Argonauta, revista cultural del Bajío Año 1 Nro. 1

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Revista cultural del Bajío

Fomento Cultural Irapuato A. C. Edición Trimestral • Irapuato • Mayo - Julio • 2016 • Año 1 - Edición No. 1 1


agradece a los benefactores que hacen posible nuestros eventos y la revista Argonauta, en sus categorías:

TITANIO más de $ 9.000,- por año

BRONCE entre $ 3.000,- y $ 9.000,- por año Instituto Irapuato Instituto Kipling de Irapuato Centro Educativo Preescolar Alibarú Centro Regional de Expresión Artística - CREA

MÁRMOL hasta $ 3.000,- por año Compañía El Teatro del gato flaco

Su nombre puede hacer parte de esta lista. www.fomentocultural.org fomento.cultural.irapuato@gmail.com





COLABORADORES Alberto Espejel (Ciudad de México, 1981). Escritor, diletante y agente de seguros. Alejandro Palizada Sánchez (Irapuato, 1982). Es autor de Videns (Plataforma, 2011) y Fantasmas (Azafrán y Cinabrio, 2012). Gerardo Farías (Morelia, 1985) . Es profesor de inglés y literatura. Tiene una maestría en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Guanajuato. Es miembro activo de la Sociedad de Escritores Michoacanos, autor de dos libros de minificciones: Sobre el olvido y el juego e Inventario del Crimen, y ha publicado ensayos, cuentos y poesías en revistas y periódicos a nivel nacional. Ivonne Mancera García (Irapuato, 1986). Reportera en Periódico A.M., Irapuato. Fue directora de revista El Muro. Colaboradora para revista Ágora. Ignacio Gómez García (León, 1976). Profesor de Universidad Iberoamericana León. Colaborador de las revistas: Versión, estudios de comunicación y política de la Universidad Autónoma Metropolitana; Revista Apertura de la Universidad de Guadalajara; Revista Alter, enfoques críticos de la Universidad del Centro de México en San Luis Potosí y de la revista Entretextos de la Ibero León. Forma parte del consejo editorial de la revista “Epikeia” del Depto. de Ciencias sociales y humanidades de la Ibero León. Jaime Panqueva (Bogotá, Colombia, 1973). Ganador del Premio Juan Rulfo de Primera Novela 2009. Autor de La rosa de la China (Planeta, 2011), El final de los tiempos (2013). Ganador del concurso literario del 9° Festival Internacional de Escritores y Literatura en San Miguel de Allende 2014. Beca de la Asociación de Escritores de Shanghái para las residencias literarias 2014. Jean-Michel Maulpoix (Montbéliard, Francia, 1952). Autor de Locturnes (Lettres nouvelles/Maurice Nadeau, Paris, 1978), Émondes, (Fata Morgana, Montpellier, 1986), Portraits d’un éphémère (Mercure de France, 1990), Une Histoire de bleu (Mercure de France, 1992), Domaine public (Mercure de France, 1998), Chutes de pluie fine (Mercure de France, 2002), Pas sur la neige (Mercure de France, 2004), Une histoire de bleu, suivi de l’Instinct de ciel (Gallimard, 2006), Boulevard des Capucines (éd. du Mercure de France, 2006), entre otros. José Antonio Banda (Coatzacoalcos, 1982). Recibió el Premio Nacional de Poesía “Bartolomé Delgado de León” en 2014 y el Premio Ramón Figueroa en 2016. Autor de Cuaderno en ruinas (Plataforma, 2011), Teoría de la desolación (Azafrán y Cinabrio, 2012) y El Pozo abierto (Cartonera La Cecilia, 2014). Juan Carlos Gallegos Rivera (Guadalajara, 1983). Autor del libro La rubia despampanante y otras microhistorias (Effictio, 2014). Algunos de sus textos de ficción aparecen en Antología de cuento breve (Plenilunio, 2006) y Poquito porque es bendito. Antología de

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microcuentos y cuentos breves (U. Iberoamericana León, 2013). Ha ganado una vez y ha obtenido cinco menciones en el concurso de minificción convocado cada mes por Alberto Chimal en www.lashistorias.com.mx Es también coautor de la obra de teatro infantil Un grito ecológico. Luis Felipe Pérez Sánchez (Irapuato, 1982). Premio Nacional de Cuento Efrén Hernández por su libro Eufemismos para la despedida. Aparece también en la antología Cámara nocturna. Ensayos sobre Salvador Elizondo (Fondo Editorial Tierra Adentro; 2011) además de en numerosas revistas literarias. Fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas, becario del programa de Jóvenes Creadores del Estado de Guanajuato. Es Maestro en Literatura por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Luis Manuel Pérez Boitel (Remedios, Cuba, 1969). Autor de Unidos por el agua (Ediciones Capiro, 1998), Bajo el signo del otro (Editorial Letras Cubanas, 2000), Los inciertos dominios del escriba (Casa Editora Abril, 2001), Aun nos pertenece el otoño (2002), Premio Casa de las Américas, La Habana, Cuba; No llames en la noche (Azafrán y Cinabrio, 2005), Premio Desiderio Macía Silva, Guanajuato, México; Las naves que la ausencia nombra (2007), Premio Marius Sampere, Barcelona, España; entre otros. Octavio Manríquez (Irapuato, 1997). Escritor, editor y fotógrafo. Colaborador de la sección cultural Desde el Bernalejo, del Periódico A.M. de Irapuato. Paz Cornejo (Madrid, España, 1981). Autora de Desaires Metropolitanos (El Gaviero Ediciones, 2013) Ha publicado en revistas como Salamandria, Quebrados, La Más Bella, Espejo y Espejismos, la revista Chichimeca, Bar Sobia, Shiboleth, Toreteo e Impracabeza. Ha sido antologada en El Mercado de los Pájaros, antología en Braille y De versos encendidos. Codirigió la revista de creación artística y literaria Dulce Arsénico. Mantiene un blog donde publica sus propios textos y dialoga con todo aquello que va nutriendo su poética. Rocío Arenas Carrillo. (Guanajuato, 1975). Profesora de la Universidad de Guanajuato. Apasionada de Kusturica, Borges y Cortázar, entre otros; sobre éste último versa su tesis La estructura fenomenológica del Reino Milenario. Su blog es http://noemagico.blogia.com/ Washington Daniel Gorosito (Montevideo, Uruguay, 1961). Colaborador en diversas revistas nacionales e internacionales. Autor de Para leerlos todos (Universidad Iberoamericana, 2009), Una isla en la isla Antología, (Latin Heritage Foundation, 2010), Mil poema a Pablo Neruda-Antología (Alfred Asis- Isla Negra 2011), Mi país es un zombi Antología (Casamanita Cartonera 2011), I Certamen Internacional Toledano “Casco histórico” Antología (Celya, 2013), ¿Por qué México? (Alfred Asis Isla Negra, 2014), Parra al 100- En el Cumpleaños No 100 de Nicanor Parra (Ediciones Revista El Humo, 2014). Entre otros. Último premio recibido; I Certamen de Poesía Internacional Toledano (2013).


DIRECTORIO Director general Francisco Mac-Swiney Salgado Director Editorial Alejandro Palizada Sánchez Jefe de Redacción Octavio Manríquez Diseño Paola Andrea Moreno Franco Consejo Editorial Miguel Ayala Espino, José Antonio Banda, Jaime Panqueva, Francisco Mac-Swiney Salgado, Marco Vanzzini. Contacto para publicidad argonauta_fci@hotmail.com ARGONAUTA es una publicación de Fomento Cultural Irapuato A. C., sin fines de lucro. Todos los derechos reservados. Se permite la reproducción de los textos bajo autorización previa del autor. Las opiniones expresadas son responsabilidad única del autor y no reflejan necesariamente la opinión de la publicación. Registro de nombre y licencia de contenido en trámite. Argonauta. Año 1 número 1. Irapuato, Gto. 2016.

EDITORIAL Argonauta es el navegante, el perseguidor. La nave Argos tiene el don del habla y de la profecía. Tripulantes de la nave Argos, en busca del vellocino de oro, el cual –en la mitología griega- representa el objeto que Jasón debe recuperar. Los argonautas navegan, reman a un mismo ritmo. Con ellos viaja Orfeo, el padre de los cantos. Atraviesan el mar en una nave construida gracias a Atenea. Atraviesan el mar y, como Odiseo, se encuentran con las sirenas. Estas bestias de cuerpo de ave y cabeza de mujer, cuyo hermoso canto embriaga a los hombres hasta la locura, incendian el pecho de los argonautas con su voz. La música de las sirenas es la música de la naturaleza salvaje. Ante el peligro, Orfeo se acomoda la cítara entre las piernas, y con su plectro comienza una melodía. La música de Orfeo conjura esa otra música que envenena el alma. Los argonautas atacan el mar con todas sus fuerzas para escapar. La música órfica es la música racional, la del regreso a la ruta: uniforme, articulada. La música de las sirenas es la música de la perdición. Se cuenta que sólo un argonauta decide entregarse entero a esa música. Nada más ajeno al Bajío que los grandes cuerpos de agua. Y, sin embargo, en el imaginario marino hay toda una simbología muy atractiva que es posible asociar con el trabajo cultural. En el fondo de nuestro trabajo artístico o cultural, buscamos una forma de deleite y pureza, la armonía de las expresiones placenteras. Nos embarcamos en una empresa conjunta pero envuelta en un aire de tarea solitaria, insensata. Buscamos, como Odiseo o Baudelaire, descubrir lo nuevo. Y lo hacemos montados, como el poeta, en un barco ebrio, ebrio de horizonte. Sin un pie en el agua, la revista partirá en navegaciones. De esta imagen surge el deseo de ser un compañero de viaje para el lector. Argonauta, allá la vastedad del océano Fomento Cultural Irapuato, A. C.

Portada

El caminante sobre el mar de nubes. Un conocido cuadro del pintor romántico alemán Caspar David Friedrich,1818.

EDITORIAL

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COLABORADORES DIRECTORIO - EDITORIAL

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DOSSIER LAS POSIBILIDADES DEL BLANCO OCTAVIO MANRÍQUEZ

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MIRAR A MEDUSA ALEJANDRO PALIZADA

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REMINISCENCIAS Y REFLEXIONES A RITMO DE JAZZ IGNACIO GÓMEZ GARCÍA

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IMPACTANDO LA REALIDAD IVONNE MANCERA

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INTERVENCIÓN POÉTICA BUENOS PROPÓSITOS. A MODO DE POÉTICA PAZ CORNEJO

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PRIMAVERA EN ATOCHA JOSÉ ANTONIO BANDA

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FRAGOR BATALLA JOSÉ ALBERTO ESPEJEL

LAS NO PALABRAS WASHINGTON DANIEL GOROSITO PÉREZ

MINIFICCIONES GERARDO FARÍAS

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EL AZUL NO HACE RUIDO LE BLEU NE FAIT PAS DE BRUIT JEAN-MICHEL MAULPOIX

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EN RECUERDO DE RUBÉN PÉREZ VARGAS ROCÍO ARENAS CARRILLO – LUIS FELIPE PÉREZ SÁNCHEZ

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AGUAS DANZARINAS. CRÓNICA DE FUENTES CON JUAN JOSÉ HERNÁNDEZ JAIME PANQUEVA

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LAS ARENAS DEL PAÍS CAEN SOBRE MI NOMBRE LUIS MANUEL PÉREZ BOITEL

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P O R TA F O L I O Luis Carrera

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F O M E N T O C U LT U R A L

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LA TRINCA DEL CUENTO JUAN CARLOS GALLEGOS

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BIBLIOTECA

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¿Puede el arte transformar la realidad? Hay preguntas que no es frecuente plantear debido a su obviedad. Pero detrás de esa obviedad, la necesidad del artista de creer –con un fervor implacable- en esa potencia del arte, nos lleva a relanzar una pregunta para reflexionar sobre la única respuesta que abre el juego de posibilidades creativas.

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LAS POSIBILIDADES DEL BLANCO por: OCTAVIO MANRÍQUEZ

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s interesante la diversidad de opiniones y perspectivas que surgen entorno al arte. Hay quienes idolatran y consumen ávidamente las afanosas obras de artistas y genios creativos. Hay quienes se muestran frívolos, incrédulos e incluso apáticos ante las manifestaciones del pensamiento y la sensibilidad. Sin embargo, en todos los casos existe una emoción generada a manera de respuesta ante un estímulo sensitivo, una decodificación de un contenido simbólico, una respuesta ante un mensaje recibido, una idea transmitida, y es en ese pequeño instante de trascendencia variable donde el arte ha cumplido su función. A lo largo de la historia se ha hablado y escrito del arte. Su presencia en todas las culturas, en su forma característica y particular, nos habla de una necesidad del ser humano de comunicar y retratar lo que observa, percibe y siente de la naturaleza. Una necesidad de trascender en el tiempo, de expresar el pensamiento, las sensaciones, de comprenderlo todo, de olvidar todo y desahogarnos, una necesidad estética, una necesidad emocional, un alimento para el espíritu. El arte es la respuesta del ser humano ante los instintos de su propia naturaleza transformados a un lenguaje asequible para sí mismo y su comunidad. Su búsqueda por intentar comprender las grandes interrogantes filosóficas lo han llevado a descubrir aspectos fundamentales de su propia constitución, como la capacidad de crear e imaginar, que aunado al desarrollo de procesos cognoscitivos y habilidades físicas constituyen la grandeza humana, haciendo del arte su máxima y esplendorosa manifestación.

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Todo ser humano es un artista potencial pues tiene, desde su nacimiento, la capacidad de crear y de sentir, lo que lo coloca, al menos potencialmente, a medio camino de la creación artística. Sólo su sensibilidad y el desarrollo de sus habilidades permitirán que se concrete esta virtud. El arte se ha constituido como una fusión entre la creatividad y la ciencia; un vínculo entre mente y espíritu, vínculo que podemos apreciar en la evolución que han tenido todas las artes, específicamente en las herramientas, que, en las manos correctas, nos entregan obras extraordinarias, sorprendentes y extravagantes, con una perspectiva de las pasiones que rigen nuestras vidas. Gracias a esta correspondencia, podemos disfrutar películas, novelas, música, pinturas, poemas, fotografías de manera más fácil y con mejor calidad; además, la constante innovación tecnológica (característica de la sociedad contemporánea) ha favorecido el desarrollo de instrumentos y maquinaria que ayudan a la producción y difusión de contenidos culturales. La producción artística se ha visto beneficiada, ya que cuenta con más y mejores recursos para llevar a cabo ideas más arriesgadas, totalmente insólitas. Sin embargo, aunque seamos consumidores voraces de libros, películas, canciones o pinturas, no toda producción humana puede considerarse arte. La estructura de obras comerciales está diseñada para el consumo inmediato, satisface una demanda creciente y es construida a partir de estadísticas en el mercado que buscan satisfacer los gustos de la mayor cantidad de audiencia que sea posible. Los parámetros para responder a la pregunta ¿qué es arte y qué no


lo es? han sido tema de debate desde hace muchísimo tiempo y sujeto de análisis desde muchas perspectivas. Ha propiciado múltiples interpretaciones en los espectadores y discrepancias entre críticos, académicos y artistas que nunca agotan la pregunta por los límites en los modos de ser de la obra de arte (la explicación última supondría la muerte de la esencia de ésta en sí misma, el arte es y siempre será el afuera de esa explicación). Muchos artistas de diferentes países a lo largo de la historia han hablado y manifestado lo que consideran es o no es arte, incluso han despotricado contra el concepto que algunas generaciones de consumidores han desarrollado. Mingitorios, sinfonías de silencios, latas de sopa de tomate, pilas de basura, fotografías de tiendas de 99 centavos, e incluso latas de excremento bajo el nombre de “Mierda de artista” han sido consideradas arte y se ha pagado por las mismas exuberantes cantidades de dinero. La excentricidad de los compradores de arte y el negocio que representa la venta de una imagen y un concepto llegó a un nivel en el que es imposible discernir entre cual es el verdadero arte y el valor del mismo. Sobre esto el ensayo de referencia es el de Walter Benjamin, pero también la tesis de Serge Guilbaut, De cómo Nueva York se robó la idea del arte moderno. En el caso de la literatura y el cine se han desarrollado una serie de obras “comerciales” que han generado una amplia oferta de productos que sólo atienden al entretenimiento del consumidor los cuales constantemente exigen contenido nuevo aunque éste sea deficiente en la calidad. Vargas Llosa define este fenómeno como la civilización del espectáculo. La superficialidad de toda esta clase de producciones impide o por lo menos devalúa el proceso de reflexión cognoscitiva y la catarsis que propicia el arte. El arte necesariamente tiene que ser íntimo, tiene que provocar la sensibilidad del espectador, conectarlo con las sensaciones del cuerpo y crear una imagen mental asociada a un conocimiento. Presentar las emociones y las pasiones humanas como algo previo a la muerte. Provocar los mecanismos mentales, generar un desarrollo de ideas tanto propias como externas. Es una forma de tener acceso al cerebro de grandes genios a lo largo de la historia. Una ventana a un tiempo, un ser humano y un espacio determinados. Consecuentemente el arte siempre persigue el bien, podrá mostrar las enormes crueldades de las que el hombre es capaz y en cierto grado es su responsabilidad, pero siempre teniendo como último fin promover el bien. Existe entonces en el arte un sentido ético que es lo que les añade valor a las manifestaciones artísticas, esta carga moral que nos genera empatía y nos confronta con nuestra propia escala de valores para mantenernos en constante cambio de ideas, ya que es precisamente en este dinamismo donde realmente existimos. Entre las artes existe una retroalimentación que impide centralizarnos en una sola. Cada una maneja conceptos de otra y nos incita a experimentarlas todas, existe una musicalidad en la pintura, una fluidez en el lenguaje, una simetría y proporción en el movimiento. Por poner un ejemplo de una conjugación total, tenemos al cine, el cual nos presenta composición visual, composiciones musicales, representación escénica, diseño y construcción de locaciones, una trama con diálogos presentada como guion, etc. incluyendo particularida-

des de lenguaje cinematográfico que en un lapso aproximadamente de dos horas, nos inunda de emociones y nos genera pensamientos y reflexiones en un tema o ámbito determinados. Podemos degustar el sabor de varias artes para nutrir el alma, y consagrar esta alimentación disponiendo de este conjunto de conocimientos, ideas, sentimientos y llamarlo cultura. Por su parte, el artista –que mundanamente ha sido estigmatizado como el incomprendido, rebelde, delirante e incluso loco- posee una gran responsabilidad con el mundo, pues es el encargado de generar un dinamismo ideológico, de retratar la realidad y presentar alternativas frente a los obstáculos encontrados en la vida, de indagar en los arquetipos para realizar el sueño de la inmortalidad y la trascendencia humana a través de sus sentidos, sus pensamientos y su capacidad creativa. El artista modifica el pensamiento y propone escenarios, es intrépido, observador, perspicaz y quizá un tanto obstinado. Sin embargo, realiza un trabajo para externar sus ideas y sentimientos, y plasmarlos en ese espacio blanco que simboliza una infinita cantidad de posibilidades de creación a manera de novela, poema, pintura, partitura, guion, etc. y con ello causar un impacto en su contexto social, su entorno cotidiano, quizá hasta en su mundo. Lo hace de una manera estética denotando práctica, técnica, imaginación y talento, al mismo tiempo que conserva una responsabilidad ante su sociedad procurando el bien de la misma. En las obras de Goya, por ejemplo, observamos el levantamiento español contra los franceses. El cuadro representa un homenaje al acontecimiento y al mismo tiempo una visión de valores como la libertad y la crueldad, expresa el dolor humano y las pérdidas que se sufren en la guerra. Los artistas e intelectuales poseen la responsabilidad del conocimiento y deben trasmitirlo, resguardarlo e implementarlo para el bien de la humanidad. El arte tiene el poder de generar ideas, orientar corrientes, trasformar la realidad social y debe por lo tanto estar al alcance de todos. Es necesaria la propagación del arte para que se dé un cambio radical en la conciencia colectiva de una sociedad logrando así que pueda auto-dirigirse y auto-regularse. El arte propone la fe, la paz y la esperanza aún en el caos, es por eso que inicia con el espacio en blanco. El desentendimiento de esta esperanza es una de las razones por las cuales en el mundo moderno abundan personas iracundas, impacientes, deprimidas, intolerantes, reprimidas, infelices, insatisfechas. Existe en nosotros un vacío que intentamos llenar con bienes materiales cuando una pieza, una pintura o una novela pueden hacernos sentir colmados aún en la escasez El arte no tergiversa la realidad, o lo hace sólo para permitirnos observarla desde otra perspectiva, abre nuestra mente y libera nuestra sensibilidad, estimula nuestras ideas y nos permite disfrutar del ingenio y la creatividad humanas. Cada vez que una idea llega a un ser humano las posibilidades se vuelven infinitas, todo puede suceder cuando se trata de creaciones artísticas. El blanco siempre simbolizará la esperanza,la promesa, las múltiples ideas que pueden ser ahí plasmadas para posteriormente volverse físicas. Cada vez que nos encontremos disfrutando de alguna obra o tengamos la iniciativa de realizar una propia, siempre podremos pensar con alegría en las posibilidades del blanco

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MIRAR A MEDUSA por: ALEJANDRO PALIZADA

La nuit est à l’origine des mots. Pascal Quignard

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1 La noche es antes que el verbo. Y es también su destino. Arrojados al mundo, al estar-afuera, nuestra consigna de vida es mantener el movimiento. Nunca el movimiento es perpetuo ni tampoco constante. Y acaso sea en la noche del sueño donde las palabras están más cerca de la verdad. La noche inasible, la oscuridad de un mar insondable, así se re-presenta

un espacio vacío donde sólo puedo desear ver y verter las palabras. El rey de Argos tuvo una hija de gran hermosura, de nombre Dánae. El oráculo le advirtió que si daba a luz a un varón, el niño daría muerte al rey; Dánae fue encerrada entre paredes de bronce para así conjurar el destino. Es de noche y la prisión de Dánae es el sueño. Llueve. Gustave Klimt imaginó a Dánae des-


nuda y agazapada, entre un lienzo y una lluvia dorada, con una mano acariciándose el seno y la otra oculta entre las piernas. Zeus penetra la noche de Dánae. Así es como nació Perseo. El rey luego mandó encerrar a la madre y al niño en un arcón de madera que fue arrojado al mar, de donde un pescador lo rescató; madre e hijo, el pescador los llevó consigo a la isla de Séfiros. Tiempo después, Polidectes codició el cuerpo de Dánae y desafió a Perseo a traerle la cabeza del monstruo con cara de mujer. Perseo partió, armado de siete objetos mágicos: el diente y el ojo de las Grayas, las sandalias aladas y el casco de Hades, la hoz de Zeus y la alforja, y el espejo bruñido de Atenea. Invisible, Perseo penetra en la guarida de las Gorgonas; a tientas en la oscuridad, evita mirar la cara del monstruo; se sirve del escudo como un espejo para devolverle su imagen a la Gorgona, y logra que su mirada caiga sobre sí misma: “Si mi cara significa la muerte para quienes la ven, vas a añadir mi propia muerte a su efecto.” Perseo, siempre con la mirada vuelta hacia la oscuridad, adivinando el cuerpo del monstruo a través de su sombra, alza la hoz y arranca la cabeza de mujer de la Gorgona. Medusa es la escritura del horror, el rostro pasmado. Es la boca humana que se abre ante la muerte, semejante al orgasmo que señala el salto al vacío, al vaciar el habla para permitir un breve instante de iluminación. Los ojos de Perseo evitan esos otros ojos de la máscara humana para no quedar petrificado y morir. ¿Quién desearía firmemente renunciar por completo al impulso vital para reencontrarse en la noche perpetua? Sólo de forma tangencial podemos asomarnos a ese siniestro deseo de quedar expulsado de sí mismo. Escribir es cerrar los ojos al lenguaje. Es recorrer en el vacío de la página el camino hasta Medusa, vaciar incesantemente la voz de su brillo natural y sumergirla en la opacidad de una voz ausente. Escribir es estar en las sombras, como el cuerpo de Medusa, al acecho de un deseo alucinatorio que nos arranca de nuestra propia mirada. El deseo de mirar a Medusa. La literatura, las artes plásticas, el teatro, el cine... nos ofrecen lo imaginario como equivalentes del deseo inaccesible del cual padecemos. Irreconocible, el deseo de mirar fijamente aquello que no podemos mirar nos empuja, en una búsqueda a veces sigilosa a veces violenta, a asaltar el mundo visible. Un acto compulsivo, casi enfermo, hace del escritor un mísero Perseo que esperaría fracasar, es decir, encontrarse en la mirada del rostro que grita y calla.

Como escritor, quisiera que el mundo cayera en las palabras. Escribo desde la fervorosa creencia del efecto de Medusa: quisiera que, al caer las palabras, cayera yo con ellas. Escribo bajo ese anhelo compartido con Quignard: “Sería la posibilidad de ausentarme de cualquier aprehensión reflexiva de mí mismo por mí mismo en el instante en que escribo.” Sería volver a casa.

2 Esperar una transformación del mundo a través de la literatura pudiera ser mera retórica o una ilusión bien fundada. Desde luego que el mundo cambia a través del lenguaje, pero ¿qué mundo? ¿Es el día a día, la acción humana sobre lo “real”, la interacción de los hombres en sociedad? ¿Es el río interior del que escribe o lee, la ficción que satisface la carencia de realidad? ¿O es el mundo verbal, a medio camino entre lo vivo y lo muerto, lo latente, otra ficción no adivinada? En cualquier caso, uno espera de lo escrito el efecto catártico que conjura el tiempo ordinario, un ser arrojado de nuevo pero ahora a la ficción. No se me ocurre de qué otra forma expresar esa sensación del fiel que espera el alba final, la mirada de un señor absoluto que trae entre los ojos el fuego y el temblor. Cualquier otra cosa me parecería sólo humana. Pero está también esa otra ilusión, no menos sedativa, de que la literatura puede cambiar la realidad de los hombres, así, en plural. Que puede hacerlos comulgar de un mismo verbo –de un cuerpo encarnado, en un efecto inverso al del poder de la Gorgona. Que puede hacerlos persistir a la noche. Que puede purificarlos de la soledad. ¿Y luego? ¿Y luego? (pregunta Baudelaire, sin ningún aire cínico, por el contrario, con toda la franqueza y toda la humildad del que recuerda aquello que todos preferimos ocultar con el olvido).

3 Quisiera creer lo siguiente: uno escribe para buscar la iluminación. “No me parece que haya pensado nunca en mirar a la muerte.” Es la respuesta de Perseo a Medusa. Y sin embargo, creo encontrar mi reflejo en el monstruo. En ese deseo de reduplicar el efecto de su mirada a través de la escritura. De culminar el acto constatando ese encanto

que Paz describe con tanto tino: apenas es real, se disipa. El mundo se desvanece ante la mirada, así como Orfeo, en una suerte de eco, al girar la vista pierde a Eurídice. Yo no quisiera perder a Eurídice, o en todo caso, preferiría perderme con ella, en ella, nunca sin ella. Que puedo perder el mundo significa que el mundo no es mío. Quiere decir también que puedo invocar el poder de la Medusa, pues no logro mirarme a mí mismo y vivir. Incesantemente hay que embarcarnos, apuntar en dirección al oeste, decir que no hay naufragio incluso aunque no haya puerto a dónde llegar. Acaso transformar el mundo con la literatura no sea otra cosa que naufragar en conjunto, cantando una saloma al viento, acaso otra vez Baudelaire, vierte su veneno para reconfortarnos. Deseamos, tal es el fuego de la mirada. Sin parar, escribimos para el delirio de echar raíces en el mar o en la noche. Escribo, tanto es el fuego que me acecha, con el deseo de mirar a Medusa, con el deseo de volver a casa.

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Reminiscencias y reflexiones a ritmo de jazz por: IGNACIO GÓMEZ GARCÍA

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uando me invitaron a escribir este texto y me pidieron comentar sobre el impacto del jazz en la sociedad, el académico en mí pensó en hablar de la experiencia estética o sobre cómo, en un Estados Unidos racialmente segregado, el jazz reunía a músicos sin importar el color de su piel o sus creencias religiosas; o su influencia en diversos acontecimientos como el Renacimiento de Harlem, el movimiento por la reivindicación de los derechos civiles; el impacto que tuvo en una generación de grandes escritores identificados como Beatniks, una lista que incluye a Jack Kerouac, Allen Ginsberg, Timothy Leary, William Burroughs y Neal Cassady. Sobre el tema se pueden escribir extensas disertaciones, pero al enfrentarme a la “página en blanco” del procesador de textos, el primer cuestionamiento que me hice es: ¿cómo hablar de lo macro sin comprender el impacto que tuvo el jazz en lo personal? El gusto por el jazz se lo debo a mi papá. A pesar de los años -más de 30-, el recuerdo es bastante vívido. Mi padre tenía un cuarto en la parte trasera de la casa en donde daba rienda suelta a sus pasatiempos: escuchar música y ensamblar modelos a escala. Vienen a mi memoria esas mañanas de domingo en las cuales me apresuraba a cruzar el patio para averiguar qué nuevo universo sonoro me esperaba del otro lado. Cierro los ojos y puedo verlo, sentado en su escritorio esperando pacientemente a que se secara el ensamble de un pequeño chasis o detallando la carrocería de un auto. El olor a pintura y pegamento de contacto flotaban en el ambiente acompañados por acordes musicales.

entusiasta de los viniles (como se les llama ahora a quienes coleccionan grabaciones en acetato), me invitó a escuchar una de sus adquisiciones y no pude sino sonreír ante su desesperación por no encontrar la cuchilla que utilizaba para abrir sus discos… en fin. El disco estaba cubierto por una bolsa de plástico trasparente (aunque en algunas ocasiones venía dentro de un gran sobre de papel) y, cuando se extraía se podía escuchar el crujido característico de la electricidad estática. Las grabaciones eran -por lo general- de plástico negro, lo único que las hacía distintivas era la etiqueta de unos ocho centímetros de diámetro que se encontraba en el centro, siempre ponía atención a esos coloridos detalles. Acto seguido se colocaba sobre la tornamesa y luego venía el característico siseo previo al inicio de las melodías. Una vez iniciada la música veía a mi padre moviendo rítmicamente su pierna derecha mientras seguía ensamblando sus modelos de plástico. “¿Por qué mueves la pierna?” – le pregunté en una ocasión. Sonriendo y sin dejar de mover su pierna, me respondió: “Sólo escucha. Siente la música”. No sé tocar ningún instrumento ni leer música, pero al escuchar jazz mi pierna parece un metrónomo… por supuesto que esto no aplica ni con jazz de fusión o free jazz, pues aunque el movimiento es inevitable, no puedo garantizar que pueda mantener el ritmo.

Como buen entusiasta de la música, el estreno de una grabación recién adquirida era todo un ritual en el cual se me permitía participar. Los nuevos discos se apilaban sobre un mueble que albergaba el estéreo, integrado por componentes individuales: amplificador, preamplificador, tornamesa, grabadora de carrete abierto, deck doble para cassettes y no, todavía no existía el CD. Mi padre me pasaba varios discos para que seleccionara el que yo quisiera escuchar. En ese momento no tenía consciencia de los nombres de los intérpretes, de manera que mi elección se basaba únicamente en los gráficos de las portadas. Vale la pena mencionar la belleza del arte que adorna una gran cantidad de grabaciones de jazz, sobre todo las del sello “Blue Note”1

¿Y qué tiene que ver todo esto con el jazz? Propongo la siguiente reflexión: darse el tiempo y el espacio para disfrutar de la música, me refiero a la experiencia íntima, abrir la mente y los sentidos, dejarse llevar. Sobre todo ahora que se privilegia la mediatización sobre la experiencia, lo cual es evidente entre los asistentes a conciertos y espectáculos masivos, donde las personas parecen estar más preocupados por registrar el momento en sus dispositivos móviles que en disfrutar el momento.

Una vez realizada la elección, mi padre tomaba el disco al tiempo que hacía un gesto de aprobación. Luego frotaba el plástico que cubría el LP contra su pantalón, de manera que la fricción y el calor rompieran el sello sin dañar el resto de la envoltura. Hace poco un

Todos los lunes a las 9 de la noche, escuche Blue Note, programa de jazz que se transmite por Radio Ibero León en la dirección http://www.radioiberoleon.com, con repeticiones los sábados y domingos en el mismo horario.

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El jazz tuvo y sigue teniendo un impacto evidente y tangible en múltiples manifestaciones artísticas más allá de lo musical: pintura, literatura, cine y -por supuesto-, en el ámbito de lo social.

Puede ver algunos de estos diseños en: http://www.birkajazz.com/archive/bluenote4000.htm y http://www.birkajazz.com/archive/bluenote1500.htm

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IMPACTANDO LA REALIDAD por: IVONNE MANCERA GARCÍA

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esde atrás de la reja, desde ahí fue donde pude ver cómo unos hombres, bajo el sol, pintaban de blanco esa enorme barda, que reflejaba años de revoluciones, peleas de mexicanos que después de 200 años no nos trajeron nada, más que una burocracia lenta y corrupta, hundida, sumada a una sociedad apática, tan lejos de lo que revelaba aquel graffiti. Recuerdo el día que se inauguró ese graffiti, la cita fue en el estacionamiento sobre la plaza Juan Álvarez, en el Andador Francisco Javier Mina, perteneciente a una institución bancaria, que finalmente y ante la lucha de Lola Castro, accedieron a que se convirtiera en un espacio libre para los jóvenes. Hubo música, era una tocada, muchos jóvenes nos arremolinamos a saltar con el ska, a aventarnos por esa adrenalina tan típica cuando uno tiene menos de 25 años, que te hace sentir que todo eso, la agitación, el humo del cigarro, gritar bien fuerte, la mona y la cerveza, te hacen lo que el viento a Juárez. Desde ese día, bajo ese graffiti, bajo los ojos de los revolucionarios, se sintió un centro histórico diferente, un centro histórico que le daba identidad a una generación de jóvenes que no la tiene, que se quedó sin ella, que al fin tenía un espacio propio, que nadie más les había dado. Todo acabó ese 27 de noviembre, con un poco de pintura blanca.

El graffiti marcó la diferencia Ese graffiti, hecho por varios artistas del aerosol en Irapuato, David Gómez (Kaos), Adán Venegas (Ince) y Daniel Rodríguez (Zenek), originarios y adoptados por Irapuato, hizo la diferencia. El estacionamiento, antes inservible, se convirtió en un espacio de recreación para los jóvenes, para quienes se atreven a saltar sobre un riel encima de una patineta, para quienes hacían acrobacias en una

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bicicleta, para aquellos que utilizaban patines para alcanzar el cielo. Esta vez, el arte urbano hizo la diferencia, la lucha de quienes buscan fomentar la cultura en Irapuato rindió frutos, pues incluso el mural del Centenario de la Revolución, con Emiliano Zapata, con Miguel Hidalgo, con Doña Josefa, se tradujo no sólo en un lugar para que los jóvenes se divirtieran también en un punto de referencia en el centro histórico, incluso, un atractivo turístico. Todo acabó ese 27 de noviembre, cuando los directivos del banco decidieron que los jóvenes, sólo algunos y probablemente los que no acudían a ese lugar para practicar deportes, convivir o sí, echarse un carrujito de marihuana, le estaban dando “mal uso” al espacio, queriendo entrar a las instalaciones de esta institución de créditos largos y amargos, y que cerrarían, aunque nadie lo volviera a utilizar. Gruesos barrotes blancos se formaron en fila recta para no dejar pasar a nadie, mientras Zapata, Miguel Hidalgo y Josefa iban desapareciendo al ritmo de los brochazos de quienes fueron contratados para que ese símbolo de nuestra juventud, que apenas agarraba fuerza, se desvaneciera. Del 9 de octubre del 2009 al 27 de noviembre del 2013, los jóvenes irapuatenses disfrutaron de esta forma de arte, que no sólo le dio una mejor vista al lugar, sino alegría y diversión al centro histórico, desde la mañana, cuando muchos se iban a entrenar en sus deportes extremos de preferencia, hasta la noche, cuando los enamorados, las familias, grandes, pequeños y viejos, se sentaban a verlos disfrutar la vida, sobre un riel. Me preguntan, ¿puede el arte impactar en la realidad? Respondo sin pensar, ¡claro!, todos los días. Pero el hombre siempre ha sido depredador, y no sólo de los recursos naturales, del dinero público, sino del arte, como pasó con este graffiti, que devoraron quienes ven en estas oportunidades una forma de aprovechar espacios libres, espacios abiertos, para destruir, para delinquir, para tragar el arte. Así fue como un graffiti cambió todo

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BUENOS PROPÓSITOS A MODO DE POÉTICA PAZ CORNEJO

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a poesía es certeza. A veces, clarividencia. A veces, absoluta ceguera. La poesía es intensidad. No resiste el anticlímax. No tolera la perífrasis. La poesía no es palabra. La palabra sólo es el instrumento. No existe el lenguaje poético. No hay palabras tabú para el poema. La poesía crea. La poesía destruye. La poesía conceptualiza el mundo. La poesía permite confundirse. Mirar y ser mirado. Buscar dentro y encontrar fuera. Hallar dentro y perder fuera. La vida es su materia. La literatura, su material. Lo bello ocupa tanto espacio como lo horrible. La poesía no cambiará al mundo. El silencio es inseparable de la poesía. A pesar de los firmes propósitos, una poética no suele responder a los verdaderos logros de quién la escribe.

ABONO TRANSPORTES Identidad mensual canjeable por rutina. Incontables posibilidades de mecanización. Identificación de tus pasos, de tu camino concéntrico. Tan sólo la erosión de tu pisada permanecerá. PLANO DE METRO La ciudad alimenta incógnitas como cubos de basura. Tan sólo bocas de metro y sus dentelladas. Reconstruir su superficie. Unir sus fragmentos. Tanta cartografía resulta inútil. ASCENSIÓN Y CAÍDA (Oda a las escaleras mecánicas) La letanía de las escaleras mecánicas, La ascensión ritual y sistemática, La caída constante Y el regreso. Los viajes trascendentales no se aprecian Cuando se adhieren a los días

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PRIMAVERA EN ATOCHA JOSÉ ANTONIO BANDA

Esta lluvia que bate los cristales es la misma de ayer. Manuel Ulacia

Esa ocasión volvíamos de noche bajo el abrigo de los plátanos. Predominaba en el ambiente la cálida sonrisa de los jóvenes cuando se arrojan a la mar… Caminábamos con el grito, como hacen en primavera los mirlos negros, mirando un claro porvenir que ahora apenas reconozco. A veces imagino esa noche en otras noches, a la luz de una lámpara todavía encendida, y algo de aquel oscuro territorio, lejano en apariencia, regresa con su fiel aroma o su profundo conocimiento de vivir una vida nueva. Algo tenía entre manos el alba. Volvíamos por la calle de Atocha, alegres y despreocupados, la voz y la mirada en alto, hacia la oscuridad nocturna. Francisco leía sus poemas. Luis Luna asentía en silencio. No conocíamos la edad en crisis. En ese entonces no habitaba entre nosotros la amargura, y el tiempo no luchaba contra el tiempo. Por supuesto, la soledad o el abandono, ese hábito de lejanía,

eran nuestro alimento, nuestro único sostén, mientras duraban esos años. Queríamos revolver el lenguaje, establecer nuestras doctrinas. El mundo parecía limpio a nuestros ojos. Pero ahora, cuando la lluvia cae restregando su lomo en los cristales, cuando la lluvia asoma sus labios lamiendo los quebrados muros, medito en las imágenes del tiempo y se rebelan las palabras al dictado que el lápiz enuncia, otra vez bajo el abrigo de los plátanos.

No sé si la distancia, mirada que dibuja nombres en el aire, habrá distorsionado estos recuerdos manchando sus antiguos muros de grata ingenuidad. Pero puede ser que el viento, o aquella noche, la misma figura de los árboles, sean ficciones a las que recurro sólo para entender algo presente

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FRAGOR BATALLA JOSÉ ALBERTO ESPEJEL

Al fragor de la batalla noté cuánto distinto pasaba al mismo tiempo: yo era uno, un cuerpo en batalla: pero a la vez yo era uno en los sueños: y uno en el zodíaco y uno en la palma de mi mano: era yo uno frente al espejo, frente a los cristales, habitando la dimensión de los reflejos: y era yo uno en estos poemas y en esos otros de antes y mañana: era yo uno en la memoria de aquellos que me recuerdan y aquel uno que a veces yo recuerdo: era yo el de las fotografías: era mi nombre y la evocación de mi el que se ha quedado en archivos, los bancos, el registro civil, algunas escuelas saben de mí, me saben, me tienen. Al fragor, notándolo todo. Yo: aquí y ahora, antes y después. Propongo al mundo saberse holográfico:

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LAS NO PALABRAS WASHINGTON DANIEL GOROSITO PÉREZ

Máquinas y pájaros comparten las alturas. Alas metálicas contra plumas multicolores. Los pájaros ya casi no tienen cielo. Sus ojos gotas de miel observan polimorfos objetos. La palabra en vuelo, el viento la empuja y los versos laten con la calidez del verbo. Un poema rompeviento es festejado por los aleteos rítmicos. En la biblioteca de los pájaros sólo hay poesía y la brisa acarrea las no palabras

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MINIFICCIONES GERARDO FARÍAS

LA COSTILLA FLOTANTE En una versión apócrifa de la Biblia, que los investigadores aún no han definido si pertenece a los arrianos o a los cátaros, aparece esta historia sobre el origen de la mujer. Adán, cansado de los fallidos intentos de su creador por darle una pareja ideal, acometió contra él, evocando la rebeldía de Prometeo y la fuerza de Hércules, y le lanzó una montaña a Dios. La herida de la lanza de Longinus ya estaba preconcebida en este ataque de Adán. A Dios se le calló una costilla y con ella Adán fatigó sus manos y su delirio para darle forma a su mujer ideal. Fue ésta y no otra la razón por la cual fueron expulsados del paraíso. Adán y Eva abandonaron el edén sin arrepentimiento. Lo más curioso es que Dios esperó hasta que Adán terminara su escultura. Algo en el arte de Adán lo dejó perplejo. AJEDREZ CORRECCIONAL En una cultura recóndita se dice que existió este castigo sádico para los agresores sexuales. Cada vez que un oponente perdía una de sus piezas, un verdugo le cortaba una parte de su cuerpo, la cual debía ser análoga al tipo de pieza perdida. El rey, por supuesto, era la cabeza; las torres, las piernas; los caballos, los brazos; los peones, los dedos de la mano; y la reina, un ojo, la lengua o una oreja, el jugador podía escoger. Sin embargo, el público celebraba con especial algarabía cuando alguien perdía un alfil

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LE BLEU NE FAIT PAS DE BRUIT EL AZUL NO HACE RUIDO JEAN-MICHEL MAULPOIX

C’est une couleur timide, sans arrièrepensée, présage, ni projet, qui ne se jette pas brusquement sur le regard comme le jaune ou le rouge, mais qui l’attire à soi, l’apprivoise peu à peu, le laisse venir sans le presser, de sorte qu’en elle il s’enfonce et se noie sans se rendre compte de rien.

Es un color tímido, sin segunda intención, sin presagio ni proyecto, que no se arroja bruscamente a la mirada como el amarillo o el rojo, sino que la atrae, la domestica poco a poco, le permite acercarse sin apurarla, de manera que en él se sumerge, queda ciega y se ahoga sin darse cuenta.

Le bleu est une couleur propice à la disparition.

El azul es un color a modo para desaparecer.

Une couleur où mourir, une couleur qui délivre, la couleur même de l’âme après qu’elle s’est déshabillée du corps, après qu’a giclé tout le sang et que se sont vidées les viscères, les poches de toutes sortes, déménageant une fois pour toutes le mobilier de ses pensées.

Un color dónde morir, un color que libera, el color mismo del alma después de haberse desprendido del cuerpo, después de haber salpicado toda la sangre y las vísceras se han vertido, todas las entrañas, los bolsillos, y el mobiliario de sus pensamientos se ha mudado para siempre. Indefinidamente, el azul se evade.

Indéfiniment, le bleu s’évade. Ce n’est pas, à vrai dire, une couleur. Plutôt une tonalité, un climat, une résonance spéciale de l’air. Un empilement de clarté, une teinte qui naît du vide ajouté au vide, aussi changeante et transparente dans la tête de l’homme que dans les cieux. L’air que nous respirons, l’apparence de vide sur laquelle remuent nos figures, l’espace que nous traversons n’est rien d’autre que ce bleu terrestre, invisible tant il est proche et fait corps avec nous, habillant nos gestes et nos voix. Présent jusque dans la chambre, tous volets tirés et toutes lampes éteintes, insensible vêtement de notre vie

En realidad no es un color. Más bien una tonalidad, un clima, una cierta resonancia del aire. Una acumulación de claridad, una tinta que nace del vacío agregado al vacío, tan cambiante y transparente en la cabeza del hombre como en el firmamento. El aire que respiramos, la silueta de vacío sobre la cual se agitan nuestras figuras, el espacio que atravesamos, no es otra cosa que este azul terrestre, invisible por cuanto cercano y fundido está con nosotros, calzando nuestros gestos y nuestra voz. Presente aun en la recamara, todos los postigos cerrados y todas la lámparas apagadas, insensible atuendo de nuestra vida

De Une Histoire de bleu, 1992. Traducción de Alejandro Palizada.

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EN RECUERDO DE RUBÉN PÉREZ VARGAS El pasado 3 de febrero falleció Rubén Pérez Vargas. Originario de Irapuato, abogado de profesión, Rubén dedicó su vida a la creación y a la difusión del arte. Formó parte del Teatro Universitario de Guanajuato de 1960 a 1969. Fue uno de los fundadores de la Casa de la Cultura de Irapuato, creador del Círculo Cultural Irapuatense y director de la revista Ágora. Su legado es invaluable, por su contribución artística como promotor y director de teatro, pero sobre todo por su energía, su apertura a impulsar a jóvenes creadores, y su pasión por el arte. En este primer número de Argonauta hemos querido recordarle y rendirle homenaje con dos textos de amigos muy queridos de Rubén Pérez Vargas.

RUBÉN Por: Rocío Arenas Carrillo

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enía poco más de un año trabajando en Irapuato y llamé por teléfono a Rubén porque quería conocerlo, Octavio (ya no recuerdo su apellido) quien había hecho unos bocetos para la Revista Ágora me habló de él, me dijo que Rubén Pérez Vargas presidía el Círculo Cultural Irapuatense que en ese entonces se encontraba físicamente en la Casa del Arte y era director de un grupo de teatro. Lo que más me llamó la atención fue saber que en sus obras participaban actores de ámbitos sociales muy heterogéneos, desde personajes de clubes exclusivos de la ciudad hasta vendedores ambulantes, gente del barrio, académicos, de todo. Creo que nos conocimos en el Kineret, y nos hicimos amigos desde entonces. Después él comenzó a trabajar en la preparatoria oficial y siempre fue para mí una fuente de alegría, recibí cariño y apoyo de él durante diecinueve años. Colaboré con él en concursos, viajes, escribí para la Revista Ágora, trabajé con sus actores en la interpretación de la lectura de la obra De la Calle, leí poesía en la Casa del Arte, presenté algunos libros y me conectó con personas de distintos sectores para participar en actividades académicas y culturales, y también para ellos colaboraran conmigo en la biblioteca de la preparatoria. No había manera de negarse, una vez llegó con la noticia de que yo iba a dar un taller literario en el CERESO, ya estaba todo arreglado, y aunque yo no quería de pronto ya estaba dentro de una celda leyendo cuentos con los presos, escribiendo poemas, participando en su semana cultural, y fue una experiencia de más de un año, una de las más extrañas y satisfactorias que tuve gracias a él. Cuando me presentaba con alguien decía que yo era muy chingona, y aunque sabía que lo decía de cariño acababa por darme confianza en lo que hacía, Rubén impulsaba el talento de las personas y logró que muchos descubrieran sus capacidades e hicieran a un lado sus inhibiciones. Tuve la fortuna de verlo ganar un premio estatal con la obra de Lorca La Casa de Bernarda Alba, representada en el Teatro Cervantes, Rubén brillaba espléndido, cuando dirigía, cuando actuaba, cuando recibía los aplausos y los elogios del público. Gracias a Rubén conocí a Tomás Urtusástegui, fui de la Universidad a su casa porque quería donar su biblioteca, y entonces supe de viva voz del reconocimiento que Rubén gozaba en otras latitudes como director de teatro. Como profesor poseía una fuerza que cautivaba a sus estudiantes, muchísimos durante todos estos años se acercaron a platicarme de la admiración que sentían por Rubén, no sólo por las clases en sí sino por su personalidad, muchos querían ser sus seguidores. Le importaba la juventud, deseaba que todos se explayaran, pero también la gente grande, yo he relatado en muchas ocasiones la anécdota del romance surgido en un concurso de baile de salón que organizó en el Círculo, y cada vez que podía le pedía que me vol-

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viera a platicar entusiasmado el modo en que defendió la libertad de los ancianos para enamorarse; también sé de sus amistades que lamentablemente enviudaron y que él influyó bastante para que volvieran a disfrutar de sus vidas integrándolos a las actividades sociales y culturales de la ciudad. Sólo las trabas administrativas le disminuían el entusiasmo, las personas que buscaban el beneficio propio, y provocaba reparos en los menguados por naturaleza o por razones desconocidas, que se negaban a disfrutar de esa fiesta que eran él y sus obras y sus eventos. Gran conversador, directo, impetuoso, divertido, me hubiera gustado grabarlo cuando nos contó a Santa y a mí sobre las noches de burlesque en su juventud. Rubén fue un hombre libre en todos sentidos, vivió con intensidad y murió tranquilo, como todos los grandes hombres. Cuando comenzaron a llegar personas a Tezcucano no pude evitar pensar en la película de Tim Burton El gran pez, no sólo por la hermosa diversidad de los visitantes sino por la huella que dejó en todos nosotros: “Un hombre cuenta sus historias tantas veces que él se vuelve sus historias. Lo sobreviven a él. Y de esa forma, él se vuelve inmortal” (El gran pez, 2003).

UN BENSON ENCENDIDO Por: LUIS FELIPE PÉREZ SÁNCHEZ

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ada que hablo de Irapuato es para mencionar o evocar algo que ya no existe, que se ha ido, que sólo preserva mi memoria. Y es que luego me da por pensar, ingenuamente, que mi memoria es colectiva, y que lo que mi tramposa manera de recordar me trae a la mente es algo fácil de recordar para cualquiera. Pero no. Ya casi nadie recuerda lo que yo cuando camino las calles del centro o cuando platico de tal o cual cosa en estos rumbos. Me refiero a que la mayor parte del tiempo cada quien recuerda personas o tiempos diferentes, espacios o épocas distintas. Pienso en que ya hace años que voy y vuelvo, y cada vez, la ciudad se me muestra diferente. Siempre algo ha cambiado cuando regreso, como debe ser. La realidad es cambio. Aunque para los que siguen aquí casi nada parece resultar extraño, quien vuelve y se entera o platica de lo que ha ido pasando, lo percibe todo con un cierto aire de extrañeza. Lo que sí es cierto es que escribo menos nostálgico que nunca. Siento que asumo esta naturaleza de la vida, la dinámica. Lamento cada vez menos que el cine Rialto o el Rex o el Irapuato ya ni siquiera se guarden en las fotografías recurrentes de lo que se cuenta o recuerda la gente. Veo taquerías o restaurantes chinos en lugar de cafés como el Kineret o la Fuente. Ya debe haber quien no sepa que algún día existió un Parque y un estadio Revolución legendario donde ahora se reúne


la gente a caminar en torno a un tótem extrañísimo ideado por Salvador Almaraz. Es muy posible que se nos tache de nostálgicos a aquellos que crecimos jugando futbol ahí porque debemos resultar verdaderamente impertinentes cuando enlistamos los nombres de quienes nos dirigieron casi todas las tardes de los noventa, una turba de desconocidos de los que ya nadie recuerda ni el rostro, ni el nombre, ni nada; insufribles cuando presumimos que esos tiempos pasados eran mejores. Pero no lo hago, yo al menos, por pensar en eso como algo ideal sino porque se me va acabando de qué platicar cuando regreso. Vuelvo y me descubro dislocado de entre lo que se habla y lo que yo recuerdo. Se han ido acumulando años y derrumbes y desapariciones y cambios. Irapuato se fue haciendo ciudad. La naturaleza de la ciudad, más allá del progreso y la expansión, las oportunidades y esas tantas ilusiones que vinieron primero con los autos o la luz eléctrica, el teléfono o la tele, la migración y las muchas empresas, es el cambio. El cambio como la novedad nos han regido desde hace ya algún tiempo. Y poco hablamos de lo otro, de lo que ha sido sustituido por lo de ahora. Se nos va yendo la vida y la memoria. Así que creo que ya no es la nostalgia la que me hace escribir sino el memorial. Mis escenas de la ciudad son los lugares que yo caminé, los años que yo viví aquí, las personas que yo he conocido. Esto es, pues, una rememoración que tiene acaso un aire evocativo, de reconstrucción en todo caso. Es ahí donde encuentro momentos, sin embargo, en los que me asalta un tufillo a nostalgia. Una nostalgia más bien rancia o gris, es lo que me parece. Un recuerdo en todo caso. Y lo que traigo en la mente es un nombre, que es más que eso. Estas palabras trompicadas son acaso una especie de obituario, una despedida de aquello que conocimos, que nos tocó conocer y que ya no estará sino en la evocación. Estoy experimentando ese momento en el que todo me parece lejano. De hecho, creo que me siento en medio de la nada, o al final de algo importante: comienzan a ser menos frecuentes las muertes de los amigos de mis abuelos, gente que a mí siempre me pareció vieja y que me parecía natural que guardara en sí misma toda la historia, como también que fuera muriendo eventualmente. Ahora, sin embargo, quienes se van son los amigos de mis padres. Ahora yo soy el que va recontando la muerte de los que se fueron haciendo viejos mientras yo entraba a la treintena. Es decir, los adultos de mi infancia, aquellos que vi de carne y hueso, esos de quienes puedo recordar gestos e ideas, vehemencias y voces. La voz que recuerdo ahora mismo es una voz rasposa y ahogada, desdeñosa y siempre cínica o burlona. Dice Tabucci que una de las cosas que recuerda de la gente cuando ya no está es la voz y la manera de decir las cosas. Creo que me sucede lo mismo. Mi mente figura estampas donde lo que destaca es el matiz y el tono, la cadencia y la manera de decir las cosas de alguien. Rubén, el fumador, para mí es una voz. Es una voz y una carcajada que se esfuma o se desvanece como todo lo que el aire consume, como se evapora la calada de los Benson en el cielo de algún café donde lo he de recordar, aplastado, de mirón, vociferante. Lo escucho a lo lejos y me veo sonreír y hacer un aspaviento, decirle adiós con un gesto; sentir que el tiempo es una mansedumbre y que lo importante es llegar a ese momento en el que uno se sienta en el café a ver pasar la vida como en un vagón donde se espera el fin del trayecto, como Rubén Pérez Vargas, que levanta su mano manchada de alquitrán, una mano con el cigarrillo entre los dedos que desea suerte y que encierra en sí misma la ciudad que se nos va diluyendo consumiéndose como un Benson encendido, reduciéndose a cenizas. INTERVENCIÓN POÉTICA

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A RT Í CU LOS

AGUAS DANZARINAS CRÓNICA DE FUENTES CON JUAN JOSÉ HERNÁNDEZ por: JAIME PANQUEVA

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esulta sencillo medir de manera pragmática el desarrollo urbano de cualquier ciudad; sus espacios públicos pueden leerse como cualquier libro, cuya cantidad y calidad de páginas determina el interés que su sociedad y autoridades prestan a la población. Cuando recibo visitantes que nunca han visitado Irapuato los llevo a visitar el centro histórico. Durante el recorrido, les hago notar que a despecho de los grafitis que cubren casi cualquier pared, las fuentes se encuentran funcionando y, a pesar de lo tórrida que pueda ser la estación, el canto de sus aguas ameniza el rigor de cualquier temporada seca. Además del torrente que fluye de la fuente florentina, cuya gemela guanajuatense anclada en la Plaza del Baratillo no funcionaba hasta hace unos meses, las aguas danzarinas de la moderna fuente frente al mercado Hidalgo sorprenden a más de un extraño. Lugar obligado para tomarse la foto, húmedo respiro de los enamorados o deleite de los niños con sus salpicadas, la fuente cumplirá, el próximo 21 de diciembre, doce años de haberse puesto en funcionamiento. Casi durante toda esa década ha transcurrido bajo el mando de Juan José Hernández, un irapuatense que como respuesta a un desafío acogió esta responsabilidad. Yo trabajaba en comunicación de la Presidencia Municipal y un día estaba limpiando mi equipo de video, había desarmado las cámaras sobre una mesa y les estaba dando mantenimiento, cuando un compañero llegó y me vio. ¿Sabes de electrónica?, me preguntó. Sí, le dije, por lo menos lo suficiente para cuidar mi equipo. Pensó que el asunto terminaría ahí, pero fue un detonante inesperado. Luego me citó el Presidente Municipal de ese entonces en su oficina. Ahí me dije, me va a echar... La primera pregunta que le hizo el alcalde fue por su responsabilidad actual y su sueldo. Sí es en serio, me van a despedir, pensó. Pero la sorpresa vino cuando le ofrecieron operar la fuente y un aumento. Aceptó el reto en parte porque pensó que iba a ser fácil; ya había visitado la fuente danzarina en la Plaza de las Tres Centurias de Aguascalientes y pensaba que no había que hacer gran cosa, todos los programas los suministraba el dueño de la franquicia que construía fuentes y sólo había que ponerlos a funcionar. 26

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En Julio del 2005 recibió su nuevo encargo y se encontró con algunos problemas; no había diagramas eléctricos, el proveedor no los quería dar. Cuando me la entregaron, me dijo el proveedor, te doy ocho, a lo mucho quince días antes de que empieces a llamarnos a pedir servicio. Se metieron con la persona equivocada, Juan José Hernández hizo sus propios diagramas y aprendió íntegramente por su cuenta el funcionamiento del sistema electrónico e hidráulico. Los proveedores me odian, porque no los he llamado nunca, es más, sé que hay piezas que ellos venden muy caras y yo las consigo por otra parte, las mismas, pero a mejores precios, casi a la mitad. No les sale el negocio conmigo. Comenta con orgullo y satisfacción. Pienso que no todo en la administración pública son moches o mordidas, que también hay gente como Juan José Hernández que permiten que las cosas sigan funcionando y que cuidan nuestros bolsillos como contribuyentes, me encantaría que fueran más. Al manejo mecánico de la fuente también se añade la programación musical. Al principio, la fuente daba poquitas melodías y los paquetes de música los vendían muy caros. No tardó en adaptarle programas que consiguió por su lado e hizo funcionar con el ritmo de la música. Aficionado a la clásica o de concierto, fue escogiendo las canciones a su gusto. Sin embargo, al ver la reacción de la gente constató que ésta gustaba con arreglos modernos, ritmos más rápidos y mezclas de diferentes obras. Así fue afinando los programas con las descargas del agua. De su colección personal pone canciones de diferentes países; Chile, Perú, Brasil, Francia, Gales, Argentina. Los jueves es el día de programación internacional, suenan tonadas hebreas, árabes, brasileñas, griegas, italianas, francesas, españolas, hasta tango argentino. Le han traído música cantada pero no se le hace adecuada. La música cantada actual, moderna, me cuesta mucho trabajo arreglarla para la fuente, el nivel de sonido de la voz se pierde con la música que lo acompaña. Lo que no sucede con la música de antes. Me lo muestra con una pista de Rien, de rien de la inmortal Edith Piaf. De música más moderna tiene a ABBA, Queen, los Beatles. Algunos jóvenes se quejan de que no se pone reggaetón o música de banda, quizás deban esperar a que salgan los primeros discos de Espinoza Paz sinfónico... Difícil complacer a todos, pero imposible negar el deseo de Juan José de imprimir glamour a su trabajo.


La fuente consta de 12 unidades con cinco chorros, dos verticales independientes, pulverizador y una torre con doce chorros que salen de un solo disparo. Además, hay cinco que forman abanicos cruzados, otros chorros que llamamos cúpula, porque forman un cúpula con el agua; más dos unidades de los lados con molinete y géiser, y tiene una torre que cruza el agua y forma como una palmera, así la llamamos. Todo está identificado con un nombre para poder localizar cualquier fallo y repararlo. Todo funciona con tres bombas de 30 caballos para todo lo del medio, que se abren y cierran. Y hay otras dos a los lados con bombas separadas más pequeñas. Como el agua se oxigena mucho al estar saltando con los chorros, permite la formación de muchas algas que hay que combatir para que el agua no se ponga verde. Para mantenerla transparente se le hace tratamiento, se cambia dos veces al año. Tenemos instrucciones de tratarla lo más posible para que se vea transparente y no se desperdicie. A veces han tenido que cambiarla de emergencia porque desadaptados echaron pintura al agua. El miércoles es el día de mantenimiento, ese día se aspira el fondo. A diario se limpia la basura y se le da el tratamiento químico con clarificador, alguicida, tricloro, y una mezcla de urea con sal para evitar proliferación de fauna acuática, zancudos e insectos. No se puede usar mucha porque la sal corroe el metal, comenta y me muestra algunas piezas metálicas desgastadas por el uso.

Fines de semana o días de fiesta, tratamos de no hacer reparaciones de día para evitar que nos vean trabajando en la fuente. El domingo en particular la programación es más ligera porque sólo se enciende la mitad de las bocinas para no interrumpir los oficios de las iglesias. Le pido que pose para una foto junto a la fuente, pero se niega, no es el tipo de persona que ame los reflectores, sólo permite que la tome cuando está casi de espaldas. ¿Qué comentan los visitantes de la fuente? Sobre todo a la gente de fuera le gusta mucho y me felicitan, en especial en la época de vacaciones largas. En diciembre viene mucho extranjero. Últimamente he visto muchos orientales. Una vez vinieron unos cuates que trabajan en las fuentes del hotel Bellagio, en las Vegas, comentaban sobre su trabajo y me felicitaban. Se siente una satisfacción especial cuando les gusta la música y ven el agua. Antes de despedirme me muestra algunas piezas más de recambio compradas a proveedores distintos a los constructores originales. Un día que los volví a ver me preguntaron por qué no los había llamado después de tantos años y cómo la fuente seguía funcionando. La respuesta de Juan José podría emplearse como premisa de un buen libro de esos que llaman de superación personal: Ustedes cometieron un error la última vez que nos vimos, les dije, me retaron, me dijeron que no iba a poder y aquí estoy... ARTÍCULOS

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A RT Í CU LOS

LAS ARENAS DEL PAÍS CAEN SOBRE MI NOMBRE por: LUIS MANUEL PÉREZ BOITEL

Le pan de mur est en face, pour conjurer le cercle de ton rêve Saint-John Perse

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ERCA del invernadero, despojado de toda suspicacia me deleito en el muro, tauromaquia contra el muro, silente muro, amigo: su significación puede ser un juego estantío en contra de las cosas, en el muro de Saint -John Perse el itinerario es saltar simplemente y no deleitarse ante ese escondrijo que resulta el muro contra todo pronóstico. el arcano relieve denota cierto sacrificio en una imagen del Bosco, detalle del Jardín de las Delicias, que había conseguido para el poema inaugural. debajo de esos cuerpos que pasan, especie de realismo mágico, en la contienda de la mano que salva, de la mano que escapa del muro se enseñorea esta conversación con Saint- John Perse, el lienzo del muro está enfrente, para conjurar el círculo de tu sueño, para conjurar la osadía del hombre. un muro para las lamentaciones. un muro al final de la Estigia que es tu cabeza, el mar que circunda tu cabeza. oh, mundo que dejo en ese otro deleite de las aguas, maroma de las aguas, impensado cielo, país circular, golpe de gracia para el que no buscó entre las imágenes del Bosco, en la patina de la historia, la sensación de muro, de casa aparente!

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desde la Abadía, escucho el sonido de los escanciadores, la vida silvestre me deleita con sus enigmas y sus ralos cielos. allí, pregona la luz un horizonte que ha dejado de pertenecernos, y no escribo palabras ni a favor ni en contra, solo escucho la luz, los círculos, las cansinas sombras que pasan por el fondo a favor y en contra. he perdido la visión frente a la ribera, los códigos ante esta encrucijada, un muro que golpea a los que deben seguir su camino. los recolectores de piedras van por el río, en el mes de marzo, ellos bajan de la colina en busca de comerciantes. yo he visto en el desierto una flor de piedra que tarda siglos enteros en configurar su belleza y también es arrebatada del lugar, del otro muro que no significa franja sino oquedad, limbo mismo. en el chasquido de las piedras hay un muro, entre la mano que arrebata todo silencio hay un muro y un muro es también una visión casual, agónica para los que no perciben que detrás de todo un paisaje hay otras graderías, invernaderos, y hombres como nosotros que también intentan descifrar lo que hay detrás del muro. Saint-John Perse, en el deleite de estos corredores el patriarca ha sido usted,


en la estación de los ayeres, se configura este cielo inequívoco, una razón inequívoca como alianza, tomar de la alianza la mejor parte, como si fuera un pedazo de pan, un pedazo de vida para los recolectores de piedras. las arenas del país caen sobre mi nombre. oh, mundo que dejo en ese otro deleite de las aguas, maroma de las aguas, impensado cielo, país circular, golpe de gracia para el que no buscó entre las imágenes del Bosco, en la patina de la historia, la sensación de muro, de casa aparente! en el muro escribo lo que significan los años y al terminar vuelvo sobre las tachaduras y consigno cosas parecidas, entre una palabra y otra, temo que no sea la palabra exacta, el muro exacto, la utopía del muro exacto. Arístides se lamenta ahora por ciertos pagos que debe compensar y estoy tan distraído, mi cabeza distraída que no acabo de entender por qué resido en un país, por que no me culpo a mí mismo de esta magra dualidad, de este silencio tan largo. los amigos preguntan si es un sacrificio, los enemigos avanzan con el sacrificio. los amigos preguntan si ya el poema

termina allá sobre un muro, los enemigos leen el poema como si fuera esta una realeza de Saint-John Perse que invita al huésped a que deje la casa de vidrio en las arenas… divierte tú, en estas manualidades, con este vicio. los amigos preguntan por qué ya no aparezco entre los itinerarios de la isla y los enemigos aplauden todo silencio, la definición del silencio en los extramuros. tú que pasas entre la turba no descifras el tren que resulta una provincia, el hijo que no tuve por estas ambigüedades que hace el muro, el hijo que no tendré por ese afán de volver sobre la página que resulta el ayer mismo, la noche misma, las cancinas luces del ayer mismo. nada me salva, en el invernadero, cerca de un muro que han colocado para que sea algo diferente la ciudad, para llamar la atención de los que atraviesan la ciudad como si fuera un leve aire frente a esta puerta de Jericó, la prístina puerta de una ciudad donde los turistas ocupen un lugar simplemente en el paisaje. nada me salva. nada te salva. nada salva las palabras y las palabras nos salvan. nada. nada me salva.

las arenas del país caen sobre mi nombre. tú cantas en las trasnochadas callejuelas de un lugar similar. tú musitas desde el umbral cierta vida domestica. oh SaintJohn Perse, debajo de estos mares afloran los países muertos, los reales países de la memoria, de la cándida memoria. y en ese espasmo, en ese flagrante escondrijo hay ciertos muros donde fui superponiendo palabras, en el anonimato de las palabras y llegué a olvidar lo que bien pudiera ser conceptualizado como un muro. un muro para las lamentaciones. un muro al final de la Estigia que es tu cabeza, el mar que circunda tu cabeza y ya no eres ni isla ni país, ni el desagraviado, ni el que cruzó el muro. oh, mundo que dejo en ese otro deleite de las aguas, maroma de las aguas, impensado cielo, país circular, golpe de gracia para el que no buscó entre las imágenes del Bosco, en la patina de la historia, la sensación de muro, de casa aparente! las arenas del país caen sobre mi nombre y nada nos salvará.

ARTÍCULOS

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P O R TA F O L I O

Luis Carrera Luis Carrera nació un 17 de Octubre de 1992 en Guadalajara, Jalisco. Admirador de artistas como El Bosco y Van Eyck, su obra encuentra en los estilos pasados la expresión más apropiada al tema. Según el autor: “Desde muy temprana edad me gustó dibujar pero no fue hasta la adolescencia que le dedique un espacio formal a la pintura en mi vida ya que me permitió expresarme a través de ella y contar historias. Considero que tanto el arte como la religión nos permiten contemplar el mundo de una manera distinta.” En la muestra que integra este portafolio, la mirada es de un valor singular: vagabunda, mas no perdida; los tonos parecen escogidos para resaltar una melancolía que se diría flota en el espacio. Cuéntanos algo sobre tu vida en Irapuato y cómo llegaste a la pintura.

Llegué a Irapuato a mediados del 2004, en ese entonces tenía 11 años, venía de Guadalajara, una ciudad grande, así que la tranquilidad aquí fue algo nuevo para mí . Desde niño me gustó el arte y en la escuela me gustaba dibujar en los recreos, pero no fue hasta que cumplí 13 años que tuve mi primer acercamiento al óleo durante las clases con una amiga de mi mamá. Mi siguiente contacto fue a los 15 cuando una amiga escolar me invitó al taller de pintura de la escuela. Ahí empecé a tomar la pintura mas en serio y desde entonces he estado pintando. En tu trabajo hay un gusto particular por la forma humana y el retrato, aunque has también hecho incursiones en los abstracto o naturaleza muerta. ¿Cómo defines tus temas para pintar?

Eso depende de la intención de la obra. Me encanta la figura humana y es lo que más disfruto hacer; aunque también he trabajado otros temas, algunos por curiosidad y otros, como la naturaleza muerta, han sido creados para decorar lugares específicos. Ahora, para hablar sobre tus influencias ¿Los niños son parte algún homenaje a pintores barrocos, como Murillo, por ejemplo?

No necesariamente, aunque sin duda alguna Murillo me encanta. En general, los niños son uno de mis temas favoritos. Simbólicamente, el 30

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sol es la representación del padre, de la energía que anima la materia y eso es justamente lo que los niños representan en mi obra, la energía de lo intangible y la potencialidad de repercutir en lo tangible. Así mismo, me gusta mucho hacer la analogía entre el niño y la semilla; la semilla aunque no es árbol, tiene la potencialidad de serlo, del mismo modo que un niño, sin ser hombre, alberga dentro de sí una infinidad de posibilidades por manifestarse. Creo que una idea, cuando nos toca, cambia la manera en que percibimos nuestra realidad y entonces nuestro mundo nunca vuelve a ser el mismo. Y sobre tu técnica, las pinceladas evocan también al expresionismo...

Si, un poco, en especial las primeras obras. Durante la adolescencia disfruté mucho de las pinceladas enérgicas y cargadas de pintura. Aunque, en lo referente a la técnica, puedo decir que últimamente he tratado de trabajar con pinceladas más discretas inspirado en cierta medida por Leonardo da Vinci y algunos pintores flamencos de finales del siglo XV como Van Eyck. ¿Consideras que el arte puede transformar nuestra realidad?

Definitivamente. Desde tiempos remotos el hombre ha tratado de nombrar las cosas para poder enunciar su realidad y la realidad se experimenta a partir de lo conocido. Creo que el arte nos abre las puertas a distintas manera de ver el mundo, y cuando cambia la forma en que entendemos nuestro entorno también cambia la manera en que nos relacionamos con él, afectándolo de manera directa y esa es la magia de las ideas. El arte comunica y por lo tanto repercute en nosotros; por ende, transforma nuestra realidad. ¿Cómo ves tus posibilidades de desarrollo artístico en Irapuato?

En general bien, me encanta la gente de Irapuato y creo que lo que he compartido de mi trabajo ha sido bien acogido. Ahora estoy muy emocionado ya que tendré la oportunidad de compartirlo en el museo de la ciudad, lo cual para mí es muy importante ya que considero que el arte es un dialogo entre la obra y el que la contempla.


Luis. Alegor铆a de Amorcillo (2014, 贸leo sobre madera, 50x60 cm). PORTAFOLIO

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P O R TA F O L I O

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Ni帽o con gato (2011, 贸leo sobre papel, 35x50 cm).


Muchacho vestido de negro (2009, óleo sobre tela, 74x120 cm).

Niño con oso (2008, óleo sobre tela, 40x50 cm).

Frío (2009, óleo sobre tela, 74x120 cm).

Niño en café (2009, óleo sobre tela, 30x40 cm).

Torero (2015, Acuarela en papel algodón, 18x25 cm). PORTAFOLIO 33


P O R TA F O L I O

Sand铆as (2012, 贸leo sobre MDF, 140x80cm).

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F O M E N T O C U LT U R A L

Inicia actividades el Fomento Cultural Irapuato A. C. Fotos tomadas por Yazmín Salas

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l 2 de febrero, con motivo del día de la Candelaria, la asociación Fomento Cultural Irapuato realizó el comienzo de sus actividades de difusión artística. Esta primera actividad fue una gala magnífica en el Museo de la Ciudad de Irapuato para presentar ante la sociedad la misión y visión que se han propuesto los integrantes de la asociación: tender puentes entre almas, colmar espacios con motivos artísticos, compartir la creación y el deleite que procuran las expresiones artísticas. Miguel Ayala Espino, presidente de la asociación, dirigió al comienzo de la velada unas palabras sobre las grandes expectativas que compartimos todos los irapuatenses para generar un impulso más sólido a la cultura. El primer evento consistió en un concierto, con las presentaciones consecutivas de los músicos Gabriela Castillo Durán (piano), Alfonso Ramírez Durán (guitarra), y Arturo Ledesma (piano). El repertorio interpretado abarcó piezas de Frédéric Chopin, de Mario Ruiz Armengol, Manuel M. Ponce, Gerardo Tamez, Leo Brower, Agustín Barrios y Claude Debussy.

Gabriela Castillo Durán

Alfonso Ramírez Durán

Luis Arturo Ledesma Padilla

FOMENTO CULTURAL

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Gabriela Castillo Durán

Originaria de Irapuato, intérprete de piano, bajista y chelista, se ha presentado en los más importantes escenarios de nuestra ciudad. Alumna del sexto semestre de la Licenciatura en Música (Composición) en la Universidad de Guanajuato ha recibido dos veces, en 2012 y 2014, el premio al Mérito Académico.

Alfonso Ramírez Durán

Egresado de la Licenciatura de Música Instrumentista de la Universidad de Guanajuato (Guitarra), ha participado como solista en diferentes agrupaciones musicales y escenarios de nuestro estado.

En el plano internacional ha adelantado estudios en Granada (España) con el maestro Rafael Hermosilla y se ha presentado en el Festival Internacional de Brno en la República Checa. Es profesor de guitarra y materias teóricas en el Conservatorio Gustav Mahler.

Luis Arturo Ledesma Padilla

Originario de Irapuato. A los 12 años, atraído por la guitarra eléctrica, comenzó su enseñanza musical con el maestro Edgar Pineda Romero. Actualmente, cursa el 4to semestre de Nivel Medio Superior Terminal en la carrera de Maestro en Composición. Fue alumno de la maestra Etna Ethel

Diemecke y actualmente es alumno del pianista Jonathan Josafat González. Además del concierto, se inauguró la exposición de jóvenes artistas visuales, representantes de la escena plástica de la ciudad, cuyas obras eran una muestra de diversidad temática y técnica. Los artistas participantes fueron: Andrea Paredes, Emiliano Josterix Hernández, Fernando Negrete, Gabriela Magdaleno, Giovanni Velasco, Juan Carlos Bueno, Lilian Bello-Suazo, Miriam López, Lawra Badajoz. Junto a ellos, el artista Luis Antonio Hernández ejecutó una obra en aerosol sobre lienzo durante la presentación musical.

El 11 de febrero, Fomento Cultural Irapuato organizó la presentación de la más reciente obra del filósofo y escritor Benjamín Valdivia, Conversaciones con la perrada, en la cual participó el joven filósofo Jesús Abraham Suárez y el poeta José Antonio Banda. El 18 de febrero, en la Casa de la Cultura de la ciudad, se realizó la presentación de Un millón de gusanos, libro de Rogelio Flores. Hasta la fecha, Fomento Cultural Irapuato ha recibido valiosas muestras de apoyo, tanto de los artistas colaboradores como del público asistente. Fomento Cultural Irapuato está integrado por Miguel Ayala Espino, Jaime Panqueva, Marco Antonio Vanzinni, Francisco MacSwiney Salgado, José Antonio Banda y Alejandro Palizada, con la colaboración de Paola Andrea Moreno Franco y Octavio Manríquez

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TRADUCCIÓN DE ALGÚN CÓDICE por: JUAN CARLOS GALLEGOS

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l que pregunta llegó desde un lugar que no sé, y, viendo a Chac Mool, le preguntó: - ¿Quién eres y por qué estás triste?

- Soy Chac Mool. Estoy triste porque mis espaldas están adheridas al suelo y no podré levantarme, no hay alegría en mí porque quisiera ser otro, estar en un lugar diferente, tener una vida distinta a esta que me ha tocado. Pero lo peor es que no sé la razón de porque soy como soy. Mi cuerpo mismo es la mezcla de roca y hombre, pero no soy ni uno ni otro. Estoy inconforme y no sé lo que soy. El que pregunta entonces vio a la roca y la interrogó: - ¿Quién eres y por qué estás triste? - Soy una roca como cualquier otra: amorfa, fea y bruta. Me quejo de mi destino pues yo pude haber sido Chac Mool y no esa roca que está allá. Alguna vez fuimos parecidas y ahora tiene la forma de un hombre. Envidio su suerte y me quejo de estar aquí, siendo una roca más de tantas. El que pregunta escuchó al Viento aullar y lo cuestionó: - ¿Por qué sufres, Viento? - Porque te veo hablar con dos que tienen cuerpo y forma, que aunque inconformes tienen más de lo que yo podré tener en todo el tiempo que dure el mundo. Yo soy nada, y si aspiro a tener algo como ellos sólo consigo ser un vil remedo de la brisa o el polvo. Además no tengo raíces, estoy condenado a vagar por toda la eternidad. El que pregunta entonces dijo a Chac Mool: - Te quejas de tener la espalda adherida al suelo, no te das cuenta de que son tus raíces. Te quejas de no poder levantarte, más para qué pedir eso si antes eras simple roca y ahora tienes forma de hombre. Deja a los hombres eso de levantarse, tu trabajo es estar en tu lugar. Te quejas de que tu destino es malo, de que no eres ni roca ni hombre. Pues bien, no eres ni una cosa ni otra, sino algo nuevo, eres Chac Mool, y tu destino es el mejor que pudiese haber para ti.

Bien pudiste haber sido labrado hasta ser reducido a la nada. Pero no fue así, eres lo que eres. El que pregunta entonces dijo a la roca: - Te quejas de tu naturaleza, que es la de todas las rocas. Quejarte debieras si hubieras sido blanda y transparente. No te comprendo, te quejas de haber conservado tu pureza, de no haber sido transformada contra tu voluntad. Te quejas de no tener algo que te distinga, cuando ya lo tienes, pues no hay dos rocas que sean iguales en todo el Universo. El que pregunta entonces dijo al Viento: - Te quejas de no tener cuerpo y forma, cuando tienes un cuerpo ligero y único, cuando tienes todas las formas. Te quejas de ser un vil remedo de la brisa o el polvo, y no comprendes que sin ti ni el agua ni la tierra viajarían de la manera en que lo hacen cuando tú los llevas en tus brazos. No entiendo como aúllas y te lamentas de ser como eres y hacer lo que haces si eres uno de los Señores de la Vida. Te quejas de no tener raíces, de ser un eterno extranjero, pues bien, he ahí tu mayor alegría: puedes ver el mundo entero, cuando hasta los que se mueven tienen que andar mucho para ver siquiera un poco más cerca lo que ven a lo lejos. Tus raíces son el mundo entero. Entonces Chac Mool, la roca y el Viento dejaron de quejarse y sonrientes agradecieron al que pregunta, pues habían estado lamentándose por cosas vanas. Luego le preguntaron al que pregunta: - ¿Quién eres y por qué haces tantas preguntas? - Pregunto para obtener la solución a mí mismo, pues quién soy no lo sé: soy un enigma sin respuesta y sólo respondiendo al mundo podré responderme y estar en paz. Y Chac Mool vio marcharse al que pregunta al horizonte, tras el Sol; la roca lo vio ir al encuentro de la Luna y las estrellas; el Padre Viento lo observó yendo hacia el sur, lo siguió hasta que llegaron al océano y lo vio internarse en él caminando. Pero yo sé que el que pregunta vino hacia el norte y aún no ha llegado, pues estamos afligidos y quejándonos y en nuestro corazón habita una tristeza que no tiene respuesta

LA TRINCA DEL CUENTO

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Biblioteca del Argonauta

BIBLIOTECA

—¿Qué es lo que más os aterra de la pureza? —La prisa –respondió Guillermo. El nombre de la Rosa. Umberto Eco.

Los infortunios de la modernidad La evolución del sonido

Ampliación del campo de batalla (1994) Michel Houellebecq Anagrama El mundo nunca descansa. La vida en la época contemporánea se desarrolla con una simple constante universal; todo está en constante cambio. Para vivir en esta sociedad es necesario permanecer en movimiento, adaptarse, improvisar, seguir un camino que se construye paso a paso, sin un plan o instructivo que seguir. En estas condiciones es imprescindible dotar de sentido esta constante transición para evitar un estado de locura e indiferencia, la libertad consiste en la toma de decisiones y el éxito en la trascendencia de éstas. Sólo dos vertientes se hacen presentes en una mente incapaz de habitar el campo de la norma, el hastío y asco. Este es el planteamiento que desarrolla la novela Ampliación del campo de batalla de escritor francés Michel Houellebecq en la que un ingeniero informático de 30 años de edad aborda los conflictos, que en su opinión, dominan a la sociedad y expone su pensamiento irónico y un tanto cínico sobre el liberalismo económico y sexual que observa a su alrededor, siempre con un absurdo existencial procedente de su trayectoria vivencial y afectiva. La historia comienza cuando el protagonista (cuyo nombre nunca se menciona) denota su hastío por la vida en una fiesta en la que sólo encuentra acciones absurdas realizadas por inercia y carentes de sentido. Económicamente puede considerarse un hombre sin carencias, displicente ante las cuestiones económicas, aunque carente de metas en la vida y con una percepción personal totalmente indiferente debido a un reciente fracaso amoroso que resultó ser totalmente destructivo para su vida; en la que hacerse daño incluso indirectamente se ha convertido en su única fuente de libertad “Fumar cigarrillos se ha convertido en la única parte de verdadera libertad en mi existencia”. El protagonista comienza a trabajar como asesor técnico para el Ministerio de Agricultura en el que será necesario realizar viajes a comunidades aledañas a París; entre estos viajes expone la frivolidad del sexo, lo efímero y ridículo del amor, la absurda pretensión de obtener fortuna económica, crítica el sentido de la existencia como el aprisionamiento total del ser humano y la desidia de las relaciones humanas tanto interpersonales como intrapersonales. En una continua situación, carente de sentido, lleno de desesperación, desilusión, apatía y aversión progresivamente cae en una depresión que lo llevará a internarse en una clínica psiquiátrica demostrando que el mundo es un campo de batalla para todos los habitantes sin importar su edad, clase social, ideología y religión y pone en duda si realmente la vida es tan maravillosa como la pintan los “ingenuos e ilusos”. OM 38

MAYO * JULIO 2016

Sonic Evolution (2015) Mad Season & The Seattle Symphony Monkeywrench Records El 30 de enero de 2015, en el Benaroya Hall de Seattle, los músicos de Mad Season, un meteórico grupo de rock de los años 90, volvieron a reunirse acompañados por la Seattle Symphony Orchestra. Mad Season fue un grupo integrado por músicos de otras agrupaciones: Alice in Chains, Pearl Jam, Screaming Trees, Walkabouts. El vocalista, Layne Staley, falleció de una sobredosis en 2002. Los músicos sobrevivientes revivieron un repertorio de canciones escritas por Staley, llena de referencias a la imposibilidad de lograr la música perfecta. Arder o comprar más tiempo, repite el estribillo, interpretado por Chris Cornell, el vocalista invitado, mientras la orquesta acompaña con una delicadeza contrastante las tristes frases del artista: “Lord it’s a storm and I’m heading to fall / These sins are mine and I’ve done wrong / I fear again, like then, I’ve lost my way / And shout to God to bring my sunny day” ¬-Señor, se viene la tormenta, estos son mis pecados y me arrepiento-. Los versos en inglés son líquidos, suaves, y el compositor se ha encargado de contrastar en las imágenes rebeldes (“Grito a Dios que me conceda un día feliz”) bajo la apariencia de una plegaria. Cornell es un reemplazo más que adecuado del fallecido Staley; ha aportado un timbre más grave y apropiado al acompañamiento, en particular al cantar River of Deceit. Pero este reencuentro se lo debemos agradecer al guitarrista Mike McCready. Hay momentos, en particular en la primera pieza que abre con una hermosa melodía de la Seattle Symphony, hay momentos como ese en que su guitarra pareciera un alzar el puño hacia arriba conjurando a algún Dios. Otras veces es la batería de Barret Martin, o el bajo de Duff McKagan –sí, el bajista de Guns N’ Roses. A veces, para cimbrar verdaderamente a través de la música, hay que calibrar a cada instante la quietud y la furia y ese es el delicado equilibrio que logra la Orquesta y el grupo. En el cuento de El perseguidor, de Julio Cortázar, el saxofonista le reprocha a su amigo: “inmediatamente lo traduces a tu sucio idioma. Si cuando yo toco tú ves a los ángeles, no es culpa mía. Si los otros abren la boca y dicen que he alcanzado la perfección, no es culpa mía.” Algo similar supongo que me podría reprochar ahora mismo, pues yo, con este álbum, me he imaginado un campo de urnas, una costa azotada por el viento, una guitarra cimbrando el silencio, los instrumentos de la orquesta posados en la duela, y la voz de un muerto alcanzándome desde un tiempo más allá pero tan presente: “The only direction we flow is down.” AP

La poesía de Benjamín Valdivia

Conversación con la perrada (2015) Benjamín Valdivia Tlacuilo Ediciones Conversación con la perrada es el más reciente libro de Benjamín Valdivia, donde la poesía se sitúa entre la tradición y la vanguardia. Heredero de Góngora, más que de Quevedo, y fiel representante de César Vallejo y Huidobro, el libro de Valdivia deslumbra por su ritmo y la versatilidad de sus versos. Hay una generación, la de los sesenta, que se ha quedado prendada a los recursos vanguardistas hispanoamericanos, generación que abreva de todas las tradiciones nacionales: europea, estadounidense, china, japonesa, árabe, entre otras. Pero también, por circunstancias históricas más que biográficas, eleva su voz en grito. Hay denuncia, pero no por compromiso, sino por venir desde el fondo, como lenguaje y como sentido. Valdivia pertenece a esta generación que no olvida las aventuras poéticas del cono sur americano, su esperanza de futuro; y se adhiere a la conciencia crítica de su tiempo, que no experimenta en su arte por artificio, sino por una necesidad expresiva de significar al mundo, de decirlo, de nombrarlo, de hacerlo suyo sin olvidar las palabras de la tribu. En “Conversación con la perrada”, título provocador por donde se le mire, la poesía es un nuevo intento de diálogo jubiloso con el otro, sin hermetismo alguno: “para que alguien allá abajo lo sepa/ y sepa que la vida es posible y excelente”, porque, ante todo, la poesía es celebración sea cual sea su polo: tristeza o alegría. Como apunta el poeta: “somos lo que observamos”. La vida es un decir continúo donde la palabra busca el grito, la voz, aunque no se alcancen los tonos, un hacer y rehacer infinitos. Así, los poemas de Conversación con la perrada se convierten en restos de un sacrificio (he aquí el aspecto mítico de la poesía de Valdivia) donde lo que arde no son las letras o esa fingida esperanza que se quedó al fondo de la urna. Los poemas son el misterio que se ofrece al tiempo, son la poesía, que es perfecta porque en el mundo “Todo es perfecto”, a pesar de que los ojos, al registrar la fugacidad del tiempo, manden las horas enteras a degüello. JAB




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