Hace un par de años el viento del sur agitó impetuosamente en medio del mar arrojando a la orilla este remolino de ideas. Con el paso del calendario, ese eterno verdugo, las olas parecieron diluir estas letras sobre la arena y hasta el día de hoy su mensaje no había logrado publicarse. Sin embargo, rebeldes a su desaparición, han logrado sortear los obstáculos del tiempo y de la geografía para recorrer desde los bosques del sur a la calurosa bahía del Desierto de Atacama, desde donde retoman con nuevos bríos la senda de arengas, carteles y gritos altivos que han dado cuerpo a la protesta antiautoritaria en sus más de 120 años de vida por estos terruños. Hay en ellas el esfuerzo y la fraternidad de muchas compañeras y compañeros que estiman necesaria la labor creativa, entrelazar nuestros caminos con letras y trazos que contribuyan a desatar nuestra libertad en las más variadas áreas del conocimiento. Vaya esta primera edición a quienes hicieron esto posible, con la intención de que sus páginas andariegas puedan llegar a desiertos, bosques y selvas, visitando cada rincón, islote, archipiélago y bahía. Que circulen libremente sin reconocer frontera alguna más que las de la Naturaleza. Que la libertad sea el torbellino que acabe con esta sociedad caduca. Salud y Anarquía. Grupo Vorágine
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ÍNDICE_ 1 Editorial. 4 -5 La patafísica de Enrico Baj. Por Omar Ardila. 6 - 7 Estrella de las antípodas. Por Christian Ferrer. 8 - 9 La ciudad de las almas adormecidas. Por A-lex. 10 Flavio Constantini. El arte de la anarquía. 11 Graphos: Ilustración & dibujo.
12 - 13 ¡Libertad o Muerte! Entrevista a Pablo Soler. Dramaturgo de la Compañía Argentina de Teatro Libertario. Por Grupo Vorágne. 14 - 16 Amanecer del Mal. Por Azul Luna. 18 - 19 Zona Literaria. 20 - 25 Anticlericalismo Anarquista. A principios del siglo XX. Por Ignotus. 26 - 29 Ideales de amor. O las letras perdidas por Manuel Rojas en Montevideo (1913). 30 - 32 Stig Dagerman (1923-1954). 33 - 35 Reseñas. Letras y Cine. 36 - 37 Platos Rotos. Por Flor de Acracia. 38 - 39 Eulogio Larraín Ríos y el teatro anarquista en Chile. Por Víctor Muñoz C. 40 - 41 La constelación. Por Marlet Ríos. 42 - 43 Francisco Pezoa Astudillo. Vergeles del poeta obrero. 44 - 45 Reseñas. Proyectos, editoriales y publicaciones. 46 - 47 Zona Literaria. 49 Fotografía: Kati Horna (1912-2000). 50 - 51 Visión antiautoritaria de la literatura chilena (Parte I). Por “Poncho” Sánchez.
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Hablar es darse a los otros en una suprema ley de trasladaciones. Asir el ruido que pasa, como un pañuelo en el aire, y marcarle nuestra cifra roja y cálida. Entregarnos en el habla lo mismo que en obras de arte; cada vez más terminados, más propios e íntimos.
De éstas reclamamos, ahora, a cuantos hablan o escriben. Queremos voces que tengan modeladura vital como obras plásticas. Que abran calles, horizontes, perspectivas. Y que sean a la retórica lo que los higos al natural son a los higos pintados.
Pero para esto es preciso tener la lengua en la entraña como una herramienta atada al puño. No desatarla si no es para trabajar, para ennoblecerse hablando. Solo así el trabajo rinde palabras limpias y claras, como de agua, extendidas como cielos, o prietas, duras, torneadas, como carne de pezones.
Palabras vivas pedimos. Ésas que fueron amadas de Sócrates y de Nietzsche. Aquellas de las que dijo Barrett que tienen cada una en sí mucha más vida que un libro. ¡A ver, quién las tenga, dígalas! Rodolfo González Pacheco Carteles Tomo I, Ed. Americalee, 1956
El perro negro Desperté de pronto con los ladridos de aquel perro negro, me estaba ladrando a mí, de eso no había duda, me ladraba muy fuerte y con mucho odio, y su pelaje era tan negro que apenas se podía distinguir en la noche escura, solo se podían distinguir con claridad sus blancos dientes durante los ladridos. No se detiene, me asusta y lo peor de todo es que ni siquiera sé dónde estoy, creo que nuevamente he perdido la memoria ¿Cómo llegue hasta aquí? ¿Habré llegado caminando solo o alguien me habrá traído? y el perro negro no para de ladrarme, me aterra cada vez más y mi mente no está en condiciones de aguantar estos temores. Estoy cada vez más atemorizado ¿Dónde mierda estoy? ¿Cómo llegue hasta aquí? ¡Detente ya!, no puedo pensar con ese perro tan cerca, y sus ladridos retumban en mi cabeza, me aterroriza que pueda llegar a saltar aquella reja que lo separa de mí, o que la pueda derribar, podría matarme con facilidad, no sería rival para él, ni siquiera puedo correr, estoy paralizado. No entiendo nada. Creo que finalmente he enloquecido, si, lo veía venir. Ya no puedo distinguir qué es lo real, mis crisis han ido en aumento. Quizás ese perro negro ni siquiera existe, pero entonces ¿cómo es que sus ladridos me aterran tanto? Quizás ese perro solo está en mi mente, es ella la que lo pone frente de mí para atemorizarme, cada vez me ladra con más furia, parece que quisiera derribar la reja, y mis piernas no quieren correr. ¿Hasta qué punto mi mente me estará traicionando? ¿Qué es ese perro negro como la noche que me atormenta? por lo menos si supiera dónde estoy, nunca había estado en este barrio, ni siquiera sé si estoy en Concepción, hay muy poca iluminación, casi no puedo ver más que la reja y el perro negro y furioso tras él. Sus ladridos retumban en mi cabeza.
La noche está muy oscura, corre un viento helado, eso no puede ser producto de mi imaginación, debe de ser real, pero ese perro negro, no puedo saber si es real, sólo sé que su furia y violencia me paralizan hasta inmovilizarme. Acaso ese perro es mi pasado que no me deja descansar, que me quiere destruir, que no quiere que lo olvide. O serán mis pecados, mis errores, mis miedos, todo el odio que está dentro de mí, todo el odio que me rodea. Cada vez los ladridos son más fuertes, el perro negro parece cada vez más grande, más oscuro y sus blancos dientes más feroces, como si el infierno tratara de morderme y engullirme en él, o tal vez sólo la locura, ¿cual podría ser peor? quizás sólo es la muerte que me viene a buscar, eso quizás no sería tan malo, quizás debería dejar que me llevara. O quizás sólo es un perro que me ladra porque no me conoce, nunca había estado en este barrio, no lo reconozco y no sé cómo llegue hasta aquí. La reja tiembla. Mi mente nuevamente me juega malas pasadas, el perro negro es cada vez más grande. No recuerdo cómo llegue aquí. ¡Aquellos dientes blancos! ¡Mierda! ¡Cayó la reja! Eskoria
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La Patafísica
Rey Ubu, Personaje de Alfred Jarry.
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de Enrico Baj C
omo oportunamente plantea José Manuel Rojo en la presentación del libro ¿Qué es la patafísica? de Enrico Baj, vale la pena insistir en retomar la ciencia de las soluciones imaginarias (la patafísica), aunque sigamos corriendo el riesgo del señalamiento como ingenuos navegantes en oscuras aguas que rehúsan ser “clarificadas” por los imperativos de la actualidad y el desarrollo. Pero como, precisamente, esos andares al margen son los que más nos siguen emocionando, no dudamos en revivir el acontecer patafísico a partir de las líneas que nos traza Enrico Baj en la publicación de Pepitas de Calabaza (2007). Nuestro propósito tan sólo pretende volver a ubicar en el tapiz de la existencia algunas ideas y prácticas patafísicas, las cuales comenzaron a poblar diversos escenarios desde que Alfred Jarry le diera vida a mediados del siglo Veinte y se levantara contra la figura patriarcal del Rey Ubú. Y es que en el siglo en que el psicoanálisis nos legó el parricidio como vía de liberación, nada resultaba más propicio que retomar esta mitología para darle un componente artístico. Sin embargo, Ubú también encarnaba una extraña ambigüedad que le permitía transparentar intensidades libres, en conf licto permanente con el pensamiento institucionalizado, con el autoritarismo y con el poder. Cuando la fe cambiaba de escenarios (de los púlpitos a los laboratorios), en aquel siglo apasionado por el horror, era oportuno que los imaginarios artísticos se estremecieran con el f luir patafísico. Por medio de Faustroll (otro personaje creado por Jarry) nace la práctica patafísica, “la
Por Omar Ardila Desde Región Colombiana
ciencia por antonomasia… la única ciencia verdadera”. De entrada, la ironización de Jarry no hacía concesiones, iba por el todo o nada, por la imaginación que no conocía ningún tipo de límites. Y aunque el cultivo de la sátira condujera por el sendero de la alegría (de cuya potencialidad, Jarry no tenía ninguna duda), el cual era arriesgado y aún sigue siéndolo cuando por todas las esquinas circula el abrasador miedo. Es preciso recordar que la patafísica incluye el sentido de la paradoja, la evaluación de la absurdidad y el gusto por la ironía. Pero antes de continuar señalando algunas características patafísicas, vale la pena detenernos brevemente en la figura de Enrico Baj como patafísico e idóneo continuador del legado de Jarry. Baj mantuvo permanentemente la intención de renovar el arte, de revolucionar las antiguas formas (incluso las de las mismas vanguardias que en muchos casos también se fosilizaban). Estuvo siempre a favor de un arte experimental y revolucionario que se levantara contra el racionalismo de la sociedad industrial. Tras alinearse con diversas vanguardias revolucionarias, poco a poco Baj va conf luyendo en la patafísica (hacia 1962) donde encuentra la vía libre para la circulación de su espíritu libertario. Antes había confrontado con los situacionistas, con los letristas, con los futuristas, y había abandonado el Congreso del “Alba” (Congreso Mundial de los Artistas Libres) aduciendo que allí se respiraba un pesado autoritarismo izquierdista. Para Baj, el arte tenía la capacidad de incidir en las heridas y soñar con nuevos remedios. No compartía la consigna de
“la imaginación al poder”, sino que más bien anhelaba el poder de la maginación conduciendo a los límites de la existencia, donde precisamente, desaparecen los límites. El lema de Baj era: “No a la contemplación ni a la representación. Sí a la invención”. Y por supuesto que estaba aludiendo a la invención y a la provocación poética, pues “la poesía será peligrosa o no será”. De ahí que la patafísica se levante contra todo principio de autoridad, contra los símbolos que la representan y contra la misma institucionalización del arte. En últimas, para Baj todo conllevaba a las “soluciones imaginarias”, tal como lo asumía la patafísica. A partir de la experiencia de Baj, hoy podemos decir que pensar de nuevo en la patafísica es pensar una vez más en el sentido de la poesía, de la imaginación, de la utopía, del humor, y que vale la pena volver a preguntarnos si es posible construir agenciamientos de resistencia desde estos lugares al margen o cómo trazar líneas de fuga para devenir imperceptibles pero peligrosos. Sin duda, en el “camino de la línea curva contra la línea recta” demarcado por la patafísica, encontramos diversas vertientes donde instalar nuestra rabia, nuestro aullido, nuestra singularidad.
No hay que olvidar que una de las mayores potencialidades del acontecer patafísico es la preocupación preferencial por las excepciones, por lo particular del individuo: “¡El individuo no es una masa, es un singular!”. La patafísica combate la masificación pero es incluyente, puesto que siempre defiende el principio de la libertad existencial y propende por la imagina-
El lema de Baj era: “No a la contemplación ni a la representación. Sí a la invención”. Y por supuesto que estaba aludiendo a la invención y a la provocación poética, pues “la poesía será peligrosa o no será”. ción fantástica como idónea arma de defensa. Todo esto, claro está, conduce a defender la autonomía de pensamiento para cada individuo y a instalarse como forma de resistencia psicológica al poder, a la dominación; a la vez que denuncia y critica poderosas instituciones como la artística, que cada vez ha virado más hacia el espectáculo. No hay que olvidar que hoy en día, la estética y el nacimiento de los imaginarios ya no están centrados en el arte sino en la publicidad, y en la mitología de los avances tecnológicos: “En el museo, como en el centro comercial, cada día se celebra lo efímero”. Por último, quiero resaltar aleatoriamente algunas ideas-principios que nos brinda la patafísica, las cuales, aunque apenas esbozadas, nos invitan a sumergirnos en ese hondo universo para desentrañar al máximo su potencialidad, y no faltaba más, para aumentar nuestras dudas; por ejemplo el espinoso principio patafísico de que “todo es lo mismo”, o el de la “equivalencia de los contrarios”, o el de la identidad de la velocidad con la estática. Tal como decía Picabia, “la cabeza es redonda para permitir a las ideas cambiar de dirección”. Y precisamente, eso es lo que logra la patafísica, dada su imprevisibilidad y su circunstancialidad: su máxima potencia es su “no-presencia”.
(Izq.) Rey Ubu, Personaje de Alfred Jarry. (Der.) Cuadro de Enrico Baj.
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ada más misterioso que el destino del anarquismo, astro incendiario surgido en el Viejo Mundo a mitad del siglo XIX y cuyo reguero de esquirlas acabó fulgurando hasta en el último confín del planeta. Era la estrella de las antípodas, un ideal de emancipación sin duda exagerado pero sumamente sensato cuando se piensa en el largo rosario de sufrimientos engendrados por la dominación del hombre por el hombre. Y aunque con el tiempo su brillo amenguó, e incluso fue dado por extinto, la “cuestión libertaria” nunca dejó de dar pruebas de insistencia, puesto que los anarquistas parecen disponer de las cualidades del ave fénix, la de renacer de sí mismos, como avatares reencarnados en aledaños y equivalentes. Política y culturalmente notorio, el ideario anarquista resulta incomprensible si primero no se pone el mundo del revés. En verdad, la anarquía –“la más alta expresión del orden”, según lo especificaron sus fundadores–, tuvo mala prensa desde un comienzo, la que se destina a las verdades supuestamente irrealizables, “utópicas”. Fue, entonces, “mala palabra”, un llamado mesiánico, salvaje, por momentos de ultratumba, siempre punzante. Haz lo que quieras, vive de forma tal como te gustaría que se viviera en el futuro, no te unas a filas, no ingieras cadáveres de animales, el enemigo del rey eres tú, aborrece las prisiones, glorifica el sexo, plántate, no obedezcas ni des órdenes, no humilles y no dejes que te humillen, no abandones a un compañero en la estacada, antes paria que jerarca, puedes tomar partido y ser de su partida pero no formar partido, las fronteras son falsas y la ley una ficción de la que se aprovechan los poderosos, ni Dios ni Amo en la tierra, el amor es libre y que viva el perder, pues es inútil ponderar sus actos, sus altibajos y sus realizaciones con relación al éxito o fracaso eventual acaecidos. Sus consignas, contrapesos del presente, eran el pánico doctrinal en sí mismo porque eran el decálogo del antagonismo y el asombro, y los anarquistas mismos, el espantajo de la Modernidad. Se merecieron la atribución.
Que en el mundo haya aparecido “la Idea” –así llamaban al conjunto de sus principios– es una incógnita, sino un arcano, de la historia. No parece natural. Por lo general, aún a disgusto, se da conformidad al mundo tal como es, apaciguándose el inevitable malestar con auxilios, subvenciones y algunos feriados de más. Pocos pretenden darlo vuelta en un santiamén. También las pirámides son construidas para ser escaladas, no para abatírselas, piedra por piedra. Puede considerarse al anarquismo como respuesta insólita, contundente e irreductible a la existencia de poderes separados de la comunidad, no menos que a los obstáculos e interdicciones interpuestos a la voluntad de autocreación personal, a todo lo que desalienta o encarrila el alocado deseo de vivir, y por eso su credo suponía una revolución múltiple, cultural, psicológica y política. Era mucho pedir, era tener exceso de razón, era el afán impetuoso de subvertir el cielo y la tierra a la vez, vivir sin miedo, con organización y sin ella, disfrutar del banquete de la vida, en unión, mientras perdurara la afinidad. No más que eso, no menos. El libro de Édouard Jourdain, en panorama y en pormenor, es un homenaje a la diversidad y versatilidad del anarquismo, desde sus inicios, cuando Pierre-Joseph Proudhon, Mijail Bakunin y Piotr Kropotkin sentaron sus fundamentos antiautoritarios. Por entonces, y raudamente, se desplegaron varias corrientes de acción que enfatizaron, cada una a su manera, aristas distintas: el mutualismo, el colectivismo, el amor libre, la preocupación por la suerte de la naturaleza, el vegetarianismo, el sindicalismo, el individualismo, la religiosidad sin iglesias establecidas, el espontaneísmo, la emancipación femenina, la moral sin dogmas, las comunas experimentales y algunos otros desafíos que en su tiempo parecieron arriesgados, cuando no f lores del mal. Un racimo copioso en verdad, de aroma a veces ácido, otras veces sensual, siempre diverso e inventivo. Jourdain acentúa también la aptitud del anarquismo para inf luir sobre personas, ideas y agrupaciones, incluso multitudes, que no necesariamente se definían ácratas pero que se sintieron “llamadas” a simpatizar con esos principios o a reconsiderar sus propias convicciones. En todos los casos el poder jerárquico fue considerado catástrofe humana, enemigo de vidas que podrían haber sido menos hostigadas, más felices.
Estrella de las Antípodas
Prólogo al libro “El Anarquismo” Édouard Jourdain. Paidos, 2014.
Por Christian Ferrer
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Los adversarios del anarquismo son bien conocidos. Los Papas, los poderosos, los militares, los “patriotas”, los patrones, los gobernantes, sin olvidar los comunistas o “socialistas autoritarios”, sus viejos enemigos desde antes de que existiera la ya fenecida Unión Soviética. Pero Édouard Jourdain, además de contar la historia, las ideas y la sensibilidad de los anarquistas, enfatiza los temas que les fueron propios, entre otros su muy temprana crítica de la técnica y el productivismo industrial, sus advertencias sobre los desmanes ecológicos, sus exhortaciones a desertar de relaciones afectivas fallidas, sus apologías de la emancipación sexual, amén de su repulsa por las naciones imperialistas, un aspecto no siempre subrayado. Las prácticas anarquistas, es decir sus modos de vivir, tendían a disociarse del poder jerárquico. La imagen de ese poder, heredada por todas las generaciones, es vertical, concéntrica, ascendente, indestructible, inmemorial, eterna. Pero los anarquistas no se concernieron tanto por el antes o el después del Estado, sino por lo que escapa a su control. No se medita lo suficiente en que la mayor parte de las actividades humanas ocurren en un “afuera” del principio de jerarquía, sean las redes de sociabilidad amistosa, los grupos de pares o las innumerables conversaciones en tantísimas intimidades.
Pero los anarquistas no se concernieron tanto por el antes o el después del Estado, sino por lo que escapa a su control. No se medita lo suficiente en que la mayor parte de las actividades humanas ocurren en un “afuera” del principio de jerarquía.
No nos es asequible imaginar un mundo de relaciones, llamémosles así, “desinteresadas”, es decir sin ánimo de dominación. La superación de la sociedad del dominio de unos sobre otros, en los términos intransigentes del anarquismo, suscita incredulidad, incluso temor, en el mejor de los casos una sensación de enigma político, mucho más porque las víctimas se han acostumbrado a colaborar con su desgracia y reproducen el mecanismo giratorio del infortunio, mitigado apenas por promesas, migajas, consumos y ajustes de la coacción todavía soportable. Pero esos son contentos a medias, se quedan cortos, porque toda organización social que diferencie y separe a gobernantes de gobernados, ricos de pobres, poderosos de desposeídos, es una declaración de hostilidad a la existencia. Lo cierto es que no se ha inventado hasta el momento una idea de la libertad más radical que la proclamada en su momento por los anarquistas. Por ese abismo se hubiera despeñado la pirámide entera. Lástima que les faltó tiempo, que se fueran demasiado pronto, que aún no hayan vuelto del todo. Tenían punzones filosos y habían venido a escribir el epitafio de nuestra sociedad.
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e intentado por todos los medios combatir el vertiginoso ritmo que procura Santiago, cada día me parece que voy embotándome más y más en este aturdidor ruedo. La lucha se torna titánica todas las mañanas y con ansias espero el día viernes en donde dejo los libros y las normas de la rutina cotidiana para caminar serenamente por las calles de un paisaje lleno de aquel gris marchito que cubre los acelerados rostros que en rápida carrera marchan hacia sus hogares. Regresar a casa y dormir no es una mala opción, tampoco es malo echar a volar un poco la imaginación e ir a ver una buena película, pero a quién llamar, cuando todos ya han armado su panorama de fin de semana. Al entrar en las Tejas le pedí al Abel un medio de tinto. Una pausa en medio de aquella tarde lluviosa me daría las fuerzas para volver a conversar con ella. Sabía que el cine era una de sus debilidades y después de tanto tiempo sin vernos, pensé que la reposición de Sacco y Vanzetti en el Normandie no sería un mal comienzo para retomar nuestros perdidos encuentros casuales. Mientras sorbía con serenidad aquel vaso de vino disqué su número en reiteradas oportunidades sin resultado alguno. De seguro no estaría en casa, quién se queda en casa un viernes después de agotar sus energías en un colegio en donde el desgaste es feroz. Luego de ponderar aquella situación y al ver que el ruido se comenzaba a hacer casi tan ensordecedor en aquel sitio, como en el de una fragata llena de amotinados, pagué la cuenta y salí del local, encaminándome hacia el cine. Afuera de aquel lugar la lluvia era copiosa y persistente, rápidamente corrí hasta llegar a la boletería, allí me encontré con un par de amigos que no veía desde hacía mucho tiempo. Se veían felices, parecían enamorados, tras algunos minutos de conversación se separaron de mí y entraron no sin antes consultarme si venía solo. No sé por qué mentí, diciéndoles que esperaba a una amiga. Aguardé algunos minutos, contemplando la llovizna que para aquel entonces parecía lamentarse de mi soledad. Cuando me decidí a entrar al cine, ya sólo pensaba en
dejar de lado la carga que llevaba a cuestas, encuentros casuales y desencuentros que traían a mi memoria la reconstrucción de aquellos recuerdos que parecían perdidos. Al salir del cine caminé tan solitario como había llegado a aquel lugar, pero pensando en aquellos dos amigos, que felices se perderían quizás por cuánto tiempo más. Pensé, una vez sentado en la micro y mientras el vidrio se empañaba con el vapor que producía la respiración de quienes me parecían aquella multitud acelerada, en aquella joven de mis encuentros casuales. No pude más que sonreír, casi nostálgico, casi melancólico. Decidido a no caer en el letargo de los días mecánicos, de aquellos días de rutina. Decidí al fin, no sumergirme en la ciudad de las almas adormecidas. La lluvia, evoca en mí el recuerdo rielar cansino de la locomoción colectiva y la de paisajes rurales, de viejas locomotoras, como si fuese un pasajero anónimo, me dejo extraviar por las desconocidas calles de un Santiago que crepita en sus focos anaranjados en medio de una noche de lluvia, que comienza a apagar su fuego. Pienso en las almas adormecidas, que para mí no son más que imágenes que se van tornando cada vez más difusas en mi memoria. Aquellas almas adormecidas que contó Félix Lázaro en una de aquellas viejas antologías de cuentos anarquistas. Imágenes que retornan, como las de aquellas Almas Muertas de la novela de Nicolás Gogol. Almas adormecidas, Almas muertas, qué diferencia existe entre ambas. De pronto surge el recuerdo de lo que he visto esta noche. Las calles, los rostros, la acelerada mirada de quienes transitan de un lado hacia otro. Para algunos puede resultar innecesario conjugar su realidad cotidiana y acercarla al plano, ya sea de la literatura, ya sea al del séptimo arte. En esta enrevesada maraña de apreciaciones que se conjugan en la memoria Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, o bien el recuerdo de ellos, nos hacen despertar de este letargo, de aquel sueño que vivimos despiertos en donde a veces ni siquiera un buen filme nos hace despertar o revivir en medio de las almas muertas o de aquellas adormecidas almas en las que cotidianamente nos vamos convirtiendo.
Lea y difunda la Prensa Antiautoritaria
Copiapó
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Flavio Constantini El arte de la anarquía (Izq.) Mijail Bakunin per la Rivoluzione Sociale, 1976. 87 x 62 cms. (Der.) Garnier devant le siège de la Société générale, 1976. 87 x 62 cms.
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Flavio Constantini fue un multifacético; escritor, historiador y artista. Es en esta última faceta en la que tal vez más destacó. Inspirado por Kaf ka comenzó a dibujar la pesimista condición humana, idea que estaría presente a lo largo de su toda su obra, la que se compone de diversas series gráficas planas que van desde el anarquismo y la muerte de los zares, al hundimiento del Titanic e ilustraciones de escritores y novelas clásicas. Primeramente fue comunista, condición que abandonaría tras decepcionarse del estalinismo en un viaje a Moscú para luego integrarse a las filas del anarquismo. Es en este tiempo en que llegarían a sus manos las “Memorias de un revolucionario” de Victor Serge, libro que le mostraría la experiencia de los ilegalistas y la propaganda por el hecho, motivo de su obra artística durante los próximos veinte años. Durante esta época recrea las acciones individua-
les y los fusilamientos de Ravachol, Vaillant, Emile Henri, Gaetano Bresci, Luigi Lucheni, Bonnot, Angiolillo y Francisco Ferrer, de quienes admiraba “que exigían, antes que nada, la armonía entre las palabras y los hechos”. La mayoría de estas imágenes están recopiladas en su libro The Art of Anarchy publicado en 1975. Antes, en 1973, había publicado Romancero Anarchiste, ambos al parecer sin edición en español. Durante la década de los 80 se sumerge en aquellos autores que inspiraron su obra, en sus trazos desfilan Kaf ka, Allan Poe, entre otros. Otras de sus ilustraciones las encontramos en reediciones de clásicos de la literatura, como las obras de Mayakovsky, Dostoievsky y Joseph Conrad. Constantini abrazó la muerte el 20 de mayo del 2013, partiendo al “naufragio misterioso, la única realidad irresistible” como la llamó alguna vez. Sin duda nos dejó un indisoluble legado.
GRAPHOS_ Ilustración & Dibujo
Apoyo mutuo / Abajo los muros de las prisiones Xilografía de Wackala Arte Gráfico. www.flickr.com/wackart
Ai ferri corti. Xilografía de Colectivo popular Ara3Xilos. www.facebook.com/Ara3Xilos
Grabado al linóleum de Germán Baltra. Valparaíso, años 20. Fue también poeta y perteneció al Grupo Anarquista Nueva Lid.
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¡Libertad o Muerte! Entrevista a Pablo Soler
Dramaturgo de la Compañía Argentina de Teatro Libertario Por Grupo Vorágine
Hace algún tiempo nos llegan noticias teatrales desde la región argentina. A la realización de encuentros y talleres sobre este arte, se suma la presentación de la obra “Severino di Giovanni, Libertad o muerte” a cargo de la Compañía Argentina de Teatro Libertario. Nos contactamos con el compañero Pablo Soler.
¿Cómo nace la idea de formar una Compañía de Teatro Anarquista? Hace muchos años que dirijo y escribo teatro de corte netamente anarquista, que sin llegar al extremo de lo meramente panf letario, aborda por distintos caminos la complejidad de las temáticas sociales que impiden la salida a libertad a millones de seres humanos que habitan este injusto mundo. Mis obras han recorrido todo tipo de rutas, y han tenido que sortear un sinnúmero de obstáculos, partiendo desde la censura, hasta al otorgamiento de premios. Todas mis obras siempre fueron polémicas, rebeldes y muy irrespetuosas con la repodrida burguesía. En todas las funciones de un espectáculo titulado “MAGIN” siempre se retiraban de la sala como espantadas, una media docena de viejas peinadas al cemento (la moralina burguesa: es el pulgar con el que los hipócritas eclipsan el sol de la auténtica y cruda realidad).Durante todos esos años era más difícil conseguir una sala teatral que escribir una obra de teatro. Generalmente tuvimos que ceder ante las parasitarias exigencias de los dueños de los espacios teatrales, esos grandísimos turros se llevaban un enorme porcentaje de las recaudaciones, descontán-
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donos los gastos de publicidad, el sueldo de los técnicos de luz y sonido, y hasta nos aplicaban un seguro de sala, una agachada de los chupasangre, que consiste en cobrarle a público, una multa que posee un valor aproximado al costo de 20 localidades ¡unos hijos de puta! ... Después de soportar tantas humillaciones y abusos, decidí mandar a la mierda al teatro burgués, lo que no fue tan fácil, puesto que mis elencos, por ese entonces, no estaban conformados por artistas anarquistas. Para que vean bien la diferencia, de 12 actores, 3 eran libertarios y el resto peronistas, gente adaptada al sistema. Cuando les propuse actuar gratis donde fuera, en un galpón, en una villa miseria, en una letrina, en las calles, en cualquier lugar donde los pobres nunca hubieran visto una obra de teatro, me mandaron al carajo. Ante ese cachetazo, debí pasar a retiro por un largo tiempo, un intervalo que me sirvió para reclutar un elenco de excelencia artística, y por sobre todas las cosas, conformar un grupo de camaradas anarquistas. Creo que ese fue uno de los logros más preciados de mi vida, unir el arte con solidaridad, y la fraternidad con rebeldía. Así, sin más ni más, nacía por amor al arte, la Compañía Argentina de Teatro Libertario, la única que en este país levanta con orgullo y pasión las gloriosas banderas de la acracia.
¿Qué obstáculos han tenido que saltar en cuanto a los recursos para montar sus obras? Al mismo tiempo que rompíamos con el tradicional teatro capitalista, terminaba de escribir “Severino Di Giovanni”, la pieza teatral que narra la vida del camarada libertario más temido por el gobierno argentino. Inmediatamente nos conectamos con la gente de los conventillos, de esas casas tomadas por numerosas familias en uno de los barrios más viejos de Buenos Aires. En ese marco y ante la enorme carencia de recursos, siempre apoyados por el cariño y solidaridad de los pobres que nos cedían corazón y techo, arrancamos con nuestro humilde espectáculo en un conventillo de San Telmo, en un espacio donde cabían 30 espectadores sentados y donde como por arte de magia se juntaban más de 200 personas; un público que gustoso participaba de las funciones de pie o sentado en el piso. Las luminarias eran latas de tomate y el escenario tenía 2 x 4 metros donde actuaban 12 actores. Trabajando en esa estrechez, nos vimos obligados a prescindir de escenografías, utilerías y otros elementos que ocuparan el lugar físico. Las funciones eran a la gorra, por lo cual nadie quedaba afuera, ya que ese tipo de retribución monetaria es a voluntad y muchas veces hasta gratuita. Obviamente la prensa burguesa ni se asomó, esos grandísimos vasallos de los empresarios teatrales jamás pisan salas pobres como las nuestras, pero gracias al boca a boca del público, “Severino Di Giovanni” cada vez atraía más personas que venían unas horas antes para reservarse un lugarcito en el apretujadero. Creo que esta pequeña anécdota pinta una experiencia artística para la cual no se necesitó ni un miserable centavo para cristalizarla ¡porque se puede hacer teatro sin plata! ¿Cómo ha sido la experiencia de llevar a las tablas la vida de Di Giovanni? El fenómeno de difusión a cargo del público arrastró a muchos referentes de la cultura argentina, pero lo más satisfactorio ha sido la presencia de las familias Di Giovanni y Scarfó que no se conocían, y que luego de 82 años del fusilamiento iniciaron una bella y respetuosa relación. Los familiares de los anarquistas fueron quienes pusieron mayor entusiasmo en apoyarnos y en difundir el espectáculo. La obra cumplió su cuarta temporada siempre a sala llena. Fuimos invitados a participar del Festival Internacional de Gualeguay y continuamos con las funciones en muchos lugares amplios y ruinosos, en galpones tomados por ocupas. Recuerdo que durante el crudo invierno, publicitábamos nuestro espectáculo por facebook con la siguiente consigna: “Si quiere ver nuestra obra venga bien abrigado porque no tenemos calefacción”. Una noche nos visitó Osvaldo Bayer, un reconocido escritor anarquista, el autor de la película La Patagonia Rebelde y el historiador del único libro que existe sobre la vida y obra de Severino Di Giovanni, quien elogió nuestro trabajo artístico.
¿De qué manera entienden el teatro? La pobreza y las incomodidades que cruzaron a nuestra aventura teatral, nos sirvieron para generar un teatro alejado de las tradiciones y vicios de la escena mercantilista, la falta de escenografías y estúpidas ornamentaciones nos obligaron a repudiar todo tipo de objetos y a valorizar a un teatro austero, dinámico, socialmente comprometido con los de abajo y artísticamente impulsor de una innovación teatral que privilegia el sujeto y la palabra como herramientas fundamentales para crear un estilo anárquico y para acentuar la conciencia de clase. Según su experiencia, ¿Es posible la figura del director en este teatro anárquico? La figura del director en el teatro ácrata es tan necesaria como el aire que respiramos. La dirección por asamblea es una tremenda mierda que destruye la fraternidad que debe caracterizar a un elenco. Mi primera obra “Jano, espejos y espejismos” fue sometida a una dirección colectiva, y también fue un gran error de mi parte. Cuando un actor cometía alguna torpeza, automáticamente era juzgado por otro actor, lo que originaba unos enfrentamientos de la gran puta y un clima de intolerancia que rayaba en el odio. Por suerte nos dimos cuenta a tiempo, y mis compañeros me pidieron que asumiera la dirección, lo que al principio me dio un gran cagazo, yo era un dramaturgo que jamás había dirigido nada de nada. Mi inexperiencia fue lo más positivo, porque no arrastraba ningún vicio teatral o inf luencias de otros directores, yo era apenas un loco, pero con mucho sentido común. Cada vez que tenía una idea la consultaba con los compañeros antes de ponerla. Para finalizar, ¿Cuál piensan ustedes que es la contribución del arte en las luchas anticapitalistas? El aporte del arte en las luchas sociales puede parecer insignificante, sin embargo nuestra compañía ha cosechado un sinnúmero de simpatizantes, de personas que ignoraban nuestra ideología y que hoy se definen como anarquistas. Tenemos una página en internet con más de 17.000 seguidores que nos ayudan a difundir nuestros espectáculos. La figura de Severino Di Giovanni no era de una gran popularidad en Argentina hasta que Osvaldo Bayer escribió su historia. No seremos nosotros el eje de la revolución social, pero nunca dejaremos de poner nuestro granito de arena a favor de la libertad y en contra de los liberticidas.
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Amanecer del Mal Por Azul Luna – Desde Tenjo (Colombia)
Hace ya algún tiempo, la compañera Azul Luna expuso en la región colombiana, bajo el título de “Amanecer del Mal”, una serie de ilustraciones inspiradas en el libro “Los Cantos de Maldoror” del Conde Lautréamont. Para conocer más de sus dibujos puedes visitar: www.flickr.com/azulunailustra
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a exposición Amanecer del mal es una interpretación gráfica del libro “Los Cantos de Maldoror” escrito en 1869 por Isidore Ducasse (El Conde de Lautréamont); esta muestra de dibujo tiene como línea curatorial el bestiario Ducassiano que se despliega en esta joya literaria, de esta manera cada escena seleccionada tiene como tema central un animal específico, personajes que guardan diversos misterios que develé y traduje a través del dibujo desde mi particular interpretación de los seis cantos que componen el libro, adentrándome minuciosamente en la obra literaria del autor. Los Cantos de Maldoror, a través del frenético discurso del autor, tienen un potencial visual que encamina al lector en mundos sórdidos e irreales, lo cual enriqueció mi percepción de sus imágenes para interpretarlas por medio del dibujo, de líneas, manchas y texturas encarnizadas sobre el papel, para encontrar formas expresivas en planos, luces y sombras que se conjugan en cada escena; para ello me introduje en un campo de experimentación personal complejo, en el cual repensé cada espacio, personaje y animal desde un ámbito surrealista: dejarme motivar y guiar por las palabras ponzoñosas de este espectral Maldoror. Lautréamont demuestra interés por la historia natural, recurre a descripciones y conceptos científicos de ciertas especies que nos introducen en el mundo de la etología (ciencia que estudia el comportamiento animal); en el transcurso del libro cita fragmentos de Enciclopedias Animales de 1800, con un lenguaje metódico que incorpora a su creación literaria, en resumen, realiza un collage de palabras que es enriquecido con ciertos rasgos surrealistas. En el libro Lautréamont de Gastón de Bachelard encontramos un capítulo sobre el bestiario Ducassiano, donde el autor realiza un análisis minucioso en el cual especifica la cantidad de animales que cita Lautréamont en la obra, en este caso 185 animales y 400 actos animalizados. De esta manera el lector se interna en una fauna fantástica y sombría llena de metáforas simbólicas.
Al enfocarse en la complejidad del comportamiento animal, el escritor desentraña ideas que perturban su misantrópica imaginación. Lautréamont desarrolla su desbordante poder narrativo en un despliegue potencial de seres animalizados, que encarnan los impulsos agresivos del comportamiento irracional de sus personajes, guiados por instintos salvajes: la fauna de Lautréamont es el infierno del psiquismo humano, la representación de los vicios bestiales del ser humano. Con este amplio bestiario, Lautréamont animaliza las acciones humanas, un método que utiliza para cuestionar a la sociedad en sus facetas como la conciencia, la violencia, la maldad, la hipocresía, el amor, la traición, la muerte, el poder, etc., aspectos de la interacción social que pertenecen a la naturaleza humana, encarnados en monstruosas criaturas que se debaten en una frenética lucha.
“Mi poesía consistirá, sólo, en atacar por todos los medios al hombre, esa bestia salvaje, y al Creador, que no hubiera debido engendrar semejante basura.” Por otro lado, el escritor humaniza al animal, le atribuye los defectos de la especie humana, siendo éste su lenguaje para plasmar todo el horror de lo humano, su inconformidad, su desapego y desprecio a la especie de la cual lastimosamente hace parte. Las impulsiones agresivas en el ataque adquieren la forma de la violencia animal, el actuar inmediato y voraz de cada especie son metáforas trascendentales de su bestiario.
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Lautréamont es un hereje, un proscrito de la gracia de Dios, reduce la divinidad omnipresente a su más grotesca figura, la humaniza y se pone a su altura, es decir, hace de ella la encarnación de lo más bajo de la especie, la desacraliza. Al recorrer como lectores las vastas laderas del fantástico mundo de “Los Cantos de Maldoror”, habitado por seres deformes y tenebrosos, donde el escepticismo confronta y critica con violencia los lineamientos de la divinidad y la moral, nos enfrentamos a una vasta mirada crítica de la sociedad de la cual somos parte, a la fantasmagoría maligna que habita en lo humano, a la expresión desbordada de las emociones: la ira, el odio, la venganza ponzoñosa, el ataque sanguinario, la discriminación, etc., Lautréamont desentraña nuestras acciones por medio de metáforas y metamorfosis, representa los infiernos del hombre a través de seres monstruosos que surgen de los rincones terroríficos de la imaginación. Las grandes multinacionales arrasan los recursos naturales, envenenan ríos y mutilan bosques para abastecer el sistema capitalista y consumista en el cual nos vemos sumergidos; el humano intenta dominar la inmensidad de la naturaleza para saciar su sed de infinito, acción que realizamos como simples mortales que buscamos tomar el papel del Creador; nos apropiamos de la inmensidad maravillosa que nos rodea para devastarla y destruirla.
“¡Oh, viejo océano!, los hombres por más que empleen todos los recursos de su ingenio son incapaces de dominarte. No es posible abarcarte en una sola mirada, los hombres no han podido medir la profundidad vertiginosa de tus abismos.”
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Los humanos, sedientos de poder, pisotean a los menos favorecidos y violan los derechos fundamentales de la vida y la equidad por medio de las guerras y la barbarie en un amplio despliegue bélico de bombas químicas, balas, empalamientos, hogueras purificadoras, granadas incendiaras, infinidad de armas letales sobre las cuales se levanta la civilización y el desarrollo de la historia de la sociedad humana, armas con las cuales se siembra el miedo y el terror. Los humanos, supuestamente racionales y morales, ahora son las bestias de instintos voraces, frívolos y salvajes que Lautréamont retrata a través de páginas llenas de sombrías confrontaciones. Como humanos no somos ajenos a la monstruosidad insidiosa de las zarpas agudas del escarabajo vengativo; nuestras acciones egoístas ya han asesinado a la Esperanza, sin esperanza a la cual asirnos, sólo el abismo del horror nos espera para que en ella habitemos infinitamente. Conde de Lautréamont, Los Cantos de Maldoror. Ediciones Cátedra, Madrid, 2001.
El tiempo perdido Jacques Prevert
Ante la puerta de la fábrica el obrero se detiene de repente el buen tiempo ha tironeado de su chaqueta y no bien se vuelve y mira el sol muy rojo muy redondo sonriente en su cielo de plomo le hace guiños familiarmente Di camarada sol ¿no te parece una reverenda burrada regalarle un día como éste al patrón? Pararols, 1946.
Poema de la Tierra V Tanta sangre caída sobre la tierra. Tanta vida segada cuando su aurora comenzaba. Todo por el anhelo de poseer la tierra y de alzar en la tierra fronteras y murallas. Tierra escupida de blasfemias y sollozos, de pólvora y de sangre, tierra de las batallas, después que te mordieron y te desmantelaron ¿cómo podrá tu entraña f lorecer rosas blancas? Las manos de los muertos, las bocas de los muertos, se apegaron a ti, sangrientas y crispadas. Te cubrieron entera de huesos y cenizas, te quemaron los bosques, te enturbiaron las aguas. Y tú, piadosamente, recogiste la sangre para elevarla al sol, dulce y purificada. ¡Oh, melodioso viaje de la savia en los troncos, rumbo al retoño niño o a la f lor deslumbrada! Yo no sé qué designio preside tus alquimias. Luchan por ti los hombres, tierra de las batallas. Luchan, y no comprenden que cuando a ti se fundan, te les entregarás, morena y perfumada. Oscar Castro
Un Surco A la memoria de Erick Musham
La tierra que no mezquina la luz que en su vientre habita cuando al caer la semilla el alimento germina. El ritmo de un buen labriego que con su canto acaricia tonadas que la iluminan en cosechas peregrinas. Unas a otras resurgen enhiestas de savia digna. y podréis ver por los prados cuan armoniosas se cimbran. El sol hace su trabajo y el viento les da su brisa la lluvia entra sus notas con música repentina. La escarcha posa en sus hojas un canto que la ilumina su luz destella y el fruto resplandece cuan la vida. Parénquima que gustamos socializar sin medida carnosidad que desgasta al pobre que la cultiva. No lo olvidéis nunca, hombres, este es un canto a la vida. A-lex
Perpetuo más años - Mira - me dice, acercándose con su cara obesa, entre riéndose e indignado, - mira lo que me dejaron de mermelada los vampiros - la mermelada que da el paco. Y me muestra una bolsa color aluminio de mermelada de mora que entrega Gendarmería en la cárcel para tomar desayuno, completamente estrujada. Y el guatón ahora se ríe abiertamente, irónico, mientras mueve la cabeza de un lado a otro, como no pudiéndolo creer. - Los vampiros conchesumadre, mira cómo son: a un perpetuo más años, a una persona que está presa de por vida, que va a morir acá, si yo pertenezco a esta hueá - dice, golpeando la pared amarilla de la celda. Camina lentamente a botar la exangüe bolsa de mermelada fiscal, dejando ver un rayado en la pared que dice: «Dios mío, guarde y bendiga a este solitario delincuente G.M.». Hans Niemeyer Salinas Desde la Cárcel de Alta Seguridad
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ZONA LITERARIA_Cuentos & Poesía Las Plantas Plantas, malezas, arbustos… ¡Llegó la hora de hacer la pega! A expandirse por tierras virginales, senderos deplorables y arrabales inertes a lucir sus verdes ropajes sobre esta tiranía del polietileno para colmar de energía y salud estos pueblos para desarticular estos garabatos alimenticios y así llenar por dentro estas mentes desnutridas. A instalarse, vegetales ilustres, en balcones, azoteas y patios, hasta aborrecer el lamentable pavimento hasta intoxicar de vida el metal nocivo que evidencia en sus facetas disfrazadas negocio, maldad y hambre. A brotar, hierbas amigas, con total desenfreno hasta llenar las cárceles por dentro hasta absorber abusos e injusticias y elevar en sus ramajes coloridos millones de presos. A dispararse por jardines, queridos seres clorofílicos, hasta devolverle el cerebro al policía que simplemente nos corta las manos por tratar de ayudarlas a crecer. Gente amiga, humanos de este texto, alcemos los párpados sobre las plantas y recordemos siempre que ellas son nuestras porque la tierra es nuestra y nuestro es el futuro.
Felices de vosotros Felices de vosotros, los imbéciles, los que nada pensáis ni sentís nada, huecos de corazón y de cerebro, espíritus sin luz, almas sin almas. Felices, sí, felices los que sólo alimentáis famélicos la panza. Y f lotáis en los mares de la vida como f lota lo fofo sobre el agua. ¡Quién pudiera matar el pensamiento, aniquilar el corazón y el alma, y vivir en las sombras sumergido, sin conciencia, sin luz, sin sol, sin ansias! Alberto Ghiraldo
Percy Fuentes
Lea y difunda la Prensa Antiautoritaria
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Sección Histórica
Anticlericalismo Anarquista
a principios del siglo xx Por Ignotus
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uenta González Vera, del am﹣ biente anticlerical que le tocó presenciar en el marco de una conferencia dada en Santiago por Belén de Sárraga hacia 1913, y a la cual había asistido acompañando al pintor anarquista Valdebenito: “Abajo, la platea parecía duelo: trajes negros, bigotes de largas guías y voces engoladas. Arriba se apretujaba la multitud espontánea. Obreros fervorosos gritaban: -¡Viva el libre pensamiento! ¡Viva el Comunismo Anárquico! ¡Viva la Revolución Social!” (1). Como ya se ha dicho, la Iglesia, junto al Estado y la Burguesía constituían los principales motivos de crítica de los anarquistas. La cuestión no era única de ellos, pues es evidente que a esa reunión había asistido diversidad de tendencias, desde radicales y liberales hasta anarquistas y librepensadores.
Desde mediados del siglo XIX los liberales habían sabido unir la causa del progreso modernizador a la de la secularización de la sociedad, encontrando en el anticlericalismo un excelente elemento movilizador, transformándolo en una especie de subcultura política, una forma de entender la sociedad y contemplar la vida surgida de la interacción y la inf luencia recíproca entre la cultura popular y las elaboraciones de los intelectuales anticlericales. Es importante destacar, no obstante, que desde sus comienzos esta nueva mentalidad que embestía animosamente contra el clero haciéndole responsable, entre otras cosas, de frenar los avances del país, sumiéndolo en las tinieblas del atraso y el oscurantismo, tuvo su correlación con el surgimiento de otra que, en paralelo, defendía a capa
y espada las virtudes del clericalismo y su preponderancia en la sociedad. (2) Este enfrentamiento se intensificaría durante las primeras décadas del siglo XX acorde con una profundización del discurso y prácticas anticlericales. Al respecto, una cuota importante en esta profundización correría por parte de los anarquistas, quienes llevarían dicho discurso a una serie de prácticas cotidianas, que ciertamente le alejaban de las demás tendencias anticlericales. Pero ello no era toda la originalidad del anticlericalismo anarquista. Había también una raíz ética bien marcada, y que ciertamente le diferenciaba de los demás anticlericalismos.
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Belén de Sarrága en Antofagasta, año 1913
Antiteísmo Anarquista Es importante destacar aquí que no nos referimos a la actitud de los anarquistas ante Dios, sino ante la Iglesia y el clero. Veamos brevemente lo primero. Ante Dios, la actitud de los anarquistas era antiteísta, es decir, veían en Dios, el origen de toda opresión al convertir al hombre en esclavo. Con ello, la idea de Dios automáticamente implicaba la anulación de la libertad humana. Como bien destaca Litvak, para los anarquistas Dios es el soporte de la imagen del Estado. Mientras tengamos un amo en el cielo, seremos esclavos en la tierra. Dios, como fuente de autoridad, es la sacralización de la esclavitud. El anarquismo en su búsqueda de un horizonte humano, debía eliminar ambas tiranías. Tal cual se expresa en el conocido poema de Miguel Rey Dónde está Dios: “Manantial de discordia soberano que has muerto siempre en fratricida lucha El primordial derecho del humano Homicida creación, mentira odiosa” De ahí que, especialmente pensadores como Proudhon y Bakunin, no sólo se convertirían en ateos, sino que plantearían luchar directamente contra la creencia de Dios. De este modo, si realmente se pretendía la libertad, se debía partir de extirpar de las mentes cualquier creencia, pues ello implicaba una sumisión y esclavitud.
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Bakunin iba más allá, acusando que las clases poderosas bien explotaban a su servicio la idea de Dios facilitando de ese modo su dominio, difundiendo en las masas adoración a abstracciones perniciosas como Dios, Patria, Estado, Honor Nacional, Derechos históricos, Libertad Política, Bien Público. Pero además, había en este ateísmo, la idea de que la religión se contraponía a la razón, a la ciencia, a las explicaciones científicas de los fenómenos. Desde este punto de vista, las creencias religiosas eran una barrera oscurantista al progreso y la verdad. “La religión, -tal cual se señalaba en Verba Roja-, el conjunto de errores y mentiras forjadas por la ignorancia de los tiempos primitivos, mezclados de fábulas y simbolismos, que representan las ideas de los primeros hombres respecto de la naturaleza, falseados después y que han acabado por envenenar a la Humanidad, destruyendo la razón en ella: tal es la esencia de todas las religiones. Hoy, la religión es un instrumento admirable de opresión, y en todos los tiempos ha sido el enemigo jurado de la Ciencia y el Progreso a quienes ha combatido a sangre y fuego, torturado a los hombres más eminentes”.(3) En “Doce pruebas de la inexistencia de Dios”, Sebastián Faure parte de un principio material para explicar la inexistencia de Dios. Contradiciendo aquello que dice que “Dios, de la nada hizo todo”, señala: “yo imagino, que
no se encontrará ni una sola persona dotada de mediana razón que conciba cómo con nada puede hacerse alguna cosa; “el gesto creador es un gesto imposible de admitir, es un absurdo…”. Además, la idea de Dios se contraponía al vitalismo anarquista. Contra las creencias libertarias estaba la idea de la maldad del hombre, del pecado original y del menosprecio de este mundo. Para el catolicismo, el hombre era un ser maligno, pecador; por el contrario, los anarquistas conservaban una “fe en el hombre y sus destino”, amaban la vida y veían en ella la posibilidad de una sociedad ideal. Desde este punto de vista vitalista, no les costaría incorporar a Nietzsche a sus argumentos sobre la necesidad de extirpar toda erradicación de la idea de Dios. Ahora bien, si nos referimos al tema de fondo, el anticlericalismo, distinguimos varios elementos, tanto morales como propios del pensamiento ilustrado progresista y del pensamiento anarquista.
Raíz ética del Anticlericalismo Anarquista En el caso de los anarquistas, ¿por qué los reiterados ataques a la iglesia católica?, ¿Qué elementos diferenciaban al anticlericalismo anarquista de los anticlericalismos liberales, y los demás partidos republicanos? ¿Se daban similitudes en la forma de entender el anticlericalismo, y sobrellevar sus críticas, con los socialistas? ¿Cuáles son los elementos que componen este anticlericalismo anarquista?. Un primer punto a poner sobre la mesa, es la “moral conformista” que proyecta y enseña la Iglesia Católica: esto es, “infundir en los pobres el desprecio de los bienes materiales, el desprecio a la imprescindible satisfacción de sus necesidades materiales, con el fin de ofrecerles el cielo y que, como legado de miseria, queden muertos para sí y para los goces de la tierra” enseñándoseles la “paciencia” y el “perdón de las ofensas e injusticias y la conformidad con los males ajenos a esta vida y a la diferencia de clases y condiciones”. Así se logra, “una masa creyente y humillada”, “respetuosa y obediente”, “ignorante y gregaria”(4) . González Vera es claro al respecto: “Gracias a la iglesia, la masa mayor de nuestros semejantes cree que es natural, y todavía lógico, que unos cuantos caballeros ociosos sean dueños de las tierras, de las minas, de las fábricas y todos los medios que se utilizan en la elaboración y fabricación de los objetos que necesitamos. La iglesia grita desde sus mil púlpitos que es razonable la existencia de unos cuantos ricos porque sin éstos los pobres no tendrían trabajo…”(5) . José Álvarez Junco recalca que no basta la explicación de “moral conformista”, mayor validez tiene para este autor el “oscurantismo” que proyecta la iglesia, como causa de este anticlericalismo:
“Clero hipócrita, salvaje La oscuridad fue tu ciencia No es tan negro tu ropaje Comparado a tu conciencia Tu del pasado negrura Y vergüenza del presente Serás mañana basura Y maldición de la gente”.(6) Si analizamos la literatura anarquista, podemos concluir que la religión se presenta en ella como producto del miedo y la ignorancia de épocas primitivas, cuestión que, en la medida en que avanza la concepción racionalista-materialista poco a poco tendería a ir desapareciendo. Coincide por tanto en este y el punto anterior con los socialistas, pero también con los librepensadores y demás tendencias progresistas como lo eran los radicales y el Partido Democrático: “Los frailes odian a muerte toda evolución en el sentido de inculcar a las masas ideas que les enseñen a distinguir la verdad de la mentira” y, “el catolicismo, es hermano del feudalismo, del despotismo y de la plutocracia”, señalaba el demócrata “Juanito Zola” hacia 1904.(7) Sin embargo, siguiendo al mismo Álvarez Junco, el anticlericalismo anarquista no tiene solamente fundamentos marcados en el oscurantismo y la “moral de sumisión” que proyecta y enseña a los pobres la iglesia. Su crítica, la base de su anticlericalismo, es ética, una ética que se basaba en la misma ética cristiana. Si revisamos las distintas manifestaciones en que es representado el clero, este aparece como un ser fanático, brutal, ignorante, corrupto, hipócrita, bélico, maléfico. Se hace mención de forma frecuente a sus “prácticas inquisitoriales”. De aquí que se nos plantee un tercer argumento para explicar el anticlerica-
lismo: la traición del verdadero evangelio por parte del clero, al no seguir una vida humilde tal cual la de Cristo, sino apegada al lujo y los manjares. En este sentido, también estas palabras de González Vera: “Si la iglesia no hubiese traicionado a los principios cristianos, lo que hoy se llama orden lo sería de verdad y su inspiradora sería objeto del respeto común; pero la iglesia, comprendiendo sus intereses, prefirió agregarse a los fuertes y santificó la explotación de las mayorías” (8) . Es recurrida la imagen del contraste entre Cristo (humilde) y el clero (lujoso, acaudalado). Así por ejemplo, resulta ilustrativo este artículo titulado “Cristo y el Cura”, original de Rafael Barrett, aparecido en El Sembrador: “Cristo nació pobre y murió pobre. El cura nace pobre y muere rico. Cristo ha dicho que todos los hombres son hijos iguales de Dios. El cura dice que algunos tiene derecho a ser dueños y otros el deber de ser siervos. Cristo quería que le siguiese quien no tuviese dinero. El cura quiere que le siga el que tiene dinero y se lo dé. Cristo instruía a la plebe. El cura quiere su ignorancia. Cristo amaba a los niños para educarlos. El cura los acaricia para explotarlos y corromperlos. (…) Cristo lleva la cruz. El cura la hace llevar a los pobres. Cristo murió crucificado por la redención de los pobres y los humildes. El cura quiere cadenas, fusiles y cañones contra los esclavos del trabajo para poder vivir él haraganeando tranquilamente.” (9) El artículo bien resume las razones fundamentales por las cuales los anarquistas se declaraban anticlericales;
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una base ética les movía en ello. Como destaca el mismo Álvarez Junco, “bajo la capa anticristiana del anticlericalismo contemporáneo existen fuertes dosis de moralidad y de actitudes cristianas e incluso auténticamente clericales”. Desde este punto de vista, tenía aceptación la figura y prácticas de León Tolstoi, y su cristianismo puro, cuestión que bien puede contradecirse con los argumentos ateístas ya señalados, pero que, tratándose del anticlericalismo, encontraba plena aceptación. En este sentido, bien se intenta rescatar la verdadera figura de Cristo -adquiriendo desde este punto de vista- el anticlericalismo anarquista una raíz cristiana, intentando rescatar el “verdadero cristianismo”, el cristianismo primitivo. Con esto, Jesús “impregnado de la doctrina profética” protesta contra la avaricia, la usura, y predica la “internacionalidad, la fraternidad, la igualdad, la solidaridad”; protesta igualmente “contra la violencia, contra la guerra, el militarismo, contra la magistratura, contra el comercio, contra los comerciantes, el clero, los ricos y los gobiernos de toda naturaleza”. La conexión se encuentra dada en el hecho de que entre el cristianismo primitivo y el comunismo anárquico existían similitudes de propuestas, tanto respecto de los valores (solidaridad, fraternidad, igualdad, etc.) como en las instituciones (comunidad de bienes). Desde este punto de vista, se interpreta que el cristianismo actual, se había desviado del verdadero camino trazado por Cristo, y que el Comunismo Anárquico, era el que seguía el verdadero camino. ¿Cuál era este camino? No otro que el de una moral intachable, la austeridad, la práctica del amor, la paz universal, la fraternidad y la solidaridad entre los hombres, en la vida misma, en los actos cotidianos.
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En consecuencia con ello, a través de las distintas manifestaciones artísticas, los anarquistas rescataban a la figura de Cristo y a su ejemplo, para la causa de la revolución. Y desde este punto de vista también explicamos que algunos anarquistas hayan sido descritos como “cristianos puros”, caso José Clota por ejemplo, que “odió solamente a los posesivos. Decía “la mujer”, “la hija” pero nunca mi ni mía. Trabajaba catorce horas en su banco de zapatero. Una vez tuvo ayudante, y como éste le dijera, en un rapto de enojo, que lo pulmoneaba, resolvió trabajar a solas. Así lo hizo a lo largo de su vida. Los domingos vendía “La Batalla” en las calles céntricas” (10) . En este punto también González Vera diría del carpintero catalán Moisés Pascual: era “algo así como primo hermano de Jesucristo”. Y de aquí también podemos explicar la devoción, la voluntad y entrega con la cual muchos anarquistas se dedicarían a la difusión y práctica del anarquismo. Con un convencimiento y voluntad tan profundo como el que guiaba a los apóstoles de Cristo, los anarquistas procederían a extender sus ideas, dándose a la tarea de formar ellos mismos –sin esperar nada de nadie- periódicos, centros de estudios sociales, bibliotecas, sociedades de resistencia, etc. Como señalaría Lily Litvak: “la adopción del credo libertario siempre tuvo un carácter fuertemente emocional, religioso y moral…El fervor retirado a la iglesia lo ponían los proletarios en su adopción de la idea, y ésta se perpetuaba en el pueblo. Algunos de ellos hablaban como apóstoles, otros se ex-
presaban con su rara mezcla de fervor y racionalismo”. Siguiendo a Litvak, un “fervor religioso permea todo el ideario ácrata, patente en su forma misma de expresión. A pesar o tal vez debido a la antirreligiosidad de los anarquistas, encontramos en su literatura una gran inf luencia de las escrituras. Sus mismas críticas a la fe católica los hacía accesibles a la inf luencia de la Biblia como fuente de inspiración poética”(11) . Autores como Hobsbawm y Gerald Brenan han atribuido estos rasgos religiosos al carácter arcaico y primitivo del anarquismo. En estas prácticas, sin embargo, tal cual destacaría Christián Ferrer, “el misterio de la fe política era balanceado por una sólida formación racionalista (incluso por momentos, cientificista) y por un gusto por la sensibilidad escéptica de tipo “volteriana”. Eran centauros: mitad razón, mitad impulso mesiánico” (12) . En este sentido, la presencia de rasgos milenaristas y la utilización de cauces no originales de expresión, no debe llevarnos a concluir, como Hobsbawm, que estamos ante un movimiento social arcaico carente de un proyecto social alternativo. Lo anterior implicaría ignorar características esenciales del anarquismo, como lo era su fe en el progreso y la ciencia, en la razón, cuestiones todas, que indican lo contrario.
NOTAS 1. José González Vera, “Cuándo era muchacho”. Nascimento, 1964. Pág.113. 2. Para el caso español ver: Castro Alfín, D. “Cultura, política y cultura política en la violencia anticlerical” y De la Cueva Merino, J. “Movilización política e identidad anticlerical, 1898-1910”. Ambos en Cruz, R. y Pérez Ledesma, M. (Eds.), Cultura y movilización en la España contemporánea. Madrid 1997. 3. Verba Roja. Nª 1, 1ª quincena de noviembre, 1918. 4. José Álvarez Junco: “El anticlericalismo en el movimiento obrero”. En “Octubre 1934. Cincuenta años para la reflexión, Siglo XXI, Madrid, 1985, p. 288. Las demás citas de Álvarez Junco corresponden al mismo texto. 5. Claridad, 11 de junio de 1921. 6. “Sotanas”. El Libertario de Ovalle, 22 de junio de 1907, n° 8. 7. En Bernardo Guerrero: Pensamiento ilustrado, moral y religión en la novela Tarapacá, Revista de Ciencias Sociales, n° 006, Universidad Arturo Prat, Iquique, 1996. 8. Claridad… op. cit. 9. El Sembrador, Suplemento, 23 de enero de 1926 10. José González Vera... Op. Cit. 11. Lily Litvak: Musa libertaria. Arte, literatura y vida cultural del anarquismo español (1880-1913). Fundación Anselmos Lorenzo, España. 2001. 12. Christian Ferrer. Cabezas de Tormenta. Ensayos sobre lo ingobernable. Libros de Anarres, pág. 23.
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Ideales de amor
O las letras perdidas por Manuel Rojas en Montevideo (1913)
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ada cierto tiempo hay noticias de Manuel Rojas, nuestro inolvidable escritor y eterno caminante. Un homenaje, un documental, un libro. Bien se lo merece una personalidad tan necesaria para el mundo como la suya. Nosotros, que hemos crecido también gracias a sus palabras, queremos aportar un granito de arena al conocimiento de este inasible autor, rescatando dos de sus textos desconocidos y que hoy cruzan el olvido desde el Uruguay. Uno de ellos, “Gesto”, es probablemente el poema más antiguo que publicó. Y “Hacia la cumbre”, un pequeño ensayo literario, es toda una declaración de principios de ese joven que entonces era un ardiente propagandista del ideal anarquista. Ambos aparecieron en Ideales de Amor, una revista literaria de afinidad libertaria, que se editaba en Montevideo en la segunda década del siglo XX. Se trataba de una publicación para obreros “en español e italiano”
que tenía un tiraje de cinco mil ejemplares. La dirigía Egidio Panella. Entre sus colaboradores habituales se hallaba el célebre Alberto Ghiraldo. Todo indica que los escritos de nuestro novelista llegaron junto a los de su amigo y también conocido poeta anarquista José Domingo Gómez Rojas. De hecho, su libro “Rebeldías Líricas” es profusamente elogiado por la revista. No está demás señalar que Manuel y José Domingo era muy jóvenes. Ambos tenían 17 años. Hay muchas cosas que aún se desconocen del autor de Lanchas en la bahía y tantos otros relatos inmortales. Nosotros, anarquistas, aún seguimos caminando con Manuel. Agradecemos especialmente al compañero Pascual Muñoz de Montevideo, quien fotografió los ejemplares de esta interesante revista. Víctor Muñoz Cortés Temuco, Primavera 2014
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Gesto (Soneto) Tal vez mi bisabuelo fue un pirata o tal vez un audaz i gran bandido que marcó en los caminos recorridos o los mares surcó con su fragata. Yo solo sé que en mi alma de errabundo -alma de soñador, loca i sinceravagan la exhalación de una quimera i los ensueños mil de un vagabundo. Por eso alzo mis versos i mis prosas i mi penacho altivo ¡Oh mis rosas que desf loro al rosal de la utopía! Y sé que he de triunfar! Sobre la historia, -Que narrará los triunfos de mi gloriaserá como un gran sol la estrofa mía. Manuel Rojas Ideales de Amor, Montevideo, 1° Agosto 1913.
Hacia la Cumbre Para “Ideales de Amor” (Uruguay, 1913)
Allá, alto, cerca del sol, donde arde como una lámpara vestálica, la chispa del genio, nítido como el ensueño de un nenúfar, se alza al igual que una gran hacha de luz que se elevara en la sombra, el Ideal, todo amor, justicia e Igualdad. Su luz deslumbrante, como una pedrería india ha hecho vibrar las almas enamoradas del sol, pero el tejo ha continuado en su madriguera, y el murciélago en su agujero sombrío. Muchos ilusos optimistas de sus fuerzas: ilusos de cerebros llenos de ideas como f lores blancas y rojas; cerebros en cuyas circunvoluciones la idea que bulle ha ref lejado la visión de un mundo nuevo; ha emprendido la ascensión hacia la cumbre amada. ¡Allá van! Flores de gloria, lirios esplendorosos de la utopía soberbia, amados por unos, odiados por otros, ¡no importa! su marcha triunfal no se detendrá ante las torpes iras retrógradas. Muchos caen rodando sobre la arena del combate, pero al igual de f lores que crecieran bajo el riego de sangre de la lucha, como hermosa f loración de poderosas semillas de Rebelión, una legión surge y siguen todos hacia la cumbre hermosa. Y así van, legión de formidables cíclopes de la revolución soñada, almas de sensitiva que al ser heridas recogen sus pétalos y se transforman en robles, dibujándose en sus labios su esperanza la más hermosa y grande de sus virtudes, todos hacia adelante, hacia el monte de la ciencia, donde brilla el chispazo genial de la idea redentora!
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Pensadores profundos, han arrugado el ceño y esta ref lexión ha surgido:
“La vida es como una gran roca que va con su desesperante monotonía despetalando el tiempo y sus pétalos aventados por el viento mismo de la vida caen en el abismo de lo ido y se marchitan: y, es así como pasan las horas, los días, como pétalos marchitos de la rosa de la vida que va despetalando el tiempo.” “Cada pétalo arrancado representa un paso más hacia la fría tumba y si dejamos que se marchiten sin que sean provechosos ¿de que sirve entonces la vida?... Alcémonos compañeros! Sembrad! Alzad los brazos en el cual se luce el músculo dispuesto al combate! Que cada pétalo arrancado sea una esperanza, un nuevo luchador que secunde el esfuerzo!” “¡En marcha hacia la cumbre!” Y unidos todos en fraternal connubio marchan imperturbable, serenos, hermosos en su grandeza de Prometeos, a los cuales no atará con sus cadenas de Rutina, el Dios infame, a las rocas malditas del prejuicio. No hay Caucazos para ellos, ni cadenas bastante fuertes para sus músculos de acero. No se detienen jamás y he ahí lo que asusta a los poderosos, ese continuo avanzar sin amenguar nunca el empuje; presienten la derrota de sus leyes, la bancarrota de sus convencionalismos, el derrumbe de esta sociedad y arremeten contra ellos y se estrellan rugiendo de impotencia, contra el tétrico muro de sus decisiones. ¡No os esforcéis, pobres ratones, porque el león es más fuerte, es valiente y está suelto!
Armonía del alma, haz de razonamientos saludables, notas armoniosas de una lira gigantesca, es su prosa de admonición y de combate que van esparciendo por todo el mundo que despierta. ¡Ah! Su verbo que va reviviendo esperanzas, sublevando almas, enardeciendo corazones de hombres grandes, que se unen a la grandiosa falange que escribirá con letras de incendio en el crepúsculo de esta sociedad la palabra ¡Pasado!; encima de sus cabezas batalleras con letras rojas como sus pendones dice, ¡Presente!; y en el primer rayo de luz del primer estallido de la aurora dice ¡Futuro! Cada vez más cerca, un nuevo empuje, la última jornada y ya habrán llegado, jóvenes, siempre sonriendo a pesar de lo escabroso del camino, cuyas únicas f lores eran cardos y abrojos, pero que segadas con sangre de ensueño se convirtieron en rosas, auguradoras de un goce profundo y dulce después del triunfo, ¡Las rosas del amor! Van muy cerca. Se les pretende detener, ¡vana tarea, levantan con gesto fiero la leonina cabeza y hablan: ¿detenernos? jamás! ¿Volver atrás? ¡Imposible! No se detiene la evolución. No se le pone trabas al viento y nosotros somos huracán que matando dará vida. Las espaldas al pasado, siempre de frente, mirando al oriente, por sí se cae con la cara al sol que surge, siguen en marcha hacia la cumbre donde mora la justicia y brilla el chispazo que andando el tiempo será la revolución. Y la falange de los soñadores, el enorme ejército de los ilusos, la gloriosa legión entre la cual brilla algunas veces el puñal de Caserío y el revólver de Bresci, avanza, avanza, ¡Adelante! Manuel Rojas Santiago de Chile
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Stig Dagerman
ació el 5 de octubre de 1923 en Álvkarleby, pequeño poblado de la región sueca. Desde los diecisiete años colaboró activamente en el movimiento anarcosindicalista, participando en la redacción del periódico “Arbetaren” (El Trabajador) con apenas veinte años, pasquín del que no se separaría hasta su temprana muerte. El período post-segunda guerra mundial es particularmente prolifero para la obra de Stig, quién seguidamente va publicando novelas, cuentos y algunas obras de teatro. De su obra es muy poco lo que se ha editado al español: La Serpiente, El Condenado a Muerte, Nuestra necesidad de consuelo es insaciable y El Hombre Desconocido. De esta última recogemos la modesta selección que compartimos. Dagerman acabó con su vida el 4 de noviembre de 1954. Nosotros lo recordamos.
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1923-1954
Matar a un niño Stig Dagerman
Es un día suave y el sol está oblicuo sobre la llanura. Pronto sonarán las campanas, porque es domingo. Entre dos campos de centeno, dos jóvenes han hallado una senda por la que nunca fueron antes, y en los tres pueblos de la planicie resplandecen los vidrios de las ventanas. Algunos hombres se afeitan frente a los espejos en las mesas de las cocinas, las mujeres cortan pan para el café, canturreando, y los niños están sentados en el suelo y abrochan sus blusas. Es la mañana feliz de un día desgraciado, porque este día un niño será muerto, en el tercer pueblo, por un hombre feliz. Todavía el niño está sentado en el suelo y abrocha su camisa, y el hombre que se afeita dice que hoy harán un paseo en bote por el riachuelo, y la mujer canturrea y coloca el pan, recién cortado, en un plato azul. Ninguna sombra atraviesa la cocina, y, sin embargo, el hombre que matará al niño está al lado de la bomba de bencina roja, en el primer pueblo. Es un hombre feliz que mira en una cámara, y en el cristal ve un pequeño carro azul, y a su lado a una muchacha que ríe. Mientras la muchacha ríe y el hombre toma la hermosa fotografía, el vendedor de bencina ajusta la tapa del tanque y asegura que tendrán un bonito día. La muchacha se sienta en el carro, y el hombre que matará al niño saca su billetera del bolsillo y comenta que viajarán hasta el mar, y en el mar pedirán prestado un bote y remarán lejos, muy lejos. A través de los vidrios bajados, oye la muchacha, en el asiento delantero, lo que él habla; ella cierra los ojos, ve el mar y al hombre junto a sí en el bote. No es ningún hombre malo, es alegre y feliz, y antes de entrar en el carro se detiene un instante frente al radiador que centellea al sol, y se goza del brillo y del olor de bencina y de ciruelo silvestre. No cae ninguna sombra sobre el carro, y el refulgente parachoques no tiene ninguna abolladura y no está rojo de sangre. Pero, al mismo tiempo que, en el primer pueblo, el hombre cierra la puerta izquierda del carro y tira el botón de arranque, en el tercer pueblo, la mujer abre su alacena, en la cocina, y no encuentra el azúcar. El niño, que ha abrochado su camisa y que ha amarrado los cordones de sus zapatos, está de rodillas en el sofá y contempla el riachuelo que serpentea entre los alisos y el negro bote que está medio varado sobre el pasto. El hombre que perderá a su hijo está recién afeitado y, en ese momento, pliega el soporte del espejo. En la mesa, las tazas de café, el pan, la crema y las moscas. Sólo el azúcar falta, y la madre ordena a su hijo que corra donde los Larsson y pida prestados algunos terrones. Y mientras el niño abre la puerta, le grita el padre que se dé prisa, porque el bote espera en la ribera. Remarán tan lejos como nunca antes remaron. Cuando el niño corre a través del jardín, en todo momento piensa en el riachuelo y en los peces que saltan, y nadie le susurra que sólo le quedan 8 minutos para vivir y que el bote permanecerá allí donde está todo el día y muchos otros días. No es lejos lo de los Larsson: únicamente cruzar el camino, y mientras el niño corre atravesándolo, el pequeño carro azul entra en el otro pueblo. Es un pueblo pequeño con pequeñas
casas rojas, con gente que acaba de despertar, que está en su cocina con las tazas de café levantadas y observan al carro venir por el otro lado del seto con grandes nubes de polvo detrás de sí. Va muy rápido, y el hombre en el carro ve cómo los álamos y los postes de telégrafo, recién alquitranados, pasan como sombras grises. Sopla verano por la ventanilla. Salen velozmente del pueblo. El carro se mantiene seguro en medio del camino. Están solos todavía. Es placentero viajar completamente solos por un liso y ancho camino, y a campo abierto es mucho mejor aún. El hombre es feliz y fuerte, y en el codo derecho siente el cuerpo de su futura mujer. No es ningún hombre malo. Tiene prisa por alcanzar el mar. No sería capaz de matar a una mosca, sin embargo, pronto matará a un niño. Mientras avanzan hacía el tercer pueblo, cierra la muchacha otra vez los ojos y juega que no los abrirá hasta que puedan ver el mar, y al compás de los muelles tumbos del carro, sueña en lo terso que estará. ¿Por qué la vida está construida con tanta crueldad, que un minuto antes de que un hombre feliz mate a un niño, todavía es feliz y un minuto antes de que una mujer grite de horror, puede cerrar los ojos y soñar en el ancho mar, y durante el último minuto de la vida de un niño pueden sus padres estar sentados en una cocina y esperar el azúcar y hablar sobre los dientes blancos de su hijo y sobre un paseo en bote, y el niño mismo puede cerrar una verja y empezar a atravesar un camino con algunos terrones en la mano derecha envueltos en papel blanco; y durante este último minuto no ver otra cosa que un largo y brillante riachuelo con grandes peces y un ancho bote con callados remos? Después, todo es demasiado tarde. Después, está un carro azul al sesgo en el camino, y una mujer que grita retira la mano de la boca, y la mano sangra. Después, un hombre abre la puerta de un coche y trata de mantenerse en pie, aunque tiene un abismo de terror dentro de sí. Después hay algunos terrones de azúcar blanca desparramados absurdamente entre la sangre y la arenilla, y un niño yace inmóvil boca abajo, con la cara duramente apretada contra el camino. Después, llegan dos lívidas personas que todavía no han podido beber su café, que salen corriendo desde la verja y ven en el camino un espectáculo que jamás olvidarán. Porque no es verdad que el tiempo cure todas las heridas. El tiempo no cura la herida de un niño muerto y cura muy mal el dolor de una madre que olvidó comprar azúcar y mandó a su hijo a través del camino para pedirla prestada; e igualmente, mal cura la congoja del hombre feliz, que lo mató… Porque el que ha matado a un niño, no va al mar. El que ha matado a un niño vuelve lentamente a casa en medio del silencio, y junto a sí lleva una mujer muda con la mano vendada; y en todos los pueblos por los que pasan ven que no hay ni una sola persona alegre. Todas las sombras son más oscuras, y cuando se separan todavía es en silencio; y el hombre que ha matado a un niño sabe que este silencio es su enemigo, y que va a tener que necesitar años de su vida para vencerlo, gritando que no fue su culpa. Pero sabe que esto es mentira, y en sus sueños de las noches deseará en cambio tener un solo minuto de su vida pasada para “hacer este solo minuto diferente”. Pero tan cruel es la vida para el que ha matado a un niño, que después todo es demasiado tarde.
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Mejor es aprender Stig Dagerman
Mejor es aprender a perdonar a tiempo a los otros primero a uno mismo despuĂŠs. Mejor es aprender a juzgar tarde pero si pero cuĂĄndo a los otros despuĂŠs a uno primero.
RESEÑAS_Libros & Cine Plantar Pobreza
El negocio forestal en Chile Dirección y producción: Periódico El Resumen. Ver Online: https://www.youtube.com/watch?v=A42dHCxuJ1w
“Plantar Pobreza” trata de explicar el origen y las consecuencias de la expansión de la industria forestal en la zona centro-sur del país, particularmente en la región del Biobío. En el registro se abordan los diferentes mecanismos implementados por el Estado para apoyar estratégicamente a esta industria, funcionando como una caja pagadora de bonificaciones a la plantación de monocultivos, a la construcción de carreteras, además de la elaboración de políticas que amparan y legalizan el inmenso desastre ambiental, económico y social devenido del negocio forestal.” Pero no sólo constata, sino que también propone, visibilizando iniciativas del uso sustentable de bosque y también de la recuperación y la rehabilitación territorial. Quienes llevan a cabo estos proyectos han mejorado sustancialmente sus condiciones de vida y por ello creemos que son un referente para nuestra comunidad, no sólo la rural, sino que también la urbana. Y esto es importante: la recuperación del bosque y su uso sustentable es una cuestión determinante en nuestra subsistencia. Nuestra propuesta parte de esta premisa.”
Cartas de la Revolución
Reportes de un obrero chileno en la Guerra Civil Española (1936 - 1939) Prólogo y selección de Víctor Muñoz Cortés. Mar y Tierra Ediciones, 2016.
Hace 80 años los ojos del mundo se posaron sobre España. Mujeres, hombres, ancianos y niños, entregaban todas sus fuerzas -en el campo y en la ciudad- luchando contra el fascismo y sembrando el mundo nuevo, en un proceso revolucionario que esperanzaba al orbe entero. La socialización de las fábricas, del transporte, de los hoteles y gran parte de la economía, así como la puesta en común de la tierra y el trabajo, o la abolición del dinero en algunas localidades, eran seguida de cerca por la prensa obrera desde el otro lado del charco: en la región chilena. Desde estos remotos parajes, los anarquistas –aglutinados mayormente en la Confederación General del Trabajo (cgt)- alentaban a sus pares ibéricos enviando aportes pecuniarios y llevando a cabo interesantes veladas solidarias, en las que destacaba la representación teatral. Sin duda, la mayor aventura de los libertarios chilenos, fue enviar un delegado de sus propias filas a cubrir la complejidad de la revolución social española; la guerra, las transformaciones, las luchas internas y la vida cotidiana. Esta responsabilidad recayó en el electricista Félix López, ferviente agitador con una vasta experiencia en el mundo libertario, a quién se le nombró corresponsal de los periódicos El Andamio, de los estucadores, y La Hora, del Frente Popular, desde donde informó al pueblo chileno los pormenores, las hazañas y retrocesos del pueblo español. “Cartas de la Revolución”, reúne sus escritos y los contextualiza, trabajo a cargo del compañero Víctor Muñoz, quien nos invita a escudriñar en esta historia con la intención de seguir soñando nuevos mundos. Viento Norte Antofagasta.
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Sin Fronteras / No Borders Serie Web Sur Negro Comunicaciones www.surnegro.tv
Sin Fronteras, La lucha social a través del mundo (“No Borders, The social struggles across the world”), es el nombre de una serie web que da a conocer experiencias de organización social y resistencia anticapitalista, con un foco especial en las prácticas antiautoritarias al interior de los movimientos sociales, en distintos territorios del mundo. La Primera Temporada de esta serie contó con la colaboración de los Locales de la Federación Anarquista Rosa Negra (EEUU), Anarchistisches Radio Berlin (Radio Anarquista de Berlin, Alemania, adherida a IFA / International of Anarchist Federation) y Casa Volnitza. Fue grabada durante el año 2015 en 12 ciudades de EEUU y esta compuesta de 11 Capítulos de 30 minutos cada uno, que contienen secciones con entrevistas a diferentes individualidades y organizaciones sociales y políticas que exponen sus prácticas y nos dan una referencia detallada sobre los contextos en el que se sitúan las luchas sociales en los distintos estados visitados. Además, cada capítulo contiene una sección musical protagonizada por artistas involucradas/os en las luchas de cada ciudad. Hacemos un llamado abierto a contribuir en Nuestra Campaña y a que nos contacten quienes quieran ayudar tanto al desarrollo de Sin Fronteras|No Borders como a los futuros proyectos comunicacionales de Sur Negro, especialmente: Traductores e intérpretes. Ilustradores, diseñadores, músicos, periodistas o cualquier persona con experiencia en comunicaciones o áreas del conocimiento relacionada. Quienes puedan crear campañas de difusión o estrategias comunicacionales para regiones específicas. Quienes deseen comentar nuestro trabajo y compartir sus impresiones sobre este proyecto. Contacto: contacto@surnegro.tv
Juan Segundo Montoya: La consecuencia
de un anarcosindicalista y naturista libertario en Chile Autor: Eduardo Godoy Sepúlveda. Editorial: Usach, 2014. 167 Págs.
Hay propagandistas que han dejado huella en la historia del anarquismo en la región chilena. Sin lugar a dudas, uno de ellos fue Juan Segundo Montoya (1899-1980), quien militó en la trinchera libertaria desde muy joven hasta el día de su muerte, participando en numerosas instancias organizativas del anarcosindicalismo, además de promover infatigablemente el naturismo y la vida sana, mediante la propaganda por el ejemplo, la organización de congresos y una vasta producción cultural, plasmada en folletos y artículos en la prensa ácrata. A través de la vida de Montoya, el compañero Eduardo Godoy reconstruye el escarpado camino del anarquismo en Chile, desde la agitada década del 20 a los años de la dictadura pinochetista. El libro se organiza en tres grandes capítulos; el primero de ellos, situado en el Golfo de Arauco, da cuenta de la infancia de Montoya en las minas del carbón, así como de sus primeras incursiones políticas en la IWW y la represión que sufrió a manos de la dictadura de Ibañez. El segundo apartado, aborda su intensa labor propagandista en la lluviosa localidad de Osorno, donde edita por primera vez el periódico Vida Nueva, además de animar junto a otros compañeros la sección local de la anarcosindicalista CGT, dando vida a múltiples dinámicas libertarias en la zona austral del país. Finalmente, el tercer capítulo nos muestra a Montoya en la ciudad de Talca, como delegado de la CUT y miembro del Movimiento Libertario 7 de Julio, publicando nuevamente Vida Nueva y dedicando sus últimos años a la gestación de Congresos Naturistas, en los que aprovechaba de hacer propaganda libertaria. Godoy cierra éste estudio con la reproducción del folleto ¡Defendamos las tierras de la región Austral!, valioso documento publicado en 1938, en el que Juan Segundo Montoya, con el seudónimo de Arauco Indomable, trata la cuestión del sindicalismo libertario y la organización del campesinado bajo estos principios, senderos aún por explorar en la historia y las prácticas del anarquismo chileno. Por Viento Norte
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Las cuatro vidas de Aniceto
Los ojos de América
Serie documental, 4 capítulos de 28 minutos. Realización: Patricio Muñoz G. Producción Ejecutiva: Dereojo Comunicaciones. Producción General: Paulina Ferretti. Idea y Original: Christian Morales.
Dirección y producción: Daiana Rosenfeld y Corcho Garisto. Dirección de Sonido: Gaspar Scheuer. Música: Martín Rodríguez. Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=Yboz-sqhnuA Facebook/losojosdeamerica LOAdocumenta
Serie documental de 4 capítulos sobre una de las más trascendentales tetralogías de la historia de la literatura chilena: “Hijo de Ladrón” (1951), “Mejor que el vino” (1958), “Sombras contra el muro” (1958) y “La oscura vida radiante” (1971). Plantea una revisión y análisis sobre parte de la obra de Manuel Rojas -Premio Nacional de Literatura 1957- tomando la voz de Aniceto Hevia, quien protagoniza estos cuatro libros experimentando diversas maduraciones en un tránsito vital. El proyecto se enmarca en la conmemoración de los 100 años desde la llegada del escritor nacido en Argentina a Chile, quien arriba el 29 de abril de 1912, tras caminar cuatro días a pie desde Mendoza, a los 16 años. Su edad coincide con el momento en que Aniceto sale de la cárcel en el puerto de Valparaíso, fragmento inicial de “Hijo de Ladrón”. Desde aquí surge el valor autobiográfico de su obra, estableciéndose los vasos comunicantes entre el autor y su protagonista.
Cuando América Scarfó conoció a Severino de Giovanni, ella tenía 14 años y él 27. En una de las varias (y bellísimas) cartas que escribió, América advirtió que esa diferencia inquietaba a varios pero no a ella, cultora del “amor libre”. La pasión que definió el vínculo entre ambos nos resulta útil para comprender la pasión de Giovanni en la defensa del anarquismo, en el seno de una Argentina convulsionada; país en donde se gestó el golpe del ’30. Marco que determinó su ejecución y la del hermano de su mujer. Los ojos de América cumple no sólo con la capacidad de poner en imagen un hecho íntimo con resonancias históricas, sino que además lo hace de forma didáctica y no por eso reduccionista. Es un verdadero patchwork de ideas, en donde los elementos sonoros cumplen un rol central. La concisión del trabajo (casi una hora de duración) no atenta con la dosificación de la información; la amorosa colaborando con la histórica, y viceversa. Con una composición de cuadro muy elaborada, los realizadores aportan material de archivo (fotografías, noticias de la época, cartas) sobre los que se suceden pequeñas secuencias actuadas (más bien, escenificaciones de breves actos) para potenciar el material oral. La voz de Scarfó (quien falleció en el 2006) nos guía en la tarea de comprender su vínculo y la anarquía. Y tan comprometidas estaban una esfera con la otra, que hasta debió apelar a un falso casamiento para salir de su casa como una “señora” y no terminar sus días en un convento. Igualmente revelador es el testimonio del historiador Osvaldo Bayer, quien conoció a la pareja protagónica y publicó la correspondencia de Scarfó.
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Por Flor Acracia, Desde Iquique.
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or la tecnología culiá de enchufar todo para vivir por la nece(si)dad de trabajar la casa está patas parriba no hay quién le ponga orden después de la manifiesta vuelta del caos desde su silencio en forma de terremotos y no tuvimos sólo uno sino tres en casi un mes y dos en casi un día veinticuatro horas de ansiedad y miedo desacumulándose como baratas saliendo de un desagüe o como las hormigas que hago correr mientras lavo la loza sucia desde hace dos semanas pobres hormiguitas les regalo un tsunami a falta del que todas esperábamos nos tragara en parte por estos días semanas meses ya no sabemos ni de fechas pero sí de horarios por eso de que hay que seguir levantándose temprano para cumplir con la patronal que parece indiferente a las tragedias cotidianas y a las grandotas esas que salen en la tele y que activaron el estado constitucional de emergencia y que por tanto nos tienen invadidos de milicos como para que nos calmemos a punta de sobrevuelos de helicópteros rasantes y sendas jaurías de uniformados rasos en las esquinas y en los supermercados y en farmacias pero extrañamente no en las botillerías que siguen abriendo como si tal y cual fabricando ebrios de remate pero menos sulfurosos aunque sí más angustiados por las tantísimas réplicas que nos remecen del sueño de vivir que tozudamente forzamos ante el despertar ingenuo ante la muerte tan siniestra como cierta que nos está azotando por estos días y estas noches tan repletas de locuras de las que antes prescindíamos porque para qué estamos con cosas si ya teníamos esquizofrenias propias por las cuales escabullirnos de la responsabilidad de ser responsables con el mundo la sociedad y la cacha de la espada.
Por la nece(si)dad intrínseca de enchufar conectar asimilar la vida ahora nos rescata una tetera silente que yacía escondida como en la clandestinidad del futuro cual superviviente ante la tecnología horrorosa por lo limitante que nos limita y absorbe el ingenio en su comodidad confortante y tonta tontos digo tantos pisamos el palito y hoy lo vemos ahora que no está o está quebrado porque tembló como hace unos ciento treintaisiete años no lo hacía aunque sin las lenguas ultrajadoras de la maruja apropiándose del suelo y sus cosas muertas encima y que si bien cosas tan cosas tanta falta nos hacen porque pareciera que sin ellas no somos más que baratas arrancando del chorro de ducha saliendo por el desagüe de la tina o como hormiguitas que arrancan raja sin alarma de tsunami que les advirtiera que iba a llegar yo a lavar la loza acumulada desde hace tanto mucho que no es tanto porque los helicópteros nos siguen sobrevolando y las jaurías de uniformados siguen dibujadas como por trazos funestos en nuestra ciudad tan cívica que parecía y ahora no es más que un hervidero de dudas que conllevan a sendas barricadas de las vecinas que están más que chatas ante la inutilidad de la autoridad por hacerse respetar dándonos de comer cuando más nos faltan platos y tal vez por eso mismo es que yo no me decidí a otra cosa que a lavar la loza ya. Y las ruinas seguirán siendo ruinas lo más seguro cuando vuelva a repetirse el plato el caos silente vuelto barullo otra vez y vuelta a apretar al cerro olvidándonos un rato del trabajo mal pagado o bien pegado y casi más libres así corriendo como bichitos tan animalitos sin milicos custodiándonos ese arranque desaforado de vida bullendo como la tetera que ahora gime de a poquito a tanto mucho enrostrándonos dicho sea de paso la tontera de habernos creído despiertas vivas y controladas cuando en verdad pendemos a dudas penas duras de un palito sobre el abismo natural.
Lea y difunda la Prensa Antiautoritaria
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Eulogio Larraín Ríos
y el teatro anarquista en Chile Por Víctor Muñoz Cortés Temuco, Primavera 2014.
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l teatro obrero de filiación anarquista vivió su época dorada en Chile en las décadas del treinta y cuarenta del siglo XX. Uno de sus animadores más multifacéticos fue Eulogio Larraín Ríos. Este profesor normalista desplegó una intensa labor cultural que a pesar de su incuestionable importancia, quedó relegada en el olvido. Por ello hoy rescatamos algunos aspectos de su interesante vida.Nació en Antofagasta en 1909. Estudió en el Liceo e Instituto Comercial de su ciudad natal y luego en la Escuela Normal de Copiapó titulándose de Profesor Normalista en 1926 con la memoria: “Formación de hábitos e ideales por medio de la lecturas”. Se desempeñó como maestro en Antofagasta (1926), Potrerillos y Chuquicamata (1927), Tocopilla (1928), Iquique (1933), Calama (1935). A partir de 1937 fue secretario de la Comisión Chilena de Cooperación Intelectual dependiente de la Universidad de Chile y desde 1939 se desempeñó como Profesor especial de Teatro en la Escuela de Adultos N° 5. Trabó duradera amistad con el escritor libertario José Santos González Vera. Desde 1953 se desempeñó como Jefe de la Misión Ambulante de la Cultura Popular de Quinta Normal. En Iquique, y desde 1932, participó en el Cuadro Dramático José Domingo Gómez Rojas que coordinaban los anarquistas desde 1921. Estrenó sus obras en el Ateneo de la ciudad. Allí actuaría también el posteriormente conocido escritor Luis González Zenteno. A mediados de los años treinta se encuentra en Santiago. Conforme va creando vínculos, adopta el seudónimo de León Gris y dirige la Compañía de Teatro Social Camilo Berneri (1938-1940). Grupo anarquista que también contaba con una biblioteca popular.
Pág Anterior Izquierda: “El profesor Eulogio Larraín Ríos dirige el Ateneo “Lo Franco”. Es un entusiasta propulsor de estas actividades, especialmente de Cuadros Artísticos del Teatro del Pueblo.” Pág Anterior Derecha: Grupo Artístico de Trabajadores “Lo Franco”. Izquierda: “Miembros del Conjunto Artístico de Trabajadores “Lo Franco”, que en compañia del “Centro de Estudios Camilo Berneri” organizó una velada recordatoria a Gómez Rojas, el domingo pasado” Abajo: Eulogio Larraín Ríos en sala de clases.
Otras iniciativas suyas fueron las escuelas de teatro, literatura y cultura en Lo Franco, barrio popular de la capital (1940-1941). Coherente a sus ideas políticas, Larraín proponía el desarrollo de un teatro de aficionados gestionado por obreros y obreras y ajeno a la órbita de la cultura oficial y comercial. En 1941 señaló: “Creo que el Teatro del Pueblo necesita ayuda del pueblo. No creo en la eficacia de la ayuda oficial para el interés espiritual del Teatro del Pueblo”. Escribió “Paso” (poemas sociales), “Desequilibrados” (novela), “La rebelión de los padres”. Entre las obras dramáticas que redactó y dirigió se encuentran: España en sangre, antorcha del Porvenir, No pasarán, Alma Rebelde, El Soplón, Visionarios, Hijos del Amor, Forjando Cóndores, Ránquil, Pampa, Zapata. Por varias décadas trabajó especialmente en la educación de adultos y en diversas organizaciones. De hecho, en 1964 era el presidente de la Asociación Nacional de Profesores de Escuelas de Adultos de Chile. Rescatar sus numerosas obras sería un aporte interesantísimo a la historia social y cultural chilena. Dejamos hecha la invitación.
NOTAS - Darío de la Fuente, “Eulogio Larraín”, La Cruz del Sur, Ancud, 26-VII-1979. - “León Gris y su España en sangre”, La Voz del Gráfico, Santiago, segunda quincena febrero 1938. - “La compañía Camilo Berneri marcha fecha en el teatro obrero”, Vea, Santiago, 2 octubre 1940. - “El Centro Camilo Berneri, Dínamo de la cultura obrera”, Vea, Santiago, 29 mayo 1941. - “El teatro no debe ser una profesión para el obrero”, Vea, Santiago, 12 noviembre 1941 - Pedro Bravo-Elizondo, “El Ateneo Obrero de Iquique y su labor cultural”, Camanchaca, primavera 1989. - Víctor Muñoz Cortés, “Luz y Armonía. Una historia del teatro anarquista en Chile”, en Sin Dios ni patrones. Historia, diversidad y conflictos del anarquismo en la región chilena. 18901990, Mar y Tierra Ediciones, Valparaíso, 2013.
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Relato basado en la Cultura Moche Por Marlet Ríos - Desde la región peruana
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l fugitivo no se detuvo hasta estar seguro de que nadie lo perseguía. Su resuello, antes que su veloz carrera, espantaba a las iguanas y los chilalos 1 recién despiertos. La campiña lentamente se desperezaba. Atrás quedó el centro ceremonial hecho de adobe, así como la tensa espera, la noche en zozobra. Los otros cuatro cautivos, a esta hora, ya serían alimento para los zopilotes 2 . La pirámide trunca, bajo el amparo de la deidad luminiscente, se podía divisar a la legua. Los prisioneros permanecen en la habitación frente al altar de los grandes sacrificios. Murales de pulpos con cabeza de serpiente y cangrejos terroríficos hacían más siniestro el cautiverio. El cactus sagrado y la incardinada sincronía del ritual elevarían a la sacerdotisa hacia el mar de arriba. Los dioses estelares harían su aparición finalmente, tal como estaba vaticinado en el rito inmemorial. El reino recuperaría su antiguo esplendor, deslucido por años de mala siembra e inundaciones. La mañana anterior al ataque los ancianos de la aldea se habían reunido para discutir sobre las técnicas de cultivo. Las mujeres se dedicaban a sus labores de tejido textil. Los niños correteaban libremente cerca del bosque de algarrobos. De vez en cuando, un jañape 3 se les atravesaba en sus carreras. Ella había llegado, junto con sus abuelos, procedente del poblado contiguo, de hábiles artesanos, a intercambiar productos hechos de paja y carrizo.
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Tuve suerte de encontrarla en el cobertizo, al lado del corral colectivo de codornices y patos, donde se hacía el trueque. Yo había desobedecido a mi madre, que me había ordenado traer agua de la acequia y recolectar guayabas. Cuando sus abuelos hacían la transacción con un aldeano, ella se acercó a mí pausadamente. Extrajo rápidamente de su pequeño morral una pulsera tejida a mano y me la extendió. Sus ojos se iluminaron como dos estrellas fugaces. Luego, regresó al lado de sus abuelos. Yo retorné a cumplir el encargo de mi madre. Encerrado con los otros, pensaba que jamás la volvería a ver tal como la recordaba. Transcurrieron varios minutos y, al final, solo quedé yo con otro muchacho casi de mi edad. Presionaba con ansiedad la pulsera de color fucsia que ella me había obsequiado. Recordé súbitamente que de su bolsa se había asomado la cabeza de un diminuto pacazo 4 . ¿Cuál de los dos sería el primero en ser conducido al ara? Decidí que no iba a estar dispuesto a seguir extendiendo la lenta agonía. Al otro muchacho parecía no importarle. Estaba absorto en sus cavilaciones. Cuando entró el celador, me incorporé automáticamente y le indiqué enfáticamente con la cabeza que me sacara.
Al dejar la habitación, me sentí aliviado y alcé distraídamente la vista hacia Orión, al punto más luminoso. De esa dirección, surgió una luz intermitente, la cual no correspondía a ninguna de las habituales inquilinas. Nadie más se había percatado de ello. La luz se aproximaba inquietantemente y en el templo empezaba a encaramarse una vívida agitación. La sacerdotisa empezó a invocar al dios de la montaña. Ya nadie me prestaba atención y la luz ahora se había convertido en un objeto tornasolado, con luces parpadeantes, como una balsa de totora fosforescente. Fue cuando avizoré que no iba a ser inmolado. Tenía primero que escabullirme del celador, bajar la rampa y atravesar rápidamente el patio central hasta llegar a la entrada. Ya pensaría lo que haría con el guardián del templo. El ambiente estaba conturbado por completo y yo miraba mis pies descalzos. Se escuchó un zumbido, que se fue haciendo cada vez más intenso, seguido de un gran estruendo. El resplandor ocurrió casi simultáneamente y el desconcierto reinó. El celador, aterrorizado, se había ovillado. Los guerreros que cuidaban a la sacerdotisa se habían retraído, desencajados.
Glosario “La Constelación” 1. Ave de los bosques ecuatoriales. 2. Buitre. 3. Lagartija pequeña de color plomizo. 4. Reptil totalmente verdoso, parecido a la iguana.
Fue el momento oportuno para huir. Cuando escapaba, me vinieron a la memoria los largos paseos por la playa, cuya arena mojada acariciaba mis pies descalzos. Mi abuelo me solía llevar desde los cuatro años para corregir la anomalía en mis pies. Cuando atravesé precipitadamente el portal sin resguardo, me vino a la mente su rostro sonriente. Era el mismo que tenía en mi sueño de hace dos noches. El viejo estaba en la playa y acababa de pescar un pez raya. Lucía radiante y me decía “encontrarás el camino”. Luego, me señalaba el mar de arriba con dirección a Orión. Yo iba a preservar a toda costa la tradición de mi pueblo. La copa del ritual no sería llenada esta vez y con los sobrevivientes del feroz ataque trazaríamos una nueva historia, muy lejos del bosque de algarrobos.
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Anarkos Para la música del Vendedor de Pájaros. Soi el nuevo trovador del misérrimo país donde llora el labrador inclinada la cerviz; soi ANARKOS Vengador, de la Plebe el Paladín, que congrego mis lejiones al vibrar de mi clarín. ¡Entonad juventud, entonad la canción jerminal! Soi pendón libertador del esclavo secular, soi profeta precursor de los tiempos que vendrán; soi el jenio destructor del festín del capital, i del triunfo de los callos soi el rejio pedestal. ¡Entonad juventud, entonad la canción jerminal!
Francisco Pezoa Astudillo
La Agitación N° 01, Estación Dolores, noviembre de 1904.
Vergeles del Poeta Obrero
“Canto a la pampa, La tierra triste / réproba tierra de maldición / que de verdores jamás se viste / ni en lo más bello de la estación…”.
S
on los versos más conocidos de Francisco Pezoa, de quién se desconoce bastante. Fue obrero cigarrero, de formación autodidacta y filiación anarquista, que destacó como poeta popular y conferencista. Llegó a manejar una gran cantidad de conocimientos e idiomas, sin haber pisado jamás universidad más que la vida misma. Su obra se encuentra en periódicos obreros como La Agitación (Estación Dolores), La Protesta, Tierra y Libertad (ambos de Santiago) y El Trabajo (Coquimbo), entre otros. También editó un Cancionero Revolucionario del que hoy no existe registro alguno. La presente selección de poemas corresponde a un adelanto del libro biográfico que prepara el compañero Ignotus en torno a la vida y obra de Francisco Pezoa Astudillo (1885-1944). Vaya a su memoria este pequeño vergel….
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Superhombres Este epíteto súper arrogante Desfachadamente se lo cuelgan Para aturdir a las sencillas gentes Algunos charlatanes de mi tierra, Que hablan en prosa y verso a troche y moche, Haciendo un logogrifo de la lengua Y proponiendo enigmas a lo Nitzche Deschavetado autor que formó escuela. Por lo demás en todo se parecen Al mismísimo nieto de mi abuela, Pues, pese a la gentil superhombría De que tan orgullosos se demuestran, Roncan como matracas, sudan fétido, Eructan por las vías más secretas, Y hasta suelen coger de cuando en cuando Cólicos, reumas, piojos y viruelas. Como pasan la vida al abartola -¡que el trabajador un rabio fuera mengua!muchas veces la pícara fortuna les ha puesto la panza en cuarentena; y entonces van al pueblo, donde saben hallarán gloria fácil y merienda, porque tienen talento que les sobra para esquilmar y conducir la recua.... Y sucede que el pueblo ignorantazo, Pero ladino más que las culebras, Como no pagan títeres sin banda Ni nuevos jorobados entereza, Al pillarles la oreja de pollino Bajo la piel de león mal encubierta, Les da con una hojota por el rabo Y los pone a la luna de Valencia. Los súper entonces se enfurfuñan Y pregonan que el pueblo es una babieca Que no admiró lo noble de su estirpe Ni lo descomunal de su sapiencia; Y dándole una vuelta a la casaca; Se dan a discurrir alguna treta Para sacar la tripa de mal año Y mitigar la luna sempiterna. Por eso, cuando veo a estos petates Que a la ignorante multitud desdeñan, Y que a pesar de sus hunillos doctos En realidad no tiene otra ciencia Que la de masticar a dos carrillos Como cumple a tal supertragaderas, Yo me digo: estos graves superhombres Son otros tantos supersinvergüenzas”
Canción Revolucionaria Con música de la canción popular “Guarda esta f lor” cantada a la guitarra en la velada en beneficio de La Protesta. Esta canción es la canción sonora que se levanta del país maldito, esta canción es el doliente grito de los esclavos de la explotación; escuche mi canción todo el que lleve dentro del pecho la rebelde fibra, que en mi canción atronadora vibra, una esperanza y una maldición. Yo quiero ver la mina solitaria, Desierto el prado y el taller desierto, Yo quiero ver como un planeta muerto Toda la tierra donde impera el mal, Yo quiero contemplar el gran combate De los ladrones y de los hambrientos, Yo quiero ver los épicos momentos De la gloriosa huelga general. Yo quiero ver desiertos los cuarteles, Todos los templos ver abandonados, Yo quiero ver sus muros derribados Y sus escombros rápido arder; Yo quiero contemplar el gran incendio, El fin funesto de esta edad malvada, Yo quiero ver después purificada Toda la tierra como un gran vergel. Esta canción es la canción sonora, La de iracundos y soberbios tonos Esta canción derribará los tronos Y baluartes de la explotación; Llevad esta canción por todo el mundo, Querido hermano, bella hermana mía; ¡dulce canción, canción de la Anarquía nunca se apague tu vibrante son!. La Protesta N° 08 Primera quincena de octubre de 1908.
La Protesta N° 10, diciembre de 1908.
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Reseñas_Proyectos, Editoriales & publicaciones
Pampa Negra
Grupo de Estudios Anarquista de Antofagasta
Esta iniciativa surge en enero del 2014 con el propósito de generar espacios de ref lexión y debate desde una perspectiva antiautoritaria en la bahía de Antofagasta. Sus principales líneas de estudio corresponden al anarquismo y el movimiento obrero del Norte Grande, poniendo énfasis en sus prácticas culturales, asociativas y estratégicas durante el siglo XIX y XX. En este sentido, recoge el legado de los espacios, periódicos y agitadores, que le antecedieron en este territorio, como un aporte a las actuales luchas contra el capitalismo y el estado, entendiendo la memoria histórica como una herramienta política que escudriña el pasado con miras en el presente y el porvenir. Para esta labor considera necesaria la multiplicidad de conocimientos, nutriéndose de diversas vertientes y alejándose de las anquilosadas lógicas académicas. El proyecto se estrenó en febrero del 2014 con la “1era Jornada por la Memoria Histórica”, actividad enmarcada en los 108 años de la Matanza de la Plaza Colón, en la que se presentó el primer boletín del grupo. El encuentro también contó con el lanzamiento del libro “Sin Dios Ni Patrones…” a cargo de su autor Víctor Muñoz. En verano del 2015, el Grupo Pampa Negra presentó en formato revista su nueva entrega, la que recoge una mayor cantidad de ensayos, literatura, reseñas y documentos inéditos. Actualmente prepara su tercera edición. ¡La memoria sigue viva y es un arma! Los números de la revista están en el blog: pampanegra.blogspot.com. Para mayor información: boletinpampanegra@gmail.com FB: Grupo Pampa Negra.
La Brecha
Revista Anarquista de Estudios Históricos y Geográficos Con dos números publicados, La Brecha es una instancia de debate histórico y geográfico del anarquismo que busca aportar a las prácticas antiautoritarias actuales. Para esto no fomenta el saber académico enclaustrado en una “elite intelectual”, sino más bien la construcción de una Historia y Geografía viva, expandiendo las luchas contra el Estado y el Capital. Por lo tanto, La Brecha nace desde quienes pretendan aportar a esta instancia combativa, independiente de la posesión o no de un grado académico, destacando sus ganas de formar parte de un proyecto de investigación comprometido con prácticas libres y antiautoritarias. De esta forma, quien quiera participar puede hacerlo desde la construcción personal y social de la Historia y Geografía, aportando con sus escritos, los cuales pueden ser enviados como agrupación, a título personal o bajo seudónimo. Para conocer más sobre el proyecto y como enviar tus colaboraciones escríbenos a: revistalabrecha@riseup.net Blog: revistalabrecha.wordpress.com
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Revista Mingako
Palimpsestos
“Un mingaco es un llamamiento, una solicitud de cooperación directa y sin intermediarios, y también es una fiesta, un encuentro de voluntades y afectos”. Publicación orientada a la defensa del territorio y la difusión de las ideas antiautoritarias. Elaborada colectivamente por distintos grupos e individualidades “entre el Mar y los Andes”, en sus páginas se informa sobre los conf lictos ecoterritoriales que sostienen las comunidades contra los intereses capitalistas, desarrollando una crítica al extractivismo, modelo que saquea los recursos naturales y nuestras vidas, promoviendo a su vez conocimientos prácticos para nuestra emancipación colectiva en una variada gama de intereses: alimentación, sexualidad, ecología social, entre otros. Mingako debutó la primavera del 2015 con un dossier centrado en las nocividades del extractivismo y más tarde publicó una entrega dedicada a los conf lictos hídricos (verano 2016). Actualmente el grupo editor prepara su tercera edición, cuyo eje central son las territorialidades, pues desde su posicionamiento la tierra y la libertad son indisolubles, ya que es imposible detener la destrucción de la tierra sin destruir la sociedad autoritaria que la provoca. Invitamos a seguir leyendo Mingako y a colaborar con su sostenimiento. ¡Por la Tierra y la Libertad!
Revista de Arqueología y Antropología Anarquista es una publicación digital independiente, de periodicidad semestral, orientada a la socialización de trabajos de investigación, estudios de casos, ref lexiones teóricas, aportes metodológicos y experiencias prácticas desde una perspectiva anarquista amplia; que acepta contribuciones vinculadas a la arqueología, antropología, bioantropología y gestión de referentes culturales. Como propuesta libertaria, esta revista intenta borrar fronteras y distancias, esperando contribuciones de autores de todos los rincones del globo. Por cuestiones técnicas y limitaciones idiomáticas, se sugiere que los trabajos estén redactados en inglés, portugués o español. Serán publicados en idioma original y sus correspondientes traducciones al último mencionado. Aquellos textos escritos en cualquier otro idioma, podrán ser incluidos si el/la autor/a se encuentra en posibilidades de aportar la traducción correspondiente. La convocatoria es permanente, los trabajos pueden enviarse durante todo el año. Sin embargo, periódicamente los/las editores decidirán una fecha de cierre para la selección de cada número. Los trabajos recibidos a partir de la misma quedan automáticamente en consideración para el número siguiente.
www.revistamingako.wordpress.com
www.palimpsestoanarqui.wixsite.com/palimpsestos
Por la Tierra y la Libertad
Revista de Arqueología y Antropología Anarquista
Lea y difunda la Prensa Antiautoritaria
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Nunca llorarás por mí Nunca llorarás por mí Ni por nadie Serás inmune a mis gritos ensordecedores Mis lamentos quejumbrosos te serán insonoros Mis lágrimas disecadas polvo serán y Se las llevará el viento directo a tus ojos Como arena mas no llorarás Mi corazón filtrando sangre ahogará A toda la humanidad excepto a ti Mis manos mutiladas tampoco te conmoverán Ni mis mechones de pelo arrancados Ni mis ojos enceguecidos de tanto llorar penas Nunca llorarás por mí Ni por nadie. Ninguno desde ninguna parte.
Apocalipsis mental
Breve descripción histórica de la escenografía Esta es la ciudad-violencia es la guerra interminable entre el indio peñi y el conquistador caballos ensartados en f lechas mujeres morenas violadas. Esta es ciudad-guerra es la violencia interminable masacres al aire libre que duran 300 años y dicen que un poco más Esta es ciudad-mestiza la constante latinoamericana todos fornican con todos entre guerra y guerra entre tregua y tregua todos terminan fornicando. Esta es ciudad-diluvio aguacero vomito y caudal las casas callampas anegadas y el barrio alto jamás jamás. Raúl Millán Una pequeña obra pencopolitana
Bienvenidos a la inevitable era de las guerras cataclísmicas del frenesís magnético que irrumpirá en nuestras miserables vidas. Hemos nacido para alcanzar la muerte con mano trémula pero el poder nos arrebata las migajas con total impunidad. La nación nodriza nos amordaza con semblante encubierto nos ofrece verosimilitudes digeridas por ignorancia nos envuelve con su inconmensurable utopía estrellada. Holocaustos de legiones proletarias bañadas con la furia del racismo son hecatombes sigilosas del modernismo pérfido y caótico. El viento surge furioso y madre naturaleza guarda silencio: hombres desde un descomunal rascacielos juegan a ser dioses. Y los pueblos diezmados por ser necesariamente innecesarios continúan con regímenes beligerantes y hablan a sovoz: pues el gatillo deambula por las calles dispuesto a soltar bullicio. Y las barbas canosas de corazones rojos como la nieve cubierta de sangre cambiaron sus hoces y martillos por campos de golf y albercas privadas. Norteamérica es el Olimpo, África llora, Europa sonríe, Asia se ruboriza y Latinoamérica cuelga desesperada cual racimo de agracejos quiere surgir, pero cae, cae, cae, se aferra, la gravedad no da tregua lo belísono se olvidará, culparán a nuestra madre verde que se ahoga hijos de la puta, la sociedad estulta cegada por rayos televisivos disparados por la ionosfera, espejo maldito de muerte el mundo es de los hombres y con ellos la tierra caerá, infinitamente caerá. Helvert Barrabás
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ZONA LITERARIA_Cuentos & Poesía Girasoles en las sombras
Paraíso Cercano II
“Esta carne terminará por podrirse algún día los besos se borrarán de los labios que he tocado mi nombre caerá junto a los demás en el pasado las palabras y sus pausas se hundirán en un abismo de olvido los anhelos de hoy carecerán de importancia mañana Esta carne al fin se cansará se irá encogiendo en un bostezo hasta perderse en una arruga de tierra y silencio”.
En la ciudad del cielo tronador hay mar, una mar con amnesia, y su porción correspondiente de cielo ruge como nunca cuando al invocarse una nueva jornada laboral más; es el millón de industrias que tosen desde temprano y le van escribiendo encima un nombre: Talcahuano, ya no posees tierra (tu misma descendencia la está rifando), entonces, ya no eres laf kenche, ya no eres temporal, ya no eres riscos en donde anidan las gaviotas, sino, un par de acordes perdidos delante del viento sur transoceánico, ese que trae olor a harina de pescado cuando visita la costa.
Mario Muñoz E. Enero, 1988 Antología de Poesía de presos políticos
Esteban Gaete Talcahuano
Toma la palabra el ermitaño Soy el quinto guardián interestelar, custodio de galaxias remotas y oráculo en medio del desierto más árido de vuestro planeta. Acuden a mí los seres más inverosímiles, y sus rostros inertes los lleno de estrellas, danzantes y caóticas. Todo esto nos decía mientras perplejos nos mirábamos, sin atinar siquiera a hablarnos, esa noche en que viajamos bajo los cabellos de Berenice con las pupilas encendidas rajando el camino. Viento Norte Antofagasta
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XilografĂa de Anteo
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FOTOGRAFÍA_
Los Paraguas, mitin de la CNT. Barcelona, 1937.
Kati Horna (1912 - 2000)
Untitled. De la Serie “Hitler” París, 1937.
Nace el 19 de mayo de 1912 en Budapest, Hungría. Desde temprana edad adhiere al antifascismo y recorre fotografiando la Europa de entre guerras. Más tarde, en España, registra los frentes de batalla y la cotidianidad tras la Guerra Civil (1926-1939). Durante este periodo colabora en publicaciones ácratas como: Umbral, Nosotros y Mujeres Libres. Finalmente se exilia en México, donde tras una larga trayectoria como profesora y reportera del surrealismo, dejó de existir en octubre del año 2000.
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Visión Antiautoritaria
de la literatura en Chile Por Alfonso “Poncho” Sánchez
Primera parte
Primera entrega de un extenso ensayo que continuaremos publicando en los próximos números de nuestra revista. Dejamos a continuación las que serán las letras introductorias de este trabajo. ¿Por qué hablar desde una visión antiautoritaria de la literatura? Ni la literatura ni la historia son propiedad de una ideología en particular. El ser humano, por el hecho de ser la evolución más avanzada de un tipo de animal específico, vive en una constante disyuntiva: el poder sobre otros humanos y sus vidas. La visión antiautoritaria, en permanente construcción de su metodología, lucha cotidianamente contra los excesos obligatorios de la maquinaria productora de “propiedad privada”: El sistema social en el cual reposa “la sociedad del espectáculo” ha derivado en la mediatización de lo burdo, de lo patético, de lo represivo. El mensaje que la clase alta dirige a la clase media por los Medios de Comunicación Masivos (mcm) permite que los opresores ideologicen a la sociedad, creen roles sociales y planteen así de
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forma permanente una disyuntiva a la “clase social media”: ser acomodados y disfrutar del beneficio del poder o vivir en la miseria, produciendo para otros. El esquema autoritario es aceptado con su metodología como una forma de sobrevivencia, aceptación y permiso de vigilancia. Pero también existe una sociedad que excluida y aislada recibe el mensaje de los mcm, provocándose incoherencia entre los oprimidos. Se les obliga, se nos obliga a tratar de asimilar el mensaje para así tener la posibilidad de ser parte de la sociedad espectaculista y finalmente creer incuestionablemente el mensaje de los opresores a través de los mcm. Existe un poder social y personas con las cuales ese poder se ha transformado en sinónimo. Estos parásitos privilegiados gustan vestirse con elegantes telas y degustar una cultura a
la altura de sus intereses. Se contratan y adoctrinan “intelectuales” que cumplen cada cierta cantidad de años el lugar del “pensador ilustre”, el “escritor irrepetible” cuya “labor cultural” es alabar el momento del espectáculo en el cual fue posible su ingreso a las “altas” esferas culturales, a la ilustre empresa, a la cultural municipalidad, al prestigioso Fondart, etc. Los oprimidos tenemos una larga y dolorosa historia, nacida desde la ocupación y posterior saqueo de nuestro continente por el colonialismo europeo, por las dos monarquías de turno –aquellos años- en el lugar del privilegio ilimitado: España y Portugal. Desde aquella fecha hasta el día de hoy, en que aún la dominación social existe, múltiples personas han comunicado la necesidad de rebelarse en el cotidiano sobrevivir del oprimido. Su historia (la
cultura que han construido los oprimidos en su lucha por la liberación colectiva antiautoritaria) está dispersa, fragmentada, oculta y prohibida por omisión para la mayoría, distraída en el mensaje que los MCM espectaculistas difunden. La rebelión humana existe, es más, ha existido desde el instante en que alguien practicó por primera vez la propiedad privada contra un colectivo de personas que tuvo que oponerse de forma violenta en el mensaje y la acción. En este siglo XXI, nacido con el reconocimiento global del error que significó la utilización del pensamiento marxista como herra﹣ mienta para la liberación del oprimido y con el redescubrimiento del pensamiento ácrata como metodología organizativa para la acción individual y colectiva. ¿Será necesario desarrolla una síntesis de nuestra historia para avanzar con mejores herramientas en la emancipación total de los oprimidos, a nivel individual y colectivo, de forma antiautoritaria e irreversible? creemos que si, que parte de esa respuesta está en el mensaje escrito por el individuo como un documento histórico, como el sentir colectivo y como ejemplos de conductas humanas contra la represión de la autoridad. ¿Qué momento cultural vivimos a principios del siglo XXI? El instante en el cual estamos inmersos (2016) es ilustrativo sobre el rol que debe cumplir “el intelectual” a sueldo del sistema basado en la autoridad. Cada tipo específico de poder debe tener un coro de “personas inteligentes” apoyando sus nefastas decisiones y deberán hacer malabares cuando las “eficaces medidas” se transforman en bullados escándalos, burdos y patéticos. El sistema elige a sus intelectuales con el objeto de dominar discursiva e ideológicamente a los oprimidos. Cada grupo político tiene su paraíso cultural y promueven así, los nombres de artistas inf lados por los MCM como ejemplos de alta sabiduría y estética. Podríamos hablar de un Neruda, de un N. Parra, de un Zurita, de “críticos” como Alone, I. Valente y más, muchos más, quienes ayudaron a la destrucción estética de la cultura chilena en el cotidiano del oprimido chileno, sea por gusto o por omisión y convenien-
cia; transformando la cultura en algo absurdo, monótono, en aburrida, inexplicable e inentendible, fenómeno que bien supo aprovechar el sistema para neutralizar ideológicamente al derrotado movimiento popular del siglo XX ¿Es necesaria una reconstrucción cultural en la región chilena? Lo que el sistema opresivo reconoce como “intelectual” nosotros, como antiautoritarios y oprimidos, lo definimos como un simple engranaje de la maquinaria economicista; ellos aceptan gustosos ser parte del “poder social” que ofrece la opresión para confundir a la opinión pública, desinformar y tergiversar hechos históricos, etc. Ellos forman parte del enemigo que nos oprime, del enemigo que no duda en ahogar en sangre la rebelión individual y colectiva para mantener sus privilegios eternamente. Como ácratas, reconocemos el enorme avance que ha producido el pensamiento anarquista en la lucha por la liberación total, colectiva e individual de la región chilena en lo que va del siglo XXI. Hoy somos parte del enemigo interno, del mal que se debe exterminar. Históricamente tradicionales, debemos esforzarnos por superar nuestras lecturas y lograr una nueva síntesis en nuestro pensamiento, unirlo con la realidad y compartir (en la teoría y la práctica) nuestro ideal a nivel colectivo. Las sociedades deben ser interpretadas para lograr revertir la situación de hambre, miseria y persecución con acciones y organización desde los oprimidos; cosas solo desarrollables con un conocimiento previo de otras situaciones que tienen mayor o menor grado de similitud. El conocimiento anarquista es amplio y tiene diversos enfoques que –supuestamente- tienen una finalidad definida de antemano: el colectivismo horizontal, antiautoritario y humano.
la liberación, sino que lleva consigo la dictadura de la personalidad generalmente sádica de un “representante del pueblo”; ha reconocido la necesidad del apoyo mutuo y la solidaridad humana como herramienta básica de subsistencia, como motor y palanca de cambios para llegar a una sociedad horizontal. El pensamiento ácrata, científico en la teoría y decisivo en la acción, debe volver a ocupar el lugar que cientos de los mejores pensadores practicaron con el análisis antiautoritario como respuesta teórica a los problemas de la sociedad para, rápidamente, llevar sus teorías a la acción. Debemos retomar el hilo de la continuidad histórica de la protesta, actualizarla, ser capaces de modificarlo a nivel colectivo y redireccionarlo de forma irreversible hacia el horizontalismo social como una necesidad colectiva. ¿Por qué el antiautoritarismo debe aportar a la creación cultural? Decíamos que ni la literatura ni la historia son propiedad de una ideología en particular; pero cada ideología autoritaria practica un enfoque específico “que trata de demostrar” con documentos en la mesa sus antojadizas versiones de la historia, donde elloscomo no- han sido los únicos en hacer todo, en organizar y barrer, en planificar y alfabetizar. La óptica antiautoritaria, como pensamiento contrario y antagonista, objetivo y científico debe incluir todo tipo de experiencias utilizadas por los oprimidos en su lucha por la liberación para así lograr construir una visión integral y objetiva de la historia, rescatar esas enseñanzas y difundirlas de forma pedagógica en el corazón de los oprimidos, fomentándose las ansias de cultura, permitiéndose un desarrollo colectivo en la formación individual, potenciándose la acción certera, el mensaje necesario. (Continuará…)
¿Qué tipo de respuesta podemos aportar como antiautoritarios a este momento histórico? El oprimido latinoamericano ha reconocido colectivamente el error de confiar en una autoridad, por muy buena que esta diga ser; ha reconocido que el autoritarismo basado en el culto al obrero no conduce directamente a
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Como dice mi abuelo, los monstruos de hoy, ya no son como los de antes César Rebolledo
Hoy los monstruos que se ocultaban en los armarios, cambiaron de rubro. Quedaron desempleados frente a los monstruos de la modernidad. Monstruos sin personalidad ni espíritu, bestias sin carisma. Hoy los monstruos, ya no tienen un ojo, no están cubiertos de pelos, menos aún tienen cuernos ni escupen fuego. Los monstruos contemporáneos al tiempo de los computadores y alimentos creados en laboratorios, portan cascos y escudos, lumas y armas de fuego al cinto, monstruos de fauces de acero y las balas como credo, hoy son enemigos aburridos, tan aburridos que portan uniformes. Hoy los monstruos no se esconden bajo las camas a la caza de nuestros sueños, ni en los armarios. Hoy se atrincheran en cuarteles y comisarías a la espera de su turno de salir de cacería. Ahora no asustan, matan simplemente. Ahora no ríen en la oscuridad por placer, hoy su risa es producto del gozo de torturar. Hoy los monstruos se volvieron trágicos ( y lo peor de todo, aburridos).
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