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El Teatro de la Vida

permitirán recordar y reforzar su fe y conv1cc10nes, sirviéndoles para la meditación.

El caso del beaterio de Las Nazarenas, también en el Cuzco, tiene otro significado. Las beatas que lo ocuparon fueron de menor posición social que las monjas de los monasterios. Aunque también se dedicaron a la meditación, seguían participando de la vida profana del mundo extramuros. Por eso las escenas pintadas reflejan la vida cotidiana de las clases populares, no de la cortesana. No falta una corrida de toros, parejas discutiendo, participantes en las hurk' as 3r

A fines del siglo XVIII el b"eaterio fue además Casa de Corrección "en que se confinan y depositan las que necesitan desprender su vida de la lubricidad que la corrompe", como dice Ignacio de Castro 38. Esto puede sugerir que también las escenas pintadas estuvieron precisamente allí para recordar y hacer reflexionar a las beatas que la vida mundana no es la que lleva a la felicidad eterna. Los murales que tienen un indudable sentido profano, y hasta contestatario, son los que se encuentran en la iglesia de Huaro. A pesar de que el edificio data del siglo XVII como se vio, las pinturas son de fines del siglo XVIII e inicios del XIX. Este templo, tantas veces mencionado por la gran calidad y variedad de sus murales, presenta pequeñas escenas pintadas en diferentes lugares, pero principalmente en el coro. El coro tiene especial sentido, porque siendo un espacio reservado, sin ser prohibido, no accede el promedio de fieles.

Agrupamos los murales del coro alto de Huaro con el sugestivo título inspirado en las mismas pinturas, pues así están representadas varias escenas, una debajo de la otra, insertas en una franja vertical. En la parte superior de este "textil" se muestra la primera escena con cortinajes propios del escenario de un teatro palaciego, con damas y caballeros, a modo de personajes que representan la escena romántica de una obra medieval. Los cortinajes parecen set la coronación de la franja vertical a lo largo de la cual se desarrollan el resto de las escenas. En las escenas inferiores se ven comensales alrededor de mesas muy bien servidas con comidas y bebidas, escuchando a músicos. Otras muestran a cazadores, espadachines cruzando sus aceros, posiblemente en lances de honor. En las otras franjas del mismo coro no faltan jinetes, rejoneadores de toros e intérpretes de danzas variadas. Aunque de manera más discreta, y mimetizados con los retablos y pinturas de fü~nzo de la nave, existen algunos "textiles" con estas escenas. La calidad de estos dibujos reclama autoría diferente a los que pintó .. Tadeo Escalante en el mismo templo de Huaro. El templo de Colquepata, también del siglo XVII, presenta gran variedad de temas profanos y contestatarios, ejecutados en la segunda mitad del siglo XVIII. Están pintados en el friso inferior, que da la vuelta a los muros de la nave, en claro contraste con las grandes escenas de ermitaños que están pintadas en la parte superior de los mismos. A pesar de su restauración, no se aprecian claramente. Sin embargo se puede observar escenas rurales andinas como paisajes con personajes en actividades agropecuarias, fiestas populares no identificables.

ESCENAS PROFANAS DISIMULADAS POR EL COLOR Y COMPOSICION DE DISEÑO TEXTIL (coro alto) Siglo XVIII Temple seco sobre muro de adobe. Iglesia de Huaro, Quispicanchi, Cuzco.

ESCENA DEL ANTIGUO TESTAMENTO Y CENEFA CON MOTIVOS POPULARES

Siglo XVIII Temple seco sobre muro de adobe. Molino de la Creación, Acomayo, Cuzco.

El coro alto del templo de Marcapata también presenta algunos personajes en miniatura en escenas rurales. También la arquitectura civil presenta ternas de la vida cotidiana. El Molino de La Creación en el poblado de Acornayo, del que hablarnos con anterioridad, es un buen ejemplo. En la parte inferior de las escenas religiosas, dentro de franjas horizontales, se encuentran otras de tipo costumbrista y profano, corno paseos campestres, bailes similares a la actual marinera, zapateo de huaynos, ladrones de ganado, arrieros, danzas lugareñas e incluso hay las que muestran movimientos de soldados y tropas irregulares de patriotas armados en son de combate. En el oratorio de la casa-hacienda de Buenavista del siglo XVII en el poblado de San Jerónimo, casi ocultas en medio de un friso de gran colorido, se ven pequeñas figuras de parejas vestidas a la moda urbana del siglo XVIII. Su contexto mural no es muy claro, aunque sí el lugar donde fueron pintadas. En las galerías de la misma hacienda quedan evidencias de escenas, hoy cubiertas, por lo que no es posible describirlas. Es el mismo caso de la casa-hacienda de Callapujyo, en cuya galería superior vernos escenas de corte rural, corno jinetes, pastores, labradores, también del siglo XVIII, aunque el conjunto arquitectónico es del XVII. La variedad y cantidad de estas pinturas sólo puede significar la existencia de un espíritu más bien mundano que religioso, que incluso desafía en el propio templo, corno en Huaro y Colquepata, el control eclesiástico, lo que ya es propio de mentalidades que están en rebeldía contra el orden establecido 39. Algo que ha llamado la atención es que este tipo de representaciones de la vida cotidiana así de pequeñas, prácticamente miniaturas, también se han pintado en cántaros, platos y jarras de la cerámica utilitaria vidriada cuzqueña y altiplánica de los siglos XIX y XX.

NOTAS

l. Gasparini, (1972) págs. 33 -47. 2. Cruz de Amenábar, (1986) pág 132. 3. Basadre, (1931) págs.15 -16. 4. Denegri en: Esquive! y Navia, (1980) págs. XIV y XV. 5. Gutiérrez, Vallín y otros, (1981) págs. 78 -82. En ese artículo índican como testimonio excepcional el cuadro del pintor Zapata Inca, existente en U machiri, por presentar un fondo de tapices que sirve de escenario al tema. Hemos constatado que existen otros ejemplos importantes con temas ambientados en recintos adornados con decoración textil. Es el caso del lienzo del Milagro de San Francisco del convento del mismo nombre en el Cuzco, pintado en 1667 por Marcos Rivera o del lienzo pintado por Juan Zapata Inca para la iglesia de San Juan de Dios en el Cuzco.

Según Mesa-Gisbert, el pintor indígena Salvagor Sandoval, que pintó en 1659 la serie del

Hijo Pródigo de la iglesia de Quiquijana, cercana al Cuzco, tomó el motivo de la obra del padre Nadal Imágenes de la Historiá Evangélica, Amberes, 1607, ilustrada con grabados de Mallery y Collaert, en los cuales se representan ambientes adornados con paños colgados.

Gutiérrez y Vallín citan por otra parte un documento que demuestra la persistencia de la ornamentación textil hacia 1770. El párroco de Asillo, según su declaración, mandó traer 76 paños de guadameciles encargados de Génova, fabricados con sus dos cenefas, que destinó al presbiterio, nave y capillas donde las telas debían quedar "acomodadas y clavadas". 6. Mesa y Gisbert, (1982) pág 123.

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CALCO DE REPRESENT ACION TEXTIL CON ESCENAS PROFANAS (coro alto) Siglo XVIII Temple seco sobre muro de adobe. Iglesia de Buaro, Quispicanchi, Cuzco.

7. Mesa y Gisbert, op. cit. pág. 123. 8. Marco Dorta, (1973) pág. 374. 9. Sebastián, (1981) págs. 303 - 304. 10. Sebastián, Mesa-Gisbert, (1985) págs. 178 - 181. 11. Sebastián, Mesa-Gisbert, op. cit. pág. 178 - 181. 12. Césare Ripa, (1560 - 1622) académico italiano, publicó en 1603 su libro sobre Iconología que tuvo numerosas reediciones. Se ocupa de la descripción razonada de las imágenes y el significado de las alegorías de la antigüedad. Ediciones Akal S.A. de España publicó· una reedición en 1987. 13. Mesa-Gisbert, op. cit. pág. 245. 14. Por encargo de las religiosas Carmelitas Descalzas, el arquitecto Roberto Samanez

Argumedo está dirigiendo los trabajos de restauración y recuperación del inmueble. La intervención y las obras se iniciaron en 1992. 15. Gutiérrez, (1987) pág. 131 16. Gutiérrez, op. cit. pág.131. 17. Inca Garcilaso, (1959). 18. Macera, (1975) págs. 101 y sgts. 19. Citado por Macera, (1975) pag.102. 20. Redfield, (1956) págs.17 - 100. 21. Citado por Macera, (1975) pag.103. 22. Beals, (1959) págs. 73 - 113. 23. Pablo Macera, (1979). 24. Guarnan Poma de Ayala, (1980) pág. 377. 25. Pease (1974), págs. 221 - 252. 26. Valderrama et al, (1992) pág. 4. 27. Gisbert (1980), págs. 17 - 22. 28. Documento ubicado y transcrito por el Dr. Horado Villanueva Urteaga. Archivo Histórico

Departamental del Cuzco. 1980. 29. Mesa-Gisbert, op. cit. pág 243. 30. Querejazu Leyton, (1989) pág. 14. 31. Sebastián, op. cit. pág. 181. 32. Gisbert, op. cit. pág. 7. 33. Macera, (1975) pág. 95. 34. Flores, Kuon, Samanez, (1991) pág. 184. 35. Flores, et al, op. cit. pág. 185. 36. Gisbert, (1992) pág. 5. 37. Compromisos para organizar las fiestas religiosas populares. 38. Castro, (1978) pág. 53. 39. Flores et al, op. cit. págs. 185 - 186.

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