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“LA MIOPÍA INFANTIL SE PUEDE CONTROLAR Y RETRASAR SU PROGRESIÓN CON UN TRATAMIENTO ADECUADO”
Las revisiones oftalmológicas a edades tempranas son necesarias para diagnosticar defectos refractivos como la miopía. Por eso, desde la unidad de Oftalmología Pediátrica del Instituto Fernández-Vega, el equipo médico aconseja hacer la primera revisión de la vista a los tres años, o incluso antes si los padres detectan síntomas en el niño como dolor de cabeza o cansancio ocular. La Dra. Lucía Fernández-Vega Sanz, responsable de la Unidad de Oftalmología Pediátrica y
¿Qué probabilidad hay de que siendo el padre o la madre (o ambos progenitores) miope, sus descendientes lo sean también? Normalmente la miopía es hereditaria. Cuando uno de los dos progenitores es miope, se estima bebés si hay antecedentes familiares de miopía? Si les notan algo, se les debe ver inmediatamente, y si no les notan nada, recomiendo realizar la primera revisión oftalmológica a partir de los 3 o 4 años, cuando inician la etapa escolar. Además, a esta edad es más fácil que los niños colaboren a la hora de realizar las pruebas pertinentes como agudeza visual, graduaciones o estudios de motilidad ocular,
A esta edad también se puede identificar si van a desarrollar miopía y pautar un tratamiento precoz. En este sentido, los padres deben estar atentos a signos en sus hijos como ojos cansados, dolor de cabeza, acercarse a la televisión o a la pizarra para ver mejor y entrecerrar los ojos para tratar de enfocar.
¿Se puede saber de algún modo cómo va a evolucionar la miopía del niño?
Existen dos tipos de miopía infantil. Por un lado, está la simple o de desarrollo, que aparece de forma súbita durante la etapa escolar entre los 8 y 18 años y va aumentando de forma regular. Por lo general, se estabiliza al final del desarrollo con defectos menores a seis dioptrías y no se asocia con alteraciones oftalmológicas degenerativas.
Por otro lado, está la miopía patológica, que tiene un inicio precoz, alrededor de los cuatro años. Comienza con valores refractivos altos (entre cuatro y siete dioptrías) y su progresión es rápida entre los 12 y los 20 años. Este tipo de miopía puede asociarse a lesiones degenerativas corio-retinianas, que se manifiestan a partir de los 50 años. En este caso, se recomienda que los niños acudan a revisiones periódicas cada 6 o 12 meses, dependiendo de la agudeza visual y de la frecuencia de los cambios en la refracción.
¿Hay alguna forma de parar la progresión de la miopía en el menor?
La miopía no se puede erradicar, pero se puede controlar y retrasar su progresión por medio de un tratamiento adecuado. Se sabe que uno de los factores que influye en el aumento de la miopía (aparte del factor genético), es el esfuerzo de enfoque en cerca (que en estos últimos años se ha potenciado por el uso de dispositivos electrónicos, teléfonos, etc.), y gran parte de los tratamientos que se utilizan para retrasar su progresión están encaminados a disminuir dicho esfuerzo de enfoque; Uno de ellos consiste en utilizar las gotas de atropina en una concentración muy reducida (de 0.01% o 0.02%), que se aplican todas las noches en los ojos de niños entre 6 y 12 años durante un máximo de cinco años y que tiene pocos efectos secundarios.
Otro tratamiento son las lentillas blandas de reemplazo periódico de “control de miopía”, especialmente diseñadas para disminuir dicho esfuerzo de enfoque de cerca, que se ponen por la mañana, se usan durante todo el día un máximo de 10-12 horas, y se retiran en la noche. Las lentillas permiten tener una visión nítida durante el tiempo que se usan y tienen un menor riesgo de infecciones porque son desechables.
Por otro lado, es posible minimizar el desarrollo de la miopía infantil con una serie de recomendaciones para cuidar la salud ocular como procurar tener iluminación natural en la medida de lo posible, mantener una distancia de, al menos, 35 ó 40 centímetros con la tablet, el móvil o un libro y de 50 centímetros con un ordenador, y realizar actividades al aire libre como juegos y deportes.
¿Hasta qué edad pueden seguir aumentando las dioptrías?
Las dioptrías dependen del tipo de miopía que padezca el niño. Por lo general, la miopía avanza hasta los 20-30 años, pero se debe tener en cuenta que la miopía magna debuta en edades muy tempranas, causando que las dioptrías aumenten a un ritmo diferente.
Si el niño necesita gafas y no se las pone, ¿esto puede perjudicar la evolución de la miopía? El no utilizar las gafas puede suponer molestias secundarias tipo dolor de cabeza frecuente, enrojecimiento y molestias oculares e incluso en niños pequeños, ambliopías (ojos vagos).
¿Cada cuánto necesita controles oftalmológicos un niño miope?
Lo ideal es que los niños acudan a revisiones periódicas cada 6 o 12 meses, dependiendo de la agudeza visual y la frecuencia de los cambios en la refracción.
¿Puede la miopía ser un factor de riesgo para otras alteraciones oftalmológicas?
El “estiramiento” de las estructuras oculares que provoca la miopía puede conllevar complicaciones en la mácula, la parte de la retina que se encarga de leer o reconocer la cara de las personas.
En el caso de las personas que padecen miopía magna (con un valor superior a 8-10 dioptrías), éstas tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades de la visión a lo largo de su vida, tales como cataratas, desprendimiento de retina, maculopatías miópicas y glaucoma –primera causa de ceguera irreversible en el mundo–.