Diciembre 2012
Primer Aniversario
Verbo (des) nudo Año 2. Número 7 Edición Aniversario Santiago de Chile Diciembre 2012 © Todos los derechos reservados. ISSN 0719-1626
Consejo Editorial: Mafalda Migliaro Anouna Fabio Luis Cerón
Colaboración especial: Angélica Sepúlveda (Mumy) Alicia Montero (Ali) Sergio Melo Edición y dirección: Fidel Ginoris
©Editorial Verbodesnudo Aguas Claras 1571, La Reina, Santiago Email: revistaverbodesnudo@gmail.com
Palabras del Editor
Volver la mirada en el tiempo algunas veces es reconfortante, una idea primitiva y tan ilógica como editar una revista con medios propios siempre pareció una utopía, un lujo del que nadie se haría cargo por mucho tiempo y un desafío tremendo en un mundo tan competitivo y devorador como el nuestro. Verbo(des)nudo llega hoy a su primer año. Siete números, siete entregas frescas, diferentes, sinceras, ese es el resultado de un sueño que dejó de serlo en el minuto exacto en que se imprimió la primera hoja, la primera caratula; la piedra fundacional esta vez fue de papel y lo seguirá siendo mientras quede alguien dispuesto a leernos. Éramos un grupo de locos con una idea, algunos quedaron en el camino y otros simplemente no resistieron el entusiasmo, pero la revista siguió su andar, ella sola, como pujando cada número, invitando a escritores de otros lugares, aunando voluntades, sugiriendo, pidiendo y exigiendo más, cada vez más, hoy es un bebé que se siente cómodo y feliz, los que cuidamos de él así lo vemos y nos desvelamos y sentimos sus faltas y sus ausencias, pero también disfrutamos de sus alcances y sus aciertos. Hemos ganado amigos, lectores entusiastas, amables colaboradores y un sin número de suertes, hemos llegado hasta acá por voluntad y satisfacciones, y hemos de seguir por más sacrificios, por más dolores de cabeza, vamos a seguir porque la cultura de habla hispana se lo merece, porque la literatura y el arte todo se lo merece y porque nos merecemos este proyecto y este sueño. Gracias
Homenaje a los amigos Por GinoGinoris
Maffi
Que me pongan de nuevo la bufanda y lleven mi cuerpo a la deriva ausente seré otra vez el deudor de mieles, arco de triunfo que resguarda la batalla.
Que me lleven después a las canciones escritas en la mano que me daba abrigo.
Que vengan las gatas de mis patios, todas la pluma y el verso y si acaso aquella leyenda en la que cuentas del amor a la rosa y la montaña.
GinoGinoris
Anouna
Ve a la espuma que alcanza para un beso allí donde la espiga es pan recién horneado y duda y semilla y todo a la vez hazle nudos a la onda que envuelve las migajas roza el descanso de cada alumbramiento ese que convierte en luz la paleta del oleo sobre el lienzo abanícate de sueños, no despiertes hasta que te avisen los címbalos sagrados en la torre piensa en la pradera inocua en el tiempo que llevan los bulbos bajo tierra sufre en el parto que supone escribir en el agua en la humedad de un otoño que se muere de frio anda sobre el monte, en el monte, bajo el monte anda que no se crucifiquen más los labios partidos por la ausencia hazle una versión distinta a cada estrofa conclusa de tus versos anda
andas
GinoGinoris
Una canción para Gaspar
En un reloj de bolsillo cabe el mundo como flecha que incita al desplome de la diana mi amigo anda su vida sobre el pecho se come la vida en un descuido y a la paca del metro y a la falsa” Rucia” de falsas hombreras que regala sonrisas siempre falsas. Como un solitario que cabalga en la llovizna a mi amigo lo llama la palabra y lo arrastra y lo surca y mi amigo se levanta como un caballero se levanta vuelve su pecho contra el golpe y la otra mejilla al filo de la espada dicen que le canta a la noche cuando despliega su libreto al escenario yo sé que le canta al colibrí que anida en su garganta.
poemas de JosEvelioRrodríguez-Abreu
Herejía rota Anoche bailé con tu fantasma porque dentro de tu alma está la punta de una estrella conocida, un río de palomas mensajeras la voz de mis vigilias y el pedazo de luna que no logramos rehacer. Anoche bailé con tu fantasma con las palmas de tus manos en mis bolsillos transparentes, remendados por la sola soledad de mis aparentes coordenadas, en el mismísimo filo de tu cuello. Anoche bailé con tu fantasma en la hora que el gallo se disfraza y la lluvia nos devuelve toda la tristeza que no cabe en un abrazo de tu piel. Anoche bailé con tu fantasma para salvar a la ciudad de las puertas cerradas, del tedio y la neblina, de las oscuras predicciones de una rosa o la desolación que sobrevive en mi guía telefónica. Anoche bailé con tu fantasma por mi mala memoria, el olor de los jazmines de mi infancia, por todas las páginas en blanco que habitan en mi silencio después de una siesta compartida.
Anoche bailé con tu fantasma como si nadie viviera en mis abismos en mis manos indivisibles por tu rostro, o en la timidez de mis arterias en la hora precisa del cadalso y la lujuria. Anoche bailé con tu fantasma y tu corazón era una casa vacía sin ventanas, sin libros sin la geografía de los fracasos perdurables, sin las huellas definidas por la hierba y las venganzas. Anoche bailé con tu fantasma con la sombra de mis pecados, de mis ángeles con las quemaduras de mis plegarias en el rostro de una moneda que se prostituye debajo de las flores de mi patio. Anoche bailé con tu fantasma con mi carne de lujo y todas las mariposas inventariadas de la noche multiplicado en los espejos de los recuerdos mutilados en tu espalda. Anoche bailé con tu fantasma, con el mapa de mis heridas y un cansancio a la deriva que solo nos devuelve a la orilla de una playa ya perdida, sin remos, sin espumas, tan rota como mi isla y su lucidez.
JosEvelioRrodrĂguez-Abreu
Boceto de un testamento
Doy fe que hoy doce de febrero del aĂąo dos mil cuatro, en el pleno ejercicio de mi delirio, a la hora de la tarde en que el cielo es un espejo dormido por la luz, y a una distancia aĂşn no precisada entre mi casa y la felicidad, vestido a la usanza de los hombres menos afortunados con un reloj sin manecillas, dejo en tus manos mis nubes, las llaves rotas de la brisa, el aroma de las despedidas, los libros, las mariposas, mi mano zurda y la desnudez del David.
Te dejo también mis fiebres sin tu nombre, con las playas y sus náufragos y una luna oxidada por los amantes que no se reconocen. Entre mis dádivas tendrás el amarillo, el otro lado de la belleza (en los cristales), las imperfecciones de la lluvia, los anillos de humo, un pequeño manual para combatir las mezquindades del alma, la tolerancia de las hormigas, un castillo de naipes, los mapas y los recuerdos sucesivos. Solo me queda decirte que si he olvidado alguno de mis bienes es tuya la simetría del olvido, (aquí aparece la firma en el documento) al lado de la cruz.
Te Pito o te Henua (*) Por Mafalda Migliaro La Fiesta Tapati(**) merece ser vivida una vez en la vida! Me hubiera gustado tener los frescos movimientos de niña, cuando en la escuela nos enseñaban los bailes típicos del país, incluidos los de nuestros territorios insulares. Mis preferidos eran el Sau Sau y el TariTarita. Ahora, es cierto, los años han pasado y estando en la Rapa Nui me hubiera gustado bailarlos bien… La reunión informal con amigos Isleños había sido organizada por dos amigos del Continente, avecindados por esos lados desde mucho tiempo atrás, con miembros de uno de los mejores grupos de bailes autóctonos de la Isla. Samuel, hizo las presentaciones, y yo, saludaba, agradeciendo la buena acogida. Entre bailes y risas, mi amigo dijo en voz alta, que si deseaban, podían contarme alguna leyenda de amor de Rapa Nui, que yo sería una buena receptora de las historias, a lo que respondí pidiéndoles que me contaran lo que quisieran, sin importar si era una leyenda de amor o no. Los Isleños saben el impacto que provocan en las mujeres del Continente! Uno de ellos, tomando la palabra, me dijo sonriendo que la leyenda de amor la tendría que contar yo, a lo que rápidamente, le respondí que, en ese caso, aceptaba una leyenda sobre los antepasados Rapa. Con paso lento, se acercó y comenzó su narración -mientras la audiencia permanecía en respetuoso silencio- contándonos que la leyenda no escrita dice que la divinidad Make-Make creó la Tierra, sin embargo sentía que algo faltaba. Un día tomó una calabaza que contenía agua, y con asombro se dio cuenta que al mirar en el agua, su rostro se reflejaba en ella. Make-Make saludó a su propia imagen mientras observaba que en ella se apreciaba un pico, alas y plumas. Mientras observaba su reflejo, en ese mismo instante, un pájaro se posó sobre su hombro. Observando la gran similitud entre su imagen y el pájaro, procedió a tomar su reflejo y lo unió con el del pájaro, naciendo así su primogénito. Make-Make, inquieto, pensó en crear un ser que tuviese su imagen, que hablara y pensara como él lo deseaba. Primeramente fecundó las aguas del mar y en las aguas aparecieron los peces. El resultado no fue lo esperado, posteriormente procedió a fecundar una piedra en la que había tierra colorada, y de ella surgió el hombre. Make-Make estaba muy contento de haber creado al hombre, mas observó que éste se veía muy solitario, y decidió posteriormente crear también a la mujer.
Mucho tiempo después, Make-Make se le aparecería en sueños a Hau-Hau-Maka y le indicaría cómo llegar a una isla inhabitada (Isla de Rapa Nui), para que en ese lugar tuvieran su nuevo hogar el Ariki (***) Hotu Matu’a y su pueblo. Nuestro narrador, dejando esa parte del relato en suspenso, se refirió a la otra divinidad, a Haua, quien era considerado junto a Make Make como las deidades que llevaron los pájaros al islote Motu Nui. Nos contó, en su estilo coloquial, que Haua era un dios que vivía en Motiro Hiva (hoy conocida como Isla Sala y Gómez), lugar desde donde provienen las aves de Rapa Nui. Haua entregó las aves al dios Make Make, luego que éste, transformado en una calavera, nadó durante días a través del océano, llegando a Motiro Hiva en su búsqueda. Posteriormente, Make Make junto a Haua llevarían las aves hasta los motu (islotes) frente a Rano Kau. Luego el dios Make Make instauró un culto ceremonial en su honor, el Tangata Manu. El ritual era una competición anual para obtener el primer huevo de la estación del Manu Tara o Charrán Sombrío (****) en el islote de Motu Nui (isla de los Hombres-pájaro), nadar de regreso a Rapa Nui y trepar por el acantilado marino de Rano Kau hasta su cima cercana al poblado de Orongo. Esta ceremonia de primavera, en honor de Make Make (dios creador), culminaba con la triunfal investidura del Tangata Manu, el sagrado "HombrePájaro" de la Isla Rapa Nui. Retomando la narración dejada en suspenso, nuestro anfitrión continuó con la aventura del Ariki Hotu Matu’a, su desembarco en esta tierra inhabitada (Rapa Nui), huyendo de una catástrofe en su lejana Hiva (denominación de un lugar desconocido). El Ariki llegó en dos grandes embarcaciones, trayendo consigo a su esposa Vakai A’Vcka, a su hermana y una gran comitiva; portaban también un cargamento de semillas, plantas y aves. Según cuenta la tradición, el cuñado de Hotu Matu’a, el Ariki Túu Ko lho, un día llegó a Puna pai y vio a dos seres sin carnes, espíritus-demonios de otro mundo que yacían dormidos, eran Hitirau y Muko te Manó. Otro espíritu o Aku aku, que veía la escena desde un cerro cercano, les gritó: “Despertad! el Ariki los ha visto. Despertad, dormilones”! Se despertaron los dos espíritus y cubriendo sus esqueletos con la carne, se alejaron del lugar como personas vivas y logrando, posteriormente, capturar al Ariki. Lo interrogaron por muchos días, sometiéndolo a duras pruebas para que confesara si los había visto en su desnudez. Túu Ko lho negó todo, hasta que un día se convencieron y lo dejaron libre.
Pasó algún tiempo, y una noche en que Túu Ko lho estaba cerca del fuego de un curanto, sacó tizones de madera de Toromiro y en ellos talló las figuras que había visto. Este fue el nacimiento de la escultura de madera Moai-Toromiro, expresión que representa a los espíritus o Aku Aku. Cuerpos descarnados, de vientre hundido y costillas (kava kava) levantadas, son los Moais KavaKava. Túu Ko lho dio origen, con este tallado, a la tradición ancestral de colocar en cada cueva habitada o casa, junto a la entrada, estas estatuillas buscando protección y defensa para la familia. Éstas son traspasadas de generación en generación y jamás son entregadas a otros. Son de propiedad familiar. En el tiempo del Ariki creador de las esculturas en madera toromiro, llegaron los “Hanau Eepe” sin sus mujeres. Eran hombres corpulentos y se distinguían por tener el lóbulo de sus orejas largo. Fueron llamados “Tanata Hanue Eepe” (hombres de raza ancha). En cambio los hombres del Ariki Hotu Matu’a se llamaban ”Tanata Hanau Monoko” (hombres de raza delgada). Los Orejas Largas fueron los creadores de los Moais tallados en piedra, cuya mayoría se encuentran actualmente tumbados con el rostro hacia la tierra. Los recién llegados se mezclaron con las mujeres de la Isla, tuvieron muchos hijos, y además pretendieron dominar la Isla…siendo finalmente exterminados por los Tanata Hanau Monoko, quienes, se cree, como signo de victoria, derribaron los Moais tallados en piedra. El narrador se detuvo en ese momento, sorprendiéndonos, y con una amplia sonrisa, nos dijo: ¡¡“Yo soy un descendiente del Ariki Hotu Matu’a, soy un oreja corta y soy un vencedor”!! Por mi parte, agrego que, aunque no quiero mencionar su nombre, le estoy muy agradecida a este isleño de familia Rapa por su narración. Hoy la dejo entre mis escritos, para no olvidar mis pasos por Rapa Nui en la Fiesta Tapati, dos años atrás.
(*) Te Pito o te Henua: es una gran piedra redonda que representa el ombligo del mundo; los nativos también llaman a Rapa Nui de esta misma forma. La traducción literal es Pito: utero o centro, Henua se refiere a territorio, tierra o universo. Ubicada a 26 kilómetros al norte de Hanga Roa, muy cerca del mar la gran roca posee, según los lugareños, un alto poder electromagnético. (**) Fiesta Tapati: cada año, desde el 29 de enero al 12 de febrero (***) Ariki: Rey (****)Gaviota Oscura
Una Revista…idea acariciada por tanto tiempo y sin saber cómo realizarla! Hasta que un día, llega a nuestras vidas Gino Ginoris, nuestro Editor. Gran poeta, de verbo inteligente, profundo; quien con ideas claras y una energía sin fin, hace de aquello imposible, una realidad al alcance de la mano. Así ha sido la concreción de Verbo (des) nudo Revista de Arte y Literatura. Desde nuestro inicio, hemos estado acompañados de artistas y escritores que con una generosidad sin límite han puesto su arte y escritos a nuestro alcance, adornando y complementado cada número de Verbo (des) nudo. Agradezco muy sinceramente la oportunidad que me ha dado la vida de conocer gente maravillosa, caminar a su lado, hermanarnos en la realización de un sueño que es ya una realidad. Gracias a todos. Maffi Migliaro
Verbo(des)nudo, es un honor celebrar contigo este primer aniversario en la difusión de las letras hispanoamericanas. Como sabemos, una revista sobre la creación literaria y cultural es siempre necesaria por la importancia de dar a conocer la labor creativa de nuestra cultura; en el caso de Verbo(des)nudo, desde Chile, no solo cumple plenamente este objetivo, pues lo sobrepasa, dado que es una revista de lujo. De manera que en este aniversario es meritorio también, reconocer la labor y el amor de los colaboradores que hacen posible la presencia de esta publicación. Desde el sur de la Florida, en USA, envío mis felicitaciones y mi agradecimiento por darle vida a este proyecto. Gracias.
Roger Rivero
El enigma del faro
Antes que la piel del reloj expire con el dĂa y el espejo del arte ensombrezca la marea; antes que las vidas clandestinas hagan piras sobre el mar, y la oscuridad de las profundidades te revele los secretos de la espuma:
ÂĄRema para sobrevivir!
Rema para sobrevivir, marinero, antes que el pregonero de la muerte abra las venas del huracĂĄn, y su abismo de locuras te encalle a su sepulcro.
Ser parte de Verbo (des)nudo, ha sido toda una experiencia positiva, creadora y muy motivante. Ya es un año de compartir poesía, literatura, pintura y todo lo que mueve a las artes. En donde se ha llevado a cabo la labor de distribuir a un número considerable de lectores, el trabajo realizado. Estoy satisfecha hasta hoy, de la contribución que hemos logrado en seguir engrandeciendo la cultura nuestra (chilena), como también la de otros países invitados. Si algo más puedo añadir, es que, espero sigamos juntos y con ustedes que nos leen. Gracias por la oportunidad que me dan de ser parte de este núcleo tan especial, mi cariño con cada uno, Gino, Taty, Maffi, Luis. Anouna Fabio
Albedrío
Cortar la cuerda para sentir el infinito rozar lo prohibido que es agasajo y pugna Sentir que el cuerpo es mano ajena lejos del yugo y la pertenencia untuosa. Triscar hacia lo desconocido pensando que todo es blanda materia choque de inanimados, rebote y vuelta asombro súbito, palpitaciones ansiando novedad arriesgado veneno que atragantará la aventura brillo veloz que muerde al acercarse. Queda el volver a la mano y a la cuerda que resguardará la íntegra libertad.
Inocencia
Vive, como los que apuntan el día en una pared, con una espada atravesándole la garganta. Vive a solas con sus muertos, que yacen dormidos en cajitas bajo su almohada. Sin ventanas en los ojos así vive, con piedras en las rodillas, con los bolsillos fecundos de nada. Vive, sin motivo, sin sudor, con los faroles apagados sobre una larga avenida. Vive…así, sin mantas, con cucharas hambrientas, con la miseria que le ladra como fiel compañera. Vive y es feliz… La inocencia le salva.
De profesión contador y con más de 25 años trabajando en la banca, rodeado de números, cargos y abonos, porcentajes e intereses definitivamente lo mío no era el arte, ni las letras, menos aun la poesía, sin embargo estoy aquí. Hace ya un año que comparto esta ruta con un grupo de bellos soñadores, amigos entrañables que me han guiado en esta loca aventura de escribir, de poder decir a alguien que soy un poco más que números vertidos en una planilla Excel y que escondido tras una calculadora financiera había alguien que también sentía, que sabía algo de la vida y que necesitaba de la exquisita violencia de las letras para mostrarse. Gracias Verbo Desnudo por la oportunidad de respirar poesía.
Absolución
La niebla cubre el fulgor una breve luz opaca el futuro es que aún el temor fuerza la mirada mientras la piel clama absolución. Cómo redimir lo pretérito sin calcular lo venidero renunciaré a la renuncia olvidando el destino falso sucumbiendo a la extraña mirada que recorre el imposible ¡Absolución! ¡Absolución! Es el clamor de esta piel esclavizada y ahora me desnudo para solo pensar en lo que quizás nunca será.
Instinto
¿Quién responde por el deseo moribundo? las miradas trituradoras de pasión quizás el apego inescrupuloso al cadáver sin voz o el recuerdo inconcluso de unos senos sin explorar.
¡Quien tenga respuesta que la dicte!
Antes que la mente entre en barrena desfalleciendo sobre una piel sin pertenencia profanando mi templo…y el suyo; aún cuando, el instinto irracional proclame lo contrario.
Adicción Sostenido en la ira descorcho una botella, aspiro el humo de mi séptimo cigarro y me embriago de ella.
Me siento honrado, se me hincha el pecho por el inmenso orgullo que me embarga y me desborda con esta nueva invitación, esta vez para acompañarlos en la celebración del Aniversario de Verbo (des)nudo. En Italia, donde vivo, la poesía no encuentra espacio, las editoriales la consideran literatura menor y publicar, para cualquier persona que ama este maravilloso género es una quimera casi inaccesible. Todo se reduce a cifras que hacen abandonar el camino de la realización de los sueños; sin embargo, el amor por la literatura vuelve con más fuerza y se recomienza una vez más a pesar de los imposibles. Es por eso que considero encomiable lo que hacen ustedes con la publicación de la Revista Verbo (des)nudo. No tiene precio la generosidad y el amor que ponen en este espacio que cultiva el alma sin ningún otro interés que no sea la difusión de la literatura y el arte. Gracias, mil veces gracias, por invitarme y contar conmigo.
Leonel Licea
Oda a un tiempo sin tiempo para un adagio
He aprendido a jugar con la muerte, a cancelar sus pasos, cauterizar sus signos,
mis heridas, sintiendo cuanto duelen sin dar por superados los fracasos. Intento convertir piedras en cristales para evitar tropiezos que malogren la fuga cuando escapo de mis sombras. Siempre pensé morir mordiendo el polvo, los decibeles del tiempo,
Leonel Licea
su eternidad. Pero me equivocaba, he caído mil veces sin provocar derrumbes carnales o herejías, sin contar que mi nombre resuena en el vacío como el viento inhabitable, sin saber que cuando muero es el polvo quien me muerde. Me habría bastado saber que el tiempo se prolonga sin demostrar que existe. Me habría bastado levantar los ojos, mirar las nubes, contar las gotas de paciencia que caen junto a la lluvia o redactar mi epitafio con pausas y silencios. Pero va de moda el ego y no basta saber que aún estamos vivos.
Leonel Licea El olor de los instantes
Ahora voy envuelto en el silencio, abandonado en el trajín de cantos, en el olor de los instantes y en los castillos de arena. Se desmoronan en la boca, se agarran, toman posesión de la memoria definiendo el clima en la vejez de sus argucias, en la doliente tarde sola del domingo que ha puesto nieve en los balcones donde apoyo los ojos. Me dejo llevar por la corriente de esta risa, de esta sinfonía recidiva y mordaz, como el frío que hiere y arranca gotas de sudor desde mi puerta viva de par en par, como la noche muerta y desnuda del fantasma exacto. Las luciérnagas declaran huelga en mi ventana. Decretan mayo sin luces, sin velas por una noche. Un caudal de estrellas apagadas, el invierno que imparte su lección de amor y de nostalgias. Entonces duermo mil palabras, tiembla el estertor en plazas desiertas: despierto. Salgo de casa, la maleta llena, brazos, ojos y sueños están en mi equipaje, las piernas las dejo fuera para llegar al final. Ahora voy envuelto en el silencio abandonado en el trajín de cantos y el olor de los instantes.
La Revista Verbo(des)nudo partió como el proyecto valiente de un grupo comprometido con el arte y la literatura. Un ágora en la que se dan cita la poesía, la narrativa, la cultura, la creación artística en su acepción más amplia, abierta al mundo desde Chile. Hoy es un sólido edificio cultural que ha ido madurando y enriqueciéndose con el entusiasmo, la pasión, el cuidado y las aportaciones de su grupo fundador y de colaboradores. Adentrarse en la Revista Verbo (des)nudo es tener la certeza de abrir un pasaporte a un mundo literario profundo, de calidad y de bienestar emocional. He tenido el privilegio y el honor de ser invitada a esta Revista donde me he sentido muy integrada y feliz. Había seguido la Revista desde el primer número y publicar junto a poetas y escritores admirados me pareció un regalo inesperado que les agradezco de todo corazón. Una de las primeras poetas que conocí en mi infancia fue Gabriela Mistral, ella me llevó a buscar en el mapa a Chile. Así que para mí Chile siempre ha sido sinónimo de literatura. Revista Verbo (des)nudo, el Consejo Editorial y su director al frente me concedieron uno de mis sueños largamente atesorado, viajar con la escritura a Chile. Enhorabuena a cada uno de los integrantes de la Revista. Felicitarlos por el excelente trabajo que han llevado a cabo a lo largo de este año y augurarles muchos aniversarios más. El panorama cultural precisa más que nunca de proyectos ilusionantes de esta gran calidad artística y literaria.
Felicidad Batista
Tardes de piano Felicidad Batista
Los ojos de Elías Larsson tenían el mismo color que el cielo de Bórcor la mañana de verano que arribó. Era mi octavo cumpleaños y mamá me había regalado una muñeca. Se bajó de un viejo camión inglés donde traía todas sus pertenecías. Él y el transportista contratado en el puerto descargaron muebles, cajas, enseres y un piano de cola. El descenso y traslado del instrumento mantuvo en tensión a Elías que gritaba en aquel idioma extraño y que nadie comprendía. Varios viandantes se acercaron a ayudar pero él con un gesto hosco los apartó. La casa no disponía de puertas anchas para que pudiera entrar. Elías buscaba soluciones mientras el piano lacado en madera permanecía sobre la calle empedrada. Junto a la casa de tejas a dos aguas que había alquilado al abuelo se encontraba un cobertizo y allí decidió guardarlo. Días después rompió una pared y por fin pudo introducirlo en la sala. Larsson no se llamaba Elías pero lo adoptó cuando se dio cuenta que nadie en el pueblo era capaz de pronunciar suverdadero nombre. Era largo con varias g intercaladas, seguidas de k y con unos globos como gotas de lluvia cayendo sobre las letras. Repobló el jardín abandonado desde que papá murió con geranios y buganvillas. Pintó la casa de color rojizo y las ventanas blancas. Izó una bandera azul con una cruz amarilla en el centro. Por las tardes sonaban las notas armoniosas del piano como campanitas de cristal. Largos conciertos unas veces pausados y otras vibrantes. Por las noches en ausencia de cortinas y persianas la luz cenital dejaba ver la vida en el interior. Sentado, leyendo, fumando en pipa, tomando una bebida, cenando o con poca ropa si era verano.
A los abuelos les escandalizaba que todo Bórcor pudiese contemplar lo que hacía aquel desconocido. Mamá los tranquilizaba y les insistía que eran cosas de extranjeros. Apenas se relacionaba. Compraba en el almacén de la esquina, daba paseos alrededor de Bórcor y saludaba con un leve movimiento de cabeza. Una tarde pasó a mi lado. Ni siquiera se percató de mi presencia. Bajo un sombrero negro se escapaba su cabellera rubia. La piel blanquecina con manchas rojas en el rostro. Desde mi altura me pareció un gigante. Esperé a que desapareciera en el camino para seguirle. Él entró en la casa y yo me escondí detrás del cobertizo a escuchar sus sesiones de piano y a observarlo como cada tarde. Un día llegaron en un taxi de la ciudad una mujer delgada con una melena cobriza y larga junto a una niña pecosa que podía tener mi edad. Bajaron una maleta y se dirigieron a la casa de Larsson. Él les abrió, se arrodilló y rodeó a la niña con sus brazos enormes. A la mujer solo la miró. Durante la semana que permanecieron en Bórcor el piano no se escuchó. Elías paseaba con la niña y parecía mostrarla al pueblo. Pronto se supo que era su hija. También los espías de Bórcor difundieron que él dormía en un sillón de la sala. Después de marcharse, respiré aliviada, y los conciertos se reanudaron pero las notas sonaban como trozos de hielo que se golpeaban entre sí. Una tarde en el jardín junto al tronco de arce al que solía trepar encontré un bote de cristal con galletas. Estaban aún calientes y desprendían un suave aroma a canela. Al día siguiente el bote volvía a estar lleno y las galletas eran de jengibre recién hechas. Y aunque coincidimos en el almacén y en alguna calle solo nos mirábamos y a veces me sonreía. Las tardes de piano volvieron a ser armoniosas. Hasta que un lluvioso otoño Valentina la costurera me descubrió saliendo del jardín. Aún no había llegado a casa y mamá ya lo sabía. Enfadada me recriminó el atrevimiento y me recordó que aquella ya no era nuestra casa y que no podía estar entrando y saliendo cada vez que yo quisiera. Podía escuchar la música de piano desde la calle pero sin colarme dentro. Mamá no comprendió lo feliz que me hacía regresar a nuestro antiguo hogar y contemplar a Elías Larsson. Era como si papá estuviera en casa. F. B
Manolo Jiménez
Para Verbo(des)nudo en su aniversario Solemos celebrar los cumpleaños con algarabía, con alborozo; este primer aniversario de esta revista que tiene en sus manos creo merece algo más que la alegría habitual de cualquier acontecimiento de la nacencia. Hoy leer poesía es un lujo, en este mundo tan sumamente materialista que nos ha tocado vivir podemos decir bien alto que son “malos tiempos para la lírica” pero de vez en cuando encontramos un oasis entre tanto desierto de prosaica realidad y en él nos sumergimos, refrescamos, solazamos… Le invito a que se regale un paréntesis de ternura, de sentimientos, con esta revista que va en contra de esta cruda realidad. Acaso Mañana Entre un plato con lunares de café y un árbol que nace en cada letra creciste como sueña la madreselva tintando el mármol con tu sudor Acaso mañana volverá la primavera y el gorjeo de los desheredados Cuando el imposible olvido amarre en el triangulo formado por mi sombra y los recuerdos negados tu cuello volverá a ser tu cuello
y rodarán por encima de las nubes todas las sábanas que sudamos Acaso mañana será ayer tiempo de jardines salpicados de locura
Manolo Jiménez
Nacimiento 1 A partir de la soledad él empieza de nuevo Paul Auster
Nunca respiró oxígeno tan puro como el del momento de encontrarse frente a la impotencia decidió avanzar una y otra vez hasta chocar hasta sentir el círculo entrando en su boca hasta sentirse unido al entronque que lo rodeaba Nunca respiró con tanta suficiencia mientras estuvo en la artificial placenta en la noche infinita en el sueño de la confianza ahora todo el mundo se abre a sus manos decide ser todos los muros que le rodeaban en una cadena translúcida decide ver lo que nunca había palpado Ahora lucha desde el alba hasta el astro desde el ruido hasta la incomprensión
Manolo Jiménez
2
Infinita la luz que abrió sus manos la gracia chorreante de silencios compartidos en la luz Infinita soledad de la silla vacía Dorso equipolado por cristales machacados dedos sosteniendo el alma que es penumbra que se agrieta en cada nacimiento en cada volver al inicio equívoco de venturas aquiescentes y calladas El futuro que espera se aquieta rezumando grietas destilando moho
Mujer Extraña, un dibujo de JosEvelio Rodríguez Abreu en papel Kraft de 1980 fue la portada de nuestra primera revista. Todas las obras utilizadas en este número de aniversario son de este pintor y amigo cubano, su obra pueden encontrarla en la página web del autor:
www.Josevelio.com
JacarandĂĄs Pudieron quedarse en azules niĂąos, pueriles y felices, los soltaron y los dejaron, y con un sesgo imperceptible se resbalaron al violeta, por ser mancebos y mujeres y cargar la remembranza, la ojera del primer llanto, la ternura dolorida, el primer quiebro de la dicha y el comienzo de la saudade. Con azules tirados a lila se nos parecen y aparean, cielo bajado a nuestros pechos, encaje nervioso de hojas y florecidas de suspiros, y ahora en el desliz capaces tambiĂŠn de llanto y muerte. 21 Junio, 48
A単o 2 No. 7 Diciembre 2012