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Visión mística: Jesús la corona con rosas
Dentro de la iconografía mariana se encuentran también otros temas afines a la misma flor: la Madre del Salvador portando en la diestra una sola rosa. Tales casos, por ejemplo, de El Parmigianino con La Virgen de la rosa, obra considerada "una de cuyas réplicas" y que pertenece a una colección privada limeña; la del mismo título por Bernardo Bitti, en la iglesia de San Pedro en nuestra capital; y cuando se la representa coronada de ellas, como en el lienzo de pequeño formato Rosa Mística, atribuido a Diego Quispe Tito, existente en la sacristía del templo cusqueño de San Pedro, la cual debido al señalado elemento de la guirnalda ceñida a las sienes originó que una especialista en temas turísticos la consignara indebidamente como Santa Rosa de Lima19. Un notable ejemplo, a propósito de la iconografía mariana, donde el empleo de la rosa formando coronas adquiere máxima significación, tanto por la belleza y calidad artística de concepción como por el renombre de su autor es, a no dudarlo, la Fiesta del Rosario de Albrecht Dürer, en la Galería Národní, en Praga. No sólo adorno delicado y suntuoso de su joven figura, por ser virg_en y no mártir20 sino elemento doblemente simbólico es la rosa al concordar no sólo con su impuesto nombre propio y con el cual fuera elevada a los altares sino también con el de la celestial interlocutora Virgen del Rosario, término que evoca a la rosa o si se prefiere, río de rosas21. No cabe duda, pues, que el llamarse Rosa, por el que habíase trÓcado el bautismal de Isabel, fue razón de peso para asignarle entre sus atributos la guirnalda no de variedad de flores sino exclusivamente de rosas.
29. VIRGEN CON EL NIÑO CORONANDO A SANTA ROSA DE LIMA Francesco Vellani. Siglo XVIII. Oleo sobre lienzo. Galería Estense, Módena, Italia.
Visión mística: Jesús la corona con rosas
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El origen del comentado elemento iconográfico proviene además de una de las visiones tenidas por la mística limeña. Aquélla en que Jesús la corona con rosas y espinas (Figs. 27 y 29), tema que figuró tempranamente en las composiciones pictóricas barrocas del arte efímero armado en 1671 para exornar la fachada de Santa María sopra Minerva, cuando las fiestas de canonización en Roma. Un eco del mismo se produce en Cusco en 1694, cuando el artista local Marcos Rivera se compromete a pintar para la Compañía de Jesús una "Santa Rosa con el Niño Jesús en el momento que éste le quita la corona de espinas para ponerle una de rosas", según reza el contrato respectivo (J. Cornejo Bouroncle ).
Pero hay más. En Lima y hasta el siglo pasado era costumbre establecida enterrar a las doncellas que hubieran llevado vida virtuosa, fuesen religiosas o seglares, premunidas de guirnalda y palma. Asimismo, en las ceremonias solemnes de toma de velo en Lima en que profesaban las novicias, a principios del siglo XIX, el viajero británico W. B. Stevenson refiere como testigo de vista, que: "La novicia se acerca al comulgatorio, le colocan el velo sobre su cabeza, toma una vela encendida en su mano, adornada con una palma y después la coronan de flores ...... "22. O sea que tanto al profesar como al morir, en el .caso de las religiosas, repetíase el rito.
En cuanto a Rosa, el P. Hansen expresa que: "Estando su cadáver puesto en el féretro ...... , (y) faltase corona de flores con que adornar su cabeza, como se • acostumbra en los entierros de las doncellas, cuando se acercaba el momento