Retos ambientales de un mundo cambiante
Unidad 4 La globalización y las especies invasoras
UNIDAD 4 La globalización y las especies invasoras Subunidad 4.5 - Impactos económicos y sociales. La estimación de los impactos económicos de las especies exóticas invasoras ha sido objeto de numerosos estudios, ya que se ha valorado, como se comenta en el video, que es muy elevado el coste que conlleva la gestión de estas especies. Los trabajos más conocidos al respecto son los realizados por Pimentel y colaboradores (2000, 2005), donde se estima el coste que supone para los Estados Unidos por año, teniendo en cuenta el coste de los daños y pérdidas que las especies exóticas invasoras y los costes de su control. El cálculo es de más 120 000 millones de dólares. Entre las especies invasoras, son lo que denominamos malas hierbas de los cultivos el grupo de especies que causan mayores pérdidas (27 000 millones de dólares), seguido de los patógenos que atacan a los cultivos (21 500 millones de dólares), de tal manera que es la agricultura el sector que sufre con más fuerza el problema de las introducciones de exóticas. Entre estas especies cabe destacar la presencia de la termita de Formosa Coptotermes formosanus Shiraki 1909 y la hormiga roja de fuego Solenopsis invicta Buren 1972, que le cuestan a los estadounidenses 1 000 millones de dólares al año cada una. La primera es también conocida como la súper-termita, por su carácter altamente destructivo. Esta termita forma grandes colonias, y consume madera a gran velocidad y en grandes cantidades. Los daños económicos son muy grandes ya que en muy poco tiempo destruye las estructuras de madera, casas y embarcaciones. Además, una vez establecida una colonia, la erradicación es prácticamente imposible, aunque sí un relativo control. En Estados Unidos son un problema realmente serio. El caso de la hormiga roja de fuego tiene un impacto mucho más directo en la salud humana, ya que su mordedura, aunque generalmente no es una amenaza para el hombre, puede provocar un shock anafiláctico y causar la muerte. En cualquier caso, su mordedura es venenosa y dolorosa, y el carácter agresivo de la especie la convierte en un serio problema. Además, los nidos de esta especie son también un problema para los cultivos, dañando las raíces de los mismos. Y aunque esta especie es principalmente un problema en el sur de los Estados Unidos, la alarmante expansión por otros países del mundo la convierten en una amenaza global (Morrison et al. 2004). Otro dato interesante: las ratas y gatos causan unas pérdidas de 38 000 millones de dólares al año en los Estados Unidos. No volveremos a detallar los impactos de estas especies, ya conocidos, tan sólo remarcar la importancia económica que esos impactos tienen.
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Rafael Miranda
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Respecto a los impactos sociales, con el fin de completar la información expuesta acerca de la perca del Nilo Lates niloticus (Linnaeus, 1758) en el lago Victoria, se recomienda el documental “la Pesadilla de Darwin” dirigido por Hubert Sauper, que se puede visualizar en internet en diferentes recursos (e. g. https://www.youtube.com/watch?v=IV7Y9FHcdFk). El documental refleja con bastante acierto los efectos sociales y medioambientales de la industria pesquera, en concreto la explotación de la perca del Nilo, en el lago Victoria en Tanzania, en la ciudad de Mwanza. El problema se agrava además por el conflicto bélico en la zona donde, como se deja entrever en el documental, el comercio de la perca del Nilo alimenta el comercio de armas ilegal. Una lección que debemos aprender del fenómeno que ha sufrido la introducción de la perca del Nilo en el lago Victoria y su posterior exportación hacia Europa afecta a nuestra responsabilidad, y nos urge a ser cuidadosos con lo que compramos, fijándonos siempre en el origen y la trazabilidad de lo que consumimos, porque sin saberlo podemos estar colaborando al desarrollo de situaciones realmente injustas en otra parte del planeta. La falta de información en este sentido es mucha, y es nuestra responsabilidad informarnos del origen de lo que consumimos. Los impactos sociales y económicos son muchos, y en muchos casos difícilmente medibles. Por supuesto, no todos son malos. El hombre, desde tiempos prehistóricos, ha facilitado la introducción de especies de animales y plantas para su propio beneficio, y en muchos casos con gran éxito. La patata y el maíz, aunque no son estrictamente especies invasoras, pero sí especies domésticas introducidas, han salvado de la hambruna a Europa. La carpa común o europea Cyprinus carpio Linnaeus 1758 es una de las especies incluidas entre las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del planeta, su capacidad de modificar el hábitat es muy elevada, ya que es capaz de destruir la vegetación sumergida de la que se alimenta y provocar un fenómeno de eutrofización, visible en una elevada turbidez, disminuyendo la calidad del agua, que puede incluso causar la extinción local de otras especies acuáticas. Se pueden consultar los principales impactos de esta especie en la base de datos del ISSG que comentamos anteriormente (http://www.issg.org/database/species/impact_info.asp?si=60&lang=EN). Sin embargo, la carpa ha sido y es una importante fuente de proteínas animales, fácilmente cultivable y, posiblemente, la forma más barata de producir carne a partir, en muchos casos, de materia orgánica que desechamos. En los países en desarrollo los cultivos de carpas y tilapias (Oreochromis spp.) son un recurso alimenticio de primer orden. Entre las tilapias, está incluida en el listado de las 100 especies mas dañinas la tilapia de Mozambique Oreochromis mossambicus Peters 1852. En este sentido, la percepción general acerca de las especies exóticas invasoras es siempre terriblemente negativa, y en muchos casos no tenemos suficiente información como para estimar el impacto que una especie en concreto produce en un nuevo medio. Además, aunque sepamos el grado de amenaza que supone la especie introducida, en algunos casos los beneficios que obtenemos hay que tenerlos en
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cuenta en el momento de establecer los impactos que esa introducción supone (Gozlan 2008), como el ejemplo de la carpa que acabamos de ver. Un ejemplo conocido de una introducción eficiente es el de la gambusia Gambusia holbrooki Girard, 1859 a principios del siglo XX. La gambusia es un pequeño poecílido depredador de larvas de insectos, especialmente de dípteros. Se introdujo en Europa como medio biológico de control de los mosquitos del género Anopheles, transmisores de la malaria o el paludismo. Los efectos ecológicos de la introducción de la gambusia son notables y muy negativos, siendo uno de los responsables del estado crítico de especies endémicas como el fartet Aphanius iberus (Valenciennes, 1846) o el samaruc Valencia hispanica (Valenciennes, 1826) en el Levante español, que se encuentran entre los peces de agua dulce más amenazados del planeta. Sin embargo, la gambusia se ha mostrado, en términos generales, muy eficiente en el control de mosquitos, y aunque no se ha contrastado científicamente, todo parece indicar que es un responsable directo del control de la malaria y el paludismo en Europa. Sin embargo, aún teniendo en cuenta que la introducción de una especie puede ser beneficiosa para las poblaciones locales, habría que considerar como norma general que una introducción no es en principio una buena idea, y aunque podamos detectar beneficios de todo tipo a corto plazo, los efectos suelen ser mucho más negativos de lo que pudiésemos estimar. Tenemos muchos ejemplos a lo largo de la historia de lo mal que han salido supuestas beneficiosas introducciones, como el caso ya comentado de los conejos y los zorros en Australia. En el siglo XIX la percepción social e incluso científica de las especies era mucho más positiva que la actual, y en 1860 se creó en Gran Bretaña la Sociedad para la Aclimatación de Animales, Aves, Peces, Insectos y Vegetales (Society for Acclimatisation of Animals, Birds, Fishes, Insects and Vegetables) y poco antes, en 1854 en París, se fundó la versión francesa de una sociedad similar (Société Impériale d’Acclimatation) (Gozlan 2008). En España, hasta bien pasada la mitad del siglo XX existía una clara política de introducción y aclimatación de especies exóticas, como las muchas plantaciones de árboles traídos de todo el mundo con el fin de examinar su rentabilidad como recurso forestal. Pero la experiencia que el tiempo nos ha dado con la introducción de especies nos ha visto ver, en algunos casos pasado mucho tiempo, los efectos negativos que generalmente han tenido estas introducciones, desde el punto de vista ecológico por lo menos. Aunque bien es verdad que algunas de esas introducciones han sido rentables y beneficiosas económicamente, como algunas especies de árboles, en términos generales se he demostrado que los efectos negativos de estas introducciones son mayores de los beneficios que obtenemos, y los países desarrollados han cambiado su filosofía. En la actualidad no sólo no favorecen programas de introducción de especies, sino también desarrollan programas específicos de prevención, gestión y erradicación de especies exóticas invasoras. Pero lamentablemente hoy en día ya son pocas las introducciones directamente provocadas (por lo menos oficialmente) y gran parte de ellas son accidentales (o no tanto), fruto de un mundo globalizado donde son muy fáciles estas introducciones. Aunque la sociedad y los gobiernos toman medidas, el número de introducciones sigue aumentando, y en algunos casos de una manera incontrolada. Los gobiernos cada vez
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más invierten en la gestión de estas especies, pero en muchos casos no logran vencer a la invasión, conformándose con sufrirla de una manera más o menos viable. La colaboración ciudadana en el control de especies exóticas invasoras es crucial, y se sustenta en tres pasos o niveles: 1. evitando la introducción de especies, independientemente de la categoría internacional de la misma, sea o no catalogada como invasora. En este sentido, en ocasiones el ciudadano puede propiciar directamente o ser colaborador indirecto de una introducción, facilitando bienes o servicios que la permitan. Su colaboración incluso puede ser siendo permisivo en sus círculos de información acerca de las especies exóticas invasoras. 2. informando a las administraciones sobre la presencia de una especie introducida. En el caso de desconocer de qué especie se trata, nunca está de más informar a los responsables de la gestión de fauna y flora sobre la presencia de una especie que no conocemos. 3. denunciando, si fuera necesario, la introducción de una especie exótica. En este sentido, los casos de introducciones ilegales de especies cinegéticas o piscícolas son, lamentablemente, muchos, y localmente se sabe quién y cuándo se producen esas introducciones. Estas medidas y, en el fondo, esta actitud ante las especies exóticas invasoras, son una pieza clave para la gestión de las mismas y es una responsabilidad de todos, no solo de las administraciones, afrontar los problemas que estas especies acarrean.
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Bibliografía utilizada en esta sección (no necesariamente accesible) Gozlan RE (2008). Introduction of non-native freshwater fish: is it all bad? Fish and Fisheries 9(1), 106-115. Morrison LW, Porter SD, Daniels E, Korzukhin MD (2004). Potential global range expansion of the invasive fire ant, Solenopsis invicta. Biological Invasions 6(2), 183-191. Pimentel D, Lach L, Zuniga R, Morrison D (2000). Environmental and economic costs of nonindigenous species in the United States. BioScience 50(1), 53-65. Pimentel D, Zuniga R, Morrison D (2005). Update on the environmental and economic costs associated with alien-invasive species in the United States. Ecological economics 52(3), 273-288.
Lectura recomendada en la web: - Recopilatorio de los impactos económicos del departamento de agricultura de los Estados Unidos (http://www.invasivespeciesinfo.gov/economic/main.shtml) - Williams FE, Eschen R, Harris A, Djeddour DH, Pratt CF, Shaw RS, Varia S, Lamontagne-Godwin JD, Thomas SE, Murphy ST (2010) The Economic Cost of Invasive Non-Native Species on Great Britain. CABI Project No. VM10066 (file:///C:/Documents%20and%20Settings/RF/Mis%20documentos/Downloads/The_Ec onomic_Cost_of_Invasive_Non-Native_Species_to_Great_Britain.pdf)
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