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FUCSIA
El amor por
internet
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Es común hablar del “amor en línea”, pues en la web es posible establecer relaciones no solo amistosas, sino también amorosas. Por Cristina Heredia D.
foto: pantherstock.
L
as consultas más comunes para hallar la “media naranja” se realizan en redes sociales, en el chat o en las páginas virtuales para solteros. Por ejemplo, Weekends Out es un espacio para solteros que se especializa en eventos culturales en Quito y Guayaquil para encontrar pareja o nuevas amistades. En su portal, www.weekendsout.com, se ofrecen encuentros bailables, citas a ciegas, multicitas y SpeedDating, que, como lo indican, “es una de las actividades favoritas de los clientes”, una especie de juego en el que se dialoga “durante cinco minutos, cara a cara, con una sola persona a la vez” y se va alternando entre el grupo de asistentes para hacer más fácil elegir en instantes con quién será la futura cita. Wekendsout.com maneja una base de datos de más de tres mil personas y alrededor de ochocientas asisten frecuentemente a los encuentros. Una quiteña de 30 años, a quien llamaremos Soledad, afirma que ha acudido a multicitas de Wekendsout, no tanto con la idea de encontrar el “amor de su vida”, sino con la intención de probar una nueva experiencia y ampliar su círculo de amigos. Otra forma, explica Soledad, es acudir a salas de chat para solteros en las que hay posibilidades de conocer mucha gente, pero sostiene que en pocas ocasiones hay una conexión o un clic con alguna persona específica. No descarta que surja una amistad “cuando la conversación es
entretenida y la descripción (del interlocutor) resulta atractiva… a lo mejor puede resultar algo más”. Sin embargo, cuando se accede a este tipo de interacción se deben tomar precauciones para evitar engaños o estafas. Cuando usted inicie una relación por internet es mejor que vaya paso a paso, es conveniente que cree una cuenta diferente a la que usa normalmente y no dé mucha información personal. También se aconseja no dejarse llevar por fotos espectaculares porque pueden ser tomadas de redes sociales, conocer un poco más al interlocutor y verificar la seguridad de los sitios de chat.
El amor de mi vida Lennin P., de 36 años, conoció a su esposa Martha S., de 34 años, en una sala de chat. Ambos son quiteños y durante meses se contactaron por internet: “Internet me ayudó a encontrar al amor de mi vida, a quien me acompañará por siempre”, dice Lennin, mientras que Martha considera que “el buen humor y la ironía son los ingredientes perfectos para mantener una relación vía chat”. Para él fue difícil aceptar una cita en persona y aplazaba las fechas por temor a no cumplir las expectativas de ella o a la posibilidad de que no se contactaran más. Sin embargo, en enero del 2009, luego de seis meses de relacionarse a través del chat, decidieron reunirse para definir su situación, lo cual, comenta Martha, fue decisivo. Los dos coinciden en que la primera cita personal no fue incómoda, pues la conversación y el interés fluyeron entre ambos. “Se reflejó una confianza mutua y
hubo una conexión inmediata, al punto de estar seguros de que debíamos pasar la vida juntos”, comenta Lennin. Diez meses después del primer encuentro personal, decidieron casarse. Llevan casi cuatro años de matrimonio y no se arrepienten de que se les haya cruzado por la mente iniciar un romance por la web, “porque aunque es arriesgado, en este caso ha valido la pena”.
Motivos de fuerza mayor Muchos dudan acerca de mantener una relación a distancia, pero a veces resulta. Este fue el caso de la ecuatoriana María Fernanda A., de 31 años, y el chileno Jorge S., de 29. Se conocieron en el 2010 cuando ella estudiaba una maestría en Chile y estuvieron juntos seis meses, pero ella tuvo que abandonar el país austral y la relación tomó un nuevo rumbo. “Me asustaba mucho mantener un noviazgo por internet, tomando en cuenta que no soy una persona muy apegada a la tecnología y menos al envío de correos electrónicos para comunicarme”, dice María Fernanda. Sin embargo, se hizo común enviar besos, abrazos y cariños virtuales con el recurso de emoticones, tarjetas temáticas y canciones, además del uso constante de Skype. “Una relación de este tipo, afirma, sobrevive cuando existe confianza”. María Fernanda y Jorge mantuvieron la relación virtual durante un año. Él llegó a Ecuador en el 2011 y, luego de vivir juntos, decidieron casarse ese mismo año. La pareja está convencida de que las relaciones amorosas por internet funcionan y de que la clave radica en la confianza y la seguridad “de creer en el otro a la distancia”.=