Manrique francisco javier cervigon ruckauer

Page 1

UNIDAD 2: JORGE MANRIQUE, Coplas a la Muerte de su padre. Introducción Nació en Paredes de Navas, España, hacia el año 1440 y murió en Cuenca, 1479. Poeta castellano, autor de las “Coplas a la muerte de su padre”, máxima creación de la lírica cortesana del siglo XV y una de las mejores elegías de la literatura española.

Miembro de una familia de la nobleza más rancia de Castilla (era hijo de don Rodrigo Manrique, maestre de la orden de Santiago, y sobrino del poeta Gómez Manrique), Jorge Manrique compaginó su afición por las letras con la carrera de las armas, participando junto a su padre en las luchas que precedieron al ascenso de los Reyes Católicos. Ambos pertenecían a la orden de Santiago, y combatieron del lado de Isabel la Católica contra los partidarios de Juana la Beltraneja. Pereció a causa de las heridas recibidas durante al asalto al castillo de Garcimuñoz, en el feudo del marqués de Villena. La poesía de Jorge Manrique se sitúa dentro de la corriente cancioneril del siglo XV. Su producción poética menor, reunida en un Cancionero, está formada por medio centenar de composiciones breves, en su mayor parte de tema amoroso, que siguieron los cánones trovadorescos y cortesanos de finales de la Edad Media. Más originales son sus piezas burlescas, como las "Coplas a una beoda" o la titulada "Convite que hizo a su madrastra". Extraído de: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/manrique.htm

Las Coplas… Según P. Salinas lo que singulariza esta obra: No es ciertamente el contenido conceptual de las Coplas, inventado y formulado antes por muchos. Precisamente todo lo que es pensamiento en ese gran poema es tradición. No la Biblia, por su lado, no Séneca, por el suyo, no Boecio; sino la summa del pensar de los autores individuales en un conjunto donde se apiñan todos, apoyándose, potenciándose mutuamente, para formar el complejo que podría llamarse el “pensamiento tradicional de la muerte en el siglo XV”. A él nada añade Manrique a su acervo. Tampoco es obra de su invención la forma métrica de las Coplas. Ya vieron los críticos hace tiempo que venía elaborándose en la poesía del siglo XV y que el tío del poeta, Gómez Manrique, la fijó en el estado en que la toma su sobrino. Habrá que encontrar, pues, su personalidad en su tratamiento de ese pasado, en su actitud frente a la tradición. Ello es lo que, a mi ver, define la figura poética de Jorge Manrique. (p.135)


Temas Es en este punto donde percibimos una innovación de las Coplas con respecto a las producciones típicas medievales, ya se empieza a notar en la obra de Manrique cierto aire prerrenacentista. Afirman Domenech y Romeo: “El acentuado individualismo de la poesía de Manrique está más cercano al prerrenacimiento que a la Edad Media. Sus Coplas son típicas de un período de transición entre el fin del mundo medieval y el comienzo del renacentista.” Pedro Salinas concibe a las Coplas como una “constelación de temas”; en la obra están presentes variados temas: el juicio del mundo, la fugacidad y el tiempo, la fortuna y la muerte. Este bagaje tradicional del poema queda definido por un conjunto de tópicos en torno a los cuales se articula el pensamiento medieval. Afirma Domenech- Romeo: Estos tópicos consisten en una serie de verdades, que sancionadas por la autoridad de la Iglesia, eran asumidas con toda sinceridad. Sobre ellos se sustentaba una visión global del mundo que establecía el cauce del comportamiento humano. Manrique lleva a cabo una cuidada selección de estos temas básicos y nos lo presenta formando un entramado que los relaciona hábilmente entre sí. Esta es la razón de que su poema se haya querido ver una brillante síntesis de la cultura medieval. (p.3) Los temas se van entrelazando a partir de un tono exhortatorio que recorre la obra: Recuerde el alma dormida Avive el seso y despierte La crítica sostiene que “esto de las expresiones exhortatorias es uno de los hilos estilísticos que nos guía a través del poema” (Salinas, p. 141). Citamos como ejemplo: “No se engañe nadie, no.”/ “No les pidamos firmeza.” / “Dejemos a los troyanos”. Las formas vocativas (“Ved”, “Decidme”), dice Salinas, corroboran ese sentido hacia alguien, hacia un oyente, afirman el sentido de exhortación. TIEMPO FUGAZ Es uno de los tópicos principales que recorre la obra. El tiempo es fugaz (tempus fugit), se escapa rápidamente, fluye constantemente. El futuro se va componiendo con pequeños momentos del presente, es en este sentido que el pasado cobra mayor importancia: Pues que vemos lo presente Cómo en un punto se es ido Y acabado, Si juzgamos sabiamente, Daremos lo no venido Por pasado. No se engañe nadie, no, Pensando que ha de durar


Lo que espera Más que duró lo que vio, Porque todo ha de pasar Por tal manera. “En estos versos el poeta despoja al hombre de cualquier esperanza que el anhelo humano quisiera prender en el tiempo. Lo presente huye, en un punto. Luego el hombre cuerdo ha de saber que lo futuro, cuando llegue, es decir, cuando se haga presente, se escapará del mismo modo” (Salinas, p. 145). Para Manrique el tiempo es paso, el hombre no puede asirse a él porque es efímero. Esto conduce a brindar mayor importancia a otra vida, no la terrenal, sino la vida de la fama y la inmaterial después de la muerte. LA FORTUNA Exponen las autoras Domenech-Romeo: La fortuna es un azar ciego que desencadena las tragedias humanas. Se la representa como una rueda presurosa e inestable que reparte caprichosamente la felicidad y la desgracia. (p.3) Para Manrique, la virtud, la vida de honor, es la única defensa, no sólo frente a la Fortuna, sino también frente al tiempo y la muerte. EL MUNDO El mundo es un lugar de paso, es aquí donde el hombre puede conseguir la salvación de su alma para la vida después de la Muerte. Los valores del mundo carecen de significado frente a la inminente muerte arrastrada por el tiempo fugaz y la fortuna que juega con los hombres. Lo único cierto es la caducidad de los bienes terrenales. Los bienes mundanales (belleza, juventud, fortuna, poder, etc.), con el paso del tiempo y la muerte se terminan, desaparecen LA FAMA La fama es un reflejo de la vida de honor. Es la memoria ejemplar que los que mueren legan a los que quedan. La fama, consecuencia de una vida de honor, vence al tiempo y sobrevive a la muerte. Es por esto que al presentar el retrato de su padre, insiste en que sus hechos famosos son una consecuencia de su vida ejemplar. De todas formas la vida de fama está subordinada a la vida eterna del más allá, en cuanto que el tiempo puede borrarla. LA MUERTE Nuestra vida son los ríos Que van a dar en la mar, Que es el morir; Allí van los señoríos Derechos a se acabar Y consumir;


Allí los ríos caudales, Allí los otros medianos Y más chicos; Allegados, son iguales Los que viven por sus manos Y los ricos. La obsesión por la muerte es algo característico a fines de la Edad Media, debido principalmente a la inmensa cantidad de muertos producido por la peste negra, que deja veinticinco millones de víctimas mortales en Europa a fines del s. XIV. Las epidemias y los conflictos bélicos generaron un estado de conciencia en las personas de que la muerte era algo muy cercano. Esto despertó, en muchos, el deseo de entregarse a los placeres mundanos de la vida antes de abandonarla. Manrique parte de una muerte concreta, y se sirve del personaje de la muerte de una forma alegórica, presentándose ante su víctima y hablando con ella. Frente a lo que es normal en la literatura medieval, en las Coplas la muerte carece de connotaciones terroríficas: no se ve al personaje, sólo se le oye, y en sus palabras no hay amonestaciones o alusiones satíricas hacia don Rodrigo; antes bien, llega incluso a animar al caballero para ayudarle a salvar el definitivo trance. La muerte alcanza un poder igualatorio (coplas III y XIV), no hay posibilidad de escapar de ella. La metáfora presente en los versos antes citados desarrolla el espacio de la muerte y su poder igualatorio: los ríos (vidas) van a dar a la mar (muerte), no importa el caudal de los ríos (o en su defecto, la importancia de esa persona) todos terminan en el mismo espacio de la Muerte; tanto los ricos como los que viven de sus manos. La Muerte no desprecia ni discierne entre ricos y pobres, su poder se extiende sobre todos, es democrática, imprevisible e inoportuna. Manrique no teme a la Muerte, sino que la acepta, comprende que es con ella que comienza la vida eterna, si se tuvo una vida heroica y virtuosa.

UBI SUNT Manrique se sirvió de un recurso corriente de la Edad Media, este recurso consiste en realizar una pregunta al empezar cada frase relacionada con el paradero de los grandes personajes de la historia o de la fama. “Suele el Ubi sunt servirse de la anáfora; cada verso empieza por las mismas palabras, por la fórmula interrogante” (Salinas, p. 161). ¿Dónde están? Esa es la interrogante; el recurso se cierra y cobra mayor poder cuando luego de una larga lista de nombres llega el silencio. El silencio es la respuesta que simboliza a la Muerte; todos los personajes famosos o históricos caen en la Muerte-silencio. La pregunta queda sin respuesta explícita. Manrique toma este recurso y lo moldea de acuerdo a su visión del mundo, no pregunta por personajes mundiales, sino que interroga sobre personajes nacionales: acerca la Muerte a personajes conocidos por sus lectores.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.