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LA CONFIANZA

Hace algunos años colaboré para FLACSO con un artículo sobre la importancia de la confianza para el sector empresarial y para el crecimiento económico de un país. En ese entonces concluía que la confianza constituía un pilar esencial para la toma de decisiones de inversión y para el crecimiento económico creando un círculo virtuoso para el desarrollo de los países.

Si al momento de la elaboración de la publicación la confianza era importante para la economía y el fortalecimiento democrático de la región, en la actual coyuntura el reto es aún mayor, ya que varios estudios señalan a América Latina como la región del mundo con el mayor índice de desconfianza.

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Tanto la Encuesta Mundial de Valores (2017-2020) como el Informe Latinobarómetro (2021) señalan que en América Latina el nivel de desconfianza es del 90%, contrastando con la media global de 69% y el de los países nórdicos que es tan solo de un 28%.

Carlos Scartascini, economista del BID y autor de la obra Confianza: la clave de la cohesión social y el crecimiento en América Latina y el Caribe señala cómo la confianza es el tema más acuciante y el menos abordado, y cómo la falta de ésta incide en menor productividad, en una desmejora del ejercicio ciudadano y de un buen gobierno, tema brillantemente abordado por nuestra editora, Anasella Acosta, a inicios de este año.

Frente a esta realidad, me pareció importante traer a colación el artículo de Jack Zenger y Joseph Folkman The 3 Elements of Trust, publicado en la revista Harvard Business Review en el 2019, en el que luego del análisis de

87,000 líderes, se señalan tres características esenciales para el liderazgo a partir de la confianza:

La primera son las relaciones positivas, en las que hay empatía y preocupación por las personas, donde se sopesan los resultados con las preocupaciones de los colaboradores, donde se genera un espíritu colaborativo y se crece mediante la retroalimentación constructiva.

La segunda es el buen juicio y la experiencia, cualidades utilizadas en la toma de buenas decisiones, con las que se brinda y da confianza a las ideas y opiniones y se genera la petición de consejo. Además de que éstas generan la anticipación y respuesta inmediata a los desafíos.

Por último, está la consistencia, el liderazgo a partir del ejemplo y la congruencia entre lo que se dice y se practica. Estos son líderes que honran y cumplen sus compromisos y están dispuestos a recorrer la milla extra.

El estudio concluye que de las tres características la mejor evaluada es la primera. Esto nos da una hoja de ruta y nivel de prioridades a trabajar con los líderes actuales y futuros, a fin de construir esa confianza que tanto requerimos.

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