Artículo publicado en el portal de la agencia de noticias Télam el 22 de enero de 2013.
Errores fatales Por Bernardo Kliksberg El Washington Post tituló su nota (Howard Schneider, 3/1/13) “Un asombroso mea culpa del economista jefe del Fondo Monetario Internacional sobre austeridad”. Los principales periódicos del mundo usaron términos parecidos. No era para menos. En un informe denominado “Errores en las previsiones de crecimiento y multiplicadores fiscales”, Olivier Blanchard (Chief economist) y Richard Leigh, reportan que midieron qué paso con los pronósticos de incidencia de los recortes fiscales y aumentos de impuestos, aplicados en 26 países europeos desde el 2010, con el apoyo del mismo Fondo, la Comisión económica Europea, y el Banco europeo, la llamada troika. La realidad mostró que los pronósticos fueron erróneos. Básicamente decían que un recorte de un euro en ajustes iba a generar una reducción en el producto bruto de 0.50 euro. Fue muy diferente. La caída real fue de 1.5 euro, 300% más. Ello significó en la práctica que ni siquiera se cumplió el objetivo más básico de las políticas de austeridad bajar la significación de la deuda externa. La espiral multiplicadora regresiva, llevo a que la proporción deuda externa/producto bruto empeoro. Pero además los efectos fueron muy concretos sobre la gente. Blanchard, y Leigh dicen en su informe: "Hemos encontrado que los pronósticos subestimaron significativamente el aumento en el desempleo y la caída en el consumo privado y la inversión asociados con la consolidación fiscal”. Señalan que las previsiones de los organismos europeos se esquivaron aun más que la del FMI. Pareciera una discusión intelectual, pero no lo es. Los malos pronósticos económicos, que fundaron políticas de ajuste agudísimo de corto plazo, tuvieron consecuencias humanas. Las políticas económicas no son un juego intelectual, pueden abrir oportunidades a la gente, o pueden llegar a acorralarla. Los errores en esta materia, los pagan muy caro el ciudadano común. Entre otros, dos recientes estudios dan cuenta de eso. Una investigación publicada en los Archivos de Medicina interna de USA (19/11/12) hallo que el desempleo mayor a un ano aumenta la chance de ataques cardiacos en un 35%. El director del estudio Dupre (Profesor de Medicina de Duke University) dice:”debemos estar conscientes de que es lo que puede producir el stress generado por la pérdida de trabajo”. Otro estudio en la reputada revista de salud pública británica, The Lancet (5/11/12) encontró que en el periodo de suba aguda del desempleo en USA, del 2008 al 2010, la tasa de suicidios se incremento cuatro veces más rápido que en los ocho años anteriores. Estima que cada aumento de un 1% en el desempleo, trae un aumento de un 1% en esa tasa. Encontró una correlación similar en Europa desde la recesión. Los errores en economía no son neutros. Grecia ha sido, desdichadamente, todo un laboratorio. Las políticas aplicadas llevaron a seis años seguidos de caída del producto bruto, y a una desocupación que es actualmente el 27%. 68.000 empresas tuvieron que cerrar desde el 2010. La deuda externa subió aun más en términos del producto bruto y es el 180% del mismo. Desde ya la tasa de suicidios ascendió velozmente, y la de enfermedades se multiplico. Será muy poco consuelo para los afectados, enterarse de que hubo errores que subestimaron seriamente el impacto de los ajustes sobre la economía, y en definitiva sobre sus vidas. Además de mea culpas, no será hora también de aprender de los países que han optado por un camino diferente aplicando políticas centradas en la reactivación productiva, el