EN LOS MEDIOS
BUENAS ACCIONES PARA CELEBRAR1
Por Agustina Rodriguez Saá Especialista en derecho ambiental
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publicada en El Diario de la República, el 5 de junio de 2013, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente
Columna El Diario de la República
BUENAS ACCIONES PARA CELEBRAR
Por Agustina Rodriguez Saá
Los humedales son zonas de alto valor ambiental, debido a una amplia gama de funciones que genera la presencia de agua en el ecosistema, desde las condiciones propicias para la biodiversidad que posibilita, hasta servicios ambientales esenciales cuya importancia a menudo no es percibida en la magnitud de los beneficios que nos aportan: la reposición de aguas subterráneas, la regulación de los regímenes hidrológicos, la depuración natural de aguas, entre otros. La comunidad internacional cuenta con un tratado en virtud del cual se busca conservar y realizar un uso racional de los humedales: la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, más conocida como Convención Ramsar, así denominada por la ciudad iraní en la que se firmó, el 2 de febrero de 1971. Para que un humedal sea declarado de Importancia Internacional, en los términos de este tratado, los países deben cumplir con una serie de requisitos, entre los cuales está la asunción de un compromiso para mantener sus características ecológicas así como planificar su uso sostenible. Un día como hoy, pero 6 años atrás, el 5 de junio de 2007, la provincia de San Luis celebraba el Día Mundial del Medio Ambiente nada más y nada menos que con la incorporación de los Humedales de Guanacache como Sitio Ramsar bajo la denominación de “Lagunas de Guanacache, Desaguadero y del
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Bebedero”. Este hecho de trascendencia internacional implicó la planificación y posterior concreción de diversas y profundas acciones de restauración para paliar la erosión y la desertificación que impactaban esa zona. Que este 5 de junio de 2013, en el que celebramos con alegría los primeros signos de la recuperación de nuestros Humedales de Guanacache, sea ocasión para reflexionar y tomar conciencia de su inmenso valor. Debemos evitar las causas que provocan su desertificación, tanto antrópicas como naturales, y aunar esfuerzos para continuar en el proceso de su recuperación y preservación desde una perspectiva solidaria con quienes sufrieron los daños de antaño y con las generaciones por venir.