Estas sesiones reúne a un vasto público formado en su mayoría por jóvenes estudiantes de bachillerato, con distinguidos escritores para dialogar, discutir, compartir y disfrutar juntos sus experiencias y lecturas.
Carlos Fuentes fue el encargado de inaugurar este espacio en 1997, ante un auditorio abarrotado, donde los asistentes terminaron sentados en las alfombras o de pie, recargados en los muros del salón. Ese mismo año se estableció también la tradición de reunir a los jóvenes con el ganador del ahora Premio FIL de Literatura.