Memoria de Investigación y Docencia '16
Proyecto II. Genética de enfermedades oculares .
La DMAE es la principal causa de ceguera irreversible entre personas mayores de 65 años. Al menos 60 millones padecen esta patología a nivel mundial, y se espera que esta cifra se triplique en los próximos 13 años. Se define como una patología compleja por la convergencia de múltiples factores de riesgo, siendo los más importantes la edad, el tabaquismo, la dieta y el genético. La complejidad de la DMAE exige de aproximaciones multidisciplinares, por lo que los estudios genéticos son de gran importancia de cara a establecer un mejor diagnóstico y asesoramiento del oftalmólogo al paciente. Con este objetivo, durante el año 2016 se ha abordado un estudio sobre la asociación de algunos polimorfismos de un solo nucleótido (SNPs) en genes que codifican metalotioneínas y la DMAE en la población de española. Se han descrito múltiples regiones genómicas y una variedad de genes que han mostrado tener un impacto en la susceptibilidad a la DMAE (Figura 6), destacando FBLN5, ABCA1, APOE, HTRA1, ARMS2, genes pertenecientes al sistema de complemento: CFH, CFB, C2, C3, CFI y a rutas relacionadas con el sistema inmunitario: HLA, CXCR1, CCR3, TLR3 y TLR4.
Figura 6. Principales genes descritos hasta la fecha asociados con la DMAE.
Clínicamente la DMAE se caracteriza por una forma inicial (temprana) que evoluciona a dos fenotipos patológicos, la forma seca, más prevalente y que representa aproximadamente el 80% de los casos, y la forma húmeda, mucho más severa, que afecta al 20% restante. La principal característica clínica de la DMAE es la presencia de depósitos extracelulares, denominados drusas, en la región macular de la retina. La formación de las drusas, la principal característica de la forma seca de la DMAE, es un proceso complejo en el que intervienen diversos tipos de moléculas y metabolitos, entre ellos distintos minerales entre los que destaca el zinc. Las metalotioneínas (MTs) son las principales proteínas reguladores del control del zinc, y un desequilibrio en el sistema Zn-MTs podría estar relacionado con la formación de las drusas y en consecuencia con el desarrollo de la DMAE. Numerosos estudios han relacionado SNPs en los genes de las MTs (MT1, MT2, MT3 y MT4) y diferentes patologías, muchas de ellas relacionadas con el envejecimiento, como por ejemplo: enfermedades neurodegenerativas, neuropatía diabética, patologías cardiovasculares, cáncer, ateroesclerosis, inflamación crónica, hiperlipidemia, hiperglicemia y problemas en la función renal tras una exposición crónica a metales pesados.
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