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9 PREGUNTAS QUE SOLEMOS HECERNOS SOBRE LA ESQUIZOFRENIA

¿Es verdad que las personas con esquizofrenia pueden ser violen tas? ¿Cómo son las relaciones afectivas cuando se tiene esta enfermedad? ¿Qué trat amientos farmacológicos y psicológicos son más idóneos? Resolvemos estas dudas y otras cuestiones.

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Los amantes del cine recordarán a uno de los grandes mitos femeninos de los años 40: Verónica Lake. Adquirió fama y se convirtió en un auténtico ícono gracias a ese mechón de pelo que cubría uno de sus ojos. Fue la clásica actriz pin-up con la que todos los productores deseaban trabajar, y que el público ansiaba ver en la pantalla grande.

Sin embargo, su carrera apenas duró una década. Verónica Lake sufría esquizofrenia paranoide y pronto buscó refugio en el alcohol para sofocar sus delirios y depresiones.

Cuentan que cuando cumplió los 40 parecía tener 70 años. Decía ser espiada de manera constante por el FBI, su comportamiento era muy errático y terminó recluida en un sanatorio. Falleció a los 50.

(Continúa en la pág. 29)

La esquizofrenia ha sido una de las enfermedades más devastadoras; esas que casi siempre conducían de forma irremediable a la autodestrucción. En la actualidad, conocemos mejor los hilos que la orquestan, y por el camino también hemos descubierto algunas intervenciones que son capaces de mejorar de manera significativa la vida de los pacientes.

Ahora bien, el mayor problema alrededor de esta condición cerebral es la estigmatización. Como sociedad, seguimos alimentando sesgos e ideas del todo erróneas sobre las personas con esquizofrenia, y que es necesario clarificar, corregir, sanear…

La falta de apoyo social y de comprensión intensifica la sintomatología de la esquizofrenia, abocando a las personas hacia conductas autodestructivas.

Preguntas sobre la esquizofrenia

Por chocante que nos parezca, al día de hoy siguen existiendo personas que siguen la misma estela que la actriz Verónica Lake. Personas que lidian con una enfermedad mental grave en soledad y que derivan, en algún momento, en conductas adictivas. Ese paso les conduce hacia un declive que termina en la exclusión social.

A menudo, la población y hasta los propios pacientes albergan una imagen parcial y del todo equivocada sobre lo que es la esquizofrenia. Esto no ayuda, esto mina y puede hacer que las personas que la sufren no busquen ayuda y se aíslen todavía más. Debemos comprender, ser sensibles y educarnos un poco más en lo que se refiere a las condiciones mentales y neurológicas.

De algún modo, las preguntas que solemos hacernos sobre la esquizofrenia casi siempre suelen ser las mismas.

A menudo, el mundo del cine y la televisión, así como los falsos mitos, han creado una imagen de claroscuros sobre esta condición, sobre la que debemos poner luz. Aclaremos algunos conceptos.

1. ¿Las personas con esquizofrenia son violentas?

Este es uno de los mitos más dañinos. La idea de que las personas con esquizofrenia presentan una tendencia mayor a la conducta violenta es una creencia muy arraigada en la sociedad. Sin embargo, la realidad es otra. Tener esquizofrenia eleva el riesgo de comportamientos destructivos ha- cia uno mismo, y no tanto hacia los demás.

2. ¿Qué causa la esquizofrenia?

La esquizofrenia es una enfermedad neurológica multifactorial con componentes genéticos que afecta a menos del 1 % de la población. Una investigación de la Universidad Maryland destaca una hipótesis muy conocida: la fisiopatología asociada a la alteración de la dopamina.

Asimismo, se destaca la conocida hipótesis del «doble golpe»: cuando se suma la predisposición genética y un trauma de infancia se eleva el riesgo de desarrollar esta condición.

3. ¿Pueden las personas con esquizofrenia llevar una vida normal?

Entre las preguntas que solemos hacernos sobre la esquizofrenia hay una muy recurrente. ¿Pueden desempeñar una vida «normal» como el resto de la población?

Lo primero que debemos saber es que esta es una enfermedad tratable. Gracias a los medicamentos de segunda generación o atípicos (neuroprotectores), la persona puede mantenerse estable.

Lo que hacen estos tratamientos es tratar los síntomas «positivos» de la esquizofrenia, es decir, las alucinaciones, los delirios y la paranoia. Ahora bien, el paciente podrá tener una adecuada calidad de vida siempre y cuando se cumplan cinco factores:

• Tener un seguimiento psicológico y médico.

• Seguir el tratamiento farmacológico.

• Ser consciente de su enfermedad y conocerla (algo que no todos los pacientes llevan a cabo, puesto que un porcentaje de ellos sufren anosognosia, es decir, no toman conciencia de su condición).

• No tomar drogas.

• Disponer de un buen apoyo social del entorno.

Las familias y los sistemas de apoyo sociales facilitan que las personas con esquizofrenia pueden mantener estable su enfermedad, facilitando a su vez el buen desarrollo de sus habilidades sociales para integrarse en su vida diaria.

4. ¿Es verdad que tienen personalidades múltiples?

Esta es otra idea recurrente entre la población que debemos matizar y aclarar. Las personas con esquizofrenia no evidencian personalidades múltiples porque esa característica está presente en el trastorno de identidad disociativo. No es lo mismo.

5. ¿La esquizofrenia altera la inteligencia?

¿Es verdad que los pacientes con esta enfermedad son menos inteligentes? Este es otro mito que conviene desterrar del árbol de nuestras creencias. El cociente de inteligencia no tiene nada que ver con la esquizofrenia. Hay personas brillantes con esta característica y personas menos talentosas que también la evidencian.

Ahora bien, esta condición afecta de manera directa a la capacidad para prestar atención y concentrarse, lo cual puede limitar en ocasiones su rendimiento.

6. ¿Cómo son las relaciones de pareja?

Lo cierto es que suele ser difícil para las personas con esquizofrenia mantener una relación de pareja, pero esto no quiere decir que sea imposible. Hay muchas personas que cuentan con un vínculo estable, cuyos miembros entienden y saben manejar la enfermedad.

Las personas con esquizofrenia deben hacer frente no solo al rechazo y al estigma social. La enfermedad crea obstáculos para poder afianzar un lazo afectivo. Hay alteraciones en la sexualidad, un mal manejo de las emociones, una baja confianza en sí mismo (autoestigma) y también en los demás, etc.

7. ¿Cómo puedo ayudar a un ser querido con esquizofrenia?

Lo primero es conocer con claridad qué es esta condición. Porque no todas las actuaciones son las correctas. Veamos algunas pautas básicas:

• Ante las alucinaciones, delirios o comportamiento desorganizados, no confrontemos con ellos.

• Facilitemos que tengan una vida estructurada y con rutinas fijas.

• Ofrezcamos comprensión, compasión y respeto absoluto.

• Acepta la enfermedad de ese familiar o amigo. Nadie elige tener un trastorno mental.

• Anímalo a seguir el tratamiento médico.

• Entiende que con acompañamiento y tratamiento puede tener una vida plena.

8. ¿Cuáles son las terapias psicológicas más adecuadas para la esquizofrenia?

Además del tratamiento farmacológico, la persona con esquizofrenia se beneficia de varias terapias psicológicas. Son las siguientes:

• Tratamiento asertivo comunitario: tiene como finalidad mantener unida a la persona a su entorno social.

• Entrenamiento en habilidades sociales.

• Terapia cognitivo-conductual: busca disminuir o modificar las conductas desadaptativas, las creencias irracionales, las distorsiones mentales…

• Tratamientos grupales de orientación conductual: buscan mejorar las competencias cognitivas y el ajuste social.

9. ¿La esquizofrenia tiene cura?

Otra de las preguntas que solemos hacernos sobre la esquizofrenia es si tiene cura. De momento, estamos ante una enfermedad crónica que cuenta cada vez con mayor investigación para la mejora de sus tratamientos. No tiene cura, aparece entre los 21 y los 30 años, pero con medicación y apoyo la persona puede tener una buena calidad de vida.

En la actualidad, hay varios estudios innovadores de medicamentos que buscan dar forma a nuevos mecanismos para reducir los síntomas y sus efectos secundarios. El propósito es que no dejen secuelas como la clásica apatía, los déficits cognitivos o la disfunción sexual a causa de los fármacos.

Para concluir, una de nuestras mayores cuentas pendientes como sociedad es educarnos en materia de salud mental. Derribar estigmas y facilitar unos conceptos básicos sobre los principales trastornos psicológicos nos permitiría avanzar, ser más éticos y sensibles en esta materia. El bienestar de todos está en juego.

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