Niños autistas 55
El autismo no es una enfermedad ni una discapacidad, sino un trastorno del desarrollo que debe ser tratado de forma individual y a tiempo. Por Ángela Meléndez Sánchez
A
nte los casos de niños autistas, es imprescindible la alianza entre la familia y la escuela, además de una asesoría médica y psicológica que ayude a una correcta formación según las expectativas reales de desarrollo del niño. Por lo general, el síndrome autista afecta la comunicación, la interacción social y la expresión afectiva y, aunque pueden lograrse avances hay que tener claro que no es completamente remediable, aunque se puede lograr revertir sus condiciones con un tratamiento adecuado. Según el sitio www.autismspeaks.org, 1 de cada 88 personas en el mundo tiene autismo. Se presenta en cualquier grupo racial, étnico y social, y es cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas. La psicóloga infantil y psicorrehabilitadora Janeth Monroy considera que lo primero que se debe hacer es identificar el grado de autismo del niño. Es decir, cuando la familia se percata de que el desarrollo del pequeño no es armónico debe acudir a un médico, de preferencia un neurólogo pediatra, que realice una primera evaluación de sus destrezas afectivas y conductuales. “Para un niño con autismo lo más difícil de manejar son los afectos. La mayoría tiene mucha inflexibilidad mental o conductual”, explica Monroy, e insiste en la necesidad de
diferenciar los casos para que la propia familia esté al tanto de lo que sucede y reciba la asesoría correcta. En el plano educativo, la experta sostiene que lo fundamental es establecer una relación entre la escuela, los padres y la asesoría, que desempeñará un rol importante en la formación. En cuanto a la familia, lo primordial es “manejar sus expectativas con relación a la realidad de su hijo”. En la escuela es necesario que los maestros y directivos creen un ambiente de empatía, para evitar conductas discriminatorias y lograr que el resto de alumnos estén preparados para aceptar las diferencias. La psicóloga infantil sostiene que hay que ver cómo se da la interrelación con los otros estudiantes y medir progresivamente los
avances. Los docentes deben conocer en detalle el cuadro autista del niño para saber si es susceptible al ruido o si determinado comportamiento le impacienta, le irrita o le causa malestar. “He conocido profesoras que se sienten incapaces de ayudar al niño con este problema. Los maestros que enfrenten una responsabilidad así deben trabajar mucho, educarse, investigar y aprender”, explica Monroy. Antes de seleccionar un centro educativo, hay que cerciorarse de que este ofrezca las condiciones necesarias para acoger el caso de su hijo, en un ambiente de respeto, comprensión y apoyo permanente.=
Signos y síntomas La Fundación Mykah de Ecuador da algunos signos y síntomas comunes que se pueden detectar en un niño con autismo: 4Parece no reaccionar cuando es llamado por el nombre (hacia el primer año). 4No practica juegos imaginarios como, por ejemplo, dar de comer a los muñecos. 4Busca estar solo. 4Posee híper o hiposensibilidad auditiva, táctil, etc. 4Tiene dificultad para entender las emociones de los demás.
4Suele ser honesto en “extremo” al decir cosas que pueden parecer imprudentes. 4Presenta retraso o ausencia del desarrollo del habla. 4Repite constantemente palabras o frases. 4Se irrita con los cambios de rutina. 4Tiene intereses exclusivos o restringidos, por ejemplo, saber nombres de dinosaurios. 4 Evita el contacto visual.