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Arranca la Fundación Minería y Vida

En el recuerdo cercano o reciente se encuentran todavía los problemas habidos con la mina de cobre de Touro, en Galicia, con las reservas de litio a las afueras de la ciudad de Cáceres, con la mina de Retortillo, en Salamanca, o con las tierras raras en Ciudad Real, entre otros muchos, que son claros ejemplos de cómo el desconocimiento, la mala información, el descrédito y la pésima gestión afectan directamente a los esfuerzos de apertura de un yacimiento mineral.

La compleja situación mundial, donde las reservas de minerales muchas veces marcan la geopolítica, y la dependencia de determinados minerales en países con sobreexplotación de trabajadores, niños laborando a destajo en condiciones infrahumanas o explotaciones mineras sin parámetros de seguridad, obligan a unas relaciones entre países totalmente interesadas, donde se obvian conscientemente los derechos fundamentales de las personas y los trabajadores.

Pero es mucho mejor eso que el hecho de abrir una mina en el pueblo, municipio o ciudad de cada uno. Esta tendencia mundial, que comenzó con la corriente Nimby (Not in my back yard, No en mi patio trasero), ha evolucionado hacia la corriente Banana (Build absolutely nothing anywhere near anything, No construyas nada absolutamente cerca de nada), apareciendo más recientemente el concepto Cave (Citizens againts virtually everything, Ciudadanos contra prácticamente todo), que ya no solo no quieren minería, se oponen a la construcción de todo tipo de infraestructuras, transporte público, etc.

Estas tendencias mundiales chocan frontalmente con la necesidad de materias primas que demanda una sociedad creciente y cada día más tecnológica. Si el común de los mortales supiera cuántos minerales diferentes lleva un teléfono móvil, qué composición tiene la pasta de dientes, qué elementos componen los piensos animales o un simple coche, posiblemente recapacitaría y actuaría con más propiedad. Pese a todo, aun siendo gente informada y versada, la negatividad ante un posible proyecto minero es actualmente alarmante. Es por ello que surge hace dos meses lo que se conoce como la Fundación Minería y Vida, un proyecto inicial montado por más de 25 asociaciones, federaciones, colegios profesionales, cámaras y confederaciones, todas relacionadas con el sector minero, con idea de acercar a la sociedad la industria extractiva de las materias primas minerales.

Esta ardua labor es un proyecto que se basa en cuatro pilares fundamentales: la educación, la imagen y divulgación, la optimización y coor-

dinación, y la sostenibilidad y las relaciones sociales. En definitiva, es un trabajo a muy largo plazo que comienza en los colegios con la actualización de contenidos sobre la industria extractiva de los libros de texto, pasando por la formación del profesorado, la divulgación de asignaturas como la geología en los colegios, la creación de nuevos programas de formación profesional enfocados a la industria extractiva o el apoyo directo a las carreras universitarias del sector minero. Además de la labor formativa de los niños y jóvenes hasta que se incorporan al mercado laboral, es fundamental la concienciación de otros colectivos, como son las ONG, los políticos, los ecologistas y la ciudadanía en general. Para ello la Fundación Minería y Vida cuenta con un ambicioso plan cuyo fin primordial es acercar a la sociedad la industria extractiva de materias primas minerales y la profesión, corrigiendo estereotipos y divulgando la relevancia del sector para la vida y el bienestar.

La Fundación Minería y Vida ha arrancado con unos patronos, a los que se espera que se unan muchas más asociaciones, que han constituido e iniciado la Fundación con unas aportaciones anuales. Sin embargo, el desarrollo de tan inmenso proyecto solo se sostiene con los aportes económicos de la industria extractiva, de los proveedores de maquinaria, de las administraciones mineras y de la generosidad a nivel personal. Más allá de

las desgravaciones fiscales por aporte a una fundación (concretamente del 30%), nunca se había constituido en el sector minero un proyecto de tanta envergadura, por lo que la adhesión a la Fundación Minería y Vida es algo a lo que moralmente debería estar obligado todo el mundo que vive por y para el sector minero.

No es fácil poner en marcha tan pretencioso designio, pero si cada uno no pone su granito de arena, nunca se llegará a ver a la minería como el sector necesario para la extracción de las materias primas minerales tan imprescindibles para el desarrollo de la humanidad.

La Fundación Minería y Vida se presentó en el pasado Congreso Nacional de Áridos y contará con su stand en el Mining and Minerals Hall (MMH), que se celebrará en Sevilla en octubre.

Esta ardua labor es un proyecto que se basa en cuatro pilares fundamentales: la educación, la imagen y divulgación, la optimización y coordinación, y la sostenibilidad y las relaciones sociales. En definitiva, es un trabajo a muy largo plazo que comienza en los colegios con la actualización de contenidos sobre la industria extractiva de los libros de texto, pasando por la formación del profesorado, la divulgación de asignaturas como la geología en los colegios, la creación de nuevos programas de formación profesional enfocados a la industria extractiva o el apoyo directo a las carreras universitarias del sector minero

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