A la ciudad donde vivĂa MartĂn, llegĂł un barco con gente de todas partes del mundo.
Cuando Mart铆n se enter贸, corri贸 al puerto a curiosear.
Allí en el muelle estaba Upendo, un niño del mismo tamano que él y con al piel oscura.
Upendo mir贸 a Mart铆n y le sonri贸 tan lindo que su boca se llen贸 de estrellas.
Martín nunca había visto un niño de piel oscura, así que pensó que era de chocolate y para comprobarlo, decidió darle una probadita.
A Upendo le dolió el mordisco y quitó rápidamente su brazo. Mientras se sobaba, pensó que Martín era tan blanco que parecía de merengue.
Y como Martín ya lo había probado, a Upendo le pareció correcto probar también.
No hay que saber mucho para darse cuenta de que a Mart铆n le doli贸 igualito.
AsĂ los dos, y mientras cada uno se sobaba su brazo, pensaron que mĂĄs bien eran iguales.
Porque sabĂan igual, ni a merengue ni a chocolate, y los mordiscos les dolĂan igual.
MartĂn y Upendo se sonrieron y las bocas se les llenaron de estrellas.
Ricardo Cie Escritor, ilustrador y creativo publicitario venezolano. Comunicador Social de la Universidad Católica Andrés Bello (Venezuela), ha vivido entre Venezuela (su país natal) y México (donde llegó por una temporada y se quedó 12 años). Chocolate y merengue (que ya alcanza su tercera edición), Chamoch (ilustrado por él mismo) e Historia de un árbol (traducido al chino en 2015) son las historias de Ricardo han sido parte de la historia de Amanuense desde sus inicios.
mEy! Publicado por: Grupo Amanuense, S.A. editorial@grupo-amanuense.com www.grupo-amanuense.com ISBN: Cuarta Edición 2015 ©2015 Grupo Amanuense, SA. texto: Ricardo Cie ilustración: mEy! D.R. © Amanuense, 2015
Todos los derechos reservados. Cualquier solicitud de derechos podrá hacerse a: literaria@grupo-amanuense.com
Nació en otoño hace treinta años, en una casa donde había un árbol de limones, uno de flores violetas y muchísimas plantas. Siempre le gustaron la ilustración y la docencia, a las que se ha dedicado con pasión. Desde hace un tiempo participa en el proyecto Pequeños Grandes Mundos, dando talleres gratuitos y aprendiendo de los chicos en muchísimos países, en ciudades grandes, en pueblos chiquitos, en la playa, en la montaña, en la selva, en tribus que viven muy alejadas, en escuelas, en orfanatos, en parques, en la calle y en donde sea.
Este es un cuento relleno de cosas ricas. Entre sus ingredientes destaca la deliciosa experiencia de hacer amigos, de darle una probadita a lo nuevo y descubrir cuรกnto nos gusta.