HISTORIA DE CHILE

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GRUPO EDUCACIONAL GONZÁLEZ HEINRICH INSTITUTO POLITÉCNICO PROFESOR GUILLERMO GONZÁLEZ HEINRICH AVDA. JOSÉ PEDRO ALESSANDRI Nº 295 – 356 SEDE NUÑOA

GUIA UNIDAD IV “HISTORIA DE CHILE” Profesor

: Francisco Quintana Canessa

Subsector / Módulo

: Turismo Cultural

Curso (s) : 4º Medio (Servicios de Turismo) Nombre del Alumno(a): Curso:

1. Chile Prehispánico El abate don Juan Ignacio Molina, jesuita expulsado de Chile y que vivió su exilio en Bolonia, Italia, en su Historia Natural y Civil de Chile, señala que “Con mucha más verosimilitud pretenden los chilenos que se derive su nombre de la voz Chili que repiten con mucha frecuencia ciertos pajarillos del género de los tordos, de que abunda el país; porque pudo suceder, en efecto, que las primeras hordas o aduares de indios que pasaron a establecerse en aquellas tierras, tomasen por feliz agüero el oír esta voz en la boca de un pajarillo, y por lo mismo lo escogieron para denominar el país que poblaban”. Según don Alonso de Ercilla –autor de La Araucana–, “Chile es una provincia grande, que contiene en si otras muchas provincias; nombrándose Chile por un valle principal llamado así (posiblemente el valle del río Aconcagua); fue sujeto al Inca rey del Perú, de donde le traían cada año gran suma de oro, por lo cual los españoles tuvieron noticia deste valle; y cuando entraron en la tierra, como iban en demanda del valle de Chile, llamaron Chile a toda la provincia hasta el Estrecho de Magallanes”. •

Los pueblos primitivos de Chile

Según los investigadores, el territorio chileno ha sido ocupado desde hace por lo menos unos 14.000 años. De acuerdo con estos estudios, se estima que la ocupación más antigua de que se tiene certeza es la de

Monte Verde –entre 12.000 a 14.000 años–, cerca de la actual ciudad de Puerto Montt. Otro lugar de remota ocupación es la Cueva Fell, en la zona mas austral del territorio, con aproximadamente 12.000 años de antigüedad. Los primitivos habitantes de Chile, si bien tienen diferencias étnicas y diversos grados de desarrollo cultural, están generalmente influidos unos con otros. Predomina, en todo caso, la influencia de los pueblos del norte sobre los de más al sur –en forma sucesiva–, debido a su mayor desarrollo cultural dado por el dominio de pueblos como los de Tiawanaku y los Incas. Esta ultima influencia es de carácter más importante, porque a la llegada de los conquistadores españoles ya tenía cerca de un siglo la dominación incaica en el territorio chileno –por lo menos hasta el río Maule– y gran extensión del noroeste hoy argentino, que también formaba parte del territorio chileno de la Colonia. Esta influencia se vio acentuada por la costumbre imperial de los incas de establecer mitimaes, esto es, colonias de pueblos extranjeros que se establecían en los territorios conquistados a fin de asegurar la fidelidad al Inca. Esta verdadera transculturación provocada por las conquistas incas ha creado grandes problemas a los estudiosos para determinar la real naturaleza de las costumbres y artesanías de los pueblos primitivos.

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2 Como decíamos, desde épocas prehistóricas el actual territorio de Chile estuvo poblado por varios grupos humanos. Los indígenas que habitaban Chile a la llegada de los españoles, presentaban casi toda las formas de asentamiento y de vida imaginables. Sin que ninguno de ellos haya llegado a formas de civilización. En el norte: Atacameños y Diaguitas poseían un intenso desarrollo aldeano con una agricultura diversificada, etc.. Picunches, Mapuches, Huilliches en la Zona Central, vivían fundamentalmente de la caza, pesca, recolección de frutas y vegetales y de la agricultura. Los grupos cordilleranos: Pehuenches, Poyas, Puelches, etc., evidenciaban un notable desarrollo de la caza y un nomadismo intenso. Cuncos en Chiloé e islas adyacentes, representaban el baluarte más meridional de la agricultura americana. Desde los Chonos al sur se desconocía tanto la agricultura como la cerámica. Los canoeros del extremo sur: Chonos, Alacalufes y Yaganes, eran pescadores y recolectores marinos, que recorrían en débiles embarcaciones los canales y fiordos hasta el Cabo de Hornos. Los Tehuelches que habitaban la cordillera andina y las estepas patagónicas y los Onas de la Isla Grande de Tierra del Fuego, eran cazadores terrestres del Guanaco y del Ñandú. De norte a sur del territorio nacional, a medida que se alejan del núcleo incaico, centro de desarrollo urbano y civilizador, los grupos van mostrando menos rasgos culturales. Curiosamente la cultura llega a su máximo florecimiento en las regiones más desiertas y poco provistas de agua y se empequeñece manifestando cada vez menos desarrollo en las regiones sureñas de exuberante vegetación y abundancia de agua.

a) Las culturas medias: diaguitas, araucanos

atacameños,

El núcleo básico de su organización sociopolítica fue la tribu. Los cambios climáticos llevaron a las tribus a la búsqueda de otras fuentes alimenticias; de esta manera se introdujo la agricultura de vida sedentaria. Calabazas, porotos, maíz, papas, peces, etc., fueron las fuentes de carbohidratos que balancearon una dieta rica en proteínas. Se eliminaron las presiones demográficas propias de las culturas cazadoras y la población pudo multiplicarse sin trabas. Pero el paso de una economía a otra impuso graves obligaciones. Hubo necesidad de establecer una polarización del trabajo: a las mujeres les correspondió sembrar y cosechar; en tanto que la guerra y la caza continuaron siendo tareas masculinas. La nueva vida comunitaria debió organizarse en torno a un Jefe; éste vivía en contacto con la comunidad y sólo se diferenciaba porque utilizaba ciertos símbolos de prestigio, especialmente joyas y adornos de lujo. En lo demás era como el resto de la sociedad. A la llegada de los españoles a Chile, ciertas tribus estaban probablemente en camino de convertirse en Jefaturas, como derivación de la influencia incaica. Pero su desarrollo fue truncado por la Conquista. Los pueblos indígenas de Culturas Medias fueron: agricultores, pastores, domesticaron animales, vivían de la recolección de frutas y de la caza, se agruparon en aldeas. Conocieron la metalurgia, la cestería y los tejidos. Existencia de una especialización artesanal simple. No llegaron a organizar mercados, etc.. •

Atacameños

De su lengua, el "Cunza", apenas subsisten palabras aisladas. Vivían en los oasis del Desierto de Atacama (valle del río Loa y en las riberas del Salar de Atacama ). El grupo mejor estudiado por los antropólogos es el de San Pedro de Atacama. Sus restos arqueológicos fueron estudiados por el sacerdote jesuita de origen belga Gustavo Le Paige, párroco de esa localidad y director de

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3 su museo, quien publicó importantes estudios.

sobre

ellos

El rigor del clima, la pobreza de las tierras y la falta de recursos obligaron a los atacameños a vencer con inteligencia las dificultades de la naturaleza. Mediante canales de regadío, llevaron las escasas aguas de los riachuelos a unas terrazas angostas y escalonadas en los faldeos de las quebradas, donde realizaban sus cultivos. Utilizaron el salitre como fertilizante, cultivaron maíz, quinoa, frejoles, calabazas, ají, zapallos, tunas, algodón, etc.. Poseían rebaños de llamas y alpacas. También practicaban la pesca y la caza con boleadoras. Su cerámica era roja y negra, pulida o grabada con motivos antropomorfos y geométricos. En la artesanía utilizaron diversos materiales: lana, algodón, cuero, hueso, piedra y hasta pelo humano. Especialmente hermoso fue su trabajo en madera, como tabletas y tubos para aspirar rapé. fabricaban frazadas, camisas y ponchos multicolores, adornados con bordados que representaban animales estilizados y dibujos geométricos. Desarrollaron la minería, especialmente la del cobre y del bronce y en menor medida la del oro y de la plata. Para la elaboración del bronce traían estaño desde Bolivia. El cobre lo obtenían en Chuquicamata y Toconao. Practicaron un activo comercio. A la costa y al interior llevaban: lana, productos agrícolas y metalurgia. De la costa traían pescado y marisco, etc.. Viajaban al altiplano en busca de coca, a través de senderos que más tarde servirían de base al " Camino del Inca ". Sus casas eran de piedra trabajada groseramente o de adobes; el techo era de palos y totora, tenían recintos especiales para los difuntos. Las construían en suelos estériles para no restar así tierras a sus cultivos. Vivían en aldeas, de allí el nombre de " Lican antai "que se daban a si mismos y que significaba " habitantes de la aldea ". La necesidad de proteger sus bienes y familias los llevó a levantar verdaderas fortalezas

llamadas " Pucarás ". Se construyeron en lugares de difícil acceso y estaban hechas de piedra con altos muros y troneras para lanzar desde allí sus flechas. Hombres y mujeres vestían una túnica única; los hombres usaban un poncho sobre la túnica y las mujeres un chal. Usaban además: gorros de lana, sandalias de cuero, anillos, aros, prendedores de cobre y plata, collares y pulseras de lapizlázuli, malaquita, obsidiana, etc.. • Diaguitas Vivieron a ambos lados de la cordillera andina. Habitaron al sur de los Atacameños y ocuparon los valles comprendidos entre los ríos Copiapó y Choapa. A la llegada de los españoles habían adoptado la lengua mapuche, habiendo abandonado y perdido el kakán, su idioma nativo. Su nivel cultural era ligeramente inferior al de los Atacameños. Compartían gran parte de los rasgos culturales con sus vecinos del norte. Su cerámica, la más hermosa de Chile, era delicada e imaginativa; constituía su rasgo más notable. Escudillas, vasijas y jarros lucían una decoración geométrica, realizada en blanco, rojo y negro. Algunos cacharros imitaban caras humanas. Las más famosas son los jarros - patos, de paredes finas y formas elegantes, y los jarros - zapatos. Fueron agricultores aunque no desarrollaron técnicas de regadío tan complejas como los Atacameños; también practicaron el cultivo de terrazas o andenes. Tenían también rebaños de llamas y alpacas. Practicaron un activo comercio con los indígenas de la costa y del interior. Se agrupaban en aldeas. Confeccionaron de piedra puntas de flecha, boleadoras, raspadores, cuchillos, etc.. Trabajaron el cobre y el bronce, de oro y plata se han encontrado muy pocos objetos, etc.. Según el cronista español Mariño de Lovera, su población había disminuido notablemente por la resistencia al Inca y más tarde al español.

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4 b) Las bajas culturas: pehuenches, alacalufes, onas

changos,

El núcleo básico de su organización social y política fueron las bandas. Pequeñas agrupaciones nómadas que rara vez sobrepasaban los treinta individuos. Vivían fundamentalmente de la caza, pesca y de la recolección de frutas y vegetales. Socialmente eran igualitarios, no poseían especialización, salvo en lo que se refería a la división del trabajo por sexo y edad. La caza y la guerra constituían actividades masculinas, en cambio el marisqueo y la recolección era tarea de las mujeres. Cada miembro de la banda estaba capacitado para autoabastecerse en todas sus necesidades. Las Bandas probablemente practicaban el infanticidio, abandonaban a los niños debido a sus largos recorridos diarios y a la falta de alimentos. Las mujeres eran las principales víctimas. Este hecho, unido a las escasas expectativas de vida, no más de 25 años, señalaban por qué las Bandas nunca fueron numerosas. •

Changos

Eran los descendientes del hombre de los conchales y se encontraban en las caletas y playas del norte y centro del país. En contacto con otras culturas, habían enriquecido sus bienes materiales. Fabricaban diversas vasijas de greda, cestas de vegetales, artículos de cuero y algunos objetos de metal. El mar era su principal fuente de alimentación. Usaban balsas de cuero de lobos marinos inflados que cosían con nervios. Usaban, además, redes, anzuelos, arpones. Las redes las hacían de intestinos de lobos marinos y fibras de totora trenzadas. c) Grupos cordilleranos: chiquillanes, pehuenches, puelches, poyas, tehuelches Vivían en pequeños grupos, eran cazadores y recolectores que se desplazaban por ambas vertientes de la cordillera andina. Delimitaban ciertas zonas en las que ejercían derechos de propiedad, para los efectos de

caza; territorios permanentemente.

que

defendían

Desconocían la cerámica y las técnicas agrícolas. No existían diferencias sociales entre ellos. Levantaban temporalmente toldos de cueros. Cazaban guanacos, huemules, pumas, avestruces, etc. Disponían de gran habilidad en el manejo de las boleadoras. Los Puelches recorrían incluso hasta llegar a la costa Atlántica. d) Bandas canoeras del extremo chonos, alacalufes, yaganes

sur:

Chonos: ocupaban las islas y archipiélagos al sur de la isla Grande de Chiloé, hasta la Península de Taitao.

Alacalufes o halak-vulup: vivían desde el Golfo de Penas hasta la entrada occidental del estrecho de Magallanes.

Yáganes o yámanas: conformaban el grupo más austral de América, habitaban al sur del canal Beagle.

Los individuos de estas bandas eran pequeños de estatura, de facciones toscas y tenían los miembros deformados por la constante adopción a la canoa. Iban semidesnudos y frecuentemente untaban su piel con grasa para resistir el frío. El mundo de los archipiélagos provee abundantes recursos marinos, que se complementaban con la flora y fauna selvática. Las Bandas, condenadas a la recolección de peces, mariscos, frutos silvestres y algunas aves, debieron navegar permanentemente de isla en isla, sufriendo los riesgos del clima y de un mar tormentoso, siempre amenazando con tragarse las débiles embarcaciones. Labor masculina era la construcción de las canoas. Estas medían aproximadamente cinco metros de largo por un metro de ancho. A la mujer le correspondía guiarlas y mantener en ellas el fuego; también debían sumergirse en las heladas aguas australes para extraer mariscos que comían al natural o al vapor. Alcanzaban a una profundidad de nueve metros.

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5 Evitaban agotar los bancos de cholgas, choritos y erizos. Una vez saciada el hambre volvían a partir. De vez en cuando una ballena varada les proporcionaba la ocasión para un festín y comida para varios días. Entonces desembarcaban y levantaban una ruca cuya armazón de ramas las cubrían con cueros, cortezas y hojas. Chonos y Alacalufes les daban a sus rucas las formas de colmenas; los Yaganes las hacían cónicas. Cualquier sitio era bueno para acampar. En tierra firme, el hombre se dedicaba a la caza, preparaba ingeniosas trampas y perros amaestrados los auxiliaban en estas tareas. Aunque aceptaban la poligamia, generalmente poseían una sola mujer. Bastaba que los futuros esposos no fueran parientes cercanos. Así, en condiciones tan primitivas, los canoeros pudieron subsistir perfectamente a un medio hostil, hasta que la codicia y las enfermedades de los blancos alteraron el sistema ecológico, rompiendo la armonía existente y condenando a muerte a dichas poblaciones. e) Bandas pedestres: onas, tehuelches •

Onas o selknam

Habitaban la Isla Grande de Tierra del Fuego. Eran de aspecto diferente a los grupos anteriores: altos y robustos; los hombres llegaban a medir hasta 1,80 mts.. Eran cazadores y generalmente no se aventuraban en el mar. Recorrían la isla cazando guanacos, zorros, ñandúes y otros animales pequeños para lo cual contaban con la ayuda del perro, única especie domesticada.

sociales y ejercían derechos de caza sobre un territorio bien delimitado, cuya violación originaba sangrientas luchas. Aceptaban la poligamia, pero era costumbre poseer una sola esposa. Para establecerse temporalmente en determinados sitios, construían toldos o rucas en forma cónica, cuya armazón cubrían con pieles de guanacos. El fuerte viento patagónico les hizo utilizar capas de cuero de guanaco o zorro y calzar una especie de mocasines que les protegía de la nieve. Muy importante fue la iniciación a la pubertad, donde se transfería de los adultos a los jóvenes las costumbres, las normas morales, las prácticas religiosas, la sabiduría y las técnicas de supervivencia del grupo. Los Onas desaparecieron por causas diferentes a los grupos anteriores. Los inmigrantes extranjeros que colonizaron la isla, en el siglo XIX, cercaron sus propiedades e introdujeron la crianza de las ovejas. De esta forma los Onas fueron perdiendo las pampas, donde cazaban los guanacos y ñandúes. Cuando, impulsados por el hambre, empezaron a cazar ovejas, los estancieros replicaron mediante una masiva campaña de exterminio de los indígenas. f) Gente de la Tierra

La dieta alimenticia incluía: peces, mariscos, frutos o plantas silvestres. Las familias solían agruparse en Bandas. Su equipaje incluía: arcos, flechas, redes, lanzas, anzuelos, diversas vasijas de cuero o corteza de árbol. Desconocían la agricultura y la cerámica, la fragilidad las hacía inútiles para los pueblos errantes.

Los cronistas se refieren a los indios de Chile como los habitantes del área del Mapocho a Chiloé, las diferencias de vida no deben haber sido muy notorias ya que nadie las notó, en cambio los españoles supieron distinguir claramente a los indios del norte y del extremo sur. Otra forma de unión de estos indios es que había una sola lengua desde el Mapocho hasta por lo menos la ciudad de Valdivia, con "algunas pequeñas diferencias" (González de Nájera y Gerónimo de Vivar); prueba de ello es que un "lenguaraz" (intérprete) servía a los españoles durante todo el trayecto. Podemos concluir, entonces, que hay unidad de costumbres y lengua.

Reconocían la autoridad del más anciano, asesorado por un Consejo de todos los hombres adultos. No tenían diferencias

La gente que vive entre el Itata y el Toltén se autodenominaba "mapuches" o "gente de la tierra", demostrando así su etnocentrismo y

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6 como saben orientarse en el espacio dan el nombre de la región en que viven al resto de los hombres. Así van a existir los: • • • •

Pincunches: gente del norte. Huilliches: gente del sur. Puelches: gente del viento cordillerano. Pehuenches: gente del pehuén ( pino araucaria - precordillera andina ).

Cada parcialidad o rehue tenía sus propios jefes divididos en paz y guerra. Los de paz ven los asuntos domésticos y de justicia, mientras que los de guerra ven los asuntos entre las parcialidades y contra los españoles o extranjeros. La región se dividía políticamente, en una escala ascendente, en:

Los cronistas nos dicen que existían múltiples unidades con gobierno autónomo. No existe, entonces, un gobierno unitario que representara a todos los habitantes de la región estudiada.

Muchalla: son divisiones en las parcialidades menores gobernadas por un cacique y "poseían pocos indios" (Mariño de Lobera). Los caciques de muchalla estaban sujetos a los Cabis.

Para la obtención del cargo de cacique, se llega a través de tres maneras: herencia por primogenitura, aptitudes guerreras y usurpación del poder.

Cabis: parcialidades menores. Vivar dice que "la componían cuatrocientos hombres sujetos a un toqui principal ". Cabi puede corresponder a Rehue.

Algunos cronistas han llamado a los hombres importantes Ilmenes o Ulmenes que quiere decir "magnates o caciques o principales varones". Alonso de Ovalle dice: "llámese así a los cabezas de parcialidades". El padre Rosales habla de dos tipos de Toquis: Gentoqui y Genvoike (voike = canelo: genvoike = señor del canelo o toqui de paz). El Gentoqui es aquel más antiguo y más noble en linaje, es el toqui general y posee un hacha de piedra pulida, la cual se hereda por primogenitura. Los toquis de guerra usaban hacha blanca o azul. El hacha recibía el nombre de Toqui.

Lebo: parcialidad mayor gobernada por un toqui principal; estaba compuesto por unos cuatro mil hombres o unos seis o siete Cabis (Vivar, Valdivia, Rosales).

Utamapu: es el mayor elemento administrativo. Nuñez de Pineda y Bascuñán fue el único que lo percibió; corresponden a las tres fajas en que se dividió el país: costero, intermedio, cordillerano.

El Genvoike o toqui general del canelo usaba ramas de canelo como insignias de paz; su función era reunir a los toquis de las parcialidades menores para tomar acuerdo, hacer fiestas de casamientos y ejercer justicia; el lugar donde ejercían sus funciones era el Lepúm. Allí se realizaban los Parlamentos y acuerdo de guerra (Copao). El puesto de capitán sólo existe en las batallas y puede ser ejercido por los caciques o mocetones valientes. Los toquis tienen un lugar destacado en los actos públicos, tienen derecho a usar primero la palabra y primacía sobre las demás cosas de guerra y paz.

Sobre los Lebos, dice Valdivia: "los lebos tiene los nombres de los caciques y son como apellidos con que los indios reconocen a su jefe". Toda la parcialidad llamada Lebo se reunía en el Rehue, por quince días se administraba justicia, casamientos y mercado. En tiempos de guerra, todos los Cabis de una parcialidad en conflicto iban a la guerra por su Lebo; la no concurrencia se castigaba con pena de muerte y pérdida de bienes. Los caciques no ejercían una autoridad tiránica, sin embargo hay coincidencia de opiniones en que todos los miembros de la comunidad respetaban, obedecían y reconocían al Toqui anciano como jefe de Linaje, y por parte de los gobernantes existía la obligación de llevar la administración civil y militar del grupo.

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7 Los únicos delitos que han sido constatados en las fuentes son el robo, el homicidio y el adulterio; los responsables debían pagar una indemnización a los afectados en bienes, como chilihueques (ovejas de la tierra = llamas) y chaquiras (collar de mostazillo). Por ejemplo: diez sartas de cuentas (collar) componían el delito de homicidio; si el culpable no las tenía debía ayudarlo la familia, quedando sobreseído al pagar, si no lo hacía, el culpable debía morir. Los caciques, con sus propias manos, mataban al culpable dice Vivar, en cambio el padre Rosales dice que era ejecutado por los propios familiares de la víctima en la ocasión más propicia.

El matrimonio maneras:

podía

disolverse

de

dos

− La mujer, por enojo, podía volverse a casa de sus padres, éstos debían devolver la dote. − Casándose con otro hombre y pagando éste la dote al marido. Entre los araucanos se aceptaba la libertad sexual antes del matrimonio, tanto para hombres como para mujeres; la virginidad no tenía ninguna relación con el matrimonio. •

Socialización del Niño

Algunos aspectos de la organización social de los mapuches son:

Estaba en manos del grupo familiar; allí aprendían las diversas actividades que diferenciaban a ambos sexos.

Matrimonio

El matrimonio puede diferentes formas :

ser

realizado

de

− Pago por la novia. − Rapto de la novia. − Rapto de la novia sin consentimiento de los padres. Las dos primeras formas, generalmente iban juntas; en las juntas de parcialidades el pretendiente se acercaba a los padres de su futura esposa y la pedía en matrimonio, a ello seguía la fijación del precio de la novia, que es un sistema de dote a la inversa o sea "venta" de la novia. El precio se fijaba en una cierta cantidad de bienes y si el futuro esposo no alcanzaba a pagar la dote la quedaba debiendo y la pagaba con la primera hija; un individuo podía casarse con mujeres que fueran hermanas entre sí.

El saludo

Según Pineda y Bascuñán y el padre Rosales, consistía en la voz "mari, mari", acercando la mano a la cara. •

Actividades recreativas

Estas se dividen en actividades de niños y adultos: − Infantiles: los niños practicaban juegos físicos, guerreros y chueca; en los juegos físicos están: lucha, carreras, salto, natación. En los juegos guerreros: uso de la lanza, arco, flecha y cuchillo. − Adultos: practicaban también la chueca, participando hombres y mujeres y se constituían para amenizar las juntas sociales.

A la fiesta asistían los parientes de ambos y se llevaba chicha y comida; el matrimonio se realizaba en un lugar escogido con anterioridad y en el cual se han hecho ramadas; tres días antes del matrimonio se hacía un ensayo.

También practicaban el juego de la pelota o "Pilma" y juegos de azar como el "quechucagu" que es un juego de puntos. Normalmente se cruzaban apuestas en especies.

Entre los mapuches existía la poligamia, la cual estaba determinada por la posición social, de tal manera que un Ulmen podía tener hasta seis mujeres.

Para recrearse hacían un "cagüin" o fiesta, a ella asistían todos y los gastos eran costeados por los caciques. Se hacía en un lugar cercano donde construían ramadas. El cagüin solía durar una semana.

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8 En el aspecto económico, los mapuches tomaban del medio lo que la naturaleza les daba, asumiendo, también, una actitud depredadora. Recolectaban productos silvestres como miel, raíces y frutas. Pescan y cazan. Como implementos de caza utilizaban el arco y la flecha y en la pesca el anzuelo, trasmallo, cañas, arpones de hueso, etc..También practicaban una especie de pastoreo, siendo el animal de mayor tamaño el Chilihueque (Llama). En agricultura, que es la principal actividad económica, cultivaban diez especies (autóctonas): ají, frutilla, madi, maíz, mango, papa, porotos, quinoa, teca y calabazas. Es creencia general que las mujeres se dedicaban a sembrar; pero el trabajo de roturación, sin embargo, era hecho por los hombres. La agricultura era una actividad comunitaria Aunque Alonso de Ovalle niega, en principio, el trabajo del metal, los mapuches utilizaron el oro y la plata. Vivar dice que además usaron cobre y estaño y, junto a Gonzalez de Nájera, sostienen que obtenían sal de lagunas o sacudiendo o quemando una planta llamada "tomillo" (esta planta no ha podido ser identificada). •

Alimentación

Hay que distinguir entre dos clases de comidas: las de fiesta y las comunes. Las de fiesta eran variadas, abundantes y con carne de chilihueque. Las diarias eran frugales y podían consistir en un plato de mote de maíz, papas cocidas y cecinas ahumadas, legumbres como porotos, maíz, quinoa, madi y como complementos el ají, yerbas varias y miel. Otro tipo de comidas era el Vailelcan (mariscal); preparaban platos como el locro, porotos con maíz, mote con verduras, carne ahumada, humitas, asados de cordero, longanizas, cazuela de ave, etc.. La carne era aliñada con "cumentum" ( aliño de la carne ), ají y sal. Fabricaban chicha con especies autóctonas como el maíz; de él hacían muday, perper y mechol; también hacían chicha de frutilla, murtilla, pehuén y litre.

Vivienda:

Consistía en un rancho de nombre Tabu (ruca), los había grandes y pequeños dependiendo de la posición económica del dueño. Tenían un armazón de postes de madera dispuestos en una planta ovoidal, cuadrada o rectangular. Estos postes se recubrían de techo y paredes hechos de manojos de fibras vegetales amarrados con lianas (voque), se usaban eneas, carrizos, junquillos y totora; tenían una o varias puertas según el tamaño y esposas; el interior podía ser de un solo ambiente y un fogón o tener divisiones con tabiques y varios fogones, dependiendo del tamaño de la habitación. Los cronistas hablan de grupos de cuatro o cinco ranchos en torno a un curso de agua, distanciados por un par de cuadras unos de otros. Hay también ranchos escondidos en los bosques, quebradas y montes como refugios. También usaron toldos con sus mantas y casitas de pangue (nalca); aledaños a la casa había otras construcciones para animales domésticos. El fuego se obtenía de repu, objeto de dos piezas de madera que se frotaban; tenían la idea de que el fuego estaba guardado en el repu y lo sacaban cuando querían. •

Cosmovisión

La temática principal, según Diego de Rosales, es la lucha de las aguas y la tierra, encarnadas en las serpientes kay - kay vilu y ten - ten vilu (ten: cerro). Había por lo sobrenaturales:

menos

cinco

personajes

− Pillán: viviría en la cordillera y en los volcanes, se le asociaba al fuego, humo, truenos, relámpagos y rayos. − Eponamón: sólo Ercilla lo nombra; tal vez es el Pillán. − Anchi - Malgüen: (mujer del sol) ser sobrenatural beneficioso.

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9 − Ibunché: ser que vive en cuevas oscuras y por el que profesarían "gran respeto" (Oña) y culto; es un ser insepulto, su mache dueño le usaría como oráculo. − Güecubo: especie de seres que traen mala suerte y enfermedades a quienes son arrojados. Una de las creencias más acentuadas es la creencia de la inmortalidad del alma; éstas se clasificaban según el estatus de cada uno; las almas se iban a un lugar especial cuando morían, los hombres de la costa creían que se iban a la cordillera. Se pensaba que la vida extraterrena era triste, por eso en los entierros se les trataba de aliviar la vida del más allá. Las almas de los caciques se convertían en moscardones y se quedaban en la sepultura y de allí iban a visitar a los parientes; otros creían que iban a los volcanes. Al beber, los mapuches derramaban primero un poco para convidarle a las almas. El alma pasaba por dos estadios diferentes: el AM y el PULLI. El am era el alma del recién muerto que aún no se ha alejado de los lugares que frecuentó en vida y que permanece en el recuerdo de sus parientes; el pulli es el alma que, al ser olvidado por sus parientes y amigos, se aleja de los lugares que frecuentó mientras vivía. El alma de los guerreros subía a las nubes y se convertía en truenos y relámpagos. •

Defunciones:

Los entierros pueden ser de tres tipos: − Entierro en tierra con túmulo de piedra. − Entierro de caciques que se hacía sobre dos pilares colocándose encima un horcón de madera. − Ataúd de madera hecho de tablas que se arman en el momento mismo de sepultar al individuo. Las tres formas de entierro tienen en común el ajuar funerario.

Prácticas de higiene:

Una de las normas para todos era el baño matutino, no se exceptuaban mujeres embarazadas ni niños, durante todo el año. Se hacían en el curso de agua más cercano. Se lavaban el cabello diariamente, después se reunían en torno al fogón, se secaban y los hombres se depilaban las barbas. •

Enfermedades:

Todos creían que las enfermedades eran causadas por: − − − −

Huecubo. Intrusión de un objeto en el cuerpo. Envenenamiento. Contaminación o contagio (mal de parto; no por pestes). − Hechicería. Las enfermedades más importantes fueron las pestes como el "chavalongo" y el "piro", semejantes a la viruela; y el envenenamiento. •

El parto:

Se realizaba fuera de la habitación del grupo familiar para que los males que encierra no se peguen a los objetos ni en la casa. Generalmente la mujer daba a luz sola, para ello se iba a una casita que estuviera cerca de un curso de agua, allí se quedaba cerca de ocho días, luego regresaba y se le recibía con una gran fiesta. La mujer antes del parto debía salir a mirar como salía el sol y tirar una piedra, para que el hijo saliera rápido como el primer rayo del sol y la piedra. Esto debía hacerse desde el dintel para no pegarse un mal, esto era que el hijo naciera de pies o se atravesara. •

Plantas medicinales:

Los mapuches conocieron 93 plantas medicinales de las cueles han sido identificadas 57; aplicaban el uso de vegetales tanto para curar como para crear enfermedades.

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10 2. La Conquista A comienzos de 1537 Almagro, el descubridor de Chile por la vía terrestre, abandonó el territorio por Atacama ante la premura de regresar a Cuzco, una vez conoció la rebelión de Manco. Le aguardaban la guerra con Pizarro, la prisión y la muerte a garrote un año después por orden de este último. Distintos grupos de los expedicionarios de Almagro exploraron los nuevos territorios y, a medida que avanzaban, la esperanza de encontrar oro y riquezas se esfumaba cada vez más. El país parecía propicio sólo para la agricultura. Como eso no era lo que estos hombres buscaban, decidieron regresar al Cuzco, eligiendo el camino de los extensos y áridos desiertos del norte. Arribaron a Perú a comienzos de 1537. Diego de Almagro murió al año siguiente, ajusticiado por orden de su antiguo compañero de aventuras, Francisco Pizarro. a) La ambición de Valdivia La muerte de Diego de Almagro dejó el camino abierto para que Francisco Pizarro intentara —a través de sus hombres de mayor confianza— la conquista de Chile. Pese a las ambiciones de los españoles, ninguno tuvo deseos reales de aventurarse en territorio chileno, hasta que el capitán Pedro de Valdivia, quien había luchado contra Almagro en favor de Pizarro en la batalla da Las Salinas, decidió conquistar estas tierras para España. Valdivia era un hombre destacado por su experiencia y adecuada instrucción militar. Había viajado a América en 1535, solo y dejando en España a su esposa Marina Ortiz de Gaete. Después de servir casi un año en Venezuela, llegó a Perú. Se enroló bajo las órdenes de Francisco Pizarro, y desplegó todas sus dotes militares, recibiendo como premio tierras, indios y una mina de plata. Así, se convirtió en uno de los colonos más acomodados de Perú. Sin embargo, aspiraba a una gobernación propia.

b) La conquista de Chile por Pedro de Valdivia En 1539 Pedro de Valdivia (1497-1553), maestre de campo de Francisco Pizarro en la guerra contra Almagro y experimentado soldado procedente de los tercios de Flandes e Italia, solicitó a su capitán y gobernador autorización para realizar una expedición a Chile. Era la oportunidad de probar fortuna y alcanzar hacienda y gloria perseguida en campos de batalla europeos y en numerosas luchas como en las que había tomado parte en América. Pizarro accedió a la petición nombrándole "teniente de gobernador", pero dejó en sus manos levantar y pagar la fuerza con la que acometer la nueva jornada, que no sería sino la finalización de la ocupación del imperio inca, tal y como sucediera en la fracasada aventura de Almagro. Obtenida la autorización para conquistar y poblar estas tierras en nombre del Rey, Pedro de Valdivia recibió el título de Teniente Gobernador de Chile —es decir, jefe del país que se proponía conquistar—, sometido a la autoridad de Francisco Pizarro. Por su intervención en la guerra civil del Perú, Valdivia había sido recompensado con una encomienda en el valle de la Canela (Charcas) y una mina de plata en Porco, bienes que puso a disposición de la campaña que se aprestaba a iniciar. Sin embargo, no logró reunir los medios necesarios hasta que pudo alcanzar un acuerdo con un adinerado comerciante llegado de España, Francisco Martínez, que financió el avituallamiento de los expedicionarios a cambio de la mitad de lo que rindiera la Conquista. Las dificultades serían todavía mayores para reunir una fuerza suficiente que ofreciera garantías para la aventura. Las noticias que habían traído de Chile la gente de Diego de Almagro sobre la ausencia de grandes riquezas y la penuria del viaje desalentaron el reclutamiento. En esta ocasión se pretendía la conquista del país y la fundación de asentamientos estables, por lo que llevarían consigo semillas y animales domésticos.

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11 Debido a estos problemas, Valdivia acordó compartir jornada con Pero Sancho de Hoz, quien fuera secretario de Pizarro y estaba ansioso de hacer efectiva la gobernación que el rey le había concedido en las tierras que descubriera en la región más austral. En enero de 1540 Valdivia partió de Cuzco con apenas once soldados y mil indígenas, decidido a seguir la ruta del desierto que señalara el retorno de Almagro. c) El viaje

Fracasado ese intento, y ante la perspectiva de ver frustrada la campaña a causa de las discordias, Valdivia, después de haber mandado prender a su rival, se limitó a imponer a Sancho de Hoz que disolviera mediante escritura la compañía que traía con él y asimismo renunciara a los derechos que habían acordado repartirse cuando se asociaron, tras lo cual, después de expulsar a varios cómplices, le permitió continuar en la expedición. d) Posesión del territorio

La expedición tenía un alto costo. Había que proveerse de hombres, animales, alimentos y otros recursos. Lo que más le costó a Valdivia fue reunir a los hombres. Invirtió todos sus recursos y hasta se endeudó para concretar su viaje, y sólo logró reunir unos 150 soldados. Incluyó en el grupo a una mujer española, Inés de Suárez, y a algunos sacerdotes. Los expedicionarios traían consigo diversas semillas europeas —principalmente trigo—, animales domésticos —como cerdos y gallinas —, y herramientas de toda clase. El 20 de enero de 1540, partieron desde el Cuzco. A diferencia de Almagro, Valdivia eligió la ruta de los desiertos para venir a Chile: del Cuzco a Arequipa, de Arequipa a Tacna y de allí a Arica, prosiguiendo a Tarapacá. En su determinación, pesaron no sólo las dificultades naturales del Altiplano, sino también la hostilidad de los indígenas de la región. El capitán español cuidaba mucho de dar descanso a sus tropas, en aquellos valles donde encontraba pasto para sus caballos y víveres para sus soldados. De Arica la expedición pasó a Tarapacá y allí aguardó a que se sumaran nuevos efectivos. Primero fueron los dieciséis que llegaron con Rodrigo de Araya; después la gente reunida por Francisco de Villagra, procedente de la fracasada expedición de Diego de Rojas, unos ochenta más. En San Pedro de Atacama se agregaron veinticinco españoles al mando de Francisco de Aguirre. Fue entonces cuando Sancho de Hoz pretendió asesinar a Valdivia.

En septiembre de 1540, los españoles llegaron a Copiapó, donde tomaron posesión del territorio. En Copiapó llegarían a incorporarse una veintena más de españoles. Y con esta fuerza, Valdivia tomó posesión del territorio que en adelante se descubriera con el nombre de Nueva Extremadura -en honor a su tierra de procedencia, en la península Ibérica-, pues a esa distancia y en esa latitud concluían los derechos de Pizarro. Se extendió un acta y el lugar se llamó Posesión, nombre que se le asigna a Copiapó en los primeros documentos de la Conquista. Los expedicionarios continuaron su avance por los valles de Huasco, Coquimbo y Aconcagua y, en diciembre de 1540, ya se encontraban en el Valle del río Mapocho. Aquí, encontraron una complicada situación política y militar entre los indígenas. Michimalongo y Tangalongo se disputaban el dominio del valle. A su vez, el cacique Atepudo mantenía guerras con Michimalongo. Valdivia sabía que su empresa de conquista era difícil y que ésta, entre otros factores, dependía del lugar en que fundara la primera ciudad. Pedro de Valdivia llegó al valle del Mapocho en diciembre de 1540. La organización bélica y urbana lo llevó a fundar Santiago del Nuevo Extremo el 12 de febrero de 1541. Poco después Valdivia nombró a los integrantes del cabildo, el que a su vez lo nombraría gobernador de Chile.

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12 e) Viaje al Perú (1547-1548) El año 1547 partió Valdivia hacia el norte en el barco de Pastene. Como hubo muchos interesados en volver con él, debió recurrir a un engaño para impedirlo: aparentemente aceptó y permitió a los que desearan embarcar sus pertenencias y especialmente el oro que habían acumulado. Mientras en la costa, los viajeros celebraban su pronta partida, Valdivia furtivamente se dio a la mar, llevándose los caudales de esos colonos. La indignación fue grande, se contó que algunos murieron en la desesperación de ver perdidos los ahorros de toda la vida y otros enloquecieron. En el Perú se había desatado una guerra. Los herederos de Pizarro habían desconocido una orden del rey en términos de poner fin a la encomienda de servicio personal y apoyados por un número nada despreciable de conquistadores se habían hecho del poder ejecutando a algunos funcionarios reales. Para acabar con este desorden el rey envió a Perú al licenciado Pedro de la Gasca, quien rápidamente se dio a la tarea de organizar tropas y prometió perdón a todos aquellos que se habían alzado contra el rey si ahora venían a combatir a su favor. Enterado de estos hechos, Valdivia no dudó un segundo en ponerse a las órdenes de la Gasca. Participó activamente en las campañas contra los Pizarro y tuvo participación decisiva en la batalla final llamada de Jaquijahuana o Saxuhuamán. Por estos méritos, La Gasca, poco después de la batalla (abril de 1548) y a nombre del Rey reconoció a Valdivia su título de Gobernador y le especificó los límites de su gobernación: Desde el paralelo 27 hasta el 41 de latitud Sur y desde la costa, cien leguas hacia el Este (600 kilómetros aproximadamente). Es decir desde el desierto de Atacama hasta la altura de Puerto Montt y desde la costa del Pacífico hasta la costa del Atlántico, lo que dejaba en posesión de Chile el territorio de la Patagonia in extenso. En Perú Valdivia fue sometido a un juicio por el mismo La Gasca a causa de ciertas acusaciones que pesaban en su contra. Resultado de este juicio fue el compromiso

de Valdivia de devolver lo que había tomado de los españoles de Chile y además el compromiso de dejar de convivir con doña Inés y casarla con uno de sus capitanes. Ambos compromisos fueron cumplidos. f) La segunda etapa de la conquista: expansión al sur (1550 - 1553) El viaje al Perú significó la consolidación de la conquista de Chile ya que Valdivia vuelve con refuerzos y pertrechos y además con el reconocimiento oficial de su cargo y derechos sobre los territorios. En estas condiciones ya pudo emprenderse la conquista del resto del territorio que en derecho se le había otorgado. La mecánica para esto fue la fundación de ciudades. La primera fue en realidad una refundación: la ciudad de La Serena había sido destruida y Francisco de Aguirre le refundó en 1549. En 1550 comenzó el avance hacia el Sur y con ello comenzará también la Guerra de Arauco, por lo cuanto deberán enfrentarse con la fiera resistencia del pueblo araucano. Por esta razón Valdivia debió fundar varios fuertes, sobre todo en el territorio propiamente araucano. El 5 de octubre de 1550, fundó la ciudad de Concepción que contó inicialmente con 40 vecinos a los que se le repartieron indios y tierras. Las siguientes fundaciones fueron: La Imperial (1551), Valdivia (1552), Villarrica (Jerónimo de Alderete 1552), Los Confines (Angol 1553) y los fuertes de Tucapel (1552) Arauco y Purén (1553). Con todas estas instalaciones, los españoles se encontraban optimistas, pues suponían dominado y controlado el territorio araucano. Sin embargo fue precisamente esta profusión de fundaciones, que los castellanos consideraban su mayor logro, su principal error estratégico y la causa de muchas desgracias, entre las que se cuenta la propia muerte de Valdivia que culminarán con la destrucción de todas las ciudades construidas al Sur del Biobio hacia fines del siglo (XVI).

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13 Hay que considerar que el número de españoles en esta época, contando todos los refuerzos llegados, no pasaba de mil, mientras que se calcula en medio millón aproximadamente, la cantidad de indígenas que habitaban Chile entre Copiapó y Reloncaví (territorio de penetración española). Entre el río Itata y el Toltén se calcula habitaban unos 400.000 indígenas. Ahora bien, si se considera que además de esta enorme desproporción en número, los españoles se habían dividido en pequeños grupos que habitaba cada fuere y ciudad, algunos de los cuales estaban separados por más de 500 kilómetros, se concluye que la debilidad de los conquistadores era enorme, sobre todo frente a un ataque masivo de los araucanos. Pero ¿qué motivó a Valdivia a expandirse al Sur? • • • • •

Avanzar hacia el Estrecho de Magallanes Tomar posesión efectiva de su gobernación que abarcaba tierras desde el Pacífico hasta el Atlántico Premiar a los conquistadores Repartir tierras fértiles con abundante mano de obra nativa Buscar y explotar tierras auríferas.

g) Primera insurrección general araucana (1553 - 1557) Esto ocurrió cuando Lautaro logró organizar y dirigir una insurrección general de su pueblo a fines de 1553. Con una nueva estrategia, atacó simultáneamente los fuertes de Purén y Tucapel. Al enterarse Valdivia de este hecho debió dividir sus fuerzas para partir en auxilio de ambos lugares dirigiéndose él a Tucapel. Los indígenas aplicando sus nuevas estrategias, lo esperaban emboscados y lo atacaron en oleadas sucesivas hasta agotar la resistencia de los españoles que fueron cayendo uno tras otro. Finalmente el propio Valdivia fue capturado y, poco después, muerto. La inesperada muerte del Gobernador tuvo efectos desastrosos en la naciente colonia pues sería difícil encontrarle un reemplazo a esa altura. A pesar que Valdivia había

previsto esta eventualidad designando sus posibles sucesores, se produjeron serias disputas entre sus antiguos compañeros de conquista varios de los cuales, con diferentes argumentos y razones pretendieron heredar el cargo de gobernador. Esto llevó incluso a que se generara una rivalidad entre los habitantes de Santiago y los de Concepción quienes apoyaban a personajes distintos para el cargo. Esta situación de incertidumbre se termina cuando el virrey del Perú designó para el cargo a su propio hijo, Don García Hurtado de Mendoza en 1557. 3. La Colonia Entendemos por Colonia a la extensión imperial, social, político, religioso y cultural que se estableció en América durante los siglos XVII, XVIII e inicios del siglo XIX. En Chile, comienza tras el Desastre de Curalaba en 1598 con el establecimiento de la frontera natural entre españoles y araucanos en el río Bío Bío. Esta etapa, que se prolonga hasta la revolución de la Independencia, se caracterizó por un constante cambio de gobernadores, cuya preocupación principal fue proseguir la guerra contra los araucanos y luchar contra los frecuentes cataclismos naturales (terremotos, donde destaca el producido en 1647 bajo la gobernación de Martín de Mújica y Buitrón) que sufría el país. (Ver: La Colonia en Chile) a) Administración colonial Desde un comienzo, España centralizó todo lo referente a la administración de las colonias que poseía en América y Asia, teniendo a la cabeza al rey, quien era asesorado por el Consejo de Indias. •

El Consejo de Indias

Proponía al rey el nombramiento de altos funcionarios civiles y eclesiásticos que se desempeñarían en las colonias. Dictaba las leyes, decretos, reglamentos y ordenanzas que conformaban el derecho indiano. Actuaba también como tribunal supremo, analizando las apelaciones a las sentencias de las Reales Audiencias y sometía a virreyes

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14 y gobernadores a juicio de residencia, mediante el cual podían presentar acusaciones con las decisiones tomadas por los funcionarios. Mientras durara su cargo, estos últimos no podían casarse con habitantes del lugar, establecer negocios, comprar propiedades, etc. •

Real Audiencia

Era el supremo tribunal de justicia durante la época colonial. Fue un organismo políticoadministrativo que residía en las principales ciudades de América. Formado por cuatro oidores o magistrados, era tribunal de primera instancia en algunos casos, y de apelación de las sentencias de los jueces inferiores. Se estableció en Chile en 1609. •

El Cabildo

Representaba a la comunidad. Se encargaba de administrar las ciudades, y en algunos casos era representante del rey. Para integrarlo debía ser vecino o encomendero ejerciéndolo por el período de un año. Estaba formado por dos alcaldes, seis regidores, un secretario y un procurador. Entre sus atribuciones estaban las de preocuparse de la administración local, del aseo y ornato, la salud pública, aspectos judiciales, legislativos y políticos. b) División territorial de América América estaba dividida en virreinatos, capitanías generales y presidencias. Los virreinatos eran gobernados por un virrey, quien fue el representante directo de la Corona. En el siglo XVI se establecieron en América dos virreinatos: el de Nueva España o México (1535) y el de Perú (1544); en el siglo XVIII se incorporaron otros dos: Nueva Granada (1717) y el Río de la Plata (1776). Las capitanías generales fueron territorios dirigidos por un jefe militar que desarrollaba el poder civil y judicial. Durante la Colonia eran cuatro capitanías generales: Santo Domingo, Guatemala, Venezuela y Chile. Por último, las presidencias eran gobiernos creados en territorios ya pacificadas. El

poder lo ejercía el presidente de la Real Audiencia, como era el caso de Ecuador y Bolivia. c) Economía y Comercio Colonial En América se producían metales preciosos, materias primas y alimentos. Sin embargo la capitanía de Chile se cultivaba el trigo, el maíz y la vid en la hacienda. Sus productos eran comerciados hacia el Perú enviando además cueros, sebos, frutas secas y vino. Todo el comercio entre Chile y las demás colonias estaba sujeto al Monopolio Comercial impuesto por España, por tal razón se entiende la dependencia económica con el virreinato del Perú. d) La Iglesia Durante la época de la Conquista, los sacerdotes tenían como misión evangelizar a los indígenas y convertirlos al cristianismo, cumpliéndose con ello el propósito espiritual de la colonización. Los sacerdotes que se establecieron en Chile fueron capellanes de ejército, los que participaron en combates más de una ocasión. Posteriormente, se dedicaron a convertir a los aborígenes sometidos tras dichas guerras, y otros fueron misioneros en tierras de Arauco. La Iglesia jugó un papel muy importante en la colonización americana, especialmente en Chile. Los Reyes Católicos y sus sucesores estaban obligados a impulsar la evangelización, constituyendo el Patronato Real sobre la Iglesia, por el que se aseguraba la remuneración en dinero hacia el clero, la construcción de iglesias, catedrales, conventos y hospitales. El estrato religioso aumentó considerablemente. Solo en Santiago, a mediados del siglo XVII, existían 200 religiosos. Para la Corona era mucho más fácil “dar el pase a América” a las órdenes religiosas y no a muchos sacerdotes en forma individual. De esta forma, los dominicos y franciscanos desarrollaron una labor misionera alrededor de los pueblos indígenas utilizando el convencimiento. Sin embargo y

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15 en contrapartida con los anteriores, también llegaron evangelizadores que solo hicieron riqueza en América. Los franciscanos fueron los primeros en llegar a Chile, a los cuales se sumaron los agustinos, los mercedarios y los jesuitas. Estos últimos, gracias a la influencia del padre Luis de Valdivia y de la guerra defensiva, consiguieron extenderse en la región araucana. 4. La Independencia Desde los inicios el siglo XIX (1800) y hasta mediados de 1808 en Chile nadie pensaba en cambiar el régimen político colonial imperante. Hasta esa fecha el reconocimiento a la autoridad del rey Fernando VII nunca estuvo en discusión. Cuando se señalan las causas de la emancipación de los pueblos hispanoamericanos en general, siempre se dice que “las colonias son como frutas: caen cuando están maduras”. Lo anterior manifiesta abiertamente los deseos de independencia. El origen de la emancipación es de carácter simple y profundo de entender. La estructura del proceso que la gestó es un fenómeno que venía actuando desde antes: el resquemor entre criollos y peninsulares, motivada por la diferenciación de los temperamentos y de los caracteres. La población que se desprende del núcleo central, aunque permanezca unido por el cordón umbilical, tiende a diferenciarse y a tomar forma propia. El vínculo que lo continúa uniendo no es suficiente para contrarrestar las nuevas influencias que surgen como resultado de la separación. Este proceso fue muy violento en las colonias hispanoamericanas. Las variantes regionales de la población española eran muy acentuadas: entre vascos y andaluces y entre castellanos y catalanes había más distancia que entre franceses y flamencos y que entre suizos y alemanes. América, en tanto, poseía la sangre indígena, aunque en corta proporción, circulaba por la casi totalidad de

los criollos de la alta clase social, al despuntar el siglo XIX. La influencia directa del clima y del suelo de América, especialmente en las regiones tropicales, a la larga tenía que modificar el temple y el carácter del español, aun no mediando el mestizaje. La flora, el aislamiento y los cambios trascendentales en todas las condiciones de la vida y del desarrollo social actuaron casi con tanta eficacia como los factores étnicos. El odio entre españoles y criollos surgió con extraña fuerza desde inicios del siglo XVIII. Sin duda, como ocurre en todos los procesos históricos, su gestación venia de antiguo, pero sólo hacia esta fecha el temperamento y el carácter criollo tomaron la fuerza necesaria para producir el choque y sus alborotadoras manifestaciones exteriores. Hacia el segundo tercio del siglo XVIII la antipatía había adquirido una intensidad que hoy resulta incomprensible ante el hecho de que españoles y criollos se unían fuertemente en los sentimientos de fidelidad y respeto al rey, pero se detestaban entre sí. Al español le molesta la flojera, y la inconstancia del criollo y especialmente del oriundo de los medios tropicales. Lo siente un bastardo de su raza, un sinvergüenza e incapaz de algo concreto. Por su parte, el criollo odia al peninsular por la tardanza intelectual, tacañería y principalmente extranjeros ordinarios e intrusos que acaparan la fortuna, los empleos y las más ricas herederas. El español manifiesta su desprecio, y el criollo oculta su odio por orgullo. Al criollo le irrita todo lo que viene del español: su economía, sus maneras, su inhabilidad de jinete, su falta de destreza en las modalidades de la vida criolla y hasta su receptividad para las tercianas, la puna y demás males americanos. De esa antipatía entre criollos y españoles surge el sentimiento de la revolución.

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16 Al iniciar el siglo XIX, bastaba que un suceso circunstancial ocurriera para que surgiera el deseo de autonomía. Pero no sólo fue un suceso. Sin desearlos sus habitantes y sin percatarse de ellos, varios acontecimientos y situaciones ocurrieron y se encadenaron para que brotara nítidamente el germen independentista. a) El descontento contra la administración colonial Ya a comienzos de 1808 los chilenos más ilustrados venían señalando su descontento y expresaban muchas y cimentadas quejas contra la metrópoli española. Los temas que motivaban ese descontento, aparte de la antipatía entre los criollos y los españoles peninsulares, pueden resumirse en los siguientes: De partida las ideas de la Ilustración, expresadas por los filósofos franceses: sus críticas de las instituciones sociales, políticas y religiosas contemporáneas, eran conocidas por los americanos, aunque no aceptadas sin previa discriminación. Pero este fermento intelectual no era un asunto que dividiera a los criollos de los españoles, ni era un ingrediente esencial de la independencia. A los lectores americanos a menudo les movía sólo la curiosidad intelectual; querían saber lo que pasaba en el mundo entero y daban la bienvenida a las ideas contemporáneas como instrumentos de reforma, no de destrucción. La Ilustración destacó más a la luz de la Revolución Francesa y de la independencia de los Estados Unidos. De estos dos movimientos, el modelo francés fue el que menos atrajo a los hispanoamericanos. La destrucción de la monarquía y toda la violencia consiguiente no formaron una nueva imagen. La influencia de los Estados Unidos fue benéfica y más duradera. En los años antes y después de 1810 la propia existencia de los Estados Unidos excitó la imaginación de los americanos, su libertad y republicanismo colocó un poderoso ejemplo ante sus ojos.

Por último, la expulsión de los jesuitas, que debilitó la influencia espiritual de la corona ejercida en ámbitos tan importantes como el educacional y el moral. b) América hacia 1810 Conocida la situación de España en América, la reacción fue la de adoptar una posición contraria a los franceses, pero al mismo tiempo de crear juntas regionales de gobierno que, imitando a las juntas provinciales formadas en la península, ejercieran el gobierno en las distintas regiones americanas en nombre de Fernando VII. Los fundamentos jurídicos fueron los mismos empleados en España, pero ajustados a la realidad americana: en principio cuando el rey faltase o estuviese cautivo, señalaba la tradición, la soberanía retornaba al pueblo (principio de la soberanía popular avalado por la Ley Castellana de las Siete Partidas). Los criollos estimaron, de acuerdo a este principio, que los cabildos, como representantes de la comunidad, podían convocar a asambleas representativas para la designación de juntas que ejerciesen el gobierno autónomo, asumiendo la plena soberanía, con autoridades propias e independientes de las organizadas en España. Estas juntas americanas debían gobernar como entidades autónomas en nombre de Fernando VII, defiendo sus legítimos derechos mientras durase el cautiverio. El período inicial que marca el proceso de independencia (podríamos decir 1810-1812) no es netamente político, en el sentido que los criollos no accedieron al gobierno para conseguir la independencia sino para optar por las reformas administrativas y económicas adecuadas para mejorar sus beneficios. Sólo más tarde, cuando los españoles desconocieron esas reformas (de 1812 en adelante) se inició abiertamente el camino a la independencia. Por lo tanto, los movimientos juntistas hacia 1810 tienen el carácter de reformistas,

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17 autonomistas y fidelistas. Su origen social es netamente aristocrático. 5. La República a) Los Ensayos de Organización (1823 – 1830) La etapa iniciada con la caída de O’Higgins (1823) y que se extiende hasta el triunfo conservador en la guerra civil de 1830, ha sido denominada corrientemente como Período de Anarquía. Esta designación es equivocada. Si bien es cierto que hubo inestabilidad política, manifestada en motines de cuartel, caída de gobiernos y fracaso de los sistemas constitucionales, no es menos cierto que el desorden fue formal. No hubo luchas sangrientas, ni crímenes políticos. Tampoco surgieron caudillos ambiciosos y, por el contrario, los gobernantes y ministros siempre fueron figuras intachables. ¿Era posible, en un país recién salido del régimen colonial, establecer con facilidad nuevas formas de gobierno? ¿Podían los antiguos súbditos de un monarca absoluto comprender y llevar a la práctica conceptos tales como sistema republicano, soberanía popular y régimen representativo? Esos conceptos eran nuevos en el mundo y apenas se les había ensayado en algunos países. Los estadistas y los ideólogos trataron de organizar el país creando leyes y constituciones basadas en ideas abstractas que no correspondían a la realidad del país. Se creía que los principios tomados de las filosofías políticas europeas y norteamericanas e implantadas mediante un régimen constitucional, operarían cambios profundos en la nación. En el plano económico y social el rastro de la independencia era muy negativo. El financiamiento de la lucha había obligado a establecer nuevos impuestos y se había exigido a la gente que contribuyese con sus bienes. Algunas áreas rurales habían quedado arrasadas para no dejar recursos al contendor y tanto los gobiernos realistas como los patriotas habían despojado a sus enemigos de las haciendas, creando un desorden en el

campo. Además, el cierre momentáneo del mercado peruano para el trigo chileno y otras perturbaciones del comercio, habían deteriorado la fortuna de los particulares. El estado no tenía como financiar sus gastos ni pagar a las tropas. Terminada la lucha, muchos oficiales y soldados fueron dados de baja, quedando en la miseria no obstante los servicios prestados a la nación. En la región de Concepción y la Araucanía, los montoneros realistas y los bandidos, con la ayuda de los indígenas mantenían el terror y el desorden. Todas esas circunstancias explican las tensiones reinantes y su repercusión en la política. Desde el gobierno de O’Higgins, el grupo más tradicional de la aristocracia se había visto desplazado del poder político, no obstante ser el grupo más rico e influyente. Ese alejamiento se mantuvo durante los gobiernos de Ramón Freire y Francisco Antonio Pinto, que impulsaron reformas con la ayuda de intelectuales como Juan Egaña, José Miguel Infante y José Joaquín de Mora. El poder era, así, manejado por militares e intelectuales. El núcleo tradicional de la aristocracia era contrario a las reformas liberales, que lo afectaban en sus intereses y sentimientos. La iglesia, que oficialmente se había opuesto a la emancipación, debió sufrir las consecuencias de su actitud. La obstinación del obispo de Santiago, don José Rodríguez Zorrilla, que procuraba mantener la adhesión del clero al rey, fue causa de muchos problemas durante el gobierno de O’Higgins, que debió desterrarlo temporalmente. Durante el gobierno de Freire la situación se hizo muy enojosa. Un vicario apostólico, monseñor Juan Muzi, enviado por el Papa con el fin de atender a los problemas de la iglesia chilena, apoyó las actuaciones de Rodríguez Zorrilla y se puso en pugna con el gobierno. Este reaccionó tomando una medida muy rigurosa: decretó la reforma de las órdenes religiosas. Sus disposiciones tenían por objeto regular la existencia de los conventos; pero el hecho más grave fue la determinación de expropiar y vender las haciendas de las órdenes, comprometiéndose el estado a entregar anualmente cierta suma de dinero a los conventos por cada fraile. En esa forma

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18 fracasó la misión Muzi y la iglesia se mantuvo en resistencia frente al reformismo liberal.

pago anual de 70.000 libras, suma que ahondaba aún más el déficit fiscal.

En las luchas políticas de las primeras décadas de la república, se manifestaron dos tendencias que no constituían partidos políticos. No tenían organización, estatutos, ni jefes. Tampoco poseían una ideología bien definida. Los Pelucones representaban el sector más tradicional de la aristocracia, que no deseaba reformas audaces. Entre sus personajes más destacados estuvo Mariano Egaña. Los Pipiolos componían el sector liberal de la aristocracia. Poseían menor fortuna y contaban entre ellos con intelectuales como José Miguel Infante. También tenían la adhesión de muchos de los jefes militares más destacados desde los años de la independencia, entre ellos el general Francisco Antonio Pinto.

Ante la gravedad de la situación, el ministro de Hacienda de Freire, Diego José Benavente, entregó en 1824 la concesión del llamado estanco del tabaco a la firma Portales, Cea y Cía., uno de cuyos accionistas era Diego Portales. El contrato de traspaso autorizó a esta compañía para vender, por cuenta del fisco y durante el lapso de diez años, tabaco en todas sus variedades, naipes, licores extranjeros, té, etc. A cambio de la entrega de este monopolio, la firma concesionaria se comprometió a depositar anualmente en Londres la suma correspondiente al pago del servicio de la deuda.

El periodo que hemos llamado Ensayos de Organización no fue estéril. La independencia fue consolidada y se liberó la isla de Chiloé gracias a dos campañas realizadas por el gobierno de Freire. Las ideas políticas fundamentales traídas por la independencia se afianzaron. Mientras en otros países algunos próceres, como José de San Martín, propiciaban la idea de establecer monarquías en América, en Chile hubo una adhesión invariable al sistema republicano. Los principios de soberanía popular y gobierno representativo arraigaron profundamente. A través de los ensayos constitucionales se fueron descartando sistemas políticos impracticables y la carta fundamental de 1828 representó un notable avance en la organización de los poderes del estado y los mecanismos de su funcionamiento. b) La Hacienda Pública La situación del fisco al asumir Freire el gobierno en 1823 era muy precaria; carecía de los recursos necesarios para financiar los gastos de la administración pública, del ejército y del servicio de la deuda interna y externa, entre otros. Especialmente complicado era el problema del pago del empréstito de 1 millón de libras esterlinas contratado en 1822 en Londres, cuya amortización significaba al Estado chileno un

Sin embargo, el alivio económico que la entrega del estanco del tabaco debía producirle al fisco no se concretó, pues ya en 1826 la firma Portales, Cea y Cía. No pudo pagar las sumas comprometidas. La razón principal de este fracaso fue la competencia provocada tanto por el florecimiento del contrabando de las especies estancadas como por la aparición de plantaciones clandestinas de tabaco, lo que deterioró rápidamente la situación financiera de la firma de Portales. Así, sumida en deudas y acusada de procedimientos dudosos, la administración del estanco volvió al Estado en 1826. Las angustias fiscales obligaron al Estado chileno a adoptar medidas de urgencia, como la confiscación de los bienes del clero regular. La medida no logró los resultados esperados, pues los potenciales compradores se negaron a hacerlo, ya que no estaban de acuerdo con la confiscación. Otra medida fue la de vender una parte importante de la escuadra de guerra a Argentina, pues había gastos urgentes que financiar. Entre éstos destacaba el financiamiento de las tropas que luchaban contra el bandolerismo de los Pincheira en el sur. c) La Constitución de 1823 La Constitución de 1823 fue redactada en su totalidad por don Juan Egaña, a pesar de que otros juristas integraban la Comisión especialmente designada al efecto por Freire. Generalmente se señala que esta Carta,

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19 llamada por la posteridad la Constitución “Moralista” de don Juan Egaña, establecía normas de conducta ciudadana pública y privada que la hicieron inaplicable, confundiendo moral y política, virtudes cívicas y éticas. Sus disposiciones habrían caído en el detalle o en la rigidez excesiva, reglamentando el compromiso de los habitantes. Todo ello es efectivo, pero sin pretender salir en defensa de la posibilidad de aplicar las bien intencionadas, pero utópicas normas de aquella Constitución, nos permitiremos llamar la atención sobre otras estipulaciones. Estas “otras” han sido relativamente desconocidas y vale la pena destacarlas pues significaron serias disposiciones de carácter general, por ejemplo, la carta establecía que se podía adquirir la ciudadanía, además de las causales de edad, profesión o riqueza, mediante el “mérito cívico”, o sea, por haber realizado alguna obra relativamente de servicio público. Pero la disposición de más significación fue la creación de una “Comisión de Conciliación Normal”, destinada a solucionar los conflictos que se presentaran entre las distintas autoridades y poderes del Estado. Había normas que, de haber sido empleadas y mejoradas paulatinamente, se pudo haber ahorrado varias guerras civiles y trastornos institucionales al país. Otra disposición importante y visionaria fue aquella que intentó racionalizar la administración pública a través de la creación de una Dirección de Economía Nacional.

posteriormente encontraremos en todas nuestras Constituciones. “La soberanía, reside esencialmente en la nación, y el ejercicio de ella en sus representantes”. Se consagraba una serie de garantías constitucionales y se declaraba que las leyes protegen a todo individuo que reside en Chile, reconociéndole igualdad ante la ley, ante los cargos públicos y cargas, los derechos individuales, derecho de propiedad, derecho de petición, inviolabilidad del hogar, garantías procesales, etc. d) Las Leyes Federales (1824 – 1826) A fines de 1824, un nuevo Congreso, en reemplazo del Congreso del año 23, derogó la Constitución de don Juan Egaña (la Moralista de 1823, que en la práctica no alcanzó a aplicarse) y se declaró que el Congreso sería “constituyente” es decir, elaboraría y promulgaría una nueva Constitución pero fracasó en este propósito. A petición de un grupo mayoritario de los mismos diputados, Freire disolvió el Congreso en mayo de 1825. Con esta disolución, comienza en 1825 el federalismo en Chile. Aunque no se llegó a aprobar una Constitución Federal para el país de hecho se empezaron a tomar diversas medidas para que paulatinamente se fuera adoptando el sistema.

Además, no era posible revivir la antigua vida colonial en una época tumultuosa como era esta de la naciente República, ávida de hacer cambios y transformaciones copiados de Europa.

Convocadas las elecciones en marzo de 1826, después de la conquista de Chiloé, los resultados arrojaron una mayoría casi absoluta para los partidarios de establecer el federalismo. Al inaugurarse el Congreso el día 4 de julio de 1826, Freire renunció y se designó al prócer don Manuel Blanco Encalada para sucederlo con el título de Presidente de la República. Este será el primer gobernante o Jefe de Estado que usará el título de Presidente, con el que se designa desde entonces al Primer Mandatario de la nación (al respecto, cabe recordar que se le denomina “mandatario” porque recibe un mandato o “encargo” de la ciudadanía para administrar el Estado y no porque tenga “mando”).

Reconociendo que estos juicios parecen certeros, debemos puntualizar, sin embargo, que también en este ordenamiento es posible detectar los principios fundamentales que

Otra de las primeras medidas adoptadas fue la aprobación de un conjunto de ocho leyes para preparar la implantación del sistema federal en el país.

Sin embargo, las disposiciones relativas al comportamiento de la ciudadanía que se establecían en reglamentos complementarios o Código Moral, aunque no en la Constitución misma, desvirtuaron los méritos anteriores, transformándose en una obra jurídica sin asidero en la realidad.

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20 Luego se ratificó la división del país en ocho provincias: Coquimbo, Aconcagua, Santiago, Colchagua, Maule, Concepción, Valdivia y Chiloé. Cada provincia estaba dividida a su vez en departamentos. También se hizo una división de la administración eclesiástica, estableciendo parroquias provinciales. e) La Constitución de 1828 Se eligió nuevamente a Freire en 1827, y su gobierno fue muy breve, sucediéndole el Vicepresidente Francisco Antonio Pinto. Este abolió el régimen Federal y convocó a un Congreso Constituyente, que encargó a una comisión la redacción de una Carta Fundamental y así en 1828 se juraba una nueva Constitución que se ha denominado “Liberal”, por estar inspirada en esos principios. Su más importante redactor fue el español don José Joaquín de Mora. Esta Carta mantiene algo de las ideas federales, establece el régimen bicameral, las garantías individuales, y una Comisión Permanente que funcionaría cuando el legislativo estuviera en receso. Entre sus disposiciones se destacaban las siguientes: El Presidente sería elegido por cinco años, en votación indirecta y no podría ser reelegido. El Vicepresidente era designado y removía a sus ministros a voluntad y tanto éstos como aquél eran acusables durante su mandato respectivo. El Presidente tenía facultad para vetar las leyes, pero sólo veto suspensivo.

constitucional, el Artículo 1º hace residir la soberanía en la nación “y el ejercicio de ésta en los poderes supremos con arreglo a las leyes. La soberanía no puede ser el patrimonio de ninguna personal o familia”. En cuanto a la forma de gobierno el Artículo 21 prescribe: “La nación chilena adopta para su gobierno la forma de República representativa popular, en el modo que señala esta Constitución”, y en el Capitulo V, bajo el epígrafe “De la división de poderes” el artículo 22 precisa que “el ejercicio de la soberanía, delegado por la nación en las autoridades que ella constituye, se divide en tres poderes, que son : el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, los cuales se ejercerán separadamente, no debiendo reunirse en ningún caso”. En relación con la estructura de estos poderes debe tenerse presente que el Legislativo reside “en el Congreso Nacional el cual constará de dos Cámaras, una de Diputados y otra de Senadores” (Artículo 23). El Ejecutivo ofrece dos particularidades; por primera vez se utiliza la denominación de “Presidente de la República de Chile” (Artículo 60) y se establece la institución del Vicepresidente (Artículo 61). Esta Constitución disponía en su artículo 7º que eran “ciudadanos activos los chilenos naturales, habiendo cumplido 21 años o antes si fuesen casados, o sirviesen en la milicia, profesen alguna ciencia, arte o industria, o ejerzan algún empleo, o posean un capitán en giro o propiedad raíz en que vivir”

El Congreso tenía amplias atribuciones en materias legislativas (aprobar nombramientos de trabajadores, de los jefes superiores del ejército, el presupuesto de gastos, la creación de impuestos y empleos, etc.). Entre sus disposiciones generales la Constitución del 28 establecía que la religión del Estado era la católica, pero se toleraban los demás cultos. También se declararon abolidos los mayorazgos. En síntesis, esta constitución, como todas las anteriores, adolece del mismo defecto de fondo: su falta de acomodación con la realidad.

El periodo de Ensayos constitucionales termina con el alzamiento de las fuerzas conservadoras (pelucones) contra el gobierno de Francisco Antonio Pinto. El 17 de abril de 1830 los ejércitos de José Joaquín Prieto (conservadores) y de Ramón Freire – F. A. Pinto (liberales), se enfrentan en la batalla de Lircay. El triunfo de los conservadores inicia el periodo de 30 años en que primara un gobierno autoritario.

Reiterando el principio que aparece como una de las constantes de nuestra evolución

El triunfo del general Joaquín Prieto, en la batalla de Lircay (1830), además de poner fin

f) La Republica 1861)

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Conservadora

(1831


21 a la guerra civil, marco el inicio de una nueva etapa de la historia de Chile. El grupo conservador se impuso de manera definitiva sobre los liberales y, una vez en el poder, se empeño en dar estabilidad al país y en diseñar las instituciones que rigieron durante gran parte del siglo XIX. Los conservadores eran un grupo muy variado de ciudadanos que encontraron en el pragmatismo de Diego Portales una buena interpretación de lo que entendían por orden institucional, basado en la administración centralizada del poder.

g) Constitución Política de 1833

Aunque Portales tuvo una breve participación directa en las actividades de gobierno, cuando fue Ministro del Interior, Relaciones Exteriores, Guerra y Marina, entre 1830 y 1831, tomo una serie de medidas tendientes a ordenar la actividad política y combatir diversos problemas sociales, y otras con el fin de eliminar a sus enemigos políticos:

La Constitución constaba de 168 artículos, agrupados en 12 capítulos. En su preámbulo declara que el régimen de gobierno es "popular representativo" y "la soberanía reside esencialmente en la nación, que delega su ejercicio en las autoridades que establece la Constitución".

• • •

Sometió a los bandidos y cuatreros que asolaban los campos. Llamo a retiro a la mayor parte de la oficialidad del ejército que defendió las ideas liberales. Apreso y exilio a muchos lideres pipiolos.

Hacia fines de 1831, el ministro se retiro del gobierno y asumió como intendente de Valparaíso, y volvió a dedicar su tiempo a sus actividades comerciales. Dos años después, el orden político que había pensado fue plasmado en una nueva Constitución (obra de Mariano Egaña), que rigió al país hasta 1925. Sin embargo, el devenir de los hechos hizo que Portales retomara, años mas tarde, su participación directa en el gobierno, desempeñando cargos ministeriales hasta su muerte (7 de junio de 1837). Llevadas a la práctica las ideas de Portales, los conservadores se abocaron a gobernar el país. La época de los decenios (1831 – 1861), conocida así por la reelección para un segundo periodo de cinco años de cada uno de los presidentes de aquellos años, fue el periodo en que se establecieron las bases institucionales del país.

El Estado de Chile se conforma realmente con la Constitución de 1833, la cual fue promulgada el 25 de Mayo de 1833. Con esta nueva carta se estructura al Estado según las necesidades de la realidad social y otorga un período de estabilidad importante para el desarrollo del país. Los redactores del texto fueron el liberal Manuel José Gandarillas y el conservador Mariano Egaña, quienes debieron ceder en sus posiciones ideológicas para llevar a buen término su cometido.

La religión del Estado es la Católica Apostólica Romana, con exclusión del ejercicio público de cualquier otra. En lo que se refiere a la ciudadanía dice: "Son ciudadanos activos con derecho a sufragio los chilenos que habiendo cumplido 25 años, si son solteros y 21, si son casados, y sabiendo leer y escribir, tengan alguno de los siguientes requisitos: •

Una propiedad inmueble o un capital invertido en alguna especie de giro o industria.

El ejercicio de una industria o arte, o el goce de algún empleo, renta o usufructo".

Se reconocen garantías constitucionales como: igualdad ante la ley, igualdad en la admisión a todas las funciones públicas y empleos, igualdad en el reparto de los impuestos y contribuciones a proporción de los haberes, libertad de permanecer en cualquier punto de la República, inviolabilidad de todas las propiedades, derecho de petición, libertad de imprenta y mantención del régimen de mayorazgos con algunas salvedades.

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22 La adquisición de la nacionalidad estaba condicionada a la posesión de capital o industria, residencia de 10 años para los solteros y 6 para los casados con extranjera y 3 para los casados con chilena. El Poder Ejecutivo recaía en un ciudadano con el título de Presidente de la República, quien administraba el Estado y era Jefe Supremo de la Nación. Para ser elegido debía haber nacido en el territorio nacional y tener no menos de 30 años de edad. Duraba en su cargo 5 años, pudiendo ser reelegido por un lapso igual de tiempo. Se elegía por votación indirecta por los electores designados por los departamentos. Entre sus principales atribuciones estaban: designar a los ministros, intendentes y gobernadores, ejercer el patronato y el exequátur, vetar por un año los proyectos de ley que le presentaba el Congreso y decretar el Estado de Sitio, entre otras. Los ministros de Estado podían desempeñar simultáneamente cargos parlamentarios, pudiendo asistir a sesiones de las ramas del Congreso y participar en sus deliberaciones, aunque no tenían derecho a voto aquellos que no formaban parte de la respectiva Cámara. Los ministros no podían ser acusados constitucionalmente por el Congreso, destituyéndolos de sus cargos. La Constitución estableció un Consejo de Estado compuesto de personas designadas por el Presidente de la República, los cuales emitían su opinión frente a las consultas del jefe de Estado. El Poder Legislativo reside en un Congreso Nacional, compuesto por dos Cámaras: una de diputados, elegidos por los departamentos de votación directa -uno por cada 20.000 habitantes-, y otra de senadores, integrada por 20 senadores nombrados por electores, que para este objeto designaban los departamentos en número triple al de los diputados. Entre las atribuciones exclusivas del Congreso estaban: la de "autorizar al Presidente de la

República para que use de facultades extraordinarias, debiendo siempre señalarse expresamente las facultades que se le conceden y fijar un tiempo determinado a la duración de esta ley". La misión del Congreso era de discutir y aprobar las leyes, entre las cuales estaban las llamadas Leyes Periódicas (actualizables cada 18 meses) , la Ley de Presupuesto (autorizaba los gastos del Estado), la Ley de Cobro de Contribuciones cada 18 meses y la ley referente a la existencia de fuerzas armadas de mar y de tierra. La Constitución establecía que no podían ejercer funciones judiciales, ni el Presidente de la República ni el Congreso Nacional. Los Tribunales establecidos eran los encargados de hacer justicia. Se establecía la inamovilidad de los jueces, salvo en casos especiales, como cohecho, falta de observancia de las leyes o mala administración de justicia. Las Fuerzas Armadas eran una entidad obediente y no tenían derecho a deliberar. La Constitución de 1833 no respondía claramente al modelo presidencialista ni al modelo parlamentario. Durante los primeros cuatro decenios de su vigencia tuvo una aplicación esencialmente presidencialista; sin embargo, a partir de 1871 se dará comienzo a una serie de reformas constitucionales que contribuirán, hacia fines del siglo XIX y principios del XX, a la instauración en Chile de un régimen parlamentario o a un "parlamentarismo a la chilena". h) Guerra Contra la Confederación Peruano-Boliviana: 1836-1839 En la segunda mitad de la década de 1830, Chile enfrentó la mayor amenaza a su integridad desde que había alcanzado la Independencia: la guerra contra la Confederación Peruano-Boliviana. A mediados de la década de 1830, el Presidente de Bolivia, Mariscal Andrés de Santa Cruz, aprovechó la anarquía en que estaba sumido Perú para anexarlo a Bolivia y crear así la Confederación Peruano-Boliviana. Santa Cruz pertenecía a la aristocracia boliviana y descendía de la nobleza inca por

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23 parte de su madre. El propósito de su acción política era lograr transformar al nuevo Estado en la potencia hegemónica del cono sur. Lo que necesariamente implicaba amenazar la independencia de sus vecinos. A lo anterior se agregó la rivalidad creciente entre Chile y Perú, ocasionada por la negativa de éste de pagar el préstamo que Chile había cedido a Perú en la década de 1820 y la verdadera guerra comercial que se había entablado entre el Callao y Valparaíso, a raíz de la política comercial que incentivara Rengifo. En Chile, Portales intuyó la amenaza que representaba Santa Cruz e intentó formar un frente común con Ecuador para lograr detener la amenaza confederada. Pero fracasó en su intento porque Ecuador desistió ante las amenazas de guerra de Santa Cruz. Igualmente se frustraron los intentos de una confederación con Argentina. Portales, entonces, buscó, sin éxito, convencer a los chilenos de la necesidad de hacer la guerra a la Confederación. La política de Santa Cruz, orientada a expandir la hegemonía de la Confederación, lo llevó a patrocinar, en 1835, la expedición de Ramón Freire a Chiloé. Portales fue llamado al Gobierno para afrontar semejante amenaza, e inmediatamente ordenó a Victorino Garrido que tomara por asalto el puerto de El Callao y capturara las naves peruanas que se encontraban allí. La expedición se realizó sin mayores contratiempos. Capturadas las naves, Garrido se entrevistó con Santa Cruz, y acordaron que las naves peruanas permanecerían en manos chilenas hasta la firma de un tratado de paz y amistad. Portales debió rendirse ante la evidencia de que la ciudadanía no comprendía la necesidad de la guerra. En parte, por esto, pero también por la necesidad de ganar tiempo, a fines de 1836, envió a Mariano Egaña como embajador plenipotenciario ante Santa Cruz, para negociar los términos de un tratado. Egaña presentó ante el Gobierno Confederado cinco condiciones para aceptar un acuerdo: se partía exigiendo el reconocimiento de la deuda de Perú a Chile; continuaba solicitando el inmediato fin del

enfrentamiento comercial entre Valparaíso y El Callao; pedía el inicio de negociaciones para la firma de un tratado de paz y amistad; condicionaba el acuerdo a la permanencia de las naves peruanas en manos chilenas hasta el cumplimiento del punto anterior; y concluía demandando la inmediata disolución de la Confederación. Como es de esperar, Santa Cruz rechazó lo último, lo que llevó a que Mariano Egaña le informara que existía un estado de guerra entre Chile y la Confederación Peruano- Boliviana. En verdad antes de la partida de Egaña, el Congreso chileno había autorizado a Prieto a declarar la guerra a Santa Cruz. El país estaba en guerra, y Portales se dedicó, entonces, a organizar una nueva expedición con el propósito de invadir Perú y lograr la destrucción de la Confederación. Pero, no pudo ver cumplido su anhelo, porque, en junio de 1837 y mientras se dirigía a Valparaíso a revistar las tropas que iban a partir a Perú, su guardia se sublevó, capturándolo para luego asesinarlo. La ciudadanía, horrorizada ante el crimen y temerosa de que fuera el preludio de una guerra civil o una invasión peruana, otorgó todo su apoyo al gobierno para lograr la destrucción de la Confederación. i) Fin de la Guerra Entre septiembre y diciembre de 1837, se realizó la primera expedición militar contra la Confederación. En ella, se ocupó, sin mayores dificultades, la provincia de Arequipa, y se preparó para avanzar sobre Lima. Mas, Blanco Encalada no era la persona adecuada para realizar semejante empresa. A su espíritu americanista, se unía la creencia de que la Confederación no era tan mala, porque había dado estabilidad al Perú. Por esto, fue muy fácil para Santa Cruz convencerlo de la bondad de sus intenciones respecto de Chile y firmar con él un Tratado, llamado de Paucarpata, que le aseguraba una victoria de gran envergadura. En el documento, se restablecía la paz, se devolvían los barcos capturados en 1836, se hacía abandono del territorio peruano capturado, y se iniciaban las negociaciones para la firma de un tratado comercial. Como era de esperar, el Tratado

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24 fue rechazado en Chile, y Blanco Encalada destituido de su cargo. Poco se había avanzado en la guerra contra la Confederación. El gobierno decidió entonces comisionar al joven general Manuel Bulnes. Habiendo desembarcado en Perú, se estableció un Gobierno provisional, al mando del general Agustín Gamarra, que proclamó al Ejército chileno como "Restaurador de la Independencia peruana". Continuaron las acciones bélicas con las batallas de Matucana y Buin. El 20 de enero de 1839, las tropas chilenas se enfrentaron a las fuerzas confederadas, derrotándolas en forma definitiva. EI 18 de febrero Lima fue ocupada y se declaró la disolución de la Confederación. La guerra tuvo diversas consecuencias. Aseguró la independencia de Chile, otorgándole además un papel central en los asuntos latinoamericanos. Se demostró que el país había alcanzado un alto grado de estabilidad política y económica, lo que posibilito casi treinta años de progreso. Permitió disminuir la tensión social al generar un sentimiento de unidad nacional y, finalmente, fue la consolidación de los sentimientos de nacionalidad y patriotismo, particularmente porque había sido una guerra ganada por el pueblo. En 1841 se hacen elecciones presidenciales. Manuel Bulnes, el héroe de la guerra contra la Confederación, es elegido por amplia mayoría. Con la muerte de Portales, la influencia de sus ideales se va perdiendo, lo que se refleja en la actitud conciliadora de Bulnes que permite el regreso a Chile de los Pipiolos exiliados. Esta actitud se basa en la creencia de Bulnes que el país había alcanzado una estabilidad suficiente como para que exista una oposición liberal. j) El desarrollo educacional La fe en el progreso indefinido, característica de la mentalidad ilustrada, dio desde el siglo XVIII una importancia hasta entonces desconocida a la educación sistemática. Los hombres públicos de Chile republicano, herederos de esa mentalidad, vieron también en la difusión del saber una de las

obligaciones del nuevo régimen político. Es revelador que gracias a la sugerencia de Mariano Egaña, la constitución de 1833 incorporara el concepto de que la educación pública constituía una atención preferente del estado. Pero, además de eso, se percibe una política ininterrumpida de establecer centros de enseñanza y una preocupación absorbente por los problemas del lenguaje, revalorizado por la ilustración como el más importante medio expresivo de que estaban dotados los hombres. Y mientras Andrés Bello realizaba un gigantesco esfuerzo en torno a la gramática castellana, Manuel Montt impulsó, primero como ministro de instrucción y luego como Presidente de la república, un conjunto de iniciativas destinadas a obtener la mayor eficacia en la educación pública. Desde los primeros años de gobierno de Bulnes puede seguirse una línea coherente de realizaciones: creación de una Escuela Normal de Preceptores, fundación de numerosas escuelas primarias fiscales, fortalecimiento de la enseñanza femenina y, por último, la dictación en 1860 de la Ley Orgánica de Enseñanza Primaria y Normal, que rigió más de medio siglo y aseguró el principio de la gratuidad de la instrucción primaria y la dirección estatal de ella. La fundación en 1842 de la Universidad de Chile fue un estímulo intelectual de magnitud. Nació como una institución exclusivamente académica y no profesional. Contó con cinco facultades: Filosofía y Humanidades, Matemáticas y Ciencias Naturales, Medicina, Leyes, Teología. Su objetivo principal era el cultivo y adelanto de las artes, las ciencias y las letras, es decir, actividades de investigación y análisis. Se le agregó, además, la inspección y orientación de la enseñanza que los establecimientos públicos o privados impartieran en todos los niveles y campos de aprendizaje. Sólo algunos años más tarde se incorporarán directamente a la Universidad algunas escuelas de carácter profesional. k) La generación de 1842 Tras la relativa tranquilidad que fue la nota dominante de casi todo el decenio de Bulnes, puede advertirse el lento pero inevitable repliegue de la generación liberal surgida en

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25 la década de 1820 y su paulatina sustitución por otra formada al amparo de la férrea paz portaliana. Empieza a darse a conocer una legión de jóvenes, más o menos coetáneos, que no disimulan su interés por los problemas de gobierno y que junto a una marcada indefinición política, dejan ver un trasfondo ilustrado y una extraordinaria permeabilidad a las distintas corrientes en boga, en especial las provenientes de Francia. José Victorino Lastarria, Salvador Sanfuentes, Santiago Arcos, Francisco Bilbao, Federico Errázuriz, Domingo Santa María, Eusebio Lillo, Alberto Blest Gana, Diego Barros Arana, Benjamin Vicuña Mackenna y otros más, nacieron entre 1817 y 1831. Ellos serían los protagonistas de movimientos de opinión, de intentos revolucionarios y de la configuración de un ideario que recogía el utópico progresismo del siglo XVIII, un liberalismo doctrinario poco digerido, una posición anticlerical en ciernes y el extremismo propio de la actitud romántica extendida por el mundo. Muchos de estos jóvenes han sido considerados como integrantes de la llamada Generación de 1842, formada en torno a la Sociedad Literaria de Santiago. En esta organización se defendían los principios del Romanticismo, en reacción frente al clasicismo. Esta contienda había surgido en Europa en la década de 1830. Por un lado los clasicistas abogaban por el estricto cumplimiento de ciertos preceptos, llamados clásicos, que ordenaban rígidamente la creación literaria y del arte en general. Los románticos, en cambio, propiciaban la máxima libertad en las formas para alcanzar así exaltaciones líricas imposibles dentro de los marcos rígidos del clasicismo. Sin embargo, el fenómeno reflejado de manera tan viva en el cultivo de las letras por esta generación, fue apenas un aspecto de una actividad vital de mayor complejidad, que habría de desembocar decididamente en una definición religiosa y política. En 1849, José Victorino Lastarria funda el Partido Liberal con el objetivo de elevar una candidatura presidencial en las elecciones de 1851.

En 1850, Francisco Bilbao y Santiago Arcos fundan la Sociedad de la Igualdad. En abril de 1851 esta sociedad es disuelta y sus fundadores exiliados. l) La elección de Montt y la Revolución de 1851 Manuel Montt encontró muchas dificultades para llegar a ser Presidente, Por una parte, la oposición lo consideraba extraordinariamente autoritario. Por otra parte, los partidarios del gobierno veían en el a un advenedizo provinciano al que no estaban dispuestos a obedecer. Una serie de sublevaciones se sucedieron en los meses previos, siendo la más importante la del 20 de abril de 1851. Aun así, Montt resultó elegido Presidente. Inmediatamente, las provincias de Concepción y Coquimbo desconocieron la elección y se declararon en rebeldía contra el Gobierno. Bulnes, que ejercía el cargo de comandante en jefe del Ejército, inmediatamente se movilizó hacia el sur, derrotando a José María de la Cruz en la batalla de Loncomilla. En diciembre de 1851, los últimos rebeldes se rindieron, acatando la autoridad de Montt. La revolución de 1851 fue un quebranto muy profundo en la convivencia nacional. Claramente el país se encontraba dividido en gobiernistas y opositores. Por otra parte, el éxito del Gobierno de Bulnes tuvo el paradojal efecto de cuestionar la necesidad de la mantención del autoritarismo: lo que diez años antes se veía como una necesidad, ahora aparecía como un lastre para el progreso de la nación. Esto llevó a que los más leales partidarios del Gobierno se cerraran a toda posibilidad de acercamiento con la oposición. Una muestra de lo anterior, fue la actitud del Congreso – mayoritariamente oficialista- que se negó a aprobar una ley de Amnistía que favorecía a los rebeldes de 1851 y, en cambio, aumentó las facultades de Montt para perseguirlos. m) La "Cuestión del Sacristán" La administración Montt vivió uno de los más violentos enfrentamientos entre la Iglesia y el Estado. Aunque, en realidad, tras él se

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26 escondía el creciente cuestionamiento a las atribuciones del Presidente. En la Constitución de 1833, se estableció un claro vínculo entre la Iglesia y el Estado. Esta relación no estuvo exenta de tensiones. Durante la década de 1840, al interior del Gobierno se fueron perfilando dos tendencias: los Patronatistas, que planteaban el absoluto sometimiento de la Iglesia al Estado; y los Ultramontanos, que proponían la independencia de la Iglesia, aunque conservando su influencia social, cultural y moral. El conflicto estalló por un asunto aparentemente sin importancia. En 1856, un sacristán de la iglesia Catedral fue expulsado de su cargo por el sacristán mayor, sin el acuerdo del Cabildo Eclesiástico. En su defensa, dos canónigos presentaron un recurso ante la Corte Suprema, la que dictaminó restituir al sacristán en su cargo. El arzobispo, Rafael Valentín Valdivieso, negó la competencia de la Corte, la que lo amenazó con pena de destierro si persistía en su actitud. Valdivieso acudió al Presidente en su calidad de Patrono de la Iglesia. Montt se negó a intervenir, aduciendo que era una decisión de un Poder independiente del Estado. Finalmente, se logró que los canónigos se desistieran de la demanda. Sin embargo, el conflicto tuvo serias repercusiones políticas: la división del partido de Gobierno. Los Ultramontanos, que apoyaban la postura de la Iglesia, formaron el Partido Conservador, mientras que los Patronatistas crearon el Partido Nacional Tras el problema religioso, resultaba evidente que se estaba cuestionando el poder presidencial y el creciente autoritarismo de Montt. En un hecho inesperado, liberales y conservadores se unieron en contra de Montt, dando origen a la llamada Fusión Liberal Conservadora, que se opuso a una posible candidatura de Antonio Varas. n) La Revolución de 1859 Montt endureció a cada momento su posición: insistió en apoyar la candidatura de Antonio

Varas, lo que provocó el estallido de un nuevo movimiento revolucionario. Nuevamente, Concepción, ahora junto a Copiapó, se subleva contra el Gobierno. En esta última ciudad, el caudillo liberal, Pedro León Gallo, organiza un ejército que derrota a las fuerzas oficialistas en Los Loros, siendo derrotado, a su vez, en Cerro Grande. Concluye así el Gobierno de Manuel Montt que, en sus últimos años, sólo buscará sobrevivir. o) Republica Liberal (1861 – 1891) El ascenso de los sectores liberales al poder no se produjo en forma abrupta tras la renuncia de Antonio Varas a su candidatura presidencial. Luego de la elección de José Joaquín Pérez (1861), un candidato de consenso, se inicia un periodo de transición gradual en el que participa liberales y conservadores. Los presidentes, desde comienzos de la década de 1860, ya no pueden gobernar solos o con apoyo de una sola fuerza. Hay un sistema multipartidista, y la única forma de dar estabilidad a un gobierno es mediante la formación de pactos entre los partidos. La etapa de transición desde el dominio conservador al liberal se extiende entre 1861 y 1873. Lo que la caracteriza es que el gobierno es regido por una coalición política, en la que concurren los tradicionales antagonistas, que se mantiene debido a la voluntad de conciliación que prima en el país y, particularmente, debido a la existencia de un enemigo común. La fusión liberal-conservadora se formo exclusivamente por razones de conveniencia política de corto plazo. Las elecciones parlamentarias de marzo de 1861 habían dado mayoría significativa al partido Nacional o Monttvarista. De modo que cuando Antonio Varas rehusó definitivamente ser nominado candidato a la elección presidencial e insistió en que el candidato fuera un moderado, se dio la curiosa circunstancia de que el Poder ejecutivo quedo en manos opositoras, mientras el parlamento y el poder judicial permanecían bajo el dominio del partido Nacional. En la elección parlamentaria de

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27 1864, el predominio Nacional se redujo en forma considerable. p) Partidos políticos del Periodo •

Conservadores: Se identificaron por la defensa a los privilegios de la Iglesia. Estaba compuesto por los miembros de la Aristocracia tradicional. Eran autoritarios cuando gobernaban y ardientes reformistas en la oposición.

Nacionales: Creado a fines de la década de 1850 para apoyar al presidente Manuel Montt. Eran reformistas que, con el gobierno de J. J. Pérez abandonaron sus posiciones portalianas, para tomar la tesis laica del liberalismo. Su lema era “Libertad dentro del orden”. Apoyaron a los gobiernos liberales de Pinto (Antonio Varas fue Ministro del Interior), Santa María y Balmaceda.

Liberales: Fundado en 1849 por José Victorino Lastarria, pretendían reformar la constitución para debilitar el poder del presidente, establecer el sufragio universal y quitar influencia a la iglesia. Sufre continuas divisiones durante el periodo – Liberales Democráticos de Benjamín Vicuña Mackenna (1876), Liberales doctrinarios de Lastarria (1885) – lo que le impide gobernar como partido mayoritario. Radicales: Más que un partido político, en este periodo es una corriente de pensamiento que persigue reformas en la estructura socio-política, como también la laicización de las instituciones. Nacieron como protesta a la fusión liberalconservadora. Sus lideres fundadores son Manuel Antonio Matta y Pedro León Gallo, quienes se separaron del Partido Liberal. Tuvo una organización basada en caudillos provinciales hasta 1888, cuando se constituyo definitivamente como partido político

q) Guerra contra España. El origen del conflicto fue el intento de los españoles de restaurar su dominio en América. La escuadra española salió de Cádiz

en agosto de 1860 y luego de recorrer las costas americanas, arribo a Perú. El general Pinzon exigió al Perú una indemnización por los bienes españoles confiscados en las luchas por la independencia. Ante la negativa de las autoridades peruanas, decidió tomar las islas Chincha (1864), que producen guano, responsables de los mayores ingresos del Perú. Chile solidarizo de inmediato con el Perú. La escuadra española bloqueo los principales puertos del país. En noviembre de 1865, Juan Williams Rebolledo con la Esmeralda capturo a la Covadonga frente a Papudo. Estos dos buques se unen a la escuadra peruana en Chiloé. En Abato los sorprendió la escuadra española, pero chilenos y peruanos lograron salir sin problemas. En respuesta, el almirante español Casto Méndez Núñez, ordeno el bombardeo de Valparaíso. El 31 de marzo de 1866, el principal puerto chileno soporto durante dos horas y media el embate español. El puerto quedo arruinado y los almacenes francos destruidos; días mas tarde los buques españoles se dirigieron a Callao, pero no lograron dañarlo, gracias a la prevención de las autoridades peruanas. r) Errázuriz y constitucionales.

las

reformas

La fusión liberal-conservadora que surgió como una forma de poner fin al monttvarismo, sirvió de apoyo para que Errázuriz llegara a la Presidencia. Sin embargo, en el seno de este pacto político convivían tendencias conservadoras y posiciones más liberales. La ruptura de la fusión que durante diez años había sido parte central del gobierno fue originada fundamentalmente por la discusión generada a raíz de la llamada cuestión de la libertad de exámenes. Errázuriz, que había prometido a los conservadores la libertad de enseñanza a cambio de su apoyo político, permitió que en 1872 el ministro conservador Abdón Cifuentes dictara un decreto, mediante el cual los colegios particulares podían tomar ellos mismos los exámenes a sus alumnos, sin intervención de comisiones del Instituto

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28 Nacional. Esta medida, que generó una serie de exámenes dudosos y la extensión de certificados de enseñanza fraudulentos, fue duramente criticada por los sectores liberales del gobierno. Lo anterior produjo el quiebre de la fusión liberal-conservadora, lo que significó la salida del Ejecutivo de los ministros conservadores y el cese del apoyo del grupo conservador al gobierno. Los años 1873 y 1874 fueron de intenso debate en torno a la organización política de la nación. Las discusiones estuvieron dominadas por quienes defendían ideas liberales, es decir, por quienes estaban en el gobierno. Esto se tradujo en la introducción de una serie de reformas a la Constitución de 1833. En 1874 se hicieron varias modificaciones a la Carta Fundamental. En ellas se establecieron las llamadas “incompatibilidades parlamentarias”, es decir, la incompatibilidad en el ejercicio de determinados cargos públicos junto con las funciones parlamentarias. También se incorporaron siete nuevos miembros (todos diputados) a la Comisión Conservadora que representaba al Congreso mientras éste no sesionaba. Hasta ese momento la componían siete senadores. A la Comisión se le agregó, además, la facultad de pedir al Presidente la convocación del Congreso para sesiones extraordinarias. A la vez, se estableció que los senadores serían elegidos por votación directa, con la finalidad de hacerlos más representativos. Antes de la reforma se elegían de manera indirecta. Habría un senador por cada tres diputados en las provincias. Durarían en su cargo seis años, pudiendo ser reelegidos inmediatamente. Con el fin de hacer más efectiva la fiscalización del Ejecutivo por parte del Congreso se estableció la acusación a los ministros. Por otra parte, las facultades presidenciales, durante la vigencia del estado de sitio, fueron reducidas. También se reformó el sistema electoral mediante la creación de las juntas de mayores contribuyentes, que serían las encargadas de revisar las inscripciones electorales y las juntas receptoras de sufragios. Además, la nueva ley electoral de 1874 dictaminó que saber leer y escribir

equivalía a poseer la renta que la Constitución exigía para ser ciudadano con derecho a voto. Esto, en la práctica, equivalía a establecer el sufragio universal. Con la aprobación de estas reformas se buscó disminuir las facultades presidenciales y aumentar las del Congreso y, al mismo tiempo, perfeccionar el sistema de elecciones como una forma de dar más participación a la ciudadanía. Quedó suprimido el fuero eclesiástico para todas las causas civiles y criminales. La aprobación de esta ley, que era parte de las llamadas cuestiones o disputas teológicas, fue la única que los partidos de gobierno lograron aprobar. Otros proyectos, como el de la laicización de los cementerios, el matrimonio civil y la separación de la Iglesia y el Estado no prosperaron. Esto se debió tanto a que al interior de los partidos reformistas no existía total consenso respecto de la conveniencia de ellos, como también a la férrea oposición de los conservadores y particularmente de la Iglesia. Errázuriz intento hacer un gobierno con apoyo exclusivo de los liberales. Pero, hacia 1874, las filas liberales experimentaron un retroceso electoral significativo, y el Presidente decidió formar una nueva coalición con los sectores mas progresistas del mundo político. Celebro una serie de reuniones con Manuel Antonio Matta, líder del partido Radical y formaron una nueva coalición, a la que se denomino: Alianza Liberal (1875). Esta nueva coalición va a ser la que va a dirigir los destinos del país en el resto del periodo. Los cambios políticos ocurridos en Chile desde la década de 1860, vinieron a culminar en una sangrienta revolución en 1891, que va a imponer a la fuerza el sistema parlamentario. s) La expansión económica y territorial A partir de 1830 la situación económica entró en una fase de franca recuperación. Una destacada participación en esta tarea le correspondió al ministro de Hacienda Manuel Rengifo, quien organizó adecuadamente la Hacienda de la República. Una de sus

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29 primeras medidas fue rebajar el gasto fiscal; para ello eliminó una importante cantidad de puestos en la administración pública y redujo la planta del ejército. Con el fin de evitar la corrupción al interior de la burocracia estatal, dispuso que todo decreto de pago fuese autorizado por el ministro de Hacienda. Paralelamente, consiguió contrarrestar con éxito el contrabando, lo que ayudó a aumentar los ingresos fiscales. Para favorecer el desarrollo del comercio exterior, Rengifo restableció los almacenes de depósito en Valparaíso (1832), que habían sido organizados durante el gobierno de O'Higgins, pero que debido al intenso contrabando habían sido inoperantes. Esta medida favoreció no solo a Valparaíso, que pronto se convirtió en uno de los principales puertos del Pacífico, sino también la entrada de mercaderías importadas al país, lo que regularizó así el abastecimiento de los mercados internos. En 1834 se reformó la ley de aduanas. Se establecieron derechos de internación para algunas mercaderías y se rebajaron considerablemente los de los productos considerados como imprescindibles para el desarrollo de las ciencias, las artes y la industria. Esto facilitó el ingreso de libros, de instrumentos y de maquinarias, entre otros. En 1835 y 1836 se dictaron las leyes de cabotaje y navegación, respectivamente. Ambas perseguían aumentar la cantidad de buques con pabellón chileno. También la naciente industria fue favorecida con medidas aduaneras proteccionistas; se gravó con fuertes derechos la importación de artículos que ya se producían en Chile, como ropas, zapatos y velas, entre otros. Bajo el gobierno de Bulnes, y con ministros como Rengifo y Manuel Camilo Vial en la cartera de Hacienda, continuó la positiva evolución de la economía y de la Hacienda Pública. Esto posibilitó que el Estado pudiera emprender e incentivar obras de mayor envergadura, como la construcción de la penitenciaria, inaugurada en 1847, del nuevo edificio del Instituto Nacional, terminado el año 1850, y la remodelación de la Casa de Moneda, que en 1846 se transformó en la sede del gobierno. Con el objetivo de contar

con datos precisos sobre población, comercio e industria, se creó en 1843 la Oficina de Estadística, que se encargaría de levantar los censos. Ese mismo año el ministro Vial obtuvo la aprobación de la ley que ayudaría enormemente a la construcción de ferrocarriles durante la década de 1850. Con la llegada de esta década, en la que el país fue gobernado por Manuel Montt, se inició la era de los ferrocarriles en Chile. El primero de éstos comenzó a ser construido en 1850, cuando el empresario norteamericano Guillermo Wheelwright se asoció con ese fin con un pequeño grupo de empresarios de Copiapó. La inauguración del tramo de 81 kilómetros entre el puerto de Caldera y Copiapó, se realizó el 25 de diciembre de 1851. Tras ser superada la crisis provocada por la revolución de 1851, comenzó la construcción del tendido ferroviario entre Santiago y Valparaíso. En 1856 se comenzó la construcción del ferrocarril al sur del país. La primera etapa, Santiago-Rancagua, quedó terminada en 1860. El Estado se encargó de desarrollar el crédito y fomentar el ahorro. Se creó así la Caja de Crédito Hipotecario, en 1855, que perseguía otorgar créditos para el fomento de la actividad agrícola, y en 1861, la Caja de Ahorros de Santiago, cuyo principal objetivo era incentivar el ahorro entre las personas de menores recursos. En 1860, por influencia del economista francés Juan Gustavo Courcelle Seneuil, se dictó la primera Ley de Bancos, que reglamentó el funcionamiento de estas instituciones. Esto se hizo necesario debido a la rápida proliferación de bancos que se había iniciado en las décadas anteriores. El primer banco que funcionó con autorización legal en Chile fue el Banco de Valparaíso, fundado en 1855 por el empresario Agustín Edwards. En Santiago fue el Banco de Chile, fundado en 1859. Cabe aquí señalar que con anterioridad a 1855 funcionaban de hecho varios bancos, como el Banco de Ossa de Valparaíso, que habían surgido de casas comerciales que emitían y prestaban dinero a particulares.

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30 t) El explosivo desarrollo de la minería. Uno de los sectores productivos menos afectados por las guerras de la independencia fue el minero, pues la actividad bélica y sus ruinosas consecuencias prácticamente no tocaron la zona norte del país. El auge de esta actividad se inició en mayo de 1832, cuando el cateador Juan Godoy descubrió el mineral de plata de Chañarcillo, ubicado a unos 50 kilómetros al sur de Copiapó. Este hecho provocó una serie de nuevos e importantes descubrimientos argentíferos en esa zona, como la Descubridora (septiembre de 1832), el Checo Grande (1847) y Tres Puntas (1848). La decadencia de la minería de la plata, provocada especialmente por el agotamiento de Chañarcillo y Tres Puntas, se hizo notoria hacia 1855, año que marcó así el fin del ciclo expansivo de esta zona minera. Sin embargo, al descenso de la plata siguió una progresiva exportación de cobre, que también brindó importantes entradas al país. Este mineral comenzó a cobrar cierto auge en 1825, con la creciente demanda proveniente de Inglaterra. Aun cuando las primeras explotaciones cupreras fueron iniciadas por empresarios ingleses establecidos en Chile, hacia 1850 algunos empresarios chilenos comenzaron a trabajar en este campo. Además de Tamaya, había también otras importantes minas de cobre en la región del desierto de Atacama, en el valle de Aconcagua y en las cercanías de Rancagua, donde se explotaba el mineral de El Teniente. De esta manera, la minería y la exportación del cobre se transformaron en el rubro productivo que mayores entradas dejaban al país. La explotación de los importantes yacimientos de carbón de piedra en la zona de Concepción comenzó a efectuarse en la década de 1840. Aun cuando anteriormente se extraía carbón con técnicas artesanales, la explotación industrial de las minas se incrementó debido a la demanda generada tanto por la navegación a vapor como por la minería que se desarrollaba en el norte del país. En ambas actividades, debido a la

desaparición de los bosques naturales, que eran usados como leña, se comenzó a utilizar el carbón como combustible. Con el desarrollo de los ferrocarriles y la apertura de importantes mercados en el exterior, como Panamá y California, la minería del carbón cobró un gran auge. u) El resurgimiento de la agricultura. En 1838, y con el apoyo del gobierno de Prieto, se creó la Sociedad de Agricultura, cuya finalidad era difundir los adelantos técnicos en los campos del país. Con el objetivo de establecer un jardín de aclimatación de plantas desconocidas en Chile, se creó en 1839 la Quinta Normal. Ésta fue organizada por el italiano Luis Sada. Sin embargo, el verdadero auge del sector agrícola comenzó hacia 1848, cuando desde California (Estados Unidos) comenzaron a importarse grandes cantidades de trigo y harina provenientes de Chile, debido a la creciente cantidad de personas que llegó a ese lugar en busca de oro. Como Chile era el único productor importante de trigo en la costa occidental del Pacífico, su agricultura se transformó prácticamente en el exclusivo proveedor del mercado californiano. Esto elevó enormemente el precio del trigo y de la harina exportada, y con ello también las ganancias de los agricultores nacionales. En 1851, el descubrimiento de oro en Australia implicó la creación de un nuevo e importante mercado para los agricultores chilenos. El apogeo de este ciclo exportador se logró en 1855. Sin embargo, en los años siguientes la situación cambió radicalmente, pues tanto California como Australia lograron pronto autoabastecerse de trigo y harina, hecho que cerró aquellos mercados para Chile. Ya hacia fines de la década de 1850, la exportación era prácticamente nula, lo que provocó una fuerte caída en los precios y afectó, además, la situación general de la economía del país. v) La expansión territorial Hasta mediados del siglo XIX la vida de la nación chilena se había desarrollado en el

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31 territorio comprendido entre los ríos Copiapó y Bíobío, más los enclaves de Valdivia, Osorno, Chiloé y el recién fundado Fuerte Bulnes. La prosperidad general, el aumento de la población y la necesidad de desarrollar la producción agrícola, produjeron un movimiento colonizador hacia las regiones aún no ocupadas y un desplazamiento más allá de las fronteras en el norte.

w) La transformación de la sociedad

Las notables riquezas minerales que existían en la zona del desierto de Atacama, fueron estímulo para numerosos aventureros y empresarios que se lanzaron en arriesgadas expediciones en busca de plata, cobre o salitre. Uno de los primeros exploradores fue el Chango López, hombre modesto que descubrió guano en Mejillones. En sus incesantes búsquedas terminó por establecer su hogar en la caleta de Antofagasta entonces deshabitada. Otro explorador de gran empuje fue José Santos Ossa, quien descubrió salitre en el Salar del Carmen, al interior de Antofagasta. El descubrimiento del mineral de plata de Caracoles, en las proximidades de Calama, atrajo una mayor población de mineros y aseguró las actividades en la zona.

En la transformación de la sociedad la mayor fuerza dinámica provino del sector minero. El auge de la plata, el cobre, el carbón y el salitre, dio riqueza e influencia a gente que como técnicos, ingenieros y empresarios amasaron fortunas con su esfuerzo. La actividad bancaria dio origen a la formación de un grupo de gran influencia, ya que disponía del crédito y lo manejaban en beneficio propio o de grupos afines. El activo comercio nacional e internacional dio prosperidad a los círculos empresariales y agentes comerciales. Todos estos grupos estaban vinculados entre sí y formaban una Burguesía que por su poder y riqueza comenzaba a rivalizar con la antigua Aristocracia terrateniente.

Todas estas exploraciones tenían lugar en territorio Boliviano. Sin embargo, los trabajadores, técnicos, empresarios y capitales eran chilenos. Además, el aprovisionamiento de alimentos y útiles mineros, se realizaba desde Valparaíso y este era el puerto donde se negociaba la exportación de los minerales del norte. Las disputas entre Chile y Bolivia por la riqueza del desierto desembocarán en 1879 en un conflicto bélico de grandes magnitudes: la Guerra del Pacífico.

La aristocracia perdió importancia en la segunda mitad del siglo XIX. Algunos de los factores que explican este hecho son la subdivisión de los grandes latifundios debido a la abolición del mayorazgo y las diversas crisis agrícolas mundiales, que afectaron la fortuna de los grandes hacendados. Pese a todo su prestigio, la aristocracia no constituyó un grupo cerrado y aceptó a los hombres honrados y cultos que habían creado fortunas en las actividades mineras, bancarias y comerciales. Muchos de los componentes de la burguesía contrajeron enlace con las hijas de las familias aristocráticas y de esta manera se aseguró la asimilación de ambos grupos. Al finalizar el siglo XIX esta fusión era un hecho consumado y desde aquella época en adelante debe considerárselas como una sola clase social: la Oligarquía.

Durante la Guerra del Pacífico, mientras las armas chilenas avanzaban en el desierto, las fuerzas argentinas se desplazaban por la Patagonia. En 1881 se firmó un tratado de límites que fijó la línea fronteriza entre los dos países en las más altas cumbres de la cordillera de los Andes. Con esto el gobierno chileno renunciaba a todo territorio situado al este de la cordillera. Chile mantendría en su poder íntegramente el Estrecho de Magallanes y la Tierra del Fuego sería dividida en partes iguales.

Los profundos cambios que experimentaba el país, repercutieron en la estructura y el modo de ser de la sociedad, que pasó del carácter paternalista propio de un régimen agrario, a una sociedad de carácter capitalista basada en la gran explotación de la minería, el comercio y la banca.

La expansión de la economía nacional, especialmente en la minería, el comercio y los transportes, crearon nuevas fuentes de trabajo que dieron oportunidades a los grupos medios. Empleados de tiendas, dependientes de oficinas, funcionarios ferroviarios y

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32 técnicos de pequeña industria, alcanzaron situaciones de estabilidad y mejores niveles económicos. La ampliación de las funciones del estado, reflejada en los organismos administrativos (aduana, tesorerías, correos, registro civil) y en la creación de nuevas escuelas públicas y liceos, formó un vasto sector de funcionarios públicos. El escalafón del ejército fue otro vehículo de movilidad social que permitió subir de categoría a individuos que ingresaban a los cargos inferiores de la oficialidad. El extraordinario incremento de la instrucción pública iniciado en la primera mitad del siglo contribuyó poderosamente a formar a los hijos de las familias de nivel medio y aun de condiciones más modesta. En esta forma, las nuevas generaciones gozaron de una mejor instrucción que les permitió desempeñar tareas de mayor responsabilidad. El desarrollo económico del país provocó la concentración del elemento obrero en los campamentos mineros, los puertos y los grandes centros urbanos (Santiago, Valparaíso, Concepción). Este grupo tuvo su origen en la migración de los campesinos, producto de la estabilidad aparente y la mayor libertad de las nuevas fuentes de trabajo. El nuevo sector de obreros urbanos constituyó el germen del proletariado, grupo de gran importancia en el desarrollo histórico del siglo XX.

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