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La Santa limeña en la pintura moderna

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Durante su estancia en Lima~ por la década de 1840, el joven Ignacio Merino dedicó buena parte de su tiempo a registrar apuntes de trajes, gentes y costumbres de la capital peruana que simultáneamente despertaban la curiosidad romántica de Rugendas y otros artistas viajeros. Surgieron así sus estampas o breves óleos de tapadas, escenas festivas y personajes callejeros. Es significativo que, junto a ellos, ensayase por lo menos dos representaciones de Santa Rosa. La más difundida se encuentra en el Museo Pedro de Osma y la muestra en actitud meditativa, cuidando a un enfermo, despojada de los signos convencionales de santidad. Lo ampuloso de su hábito quizá haya sido inspirado por la escultura barroca de Caffá, en el templo de Santo Domingo, que los viajeros románticos elogiaban con entusiasmo por esos años. Pero estas obras todavía no dejan de ser sino tanteos y piezas más bien marginales dentro de la producción total del pintor.

Sin duda fue Francisco Laso quien llevó la iconografía de Santa Rosa a un momento central y culminante, no sólo de su propia obra sino del proceso artístico peruano. Empleando a su propia esposa como modelo, Laso trazó varios bocetos y ensayó variantes hasta llegar a su pieza maestra: la Santa Rosa de l_a Pinacoteca Municipal de Lima (ca. 1859). En claro contraste con sus predecesores coloniales, el pintor tacneño presenta a una santa mucho más "verista", de rasgos bien definidos y emplazada dentro de la austeridad de su celda. Una intensa voluntad de síntesis clásica modela toda la figura, lo que le confiere ese aire mayestático y monumental común a sus mejores lienzos.

Así como en sus paseanas andinas o en el célebre "Indio alfarero", Laso llega a configurar un majestuoso prototipo humano que se relaciona con la búsqueda obsesiva de temas "nacionales" para la pintura de acuerdo con la postura ideológica del artista.

A una segunda generación de pintores académicos pertenecen Teófilo Castillo y Daniel Hernández, quienes retomaron el tema en diversos momentos de sus carreras. Ambos maestros acusan el impacto de la revolución impresionista, aunque adoptan sus versiones menos radicales, aquéllas aceptadas por el gusto predominante en los salones europeos de principios del siglo XX.

En 1917, al conmemorarse el tercer centenario de la muerte de nuestro personaje, Castillo pintó su "Traslación de los restos de Santa Rosa" (Museo de Arte), obra que se encuadra dentro de las recreaciones fantasiosas de la vida colonial que había emprendido. Así, la escena se ambienta delante del dieciochesco Palacio de Torre Tagle, en tanto que las vestimentas de los concurrentes revelan similares anacronismos. Estilísticamente, el pintor se identifica con el "luminismo" que deriva del español Mariano Fortuny.

Contemporáneo y por momentos rival de Castillo fue Daniel Hernández, académico de formación europea que regresó al Perú en 1918 con el cometido oficial de fundar y dirigir la Escuela Nacional de Bellas Artes. Simultáneamente con las tareas docentes, recibió varios encargos del gobierno de Leguía en el contexto de las fiestas celebratorias del Centenario de la Independencia. Debió emprender entonces grandes composiciones de temas nacionales e históricos, que lo obligaron a desarrollar una factura abreviada sobre la cual despliega una gama de tonos pastel. Por esa época, Hernández realiza una Santa Rosa para la capilla del Palacio de Gobierno, donde presenta al personaje en uno de sus éxtasis místicos pero investida de un cierto aire amable e incluso infantil,

VISION DEL NIÑO JESUS POR SANTA ROSA DE LIMA. Matías Maestro. Principios del siglo XIX. Oleo sobre lienzo, 690 x 413 cm. Iglesia de Santo Domingo. Lima, Perú. Restaurado por el Banco de Crédito.

Página 324 SANTA ROSA DE LIMA Sérvulo Gutiérrez. 1914-1961. Oleo sobre lienzo, 50 x 40 cm. Colección Privada. Lima, Perú.

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i) VISION DE ROSARIO~ Trabajo de 1 Siglo XX. Vitral. Catedral de Lima, Perú.

SANTA RO! Ignacio Mer Siglo XIX. Oleo sobre Museo de e Lima, Perú.

ASCENSION DE SANTA ROSA DE LIMA Gonippo Raggi 1917 Oleo sobre lienzo, 600 x 300 cm. Iglesia de Santo Domingo, Lima, Perú.

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:1 SANTA ROSA DE LIMA Armando Villegas 1994 Oleo sobre lienzo. Ministerio de Relaciones Exteriores, Lima, Perú.

SANTA ROSA DE LIMA Francisco Laso. Siglo XIX. Oleo sobre lienzo, 274 x 140 cm. Municipalidad de Lima Metropolitana, Lima, Perú

SANTA ROSA Sérvulo Gutiérrez 1960 Oleo sobre lienzo, 91 x 61 cm. Colección privada, Lima, Perú

que propicia la familiaridad con el espectador. La aparición del "Doctorcito" entre haces de luz aporta efectos que recuerdan la pintura modernista europea.

Más avanzado el siglo, la insu_rgencia indigenista y la reacción antifigurativa subsecuente no fueron propicias p:c¡tra una continuidad en el tratamiento del tema rosista. Sólo hallamos manifestaciones aisladas, entre las cuales destaca la interpretación fauve-expresionista de Sérvulo Gutiérrez. Por los años cuarenta y cincuenta, Gutiérrez aborda la figura de la santa en una penetrante serie de cuadros, que alcanza su mayor intensidad en el desborde expresivo de los años finales. Fue justamente su obra póstuma una Santa Rosa trazada con dramáticos arañazos en los muros de un bar bajopontino.

Cabe mencionar, finalmente, los ecos que esta figura ha suscitado entre los grandes pintores latinoamericanos del presente. El caso más relevante podría ser el de Femando Botero, maestro colombiano que explora el imaginario continental por medio del-universo desmesurado que le es característico. Dentro de este correlato pictórico de lo "real maravilloso" no podía faltar una creencia tan arraigada en la fe colectiva de los latinoamericanos. De allí surgen no menos de cuatro grandes versiones donde la figura de la santa limeña aparece invariablemente investida de un cierto halo de ternura.

Página 334 MATRIMONIO MISTICO DE SANTAROSA DE LIMA Anónimo. 1687. Oleo sobre lienzo. Colección Barbosa-Stern, Lima, Perú.

SANTA ROSA DE LIMA Fernando Botero 1978. Oleo sobre lienzo, 250 x 193 cm. Colección Privada.

SANTA ROSA DE LIMA Fernando Botero 1968. Oleo sobre lienzo, 168 x 175 cm. Colección John Aberbach, Long lsland, EE.UU.

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