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Galieno no puede hacer frente a la vez la conquista de Hispania por parte de los galos y al frente contra Póstumo. Finalmente acaba por ceder el control de la galia a Póstumo, pero al poco envía a su mejor estratega, Aureolo, a acabar con Póstumo. Después de sendas campañas en la galia, el comandante de caballería Aureolo se siente traicionado por Galieno cuando éste cede la caballería a Claudio Gótico y Aureliano y decide marchar hacia Roma para acabar con todos ellos
6, Galieno y Aureolo (3 años antes del evento) Año 268. El Imperio Romano se preparaba para el enfrentamiento entre el emperador Galieno y su antiguo comandante de caballería Aureolo. Pese a que el emperador contaba con una considerable superioridad numérica, la moral de sus tropas era muy inferior a la de los hombres de Aureolo. Muchos de los soldados no habían aceptado que Galieno hubiera depuesto a su antiguo comandante, a quien las tropas consideraban uno de los mejores estrategas del ejército romano. Para las tropas, Galieno era sólo un líder débil que perdió el control del Imperio. Por su parte, los sustitutos de Aureolo, los comandantes Claudio Gótico y Aureliano intentaban retener a Aureolo fuera de la península itálica. Sin embargo, los dos comandantes se veían forzados a invertir una gran cantidad de esfuerzos en imponer disciplina a las tropas. De este modo, en cada escaramuza quedaba más claro que Aureolo entraría en Italia tarde o temprano. En consecuencia, si Claudio y Aureliano querían tener alguna posibilidad de victoria, las batallas deberían librarse cerca de poblaciones donde poder abastecerse fácilmente y, si era necesario, soportar asedios. Mientras Claudio Gótico y Aureliano ganaban tiempo, el emperador Galieno intentaba asegurar que el resto de enemigos del Imperio aprovechase la situación para atacar. Esto llevó a dividir el Imperio en 3 partes: el Imperio Romano, el Imperio Galo y el Imperio de Palmira. Después, se dirigió al norte de Italia para tomar el mando del ejército y enfrentarse a Aureolo.
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Sin embargo las tropas estaban en lo cierto respecto a Galieno. Sin apenas experiencia en el frente, las estrategias del emperador resultaron en exceso precavidas, provocando que todas sus campañas se resolvieran cediendo terreno al enemigo. Finalmente, Aureolo consiguió dejar sitiado a Galieno y sus hombres en Mediolanum (Italia). Ignorando los consejos de sus comandantes Claudio Gótico y Aureliano, Galieno se limitó únicamente a proteger las líneas de suministros, sin intentar romper el sitio. Con el paso de los días, muchos de los soldados de Galieno se pasaron al bando de Aureolo, que había sido su anterior comandante. De seguir así, Aureolo se haría con el control del Imperio en pocos días. Viendo la incapacidad del emperador para lidiar con la situación, sus segundos al mando, Claudio Gótico y Aureliano, movieron ficha. Ambos urdieron una conspiración junto a la guardia pretoriana (la guardia personal del emperador) que acabó con la vida de Galieno. Tras la muerte de Galieno, Claudio Gótico fue proclamado emperador con el nombre de Claudio II. Bajo el mando del nuevo emperador, las tropas romanas consiguieron romper el sitio. Mientras Aureliano retenía a Aureolo, Claudio II consiguió escapar hacia Roma para organizar el nuevo gobierno y enviar refuerzos para acabar con Aureolo. Gracias a los refuerzos Aureliano consiguió rodear a las tropas de Aureolo. Finalmente, los propios soldados de Aureolo acabaron con su comandante y se unieron al ejército de Claudio II.
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