Declaración de Ciudadano Ilustre al Dr. Bernardo Kliksberg _______________________________________________________________________
Palabras del Ciudadano Ilustre Dr. Bernardo Kliksberg.
Locutor: - Profesor Kliksberg, maestro. Lo aguarda su clase. Bernardo Kliksberg: -Desde ya, hablo desde la emoción y del corazón. Muchas gracias, a pesar de todo, Ciudad de Buenos Aires. La ciudad en donde nací, en donde jugué mis partidos de fútbol en el potrero muy pobre que había en Cangallo y Jean Jaures. Vivía en la calle Jean Jaures. Esta calle tenía una peculiaridad: cada vez que había un golpe militar, le cambiaban el nombre; porque Jean Jaures, uno de los luchadores más excelsos que tuvo el género humano, no era muy del agrado de las dictaduras militares. Muchas gracias a esta Ciudad de Buenos Aires que me dio todas las oportunidades. Recuerdo desde el hecho de que había, esto que yo llamo ahora en los libros, hace tiempo, el capital social. ¡Había un capital social tan potente en ese vecindario!. Cuando estalló la epidemia de poliomielitis, entonces hubo instrucciones de que todos debían colaborar y con todos mis hermanos y los niños del barrio armamos de inmediato una organización para pintar los árboles. Era una indicación en aquel momento y nos condujo el farmacéutico de la esquina. Ese capital social en acción, pudo. Esa Ciudad de Buenos Aires en donde con mis hermanos fuimos a aprender ajedrez, porque había ahí cerca un club de ajedrez, una ONG que era el Club Nueva Argentina donde algunos de los mejores maestros gratuitamente nos enseñaron el juego-ciencia que mi padre estaba muy interesado que aprendiéramos. Esa Ciudad de Buenos Aires llena de calor humano que superó el intento de la dictadura de arrasarla y de destruir su tejido social. Dicté la clase inaugural, hace dos días, de la jornada profesional que precedió a la inauguración del mes del libro, las jornadas profesionales sobre educación y tuve delante mío a 1.200 educadores que vinieron a escucharme de todo el país y de la ciudad, de esa ciudad de Buenos Aires que es mucho más fuerte que esa oscuridad total que se derramó en la Argentina durante la dictadura militar. Ya en esa época
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peleó desde la cultura, el último reducto que quedaba desde las revistas satíricas hasta esta Feria del Libro que es un orgullo para la Argentina. Muchas gracias a ustedes por acompañar esta convocatoria de esta mañana, en medio de vuestra jornada de trabajo. No los puedo mencionar a todos, pero muchas gracias a mi amigo Juan Manuel Alba Medina, Vicejefe de Gabinete; a Marita Perceval, Senadora de la Nación; mi querida amiga, la esposa de Ernesto Sábato, que nos está acompañando… (Aplausos) Bernardo Kliksberg: -…A la Doctora Minnicelli con la que llevamos adelante muchas tareas en beneficio de la sociedad. A Silvana Binner, que vino especialmente de Santa Fé representando a su esposo el Gobernador Binner y a ella misma, junto con María Julia Reyna para acompañarnos. Y a todos ustedes, uno por uno. Desde ya que yo tengo que compartir este premio. Yo soy Ciudadano Ilustre, por lo menos por tres socios que he tenido y tengo que compartir con esos tres socios. Mi primer socio –que está ahí sentada- es una sociedad para toda la vida, que es mi señora, Ana… (Aplausos) Bernardo Kliksberg: -…Que es el pilar sin el cual no hay ninguna posibilidad de hacer alguna de las cosas que se mencionaron y mis tres hijos, dos de ellos están casados así que José y Esther, Rubén y Anat y Joel y mis tres nietitos hace poco llegados que son fuentes de inspiración total: Daniel, Lior y Meital. He tenido socios totales, absolutos, socios mucho más allá de la vida: a mi padre y a mi madre. Como se mencionó anteriormente, Jean Jaures 343, Planta Baja “A” es donde vivíamos, que tenía exactamente 59 metros cuadrados, no 60 sino 59 metros cuadrados. Y estaba una familia de 3 hermanos. El espacio era pequeño, pero no importaba. Albergaba una continua discusión de ideas, de valores. Bullían ideas y valores que mis padres generaban. Mi madre y mi padre –ambos escritores- autodidactas de condición muy modesta, sin escuela primaria porque se tuvieron que escapar de los pogroms y el hambre, exiliados de la pequeña aldea judía, la aldea de Europa Oriental pero portadores de las enseñanzas milenarias del texto bíblico, intérpretes absolutamente creativos de los mandatos morales y, sobre todo, de una conducta, de una consistencia de hierro absoluta. Hacían todos los días lo que predicaban y esa era la escuela. Mis socios, Lea y Naum, mis hermanos, que están acá presentes -con los que compartimos la vida y todo- y después se sumaron otros hermanos que 2
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también están presentes, Consuelo, Mario, Abraham, Beatriz, Marcelo, Carola, mis cuñados y concuñados que son permanentemente una fuente de apoyo para mí en todos los sentidos. Sus hijos, mis sobrinos… Yo creo que la familia es la institución absolutamente pilar de la sociedad, lo he tratado de demostrar científicamente. Trabajo eso permanentemente en mis trabajos, y realmente puedo decirlo desde vivir esta experiencia de una familia plena, plena en calidez y valores encabezada por este ejemplo de vida permanente que nos dieron Don Eliézer y Doña Clara. A Doña Clara, mi madre, la llamaban “la asistencia pública” porque acudía siempre de inmediato a auxiliar, a quien necesitara ayuda. No tenía dinero para auxiliar pero encontraba siempre los medios para practicar el principio bíblico de que cada uno debe ayudar a su prójimo. Y mi padre, preocupado en sus artículos, en sus libros y en su actividad comunitaria, preocupado profundamente por la agenda del mundo, la agenda del país, la agenda comunitaria y siempre agradeciendo a la Argentina que fue el primer lugar donde, en el año 30 –cuando llegó-, comió realmente por primera vez en su vida, luego de hambrunas, y de las guerras en Europa. Tengo que compartir esto con todos ellos, porque es producto de toda esta inspiración, amor y apoyo permanente. Tengo que compartir esta distinción con la Universidad de Buenos Aires, las tan generosas palabras de mi amigo Alberti Barbieri que, además de ser Decano de la Facultad de Ciencias Económicas, desde hace pocos días es el Vicerrector de la Universidad de Buenos Aires. Yo encontré en la Universidad de Buenos Aires todas las posibilidades. Por la universidad donde tuve maestros como Alfredo Palacios, con el que tuvimos una relación profunda y personal. Fui su ayudante de cátedra desde los 19 años, algo así. Maestros como Sergio Bagu, también fui su ayudante de cátedra desde muy joven. Maestros como Gregorio Klimovsky, que enseñaba en otra facultad pero yo era su alumno voluntario durante extensos años. Y una lista muy amplia de esa Argentina llena de posibilidades de transmitir mensajes, mensajes de alto valor al mundo como transmitieron ellos y otros. Con la Universidad de Buenos Aires he compartido todo y lo sigo compartiendo. Como bien dice Alberto, es el lugar donde he tratado humildemente de seguir aportando todo lo que puedo, y en algún momento cercano pasó por mi cabeza la idea de que era el momento de la transmisión, de tratar de formar nuevas generaciones que pudieran hacer algún uso del bagaje acumulado; y entonces, con el apoyo de Alberto –sin el cual no hubiera sido posible-, creamos el Programa Cien Jóvenes y la semana pasada inauguré el Programa Cien Jóvenes, en el Perú, pedido por la mayor universidad del 3
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Perú, la Universidad Mayor de San Marcos. Esta semana vamos a clausurar la primera edición en la Universidad Nacional de Rosario. El miércoles pasado inauguramos, este mismo programa en la Universidad Nacional de La Matanza y cerramos la segunda en la Universidad de Buenos Aires que nutre todo esto con la coordinación, gran empuje y compromiso de Jorge Scarfi, la Facultad de Ciencias Económicas con el apoyo total de su Decano y sus profesores hizo posible todo esto. Ya tiene dos promociones. Y ya vamos por los 500 jóvenes que están siendo formados en las ideas más avanzadas desde este desarrollo con ética que se invocó en todas las exposiciones que escuchamos. Están siendo formados en función multiplicadora, en función de que ellos nos ayuden a todos a enfrentar el desafío. Estos 100 jóvenes son los mejores promedios de las facultades y, al mismo tiempo, personas que tienen una foja de compromiso con la comunidad muy destacada. Se trata de sembrar –un viejo recurso bíblico-, y la siembra está produciendo frutos que están estimulando mucho a todos los que estamos en esta tarea. Y en tercer término quiero compartir esto con quien se está premiando al premiarme a mí. Y esto fue invocado por mi querido amigo y compañero de lucha Juan Carr, hace un rato. Los temas de la agenda de mi obra, que ha ido de la administración, la teoría administrativa, pasando por la gestión pública, el capital social, la ética para el desarrollo, la gerencia social desde ya, los temas de mi obra no son temas abstractos. De mi obra y de mi humilde práctica, nada es abstracto en lo que estamos ofreciendo. Son los temas de la gente -como decía Juan-, la gente es el actor central y yo debo compartir esto. Entiendo que se está premiando al trabajo que hemos desarrollado, pero se está llamando la atención sobre sus temas centrales. De uno a otro extremo, desde el Pensamiento Organizativo hasta el último libro, “Primero la Gente”, con 13 ediciones en España y América Latina. Amartya Sen me pregunta con frecuencia todos los días: “pero, Bernardo si no es un libro de autoayuda, no es una novela, ¿qué le pasa a la gente?”. La semana que viene aparece en portugués, publicado por la editorial más importante del Brasil, Companhia das Letras que ha publicado los clásicos mayores de la literatura en Brasil. Tengo que compartir esta distinción con el 60% de los chicos de América Latina que están por debajo de la línea de la pobreza; con el 11% de los chicos de América Latina menores de 14 años de edad que trabajan y no pueden completar la escuela secundaria y en muchos casos no pueden completar la escuela primaria; con el 50% de los adolescentes y jóvenes de América Latina que no terminan la escuela secundaria por pobreza y por limitaciones sociales de todo orden que recorren nuestras 4
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sociedades; con el 16% de los niños de América Latina que están desnutridos en el continente que produce más alimentos de todo el planeta tierra. Tengo que compartir con las 20.000 madres que murieron el año pasado durante el embarazo o el parto, por razones que no tienen nada que ver con el avance de la ciencia médica y que tiene que ver con carencias básicas. Tengo que compartir con los 59 millones que no tienen agua potable en América Latina. Y no tener agua potable significa un riesgo muy grave para los niños ya que produce enfermedades gastrointestinales, segunda causa de muerte. Tengo que compartir con los 120 millones que no tienen una instalación sanitaria en América Latina. Tengo que compartir con las mujeres discriminadas que son uno de los temas que más me preocupan, porque no es un tema de las mujeres, es un tema de todos nosotros. Hay avances en todos los campos, pero aún subsisten la discriminación laboral, la violencia doméstica y otras formas de discriminación a partir del machismo. Tengo que compartir, desde ya, con los más de 50 millones de indígenas de los cuales un 80% son pobres, una proporción importante en pobreza extrema, con los 60 millones de afroamericanos, más del 80% son pobres. Finalmente la lista es más amplia con este 20% de jóvenes que están fuera del mercado de trabajo y fuera del sistema educativo, que son excluidos por la sociedad y un sector de la sociedad sólo tiene un destino para ellos: la cárcel. Y eso comienza por la sospecha de ser joven, pobre, que su lugar está en la cárcel y no en la inclusión social. Éste estímulo formidable que me da la Universidad de Buenos Aires está llamando la atención sobre esto, se ha explicado a la mañana, como lo explicó Juan Carr. Comparto con mi familia, comparto con la Universidad de Buenos Aires y comparto con aquellos que sufren porque no hemos sabido organizar sociedades basadas en que la ética oriente y regule la economía. Tres mensajes, tres reflexiones en este momento. En primer lugar, estamos en un mundo que está en un momento en donde el desafío ético, probablemente uno de los mayores de toda la historia, tiene una doble dimensión. Está el desafío socioeconómico -que fue mencionado anteriormente-; en el año 2008 el planeta tierra produjo la mayor cosecha de toda su historia. Es decir, con las innovaciones en biotecnología, en genética, en la revolución verde que sigue avanzando, el mundo produjo la segunda cosecha mayor de toda su historia, y Acción Contra el Hambre -una ONG líder en el mundo- dice que ése mismo año murieron 5 millones de chicos por hambre. Algo no funciona bien. América Latina produce alimentos para tres veces su población y tiene 53 millones de desnutridos. Algo no funciona bien. El rey se quedó desnudo en la crisis. El 5
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tema de las relaciones entre ética y economía se puso en el foco de la opinión pública mundial y de los Estados Unidos, en la crisis de Wall Street. Para enfrentarla hay que actuar sobre sus causas estructurales que son esencialmente éticas, no éticas abstractas, sino éticas muy concretas como las caracterizó la semana pasada el presidente Obama. Una, la desregulación salvaje sin protección de los intereses más básicos de la comunidad. Y él, está proponiendo -entre otras cosas- la creación de una agencia de protección de los intereses de consumidores, de los mercados financieros. Otra, la codicia del sistema. El presidente de Lehman Brothers ganaba 23.000 dólares por hora, por destruir una empresa de 160 años de existencia. El obrero americano tiene un sueldo mínimo de 8,25 dólares por hora. Había incentivos perversos, no voy a entrar en detalle, algo funcionaba muy mal en la moral corporativa y en la manera en que se preparan los altos gerentes. Esto, confesión de parte, fue admitido así por las principales escuelas de las altas gerencias y están en un proceso muy activo de tratar de reestudiar cómo preparar en compromiso, en responsabilidad. Se pueden dominar todas las tecnologías, y la preparación en tecnología es excelente en las escuelas de alta gerencia, pero si no hay responsabilidad en el uso de esas tecnologías, se pueden usar para lo que sucedió: para destruir empresas gigantescas, maximizando las utilidades de grupos muy pequeños. Jugar a todos los trucos financieros posibles y producir lo que el Primer Ministro de Francia describió en algún momento la crisis, hablando de un capitalismo de casino, que está jugando con los ahorros de todos los ahorristas americanos y del planeta. Y la tercer causa ética es esta disociación feroz entre la ética y la economía que ha sido cultivada tan semánticamente en las últimas décadas desde una visión ortodoxa. Esta disociación feroz que hace que se haya perdido contacto con la realidad; porque la economía, desde la Biblia, es un instrumento fundamental de las sociedades humanas que debe funcionar con toda la eficiencia y el progreso tecnológico, y los equilibrios necesarios, pero al servicio de la ética. La Biblia –no me cansaré de mencionarlo- es el mejor tratado de política social que yo conozco. No veo que haya sido superado en sus previsiones sobre cómo debe funcionar la economía y cómo se debe articular con lo social. Está establecida la jubilación, está establecida la reforma agraria, está establecido el descanso semanal, está establecido respecto a aquellos que trabajan en procesos que implican la fabricación de alimentos, que los dueños deben darles, acceso a lo que está produciendo. Está establecido que se debe velar por regular el precio de los alimentos más básicos si exceden límites especulativos. Está establecido que está terminantemente prohibido utilizar pesas y medidas falsas. Tener en su casa 6
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solamente pesas y medidas falsas, es corrupción. Es una expresión primaria de lo que hoy llamamos el intento de aprovecharse de otros. La economía debe estar al servicio de esa moral bíblica, no de la moral de la maximización individual sin límite y si escrúpulos. Hay sectores importantes de algunas de las estructuras financieras más importantes del mundo; donde se puso al servicio del egoísmo personal, y si no hay acción sobre eso, va a ser difícil. El presidente Obama está intentando propuestas de regulación de mercados, de establecimientos de controles a los derivativos –muchas otras- y una apelación terminante, a superar lo que él llama “la codicia desenfrenada” en los mercados financieros. La economía mundial atraviesa uno de sus mementos peores, el mundo tienen un desafío allí fenomenal. Ninguna de estas discusiones es abstracta, cien millones más de personas se sumaron a las personas con hambre y hoy son 1.020 millones; 1 de cada 6 durante el 2009, y 53 millones más según los datos de los organismos internacionales, se sumaron a los pobres en pobreza extrema. Todo esto pone en riesgo las metas del milenio. El segundo gran desafío es que el planeta subsista. El planeta intoxicado totalmente con la mayor dosis de dióxido de carbono de toda su historia, la mayor en 600.000 años, con procesos de contaminación activa. Esto es un desafío en todas las dimensiones, pero sobre todo es un desafío ético. Estamos violando las normas éticas que también tienen una fuerza enorme en el texto bíblico que preserva la naturaleza por todas las vías y defiende el derecho de los árboles a subsistir, como un derecho que no se puede violar ni aún en situaciones de guerra, dice el texto bíblico. Estamos violando la ética básica de convivencia de la especie humana con la naturaleza. A pesar de la intensidad con que están planteados estos dos desafíos, yo tengo esperanza. Yo tengo esperanza y ese es el motorcito secreto que uno tiene, que lo alienta –con la ayuda de Dios- a seguir en esta tarea infatigable. ¿Mi esperanza de dónde viene? Mi esperanza viene, en primer término del texto bíblico. Estoy aprendiendo constantemente de él, de la mano del querido rabino Tzví Grunblatt. El texto bíblico no es un texto que termina en el Apocalipsis. El texto bíblico termina en el mundo mesiánico. Llegará el día en que habrá paz y el lobo y el cordero descansarán uno junto al otro, y no alcanzarán más espada nación contra nación. Cuando yo voy a trabajar en Naciones Unidas, veo que, todas las naciones del mundo eligieron poner enfrente de las Naciones Unidas, como el gran texto de entrada, la profecía de Isaías sobre los tiempos mesiánicos.
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Todos los días hay millones de personas en el mundo que luchan frente a los dos grandes desafíos éticos que les he enseñado. Muchas veces por vías inéditas. Ahora muchos jóvenes del mundo lo hacen a través de twitter, a través del facebook. Por eso se están haciendo las rebeliones contra dictaduras en los últimos tiempos como la de Irán, las rebeliones contra los intentos de expoliar económicamente a la población. Los jóvenes tienen otros métodos y otras vías. La opinión pública mundial ha derrotado a los lobbies contaminantes y es un triunfo enorme; no soluciona el problema pero es un triunfo enorme. Hace cinco años, los grandes intereses económicos contaminantes del planeta habían virtualmente impuesto la idea de que el cambio climático no existía, que era simplemente una hipótesis de algunos científicos sueltos y que lo que estaba sucediendo era lo propio de los tiempos. La opinión pública mundial y los jóvenes se movilizaron muchas veces por esta causa en todos los lugares del planeta, y lo derrotaron. Hoy sabemos que los marginales son ellos, siguen intentando pero son marginales. El mundo tiene la agenda climática por delante y está discutiendo cuales van a ser los cortes de las contaminaciones y cuál es el punto del no retorno; después ya no habrá más posibilidades. Muchos jóvenes en el mundo están acompañando, por diversas vías, recuerden el recital de hace dos años “El Rock contra la Pobreza”. Bono a la cabeza, seis millones de jóvenes enfrentando al G7, exigiendo que se aumente la ayuda internacional. Junto a eso hay una presión ciudadana que es fundamental, la gran presión para cambios en las políticas públicas. Ahí está mi segundo mensaje. Yo estoy lleno de esperanza en América Latina. América Latina es el lugar que la divinidad ha bendecido con riquezas ilimitadas. América Latina tiene la tercera parte de todas las aguas limpias del planeta, de las mayores reservas de materias primas estratégicas. Ahora, la mayor de las reservas de litio, que va a ser un material fundamental para los autos eléctricos. Tiene fuentes de energía barata por doquier, capacidades naturales de producción de alimentos y sin embargo tiene 190 millones de pobres. A fines del 2008 eran 181, la crisis agregó nueve millones más de pobres a América Latina. Y tiene el peor coeficiente de distribución de los ingresos del mundo, o sea es la región más desigual del planeta. Los latinoamericanos aprendieron a preguntarse cómo puede ser que seamos tan pobres, porque el 34% de toda la población es pobre en una región con tantas potencialidades. Y están aprendiendo rápidamente el oficio de ciudadanos activos. Conocían el oficio del ciudadano que vota una vez cada 4 o 5 años. Están pasando de una democracia de baja intensidad a una 8
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democracia de alta intensidad. Una sociedad civil cada vez más organizada, una presión cada vez más importante por rendición de cuentas y por transparencia, cambios significativos en una serie de países. No es casual que se hayan producido cambios sociales avanzados en América Latina en los últimos años en aspectos que son fundamentales para la lucha contra la pobreza. Hay una ciudadanía que esta movilizada totalmente por distintos caminos históricos, pero buscando lo que yo me he permitido llamar una economía con rostro humano. Es una economía entre todos, donde no haya exclusiones y esté subordinada a lo fundamental, que son los valores éticos del género humano, los valores que le dan sentido al género humano. Es viable una economía con rostro humano cuando yo veo que en el Uruguay se ha podido, en un corto período de tiempo, darle una computadora a los 350 mil chicos del sistema de escuelas públicas del Uruguay y poner Wifi en todas las aulas públicas, introducirlos a ellos y a los maestros masivamente. En la era digital empezando por los chicos más pobres. Me estimulé mucho en La Rioja cuando compartí con el Gobernador de La Rioja que ha tomado la iniciativa del Plan Ceibal que –con el apoyo del Gobernador Nacional- está orientándose y ya llegaron las primeras computadoras a La Rioja que tiene muchos problemas. Esto es un llamado de que hay política pública, que se está pensando en la población. Tengo esperanzas cuando veo que toda la población chilena indistintamente apoyó los grandes proyectos sociales centrales de Michelle Bachelet. Uno fue que hubiera hogares de cuidado de los chicos para toda mujer que trabaja en Chile y el otro que toda la población mayor de 65 años estuviera protegida por el sistema de protección social. Tengo esperanza cuando Costa Rica –a pesar de la crisis y todo lo demás- ha vuelto a incrementar el presupuesto en educación en medio de la crisis, porque educación es su gran proyecto nacional. Cuando en la Argentina se aprueba una medida que toda la ciudadanía ha apoyado, que es por primera vez ocuparse de los niños, hijos de trabajadores informales, en una proporción masiva más de 3 millones y medio. Hay una ciudadanía que exige una economía con rostro humano, y para mí el motor de la historia de América Latina es una ciudadanía cada vez más activa. Ella significa políticas públicas con apoyo para hacer cambios a favor de la ciudadanía. También exige responsabilidad social de la empresa privada; y está ampliando el voluntariado en la sociedad civil. Todo ello abre la posibilidad de concertaciones entre políticas públicas, empresas privadas socialmente responsables y una sociedad civil movilizada. ¿Esto es una quimera? Yo creo que no. Está funcionando en los países más avanzados del 9
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planeta en este momento: Medidos por la ética, no medidos por las mediciones tradicionales. Hoy ya tenemos medición de ética y medición de grado de felicidad. En los países donde se dan estas cosas son todos países donde se hace esto, ciudadanos totalmente movilizados, política pública transparente a favor de la gente, enlazada con la gente, responsabilidad social de la empresa privada, sociedad civil voluntarizada. Noruega es número uno en la tabla de desarrollo humano de las Naciones Unidas. Desde hace 10 años. El 70% de la población hace trabajo voluntario, la ética de los empresarios es muy auto-exigente. Terminan de retirar todos los fondos de 15 multinacionales, porque discriminan a las mujeres o porque utilizan trabajo infantil o porque simplemente producen tabaco, o minas de guerra, cosas que están en incompatibilidad con el código de ética de esa sociedad. En Canadá la esperanza de vida es mucho mayor que su vecino, los Estados Unidos. Todo tiene que ver con el sistema público de salud en gran escala. Hicieron una encuesta de cuál es la persona más popular, digamos, el personaje más popular de Canadá, el más apreciado por toda la población. ¿Y saben quién es? El maestro, el maestro. O sea, la gente tiene el más alto grado de confiabilidad en los maestros. La sociedad ha apostado a la educación y a los maestros; en los presupuestos, en la asignación de recursos, en la jerarquización, en las oportunidades de trabajo. Y los maestros se sienten así y responden. Nosotros tenemos el mismo potencial de maestros desde hace muchos años antes que ellos, era la época de las luces de nuestra educación. Tenemos que lograr –se están haciendo muchas cosas en esa dirección- que los ideales éticos se transformen en metas económicas y, que la performance final de la economía se mida por los ideales éticos. En América Latina hay cambio, y allí esta mi esperanza, mi última fuente de esperanza. Mi humilde mensaje para compartir con ustedes, la esperanza –y vuelvo nuevamente el texto bíblico- está en el hecho de que somos seres humanos. El texto bíblico dice en el levítico: “No te desentiendas de la sangre de tu prójimo”. Está prohibido ser insensible frente al sufrimiento ajeno, no es una opción. El texto bíblico dice que está prohibido. Segundo, el texto bíblico dice que –en el antiguo y en el nuevo testamento- cada uno debe ser responsable por los otros. Esta responsabilidad matriz es nuestra familia; ser buenos padres, buenos hijos, buenos abuelos, buenos amigos pero nuestra responsabilidad como seres humanos no se detiene ahí. Cada uno al mismo tiempo que debe ser intachable en términos familiares, debe serlo en términos 10
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de hacernos responsables los unos por los otros. Tenemos todo el potencial para hacerlo. El texto bíblico llega muy lejos. El texto bíblico dice que aún los muy pobres tienen que ayudar a los otros. Tienen que ayudar a los otros porque no se les puede quitar el privilegio que significa el ser humano, que es tener la obligación de ayudar, es un laudo, un honor que diferencia nuestra especie de todas las otras. Y la Biblia dice también que nadie solo podrá hacerlo, pero no puede desentenderse de su compromiso. Con sabiduría infinita, la Biblia, en el tratado de los padres –se llama el Pirkei Abot- dice que todos estamos convocados, no hay nadie que tenga licencia para eximirse de la solidaridad, para eximirse de tratar de construir a un mundo mejor, pero lo tenemos que hacer colectivamente; colectivamente en equipo, en conjunto, intergeneracionalmente, o con los 100 jóvenes del programa que creamos es un intento de hacerlo de ese modo, de hacerlo colectivamente. ¿Y saben qué, por qué yo tengo esperanza en estos llamados bíblicos tan claros, que están en la mayor parte de la sabiduría espiritual del credo humano, pero están explícitamente planteados en el texto bíblico? ¿Por qué tienen viabilidad estos llamados tan claros? Recurro para terminar a la biología dura. La biología dura era bastante escéptica sobre el ser humano y se peleaba con frecuencia con el texto bíblico, se contradecía. Hay una serie de estudios en el último año del Instituto Max Planck, y de la Universidad de Hardvard, tratando de ver realmente cuál es la dotación y las inclinaciones naturales de los bebés en las primeras etapas de vida. Y los estudios no pintan un mundo idílico, nos dicen lo siguiente: hay la posibilidad de instintos destructivos, pero hay un instinto primate –dicen los estudios- altruista, muy significativo. Altruista y de empatía con el otro, de sociabilidad, de poder tener la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Entonces ¡qué sale de allí! El destino no está definido: o se va a inclinar por los instintos destructivos, o se va a inclinar por el altruismo. Depende de: en primer término la familia, lo que se recibe en el ámbito familiar, este ejemplo permanente, no solo de palabra sino de acción. Después de la crisis de Enron y ahora de la de Wall Street se reunió la comisión de psiquiatras de los Estados Unidos en una gran asamblea. Dijeron: nosotros sabemos bastante bien como aumenta el IQ, tanta cosa trabajada para aumentar el IQ pero no sabemos cómo se hace una buena persona, y recomendaron el primer elemento para ser una buena persona: es que reciban el ejemplo de que sus padres hacen cosas por los demás. Y esto debería ser como la lactancia materna. Así como la lactancia materna es parte del bagaje familiar, que vean que sus padres hacen cosas por los demás. La decisión entre 11
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lo destructivo y el altruismo que reivindica ahora la biología dura con una tendencia muy importante y muy fuerte, la decide lo que va a pasar en la familia, lo que va a pasar con la educación. Llave maestra. Yo le decía a los 1.200 maestros antes quienes tuve el privilegio de disertar el otro día: ustedes no saben el grado de responsabilidad que tienen. El sistema de educación, todas sus instancias, desde preescolar hasta la universidad deciden. Y esto que está proyectando la Universidad de Buenos Aires, lanzar masivamente los jóvenes a prácticas sociales obligatorias, es movilizar el altruismo latente. Y lo va a decidir la sociedad organizada, los líderes con sus ejemplos, los medios masivos de comunicación, las cosas que hagamos en conjunto. ¿Cómo no voy a tener esperanzas? Los jóvenes del mundo obligaron a que aceptemos la agenda del cambio climático. Están luchando en muchos lugares contra la pobreza. Estos días -termino- un maratón de seis horas convocada por jóvenes del mundo en distintas capitales del mundo y ¿por qué un maratón de seis horas? Porque seis horas es lo que diariamente los que no tienen agua potable del planeta, caminan para conseguir agua y traerla a sus casas. El maratón de las seis horas trata de recordar que les estamos robando 6 horas de su vida a más de 1.200 millones de chicos. Cómo no voy a tener esperanzas si hay maratones de seis horas y se derrotó la tesis de que el cambio climático no existe; si hay una demanda ciudadana cada vez más amplia modelo de economía totalmente diferente al que tuvimos en los años 90, una economía con rostro humano; si empieza a haber cambios muy importantes en las políticas públicas en muchos lugares de América Latina y nuestro país en esa dirección; y si, sobre todo, la Biblia nos dice “no desatiendas la sangre del prójimo”. El que ayuda a otro, se ayuda a sí mismo. Debemos ser los unos responsables por los otros. La Biblia contiene el episodio que rememora el sello humano, el episodio de Pesaj, que es la lucha por la libertad, cuando el pueblo hebreo huyendo de la esclavitud en el imperio egipcio emprendió la larga travesía del desierto, sabía que al final había una tierra prometida, una salida. La Biblia nos dice que los seres humanos tienen posibilidades altruistas muy fuertes, depende de todos nosotros, de si queremos cambiar este mundo; enfrentar los desafíos del medio ambiente, de la injusticia, de la desigualdad y de la pobreza, y construir algo digno de lo que la condición humana tiene como potencialidades. Muchas gracias. (Aplausos)
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