Jorge Teillier
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4 Jorge Teillier: El árbol rojo que señala el comienzo del bosque 7 Nostalgia de la Tierra, por Jorge Teillier 8 La Lectura es una Droga, conversaciones con Jorge Teillier 14 El Renacer del Tamarugo, Entrevista a Cecilia Vicuña 18 Homenaje a José Emilio Pacheco 20 Cuaderno de Composición: Elvira Hernández 22 Gabriel García Marquez y Pablo Neruda 24 Conversaciones con Humberto Maturana y Ximena Dávila 30 Museo de la Educación Gabriela Mistral 31 Pedro Aguirre Cerda, Gobernar es Educar 25 Educación Poética Temprana, entrevista a Alejandra del Río 40 LEA! (Recomendaciones) 41 WWW... (Recomendaciones) 42
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Director: Fernando Sáez Editor General: Tamym Maulén Comité Editorial: Jaime Pinos / Raúl Hernández / Rodrigo Hidalgo Diseño, diagramación y fotografía: Maximiliano Andrade / Carlos Mundaca / Felipe Orellana Colaboradores: Carmen Cardemil / Ramón Díaz Eterovic / Pablo Ortega / Leonora Vicuña / Juan Villoro
JORGE TEILLIER Jorge Teillier, por Ramón Díaz Eterovic Nostalgia de la Tierra Conversaciones con Jorge Teillier Cecilia Vicuña José Emilio Pacheco por Juan Villoro Elvira Hernández Adiós, Gabo
Jorge Teillier
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El Árbol rojo que
señala el comienzo del bosque
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“T
odas las tardes regresan sus admiradores /que en la estación se empujan para llevarlo en hombros a la vuelta de su gira triunfal / y lo dejan en la primavera del césped de pez-castilla /donde –como le prometió a su madre– /sueña que ha esquivado –sin despeinarse– los golpes del olvido”. Los versos anteriores pertenecen al poema “A un viejo púgil” que una tarde Jorge Teillier me regaló fotocopiado del original escrito unos días antes. De la primera lectura de ese poema, acodado en una mesa de la Unión Chica, han pasado unos treinta años; y ahora, antes de escribir estas notas, lo releo en la antología Nostalgia de la tierra, publicada en España por la Editorial Cátedra, con la selección y prólogo del poeta Juan Carlos Villavicencio. Un acierto que contribuye al mayor conocimiento de su obra y a que se le reconozca como a uno de los nombres esenciales de la poesía chilena.
2 La imagen del viejo púgil que derrota al olvido, es de alguna manera la imagen del mismo Jorge Teillier que pese a los rigores de su vida y al tiempo pasado desde su muerte, sigue vigente como un pilar insoslayable de nuestra poesía, entre los lectores de poesía y por cierto entre las nuevas generaciones de poetas que lo leen y lo siguen más allá del mito bohemio al que muy a menudo se intenta reducir a Teillier, obviando su poesía, su trabajo crítico y como editor de la revista Orfeo y el Boletín de la Universidad de Chile.
3 De un viaje que hice a Lautaro rescato algunas imágenes. Murales callejeros, un poema grabado sobre piedra al inicio del puente que cruza el río Cautín, una placa en la casa paterna y otra en la plaza que lleva su nombre. Placas para recordar que Lautaro es el pueblo natal de Jorge Teillier y que sus habitantes, desde el alcalde hasta el más anónimo de los vecinos, se sienten orgullosos del vínculo que los une al poeta de los lares. En el aire del pueblo vagaba el aroma de los pinos recién cortados, y el olor del humo espeso de las chimeneas que convertían a cada casa en una antigua locomotora. Un perro recorría la abandonada línea del tren y sobre unos alambrados brillaban las perlas depositadas por la lluvia durante la noche. Al ver la línea del tren recordé la portada de la primera edición de Muertes y maravillas en la que Teillier aparece sentado sobre unos durmientes. 4
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Jorge Teillier
Foto tomada delante del bar NERĂ“N. Vitacura, 1980. (Foto: Leonora VicuĂąa)
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4 A Jorge Teillier le gustaba recordar que había nacido el mismo día y año en que Carlos Gardel entró al país de las leyendas. Contaba que su primer libro, Para ángeles y gorriones, lo había escrito casi por completo en su banco del liceo. Todos los meses compraba sagradamente la revista The Ring en su versión en español. Recordaba haber bebido ron en Panamá con Roberto “Mano de Piedra” Durán, el afamado campeón mundial de boxeo. Le gustaba poner apodos a sus amigos y conocidos. A un escritor que no le caía bien le puso “Recuerdos del pesado” parafraseando el título del libro de Pérez Rosales. Ni su querido amigo Rolando Cárdenas se salvaba; le decía “El arpón chilote”. Tenía una memoria prodigiosa para recordar poemas y viejas formaciones del equipo de fútbol de la Unión Española. Contaba que por su culpa un libro de su hermano Iván tenía 154 erratas. Iván se lo había enviado corregido para llevarlo a la imprenta y Jorge extravió los originales en un cine al que había concurrido con una musa de nombre no revelado. Una tarde apareció con un cuaderno universitario y comenzó a redactar las actas de la Unión Chica; pronto todos los contertulios se unieron a esa tarea hasta que el cuaderno dejó de llegar a la mesa. Decía que Juanito, uno de los mozos de la Unión Chica marcaba una muesca en la barra de madera cada vez que uno de sus clientes habituales fallecía. “Murió mi hijo” nos dijo un día, y luego nos mostró la foto de su gato Pedro. Decía ser un caballero del sur y nunca dio motivo para dudarlo.
5 “La poesía lárica –señaló en alguna ocasión–, es de toda la gente que respete sus tradiciones y antepasados. Puede darse en cualquier lugar”.
6 La poesía de Teillier es un solo y gran poema que nos habla del tiempo del arraigo, de la nostalgia por las cosas idas, de sus libros, de los colores y aromas de las cosas amadas.
7 Veo a Jorge Teillier entrar a la Unión Chica, atento a los saludos que le prodigan los parroquianos con los que solía conversar de lo humano y lo divino. Después de saludar a los amigos lo veo sentarse “a la mesa de los poetas” y sacar de entre sus papeles el último poema que ha escrito o escucho su comentario acerca del libro que ha visto en una librería de viejo y que recomienda leer. Con esos datos llegué a Jack Keruac, Jacques Prevert, Dylan Thomas y tantos otros. De los maestros que reconozco en el oficio de escribir, Teillier es el principal, tanto por su maravillosa poesía como por su modo sutil de enseñar, sin estridencias ni ostentaciones. Jorge era un poeta que se imponía por su transparencia y lucidez. Y lo que se aprendía de él era lo que fluía espontáneamente de sus diálogos, donde siempre había un momento para desentrañar los caminos secretos de la literatura y la amistad.
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8 Y por último, algo que siempre sentí como una suerte de brújula para el oficio literario y que son unos versos del poema que Teillier dedicó a René Guy-Cadou: “Tú sabías que la poesía debe ser usual como el cielo que nos desborda, / que no significa nada si no permite a los hombres acercarse y conocerse. / La poesía debe ser una moneda cotidiana y debe estar sobre todas las mesas / como el canto de la jarra de vino que ilumina los caminos del domingo”. Y luego, los versos con los que remataba ese mismo poema y que de algún modo fueron premonitorios de la suerte destinada a Teillier y su obra: “Pero a ti no te importaba que te escupieran la cara o te olvidaran / porque como tú lo decías, nadie puede impedir a un pájaro que cante en la más alta cima, / y el poeta derribado es sólo el árbol rojo que señala el comienzo del bosque”.
“Los tiempos cambian, pero yo no cambio” (Teillier citando a Billy the Kid)
Nostalgia de la Tierra por Jorge Teillier. Antología editada por Juan Carlos Villavicencio. Colección Letras Hispánicas, Editorial Cátedra. 504 páginas, Madrid, 2013.
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la lectura es una
Conversaciones con Jorge Teillier
Guardián del mito, defensor de un tiempo de arraigo, Jorge Teillier Sandoval nació en Lautaro el 24 de junio de 1935 -el mismo día que murió Gardel-, y murió en Viña del Mar, el 22 de abril de 1996. Poeta fundamental, hoy goza de un prestigio que no le fue concedido en vida. Prueba de ello son las constantes reediciones y antologías que por estos días ponen en valor su obra. Seleccionamos fragmentos de sus Entrevistas, donde sus opiniones y pensamientos parecen estar más vigentes que nunca. Jorge Teillier, para quien vivir poéticamente era mucho más importante que ser un buen escritor de poemas.
Infancia
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o hay infancias felices. Discrepo de las infancias felices. Si tú ves cómo le pegan a un animalito y no puedes hacer nada para remediarlo o ves cómo hay niños en la escuela que de repente están mal. Siendo un poquito solidario no puedes tener una infancia feliz, tendría que ser una infancia egoísta. Como el “Gigante egoísta” tendrías que ser el niño egoísta.
¿Poeta lárico? Me molesta ser considerado un poeta lárico. Lo que pasa es que es una simplificación. Da pábulo para que te encasillen, te pongan etiquetas y te metan en un cajón. No es bueno. Pero eso de los lares era coherente. Era muy difícil de tomar. Hay tantos poetas que no les gusta la ciudad y que vuelven a la infancia y la provincia, vuelven a los lares a la protección de la casa paterna.
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Juan Guzmán Paredes y Jorge Teillier, delante de Bar El Ítalo, Barrio Matta, Santiago, 1979. (Foto: Leonora Vicuña)
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Lo que señalaba en ese artículo (La poesía de los lares, 1965) era una cosa. Era que había una serie de poetas en esa época que sentían una tremenda inclinación por sus lares. Descubrí que no era la nostalgia por vivir allí. Era la nostalgia para que las ciudades no siguieran creciendo, para que por último la vida fuera provinciana en Santiago. La nostalgia es no tener patria en el tiempo. No se trata de resucitar lo que no se puede.
La poesía Me parece extrañísimo que me haya dedicado a escribir poesía. Supongo que yo he cambiado en forma muy profunda y por qué y cómo lo he hecho es un misterio que me gustaría descifrar. Yo digo ese poema parece escrito por otra persona, pero corresponde a algo mío. Eso, los viejos siúticos lo llaman inspiración. A lo mejor llega una voz y tú la sigues, una manera de ser, un estado de ser. No lo sé. Pero, ¿por qué yo hice esto en la vida?, ¿por qué elegí este oficio?, ¿qué me pasó?, ¿por qué yo no estoy con la gente que debo? Lo que pasa es que en lo que llamamos vida hay una elección, pero en la poesía no hay elección. De modo que no te asombras mucho con lo que está sucediendo. Eso no pasa en la poesía. ¿Cómo pude haber escrito esas cosas que me gustaría mucho repetirlas, pero no puedo? Hay otro lenguaje, otras ideas. Al final, el valor literario da lo mismo. El valor de vivir es el que importa. ¿Por qué yo vivía de una manera que me provocaba un estado de magia? ¿Y por qué ahora no puedo vivir así? Uno cree que la poesía es religión. Sin saberlo los poetas son muy religiosos. La poesía reemplaza lo que llamamos religión, nuestras ceremonias, nuestra manera de comunicarnos con los demás, nuestro amor al prójimo y nuestro mensaje. Entonces el poeta llega a ser profeta y de repente se encuentra solo. No tiene salud física y no sabe cómo enfrentarse con la realidad. La realidad es un peso muy doloroso, dice T.S. Eliot que era empleado de banco. El asunto sería equilibrar lo práctico y el sueño. Cuando el sueño se apodera de ti, estás mal. La poesía te da la conciencia de que tú eres una persona, poeta o escritor, que tiene que dar un mensaje y que tiene que conservarse bien, escribiendo bien, cuidándose, no aniquilándose. Lo que pasa es que la poesía es tan fuerte que te puede aniquilar. Te puede llamar a no hacer ninguna otra cosa. Un pequeño éxito te puede matar, así que es mejor no tener éxito. Habría que vivir todos los días como si fueran días de fiesta. Como los niños el día de su cumpleaños. Eso se llama utopía, se llama nostalgia del futuro; no de recuperar la niñez, porque cuando éramos niños teníamos que ir a la escuela, a pesar de que para mí la escuela era una gran diversión.
Educación La educación a mí me parece que está mala en la parte literaria. Digamos literaria entre comillas. Lo que parece no comprenderse muy bien es que querer la literatura y la poesía es querer ser más de lo que tú ya eres. Si en el colegio no les enseñan a leer textos o a quererlos, para mí toda la enseñanza actual a través de los productos que veo es una enseñanza deformada, que tiende a adoptar la literatura como información: no enseñan a quererla. El problema ahora es más serio: la enseñanza no es enseñanza. Hay un profesor
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Cumpleaños de Jorge. Se ve a Felipe Landea, Jorge Teillier y uno de los garzones. Bar Unión Chica, Nueva York 11, 1983. (Foto: Leonora Vicuña)
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que no sabe transmitir. No sabe transmitir la bondad de tener acceso al texto, sino que transmite la forma de descifrar un texto. Quieren programar a la gente para amaestrarla y eso no sirve para nada. Pensemos cómo hablamos. Un muchacho que se tituló con una tesis sobre mi poesía, me dijo que el chileno típico usaba ciento cincuenta palabras. Pienso que antes la formación pedagógica era más positiva que ahora. Lo digo por sus frutos. Pero es algo que tiene que venir de mucho antes. Cuando era niño mi padre recitaba a Esproceda. ¿Por qué la gente tomaba esos poemas y les servían en su vida cotidiana?
La lectura Para mí la lectura es una droga. Jamás me han preocupado los libros como cosas. No soy bibliófilo. No tengo ningún libro que no sea para ser leído. Los libros me sirven a mí, yo no les sirvo a ellos. Si entro a una casa con libros soy un libro más. Pero si no hay ningún libro, me miran con sospecha si empiezo a hablar como libro. Una casa sin libros no es una casa. Sin libros leídos, además. No libros comprados por metros. No libros de adorno. El libro es un hermano. Si yo toco un libro publicado en los años treinta en Ercilla, con su textura de papel muy vulgar, amarillo como los de Quimantú en los años setenta, es algo poético también. Eran libros que se leían.
La muerte Yo creo que todos pensamos en la muerte dos veces al día: al levantarnos y al acostarnos. No se trata de estar preparados o de familiarizarnos, sino más bien de gozar el presente y valorizar lo bien que podemos estar si no nos proponemos grandes metas. Creo que habría que prepararse para vivir bien con uno mismo dejando a un lado lo accesorio. Esa es la verdadera libertad.
El poeta de este mundo Somos privilegiados. Son veinte para las seis de la tarde y estamos aquí en un bar conversando hace tres horas. Sin prisa, sin necesitar nada más que un pequeño estímulo intelectual. No van a existir otros como nosotros en unos años más en Chile. ¿Por qué? Porque todo el mundo quiere ganar plata. Aquí no estamos ganando plata. Después, porque todo el mundo se aburre. Nosotros no nos aburrimos tanto. Somos los últimos sobrevivientes. Esto es un estatus. Nos llegó. Tenemos suerte. Poca gente tiene esta suerte. Nuestros hijos no la van a tener. Ya no la tienen. Van a estar todo el tiempo pegados a la vieja máquina. Agradezcamos que somos escritores, que tenemos solidaridad, que tratamos de no ser envidiosos y que somos personas que debemos cultivar nuestro oficio como un buen jardinero. Extractos de los libros: Conversaciones con Jorge Teillier, de Carlos Olivares (Editorial Los Andes, 1993) y Jorge Teillier. Entrevistas (1962-1996) (Quid ediciones: Santiago, 2001).
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Por Jaime Pinos
El renacer del tamarugo Dos proyectos ocuparon a Cecilia Vicuña durante su reciente visita al país. El primero es la edición del libro Zen Surado. Textos escritos entre 1965 y 1972 que demoraron cuarenta años en publicarse y dan una especial perspectiva de esa época. El segundo es una exposición que recrea su rol como fundadora de la agrupación Artists for Democracy, creada en Londres el año 1974 para apoyar la resistencia contra el golpe militar. Aquí habla de la vigencia y la conexión de estas experiencias con la irrupción actual de la voz y la imaginación crítica de los jóvenes, así como de algunos de los fundamentos de su poesía y de su arte.
Un libro rescatado al mar
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magínense un tiempo en que Chile era un lugar donde todo era posible. Aparece Alfonso Alcalde, gran poeta, que pasa a hacerse cargo de una colección de Quimantú que se llamaba “Nosotros los Chilenos”. Libros más baratos que una cajetilla de cigarrillos, para que los leyera todo el mundo. En los tres años en que Alfonso se hizo cargo de ese proyecto, Chile se convirtió en un campeón mundial de la producción de libros. Yo no sé, leí o supe no sé cómo, me imaginé quizás, que también era un lugar para la poesía. Fui a ver a Alfonso Alcalde. Llego yo, una cabra chica, muy fresca y campante, con un manuscrito de más de cien poemas. Me presento. Alfonso me mira, no nos conocíamos, por supuesto. Bueno, le digo, tengo aquí este libro. Déjame leerlo, me dice. Le dejo mi teléfono. A los pocos días me llama y me dice, “Cecilia, ven de inmediato”. Alfonso estaba totalmente fascinado, deslumbrado. Se levantaba de la silla, se sentaba, sudaba, se agitaba. Lo veía como un animal de pelos erizados, pero de fascinación frente a un fenómeno nuevo. Ese fenómeno nuevo era el sexo. El erotismo de una mujer sin vergüenzas. Lo malo es que nosotros, acá en Quimantú no publicamos poesía, me dijo. Quiero publicarlo en la editorial Ediciones Universitarias de Valparaíso, donde mi amigo Óscar Luis Molina que está haciendo unas ediciones fabulosas. Me trajo para acá, firmé un contrato en Valparaíso para publicar ese libro. Eso fue el año 71. Qué sucede después: me dieron una beca, me fui a Londres. El libro no sale, no sale, no sale. Llega el golpe militar. Pasan y pasan los años. Me entero de que Óscar Luis Molina, que fue perseguido y exiliado, dice que agarraron los libros de la editorial y los tiraron al mar. Imagínense a este pobrecito
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Cecilia Vicuña
Cecilia Vicu単a
Portada del libro Zen Surado de Cecilia Vicu単a.
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manuscrito, totalmente desnudo y del cual existía sólo una copia, tirado al mar, como tiraron los cuerpos de los desaparecidos. Después pasan casi cuarenta años y me encuentro con Zurita. Él me cuenta que Óscar Luis Molina le dio mi manuscrito a leer. Que tanto él como Juan Luis Martínez leyeron este libro en formato manuscrito. O sea, este manuscrito fue prohibido, pero fue leído al menos por dos poetas, Zurita y Juan Luis. Pasaron los años y me olvidé que existía este libro. Hasta que hace poco, Julieta Lynd me pide permiso para leer materiales en mi archivo y llega a mi casa en Nueva York. Encuentra este manuscrito y me dice: ¿y esto? Yo le digo, sí, sí, ahí está. Entonces ella me dice: acá hay una conexión con el movimiento de los estudiantes de ahora.
Socialismo erótico En esa época vino a Chile Roberto Matta. Le vino un entusiasmo descabellado cuando supo del triunfo de Allende y se vino a instalar acá. Hacía las declaraciones más extraordinarias y maravillosas. Cuando hablaba, sus palabras eran verdaderos poemas encarnados en la locura ilimitada de su genialidad. Estar con él, escucharlo, era algo maravilloso. Nemesio Antúnez invitó a algunos artistas a conocerlo, a conversar con él. Me acuerdo que una de las cosas que decía era que el socialismo tenía que ser erótico. Me invitaron a hacer una exposición en el desierto, en Antofagasta, y me entrevistaron. Yo era una cabra chica, veintidós años tenía. Y me preguntan qué pensaba yo del socialismo. Entonces cito a Matta y digo que el socialismo debía ser erótico. Al día siguiente, la cuestión sale en un diario de Antofagasta de titular: “Esta sí que es buena: el socialismo tiene que ser erótico”. O sea, como cagándose de la risa de Matta, de mí y de nosotros. Sin embargo, así era la vida para nosotros, así vivíamos. Estos poemas reflejan eso. La desnudez Me empecé a meter a google con mucha más intensidad que antes y empezaba a encontrar esta idea de que los estudiantes chilenos, hombres y mujeres, se empelotaban para salir a la calle. En Concepción, en Santiago y posiblemente en otras ciudades. Cuando vi eso me vino como una felicidad sobrenatural. Como si yo hubiese sido el arbolito muerto que brotaba otra vez. Me imaginaba esos tamarugos del desierto que están secos por cincuenta años y les cae una gotita de agua y vuelven a brotar otra vez. Esa fue la sensación que sentí cuando vi las niñas en pelota, me reconocí. Porque cuando yo era joven y no me daba frío, escribía en pelota porque ese era mi estado natural. Esa era la forma en que el poema fluía en forma total. Yo buscaba una desnudez de adentro y de afuera. Una desnudez de las palabras, una desnudez de conceptos. Buscaba sentir una totalidad entre yo y lo que estaba siendo sentido, que me sentía a mí como yo lo sentía a ello. Esa es la conciencia verdadera. La conciencia que no está en uno, sino que está en todos. Uno participa y la siente. Yo sentí que esa conciencia había vuelto a Chile. Era la primera vez que sentí que la dictadura había fracasado. Si existía gente joven capaz de creer, pensar y decir, la dictadura no había triunfado. A pesar de todas las apariencias, a pesar de que todavía estemos bajo el poder de esa constitución maldita, si los seres son posibles como seres libres, entonces la dictadura no triunfó.
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Artistas por la democracia Cuando terminé la Escuela de Bellas Artes, postulé a un trabajo acá en Valparaíso y no me lo dieron. En vista de eso, postulé a una beca imposible de conseguir en Londres porque yo tenía menos de la edad estipulada, tenía 23 años. Pero, increíblemente, me dieron la beca. Estaba en Londres cuando fue el golpe militar. Hay una historia que le ha sido robada al pueblo chileno: la pasión que causó Allende y la Unidad Popular en el mundo. Cuando yo llegué a Londres, a fines del año 72, me encontré que esa pasión estaba en todas partes: los obreros, los sindicatos, los artistas, los intelectuales, en todo el mundo. Era como una especie de foco, como si Chile fuera un farol. Era una luz en el mundo como un punto democrático de revolución dentro de la ley. Algo insólito, nunca visto. Era algo que realmente entusiasmaba a todo el planeta. Después del golpe, en Londres, me convertí rápidamente en vocera de la Unidad Popular, de esa tragedia, de ese borrón de una posibilidad humana. Empecé a hablar en reuniones de artistas y hablé siempre con tanto dolor de lo que había pasado, que los artistas de inmediato se juntaron en torno a mí para decirme: qué podemos hacer. Yo les propuse hacer una nueva organización, inventar un festival para la democracia en Chile. Así se fundó Artists for Democracy. Es interesante que toda esa historia se haya borrado por completo. Yo creo que se borró porque fue necesario, a mediados de los años setenta, cuando se instalan todas esas dictaduras acá en Latinoamérica y también se empieza a instalar el neoliberalismo en Europa. Era necesario borrar todo ese movimiento. A Chile había que borrarlo.
Arte multidimensional A veces pienso que soy como un animal en extinción. Aunque fui a la escuela de Bellas Artes, gracias a que estudié pedagogía, nadie me trastocó la cabeza, nadie se metió o se logró meter en mi imaginación. Yo seguí como una animal silvestre imaginando el mundo, sin divisiones y sin separaciones. No pensaba que había una cosa que se llamaba la performance y otra que se llamaba happening y otra que se llamaba la danza. Pensaba que había una cosa que era un ser o un existir en totalidad. Creo que esa es la herencia precolombina, la herencia innata de las culturas milenarias de las cuales nosotros somos los mestizos herederos. Me siento completamente heredera de esa tradición. También pienso que la tradición europea, que constituye mi otro lado, también tiene esa línea silvestre, pero la tiene más sepultada. Pero es cosa de rascar un poquito. Por eso existe el surrealismo, por eso existen los poetas románticos alemanes. Otra cosa que está presente en todas las culturas humanas es la necesidad del colectivo, de la colaboración, del trabajar juntos. Ese aspecto multidimensional de mi arte, que no reconoce género, ni divisiones, ni límites, también opera en cuanto a que siempre, desde el primer momento, siempre, inventé colaboraciones o me abrí a colaboraciones o recibí colaboraciones. Eso fue igual en los años sesenta cuando yo era una chica chica y ahora que soy una vieja chica. Es igual, yo sigo trabajando siempre en colaboración. Lo que no quita que trabajo la mayor parte del tiempo en mi soledad y en mi silencio. Eso también es parte de la colaboración. Colaboración es estar vivo, es respirar. La colaboración es pensar en una palabra que uno ha heredado, que fue creada hace miles de años y que nosotros la pronunciamos, la acariciamos con la saliva. Mi último libro en Estados Unidos se llama Templo es saliva. Eso es el habla para mí. (Entrevista realizada en Casa Museo La Sebastiana. Valparaíso. Verano de 2014)
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Homenaje a
el rescatista
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escubrí a José Emilio Pacheco con el cuento “El parque hondo”. Yo apenas salía de la infancia y aquel título me recordó al Parque Hundido, donde creí arriesgar mi vida en un patín del diablo. La literatura mexicana es un paraje de niños ausentes o castigados. Pacheco eligió testigos infantiles, niños confundidos, que vacilan lo suficiente para mejorar el impositivo universo adulto. En “El parque hondo” una gata es envenenada pero sobrevive. Su dueña decide sacrificarla para ahorrarle sufrimientos. Le da dinero a su sobrino para que la lleve al veterinario. Con un amigo, Arturo urde un plan: matarán a la gata y se quedarán con el dinero. Además, la gata recibe más afecto que él. Matarla es también una venganza. La llevan al parque hondo; deciden aplastarla con una piedra, pero están nerviosos: la gata escapa. Arturo se queda con el dinero y vuelve a casa de la tía. Tarde o temprano, se descubrirá que no fue al veterinario. Él desea que la gata regrese, pero nadie se acerca a la ventana. No soporta tener esos billetes espurios. Los rompe y los arroja al viento. Ahí termina el relato. Un ritual de maduración doloroso, un sacrificio vacío, en nombre de la absurda edad adulta. Siempre me pregunté adónde habría ido a parar aquella gata. Aunque estaba envenenada, escapó con agilidad de sus verdugos. En cambio, era fácil suponer que el niño no pudo cometer una crueldad que lo beneficiaba. El autor que escribió en nombre de ese niño sería el mayor crítico mexicano de la modernidad y sus abusos. El ecocidio, la crueldad contra los animales, la persecución de las minorías raciales o religiosas, la corrupción moral y los abusos del poder fueron temas obsesivos de Pacheco. Como Walter Benjamin, entendió el progreso como un vendaval que todo lo destruye. Veía al ser humano como el arrogante inquilino de un mundo en el que hace trampa. En “El principio del placer” los luchadores que pelean en el ring no respetan sus máscaras (terminado el teatro de la sangre, los presuntos enemigos comparten cervezas). En “Tarde de agosto”, un niño fracasa en atrapar una ardilla y hace el ridículo, subido a un árbol. Para castigarse, es decir, para “madurar”, quema lo que más le gusta: su colección de cómics. En el zoológico, Pacheco pensaba en los animales destazados para que otros coman y en el hacinamiento que permite contemplar lujosas pieles. Incluso sus artículos de circunstancia obligaban a suponer lo peor. Recuerdo uno, sobre los cuarenta años del bolígrafo, en el que imaginaba el cementerio al que iban a dar todos esos útiles de plástico, una cripta contaminada, imposible de degradar biológicamente. A propósito del poeta Ramón López Velarde, imaginó lo que hubiera pasado en caso de no morir a los 33 años. ¿Se habría convertido en un burócrata de nuestras letras? ¿Medraría como un acomodaticio funcionario cultural, añorando el talento que derrochó en su edad primera? Pacheco alertó sobre el error de considerar que un destino no puede perjudicarse: incluso el más grande de los poetas podría haber tenido acceso a la mediocridad.
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La gama de infiernos a la medida concebidos por Pacheco es muy amplia. El relato “Aqueronte” narra el desencuentro de dos personas incapaces de decir que se aman, y la novela Morirás lejos despliega un perfecto ejercicio de paranoia (un hombre sospecha de otro; eso basta para narrar la historia del antisemitismo). Una y otra vez, Pacheco daba la señal de alarma y parecía tocar las trompetas del Juicio Final. El óleo “La Torre de Babel”, de Brueghel, lo cautivó por dos razones que definían su propia técnica: el asombroso despliegue de detalles y la representación de la cultura como ruina. Exactitud en la forma, devastación en la imagen de conjunto. En un ensayo tan apasionado como iluminador, Christopher Domínguez Michael se refirió a la gran paradoja que entraña leer a Pacheco: su pesimismo es genuino pero engañoso. El más ilustrado de los aguafiestas brindaba una felicidad inesperada; después de anunciar el apocalipsis y la bancarrota moral de nuestro tiempo, anuncia que no todo está perdido. En su inagotable columna periodística “Inventario” (firmada con las discretas iniciales JEP, que no postulan a un autor sino a un secretario cívico), Pacheco apostó por la civilización con la misma constancia con que denunció la barbarie. Ecologista con los nervios de punta, advirtió que la marea sube y el fuego avanza: el hombre no suspende su exterminio, pero algo puede rescatarse. Los muchos autores que leyó para acercarlos a nosotros, la insospechada mezcla de temas que sólo gracias a él se tocaban, las curiosidades que pescó en el torrente del acabamiento, son muestras de felicidad cumplida. No es casual que los rescatistas del terremoto de 1985 lo llevaran a escribir un poema elegíaco. El cronista del desastre reconocía a los suyos, a los que asumen la tragedia para superarla. ¿Qué pasó con la gata perdida en el cuento “El parque hondo”? Si Pacheco fuera un agorero amargo, no sabríamos nada más. Regresó, transfigurada en estos versos: “Ven, gato, acércate / Eres mi oportunidad de acariciar al tigre”. El mundo avanza hacia una inescapable extinción. En ese horizonte amenazado, José Emilio Pacheco salva un gato y lo convierte en tigre.
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Elvira Elvira Hernรกndez Hernรกndez
Elvira Hernรกndez
Elvira Hernรกndez, 2014.
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García Márquez: —Tengo tendencia a convertir el relato, la novela, en poesía. Los poetas y los novelistas podemos llegar a una coexistencia pacífica, siendo los poetas cada vez más narradores y los narradores cada vez más poetas y nos pongamos tan contentos, como estoy yo ahora, porque te han dado el premio Nobel a ti. Y como espero que te pondrás muy contento cuando me lo den a mí…
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Pablo Neruda: —Te lo van a dar muy luego… Yo no tengo dedos para el piano en la novela; en cambio, en la poesía me siento como un pez en el agua. Sin embargo, leo y mastico muchas novelas. No se puede prescindir de la novela: para mí la novela es el bistec de la literatura. GGM: —Y si la novela es el bistec, entonces, ¿qué vendría siendo la poesía? PN: —La poesía es algo más íntimo y más recogido: la poesía es una comunicación secreta. GGM: —Para finalizar, quiero saludar al pueblo de Chile por la merecidísima distinción del Premio Nobel a un poeta chileno, que para mí es el más grande poeta del siglo XX en todos los idiomas...
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(Rescatado de una conversación entre Pablo Neruda y Gabriel García Márquez. París, Embajada de Chile en Francia, 1972.)
Humberto Maturana & Ximena D谩vila Museo de la Educaci贸n Gabriela Mistral Pedro Aguirre Cerda Educaci贸n Po茅tica Temprana
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Por Tamym Maulén
Conversaciones con
Hace catorce años Humberto Maturana y Ximena Dávila cofundaron la Escuela Matríztica, para el desarrollo y estudio de la matriz biológico-cultural de la existencia humana. Desde entonces, han desarrollado un trabajo de investigación y pensamiento que será plasmado en el libro El Árbol de la Vida, a publicarse este año. Preocupados de lo que han denominado la “Biología del Conocer y del Amar”, el tema educacional ha sido fundamental en sus reflexiones. En exclusiva, conversamos con ellos sobre equidad, oportunidades y educación en Chile.
¿Qué es la educación? ¿Qué significa educar? Ximena Dávila: Preguntarse por la educación es preguntarse por algo fundamental: ¿cómo es que a los seres humanos le importan las otras personas y a veces no? La educación es una transformación en la convivencia. Esto significa que nos estamos educando siempre porque siempre nos estamos transformando en la convivencia hasta que nos morimos. Hoy decimos que tenemos una gran desigualdad en la educación, que no todos contamos con las mismas oportunidades. Humberto Maturana: ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de igualdad? Porque no somos iguales. Somos todos distintos. ¿O estamos hablando de otro concepto más fundamental que es el de la “equidad”? Que no tiene que ver con que seamos iguales. “Equidad” pareciera decir “igualdad”, pero no dice “igualdad”, dice “legitimidad de las diferencias”, que es otra cosa. Uno sabe que cuando no hay equidad se está violando una relación fundamental de respeto a las diferencias, ya sea exagerándolas o minimizándolas. XD: Y cuando hablamos de oportunidades: ¿de qué estamos hablando? Por ejemplo, yo voy al sur de Chile y a lo mejor voy a un lugar donde “no hay oportunidades” y veo personas felices, viviendo en coherencia con el mundo natural. Yo puedo tener un mundo de oportunidades materiales, pero si no tengo ese espacio amoroso, no pasa nada. HM: El tema de las oportunidades se confunde o se enreda con el tema de la discriminación. En el fondo, lo que se quiere es que no seamos discriminados de antemano para seguir un camino u otro y eso es lo que querríamos decir con “iguales oportunidades”, pero son cosas distintas. Porque tú pones a dos personas frente a lo que parece ser la misma situación y dices: “aquí tienen los dos la misma oportunidad” y ambos ven cosas distintas.
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Antes, cuando ustedes se educaron, ¿la discriminación era mayor o menor que ahora? HM: Cuando yo era pequeño lo que se llamaba “educación pública”, que tal vez se describía desde la idea de ofrecer igualdad de oportunidades a todo el mundo, en el fondo consistía en no crear situaciones de discriminación, porque la oportunidad va a depender de cómo cada persona ve la circunstancia. Entonces, la idea de una educación pública era: “configuremos un espacio educacional que no participe de una discriminación”, de alguna clase u otra. Por ejemplo, por recursos económicos, por origen político, étnico o por cualquier cosa. En ese sentido, todos los niños serían iguales, pero no son iguales. Al menos no estarían siendo discriminados antes de empezar a encontrarse con un espacio educacional acogedor, que podría guiarlos a una visión que los hiciese ciudadanos serios, éticos y responsables. Esa fue la intención de la declaración de la educación pública antes que yo fuera al colegio. Hoy en día esto no es así. XD: En mi familia no viví discriminación, tampoco la escuché y no era parte de la cultura familiar. Sin embargo, en el aula empecé a ver los primeros atisbos de discriminación. A personas de colegios particulares que llegaban al liceo (Liceo 1 de Niñas) casi como un castigo. Esto de la discriminación, tan potente hoy día, se empezó a gestar hace muchos años atrás. HM: Sucede que la historia de nuestro país es la historia de discriminación de clases, de labores, de etnias, de origen racial. O eres criollo o eres europeo. Esa es nuestra historia. Pero al mismo tiempo hay un intento de que eso no pase. La creación del Instituto Nacional y la Universidad de Chile intentó crear un ámbito de no discriminación, pero surgía discriminador porque era para la educación de aquellos que iban a tener responsabilidades en el ámbito directivo, por así decirlo, de las decisiones del país. El tema de la discriminación es muy insidioso porque pertenecemos a una cultura discriminadora, en estos momentos históricos. Entonces cuando los jóvenes hacen sus manifestaciones y hablan de “no al lucro”, están hablando de “no motivos de discriminación”. El lucro es una malversación de fondos. Eso es el lucro. Malversación quiere decir “cambiar la orientación, cambiar la dirección en función de una ventaja particular de las personas que manejan esa institución”.
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¿Qué pasó en Chile para que ese espíritu de no discriminación, en el que ustedes se educaron, haya desaparecido? Todos sabemos qué pasó, pero estaría bien que lo conversemos. XD: No sólo pasó en Chile, pasó en el mundo en que nos orientamos en un trasfondo competitivo, a competir los unos con los otros. Sí, hubo dictaduras en Latinoamérica que fueron genocidios espantosos y que no queremos volver a repetir. Sin embargo, creo que el mundo, en general, la psiquis humana se orientó al éxito, a la competencia, a la acumulación, al ganar, a este afán de buscar y de ser superior que otros. HM: Si miramos el origen: ¿en qué medida el origen nos ayuda? Yo creo que nos ayuda para darnos cuenta de qué no es constitutivo de nuestra condición humana. Eso es fundamental. Porque nos ayuda a ver cómo queremos seguir de aquí para adelante. Qué vivir queremos hacer ahora. XD: Si no, no tenemos salida. El futuro de la humanidad no son los niños, las niñas, ni los jóvenes; somos nosotros los adultos hoy día. Porque el tema no es el cambio de la educación, es qué queremos conservar en la educación. Queremos conservar que los niños, niñas y jóvenes sean adultos éticos, responsables, autónomos, reflexivos y creativos. Si queremos conservar todo eso: ¿lo estamos haciendo con la educación de hoy? No. ¿Cuál es la educación que quisiéramos construir? ¿Cuál es el Chile que quisiéramos? HM: Primero, tenemos que preguntarnos qué queremos conservar de nuestro convivir, en nuestras relaciones con los jóvenes, con los niños, en las relaciones laborales. De modo que sintamos que estamos conservando un camino de haceres, sentires y reflexiones que nos llevan a generar un espacio de convivencia ético en la equidad, en el mismo respeto, en la colaboración, en un proyecto común. En el fondo, uno tal vez tendría que preguntarse: si aquí tengo un profesional o tengo cinco profesionales, acá tengo técnicos, acá tengo artistas, acá ingenieros, tecnólogos, trabajadores, en fin. ¿Qué quisiera yo que fuese común en todos ellos, para que configurasen un país que es también respetable por todos los seres humanos que lo componen? Entonces, estamos frente una oportunidad única para reflexionar sobre estos temas. XD: Creo que el mundo, el planeta está viviendo la gran oportunidad, dada por la tecnología, que permite oportunidades como nunca antes. Nosotros hablamos de que estamos o estaríamos en el comienzo de la era psíquica de la posmodernidad. HM: Efectivamente, yo también pienso que es una gran oportunidad y que tenemos que prestar atención a qué queremos conservar en nuestro vivir cotidiano, como un ámbito generador de bienestar, desde la colaboración en el mutuo respeto. A propósito del mutuo respeto: ¿Será ese mundo que queremos no tanto del “yo” sino del “nosotros”, del respeto por el otro y por nosotros? HM: Somos seres sociales. ¿Qué pasaría, aquí, si alguien viene con una fuente llena de chocolates y te la pasa a ti o a cualquier de ustedes? La compartiríamos. Todavía los jóvenes harían eso. Pero en una circunstancia de estudio, que hicimos con la Universidad Adolfo Ibañez sobre el desarrollo del vivir en el lenguaje en los niños de Santiago y niños mapuche, filma-
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mos una vez por semana durante tres años, al mismo niño o niña. En algún momento hubo un cumpleaños, de un niño mapuche y de un niño “huinca”, y se produjo esa situación. La reacción fue diferente. El niño Huinca dijo: “todos los chocolates para mí”. En cambio, el niño mapuche tomó los chocolates y fue compartiéndolos con todos. XD: Para poder respetar a otro tienes que respetarte a ti mismo. Si yo estoy en el centro de mí mismo y me amo, me respeto y estoy bien conmigo, voy a estar bien con los otros. No puedo estar bien con los otros si estoy vacío de mí mismo. Y luego de eso, me hago una pregunta fundamental: ¿elijo el querer que yo quiero?, ¿elijo mi querer? Y en ese acto está la experiencia de libertad. Soy libre, porque desde amarme a mí mismo y respetarme elijo mi querer. Elijo el querer que quiero. HM: Ese es el punto: respetarse a sí mismo no es ser individualista. Porque el respeto a sí mismo no se constituye en la falta de respeto hacia el otro. Esa es una confusión, porque si me respeto a mí, justamente de respetarme a mí mismo, desaparece el egoísmo, la envidia, la hipocresía y la ambición. O sea, el respeto por sí mismo, el amar, es el antídoto para todo eso. Si tú te respetas a ti mismo, si tú piensas que tu trabajo lo haces con seriedad, que hay cosas que no quisieras hacer y que estás dispuesto a cambiar y estás moviéndote en lo que quieres conservar, no va a aparecer la envidia ni el egoísmo. ¿Y eso es lo más bello? XD: Lo más bello es sentirte entero en el bienestar, desde el respeto por ti mismo, que te abre las puertas para ver a los otros y otras, desde ese mismo espacio sensorial-emocional. HM: En el momento en que te respetas a ti mismo, no tienes que tratar de respetar al otro, aparece solo el respeto. Por ejemplo, lo que sucedió en el reciente incendio en Valparaíso: si yo me conmuevo, voy a participar y colaborar en lo que se necesite. Si lo hago desde el respeto por mí mismo, no tengo ningún conflicto. Pero si lo hago porque quiero mostrar que me preocupo por el otro, entonces voy a estar en conflicto, porque estaré distorsionando todo el espacio. En el momento que tú te respetes a ti mismo, aparece el otro, porque tu presencia no consiste en negar al otro. Lo que haces no consiste en hacer algo mejor que otro. Lo que tú haces no tiene que disminuir al otro, no pasa por ahí. XD: Entonces, si tú me dices: ¿cuál es la felicidad?, ¿qué queremos? Un mundo sin apariencias, un mundo de verdad, un mundo donde las personas nos importen de verdad, todos los días, en todo momento, desde la vida familiar a la ciudadanía, a todo. Ustedes han reflexionado sobre temas trascendentales. Les pediría que me dijeran en pocas palabras lo que opinan respecto a algunos conceptos que paso a enumerar. -Amor. HM: Un observador dice que hay amar cuando una persona se conduce de modo que, a través de su conducta, ella misma, el otro, la otra, surgen como legítimos otros en convivencia con él o con ella. -Respeto. XD: Un gran regalo que me dio mi papá y mi mamá como criterio de validez para mi vivir. Y que uno puede dárselo también a sus niños y niñas, alumnos y alumnas. HM: El respeto es otra forma de hablar del amar, porque ocurre en el dejar al otro aparecer en su legitimidad con uno, sin exigencias, sin supuestos, sin expectativas. 28
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-Libertad. HM: La experiencia que uno tiene cuando se pregunta si quiere lo que quiere. -Futuro. XD: El futuro no está. Es un modo de estar en el presente. Como estemos hoy, estaremos en lo que llamamos futuro, pero no existe. -Equidad. HM: Uno habla de equidad, o dice que existe, cuando en una relación de acuerdos de trabajo, de compromisos laborales, de acceso a los medios de subsistencia, uno no siente queja porque haya ilegitimidad en la distribución. Para finalizar: ¿qué es para ustedes vivir poéticamente? HM: Yo diría que el vivir en el ámbito poético es vivir siempre abierto a ver si lo que es válido en un dominio, es válido en otro. XD: Para mí no hay un vivir poético, hay un convivir poético. Convivir con otro un vivir, como seres vivos, en el pasarlo bien, en el compartir, en el reírse, en el disfrutar. ¿Cuál dirían que es el legado que les gustaría dejar? ¿Cómo les gustaría ser recordados? XD: Me gustaría dejar un legado que dijera “se la jugó”. Fue jugada, se la jugó. Se paró frente a la adversidad y siguió adelante. Me gustaría ser recordada como alguien que se la jugó por eso. HM: ¿Cómo me gustaría ser recordado? Con agrado. Santiago de Chile. Abril de 2014.
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Museo Gabriela Mistral
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l antecedente más directo del actual Museo de la Educación Gabriela Mistral fue la Exposición Retrospectiva de la Enseñanza que se organizó en el Museo de Bellas Artes el año 1941, como parte de las celebraciones en conmemoración del cuarto centenario de la fundación de la ciudad de Santiago. Esta muestra, compuesta principalmente de afiches, material didáctico, cuadros artísticos y datos estadísticos, revisaba la historia de la educación primaria, secundaria y universitaria en Chile desde el periodo colonial hasta 1941. Una vez finalizada esta exposición se consideró necesario mantener el valioso acervo que se había recopilado en un lugar que permitiera que fuera visitado por la ciudadanía. Gracias a esta iniciativa, el 13 de septiembre de 1941 se fundó el Museo Pedagógico de Chile por decreto Nº 4.608 firmado por el Presidente de la República de entonces, don Pedro Aguirre Cerda. Su primer conservador, como se le llamaba entonces al director, fue el mismo organizador de la Retrospectiva, el profesor Carlos Stuardo Ortiz. En el mismo decreto se definieron los objetivos de esta institución: abarcar la educación pública y privada, reunir los elementos que permitieran comprender el desarrollo de la educación nacional y exponer la producción artística, científica, literaria y didáctica del profesorado. De esta forma, el museo asumió un rol patrimonial, social y didáctico y se autorizó a su director a retirar todo el material y mobiliario escolar que estuviera en desuso y/o no inventariado de todas las escuelas de enseñanza primaria, secundaria, normal, comercial, industrial, minera, etc., y de las bibliotecas de estos mismos establecimientos, con lo cual se dio inicio a la colección del Museo de la Educación Gabriela Mistral. El museo ha estado ubicado en seis sedes distintas a lo largo de su historia. Desde 1981 ocupa el ala poniente del antiguo edificio de la Escuela Normal N°1 de Niñas “Brígida Walker” (inaugurado en 1886). En este inmueble lo sorprendió el terremoto de 1985, el cual provocó daños de consideración en su estructura. A partir de esta fecha, el museo suspendió sus actividades de atención de público, por lo que sus colecciones dejaron de exhibirse; sólo su biblioteca especializada continuó prestando servicios a la comunidad. El año 2000 la DIBAM, en estrecha colaboración con el Ministerio de Educación y el Colegio de Profesores de Chile A.G., inició un sostenido y vehemente esfuerzo para restaurar el edificio, recuperando su arquitectura original. Este proceso culminó con la reapertura del museo el 8 de marzo del año 2006, tras 21 años de interrupción. Surgió de esta forma, como heredero del Museo Pedagógico, el Museo de la Educación Gabriela Mistral, que toma su nombre de la primera Premio Nobel de Literatura de Chile
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Museo de la Educación
y Latinoamérica, haciéndose eco de la historia del edificio que lo alberga; lugar donde esta poetisa obtuvo su habilitación para ejercer como profesora primaria en 1910. Con el cambio de nombre se buscó, además de ampliar su rango de competencia, rescatar la diversidad y heterogeneidad de los procesos educativos, y, por cierto, poner en relieve a esta magnífica intelectual nuestra tanto en su dimensión de maestra, como de teórica de la educación. Se puso así, de nuevo, a disposición de la comunidad un espacio capaz de concentrar y contener prácticas diversas, y generalmente yuxtapuestas, lugar en el que se difunde y comparte con la comunidad el patrimonio que el museo posee y conserva. Museo de la Educación Gabriela Mistral Chacabuco 365. Santiago de Chile. www.museodelaeducacion.cl
“Gobernar es Educar”
Pedro Aguirre Cerda
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I
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I. Clase de dibujo. Liceo de Niñas de Linares, 1927. II. Revista de Gimnasia. Escuela N° 80 República de Costa Rica. III. Clases de Educación Física. 1944.
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III
IV
V
IV. Olla escolar “Luis Miguel Amunategui Johnson”. 1917. V. Alumnas en clase de química. 1937. VI. Escuela Superior Salvador Sanfuentes, 1921.
VI
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Fuente: Archivo Fotográfico del Museo de la Educación.
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Por Raúl Hernández
Entrevista a Alejandra del Río ¿En qué se basa tu trabajo de Educación Poética Temprana?
La Educación Poética Temprana surge después de sufrir una crisis de sentido con la poesía que se resolvió volcándome hacia mi infancia, cuando, a instancias de mi profesora Victoria Castro, respondí las preguntas de Neruda. Ese fue el germen de la Educación Poética Temprana. Yo tuve una y fue fabulosa para mí. En medio de la dictadura, perteneciendo a un grupo perseguido y diezmado, obtuve refugio y belleza de la poesía. Encontré una forma de expresar catarsis y de elaborar miedos, de transformar traumas. Eso nunca se me olvidó, me acompaña siempre, porque el papel es capaz de sostenerlo todo. Esta democrática y económica práctica está al alcance de todos porque cualquiera tiene imaginación, emociones y palabras con las que transformar. En Alemania, país en el cual viví desde el 2000 hasta el 2010, conocí una dimensión social de la actividad literaria. Estudié y trabajé en poesia-terapia de orientación antroposófica y luego realicé un estudio de posgrado en escritura creativa y biográfica de orientación marxista y psicoanalítica. Estas escuelas, junto a mi experiencia como poeta chilena, me llevaron a desarrollar didácticas de la literatura, el resto es investigación. Entré a la pedagogía por curiosidad. Estaba segura que comprendiendo los procesos de producción en la infancia de la creatividad por la palabra, comprendería más del cómo se materializan estos procesos en un producto estético. No estaba equivocada, los niños me enseñaron lo que sé y lo que después fui cotejando en la literatura específica sobre el tema. ¿Nos podrías hablar de los elementos que componen la Educación Poética Temprana? En primer lugar, la enseñanza de la literatura la hacemos desde la experiencia. Los contenidos que se quieren instalar son convertidos en actividades significativas sin intervención de lo teórico, sino más bien buscando una vinculación emocional. De esta forma, la experiencia instala el contenido, el que se hace evidente a través de la reflexión y el diálogo. Un ejemplo; en el caso de las preguntas de Neruda, ellas introducen la metáfora y la especificidad del lenguaje poético, pero además desarrollan el pensamiento lateral, vital en el surgimiento de la creatividad, pues impulsan a crear desde la irritación por el absurdo, el asombro por la belleza o la apelación directa. Un educador avezado aprovechará de guiar al niño y niña de forma tal que, con el material reunido a través de las respuestas, logre desarrollar un texto. La Educación Poética cuenta con una serie de fórmulas para 34
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35 Carmen Cardemil. Bia en el colegio. Objeto y collage sobre madera, 2012.
escribirlos. Estas fórmulas son importantes para reducir el bloqueo y equilibran la ansiedad que surge tras el contacto con el lenguaje poético que proponen las preguntas. Si se respetan las distintas fases del proceso creativo, esta actividad resulta amable para con el cerebro. Un poema es el resultado de la sinapsis entre hemisferio derecho e izquierdo, es decir, una combinación entre emoción y lógica. Lo que diferencia a la Educación Poética de otras propuestas pedagógicas para desarrollar la lecto-escritura es que, para nosotros, es primordial el surgimiento de aquello inefable que caracteriza a la poesía. Llámese belleza u originalidad, aquello que hace único a un poema y a su autor, eso que oscila entre la sombra y la esperanza, que surge desde la individualidad en relación con su contexto; eso es lo que creemos que educa. Un saber que emerge desde el sí mismo en relación con los otros. En este sentido, proponemos que el acto de escritura es siempre tiempo presente, siempre aquí y ahora pero cruzado de pasado y futuro. En el poema se dan cita fuerzas reactivas que provienen del pasado –la sombra, lo inconsciente- y fuerzas progresistas que vienen del futuro –la esperanza, la consciencia- . De la manera particular de vincular dichas energías es que se manifiesta lo poético. No hay una receta para ello y puede darse en el relato como en el verso, en el diálogo como en el dibujo, en el silencio como en la música. En la niñez la creatividad se manifiesta naturalmente como integradora de diferentes lenguajes artísticos. Y es a través del juego, aquella maravillosa fuerza vinculante entre la materia y el espíritu -como nos enseñó Schiller en “La educación estética del hombre”- que los niños crean. Un tercer elemento primordial dentro de la praxis de la Educación Poética se refiere a poner el acento en los procesos más que en los productos. Los educadores en poesía deben tener claro lo que son los procesos creativos, los factores que lo bloquean o inhiben y aquello que lo impulsa. Ellos deben ser activos creadores, no aprenderán a ser maestros de la creatividad más que en la práctica de la suya propia junto con la autoconsciencia. ¿Cómo sería una educación que privilegiara el contenido por sobre la forma? Una educación en la que el niño y la niña experimentaran que aquello que tiene que expresar con la escritura es más valioso que el que escriba sin faltas de ortografía. No porque la ortografía y la gramática no sean importantes en sí, que lo son para poder hacerse entender, sino porque ellas tienen una función ancilar en el fenómeno de la comunicación y un lugar posterior dentro del proceso creativo. La forma corresponde a la fase de edición de los textos. Por otro lado, este enfoque valoriza al individuo inserto en su grupo. Queremos niños escritores y lectores profundamente vinculados a un grupo contenedor que sea a la vez receptor de las creaciones. De esta forma se elimina la competencia, tan característica de nuestro sistema educativo, y se privilegia la comunicación. Es posible educar en comunión y respeto por las individualidades y las diferencias; una de las cosas que nos regala la poesía es su fabulosa diversidad. Un último elemento característico de la Educación Poética Temprana es que ella genera su propia literatura. Que me disculpe la industria editorial pero los niños y niñas son capaces de crear sus propias bibliotecas y sus propios cánones, ¡en tiempo récord! Una vez desbloqueados y devuelta la creatividad anulada, lamentablemente, por el sistema escolar, a los niños y niñas escritores no hay cómo pararlos en sus creaciones. La lectura se vuelve significativa cuando revierte su posición vertical de adulto-escritor y niño-lector a una 36
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relación horizontal; son creadores ambos, conocen el secretillo de la imaginación. Entonces leer se vuelve fascinante, una real ventana abierta al intercambio y al aprendizaje. No quiero dar la impresión de que yo he inventado la Educación Poética. Ella ha estado con nosotros desde siempre, desde el inicio de los tiempos la educación ha ido de la mano de la poesía. Poetas, profesores y maestros con vocación han descubierto el enorme potencial de la poesía para la educación. Incluso una madre que le canta a su hijo está educando en poesía. ¿De qué modo la figura de Gabriela Mistral podría ser parte de nuestro ideario colectivo actual, fuera de ser un nombre de centros culturales, de colegios y de calles? Lo que pasa con Gabriela Mistral es lo mismo que ha ocurrido con Pablo Neruda. Ha existido un saqueo al pueblo chileno por parte del mercado y de las industrias culturales de nuestros más representativos poetas. ¿Qué pasó con el proyecto de Cantalao de Neruda? Él dejó planos y un terreno para una aldea de estudios científico-poéticos. Una escuela para poetas y biólogos marinos debía ser. Aunque dejó instrucciones, nunca se llegó a materializar. ¿Y qué pasó con el mandato de Mistral para el socorro de los niños de Montegrande? Sé por experiencia propia que los herederos de Gabriela Mistral están más abandonados que nunca, allá en el explotado Valle del Elqui. En Montegrande hay un mausoleo de cemento portentoso pero los niños de la población ni siquiera tienen un camino pavimentado cuando bajan el cerro para acudir a la escuela. Ella escribió expresamente que si alguien quisiera hacer algo en su nombre es en Montegrande donde lo debería hacer. Y no se refería al mausoleo, al museo o a la ruta patrimonial que restaura las casas donde ella vivió; ella era demasiado modesta como para querer que se la “inmortalizara” en los edificios. Lo que ella quería es que su aldea de Montegrande tuviera algo del beneficio que ella obtuvo en su vida por ser quien fue. Si ella quiso relevar este lugar por sobre cualquier otro nombrando a sus niños como herederos, es porque lo que significó para ella es el legado que ella le entregó al mundo. Creo que debemos replantearnos cuál es la verdadera herencia de nuestros poetas. ¿Son las cosas que coleccionó? ¿Son sus fotos? ¿Sus casas? ¿Los chismes que se cuentan? Tanto Neruda como Mistral fueron personas de palabras, más que de palabras, de ideas. Sus ideas son el mayor legado, los honraríamos comprendiéndolas y, si hiciéramos algo en su nombre, lo debiéramos hacer en armonía con lo que ellos fueron. No creo que a Neruda le gustaría que lo recordaran como un glotón mujeriego ni a Mistral como una maestra sufriente y asexuada. Estoy segura que para ellos sería mucho más importante que rescatáramos lo que ellos soñaron para su pueblo. Quizá nunca podremos hacerles justicia, quizá sus ricas humanidades se nos sigan escapando de los esquemas. Pero lo que sí tenemos son sus libros. No entiendo cómo Canto General y Poema de Chile no son libros de cabecera en la formación de todo chileno y chilena. Lamentablemente no se estudia ni se comprende el alcance patrimonial que estos libros tienen para nuestro país. Cuando lo entendamos vamos a poder saldar las deudas que tenemos como sociedad, no con la figura del poeta, que eso es agua sobre piedra caliente, sino con el pueblo del cual surgieron estos genios.
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A partir de tu experiencia: ¿cuáles son los desafíos vinculados a la creatividad en los próximos pasos que pueda dar nuestro país en materia de educación? Estamos en un momento crucial para nuestro país. La educación que se destruyó en 40 años, ¿cuánto nos demoraremos en reconstruirla? La creatividad, aunque ignorada por incuantificable, es el único recurso del espíritu al alcance de cualquiera. La creatividad salva tanto al maestro que sortea “la raya demasiado geométrica de la pedagogía estática”, en palabras de Mistral, como al padre o madre de familia que lidera a su gente hasta final de mes. Es impresionante observar cómo esta convidada de piedra de la educación se toma los espacios, formales e informales, surgiendo de la necesidad, allí donde las políticas públicas fracasan rotundamente. Es que la idea misma de calidad en la educación es lo que ha fracasado; no a través de la estandarización ni de la evaluación es que se mejora la educación de niños y niñas. Por mucho celo con que se apliquen las “herramientas de medición”, nunca alcanzarán por sí solas índices aceptables, ya sea en las áreas de lenguaje como de ciencias, si es que se continúa con una metodología de enseñanza adversa al fenómeno del aprendizaje. No sé quién diseña las políticas públicas con respecto a la enseñanza del lenguaje, pero ya en el concepto de “Fomento de la Lectura” hay un error conceptual. Me explico. La lectura no se puede fomentar por sí sola, aislada de los otros componentes de la orgánica de la comunicación. Leer no es una actividad que se haga independiente del hablar o del escribir. Majaderamente se nos inculca que la literatura se aprende leyendo, pero la experiencia de niños-poetas indica que la lectura significativa se produce luego de una iniciación al lenguaje poético. Es posible rastrear las iniciaciones de Neruda y Mistral, dos señeros lectores chilenos, en los relatos sobre su infancia. Neruda cuenta que escribió su primer poema después de la muerte de un cisne que él visitaba todos los días en un lago que quedaba camino a su escuela. La experiencia le produjo tal conmoción emocional que tuvo la necesidad de expresarla, y surgió un poema. Sólo después, una vez hecho el contacto con su creatividad, es que Neruda se convierte en un lector. En Mistral la iniciación se produce a instancias de su abuela que le leía pasajes de la Biblia. Lo destacable de esta lectura es que era dialogada, la abuela intercalaba lectura con comentario y sazonaba con relatos orales propios de la tierra elquina. Es decir, el componente “oralidad” fue primordial en su camino de hacerse poeta y lectora voraz. No en vano una de las ideas más olvidadas pero, a mi juicio, más importantes del pensamiento pedagógico mistraliano es el de retrasar lo máximo posible la entrada a la letra y, en cambio, permitir que la mente del niño y la niña se pueblen lo máximo posible de imágenes, música y relatos orales. Hay más, cuando el Estado fomenta la lectura, dejando de lado o en posición subsidiaria a la escritura y la oralidad, lo que está fomentando es el consumo de libros relevando la adquisición de información por sobre otras operaciones que ocurren en el fenómeno comunicativo. Al quitar la escritura se le quita al niño o niña su capacidad de expresión, la posibilidad que tiene de contacto con su imaginación, con la creación de saberes por sí mismo. En suma, se le inhibe su ser creador dejándole sólo su ser consumidor. 38
Educación Poética Temprana
Al restar a la oralidad de este fenómeno no se toma en cuenta que aprendemos siempre en contacto con otros, en diálogo activo y no en monólogo receptivo. Un ser gregario es el que tiene necesidad de aprender, no un ser aislado, por eso es tan importante que la clase de lenguaje se convierta en un espacio de habla, más que de dictado o lectura silenciosa. Si el título de la política pública no considera a la oralidad, escritura y lectura como un todo integral, nada después podrá considerarlo. Por ahí comienzan los desafíos de la mejora en la calidad de la educación, dentro de la cual la creatividad juega un rol protagónico. Para graficarlo una última anécdota. Hace poco fui a una escuela artística a ofrecer mis servicios para el diseño de una metodología de fomento lecto-escritor con base en la creatividad. También me ofrecí para ser la profesora de lenguaje que estaban buscando. El Director y la Jefa de UTP me escucharon atentamente. Parecían fascinados con lo que les conté de cómo es posible enseñar el lenguaje y la literatura desde el arte de las palabras. Manifestaron que encantados trabajarían en su escuela con mi metodología, porque incluso ellos habían llegado a la misma conclusión que yo. Sin embargo, me dijeron tristes, ellos debían aplicar el SIMCE con sus herramientas de estudio pre-establecidas, ¡aun sabiendo de antemano que no tendrían éxito!, y por eso no podían contratarme. Me dieron la solución de por qué no trataba de convencer al Ministro de Educación, entonces ellos podrían trabajar con la Educación Poética. Y entonces, ese es el lugar en el que estamos, ese es el tamaño del desafío que tenemos por delante. Santiago de Chile, Abril de 2014
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Alejandra del Río, 2014.
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1 Bajo los Postes de Víctor Muga Valencia. Poesía. Una mirada crítica y profunda desde el puerto de San Antonio. 2 El Cielo Ideal de Ricardo Herrera. Poesía. Desgarradores y sorprendentes poemas desde el Sur de Chile. 3 La trampa de Víctor Cofré. Periodismo. Investigación político-policial sobre militares infiltrados en el MIR. 4 Predicar en el desierto, Varios autores. Poesía. Nuevas voces del Norte Grande. 5 Obras Reunidas de Ximena Rivera. Poesía. Primera compilación de la fundamental y controversial poeta de Valparaíso. 6 La fría piel de agosto de Julio Espinosa. Narrativa. Relato de un exilio interior. 7 Fuera de campo de Manuel Vicuña. Biografía. Siete retratos necesarios de escritores chilenos casi olvidados. 8 Perfiles críticos de Lytton Strachey. Artículos. La agudeza del creador de la biografía moderna. 9 Fuga de materiales de Martín Kohan. Ensayo. Temas diversos en la pluma del autor argentino. 10 Pequeña biblioteca nocturna de Oscar Hahn. Notas Literarias. Nuestro poeta Premio Nacional de Literatura 2012 en su acertada prosa. 11 Sergio Larraín de Gonzalo Leiva. Biografía. Esencial biografía del fotógrafo chileno. 12 Lobos y Ovejas de Manuel Silva Acevedo. Poesía. El libro que consagró la obra del poeta nacional. 13 Poema de Chile de Gabriela Mistral. Poesía. Reedición del imprescindible poema póstumo de la Premio Nobel chilena. 1
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www.cinosargo.com Revista y Editorial Independiente
revistafauna.cl Revista Cultural de Antofagasta
www.poesiaycritica.wordpress.com Comentarios y reseñas literarias www.letras.s5.com Importante difusión de escritores en español
www.memoriachilena.cl Espacio de rescate cultural chileno
facebook.com/estacionliteraria Actividades literarias y difusión cultural
www.unpeloperdido.com Revista literaria de Concepción www.yepan.cl www.culturancud.cl Corporación Cultural de la municipalidad de Ancud
www.patagoniavisual.cl Creación Audiovisual de la región de Aysén
Revista Digital de Cine y Comunicación Indígena
facebook.com/cultura.coyhaique.9 Centro Cultural de Coyhaique
www.puntaarenas.cl/cultura Segundo Concurso Literario Escolar “Parra (100)pre Parra”
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JORGE TEILLIER Poeta chileno, nació en Lautaro en 1935 y murió en Viña del Mar en 1996. Estudió Pedagogía en Historia y Geografía en la Universidad de Chile. Entre sus obras, destacan: Para Ángeles y gorriones, (1957); El cielo cae con las hojas (1958); El árbol de la memoria (1961); Poemas del país de nunca jamás (1963); Crónica del forastero (1968); Muertes y maravillas (1971); Para un pueblo fantasma (1978); Cartas para reinas de otras primaveras (1985); El molino y la higuera (1993); Hotel Nube (obra póstuma,1996); En el mudo corazón del bosque (obra póstuma,1997). CECILIA VICUÑA Poeta y artista visual chilena, nació en Santiago en 1948. Estudió Arte en la Universidad de Chile. Participó en la Tribu No (1966), colectivo junto al cual protagonizó míticas acciones de arte en 1970. Desde entonces ha publicado varios libros de poesía e incursionado en cine. Entre sus publicaciones destacan: Sabor a mí (1972); Luxumei o el Traspié de la Doctrina (1983); La Wik’uña (1990); The Precarious, The Art and Poetry of Cecilia Vicuña (1997); El Templo (2001); Instan (2002); Palabramas (2005). Desde 1972 reside en el extranjero. JOSÉ EMILIO PACHECO Poeta, narrador y ensayista mexicano. Nació en Ciudad de México, en 1939 y murió en esa misma ciudad el 26 de enero de 2014. Considerado uno de los escritores más importantes de la literatura mexicana del siglo XX. Estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México. Su obra poética destaca por su compromiso social con su país. Destacan sus libros: Los elementos de la noche (1963); No me preguntes cómo pasa el tiempo (1969); Los trabajos del mar (1984); Miro la tierra (1986) y Ciudad de la memoria (1989). En 2004 recibió el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, otorgado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile. ELVIRA HERNÁNDEZ Poeta chilena, nació en Lebu en 1951. Algunas de sus publicaciones son: Carta de Viaje (1989); La Bandera de Chile (1991); Santiago Waria (1992); Álbum de Valparaíso (2002); Cuaderno de Deportes (2012) y recientemente Actas Urbe (2013). GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ Escritor colombiano, nació en Aracataca en 1927 y murió el 17 de abril de 2014, en Ciudad de México. Premio Nobel de Literatura en 1982. Libros más destacados: El Coronel No Tiene Quien Le Escriba (1961); Cien Años de Soledad (1967), Crónica de una Muerte Anunciada (1981), Del Amor y Otros Demonios (1994); El Amor En Los Tiempos Del Cólera (1985); Vivir para contarla (2002); Memoria de mis putas tristes (2004). PABLO NERUDA Poeta chileno, nació en Parral en 1994 y murió en Santiago en 1973. Premio Nobel de Literatura en 1971. Considerado unos de los poetas más importantes e influyentes de la literatura castellana del siglo XX. Entre sus muchos libros de poesía se destacan: Crepusculario (1923); Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada (1924); Residencia en la Tierra (1933); Canto General (1950); Estravagario (1958); Memorial de Isla Negra (1964); Confieso que he vivido (memorias póstumas, 1974). HUMBERTO MATURANA Biólogo chileno, nació en Santiago en 1928. Estudió Medicina en la Universidad de Chile y Biología en Inglaterra y Estados Unidos. Su teoría de la "autopoiesis" como explicación de la organización y generación de los seres vivos en nuestro planeta, ha tenido importantes repercusiones en el mundo científico internacional. Algunas de sus publicaciones son: De máquinas y seres vivos, con Francisco Varela (1972); Autopoiesis and cognition (1980); El árbol del conocimiento, con Francisco Varela (1984); Emociones y lenguaje en educación y política (1990); The Origins of Humanness in the Biology of Love, con Gerda Verden-Zoller (2009). Recibió el Premio Nacional de Ciencias en 1994. Actualmente trabaja con Ximena Dávila en el desarrollo de la dinámica de la Matriz biológica de la existencia humana.
XIMENA DÁVILA Epistemóloga chilena, nació en Santiago en 1959. Estudió Orientación en Relaciones Humanas y Familia con Mención en Relaciones Laborales en el Instituto Profesional Carlos Casanueva. Su interés por comprender el origen del dolor cultural por el cual las personas piden ayuda relacional, la llevó a crear el camino del “Conversar Liberador”. Es cofundadora junto a Humberto Maturana de la Escuela Matríztica. PEDRO AGUIRRE CERDA Presidente de Chile, nació en Pocuro en 1879 y murió en Santiago en 1942. Fue un político, educador y abogado. Miembro del Partido Radical, tuvo diversos cargos ministeriales. Bajo el lema «Gobernar es Educar», Aguirre Cerda fue electo como Presidente de Chile para el período entre 1938 y 1944. Dentro de las principales obras de su gobierno se encuentran el impulso dado a la educación. Popularmente conocido como "Don Tinto" y como "El Presidente de los pobres", una tuberculosis le impidió terminar su mandato, falleciendo a mitad de éste. ALEJANDRA DEL RÍO Poeta chilena, nació en Santiago en 1972. Estudió Literatura en la Universidad de Chile y posteriormente en Berlín, Alemania. Entre sus publicaciones destacan: Yo Cactus (1994); Escrito en Braille (1998); Un forastero en el panal (2002); Material mente diario (2009). Destaca su trabajo y desarrollo al impulsar la Educación Poética Temprana.
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Jorge Teillier