Structure of Abelgas Unit (Cantabrian Zone, Leon, Spain)

Page 1

LA ESTRUCTURA DE LA UNIDAD DE ABELGAS (Zona Cantábrica, León, España)

(1984)

Fernando López Díaz

Tesis de Licenciatura presentada en la Facultad de Geología de la Universidad de Oviedo (Septiembre, 1984)

BREVE INTRODUCCIÓN HISTÓRICA SOBRE EL TRABAJO: La Estructura de la Unidad de Abelgas (Manto de Correcilla, Zona Cantábrica, León, España).

Este trabajo constituye la Tesis de Licenciatura del Autor y fue presentada en la convocatoria de Septiembre del año 1984.

Su elaboración y trabajo de campo tuvo lugar en los años 1980 en que se empezó hasta el año 1984, con el lapsus del Servicio Militar del autor, que tuvo lugar durante estos años.

Tras la presentación del trabajo, se procedió a preparar su publicación que iba a tener lugar en la Revista “Trabajos de Geología” de la Universidad de Oviedo. Sin embargo no fue posible, en los comienzos del año 1985 llevar a cabo esa publicación. Diferentes circunstancias lo impidieron, pero dado que afectan a personas ya fallecidas, no parece preciso extenderse sobre el tema.

Como principales avances del trabajo, que posiblemente fueron parte de las causas de su no publicación, aparecen el descubrimiento y sistemización de las “Fallas Inversas, tanto de bajo ángulo como de ángulo elevado” y la existencia de movimientos de desgarre que aprovechan tanto fallas pre-esxistentes, como nuevas fracturas. Respecto a las primeras, Se establece la existencia de un proceso contínuo de compresión que comienza con el desarrollo del cabalgamiento frontal y estructuras asociadas (Pliegues no amplificados, cuñas, etc.), que continúa con el desarrollo de las fallas Inversas de bajo ángulo, que presentan diferente inclinación en cada flanco de los pliegues, no amplificados asociados al Cabalgamiento Frontal. Mediante un proceso, ya digo, contínuo, se producen Fallas Inversas de ángulo cada vez más elevado, que afectan también cada vez a pliegues más desarrollados, terminando con Fallas Inversas muy tardías que rompen la estructura con un ángulo muy elevado.

Otra cuestión producida por las Fallas inversas de bajo ángulo es la formación de palnos axiales desplazados y por tanto no continuos en el alóctono y el autóctono de dichas Fallas.

Respecto a los movimientos de desgarre estos tienen principalmente lugar en Estructuras de dirección E-O, y se aprecian bien si se considera, no el desplazamiento de las distintas formaciones, sino el desplazamiento de las unidades internas en el núcleo de la Unidad de Abelgas producto de la actuación de las Fallas Inversas de bajo ángulo, para lo que se ha elaborado un esquema ilustrativo.

Respecto a las novedades que en todo este tiempo se hayan producido desde entonces, son desconocidos para mí y es así a posta, pues el objeto del presente trabajo es dar a conocer el estado del conocimiento a finales del año 1984. Por supuesto desde entonces se han producido avances, entre los que citaré la existencia de Fallas Normales (distensivas) que por ejemplo condicionan los cambios de espesor de la Fm. Portilla, pero en aquel tiempo no se habían puesto de manifiesto, por lo que no se han precisado aquí.

Es, finalmente, y como queda claro en la presente publicación, un intento de mostrar la situación de los conocimientos a mediados de los años 80 del siglo pasado. Agradezco finalmente la publicación de este trabajo, tanto a los que permitieron su elaboración en los años 80, como las ayudas actuales para digitalizar el trabajo, en especial a D. Pablo González Cuadra, por su inestimable ayuda con todos los aspectos de los ordenadores, etc.

1

LA ESTRUCTURA DE LA UNIDAD DE ABELGAS (MANTO DE CORRECILLA, ZONA CANTÁBRICA, LEÓN, ESPAÑA)

(1984)

1.- INTRODUCCIÓN

El presente trabajo comprende la realización de una cartografía geológica a escala 1: 25 000 y el estudio de la estructura de una parte de la Rama Sur de la Zona Cantábrica, que ha sido hasta el momento muy poco estudiada. Esta zona presenta una serie de materiales paleozóicos que abarcan desde el Cámbrico Inferior al Devónico Superior. Los materiales carboníferos tan abundantes en otras partes de la Cordillera Cantábrica no aparecen aquí debido a la acción erosiva post-tectónica y a la disposición de los ejes de los grandes pliegues, que inclinándose en general hacia el Este, producen la aparición del Carbonífero en la margen Este del Embalse de Barrios de Luna, en los sinclinales de Alba, del Pedroso, etc. Los materiales presentes han sido fuertemente deformados durante la Orogénesis Hercínica con la aparición de grandes mantos de despegue, con una estructura interna complicada con multitud de escamas y cuñas. Todo este conjunto ha sido reapretado con la consiguiente formación de pliegues que obedecen a la amplificación de formas ya iniciadas producto de la geometría interna del manto y que forma un único proceso sin solución de continuidad, como ha sido puesto ya de manifiesto en otras zonas equivalentes a ésta dentro de la Zona Cantábrica (PULGAR y otros 1983; HEREDIA 1983; BASTIDA y otros 1984; ÁLVAREZ-MARRÓN 1984).

El principal objetivo del trabajo es el conocimiento preciso de la estructura que la deformación herciniana produce en esta zona, para lo que se han realizado un total de 6 cortes estructurales detallados, así como dos modelos idealizados de la estructura en un momento intermedio de su formación para obtener con la mayor seguridad la geometría interna del manto lo que permite mediante la restauración de los cortes estructurales, la medida de la deformación y la obtención de una importante información sobre aspectos tales como los mecanismos del plegamiento, la formación de escamas, etc. Aunque hay que hacer notar la existencia de fallas tardías generalmente de dirección Este-Oeste que complican considerablemente la comprensión de la estructura general.

No se presta, por tanto, aquí excesiva atención a otros aspectos geológicos tales como pueden ser los mineralógicos, sedimentológicos, paleontológicos, etc., en la medida en que no sean imprescindibles para determinar la cartografía y estructura geológica del área, objetivo fundamental del presente trabajo.

SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y GEOLÓGICA

La región estudiada se encuentra por entero en el Norte de la provincia de León, abarcando un total aproximado de 140 Km2, limitada al Este por el Embalse de los Barrios de Luna, siendo sus otros límites de carácter geológico, así tenemos hacia el Sur el importante accidente de la Falla de Villablino y los materiales precámbricos del Antiforme del Nancea y hacia el Norte y Oeste, el cabalgamiento frontal de la Unidad de Abelgas, que delimitan, en conjunto, una región individualizada tanto geográfica como geológicamente (véase situación en el Mapa de la Unidad).

Existen tan sólo tres pequeños pueblos de nombres Abelgas, Mallo y los Barrios de Luna, situándose todos ellos en los bordes de la zona, lo que motiva la mala accesibilidad que tiene toda el área.

Desde el punto de vista geológico, esta área pertenece por tanto a la Zona Cantábrica, que constituye la zona más externa (oriental) de la Cadena Hercínica del NO de la Península Ibérica (LOTZE 1945).

JULIVERT (1967) distingue desde el punto de vista estructural varias unidades (zonas o regiones) dentro de la Zona Cantábrica, correspondiendo el área estudiada a la zona llamada Región de Pliegues y Mantos y dentro de ésta se sitúa en la Rama Sur del arco que describen todas las estructuras en el interior de la Zona Cantábrica (Arco Artúrico) y más concretamente forma parte de la Unidad de Correcilla (JULIVERT 1973).

ANTECEDENTES

2

Las referencias directas a esta zona son en realidad muy escasas, perteneciendo las existentes a autores holandeses tales como De SITTER (1962) y sobre todo BOSCH (1969) quien realiza una cartografía que pone de manifiesto algunos de los rasgos principales de la zona. Con posterioridad no se produjeron trabajos estructurales en esta parte de la Cordillera, aunque sí en toda la zona al Norte, en el Manto de Somiedo (JULIVERT, PELLO y FERNANDEZ-GARCÍA 1968; MARCOS y otros 1983; PULGAR y otros 1983), e inmediatamente al Sur, en el Anticlinorio del Nancea en su Rama Sur (PÉREZ-ESTAÚN 1971; 1978). Llama poderosamente la atención que mientras en el margen izquierdo del Embalse de los Barrios de Luna, existen un gran número de trabajos de tipo paleontológico y sedimentológico, esto no ocurre en el margen derecho y en su prolongación hacia el Oeste.

Recientemente se ha llevado a cabo un detenido estudio de la Unidad de Correcilla en la margen izquierda del Embalse (ÁLVAREZ-MARRÓN 1984) que ha sido de especial utilidad sobre todo en la reconstrucción de la geología de la zona cubierta por el Embalse.

2.- ESTRATIGRAFÍA

Los materiales existentes forman una sucesión, de edad paleozóica con unas características pertenecientes a las zonas más próximas al Antiforme del Nancea de la Zona Cantábrica, pudiéndose observar en el borde SE de la zona el contacto de los materiales precámbricos del Antiforme del Nancea y las areniscas y pizarras del Cámbrico Inferior (Fm. Herrería). La serie paleozóica corresponde fundamentalmente a la señalada por COMTE (1959) y contiene materiales desde el Cámbrico Inferior al Devónico Superior, que constituyen una gran secuencia de formaciones de más de 4 000 m. de espesor. Esta secuencia presenta algunas pequeñas variaciones laterales de espesor, pero nunca muy importantes, con la excepción de las calizas de la Fm. Portilla y engloba formaciones competentes tales como las cuarcitas de Barrios; las areniscas de San Pedro y las calizas de Sta. Lucía y Portilla, con otras muy incompetentes de carácter eminentemente pizarroso, tales como la mitad inferior de la Fm. Oville, la Fm. Formigoso,, la unidad pizarrosa (LV3) del

Fm. Nocedo

Fm. Portilla

Fm. Huergas

Fm Sta. Lucía

Grupo La Vid

Fm. San Pedro

Fm. Formigoso

Fm. Barrios

Fm Oville

Fm. Láncara

Fm. Herrería

Grupo La Vid y la Fm. Huergas.

Fuera de la zona estudiada, pero muy próxima a ella, aparecen los materiales precámbricos del Antiforme del Nancea, denominados por LOTZE (1956) “Pizarras del Nancea”. Según PÉREZESTAÚN (1971; 1973; 1978) pueden diferenciarse 3 unidades litológicas superpuestas que de abajo a arriba denomina: 1) Serie de Porfiroides, pizarras y areniscas; 2) Serie de grauvacas y pizarras; 3) Serie de Pizarras. Correspondiendo los materiales próximos al área estudiada a la serie intermedia, consistiendo en pizarras muy monótonas y uniformes con laminaciones e intercalaciones de areniscas.

Mediante una discordancia angular, por encima de estos materiales se sitúa la secuencia paleozóica que pasaremos a describir someramente a continuación.

Fig. 1.- Columna estratigráfica esquemática de los materiales de la Unidad de Abelgas.

Los colores se mantienen en todo el trabajo con excepción de los modelos idealizados y alguno de los cortes, donde se sustituyen las Unidades 1 y 2 del Grupo la Vid, por un sólo color azul turquesa.

En la Fig. 1 se presenta una columna estratigráfica simplificada basada en las observaciones de campo, así como en las referencias bibliográficas de diferentes autores para zonas próximas. (BOSCH 1969; PULGAR y otros 1983; HEREDIA 1983 y ÁLVAREZ-MARRÓN 1984). Los límites de edad se basan en los trabajos realizados por diversos autores que se mencionan al tratar cada formación por separado y que han sido sintetizados pro TRUYOLS y GARCÍA-ALCALDE (1981).

2.1 CÁMBRICO

3
Pizarras del Narcea 500 m. 0 ? ? GIVET. EIFEL. EMSIE. ARENIG SUPER. MEDIO CÁMBRI CO OR D SIL. DEVÓNI CO V4 V3 V2 V1 GEDIN. SIEGE. LUDL. WEN. LLAND. INFERIOR
PreCámbrico (a,
a
Griotte)

Comprende tres formaciones de carácter muy distinto, con un espesor total en torno a los 2 000 m., aunque hay que tener en cuenta que la Fm. Herrería, que es la más inferior, solamente aparece en la parte meridional, debido a motivos tectónicos, dado que los despegues que tienen lugar y que forman la base de los mantos, lo hacen por encima justamente de esta formación, que no vuelve a aflorar.

Fm. Herrería: (Cámbrico Inferior).- Se trata de una serie detrítica formada por areniscas rosadas frecuentemente de grano grueso (cuarcitas a veces) con abundantes intercalaciones pizarrosas. Su base es discordante sobre los materiales precámbricos, con desarrollo de un nivel conglomerático frecuentemente de composición cuarcítica o al menos con abundantes clastos de cuarzo cuyo tamaño oscila entre 1 y 3 cm. El techo constituye una transición hacia las calizas de la Fm. Láncara en el que se presentan niveles pizarrosos y margosos. Con frecuencia se dan en esta Fm. niveles dolomíticos situados a unos 100 m. de la base, con muy poco espesor, generalmente del orden de algunos metros, cuyo seguimiento no es fácil. El espesor total se cifra en unos 1 500 m.

Fm. Láncara.- Presenta dos miembros bien diferenciados; Uno, inferior, de carácter dolomítico en la base (con excepción del lugar denominado “Fuente de Gradaluenga” y la margen derecha del río Luna en los Barrios, donde cerca de la base aparece un nivel con estromatolitos) que hacia la parte alta se transforma en calizas grises con abundantes birdeseyes. Un miembro superior (generalmente de menos de 25 m. de potencia) constituido por calizas rojizas con glauconita en su parte baja y calizas en facies “griotte”, formando un nivel cartografiable muy visible. El espesor total es difícil de precisar ya que generalmente la base de la Fm. Suele estar muy tectonizada siendo probable que no se encuentre completa cuando ocupa la base de los cabalgamientos. Sin embargo, en el sector de los Barrios de Luna aparece solidaria con los materiales de la Fm. Herrería por lo que pueden observarse en esta zona 4 aforamientos (Villabandín; Arroyo del Valle; Fuente de Gradaluenga y la margen derecha del río Luna) que en conjunto vienen a dar una potencia de 120 m., 95 de los cuales corresponden al miembro inferior (variando en él la proporción entre calizas y dolomías).

La edad de esta formación podemos considerarla siguiendo a ZAMARREÑO (1972) como Cámbrico Inferior y Medio, dado que la citada autora atribuye al miembro inferior una edad correspondiente a la parte más alta del Cámbrico Inferior, perteneciendo el miembro superior al Cámbrico Medio, correspondiendo su base al subpiso de conocoryphe (parte media del piso P. (Acadoparadoxides), y el techo a la base del subpiso de “Solenopleuropsis” (parte alta del piso con Solenopleuropsidae) según la división del Cámbrico Medio de e$paña realizada por SDZUY (1971).

Fm. Oville.- Consiste en una serie de pizarras y areniscas amarillentas, que hacia la parte superior se vuelven cuarcitas con un frecuente moteado limonítico producido por la alteración de la glauconita lo que las diferencia de las cuarcitas suprayacentes de la Fm. Barrios. Comienza la Fm. Oville con un nivel de pizarras de tonos verdosos con gran abundancia de trilobites que corresponden al subpiso de “Solenopleuropsis” de SDZUY, por lo que la base corresponde al Cámbrico Medio, el techo, sin embargo, plantea problemas para conocer su edad da la falta de fauna que lo caracteriza.

Basándose en algunos icnofósiles de la parte alta de la sucesión y de las cuarcitas de la Fm. Barrios, BALDWIN (1978) afirma que el Cámbrico Superior o bien no está representado o en cualquier caso ocupa unos pocos metros. El techo de la formación es ya probablemente Ordovícico. El espesor de la Fm.Oville varía de Norte a Sur, siendo respectivamente de 300 a 500 m.

2.2. ORDOVÍCICO

Como es bien sabido en la casi totalidad de la Cordillera Cantábrica existe un desarrollo incompleto del Ordovícico, conocido por la existencia de la laguna estratigráfica que abarca desde el techo del Arenig hasta el final del Ordovícico, ampliándose hasta el Llandovery Superior (base de la Fm. Formigoso). Por tanto en la región estudiada, el ordovícico empieza en la parte más alta de la Fm. Oville y engloba toda la Fm. Barrios Fm. Barrios.- Consiste en una serie de areniscas cuarcíticas, generalmente muy blancas en fractura fresca o con ligeros tonos rosados, en bancos que no suelen sobrepasar los 5 m. de espesor, aparecen algunos (normalmente 2 ó 3) niveles métricos de lutitas intermedias en la formación. Su espesor es variable de un lugar a otro de la Cordillera, pero en esta zona es bastante constante, situándose generalmente sobre los 250 m. Los únicos elementos paleontológicos hallados en estas cuarcitas son icnofósiles; basándose en ellos y en concreto en distintas especies de cruziana, BALDWIN (1978) indica para la sucesión de Barrios de Luna que la mayor parte de la formación pertenece al Tremadoc y solamente los tramos finales son ya Arenig. En la zona del

4

Monte Cotón, a techo de la Fm. Aparece una intercalación pizarrosa de unos 5 m. de potencia recubierta por más bancos cuarcíticos y también en la Central Hidroeléctrica de Abelgas existen intercalaciones pizarrosas pero en mayor número, siendo posible que se trate de materiales equiparables a los mencionados pro HEREDIA (1983) para le área de Somiedo, aunque en este trabajo no han sido cartografiados independientemente dado su poco espesor y falta de continuidad lateral.

2.3. SILÚRICO

El Silúrico en esta zona, al igual que en el resto de la Zona Cantábrica, se caracteriza por presentar una clara homogeneidad tanto en litología como en espesor de los materiales, que en ningún caso sobrepasan los 500 m. Consta de 2 formaciones:

Fm. Formigoso.- Está constituida por una serie de areniscas y pizarras, que se componen de ampelitas negras con una gran cantidad de graptolites en su mitad inferior, entre los que se van intercalando hacia el techo capas de areniscas blanquecinas que se van haciendo progresivamente más espesas y más abundantes. El espesor de la formación es difícil de apreciar dado su carácter incompetente que permite la existencia de frecuentes estructuras de acomodación, así como también por el fuerte replegamiento que se suele producir en ella, en cualquier caso puede oscilar dicho espesor sobre los 160 m. Su edad según TRUYOLS, PHILIPPOT y JULIVERT (1974) puede determinarse con los Graptolites, abarcando desde un punto entre la zona de -convolutus –sedgwicki hasta la zona de –murchisoni (zonas de ELLES & WODD), lo que corresponde a la parte más baja del Llandovery Superior hasta el Wenlock Inferior.

Fm. San Pedro.- Por encima de la Fm. Formigoso se sitúa una serie detrítica con abundantes capas de areniscas de tonos rojos (carácter ferruginoso), alternando con pizarras verdes y rojas y con areniscas y cuarcitas blancas. Dado el tránsito gradual entre las dos formaciones silúricas, el límite entre ellas suele resultar difícil de precisar, así BOSCH (1969) para esta misma zona lo sitúa en la primera aparición de las areniscas ferruginosas, sin embargo, otro sautores (JULIVERT y otros 1968) lo hacen coincidir con el lugar donde las areniscas son predominantes sobre las pizarras. En la realización de este trabajo se pudo apreciar al existencia muy constante en toda la zona de un nivel de areniscas de tonos muy claros y de 5 a 10 m. de espesor, justamente debajo del comienzo de los tonos rojos en las areniscas, dado que este nivel suele producir un pequeño resalte en el terreno, que facilita la cartografía, situamos en su base el límite entre las dos formaciones.

El espesor de la Fm. San Pedro puede situarse en torno a los 250 m., aunque en ciertos lugares (Penouta) alcanza los 300 m. La edad es asignada por TRUYOLS y otros (1974) al Wenlock (en parte), Ludlow y Gediniense Inferior (sólo los 20-25 m. últimos), estos datos fueron comprobados mediante el estudio de palinomorfos (CRAMER 1966; CRAMER y DÍEZ 1978; RODRÍGUEZ 1970).

Así pues, la parte más alta de estos materiales corresponde ya al Devónico aunque su gran mayoría pertenece casi con toda seguridad al Ludlow.

2.4. DEVÓNICO

Dada al situación de esta zona en la parte más interna de la Zona Cantábrica, el desarrollo del Devónico es casi completo y se encuentran aquí representadas todas las formaciones que se dan en áreas adyacentes, si exceptuamos el Devónico Superior que no ha sido bien estudiado y en el que posiblemente faltan bastantes materiales debido únicamente a la erosión post-tectónica.

Como viene siendo habitual para esta zona utilizaremos la nomenclatura creada por COMTE. Tenemos por tanto, de abajo a arriba en la serie, al Grupo “La Vid” (GARCÍA-ALCLADE y RACHEBOEUF 1978); la Fm. Santa Lucía formada casi exclusivamente por calizas; las areniscas y pizarras de la Fm. Huergas; las calizas de la Fm. Portilla y las areniscas del Devónico Superior con las que terminan los materiales paleozoicos de esta área.

Hay que volver a indicar que si bien es con el Grupo La Vid con el que se empieza la descripción del capítulo, el Devónico comienza realmente como se dijo ya en la parte superior de la Fm. San Pedro.

En esta unidad no se aprecian cambios importantes de facies o espesores como puede suceder en regiones adyacentes y el Devónico forma un gran paquete de aproximadamente 1 500 m. de espesor.

Grupo La Vid.- Definido por GARCÍA-ALCLADE y RACHEBOEUF (1978), puede subdividirse en 4 unidades litoestratigráficas fácilmente cartografiables en casi todo el área, con la excepción de la zona más

5

occidental donde las dos primeras se confunden. Estas cuatro unidades son litológicamente muy diferentes unas de otras lo que facilita enormemente su cartografía. Corresponden a las establecidas por GARCÍAALCLADE y otros (1979).

La edad del Grupo abarca desde el Gediniense Superior al Emsiense Superior según GARCÍAALCLADE y otros (1979).

UNIDAD 1: (LV1)

Mediante una transición gradual pero breve desde las arerniscas de la Fm. San Pedro, aparece un nivel dolomítico en el que se intercalan algunas lutitas. En la zona más occidental no existen dolomías en la base, que está constituida por calizas tableadas y pizarras con abundante fauna Gediniense como se puede ver claramente al este de la Laguna de Lago y en la zona al N de la fuente de la Zorra. Hay que hacer notar también que en el collado existente entre la Peña de la Piquera y el alto de las Lagunas existe un nivel formado por areniscas muy blancas de 6 m. de espesor, intercalado entre las calizas, que constituyen por tanto las únicas arensicas observables en todo el grupo en esta zona. El espesor de esta únidad se cifra en torno a los 75 m., aunque muchas veces el intenso replegamiento lo engrosa considerablemente.

UNIDAD 2: (LV2)

Por encima de la unidad anterior, aparecen capas calcáreas muy fosilíferas con frecuentes intercalaciones de pizarras sobre todo hacia la parte alta, a veces con bancos muy gruesos exclusivamente de calizas, que destacan fuertemente en el relieve (zona de Penouta y Fuente de la Zorra). El espesor puede cifrarse como término medio en 125 m.

UNIDAD 3: (LV3)

Consiste en abundantes pizarras de tonos amarillentos y pardos entre los que se intercalan frecuentes niveles margosos muy abundantes en fósiles. Su espesor aparente es muy variable debido a las mismas causas que se han indicado para la Fm. Formigoso, es decir su carácter incompetente. En la zona de Abelgas sin embargo parece no sufrir fuerte tectonización y presenta un espesor de 180 m.

UNIDAD 4: (LV4)

Superponiéndose a las pizarras anteriores aparece una serie calcáreo-pizarrosa con frecuentes tonos rojos que ha sido citada ampliamente en toda la Unidad de Somiedo-Correcilla si bien con importantes cambios de espesor.

En el área estudiada pueden diferenciarse dos tipos principales. El primero de ellos se sitúa en el Labio N del Sinclinal de Abelgas con un espesor de 38 m. Consiste en una serie formada por un nivel inferior de calizas rojizas de carácter encrinítico con abundantes pizarras y margas intercaladas, todo ello con abundante fauna, con un espesor poco variable en torno a los 20 m., a la que se superponen pizarras amarillentas y pardas similares a las de la unidad infrayacente (LV3) y que ocupan un espesor variable en torno a los 8 m. Aún por encima aparecen unas calizas amarillentas en contacto con las calizas blancas que se consideran como la base de la Fm. Sta. Lucía (perfectamente observable en todo el Valle de Valverde).

Esta serie no se conserva en las inmediaciones del Embalse, donde disminuye notablemente el espesor y es muy difícil la separación de los tres miembros aquí descritos, encontrándose al formación constituida por una alternancia contínua de calizas y margas rojizas, muy abundantes, con pizarras.

En todos los otros afloramientos de esta unidad no ocurre algo similar, pues el espesor es menor que en los alrededores de Abelgas y también se pierde el tono rojizo general de la serie que se transforman en colores pardos y amarillentos.

Fm. Sta. Lucía.- Formada casi exclusivamente por calizas, en general de tonos grises, aunque adquieren a veces coloraciones rosadas o marrones. Contiene abundante fauna de braquiópodos, crinoideos, briozoos, estromatopóridos, corales, etc. Localmente presentan facies arrecifales. Con relación a los tres tipos de sucesiones definidas por MENDEZ-BEDIA (1976) Para el conjunto de la Cordillera Cantábrica, la zona estudiada corresponde al tipo denominado “Ensenada de Moniello”.

Su espesor oscila generalmente entre 250 y 300 m., excepto al S del pueblo de Mallo, donde se reduce a 150 m. (BOSCH 1969).

La edad es atribuible al Emsiense Superior para los primeros metros, perteneciendo el techo a la parte

6

baja del Eifeliense (MENDEZ-BEDIA 1976, GARCÍA-ALCALDE y otros 1979).

Fm. Huergas.- Compuesta principalmente por pizarras de tonos marrones claros y oscuros (negros a veces) entre los que se intercalan niveles de areniscas normalmente en capas centimétricas aunque se individualizan a veces capas de hasta 3 m. de potencia. Su espesor no se puede calcular, ya que por causas tectónicas, esta formación no aparece completa en ningún punto de la zona, haciendo por tanto poco fiable el valor de 150 m. que le confiere BOSCH (1969). En zonas adyacentes suelen citarse espesores entre los 300 y los 450 m. (JULIVERT y otros 1968; PULGAR y otros 1983; HEREDIA 1983; ÁLVAREZ-MARRÓN 1984) que parecen mucho más probables y son por tanto admitidas en este trabajo.

La edad corresponde al Eifeliense-Givetiense según GARCÍA-ALCALDE y ARBÍZU (1976).

m. Portilla.- Aparece solamente en el tercio más orienal de la zona estudiada: En la Sierra Blanca y en los alrededores del pueblo de Mallo.

Es característico de esta formación presentar los únicos cambios bruscos de espesor y facies de toda la Unidad de Abelgas. En Sierra Blanca aparece con un espesor de 150 m. y tres miembros diferenciados, siendo el inferior y el superior eminentemente calcáreos, apareciendo calizas con abundante contenido faunístico, destacando el carácter generalmente arrecifal del miembro superior. Sin embargo el miembro medio (considerablemente deprimido en la topografía) contiene abundantes materiales terrígenos sobre todo arenosos que producen la aparición desde verdaderas arensicas hasta calizas arenosas.

A pesar de no haber dataciones recientes para el área estudiada podemos precisar la edad de esta formación basándonos en las dataciones realizadas al otro lado del Embalse, según GARCÍA-ALCALDE y otros (en prensa). Así al parte alta de la formación sería Givetiense en el Dominio de Alba (ÁLVAREZMARRÓN 1984) mientras que en el Dominio del Pedroso, más al N, los tramos superiores alcanzan el Frasniense Inferior.

Devónico Superior.- Por encima de la Caliza de la Portilla, aparecen areniscas y pizarras alternantes que son atribuidas en toda la Cordillera al Devónico Superior. La reconstrucción de la estructura del Embalse permite situar estos materiales como intermedios entre los Devónicos Superiores de los Sinclinales del Pedroso y de Alba, situados ambos en la margen izquierda del Embalse, sin embargo al contrario que en estos sinclinales, no llega a aflorar, por motivos tectónicos el Carbonífero así como parte de Devónico Superior más alto. Los materiales que afloran consisten en pizarras y areniscas alternantes de tonos marrones y finamente estratificadas, aunque también son comunes bancos de 3 y 4 m. de areniscas blancas formando crestones que resaltan fácilmente en el terreno.

La presencia de la Fm. Ermita discordante, no ha podido ser comprobada, aunque es citada por BOSCH (1969), por lo que consideramos todos los materiales presentes como pertenecientes a la Fm. Nocedo.

2.5. CUATERNARIO

Toda el área estudiada se encuentra jalonada de numerosos depósitos cuaternarios, aunque sólo se han tenido en cuenta aquellos de cierta importancia, bien sea por sus características peculiares, por su amplitud cartográfica, o bien por enmascarar fenómenos tectónicos o sedimentarios importantes del sustrato Paleozoico.

Entre la gran variedad de depósitos cuaternarios, se pueden destacar los depósitos glaciares, con numerosas morrenas, generalmente de pequeño tamaño y asociadas a los circos por lo que aparecen formas de media luna (morrenas frontales), aunque también existe un caso, al menos (Arroyo de Valverde, ladera N), de morrenas laterales.

Muchos otros depósitos proceden de depósitos glaciares y han sido removilizados normalmente por influencia fluvial. En general la influencia fluvial en el área estudiada no es muy grande, ya que apenas se encuentran valles fluviales desarrollados, siendo sus depósitos asociados muy poco importantes como corresponde a zonas de cabecera fluvial.

Existen también algunos deslizamientos de ladera y otros movimientos en masa de cierta importancia, así como numerosos canchales y coluviones.

En la cartografía se diferencian las morrenas, los movimientos en masa y los coluviones, englobándose

7

todos los otros tipos dentro del término de Cuaternario indiferenciado.

3.- TECTÓNICA

3.1. INTRODUCCIÓN

El área estudiada en el presente trabajo, pertenece a la zona estructural más interna de la Zona Cantábrica, en concreto a la Rama Sur de la Región de Pliegues y Mantos, y dentro de ella a la Unidad de Correcilla (JULIVERT 1967). Caracterizándose por tanto por una ausencia generalizada de metamorfismo y esquistosidad, aunque ésta última puede aparecer localmente de forma grosera en niveles pizarrosos (véase por ejemplo las pizarras de la Fm. Formigoso en la zona de al Laguna del Lago, al NO de la zona).

Su estructura es compleja (Fig. 2) caracterizándose por el predominio de la tectónica tangencial, ampliamente desarrollada en toda al Zona Cantábrica.

Como en toda la zona citada en el párrafo anterior, las primeras estructuras en producirse son mantos de tipo apalachense, en el caso estudiado, el Manto de Correcilla, con un nivel general de despegue situado en la base de la Fm. Láncara y con una serie de cabalgamientos asociados que compartimentan su interior en tres Unidades, denominadas Unidad de Aralla, Unidad de Peñalba y Unidad de Abelgas; ésta última corresponde a la situada más al S y por tanto es la más próxima al Antiforme del Nancea (BOSCH 1969; PÉREZ-ESTAÚN 1971) y engloba toda la zona estudiada.

En relación con esta primera generación de estructuras tenemos la formación del cabalgamiento frontal de la Unidad de Abelgas, cuya superficie principal está formada por varios cabalgamientos imbricados de pequeña importancia en cuanto al acortamiento y a su extensión lateral. En algunos casos estos cabalgamientos producen las estructuras conocidas como “Cabalgamientos Ciegos” (blind thrust según al terminología propuesta por McKLAY 1981) y se trata de cabalgamientos bajo la superficie de erosión, no visibles por tanto, pero evidenciados por acortamientos en los materiales suprayacentes que en la zona estudiada consisten en anticlinales en las formaciones más competentes.

Simultáneamente se producen una serie de acuñamientos tectónicos, generalmente intraformacionales que afectan a las formaciones carbonatadas (Sta. Lucía y Portilla) produciendo escaso desplazamiento, generalmente de orden hectométrico.

A continuación se produce un reapretamiento general de toda la Unidad, que lleva asociada al formación de al menso 6 fallas inversas, constituyendo un episodio prolongado en el tiempo, de tal manera que las primeras fallas inversas afectan a pliegues muy poco evolucionados, mientras que las últimas afectan tanto a flancos como a charnelas muy evolucionadas, e incluso también a las fallas inversas preexistentes. Ambos tipos de fallas inversas presentan unos trazados generales E-O, y por tanto subparalelos alas trazas de los pliegues principales.

La última asociación de grandes estructuras producidas en la zona son producto de una tectónica de desgarre que afecta a casi toda la mitad S de la Unidad de Abelgas, y se trata de fallas subverticales con un trazado general E-O por lo que normalmente aprovechan las discontinuidades tectónicas precedentes tales como cabalgamientos y fallas inversas verticalizadas por los pliegues.

El trazado de las fallas de desgarre es complejo, pero presenta un movimiento conjunto de características claramente levógiras.

3.2. METODOLOGÍA DE LA REALIZACIÓN DE LOS CORTES

Para el estudio de la zona se realizaron 6 cortes estructurales a las estructuras mayores, numerados de 1 a 6 de Oeste a Este respectivamente. La existencia de movimientos de desgarre imposibilita al realización de cortes balanceados, según las técnicas propuestas por DAHLSTROM (1969).

Para paliar en lo posible este inconveniente se han realizado dos modelos generales idealizados que representan la estructura de la zona antes de producirse las fallas inversas más tardías y los movimientos de desgarre. Estos modelos se construyeron utilizando fundamentalmente los cortes número 3 y 4, que están relacionados según el esquema de la Fig. 3; en ella se muestra una correlación entre los pliegues y fallas inversas más importantes de la zona. La mayor dificultad que existe al realizar estos modelos es la falta de

8

los datos completos de algunos flancos de pliegues, que por lo tanto nos impiden reproducir su geometría precisa. Esto se cumple especialmente en la reconstrucción correspondiente a la zona más oriental. Otro aspecto importante se basa en el hecho citado ya de que los movimientos de desgarre suelen utilizar para su trazado fallas pre-existentes, por lo que toda la zona se halla compartimentada en bloques que a menudo han sufrido movimientos rotacionales y su posición actual es diferente de la que se deduce en las reconstrucciones.

Así pues los cortes que se realicen sobre todo al S de la Falla de la Güeriza (Fig. 3) son válidos en cuanto a la geometría de las estructuras que presentan, pero no en cuanto a sus interrelaciones espaciales. Esto mismo puede ser observado si consideramos las Fallas de Desgarre como de nueva creación y reconstruimos el Mapa de la zona deshaciendo el juego levógiro de éstas, basándonos en algunos puntos homologables tales como los dos afloramientos de la Falla Inversa de Correa y también los de la Falla de Lamoso (Fig. 4). En este caso, obtenemos un mapa que muestra un sinclinal mucho más ancho que el actual, pero al tiempo se observan las mismas discontinuidades (Fig. 4), que son consideradas por tanto fallas inversas previas a los desgarres citados.

También hay que tener en cuenta la existencia de fallas transversales previas a los juegos levógiros, que si bien no son muy importantes, complicar la cartografía de algunas zonas tales como los alrededores del pueblo de Mallo, y la zona del Cuartero.

Todo ello imposibilita un balanceo apropiado de los cortes y por tanto hace muy necesaria las reconstrucciones que permitan hacerse una idea de las primera etapas de la deformación en esta área y permitan asimismo reconstruir en profundidad los cortes más orientales que son los más afectados por los desgarres.

La reconstrucción occidental ha sido sometida a un proceso de eliminación del reapretamiento para obtener la geometría de la Unidad en el

9

momento de la formación de las primeras fallas inversas. Para ello es importante conocer los materiales de la Unidad situada delante de la de Abelgas, dado que podrían existir zonas de “flats” (McKLAY 1981) en el cabalgamiento frontal que no pueden ser detectadas teniendo en cuenta solamente los materiales alóctonos.

Para remediar esto se ha realizado un estudio del autóctono relativo de la Unidad de Abelgas, según la cartografía de Bosch (1969), que pone de manifiesto la ausencia de “flats”, al menos hasta un nivel en que el cabalgamiento frontal de la Unidad de Abelgas, llega a sobrepasar los materiales de la base del Grupo La Vid, pertenecientes a la Unidad de Aralla.

3.3 LA UNIDAD DE ABELGAS

Las primeras estructuras que se forman en la Zona Cantábrica son grandes mantos de tipo Apalechense, que se caracterizan por su vergencia hacia el núcleo del Arco Artúrico, presentando la superficie cabalgante subparalela en su mayor parte a la estratificación del alóctono, y que presentan en su base a la Fm. Láncara, con un despegue generalizado en el muro de dicha formación carbonatada. Se caracterizan también estos mantos por una compartimentación de su interior mediante diversos tipos de estructuras, las más notables entre ellas son escamas con carácterisiticas similares al frente principal del manto (De SITTER 1959; JULIVERT 1971; BASTIDA y otros 1979; PULGAR y otros 1983), pero con menor desarrollo, cuyas superficies de fractura convergen en profundidad hacia la superficie general de despegue.

El presente trabajo está ubicado en una de las escamas interiores que compartimentan el Manto de Correcilla, en concreto, a la situada más al S y por tanto la más próxima al Antiforme del Nancea y ha sido denominada Unidad de Abelgas (PÉREZ-ESTAÚN 1971)

Según es visible en las reconstrucciones balanceadas, siguiendo el trazado en profundidad de la superficie cabalgante principal, se deduce que se encuentra plegada, producto de un apretamiento posterior al emplazamiento de toda la unidad alóctona.

LA SUPERFICIE PRINCIPAL DE CABALGAMIENTO.- Deducible directamente de la cartografía es el hecho de que no se trata de una superficie simple como ocurre en el Manto de Somiedo con las escamas de Cores y Villar de Vildas (HEREDIA 1983), sino que por el contrario su trazado se encuentra jalonado de pequeñas escamas imbricadas que nacen de la superficie principal. Resultan visibles tres de estas escamas, denominadas Escama de Lago, Escama de Mata y Escama de Peña Mala, nombradas de O a E, o lo que es lo mismo de abajo a arriba respecto a la superficie principal.

ESCAMA DE LAGO. Es esta la escama más occidental de todas y llega a afectar a las formaciones cámbricas y ordovícicas presentando su superficie de fractura características de falla lístrica (reverse listric fault de McKLAY 1981), es decir, se trata de una falla curvada, cóncava hacia arriba cuya pendiente puede ser dividida en tres sectores, siendo el superior el más inclinado, disminuye dicha inclinación hasta su parte más inferior en que se hace la falla subparalela a la estratificación, pudiendo incluso no tener desplazamiento aparente como falla inversa en esa zona. En el presente caso este hecho se comprueba por el pequeño desplazamiento que sufren las calizas de la Fm. Láncara que ocupan la base de la falla. Sin embargo al atravesar las cuarcitas de la Fm. Barrios la superficie de fractura está ya muy inclinada, pudiendo confundirse sus efectos con los de una falla transversal posterior. Al llegar a las pizarras de la Fm. Formigoso la falla desaparece quedando su desplazamiento absorbido por una serie de pliegues que afectan a estas pizarras de características tremendamente dúctiles, formando un anticlinal y un sinclinal mayores, de importancia cartográfica, en la formación competente inmediatamente superior (Fm. San Pedro) que se extiende también a las rocas carbonatadas del Grupo La Vid. Todo ello se observa en el corte 1-1´. La extensión cartográfica no es muy importante dado que si bien la posición que de existir ocuparía su superficie cabalgante, no es directamente observable, sus efecto sí lo son y estos no se observan hacia el Este, desapareciendo el Anticlinal y el Siclinal del Lago como se puede ver en los cortes 3-3´y siguientes.

ESCAMA DE MATA.-

Situada por encima y más hacia el Este que la anterior, tiene sus mismas características principales si bien parece tener una mayor extensión cartográfica. Su importancia en cuanto a acortamiento es incluso

10
11

menor que la del Lago, como se demuestra por el pequeño efecto producido en las Fms. San Pedro y Formigoso, tratándose en este caso de la formación de pliegues muy poco desarrollados. Asimismo la superficie de fractura corta con un ángulo ligeramente menor a las cuarcítas ordovícicas de la Fm. Barrios. Su extensión lateral es también escasa hacia el Este, aunque existe la posibilidad de que hacia Occidente estuviera más desarrollada, pero esto no es observable dada la inclinación general hacia Oriente de los pliegues mayores.

Sus efectos pueden verse en le corte 3-3´.

ESCAMA DE PEÑA MALA.-

Esta escama no presenta en su base a las calizas cámbricas debido al ascenso general de la superficie principal del cabalgamiento en la serie estratigráfica del alóctono. Su importancia tectónica es considerablemente mayor que la anterior como se deduce del hecho de que la Fm. Oville llegue a superponerse a las pizarras silúricas. La disposición de los materiales del alóctono respecto a la superficie cabalgante varía ligeramente de Occidente a Oriente puesto que en la zona más al Oeste, y al igual que en las escamas ya mencionadas, la fractura va cortando limpiamente la estratificación sin generar estructuras asociadas; sin embargo en el sector de la Central Eléctrica de Abelgas los materiales alóctonos muestran una cabeza anticlinal según se puede ver en la Fig. 5. Respecto a los materiales del autóctono relativo, las relaciones son diferentes con relación a las otras escamas, puesto que el de ésta se encuentra plegado formando una gran cabeza anticlinal, con algunos pliegues menores. Afectada por una falla transversal esta escama desaparece hacia el E, pero su presencia en profundidad se evidencia por la existencia de un fuerte anticlinal que afecta a todos los materiales silúricos y devónicos (con excepción de los superiores a la Fm. Sta. Lucía, no visibles en el área) y que tiene una gran extensión lateral, esta estructura corresponde por tanto a un cabalgamiento ciego (blind thrust, McKLAY 1981) que se corresponde a un cabalgamiento que no llega a cortar la superficie topográfica pero que su presencia es evidenciada por acortamientos en los materiales suprayacentes mediante la formación de pliegues. En la zona estudiada estos pliegues corresponden siempre a anticlinales de geometría concéntrica para las formaciones más competentes, normalmente San Pedro y Sta. Lucía. Por tanto, en este caso los pliegues anticlinales y las superficies de cabalgamiento se originan en relación al mismo proceso de despegue que a la vez forma fracturas en los niveles inferiores y pliegues en los superiores, aunque hay que notar que la geometría actual de estas estructuras es el resultado del reapretamiento de toda la Unidad, que verticaliza las superficies de fractura y amplifica notablemente los pliegues existentes.

EL CABLGAMIENTO CIEGO DEL CORRALÍN.-

En el alto del Corralín en las inmediaciones del Embalse de los Barrios, existe un pliegue anticlinal notable, que afecta al grupo La Vid en sus términos superiores y a la totalidad de la Fm. Sta. Lucía. Se diferencia este anticlinal de todos los demás existentes en el área afectando a estos niveles estratigráficos, en la existencia de un flanco N perfectamente desarrollado. Tampoco su núcleo está afectado por ninguna fractura, como es lo normal en la zona. Asimismo este pliegue es correlacionable al otro lado del Embalse de Barrios de Luna con el pliegue anticlinal que afecta a los materiales devónicos y carboníferos a partir de la Fm. Huergas inmediatamente al N del Sinclinal del Pedroso (según la cartografía de ÁLVAREZ-MARRÓN op. cit.).

Debe responder, sin duda, esta estructura a un cabalgamiento ciego similar al descrito anteriormente pero cuya superficie cabalgante se encuentra situada en una posición más inferior respecto (corte 5-5´y Fig. 6). Siendo su cartografía aca la de Peña Mala tual efecto de fallas inversas y desgarres posteriores.

EL CABLGAMIENTO FRONTAL.-

Ocupa toda la zona cabalgante del frente de la Unidad de Abelgas.

En el límite occidental está ocupado por las calizas cámbricas de la Fm. Láncara hasta la zona de la Escama de Peña Mala donde asciende en la serie de una manera progresiva hasta el límite de la zona estudiada con el embalse de los Barrios, donde el alóctono viene acompañado por la formación de su anticlinal asociado visible en toda al zona, tal como se pone de manifiesto en los cortes realizados.

Según se deduce de la restauración idealizada, la superposición tectónica de la Unidad de Abelgas sobre la de Aralla alcanza un valor ligeramente superior a los 3 Kms.

12

LAS CUÑAS TECTÓNICAS

La zona de raiz no llega a verse debido a los accidentes tectónicos posteriores, pero es fácilmente deducible una horizontalización general del trazado en la Fm. Láncara, como es posible apreciar, en sus comienzos, en la zona del Alto de la Cañada (Fig. 10), donde puede observarse la zona en que se forma el ascenso de la Unidad de Abelgas sobre la Unidad de Aralla. Como se puede apreciar, la Fm. Láncara hacia el S no se encuentra cabalgando sino simplemente despegada por encima de las areniscas de la Fm. Herrería y esto ocurre también en todos los afloramientos de la Fm. Láncara al Sur de la Falla de Villablino y en el sector de los Barrios de Luna.

Aunque la tectónica de desgarre impide conocer con exactitud la geometría de los trazados de esta formación y conocer el punto exacto en que la superficie cabalgante, que presumiblemente asciende desde el Precámbrico, produce el despegue de la Fm. Láncara sobre la Fm. Herrería, este punto puede estimarse aproximadamente, ya que las reconstrucciones idealizadas muestran una zona plana de la Fm. Láncara, por detrás de la cual los materiales están plegados buzando en general hacia el N y conforman por tanto una estructura sinclinal muy abierta.

Existen en la zona estructuras, al igual que en toda la zona de Somiedo y Correcilla fallas inversas que forman un pequeño ángulo con la estratificación y presentan generalmente un desplazamiento de orden hectométrico. Se circunscriben estas estructuras a las formaciones calcáreas competentes de Sta. Lucía y Portilla, teniendo por tanto un carácter intraformacional y siendo absorbido su acortamiento por las formaciones pizarrosas situadas a techo y muro de las calizas.

Pueden verse estas cuñas en diferentes lugares de la Unidad (Fig. 2). También es posible que algunas de estas cuñas hayan sido aprovechadas por las fallas inversas para dirigir su trazado en cuyo caso actualmente las cuñas aparecen con gran desplazamiento. Tal podría ocurrir con la Falla Inversa de Valverde en la zona del Cuartero donde presenta un trazado complicado.

Llama la atención el hecho de que aparentemente existan dos cuñas próximas afectando a la Fm.

13

Portilla en la zona de Sierra Blanca con inclinaciones contrarias de la superficie cabalgante. Esto se debe sin duda al cabeceo muy fuerte que sufre el eje del sinclinal de Sierra Blanca probablemente debido a los efectos de los movimientos de desgarre que produce al reaparición de la charnela sinclinal más hacia le Este.

Las cuñas se forman al mismo tiempo que se producen los despegues en la Fm. Láncara y se forman sus escamas asociadas, como lo demuestra el hecho de no cortar nunca pliegues y encontrarse, en cambio, totalmente plegadas.

LAS FALLAS INVERSAS.-

Como ya se mencionó anteriormente, existe en la zona una amplia gama de fallas inversas que afectan a estructuras tectónicas preexistentes. Sin embargo pocas cosas más tienen en común puesto que su emplazamiento se distribuye en un lapso de tiempo prolongado que va desde inmediatamente después de producirse la superposición tectónica de la Unidad de Abelgas sobre la de Aralla hasta los últimos episodios del reapretamiento de toda al Unidad.

De tal manera que las más tempranas aparecen plegadas claramente dibujando siempre sinclinales como corresponde a su situación en el interior de la Unidad de Abelgas que constituye a su vez un gran sinclinal. Por el contrario, las más tardías cortan claramente a las primeras aunque su trazado evidencia unas ligeras flexiones resultado de haber sido afectadas por los últimos episodios del reapretamiento.

Para su análisis es necesario tener en cuenta las dos reconstrucciones idealizadas que se han realizado así como la restauración parcial de una de ellas.

Solamente una de las fallas inversas está presente en casi toda la zona por lo que su análisis es fundamental:

LA FALLA INVERSA DE VALVERDE.-

Se trata de una falla inversa de muy bajo ángulo con una geometría complicada. Su trazado cartográfico no presenta problemas en la mitad Noroccidental de la zona. Aparece esta falla en la zona de la Sierra de la Cañada afectando a la Fm. Oville y a las cuarcitas ordovícicas, siendo plegada y ascendiendo en la serie tanto del alóctono como del autóctono. Cuando afecta al Grupo La Vid, de un trazado único, se pasa a tener 4 superficies imbricadas que cortan pliegues preexistentes que podrían relacionarse con la deformación que produce la Escama del Lago en los materiales de la Fm. San Pedro y del Grupo La Vid.

Solamente una de las cuatro imbricaciones asciende en la serie suficientemente como para llegar a las calizas de la Fm. Sta. Lucía, aprovechando seguramente una cuña tectónica preexistente. A partir de este punto hacia el Este, su trazado se complica extraordinariamente puesto que su superficie es aprovechada por los movimientos de desgarre.

Además, y como se deduce de las reconstrucciones idealizadas, sus características varían de Oriente a Occidente notablemente, ya que hacia Oriente la falla al llegar a los niveles más altos se imbrica en dos grandes fallas inversas con desplazamientos importantes de cada una de ellas (Figs. 3 y 6), prolongándose después hacia el este, fuera de la zona.

Según se pone de manifiesto en la restauración idealizada, su geometría varía al cortar sucesivamente los materiales más altos, pues si bien en su parte posterior está la falla muy tendida con un ángulo en torno a los 6º respecto a la horizontal, hacia el frente sufre una inflexión que aumenta considerablemente el ángulo hasta llegar a un valor próximo a los 55º. Este cambio se debe a que la falla corta una estructura sinclinal

14

previa que aunque muy suave, hace que no sea igual el ángulo con el que corta a la estratificación en un flanco y en el otro. Además este tipo de fallas suele verticalizarse cuanto más se aproxima a la superficie (BOYER & ELLIOT 1982). También sufre pequeños cambios de inclinación al atravesar formaciones competentes o incompetentes, pero la principal causa del cambio brusco que sufre en la inclinación se debe sin duda al hecho de que corta los dos flancos de un sinclinal preexistente.

La prolongación de esta falla en niveles estratigráficos inferiores a partir del punto en que desaparece contra la Falla de Villablino en la zona de la Vega de la Muñeca es solamente posible teniendo en cuenta la correlación realizada entre todas las estructuras existentes en el interior de la Unidad de Abelgas (Fig. 3). Así que es posible correlacionar la Falla de Valverde con el accidente tectónico que pone en contacto a materiales del techo de la Fm. Herrería cabalgando sobre las pizarras de la base de la Fm. Oville, inmediatamente al Sur de la Falla de Villablino en la zona de los Barrios de Luna. Este afloramiento reviste gran importancia puesto que permite definir claramente una Falla Inversa de muy bajo ángulo en oposición a una Escama con despegues. Su posición verticalizada en el flanco Norte del Antiforme del Nancea permite establecer claramente su plegamiento y relacionarla probablemente con alguna de las Fallas Inversas que afectan al Precámbrico y a la Fm. Herrería en el área de la Ventana Tectónica de Villabandín.

Así pues es posible caracterizar ya la existencia de una Falla Inversa que se emplaza después de iniciada la formación de un gran sinclinal que afecta a toda la Unidad, ya despegada y cabalgante sobre la Unidad de Aralla. Una Falla Inversa que probablemente involucra al Precámbrico y afecta a toda la Serie Paleozóica con un ángulo mucho mayor cuando afecta al otro flanco. Una falla Inversa cuyas características varían ligeramente de Occidente a Oriente y que es posteriormente afectada por los otros episodios tectónicos posteriores.

Sus características la hacen asimilable al “Cabalgamiento de los Cuartos” descrito por HEREDIA (1983) para la zona de Somiedo, sin embargo en nuestra zona el acortamiento producido es mucho menor que en el ejemplo citado pudiendo cifrarse en torno a los 1 500 m.

LAS FALLAS INVERSAS DE CORREA Y DEL CUARTERO

En las zonas de Campejoste, en el centro aproximado de la zona estudiada, así como de Peña Blanca al Oeste y en toda la base de la Sierra Blanca (hacia el Este) hasta llegar al pueblo de Mallo y perderse en el Embalse, existen unos accidentes tectónicos que afectan desde el término pizarroso del Grupo La Vid hasta el Devónico Superior. Estos accidentes se encuentran claramente plegados y a su vez afectan y cortan a pliegues ya ligeramente formados por lo que pueden atribuirse a estructura la Falla Inversa de Valverde. Sin embargo, poco más se puede decir de su evolución en profundidad dados sus afloramientos casi totalmente discontinuos y en cualquier caso circunscritos a las formaciones devónicas. El accidente situado más al N lo hemos denominado Falla Inversa de Correa y aparece desgajado por una falla de desgarre en la zona de Peña Blanca y reaparece al Sur de Abelgas continuando por la ladera S de Sierra Blanca hasta llegar a Mallo y reapareciendo al otro lado del Embalse en la zona intermedia entre el Arroyo del Villar y Mirantes de Luna.

La relación entre uno y otro afloramiento puede hacerse en virtud de las características que presentan las relaciones entre las fallas y las estratificaciones al Sur de Abelgas (Fig. 7). Donde se aprecia que la Falla de Correa no aparece y es cortada por otra falla posterior, cortando por tanto un sinclinal que en esta zona está evidenciado por la Formación Huergas y en Peña Blanca es dibujado por la Fm. Sta. Lucía.

Todo su autóctono relativo está formado por un anticlinal y un sinclinal cortado por la falla; esto puede verse claramente en la zona de Peña Blanca, en la parte Occidental, así como un poco al Oeste de Mallo de Luna, y también al otro lado del Embalse.

Las relaciones de la Falla con su alóctono son variables a lo largo de su trazado, pues si bien en la zona oriental existe un pequeño anticlinal afectando a la Fm. Sta. Lucía, y que muestra un flanco N apenas desarrollado, este anticlinal (que recibe el nombre de Anticlinal de Mallo) desaparece lateralmente hacia el Oeste.

Esta Falla de Correa, aparece al Este del Pantano en el flanco Sur del Sinclinal de Alba afectando a las Fms. Formigoso y San Pedro y al Grupo La Vid, lo que parece indicar una evolución en profundidad también similar a la de la Falla Inversa de Valverde.

15

La Falla Inversa del Cuartero se pone de manifiesto por la existencia de un klippe existente en la zona de Campejoste, así como por su presencia en el labio Sur de algunos sinclinales en la misma zona. Esta Falla aparece en el otro margen del pantano, donde puede ser seguida en un pequeño afloramiento situado en la carretera que bordea el Embalse. También aparece intermitentemente (debido a su tectonización posterior) en ambos flancos del Sinclinal de Alba, pero siempre afectando a materiales superiores al término pizarroso del Grupo La Vid (inclusive), por lo que de su evolución en profundidad no tenemos ningún dato, pudiendo bien unirse a la Falla Inversa de Correa o bien seguir individualizada. Al igual que las otras Fallas Inversas, varía considerablemente sus características de una parte a otra de la zona estudiada, ya que si hacia el Oeste la Caliza de Sta. Lucía no llega a superponerse a las Calizas de Portilla, hacia el Este en el flanco N del Sinclinal de Alba (fuera de la zona estudiada) la Caliza de Sta. Lucía llega a cabalgar al Devónico Superior. Su aparición en la zona del embalse es muy difícil de precisar debido fundamentalmente al recubrimiento cuaternario y a la tectónica de desgarre. Pero, si su aparición ha podido ser fijada en los dos flancos del Sinclinal de Alba así como en la carretera, parece lógico que su trazado discurra más o menos complicadamente por el Valle ocupado por el embalse hasta unirse con la Falla de Desgarre de Mallo.

De la manera en que las fallas descritas cortan a las estructuras preexistentes parece deducirse que existe una secuencia en su formación aunque constituyendo un proceso contínuo. Desde luego la Falla Inversa de Valverde afecta claramente a pliegues algo menos amplificados que los que cortan las otras dos Fallas

16

(Correa y el Cuartero), por lo que debe ser ligeramente anterior Al estar las tres Fallas Inversas ya descritas plegadas, compartimentan el interior de la Unidad de Abelgas en tres subunidades superpuestas y correlacionables a un lado y otro del Embalse (Fig. 8).

Parece evidente, dada la cartografía de la Falla Inversa de Valverde al Sur y Oeste de los Barrios de Luna, que estas Fallas involucran al Precámbrico. A este respecto PÉREZ-ESTAÚN (1971) puso de manifiesto en la zona de Villabandín la existencia de varias cuñas plegadas que podrían relacionarse con las Fallas Inversas descritas o tanto con dichas fallas como con el despegue general de la Fm. Láncara, que da lugar a la existencia de la Unidad de Abelgas. Dados los diferentes juegos que ha sufrido la Falla de Villablino, que impiden por una parte la existencia de afloramientos continuados y por otro una correlación directa. Así que las tres Fallas Inversas descritas pueden mantenerse individualizadas hasta el Precámbrico o bien evolucionar en profundidad hasta unirse en una sola de las cuñas precámbricas citadas.

Estas estructuras fueron puestas de manifiesto en la margen izquierda del Embalse por ÁLVAREZMARRÓN (1984) aunque la falta de datos sobre su evolución en profundidad hizo que se consideraran como Escama, producto de un Despegue en la Fm. Láncara.

LAS FALLAS INVERSAS MÁS TARDÍAS

En la zona estudiada se puede observar claramente una falla verticalizada que eleva su labio Sur, se trata de la denominada Falla de Lamoso. De su evolución lateral, se deduce que está ligeramente plegada, puesto que si bien en casi todo su trazado es vertical, hacia el Oeste entre la Peña Piquera y el Alto de las Lagunas buza claramente al Sur. Esta falla tiene su trazado interrumpido por movimientos de desgarre que hacia el Oeste pasan a ocupar su superficie. Análogamente su trazado se complica hacia el Este en la zona del Embalse donde removiliza durante cierto espacio a la Falla Inversa del Cuartero e incluso parece invertirse (formando parte de la Falla de Piedrasecha) según ÁLVAREZ-MARRÓN (1984).

Asimismo el klippe del Cuartero se halla afectado por otra falla inversa, que desplazada por fallas transversales tiene su continuidad hacia el Este a lo largo del Arroyo del Cuartero (ver Corte Nº 4). Es posible que previamente a los movimientos de desgarre, esta Falla ocupara una posición similar a la de la Falla de Mallo. La hemos denominado “Falla de Bostariegos”. Su geometría completa es imposible de establecer actualmente debido a los desgarres citados, pero debe de ser similar a la de Lamoso a la que podría llegar a unirse en profundidad, (esto es imposible de precisar para toda la zona).

17
18

Estas fallas tienen probablemente un origen similar a las ya descritas pero es fácil ver que se emplazaron mucho más tarde, cuando el reapretamiento de la unidad estaba casi completo, puesto que cortan netamente los flancos verticalizados de los pliegues, la zona de charnela e incluso las fallas inversas (tempranas) ya descritas. En ocasiones el trazado de estas fallas más tardías sigue al de estructuras previas, tales como las Fallas Inversas anteriores (F. I. de Valverde; F. I: de Correa y la F. I. del Cuartero).

También la Falla de Villablino, en parte de su actual trazado, puede tratarse de una falla similar a las descritas. Si bien es cierto que los movimientos más tardíos impiden asegurarlo con exactitud. Esta Falla hacia el Oeste, fuera de la zona estudiada, posee un importante movimiento vertical que afecta a materiales del Estefaniense, al igual que en la zona de Barrios de Luna (Fig. 9), donde parece deducirse una clara elevación del bloque Sur, por otra parte todas las fallas de desgarre convergen lateralmente hacia ella, por lo que a lo largo de su superficie se producen importantes juegos levógiros, sobre todo en la mitad occidental de la zona estudiada. En cualquier caso se trata de un accidente complejo con varios juegos superpuestos.

PLIEGUES. La Unidad de Abelgas está constituida por un gran sinformal (véase la geometría de la Fm. Láncara en las reconstruciones idealizadas), cuyo núcleo contiene gran cantidad de pliegues distribuidos por toda el área con un trazado predominantemente E-O, aunque algunos se apartan ligeramente de esta

19

dirección. Entre estos últimos las direcciones axiales más frecuentes e importantes muestran un trazado NOSE, manteniéndose por tanto paralelas en sentido amplio a los trazados cartográficos de los frentes de las Escamas y de las Fallas Inversas más Tempranas. En los pliegues predomina la vergencia Sur, aunque algunos poseen un plano axial prácticamente vertical. Sus ejes normalmente se inclinan hacia el Este con un ángulo en general pequeño (en torno a los 25º). Pero, en muchos casos los ejes sufren cambios en su buzamiento, inclinándose entonces hacia el Oeste, sobre todo en la mitad oriental del la zona estudiada.

Como corresponde a una zona estructural externa de un erógeno, los pliegues que se forman, aún dependiendo de la litología y de otras condiciones particulares, presentan una morfología concéntrica de forma generalizada, para las formaciones más competentes (Barrios, San Pedro, Sta. Lucía).

LA ZONA PLEGADA DEL FRENTE DE LA UNIDAD DE ABELGAS.-

A partir de la individualización de la Escama de Peña Mala se producen tanto en su alóctono como en su autóctono relativo una serie de pliegues que se continúan hacia le Este, fuera del área de este trabajo.

A nivel de las formaciones de San Pedro y suprayacentes, existen dos anticlinales y un sinclinal intermedio, que supone la resolución, en estas formaciones más altas, del acortamiento que produce la superficie de cabalgamiento a nivel de la Cuarcita de Barrios y formaciones infrayacentes. Estos pliegues son visibles en la zona NE de la Unidad, y se trata de un anticlinal y un sinclinal, que presentan la misma apariencia cartográfica, se trata en ambos casos de pliegues concéntricos con los núcleos internos bastante agudos (localmente 7º de ángulo entre flancos en el contacto entre las Fms. Formigoso y San Pedro, para el anticlinal situado más al Sur) y zonas externas de las charnelas mucho más abiertas (92º para el mismo pliegue en los niveles altos de San Pedro).

Su eje varía algo, pero se sitúa en torno a los 15-20º de buzamiento hacia el Este y su plano axial es ligeramente vergente al Sur. El anticlinal situado más al Norte posee un flanco, el Norte, apenas desarrollado, esto se debe (ver restauración idealizada) a la mayor longitud que tiene al Fm. San Pedro respecto a la Fm. Barrios, por estar aquella más alta en la serie estratigráfica y ser cortada por la rampa frontal de la Unidad en una posición más adelantada (hacia el Norte o Frente de Avance de la Unidad). Como se observa en la reconstrucción idealizada, estos pliegues se encuentran ya insinuados cuando se termina de emplazar la Unidad de Abelgas sobre la de Aralla (en concreto, el anticlinal más al Sur es posteriormente cortado por la Falla Inversa de Valverde, como ya se explicó) y son posteriormente amplificados en un periodo de reapretamiento.

Hacia el Oeste, dicho conjunto de pliegues se transforma en dos estructuras anticlinales separadas por el cabalgamiento de la Escama de Peña Mala (Fig. 5). Una de estas zonas anticlinales aflora separadamente en la zona de El Cotón; se trata de un pliegue con un grado de cilindricidad no muy desarrollado, aunque las fallas posteriores remueven ligeramente las capas dificultando su análisis geométrico.

En la zona de los Cáscaros, el anticlinal existente es algo más complicado, presentando varios pliegues menores, dos pequeños anticlinales y un sinclinal intermedio. Su conjunto es equivalente al anticlinal de la zona del Monte Cotón ya descrito. De la observación de la cartografía pueden deducirse importantes cabeceos en los ejes de estos pliegues, que son los responsables de la aparición de la Cuarcita Ordovícica en la zona de El Cotó.

Otro pliegue relacionado con las Escamas es el Anticlinal de Corralines. Es éste un anticlinal afectando a la Fm. Sta. Lucía, también con el núcleo más cerrado que la charnela, con un flanco N bastante más conservado que los anticlinales próximos a él. El cabeceo del eje de este pliegue es muy acusado, aunque en ello debe influir el efecto de las fallas posteriores a su amplificación y que lo rodean. Como ya se mencionó anteriormente puede ser interpretado este pliegue perfectamente como producido en los niveles estratigráficos superiores de la serie paleozóica por un “Blind Thrust” que llegaría a afectar al igual que en las otras Escamas de la Unidad a la Cuarcita Ordovícica. Su continuación en las formaciones superiores puede verse al otro lado del Embalse, en un pliegue anticlinal muy cerrado que ocupa el flanco N del Sinclinal del Pedroso (ÁLVAREZ_MARRÓN op. cit.).

Relacionadas con la Escama del Lago, se encuentran un par anticlinal-sinclinal que afectan al contacto entre las formaciones Formigoso-San Pedro y formaciones suprayacentes. La posición de los ejes es bastante anómala inclinándose hacia el SO, debiéndose esto al reapretamiento posterior de toda la escama, que en su

20

posición actual se encuentra invertida.

EL SINCLINAL DE LA CAÑADA

La terminación occidental de la Unidad de Abelgas corresponde a una estructura (Fig. 10) sinclinal muy abierta, ligeramente vergente al Sur (Sinclinal de la Cañada) y con el eje buzando levemente hacia el este. Su fondo es muy redondeado. En su núcleo a nivel de la Fm. San Pedro, existen dos sinclinales relacionados por una falla inversa plegada también en sinformal. Esto demuestra (ver la restauración idealizada) que la falla afecta a un sinformal ya formado y que después al reapretarse se forman dos sinclinales, uno en cada labio de la falla inversa.

En el sinclinal del autóctono relativo se van amortiguando hacia arriba los términos superiores de la serie y también lateralmente, debido al cambio del carácter de la falla inversa (Falla Inversa de Valverde). Sin embargo el sinclinal del alóctono se mantiene lateralmente en toda al unidad, aunque su estructura se modifica en esa dirección.

A nivel de la Fm. Sta. Lucía este sinclinal evoluciona formando una estructura similar a una “W”, con dos sinclinales separados por un anticlinal. Se trata de pliegues claramente vergentes al S con núcleos externos redondeados como corresponde en morfologías concéntricas. El sinclinal y anticlinal situados más al N reciben el nombre de la Vouga, su formación se debe a dos causas principales, por una parte la existencia de dos cuñas principales, por una parte, la existencia de dos cuñas intraformacionales que duplican el espesor de Sta. Lucía. Por otra parte al formarse la Falla Inversa de Valverde se constituye una cabeza anticlinal a nivel de San Pedro, que al reapretarse, formando las fallas imbricadas de la zona de Penouta, produce un acortamiento que no existe por debajo de la Falla Inversa y que es el que compensan los pliegues de la Vouga (ver reconstrucciones idealizadas).

Hacia el Este, la Falla de Valverde presenta dos superficies imbricadas, la situada más al Sur ocupa una posición similar a la del Anticlinal de la Vouga. Al reapretarse la Unidad esta falla se verticaliza y produce la formación de una cabeza anticlinal que no estaba formada previamente (Anticlinal del Pico La Cruz).

El otro sinclinal de la Fm. Sta. Lucía, recibe el nombre de Sinclinal de Valverde y presenta características similares al de La Vouga, pero con mayor desarrollo, pudiendo ser observado hacia el E en la zona de Sierra Blanca donde se manifiesta por la Fm. Portilla y el Devónico Superior, no apareciendo, sin embargo, al otro lado del Embalse debido a las fallas de desgarre, pero que en cualquier caso ocuparía una posición intermedia entre los sinclinales de Alba y El Pedroso.

El Sinclinal de Valverde está cortado en su flanco Sur por una falla inversa (Falla Inversa de Correa), plegada también en sinclinal, estando plegados asimismo los materiales del alóctono en otro sinclinal (cuyo plano axial está situado más al Sur que el sinclinal del autóctono relativo), y que puede ser observado en el

21

Arroyo del Cuartero, desapareciendo más hacia el E debido a las Fallas posteriores. También su flanco Sur se encuentra afectado por otra falla inversa (Falla del Cuartero) ligeramente plegada en dos sinclinales y un anticlinal intermedio poco desarrollado en la zona central, dibujando en conjunto un sinforme de flancos verticalizados, que lateralmente hacia el O forman el Sinclinal de Alba (ya en la margen izquierda del Embalse).

La Falla Inversa de Correa tiene en su alóctono hacia el E a nivel de la Fm. Sta. Lucía una cabeza anticlinal similar a la del Pico La Cruz, que puede verse reconstruyendo la geología de Embalse (Anticlinal de Mallo).

EL SINCLINAL DE ABELGAS

La Unidad de Abelgas en el momento de su empalzamiento alóctono muestra ya una estructura anticlinal (más o menos complicada por las Escamas de Mata, Peña Mala, El Lago y Corralín y sus pliegues asociados) en su parte frontal. Estructura anticlinal relacionada por tanto con la zona de rampa del cabalgamiento frontal. En su parte trasera dibuja un sinclinal muy abierto cuyo flanco Sur muestra la Fm. Láncara sobre la Fm. Herrería y por tanto es en su fondo donde produce el despegue de la primera de las formaciones citadas (Fig. 10).

Dicha estructura sinclinal corresponde al Sinclinal de Abelgas. Su estructura actual es compleja debido a diversos factores:

-En primer lugar, la implantación de las Fallas Inversas de muy bajo ángulo, que corta esta estructura sinclinal produciendo al reapretarse un sinclinal en cada alóctono y otro en cada autóctono relativo. El plano axial del sinclinal alóctono resulta ligeramente desplazado hacia el Sur respecto a los de su autóctono relativo, todo ello producto del reapretamiento general de capas con diferente inclinaciones.

-Además en las zonas frontales de las rampas inversas, a pesar de no haber previamente ninguna estructura anticlinal (excepto el Anticlinal del Corralón, del que ya se habló), se producen cabezas anticlinales con un flanco N, muy poco desarrollado.

En consecuencia, por debajo de las formaciones silúricas y devónicas, las capas dibujan una sola estructura sinclinal, el Sinclinal de Abelgas, cuyo núcleo es ocupado por cuatro sinclinales menores que de S a N se denominan Cuartero, Correa, Valverde-Sierra Blanca y La Vouga, equivalentes el primero y el último respectivamente a los de Alba y El Pedroso sitos esto últimos al otro lado del Embalse. Complicándose aún más en la mitad Este de la Unidad por la aparición en las zonas frontales de las Fallas Inversas plegadas en cabezas anticlinales.

LAS FALLAS DE DESGARRE

Como se ha indicado a lo largo de todo el trabajo, la mitad suroriental de la zona se encuentra afectada por numerosos movimientos de desgarre que complican grandemente la estructura de la zona.

Parece lógico en principio pensar que una zona que presenta gran número de fallas de uno u otro tipo verticalizadas debido al reapretamiento general de la Unidad, cuando es sometida a esfuerzos que producen movimientos de desgarre, estos tenderán a aprovechar estructuras preexistentes antes que a formar nuevas fracturas y puede esperarse entonces que sean todas las fallas verticalizadas preexistentes las que participen en el desplazamiento conjunto de la zona en mayor o menor medida.

Si a lo anterior unimos el hecho probado anteriormente de la diferente continuidad lateral de las Escamas y las Fallas Inversas de bajo ángulo y también el hecho del plegamiento de estas fracturas que hace que sólo estén verticalizadas en una parte de su estructura, llegamos a la conclusión de que los movimientos de desgarre tenderán a aprovechar las fallas preexistentes en su porción verticalizada y se producirán fallas secundarias que tienen como misión enlazar una falla verticalizada con otra próxima a ella cuando el relevo se haga necesario por alguno de los motivos expuestos.

Esto ocurre en la zona estudiada donde estas fallas presentan un trazado general E-O y un estudio detenido de las relaciones entre las estructuras preexistentes a los movimientos de desgarre permite diferenciar algunas superficies que tienen un componente principal de desgarre; esto se muestra en la Fig. 11 y se ve claramente como existen dos zonas de desgarre principales que están unidas por numerosos “spalys” (o fallas

22

secundarias que las interconectan).

Estas dos zonas principales se corresponden con la Falla denominada Sabero-Gordon Line (De SITTER 1962) como se demuestra en su prolongación hacia el Este (ÁLVAREZ-MARRÓN, op. cit.).

El carácter general del desgarre es claramente levógiro como se demuestra por el desplazamiento de las Fallas Inversas de Correa y de Lamoso; asimismo es notable la inflexión producida en la Falla de Villablino en la zona de la Ermita de La Canal, incluso esta falla llega a estar también ligeramente desplazada en la zona de Campolamoso. Más hacia el NO, la propia Falla de Villablino es aprovechada para absorber el movimiento de desgarre.

Las dos superficies principales de desgarre reciben las denominaciones de Falla de la Güeriza y Falla de Mallo, para las situadas al Norte y al Sur, respectivamente.

La existencia de relevos en estas fallas parece clara, dado que se evidencian en su trazado. Así la Falla de la Güeriza, aprovecha la falla de Villablino, y hacia el Este va aprovechando sucesivamente la Falla de Lamoso y después la parte verticalizada de la Falla de Valverde en su rama imbricada situada más al N. Sin embargo, en la zona del Alto del Corralón pierde efectividad, que se recupera mediante una falla secundaria que corta por el Sur al Anticlinal del Pico La Cruz, uniéndose posteriormente en la zona del Embalse a la falla de Mallo.

Según se deduce de los cortes, esta falla gana importancia hacia el Este y la va perdiendo hacia el Oeste, aunque es posible que solamente se trate de un efecto local, ya que su trazado en el área de Villabandín no está claro. La Falla de Mallo parece ocupar durante parte de su trazado una falla inversas tardía, en concreto la de Bostariegos, sin embargo al E del Embalse, con su trazado duplicado, ocupa también el labio N del pliegue sinformal que dibuja la Falla Inversa del Cuartero (Cabalgamiento de Amargones, según al denominación de ÁLVAREZ-MARRÓN op.cit.).

La Falla de Mallo tiene un “splay” que la une con la Falla de Lamoso. Su extensión hacia el Este forma la Falla de Piedrasecha, que resulta por tanto una zona de Falla en la que se encuentran representadas las Fallas de Correa, del Cuartero, la Falla Inversa Tardía de Lamoso y los movimientos de desgarre, prolongándose hacia el SE hasta su desaparición bajo materiales postectónicos.

Los movimientos de desgarre son los principales responsables de la actual cartografía de la Unidad de Abelgas. Si comparamos al anchura que tiene la Unidad en su prolongación al E del embalse, con la que se aprecia en el sector de Abelgas, por ejemplo, queda clara una notable diferencia. A tal respecto, la Fig. 9, muestra claramente al elongación que han sufrido las subunidades internas de la Unidad de Abelgas y que producen su estrechamiento y disposición en dirección E-O.

Es muy probable que dado que las fallas de Desgarre son las últimas estructuras importantes y dada también su disposición respecto al Arco Artúrico, estas fallas deben relacionarse con el apretamiento de dicho arco.

DEFORMACIONES TARDÍAS

Se incluyen en este apartado una serie de fracturas generalizadas en toda la zona con direcciones variables, pero que oscilan en torno a la N-S con especial incidencia en las formaciones más frágiles, como las cuarcitas Ordovícicas. Destaca por su importancia una falla transversal en la zona de la Fuente de la Zorra, que corta toda la charnela del sinclinal de la Cañada. Sin embargo, el momento de aparición de estas fallas es difícil de determinar, pues muchas veces sus efectos son anteriores a los de las Fallas de Desgarre (Fig. 12), mientras que en otras ocasiones son claramente posteriores. En el primer caso presentan cierta importancia porque enmascaran considerablemente la estructura.

Existen también como se vio al tratar de los pliegues frecuentes cambios de inclinación en los ejes de estos. Siendo posible que alguno de estos cambios se deba a alguna flexión transversal pero solamente en la zona en que no existan desgarres puede determinarse algo al respecto. Como ejemplo en el alto de los Cáscaros existen unas ligerísimas flexiones N-S, que evidencian los buzamientos de la Cuarcita Ordovícica formando unos sinclinales y anticlinales muy abiertos que por ejemplo hacen aflorar al otro lado del Embalse una cabeza anticlinal de la Cuarcita de Barrios equivalente a la del alto de los Cáscaros (Anticlinal de Cotón) como ya se vio al tratar el capítulo de pliegues

23

4.- RELACIÓN ENTRE LA UNIDAD DE ABELGAS Y ZONAS PRÓXIMAS

Como se indicó anteriormente, la Unidad de Abelgas pertenece a la Región de Pliegues y Mantos dentro de la Zona Cantábrica, es pues interesante resaltar las diferencias y similitudes entre esta Unidad y otras similares con respecto a su posición estructural dentro de la Zona Cantábrica.

4.1. RELACIÓN CON LA MARGEN ORIENTAL DEL RÍO LUNA

Ya quedó convenientemente detallada la prolongación de muchas estructuras de la Unidad de Abelgas con el otro lado del Embalse, ya que aparte de los cambios progresivos que se dan en la morfología de algunas fallas y de sus pliegues asociados, la continuidad es perfecta. Como a un lado y a otro del Embalse las estructuras han recibido distinto nombre (ÁLVAREZ-MARRÓN op. cit.), se propone la siguiente equivalencia:

Falla Inversa del Cuartero- Cabalgamientode Amargones

Falla Inversa de Correa- Cabalgamientode Vega Cerrada

Falla Inversa de Valverde- Cabalgamientode Lamazo

Debiendo notarse que los Cabalgamientos de Beberino y Lamazo son dos estructuras imbricadas de la misma Falla Inversa.

Sinclinal de Vouga- Sinclinal del Pedroso

- Anticlinal de Mallo

}- Zona Anticlinal del Alto de Sañedo

- Sinclianl de Correa

- Sinclinal del Cuartero- Sinclinal de Alba

4.2.

RELACIÓN CON EL MANTO DE SOMIEDO

También se ha mencionado ya, refiriéndose a algunos aspectos concretos, la similitud del área estudiada con el Manto de Somiedo.

En concreto la similitud abarca el significado que tienen tanto la Falla Inversa de Valverde como el Cabalgamiento de los Cuartos (HEREDIA 1983), si bien éste último tiene un desplazamiento mucho mayor, aunque también es cierto que si bien el Cabalgamiento de los Cuartos es único en su zona, aquí existen al menos 3 Fallas Inversas previas al reapretamiento lo que en cierta medida puede compensar al diferencia en el acortamiento.

Asimismo en ambos lugares existen Fallas Inversas más tardías que llegan a afectar a pliegues ya importantemente amplificados, pero que también son afectados por los últimos episodios de reapretamiento, son las Fallas de Pico Río; Lago Bueno y Genestoso en Somiedo y las de Bostariegos, Lamoso y parte de la actual Falla de Villabino en la Unidad de Abelgas.

Las principales diferencias entre las dos zonas estriban en la falta de escamas secundarias en el Cabalgamiento Frontal de la Escama de Villar y la falta de movimiento de desgarre, por lo que al relación con

24

el Antiforme del Nancea es allí mucho más clara. Debido a la posición estructural respecto al Arco Artúrico, existen allí un tren de pliegues transversales al trazado del frente de los cabalgamientos que no existen en toda al Rama Sur de la Región de Pliegues y Mantos.

4.3. RELACIÓN CON EL ANTIFORME DEL NARCEA

El principal obstáculo para conocer estas relaciones lo constituye la Falla de Villablino, que se trata de un accidente complejo que probablemente era en su origen una Falla Inversa Tardía que después ha sido incorporada a los movimientos de desgarre, sobre todo en la Zona del Cerro de la Vidulina (N de Villabandín). En la zona del Embalse corta oblicuamente las formaciones con un juego vertical claro.

PÉREZ-ESTAÚN (1971), puso de manifiesto la existencia de varias fallas inversas plegadas afectando al precámbrico, pero al existir movimientos de desgarre es muy improbable una correlación directa entre estas fallas y las Fallas Inversas más tempranas de la Unidad de Abelgas, aunque desde luego es una posibilidad importante.

5.- CONCLUSIONES

Se presenta en este trabajo una nueva cartografía a escala 1: 25 000 de toda la Unidad de Abelgas hasta la Falla de Villablino, todo ello en el sector Oeste del Embalse de los Barrios de Luna y su correlación con la zona del Sinclinal de Alba.

Para el análisis geométrico de la Unidad de Abelgas se realizaron seis cortes transversales a las estructuras mayores, con dos reconstrucciones idealizadas de la estructura y una restauración parcial idealizada de una de ellas.

Todo ello válido para establecer una serie de conclusiones finales enumerables de la siguiente manera:

1)

La sucesión de episodios tectónicos es la siguiente:

Emplazamiento de la Unidad de Abelgas mediante su cabalgamiento frontal y a) desarrollo de sus escamas asociadas así como de las cuñas de las formaciones competentes. En relación con estos fenómenos, se producen una serie de pliegues aún sin amplificar que están condicionados por la geometría de la propia lámina.

Desarrollo de importantes Fallas Inversas de muy bajo ángulo que cortan las estructuras b) previas provocando un cambio en la geometría y por lo tanto en los pliegues ya formados. Estas fallas compartimentan la Unidad y esta compartimentación condiciona su geometría posterior. Estas estructuras llevan casi siempre asociadas cabezas anticlinales bastante abiertas en la zonas traseras.

25

Un periodo de apretamiento generalizado que provoca la amplificación de los c) pliegues ya formados. En algún momento dentro del periodo de apretamiento se producen unas fallas inversas que cortan los pliegues ya en estado avanzado de desarrollo, pero que también son afectadas por los últimos episodios de éste.

Un proceso de fracturación que produce fallas poco importantes transversales a las d) estructuras.

Otro importante proceso de fracturación que más que crear nuevas discontinuidades e) tectónicas aprovecha los ya existentes produciendo juegos de desgarre levógiros en toda al mitad Suroriental de la Unidad.

Se producen finalmente fallas transversales de muy pequeña importancia. Queda f) sin situar temporalmente algunas flexiones existentes transversales a los pliegues mayores, cuyo momento de formación es difícil de precisar siendo con bastante probabilidad anteriores a las fallas de desgarre pero posteriores a todo el proceso de amplificación de los pliegues mayores.

Deducimos de lo anterior que los pliegues se producen en dos etapas; la primera en 2) relación con el emplazamiento de toda la Unidad y el segundo con un episodio de reapretamiento de todo el área. No existiendo por lo tanto una fase de plegamiento “sensu estricto” como consecuencia no se prolongan los pliegues más allá de donde se prolongaran las fallas que los producen bien sean Escamas imbricadas o Fallas Inversas.

La estructura general de la zona está condicionada por la geometría de la Lámina 3) Alóctona en el momento final de su emplazamiento y sobre todo por su compartimentación debido a las fallas inversas más tempranas.

La cartografía actual de la Unidad aparece desgajada por los movimientos de 4) desgarres levógiros que producen una fuerte disminución de su anchura.

BIBLIOGRAFÍA

ÁLVAREZ-MARRÓN, J. (1984).- Estructura de la Unidad de Correcilla en el sector situado al Este del río Luna (Zona Cantábrica, León). Tesis de Licenciatura, Universidad de Oviedo.

BALDWIN, C.T. (1978).- A comparison of the stratigraphy and depositional processes in the Cambroordovician rocks of the Cantabrian and West Asturias-Leonese zones, NW Spain. Geología de la parte Norte del Macizo Ibérico (Bol. Homenaje a i. Parga Condal). Cuad. Sem. Estu. Cer. Sargadelos, 27, p. 43-70.

BASTIDA F.; MARCOS A.; PÉREZ-ESTAÚN A. y PULGAR J.A. (1979).- Aproximación a la mecánica de los cabalgamientos en el contexto general de la deformación en el NO de la Península Ibérica. Acta Geol. Hisp., Homenatge a Lluis Solé i Safaris, 14-, 135-142.

BOSCH W.J. Van Den (1969).- Geology of the Luna-Sil region, Cantabrian Mountains (NW Spain). Leidse Geol. Meded. 44, 137-225.

BOYER S.E. & ELLIOT D. (1982).- Thust Systems. Amer Ass. Petrol. Geol. Bull., 66, 9, 1196-1230.

COLMENERO J.R. (1984).- Estratigrafía y sedimentología de las Areniscas del Devónico Superior en la Zona Cantábrica (Cuenca Astur-Leonesa), Fondo Doc. Inst. Geol.. Min. Esp.; Convenio IGME-IGA; Estrat y Sedi. Informe nº 1.

COMPTE P. (1936 a).- La serie devonienne du Leon, Espagne. CRAC Sc, 202, p 337-339.

COMPTE P. (1938 a).- Les facies du Devonien Superieur dans al Cordillera Cantabrique, CRAc Sc, 206, p 1496-1498.

COMPTE P. (1959).- Recherches sur les terrains anciens de al Cordillera Cantabrique. Mem. Inst. Geol. Min. Esp., 60, 1-440.

CRAMER F.H. (1966).- Palinomorphs form the Siluro-Deevonian boundary in NW Spain, Not. Comt. Inst. Geol. Min. Esp., 85, p 71-82.

CRAMER F.H. & DÍEZ M.C.R. (1978).- Iberian Chitinozoans. I. Introduction and summary of preDevonian data. Palinologia, 1 (vol. extr.), p 149-201.

26

CRIMES T.P. & MARCOS A. (1976).- Trilobite traces and the age of the lowest part of the Ordovician reference section for NW. Spain. Geol. Mag., 113, 4, p 249-356.

DAHLSTROM C.D.A. (1969).- Balanced cross sections. Canad. Jour. Earth Sci., 6, 743-757.

GARCÍA-ALCALDE J.L. & RACHEBOEUF P.R. (1978).- Noveaux brachiopodes chonetacea du Devonien de la Cordillera Cantabrique (Nord Ouest de lÉspagne). Geobios, 11, 6, p 835-865.

GARCÍA-ALCALDE J.L.& ARBIZU M.A. (1976).- Les faunes pélagiques du Dévonien moyen du Leon (versant meridional des Montagnes Cantabriques, NO de l´Espagne). Ann. Soc. Geol. Nord., XCVI, p 413-417.

GARCÍA-ALCALDE J.L.; ARBIZU M.A.; GARCÍA-LÓPEZ S. & MÉNDEZ-BEDIA I. (1979).meeting of the internacional subcomisión on devonian stratigraphy. Guide book of the field trip. Ser. Publ. Univ. de Oviedo, 41 p.

GARCÍA-ALCALDE J.L.; MENÉNDEZ-ALVAREZ J.R.; GARCÍA-LÓPEZ S. & SOTO F. (en prensa).- El Devónico superior y el Carbonífero inferior del Sinclianl d eBeberino (Pola de Gordón, León, NO. De España)., X Congr. Int. Estrat. Geol.. Carb. España. 1983.

HEREDIA-CARBALLO, N. (1983).- LA ESTRUCTURA DE LA Escama de Villar de Vildas (Manto de Somiedo, Zona cantábrica). Tesis de Licenciatura, Univ. Oviedo.

JULIVERT, M. (1967).- La ventana del río Monasterio y la terminación meridional del Manto del Ponga., Trab. Geol.. Univ. Oviedo, 1, p 59-76.

JULIVERT M. (1971).- Decollement tectonics in the Hercynian Cordillera of Northwest Spain. Aust. Jour. Sci., 270, p 1-29.

JULIVERT M.; PELLO J. & FERNÁNDEZ-GARCÍA L. (1968).- la estructura del Manto de Somiedo (Cordillera Cantábrica). Trab. Geol.. Univ. Oviedo, 2, 1-44.

JULIVERT M. & MARTÍNEZ-GARCÍA E. (1967).- Sobre el contacto entre el Cámbrico y el precámbrico enla parte meridional de la Cordillera Cantábrica y el papel del Precámbrico en la Orogénesis Herciniana., Acta Geol. Hisp., II, 5, p 107-110.

JULIVERT M. & MARCOS A. (1973).- Superimposed holding Ander flexural conditions in the Cantabrian zone (Hercinian Cordillera, NW Spain). Am. Jour. Sci., 293, p 353-375.

JULIVERT M. & TRUYOLS J. (1972).- L´evolution paleogeogragraphique du Nord-Ouest de l´Espagne pendant lÓrdovicien-Silurien. Bull. Soc. Geol. Min. Bretagne, 4 (1), p 1-7.

LOTZE F. (1945).- Zur Gliederung der Varisziden der Iberischen Meseta. Geotekt. Forsch., 6, p 7892.

LOTZE F. (1956).- Das Prekambrium Spaniens. N. Jb. Geol. Palaont. Min., 8, p 377-380.

MARCOS A. (1979).- Facies differentiation caused by wrench deformation aong a deep-seated fault systems (Leon-line, Cantabrian Mountains, North Spain). Discussion. Tectonophysics, 60, p 303-309.

MARCOS A.; PÉREZ-ESTAÚN A.; BASTIDA F.; ALLER J.; GARCÍA-ALCLADE J.L. & SÁNCHEZ DE POSADA L.C. (1982).- Mapa geológico de España E. 1: 50 000, Hoja de La Plaza (77). Inst. Geol. Min. Esp.

McKLAY K.R. (1981).- What is a thrust?. What is a Nappe?. In: K.R. McKlay & N.J. Price (eds.) Thrust and Nappe tectonics. Geol. Soc. Special Publ., 9, p 7-9.

MÁNDEZ-BEDIA I (1976).- Biofacies y Litofacies de la Formación Moniello-Santa Lucía (Devónico de la Cordillera Cantábrica, NO de España). Trab. Geol. Univ. Oviedo, 9, 93 p.

PÉREZ-ESTAÚN A. (1971).- La ventana tectónica de Villabandín (Antiforme del Narcez, León). Brev. Geol.. Astú. XV, 1, p 7-13.

PÉREZ-ESTAÚN A. (1973).- Datos sobre la sucesión estratigráfica del Precámbrico y la estructura del extremo S del Antiforme del Nancea, NO de España. Brev. Geol.. Astú., XVII, 1, p 5-16.

PÉREZ-ESTAÚN A. (1978).- Estratigrafía y estructura de la rama S de la Zona AsturoccidentalLeonesa. Mem. Inst. Geol.. Min. Esp. , 92, 149 p.

27

PULGAR J.A.; PÉREZ-ESTAÚN A.; MARCOS A. & BASTIDA F. (1983).- La estructura del Manto d eSomiedo. Fondo Do. Inst. Geol.. Min. Esp

RODRÍGUEZ R.M. (1978).- Miosporas de la Formación San Pedro-Furada (Silúrico SuperiorDevónico Inferior), Cordillera Cantábrica, NO de España. Palinología, 1 p 407-433.

RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ l.r.; GARCÍA-ALCALDE J.L. & MENÉNDEZ ÁLVAREZ J.R. (en prensa). La sucesión del Devónico Superior y Carbonífero Inferior en el Sinclianl de Alba (León, NO de España). X Congr. Int. Estrat. Geol.. Carb., España

SDZUY K. (1968).- Bioestratigrafía de la Griotte Cámbrica de los Barrios de Luna (León) y de otras sucesiones comparables. Trab. Geol.. Univ. Oviedo, 2, p 45-57.

SDZUY K. (1971).- La subdivisión bioestratigráfica y la correlación del Cámbrico Medio de España. I Congr. Hispano-Luso-Americano de Geol. Econ., sec. 1 Geol., II, p 769-782.

SITTER L.U. de (1959).- The rio Esla nappe in the zone of León of the Asturian-Cantabric mountain chain. Not. Com. Inst. Geol. Min. Esp., 56, 3-24.

SITTER L.U. de (1961).- Le Precambrien dans la chaine Cantabrique. C. R. Som. Soc. Geol. Fr., 9, 253 p.

SITTER L.U. de (1962).- The structure of the southern slope of the Cantabrian Mountains. Leidse Geol. Meded., 26, p 255-264.

STAALDUINEN C.J. van (1973).- Geology of the area between the Luna and Torio rivers. Southern Cantabrian Mountains, NW Spain. Leidse Geol. Meded., 49.

TRUYOLS J.; PHILIPPOT A. & JULIVERT M. (1974).- Les formations siluriennes de la zone cantabrique et leurs faunes. Bull. Soc. Geol.. Fr., 16 (1), p 23-35.

TRUYOLS J. & GARCÍA-ALCALDE J.L. (1981).- Aspectos bioestratigráficos del Devónico Cantábrico (España). Prog. Int. Corr. Geol.. (P. I. C. G.), R. Acad. Cienc. Exac. Fís. y Nat., p10-30.

ZAMARREÑO I. (1972).- Las litofacies carbonatadas del Cámbrico de la Zona Cantábrica (NO de España) y su distribución paleogeográfica. Trab. Geol.. Univ. Oviedo, 5, 118p.p

28
S N 1
S N
LA ESTRUCTURA DE LA UNIDAD DE ABELGAS. MODELO Nº 1.
S N
LA ESTRUCTURA DE LA UNIDAD DE ABELGAS. MODELO IDEAILIZADO Nº 2. LA ESTRUCTURA DE LA UNIDAD DE ABELGAS. MODELO 3; PARCIALMENTE BALANCEADO.

Fameniense ?

Frasniense

Givetiense

Devónico Silúrico

Ordov.

Cámbrico

MAPA GEOLÓGICO DE LA UNIDAD DE ABELGAS (LEÓN, ZONA CANTÁBRICA)

F. LÓPEZ DÍAZ 1984

Eifeliense

Emsiense

Siegeniense

Gediniense

Ludlow Wenlock

Llandovery

Arenig

Tremadoc ?

Superior

Medio

Inferior

LEYENDA

DEVÓNICO SUP.

Fm. PORTILLA

Fm. HUERGAS

Fm. Sta. LUCÍA

Grupo LA VID 4 312

Fm. SAN PEDRO

Fm. FORMIGOSO

Fm. BARRIOS

Fm. OVILLE

Fm. LÁNCARA

Fm. HERRERÍA

Areniscas, pizarras y cuarcitas

Calizas

Pizarras y areniscas

Calizas

Dolomías, calizas

CUATERNARIO

Canchales y Coluviones

Morrenas

C. Indiferenciado

Buzamiento “ Vertical Contacto normal “ discordante

Falla

DE SITUACIÓN

Cabalgamiento

Falla Inversa

Falla supuesta

Trazado de capas

UNIDAD DE BODÓN

ROCAS PALEOZOICAS EN LAS MAYORES UNIDADES CABALGANTES DE LA ZONA CANTÁBRICA

80 Cabo Torres Cabo Peñas 6º W Gijón Oviedo CUENCA CARBONÍFER CENTRAL Mieres MANTO DEL PONGA PICOS DE EUROPA UNIDAD DEL PISUERGA-CARRIÓN ESLA VALSURBIO COBERERA MESOZOICO-TERCIARIA ROCAS ESTEFANIENSES DISCORDANTES ROCAS PRECÁMBRICAS DEL ANTIFORME DEL NARCEA UNIDADES PONGA, ARAMO, FORCADA Y SOMIEDOCORRECILLA UNIDAD LA SOBIABODÓN PICOS DE EUROPA UNIDAD DEL PISUERGACARRIÓN UNIDAD DE LA CUENCA CARBONÍFERA CENTRAL 0 10 20 30 Km ANOZ RUTSA O C C I D E N TALLEONESA OSEDDADINU M I E D OCORRECILLA NU I DAD DEL A R A OM L A SOBIA 343º 20´N 3º 00´N 5ºW 200 Km Cinturón Varisco de la Península Ibérica
ASTUR OCCIDENTAL-LEONESA Unidad de Abelgas
ZONA
y pizarras Areniscas ferruginosas, pizarras y cuarcitas Pizarras negras Cuarcitas blancas Areniscas y pizarras Caliazs, dolomías y calizas nodulosas rojas (Griotte, a) Areniscas feldespáticas, microconglomerados y dolomías
28 48 45 45 66 45 27 42 55 67 60 70 65 48 70 55 80 82 75 40 60 80 70 63 65 30 70 45 85 60 31 20 35 45 55 70 62 40 20 45 50 80 60 35 40 80 30 35 62 50 60 61 70 80 60 65 45 15 68 50 50 50 70 55 20 40 60 30 60 60 45 65 75 42 60 55 65 50 45 60 72 50 65 65 20 50 35 65 55 66 60 60 50 55 40 45 50 45 80 40 50 40 50 60 50 51 62 40 70 70 80 45 75 60 80 45 50 25 40 7580 60 50 75 38 77 55 85 70 75 51 15 70 80 85 40 45 30 80 70 60 85 45 65 85 25 10 15 25 10 17 15 75 85 20 55 30 85 25 75 28 75 87 65 45 60 60 85 80 59 60 75 50 60 30 50 72 25 40 62 85 65 70 52 80 60 75 79 42 85 19 42 40 51 75 65 75 76 65 73 80 75 80 60 35 55 45 1´ 3´ 4´ 5´ 6´ 6 5 4 3 2 1 2´ ESQUEMA

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.