Semana 2 (b) – Unidad 1: Teoría del conocimiento
LECTURA COMPLEMENTARIA RENÉ DESCARTES 1596-1650 Filósofo, matemático y físico francés, considerado como uno de los padres de la filosofía moderna. Es también conocido como Cartesius, era su nombre en latín, de aquí deriva el adjetivo “cartesiano”, utilizado en matemática, por ejemplo el plano cartesiano. Descartes vive en un momento de Europa que enfrenta grandes cambios en el orden político, social y cultural. Se produce la revolución copernicana S. XVI y XVII, consiste en la revolución científica, especialmente astronómica, se pasa del sistema geocéntrico (Tierra en el centro del Universo) al heliocéntrico (el Sol en el centro del sistema). Desde el punto de vista filosófico, Dios había dejado de ser el centro de la especulación, el hombre se convierte en el eje de la filosofía, especialmente la preocupación de cómo conocemos. Descartes es el fundador y el principal representante de la corriente racionalista, la que ubica a la razón del hombre como principal motor del conocimiento. MEDITACIONES METAFÍSICAS Descartes trata de alcanzar sentar las bases seguras y sólidas de las ciencias y la filosofía, para hacerlo busca eliminar todo rasgo de inseguridad, incertidumbre, todo aquello que imposibilite el saber genuino y certero. Compara a un edificio con la estructura del conocimiento, no necesitará examinar cada uno de los elementos que componen el edificio del conocimiento, destruyendo los cimientos todo el edificio caerá y construirá uno sobre bases sólidas y fuertes. El método que propone Descartes consiste en someter a todas las creencias a una duda implacable y sólo aceptar aquellas que no pueden ser dudosas e inciertas. Este método consiste en la duda metódica, se trata de dudar para encontrar alguna afirmación indudable y verdadera, es la duda su método para encontrar el conocimiento. La duda cartesiana es diferente a la duda escéptica, ésta última consiste en la imposibilidad de afirmar algo. La Primera Meditación habla de las cosas que pueden ponerse en duda. Descartes destruirá sus antiguas opiniones, todo el conocimiento tradicional que recibió se fundó sobre bases falsas, para destruirlo propone tres argumentos: - Si las antiguas opiniones está fundadas en información de los sentidos, no son seguras, ya que los sentidos nos han engañado. Es necesario rechazar las creencias que proceden de los sentidos, ya que no es prudente confiar en quienes nos han engañado alguna vez, fundar la ciencia sobre información proporcionada por los sentidos sería como edificar sobre arenas movedizas. Los sentidos nos engañan cuando por ejemplo observamos el cielo estrellado y nos parece que nuestro planeta se encuentra en el eje del sistema y que todo gira a nuestro alrededor. Otro ejemplo sería cuando vemos una pecera desde un ángulo, la información que nos proporcionará respecto a la cantidad de peces y tamaños será diferente dependiendo del ángulo. Escuela y Liceo Elbio Fernández Prof. Fernanda González – Filosofía 2º BD
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La dificultad para distinguir la vigilia del sueño. Todo lo que ocurre estando despierto sería posible representarlo en sueños, por lo tanto no puede concluir si está dormido o despierto. Descartes NO afirma que estemos durmiendo ahora, sino que si estuviéramos durmiendo, no podríamos saberlo, entonces rechazará todas aquellas creencias cuya verdad dependa de que sepamos que estamos durmiendo o despierto. La dificultad de distinguir la locura de la “normalidad”. Lo mismo que ocurre con el sueño, no es posible concluir que estamos en estado de locura o “normalidad”. Hipótesis del genio maligno. Estando dormidos podríamos resolver una ecuación matemática, y podría ser correcta independiente de si estamos dormidos o despiertos, en estado de locura o “normalidad”. Descartes encuentra una forma de poner en duda estas verdades, imagina que puede haber un ser poderoso y malvado, un genio maligno, que se dedicara a engañarlo. Tal vez pensar que 2+2=4 es una verdad, es un engaño del malvado genio. Descartes no está afirmando que este genio exista, sino que no tenemos forma de descartar su existencia.
“PIENSO, POR LO TANTO EXISTO” Descartes lleva al máximo la duda, es entonces cuando se da cuenta que mientras está dudando, está pensando, y si piensa necesariamente existe. Es entonces, que llega a la afirmación “pienso, luego existo”. Esta afirmación tendrá que ser necesariamente verdadera, es imposible ponerla en duda. Aunque exista un genio maligno, no podría hacernos creer que existimos si realmente no existimos. La consciencia de mi existencia no la obtengo de los datos de los sentidos, sino de una capacidad de mi mente. El punto de apoyo del conocimiento se encuentra en el sujeto, en la consciencia individual. Descartes le da al hombre un lugar central en la construcción del edificio del conocimiento. La razón es la piedra fundamental para conocer, es por esto que Descartes es racionalista. JUSTIFICACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS: Para no quedarse en el solipsismo (es la forma radical del subjetivismo, según el cual sólo existe o sólo puede ser conocido el propio yo), proporciona la prueba de la existencia de Dios, siendo garantía de su propia existencia. Todos tenemos la idea innata de Dios como un ser perfecto e infinito, por lo tanto no podemos concebirlo como no existente, pero iría contra la propia idea. La esencia y la existencia no podrían separarse.
DISCURSO DEL MÉTODO: En el Discurso del Método, Descartes proporciona las cuatro reglas por las cuales es posible conducir el espíritu ante cualquier situación que deseamos conocer. La primera de las reglas es la más importante, se trata de aceptar sólo aquello que se presenta de forma clara y distinta, se trata de utilizar la evidencia; de esta manera no nos engañaremos en el conocimiento, el error proviene del mal uso de nuestra voluntad.
Escuela y Liceo Elbio Fernández Prof. Fernanda González – Filosofía 2º BD
La segunda regla habla del análisis, consiste en dividir cada una de las dificultades en tantas partes como sea posible, hasta llegar a los elementos más simples. Así se muestra el camino por el cual una cosa fue metódicamente descubierta. La regla de síntesis es la tercera, consiste en avanzar por orden nuestro pensamiento, partiendo de lo más simple y fácil de conocer hasta llegar a lo más complejo. Finalmente, la cuarta regla se trata de realizar enumeraciones, revisar cada uno de los partes cuidadosamente, hasta estar seguros de no omitir nada.
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