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Modelos y conceptos tras la inclusión

10.

A nivel institucional falta un gran camino por recorrer Los expertos coinciden en que muchas instituciones aún están muy atrás en el tema de inclusión. En muchos ámbitos (no sólo el bibliotecario) la discapacidad suele ser abordada desde una óptica médica, como un problema que ojalá encuentre una solución, y no como una condición humana más como muchas. Por más que el discurso enuncie otra cosa, esta actitud está muy arraigada en muchas esferas de nuestras sociedades occidentales.

“Hay una gran desconexión entre decir que damos la bienvenida a todos y todas y realmente dar la bienvenida a todos y todas. Las bibliotecas no son espacios acogedores si tienes una discapacidad y estás en Estados Unidos. Eso no quiere decir que todas las bibliotecas sean así. No lo son […] tienen un largo camino por recorrer para ser realmente acogedoras con todos los que entran por nuestras puertas (Entrevista a J.J Pionke).

MODELOS Y CONCEPTOS TRAS LA INCLUSIÓN

Para abordar la inclusión de personas neurodiversas, y cualquier tipo de inclusión en las bibliotecas, sugerimos comenzar por reflexionar y definir como equipo cuáles serán los modelos y perspectivas teóricas que sustentarán sus acciones. El presente documento se posiciona desde un modelo social y con enfoque de derechos.

Para entender a qué nos referimos con inclusión, es útil considerar las ideas a priori, o modelos que la sociedad en general ha recibido y perpetuado históricamente (sin necesariamente desearlo) acerca de las personas con discapacidades, y los discursos que se han instalado a lo largo del tiempo acerca del tema. Hay cuatro modelos “clásicos”:

El individuo

problema

problema problema

problema

EL PROBLEMA

problema problema

Figura 1: Elaboración propia a partir de la clase introductoria de Carrie Banks, “Inclusive libraries” (2016).

El primero y tal vez más institucional, es el modelo médico, según el cual la discapacidad es conceptualizada como un impedimento físico o mental que limita las actividades del individuo.

La experta Carrie Banks lo explica así: en este modelo el individuo es caracterizado como una persona que padece un defecto, enfermedad o condición física que le aleja de lo “normal” (Pionke, 2017, Kimura, 2018) y por ende el objetivo deseable es el de encontrarle una cura o, en su defecto, proveer dispositivos y soluciones técnicas que respondan a las expresiones de su discapacidad.

El modelo caritativo se basa en la premisa que las personas discapacitadas son inferiores a las personas no-discapacitadas, y por ende necesitan de su cuidado (aunque no lo haya

pedido). En la práctica, este modelo promueve actitudes y acciones compasivas, en lugar de empáticas (Banks & Klipper, 2021), infantilizando a la persona discapacitada y a veces, violando sus derechos humanos.

Sociedad

barreras

barreras barreras

barreras

barreras barreras

Figura 2: Elaboración propia a partir de la clase introductoria de Carrie Banks, “Inclusive libraries” (2016)

El modelo social, en cambio, funciona a la inversa: la discapacidad es concebida como un fenómeno arraigado en “una comprensión socio-contextual de las barreras que permiten que un impedimento se vuelva incapacitante” (Shakespeare, 2006, en Ezel, et al., 2022). Es decir, si una persona no puede navegar las estanterías de una biblioteca porque su silla de ruedas no entra en el espacio, desde la óptica socio-contextual, el problema está en el diseño de la biblioteca, no en el usuario (Ezel et al., 2022). Como dice Michael Oliver, connotado especialista en el tema de discapacidades:

Todas las personas con discapacidad la viven como una restricción social, aunque esas restricciones se impongan como consecuencia de entornos construidos de manera no-accesible; ideas generalizadas pero poco fundamentadas acerca de la inteligencia y las habilidades sociales; la falta de conocimiento del lenguaje de señas, la falta de material de lectura en Braille, o actitudes abiertamente hostiles hacia aquellas personas con discapacidades no visibles o evidentes (Oliver & Barnes, 2012, in Scotch, 2000).

El modelo social interpela la perspectiva según la cual las instituciones atienden las necesidades de las mayorías primero, y las minorías en segundo lugar. Muy en la línea con las premisas del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), este modelo exige que la inclusión se piense desde los cimientos de un sistema, no como un “parche” para solucionar un sistema fallido. Por lo tanto, el modelo social de las discapacidades tiende, en cierto modo, un puente solidario con las otras minorías que no gozan de plena inclusión en la sociedad (Kumbier & Starkey, 2016).

Un último modelo va más allá del social, es el modelo con enfoque de derechos planteando la discriminación contra las personas con discapacidad como un asunto de derechos humanos, ya que “la discapacidad es un aspecto natural de la condición humana” (Klipper & Banks, 2021). En estos dos últimos modelos, la sociedad y sus instituciones son responsables de remover barreras al acceso ya que ellas mismas las construyeron.

Estos modelos se sustentan en algunos conceptos básicos que debemos conocer:

• Exclusión: Dejar fuera de la sociedad a las personas diferentes, no considerarlas.

• Segregación: Las personas que no cumplen la norma general, son separadas para formar un grupo aparte.

• Integración: Adaptación a través de esfuerzos individuales para adecuarse al medio social.

• Inclusión: Respeto a las características personales y a las diversidades humanas, siendo estas un valor intrínseco, trasladando el desafío de lograr una justa convivencia, a toda la sociedad y no a cada individuo.

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