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PARA LEER Y PENSAR
(Extraído del libro “Como ser un estoico” de Massimo Pigliucci)
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El fin de semana del 23 y 24 de julio de 2016, la artista Betsy Davis, organizó una fiesta con una treintena de personas, sus amigos y familiares más cercanos. La ocasión era fecha festiva, con personas tocando el chelo y la armónica, bebiendo combinados y comiendo pizza, y viendo una de las películas favoritas de Betsy, “La danza de la realidad”. Poco antes de la puesta del sol en ese día domingo de julio, los invitados se fueron y Betsy presenció el ocaso desde su porche. Poco después, en presencia de su cuidador, su médico, su masajista y su hermana, Betsy tomó un cóctel de morfina, pentobarbital e hidrato de cloral, prescrito por su médico…, y…, murió en paz.
Para tomar en conciencia: Betsy, sufría de esclerosis lateral amiotrófica, o ELA, también conocida como enfermedad de Lou Gehrig.
A los cuarenta y un años, había perdido casi por completo el control de sus músculos; no sólo no era capaz de actuar, sino ya no podía cepillarse los dientes, ni rascarse si le picaba y mucho menos ponerse de pie. Su habla era confusa y había que traducirla para poder entenderla. Decidió poner fin a su vida de manera digna: GRACIAS A LA LEY APROBADA EN CALIFORNIA, sobre el suicidio asistido… EUTANASIA por la dignidad.
Esta es la LEY, que necesitamos en CHILE.