella, por lo que se trataba de prestar atención a lo que nos decía el texto y comprenderlo, fue ahí cuando mi gusto por la lectura continuaba porque me era más fácil pasar a leer que escribir de manera muy rápida lo que había escuchado. Pero algo que tengo muy presente en la memoria fue cuando mi grupo de amigos comenzamos a cantar algunas canciones ya que una de ellas era de nuestro mismo agrado, sin embargo no sabíamos la letra correcta de la canción de algunas de sus partes por lo que optamos sentarnos en círculo en aquellas butacas de madera mientras el profesor revisaba la actividad al resto del grupo, pues alguien tenía descargada dicha canción y comenzamos a escuchar y escribir a pausas la letra correcta, ahora si podíamos leerla y cantar aquella melodía que tanto nos gustaba y disfrutábamos cantarla, hasta realizar el mismo ejercicio con unas cuantas más canciones. Ahí me di cuenta que me gustaba la literatura, sin embargo no sé qué pasó, quizá el yo ser un poco más activa las lecturas terminaban aburriéndome y es que ocurre que leía no tanto por obligación si no porque sabía que de la lectura iba a aprender algo, más que por gusto es porque ahí se encontraban las posibles respuestas a ciertas preguntas. Además de que en algunos textos me encuentro con palabras que desconozco y hace que me desvié de lo que el autor nos quiere decir. Respeto mucho a las personas que leen por gusto y sinceramente quisiera tomar un libro que verdaderamente me atrape y no pueda despegarme de él, ahora leo nada más libros académicos y seré sincera, a veces me llevan a otro mundo, enriquezco mis conocimientos pero la mayoría de las veces terminan aburriéndome o el desconocer aquellas palabras me llevan terminar no entendiendo la lectura, y es que he buscado estrategias de lectura desde hacerlo en voz baja, alta o buscando un lugar estratégico para concentrarme sin embargo es fecha que aún no logro encontrar la estrategia perfecta. Me gusta leer para los demás, pero no tanto para mí, quizá me gusta escucharme o ver las reacciones de las personas al oír la lectura, sin embargo si me angustia un poco el no poder continuado con el gusto a la literatura por ello mismo recomiendo y la fomento desde los más pequeños, y es que si quieren aventura láncense a la lectura.


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