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CALIDAD Y SERVICIO AL CLIENTE / Jonatan Loidi

AVANZAN CRIPTOMONEDAS EN LATINOAMÉRICA

En los últimos meses, los temas de criptomonedas, el uso de bitcoin como moneda legal, el uso generalizado de las wallets y la compra de NFTs (certificados de propiedad almacenados y respaldados por blockchain), están en el centro de la opinión pública.

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Vale recordar lo que mencionó el inversor estadounidense Stanley Druckenmiller: las criptomonedas valen lo que las personas están dispuestas a pagar por ellas. Su valor, al igual que el del dinero común, depende y varía basado en la oferta, la demanda y el compromiso de los usuarios.

La firma de estadística y análisis Statista señala que, aun cuando la negociación de algunas criptomonedas como el bitcoin se ha concentrado principalmente en naciones como Estados Unidos, Rusia o Nigeria, su relevancia en Latinoamérica ha aumentado de forma constante.

Empresas emergentes vinculadas a las criptomonedas y al blockchain como Ripio (Argentina), y los unicornios Bitso (México) y Mercado Bitcoin (Brasil), se han posicionado a nivel regional en temas de transacciones e intercambio de monedas digitales, y han creado su propia criptodivisa.

Por otra parte, las formas de pago digitales con una gestión centrada en cadenas de bloques, no sólo se han ganado la atención de la iniciativa privada y de los especuladores financieros, sino que varios bancos centrales están desarrollando monedas virtuales como medio de pago oficial en sus naciones.

El mejor ejemplo en América Latina es el Sand Dollar, una criptomoneda en circulación emitida por el Banco Central de las Bahamas, institución que en vez de imprimir papel moneda, crea dólares digitales que circulan virtualmente. La idea es que la población tenga una especie de billetera digital para hacer transacciones desde su teléfono o dispositivo móvil, sin estar obligados a tener una cuenta bancaria, ni pagar comisiones.

Otros proyectos a tener en la mira son el DXCD o Dcash del Caribe Oriental, el Dinero Electrónico de Ecuador y el e-peso en Uruguay.

Respecto al bitcoin, desde que esta criptodivisa fue nombrada moneda oficial en El Salvador, el país centroamericano se convirtió en la tercera nación con más cajeros bitcoin del mundo, detrás de Estados Unidos y Canadá. Por su parte, Colombia se distinguió por tener en las wallets de sus ciudadanos aproximadamente un 21% del volumen total de bitcoin disponible en América Latina y el Caribe.

Sin duda existen grandes retos y oportunidades en Latinoamérica alrededor de las criptomonedas, cuyo uso, es evidente y gana terreno en la región. Conviene seguir su evolución; quizá podamos ver con mayor claridad si el futuro del dinero, en efecto, son las monedas digitales.

ESTHER RIVEROLL

ZONA DIGITAL

Directora General de Alldatum Business

@Esther_Riveroll

“CONVIENE SEGUIR SU EVOLUCIÓN EN LOS PRÓXIMOS MESES, QUIZÁ PODAMOS VER CON MAYOR CLARIDAD SI EL FUTURO DEL DINERO, EN EFECTO, SON LAS MONEDAS DIGITALES”

LA INFLACIÓN CONTINUARÁ

MIGUEL COLLADO DI FRANCO

MERCADO Y PODER

Vicepresidente ejecutivo del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES)

Twitter: @miguelcdf Con la llegada de la pandemia, los bancos centrales del mundo adoptaron políticas monetarias más expansivas. En abril de 2020, la oferta monetaria de los países que conforman la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), medida por el agregado monetario M3, creció 12.8%. Ese aumento interanual en la oferta monetaria de las principales economías del mundo representó el doble de la tasa de crecimiento de los 10 años previos. El aumento alcanzó 20% en 2021, y todavía crece a un ritmo elevado en comparación con años de inflación baja o moderada.

La expansión monetaria empezó a crearse por medio del aumento del crédito y de la monetización del déficit fiscal. En el caso de Estados Unidos, muchas personas empezaron a tener más billetes a su disposición por tasas de préstamos históricamente bajas y vía el gasto público que les llegaba en forma de transferencias públicas.

En consecuencia, la oferta de dólares aumentó en un momento en que la demanda de esta moneda no había crecido, y la actividad económica estaba descendiendo. El incremento en la oferta monetaria de Estados Unidos, a un ritmo sin precedentes, fue un factor clave para el incremento de precios en el mundo.

En los primeros meses de la pandemia tenía sentido la explicación de que el aumento de precios se debía a menores niveles de producción. Luego, cuando los procesos productivos empezaron a normalizarse, se evidenció que la inflación es un incremento de la oferta monetaria. El incremento generalizado de precios es la consecuencia del aumento de la cantidad de billetes en poder del público. El mundo se enfocó en el resultado, no en el problema.

Ha tomado tiempo que las autoridades reconozcan, de forma indirecta, que los cuellos de botella son consecuencia de los aumentos en las importaciones relacionadas con los estímulos monetarios. El cambio más notable en la narrativa de los emisores de moneda es admitir que la inflación no es temporal, y realizar cambios de política monetaria, principalmente en las economías emergentes, anticipando los que ya inicia la Reserva Federal (Fed).

Aunque las tasas de política monetaria de la Fed aumenten en 2022, el proceso tardará meses. Igual sucederá con la reducción de su balance general. Los bancos centrales suelen tomarse su tiempo cuando de revertir la política expansiva se trata. Sobre todo, si retirar los estímulos artificiales afectaría el crecimiento y el precio de los activos financieros.

No será en 2022 cuando la oferta monetaria alcance un nivel relacionado con la demanda de dinero. Es preciso seguir atentos a la inflación de precios y buscar maneras de resguardar el valor de los ahorros.

“ES PRECISO SEGUIR ATENTOS A LA INFLACIÓN DE PRECIOS Y BUSCAR MANERAS DE RESGUARDAR EL VALOR DE LOS AHORROS”

EMPUJONES EN LA DIRECCIÓN CORRECTA

En el 2008 Cass Sunstein y Richard Thaler publicaron Un pequeño empujón: El impulso que necesitas para tomar mejores decisiones sobre salud, dinero y felicidad, obra revolucionaria que motivó a gobiernos como el de Barack Obama y David Cameron a la creación de unidades que utilizaran la herramienta.

La teoría del empujoncito o nudge, por su nombre en inglés, consiste en pequeñas acciones o cambios en el entorno o ambiente que faciliten a la persona a tomar la mejor decisión para ella. El más reciente ejemplo son las diversas medidas tomadas en la batalla contra el Covid-19.

Campañas de comunicación sobre el uso de la mascarilla, la importancia del distanciamiento social y el lavado de manos se hicieron más sencillas con el uso de plástico protector, huellas en el piso, clausura de asientos y, desde luego, facilitar el uso de lavatorios y gel en alcohol.

En materia de políticas públicas se implementaron acciones como la obligatoriedad del uso del código QR que demuestra el esquema de vacunación completo para el ingreso a lugares públicos, o las resoluciones administrativas y judiciales dictadas en Costa Rica que permiten la posibilidad de despedir sin responsabilidad a un trabajador que no quiera vacunarse, decisiones que respetan el derecho a elección de cara al interés público.

En el plano laboral hicieron bien las empresas que recurrieron al convencimiento mediante la aclaración de dudas al personal.

Lo contrario ocurrió con el tema de los incentivos económicos, del que he sido muy crítica por mercantilizar una decisión que debe tomarse por la responsabilidad colectiva.

El uso de ‘empujones’ ha resultado igualmente efectivo en materias tan actuales como el incentivar el ahorro y el adoptar un plan de pensiones, lo que pueden promover las empresas mediante opciones de registro automático o por default, que requiera que el trabajador despliegue una acción para separarse del programa, que en la mayoría de los casos no sucede.

Estos ‘empujones’ también han demostrado resultar muy efectivos con buenas prácticas y campañas claras en temas como el combate de enfermedades crónicas como la diabetes, la seguridad ocupacional (cultura de cero accidentes), y el fomento al uso responsable del agua.

Sí es importante destacar, como lo indica Carlos Scartascini (BID, 2016), que hay que ser muy cautelosos porque no todo funciona o los resultados pueden no ser los buscados, para lo que recomienda una política de métricas y evaluación de su efectividad.

Bien utilizada por gobiernos y empresas, la teoría del empujón puede ser una poderosa herramienta, en tanto quienes la diseñen tomen como norte la libertad y la ética.

“BIEN UTILIZADA POR GOBIERNOS Y EMPRESAS, LA TEORÍA DEL EMPUJÓN PUEDE SER UNA PODEROSA HERRAMIENTA”

NURIA MARÍN RAVENTÓS

PODER FEMENINO

Empresaria y analista

@Nuria_MarinR

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