17 minute read

Ambivalencia del rechazo

Betsy Cornejo

Tengo un corazón confundido que por las noches me habla. Ha sido así desde hace años, las razones han sido cambiantes pero el pasado, es el pasado lo que por momentos me atormenta. Es en las noches de insomnio cuando entre recuerdos, lo noto. El rechazo. Un sentimiento latente, corrosivo que parece avanzar en cada palpitar, como una marejada de negra brea corrompiendo todo a su paso. Unas hebras que tejen oscuridad y angustia, que marchita la vida en mí. Subtema: El odio en el amar que por las noches me asustan y no me dejan dormir.

Advertisement

Confieso, que el año pasado fue horrible para mí y había días en los que ya no quería despertar porque el cúmulo de ausencias dolía demasiado en el alma. Confieso también, que confesar algo cotidiano es fácil, que aceptar algo que la otredad puede apreciar es mucho más simple, pero lo oculto, siempre se resiste a develarse.

Hoy vengo a compartir mi historia, una relación que me ace- Hoy vengo a hacer una confesión, de mí para mí, vengo a concha desde niña, del rechazo ambivalente, porque va de ellos fesar el rechazo que ha rondado por mi vida desde niña, pero a mí, de mí a ellos en un ciclo sin retorno. que no había querido, no había podido, hasta hoy elevar mi voz y hacerme notar. Confieso que sí, me he sentido rechazaE N T R A D A que ese rechazo en ocasiones sigue siendo un rechazo hacia CONFESIÓN mí misma. da por aquellos a quienes más amo, pero también confieso, Porque, ¿en qué consiste hacer una confesión? ¿Decir algo Yo confieso, ante ustedes, ante mí, que me he equivocado, oculto? Como, por ejemplo, ¿decir lo mucho que me he odiamucho. Que no sé cómo terminar una discusión, pero mira do por hacer cosas tan sencillas como tirar el agua de un vaso que para iniciarla, sale sin esfuerzo. Confieso que me contra- o responder de forma equivocada en clase, por ser torpe y digo todo el tiempo. Digo cosas que me gustan, pero a veces tropezarme, tirar las cosas, caerme o pegarme? Y las burlas actúo de otra forma. En ocasiones soy intolerable, hábil e in- después… ¡Oh las burlas! ¡Cómo me dolieron! Porque por cluso algo manipuladora. Confieso que a escondidas me gus- mucho que lo intentaba, no podía hacer las cosas bien. ta ver videos de teorías chabacanas y criaturas paranormales Confieso que amo mucho a mi familia, a mis amigas y amigos,

18

a quienes me rodean, pero en ocasiones, también los odio, ¿Eso me hace una mala persona? ¿Por qué los odio a veces? A mi familia, por sentirse con el derecho y el poder de hacer las cosas siempre mejor que tú, a su manera, a su tiempo. Que todos y cada uno, somos más importantes que el otro. Que en lo individual, mis problemas, sus problemas, tienen más valor. Que, aunque caminemos entre llamas, aparentar que todo está bien es casi obligatorio. A veces, los detesto por querer “tapar el sol con un dedo”, en un lugar donde cada uno es ajeno, solo y en ocasiones triste, pero sin querer cambiar. Porque a veces, vivimos en un lugar donde hay tanta empatía que asfixia y se sobrepasan límites.

A mis amigos y amigas por nombre, no por hechos, quienes me dieron la espalda una y otra vez, una y otra vez cuando más los necesitaba, pero yo, aún con eso, sigo y sigo para ellos. ANÉCDOTA Subtema: Esto es rechazo Eran las 2:30, había salido de la escuela después del ensayo de banda de guerra, recuerdo que vestía con el pants blanco del uniforme que tanto me disgustaba y llevaba las mejillas escarlatas por el esfuerzo y la alegría. Era miércoles, días en los que mi tía y Juli iban a comer con nosotros, en casa de mi abuela.

Al llegar a casa, frente a la puerta, mientras tocaba el timbre me preguntaba qué sería ése olor que emanaba por debajo. Cuando mi papá abrió la puerta, lo identifiqué perfecto. Pescado. Sentí náuseas de inmediato pues no es uno de mis favoritos y aunque lo tolere, el olor, ¡puaj! Esta fue la razón para ir derechita a la cocina, mi objetivo, ver en qué presentación estaba y en mis adentros repetía como mantra “que esté empanizado, que esté empanizado”.

Y es cuando aparece el sentimiento, el rechazo de mí hacia “Hola abue”, dije al verla y le di un beso en la mejilla, “hola cada uno de ellos. Es también cuando el rechazo hacia mí hija”, respondió de forma vaga mientras apurada, seguía frencrece por la culpa, la culpa de no quererlos siempre, de tam- te a la lumbre de la estufa. Así, aprovechando mi momento, bién odiar a veces. volteé hacia la izquierda y en la encimera, vi unas tortitas de Lo recuerdo bien. arroz a medio hacer y junto a ellas, sí. El pescado. Era magro, limpio, adornado con epazote, arroz y verduras, se veía rico, apetecible. Poco después, sin saber qué hacer en la cocina,

19

decidí salir para poner la mesa y esperar la llegada de mi fa- D E S A R R O L L O D E L A E X P E R I E N C I A milia. TESTIMONIO Subtema: ¿Soy eso que dices de mí? Ya sentados, me sentía preocupada por una razón, no había Una vez, una tía nos invitó a su casa para hacer tamales. visto tantos filetes de pescado para todos ni tantas tortitas de Como siempre, una convivencia familiar es para mí fuente de arroz para poder comer sin limitarnos, así que empecé a ha- alegría, expectación y diversión asegurada. Yo me sentía muy cer cálculos para saber de cuánto nos iba a tocar. De pronto, emocionada, así que me esmeré un poco más de lo usual mi abuela se levantó y se dirigió a la cocina. en mi arreglo personal y en cuanto estuvimos listos (mamá, Fijé mi mirada hacia la cocina y miré expectante, pero mi cu- cho” e iniciamos el trayecto. riosidad se transformó en un asombro colérico y una frustración silenciosa cuando entre sus manos con un esmero casi Durante el camino, veía pasar a los camiones de carga con su artístico, reposaban dos platos rebosantes con, en efecto, el escandaloso freno de motor, veía a lo lejos vacas, casas, pepescado. Sin miramientos, mi abuela los sirvió entre sonrisas rros que habían encontrado su destino fatal junto a la acera a sus invitados recurrentes, mientras yo miraba las tortitas de de la autopista y majestuosos árboles que decoraban el paiarroz apenas suficientes, para nosotros. saje con sus verdes hojas y sus imponentes ramas ocres. Me Con la impotencia y la vergüenza que me provocó ese acto, papá, Ali), nos encaminamos para allá. Nos trepamos al “bosentí tranquila, feliz. el silencio se volvió mi aliado y bajé la cabeza para ocultar las Al llegar, intercambié saludos, regalé sonrisas y palabras. Enlágrimas de frustración que anegaban mis ojos, porque ¿es tre el gentío, ví a mi pequeño primo, aunque de “pequeño”, sólo un pescado, no? Pero para mí, siendo niña, pareció como ya no tiene nada. Empezamos a platicar del tiempo que hasi entre actos me mostraran que no era tan especial, tan im- bía pasado desde la última vez, cuando nos vimos, sobre su portante, ni merecedora de tal manjar, yo no era carne, era escuela, los estudios, sus amigos, me sentía interesada, consólo complemento. tenta, intentaba involucrarme en su vida. Mientras hacíamos eso, tomamos un plato, lo llenamos de comida y nos senta-

20

mos juntos. tación. Volteé sorprendida y confundida, pensaba ¿quién me Comíamos tranquilos cuando se acercó mi abuela, me salu- mi abuela. Me sentí avergonzada e insignificante. De pronto, dó de pasada, pero su atención se enfocó a él, el chico alto, quise llorar, taparme los oídos, hacer que todos los presendesgarbado y moreno sentado a mi lado. De la nada, sin ra- tes desviaran la mirada de mí. Me sentí expuesta, vulnerable, zón aparente, lo abrazó, le palmeó la mejilla con ternura y de frágil, pero no dije nada, sólo agaché la cabeza y bajé la vista, manera afectuosa le dijo “te quiero mucho, mi niño”. Al pro- mientras recogía mis manos ante mi pecho, como si tal gesto nunciar esas palabras, mi corazón se quebró y apareció en pudiera protegerme de los sentimientos. mi cara una sonrisa forzada y amarga que no llegó a mis ojos. Una vez más, bajar la mirada, agachar la cabeza fue mi recur- Entrevista so ante tal gesto. Ella siguió sin notarlo. Subtema: Mi rechazo Así transcurrió la comida, con una charla amena, pero con tramos tú y yo. Hoy no hay a dónde huir, ya no tenemos por una espinita de tristeza en el alma. Más tarde, después de ha- qué escondernos. Sé que para ti, es difícil abrirte y que, cuancer los famosos tamales, todos nos sentamos a platicar. Con- do algo te desagrada o incomoda, sueles cerrarte en banda tábamos anécdotas graciosas, cosas chuscas y yo, reía de for- para protegerte. Pero hoy, quiero saber de ti, del rechazo en ma escandalosa como siempre cuando, de la nada, después nuestra vida. Dime tú, ¿qué es el rechazo para ti? de contar algo, escuché tres palabras hacia mí dirigidas, las dijo eso? Cuando la descubrí, la vi, ahí sentada en un rincón, Pamela (entrevistadora): Sentadas frente a frente, nos enconcuales, me atravesaron como dagas: “eres una mustia”. Betsy (entrevistada): Para mí, ¡cómo empezar! Si empezamos De inmediato pensé: ¿Mustia? ¿Por qué? ¿Acaso reír, por di- con la definición propiamente dicha, sería mostrarle una vertirme, por salir con mis amistades? ¿Qué hice? ¿Soy acaso abierta oposición a alguien, mostrar desprecio. Dicho de otra una loca, una puta para ella o solo fue una palabra que se le manera, es cuando alguien te hace sentir no suficiente, imocurrió? portante o adecuada para decir, pensar, hacer, alguna cosa. Pam: De acuerdo, empecemos con algo base, sé que expresar El silencio siguió y las palabras parecieron rebotar en la habi- tu opinión te da recelo y te pone nerviosa, así que de momen-

21

to, seré benevolente contigo y diré que la definición basta. no se me viera la pancita”. Pero si me platicaras, ¿cuándo, dónde, comenzó el rechazo? Betsy: Es complicado, creo que cada una de nosotras se pue- Eso provoca algo en ti ¿sabes? Tanta insistencia con tu peso, de sentir rechazada o rechazado de muchas formas y aspec- tu aspecto, tus granos, hacen mella después de años, no me tos en nuestra vida. Tengo la impresión que empezó desde sentía segura de mi cuerpo, con mi cuerpo, por eso, en la prepequeña, me parece que saber exactamente el momento es paratoria me recuerdan siempre con una chamarra morada prácticamente imposible. Pero si te diré que los estereotipos (mi color favorito), pues no me la quitaba ni con 40° grados. tan marcados sobre cómo debe verse y sentir una niña me Me avergonzaba mi cuerpo, mi sudor, mis vellos (todavía un impactaron mucho. poco). Pensaba, ¿por qué no soy tan bonita? O, yo no puedo En principio, no me daba cuenta, mi familia comenzó con né a entrar a la categoría de bonita, no de hermosa como las eso, decían “las niñas visten de rosa, siempre andas despei- demás. Ya más grande, intenté suplir la belleza física para ser nada, deberías usar vestido, tu cabello es bonito, pero se ve- la encarnación de perfección de cada persona, de los chicos, ría mucho mejor largo, ¿por qué no te peinas?, siempre andas más. greñuda”, eso, por decir ejemplos. La verdad, es que yo no era una niña común, claramente no encajaba en ese lugar. Mi ca- Pamela: Oye, ¿Qué hacías con los chicos? bello era corto y enredado, casi siempre despeinado; mi ropa Betsy: Pues he sentido un miedo tremendo de sólo pensar oscura, azul, rosa, verde, morada, roja, conjuntos con pants y que se pueden ir. He dejado pasar mis límites, he negociado, tenis, a veces no muy combinables. he insistido tratando de forzar una mínima respuesta, he esAl ser pequeña, no faltaba alguien de buena voluntad (sar- alguna ocasión alguno se enoja, los llamo para obtener una casmo), cuyos regalos eran vestidos, cosas rosas de niña. Tal respuesta, pero después, me siento como una basura por havez tenían la esperanza de mover algo dentro de nosotras cerlo. para volvernos más coquetas. Como sea, no funcionó. Ya más usar eso porque se me ve la panza y eso da asco. Así me resigtado en lugares donde es obvio que no hay interés, y sin en grande, los regalos cambiaron, ahora era una faja “para que Pamela: Quiero que sepas que te pregunto todo esto, porque

22

quiero que notes ciertas cosas, además de entender más so- que me equivocaré y todos a mí alrededor verán que soy un bre esta idea de rechazo existente en ti. De esto me surge una fraude, un cascarón hueco, una niña promesa sin futuro. Por interrogante, ¿por qué te sientes como basura al actuar así? eso cuando erro, soy sumamente dura conmigo. Betsy: Es que… cuando eso pasa, quedo mal conmigo, siento Betsy: Bueno, para empezar en la seguridad que siento, en ocasiones no me veo capaz de hacer las cosas bien. Pienso como si me fallara. He trabajado conmigo y sé que no tengo Pamela: ¡Vaya! Oye Betsy, vaya que lo sé, pero ¿qué hay de necesidad para hacer eso, pero lo hago y al hacerlo, me siento malo con equivocarse? insignificante, eso duele, duele mucho, porque en ocasiones, Betsy: Lo sé, no tiene nada de malo, pero… las otras personas se sienten con el poder para hacerme cual- Pamela: ¿Entonces de dónde sacas tanta dureza y exigencia a quier cosa, como si me tuvieran en sus manos, aunque no sea veces sin sentido hacia ti? así. Betsy: Es que es lo mismo, pensaba que haciendo las cosas de forma “perfecta”, nadie tendría razones para burlarse de Pamela: Quisiera saber, ¿cómo podrías relacionar lo que pasa mí o decirme algo desaprobatorio. con los chicos y lo que eso te hace sentir con la idea de “en- Pamela: ¿Funcionó? carnación de perfección” a la que te referías hace un momen- Betsy: ¡Por supuesto que no! Ja, ja, ja. Sólo me gané mucho to?, explícame por favor. estrés sin motivo, una colitis espantosa y una gastritis… que Betsy: Bueno, lo relaciono ahora que lo dices, a veces le pres- me hacía pensar que pronto escupiría fuego. to demasiada atención a las opiniones de los demás, desde Pamela: Pero si de cualquier forma, nada les gusta, nunca siempre, por eso intentaba ser todo eso: la hija buena, la es- ¿entonces? tudiante perfecta, la niña modelo. Es curioso, porque no so- Betsy: Es que me asusta y me asustaba mucho decepcionar a mos conscientes de cómo afectan estas ideas en ti, hasta mu- las personas y al hacerlo, me convertí en eso que esperaban, cho tiempo después. pero también me perdí. Llegó un punto en el que no sabía Pamela: ¿Cómo te afecto? guía. hacia dónde o qué, era un barco perdido en el mar sin su faro

23

S A L I D A Y C O N C L U S I O N E S también desconfianza. Cada uno de nosotros vivía un proceCARTA so distinto. Subtema: Una imperfección adecuada Betsy hermosa, te veo. Dime, ¿qué haces ahí, mi amor? Le- Pasó el tiempo y murió, aprendí a amarlo, a valorarlo, pero vántate, ven, llora, llora lo que quieras, no tienes por qué ¡qué desprecio tan hondo hacia mí sentí! Podría recriminaravergonzarte por eso, cariño. Sal de ese rincón y ven conmi- me todo lo que me resta de vida. Si hubiera sido más amable, go, siéntate junto a mí. Sé por qué estuviste llorando, entien- más empática, más platicadora, más risueña, pero no pude. do que te sientes sola, que extrañas a bebé, a todos allá, sé Rechacé mi realidad, sentí que rechacé la vida a su lado y que te han culpado injustamente. Así que llora, llora todo lo cuando la disfruté, lo perdí. que quieras, te quisieron cargar con problemas que no eran Por mucho tiempo el recuerdo del hubiera, la constante cultuyos. pa, la recriminación tan dura hicieron de mi vida una serie de Recuerdo cómo sentiste su rechazo cuando más necesitabas el llanto en mí y decidí vivir en penitencia, sin goce, sin amor su cobijo, recuerdo cuando ella te dijo que fuiste grosera con propio, hasta expiar mi pecado porque a mis ojos, no lo metito, que le hacías la vida fea y sé cómo te dolió en el alma. recía. Pero ¿sabes, amor? Lo dijo desde su dolor, desde su ira porrechazos que como gotas, crearon ondas en mi vida. Guardé que ella, se sentía culpable también. ¿Sabes, Betsy Pamela?, hoy es el día. Sentadas frente a frente, nos encontramos tú y yo. Intentaste Todavía te veo como esa mujer joven a punto de iniciar una esquivarme muchas veces, pero sabía bien que tarde o temnueva etapa, con tantas esperanzas, tanta emoción, tanto prano llegaría este momento. Sé que han pasado años ya miedo por dejarlos. Era una nueva aventura, vivir en otro lu- desde tu primer relato, algunas cosas cambiaron, otras sólo gar, una nueva escuela… Pero no tuve opción, teníamos que se agravaron. Estoy consciente del proceso que tienes, de la vivir juntos, tito y yo, aún sin conocernos del todo. Tu no sa- ansiedad que has vivido por años, de esa inseguridad tan cabías que viviendo contigo se pondría más enfermo, que pron- racterística, tan tuya, que pareciera forma ya parte de tu cato moriría, que vivirían juntos y lo intentarían, pero había rácter, de tu descripción de siempre. Me da gusto verte, te veo

24

guapa, hermosa, como la amazona de tus sueños, ésa que se cómo vas tomando fuerza y que ahora, te sientes capaz de levanta sobre una roca con un atuendo como el de Xena, la decirle a alguien: ¡No! ¡Detente! ¡Eso no me gusta! O de decir princesa guerrera, portando orgullosa su espada al alba, con “¡Hoy quiero tomarme un frappé con granillo!” ese enredo castaño y enmarañado que tenemos por cabello desde el inicio. ¡Caray Betsy! Date cuenta mujer, si estás loca, es cierto, se te ¡Qué día! Anda, tómate unos minutos para nosotras, truena de la cuna y te estrellaste contra el suelo, era obvio que tu tu dedito, ése, el de la mano derecha como siempre haces. chaveta iba a girarte diferente y ¿sabes? No está mal, eso te Recuerdo que hace unos años, después del dolor, cuando hace ser tú. En ocasiones te da una chispa de humor que en ti sentías que te rompías, me dijiste que emprenderías un viaje, podría parecer extraña, a veces te de un genio de los mil deel cual hasta hoy, sigues viviendo. Recuerdo también que llo- monios, con una tozudez propia de una mula. Pero, también rabas y te sentías asfixiada, muy abrumada de todo, por todo. eso me encanta de ti. Te lo digo yo, porque lo veo, lo siento, Pero te lo dije, ¿lo recuerdas? Sigue querida, que después de aquí cerquita en el alma. la turbulencia y las lágrimas, volverás a sonreír. Sé que el año pasado fue un duro, cruel e inhóspito, pero in- tan dura contigo como antes. Eres tan malditamente perfecta cluso con tal dolor, encontraste retazos de vida en lugares con todas las imperfecciones que te cargas. No te avergüeninexplorados, encontraste amigas, amigos, aprendiste a va- ces por llorar, que tu sensibilidad es parte de tu ser y eso te lorar tu soledad, a apreciar la compañía y secar tus propias muestra lo viva que eres. Betsy, quiero que sepas que, de aquí lágrimas. Y creciste, más dura, más determinante, más fuerte. en adelante estaré contigo sin importar el camino que deciOye Bet, que me siento muy bien hoy, te ves muy bien. Me das tomar, porque te amo. encanta cómo puedes defender tus ideas y ahora, se te hace más fácil decir lo que sientes, ya no está ese nudo en tu estómago como cuando callabas las cosas. Bueno, está pero chiquito, casi fantasma. ¿Sabes qué otra cosa me gusta de ti? Ver safó un tornillo, yo creo que, desde ese día que te aventaste Así que no temas, ya no necesitas avergonzarte de ti, ni ser

25

This article is from: