Revista Cuaderno 77

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Elvira Hernรกndez

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Índice: 4 7 11 14 17 20 24 27 30 34 37 42

Elvira Hernández: El egoísmo ha muerto Carlos Trujillo: De la isla al mundo Carlos Cociña: Decálogo para la poesía Verónica Zondek: Escritura parto Juan Cameron: El poeta que se ríe de todo Carmen Berenguer: La óptico de Carmen Jaime Quezada: F. P. habla sobre J. Q. Omar Lara: Poeta del acero José Ángel Cuevas: Leer al ex poeta Hernán Miranda: Encuentro con un amigo Jaime Pinos: La poesía situada

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Director: Fernando Sáez / Editor General: Tamym Maulén / Diseño, Diagramación & Fotografías: Maximiliano Andrade y Felipe Orellana Colaborador: Ernesto González / Escribieron: Tamym Maulén / Christian Formoso / Oscar Barrientos / Marcelo Guajardo / Martín Gubbins / Fanny Campos / Andrés Urzúa / Pablo Lacrois / Serafín A.R. / Héctor Hernández / Felipe Poblete / Zenaida Suárez / Andrea Campos Ernesto González / Óscar Saavedra / Hernán Ortíz / Camilo Brodsky / Rodrigo Hidalgo / Fundación Pablo Neruda: Fernando Márquez de la Plata 0192, Providencia, Santiago de Chile / www.fundacionneruda.org / Teléfono (56-2) 2777 87 41 / Derechos reservados © Impreso en Valparaíso por Impresos Libra, que actúa solo como impresor / Representante legal: Raúl Bulnes Calderón / Septiembre 2017



E

lvira Hernández

El egoísmo ha muerto

“Sigo escribiendo, sigo leyendo, sigo releyendo. Uno tiene un cuerpo de escritores y poetas que ha leído y con los que quiere estar constantemente relacionándose”.

Q

uiero compartirles una tesis, mi tesis sobe el futuro de la poesía: el egoísmo ha muerto. La poesía como competencia y campo de batalla es algo que, aunque persistan quienes solo saben de malas energías y codazos, ya pasó de moda, no es real. Y la muestra es que los más jóvenes, nosotros y los que vienen, no estamos en esa. La revolución por esencia tiene que ir en contra de la época que vive. Y en estos tiempos fetiches y exhibicionistas donde reina el individualismo, la corrupción y la vanidad, lo realmente revolucionario se da en la paz y en la generosidad. O sea, la Poesía con mayúsculas, esa que es un modo de vivir, a contracorriente. Siempre insistiremos en que la niña que lee un libro en la biblioteca está haciendo la revolución, ella es la punki, ella es la que está generando un cambio.

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Elvira Hernández

Elvira Hernández es poeta y activista de esta nueva generación. Su poesía es íntima denuncia de este país perverso e injusto, pero a su vez es el canto colectivo de todos quienes lo habitamos. Ella es la poeta de la generosidad, sola, pero amiga de los poetas, que no duda en estar en una población cuando se la invita a leer sus poemas (ahora reunidos en Los trabajos y los días), en la marcha, en el colegio o en la presentación del primer libro de un autor joven. Ella lo tiene claro: el egoísmo ha muerto. Quedamos nosotros, los poetas con minúscula, quienes aún no sabemos vivir como vive un poeta. Sin embargo, estamos aquí para aprender a equivocarnos, para avanzar y transformarnos. Elvira es la Poeta con mayúsculas, quien con su vida nos señala, sin pedagogías, cómo ser mejores poetas, no mejores escritores sino mejores personas, sencillos y compañeros. Este merecido premio es una gran invitación a leerla. Y no sólo a sus libros T a m y m

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Elvira Hernรกndez

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SANTIAGO RABIA

las calles están hechas tiras ¿quién puede adentrarse tanto en una cabeza susurrarle proporciones

cerrada por luto

descerrajarla? ¿esas cámaras que registran pálpitos?

deletreo eme de mudez eme de marcha

pongo oído

eme de mudez

eme de mudez

eme de marchas

ojo vidriado pestaña demasiado neón para que no se vea nada

tanta cerrazón me digo tanto esmog tanto solvente tanta lacrimógena no hay dónde poner pie cascajos cascotes escupos golletes ladrillos quebrazón y cuánto despacio por el empedrado

y el corazón de la transparencia la casa de vidrio que todo lo pone a la vista a la venta desviste hasta lo que chistamos máquinas)

nubes de piedras en granizada nubadas de pedriscos

(eme de mudez /eme de

nunca me pasó sentirme tan perdida

perdigones

parece que fue ayer el terror de doblar la esquina

secos para la piedra

tener la aparición de londres 38 y otros mataderos secretos

en el a-dé-ene estará anotado

los senderos que se bifurcan y todos los caminos nos están llevando al mall

ay si las palabras tuvieran esa puntería

eme de

mudez/ eme de marcha

y si no estás en el mall haz como si estuvieras en el mall que nadie sepa que traspasaste la línea amarilla

tanta cerrazón me digo esta entrada no se abre ni con napoleón despacio por las piedras

new jersey

vallas papales

[Fragmento de un poema dedicado a la memoria de Guadalupe Santa Cruz]

ya no sé por dónde voy váyase por dentro oigo como si me leyeran el pensamiento

Poema de Elvira Hernández


C M

arlos Trujillo

De la isla al mundo

e une a Carlos Trujillo, primero, el espacio de una casa sureña, chilena y chilota, crecida en el hemisferio norte, cruzada de un país otro y de otros países lejanos. Los Trujillo me recibieron en Filadelfia, en el verano de 2007, en esa casa; y compartimos dos años de generosidad muchas veces y de alegría. Junto a esa casa: la Universidad de Villanova. Allí hallé, en la experiencia de las clases de Carlos, ese relieve de vivir las teorías hermosas que pide Mistral. Luego y antes, por supuesto, están las imágenes de su obra. Y quiero dar cuenta de tres y partir por Lope sin Pega. Escrita durante la dictadura y los años primeros de la transición, en la escritura de este Fénix de los Cesantes, lo autobiográfico de Lope, la mirada política, moralizante y satírica de Quevedo, las formas del siglo de ambos, y una lengua lateralmente chilensis, articulan y afirman un registro que va de la crítica y la resistencia política, a la propias resistencias personales y a la configuración autoral. La siguiente imagen viene de la zona de su “poesía de límites”: una suerte de arqueología y genealogía doble en las fuentes de sus evocaciones y de sus gozos inmediatos. Por un lado, los de la experiencia del lenguaje: “Todo en mí hoy es límite/ Cada palabra limita a la siguiente”. Cada palabra, además, alimentan-

do una fe renovada en la experiencia formadora, resistente y gozosa de la lengua poética: “¿A dónde vas, fuiste, voy/ Palabra que eres yo?// El agua es agua eterna/ Y se mira a los ojos/ En la fuente feliz de la escritura.” Por otro lado, una enunciación epifánica que va desde lo cotidiano sin nombre ni lugar, hasta una escritura situada en tiempo y espacio y encuadre preciso, como en el Chiloé de los años 60 de Nada queda atrás. Habría que agregar que ya -lúcida y anticipadamente-, desde su poemario del 79, esta escritura sobre un balancín ha seguido creciendo sobre el vaivén de su “palabra-cántaro”, llevando y trayendo sus aguas fundamentales desde un pueblo siempre inacabado -diríamos siguiendo a Deleuze-, hasta las copas de resonancia de sus poemas: vaivén entre Havertown y Castro; también entre una poesía casi pura y una poesía de materias y huellas reveladas y reveladoras. Mucho más que “el fundador de la poesía contemporánea en Chiloé” -palabras de Iván Carrasco-, Carlos Trujillo es un caso en que la escritura poética ha conseguido articular desde sus lindes, los nudos que sostienen el sentido de una vida volcada entera y gozosamente –tan sincera y celebratoria en ese gozo- a la literatura. Me sumo entonces con aprecio de lector y amigo, a este justo homenaje al poeta Christian Formoso

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Carlos Trujillo

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QUE VAYA Y VUELVA LA PALABRA Y RÍA

PASIÓN DE LA TINTA

Dejar que la palabra corra y silbe y palpite como una flor que empieza a nacer de la mano del tor y que se vaya a donde quiera.

Aprecio lo que no existe pin-

Que vaya y vuelva la palabra y ría y calle y se canse de soñar sueños que no tuvieron ni razón ni gloria.

con igual pasión que esta tinta Cada palabra llena un pedazo de vacío cada letra se hace ventana, ojo, camino, inaugurando sentidos que no eran

Dejar que la palabra suelte su cabellera de niña o aerolito

hasta hace dos segundos

y se eleve y brinque o caiga rauda de cielo a cielo

Me miro escribiendo

como si todos los cielos conocidos e inimaginados fueran un solo y mismo mar.

como si fuera otra persona

¡Ay mar! ¡Ah, mar de sueños y palabras, naves y navegantes en su propia y honda agua! Mar de sal de palabras alojadas en el huevo que crean. Dejar que la palabra corra en la noche

que mira sentada frente a mí Veo papeles por todas partes lápices, libros, estantes, fotografías repletas de forma y movimiento Palabras que se hacen y deshacen Montañas de sonidos y silencios

así como la oscura no para de correr en la palabra que la hace

platicando su idioma de signos confusos

y pinta de blanco la hoja línea de tren interminable

Ríos de palabras desbordándose

en su brevedad sin hora.

sobre irregulares muchedumbres de sonidos

Si todo fuera dejar a la palabra navegar por sus mares

Armonías vegetales

volar sus aires, salir de madrugada, de su nido

cantando el gozo de la luz

inocentemente despierta por sus días.

Aprecio lo que no existe

Si todo fuera idea, ilusión, pensamiento, grano de trigo,

con igual pasión que esta tinta que corre

playa, ventarrón, pañuelo en el que se escribe la historia

senderos nunca hollados

y el silencio fuera hallando su cara en uno mismo. Cuánto hay que andar sobre la hoja.

Sentado frente a mí

Cuánta tinta derramada

no logro separar a la persona

para crear el gran manchón de luz que son la duda

de las palabras que la escriben.

Poemas de Carlos Trujillo



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Elvira Hernรกndez


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arlos Cociña Decálogo para la poesía

1.- A simple vista la poesía de Carlos es un puro devenir del lenguaje que funciona como acumulación de residuos al modo de un delta donde las aguas se encuentran. Lo primero que detectamos es el flujo, pero al aguzar la lectura, el sentido aparece bajo la superficie, acumulado como grava, arena, limo. 2.- Así como los remolinos que se forman en la superficie cuando sabe Dios qué circunstancias se reúnen provocándonos un efecto hipnótico, un vértigo atroz sobre la vida y la muerte, la poesía de Carlos me provoca la misma sensación: es palabra convertida en agua que gira y gira hasta perderse en lo oscuro. 3.- Su poesía no imita al agua, es agua. 4.- Su lenguaje simbólico es complejo. Un binomio dinámico de sentido y ritmo. 5.- Leyendo la poesía de Carlos, me da la impresión de que es una manifestación del organismo humano, una simetría y ritmo con las marcas fronterizas del individuo pero anudadas a lo colectivo. Esos nudos son importantísimos, permiten lo legible.

6.- Su poesía no teme la mezcla, la contaminación, huye de la pureza de lo potable que de tanto repelente antibacteriano ha aniquilado la vida. 7.- La vida emerge de los residuos. 8.- Pienso en la poesía de Carlos como una manifestación de las transformaciones que los organismos emplean para adaptarse al medio. Sus experiencias son los entrenamientos de una futura mutación del lenguaje. 9.- Quien piense que esta poesía deja en paz e incólume a la realidad político social o administrativa de época alguna no tiene ni puta idea de poesía. 10.- No ha estado, ni estará jamás en ninguna trinchera. Y no es, ni será como esos viejos culiaos de la cuadra que les revientan las pelotas a los cabros cuando estas caen en sus bien cuidados jardines llenos de esos insufribles enanos de yeso. Además es un caballero Marcelo Guajardo

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Carlos Cociña

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Tres ideas sobre Carlos Cociña

R

icardo Castro, el Piwke Werken, al saber de la entrega de este premio exclamó con humor y camaradería: Un anciano magnífico! Tomás Browne, por su parte, lo catalogó como Filantropoeta. Simpático, abierto y sólido, fue la respuesta de Juan Cristóbal Romero. Caballero, contemporáneo, escéptico, puntualizó Andrés Urzúa desde Limache. Serio, ronco, joven, declaró Felipe Cussen en directo desde el Barrio Lastarria. Esos comentarios recuerdan que su obra y su vida dan lecciones de consciencia del otro en muchos sentidos. En sus poemas y entrevistas reconoce un cierto linaje: Neruda, Huidobro, Parra, Zurita; Garcilaso y Góngora, entre otros. En las sesiones del Foro de Escritores fui testigo de su generosidad al sentarse con otros creadores como iguales, haciendo de la poesía un espacio para el encuentro, el conocimiento mutuo y, por esa vía, para el crecimiento de cada uno.

Carlos entiende bien que hacer poesía no es una experiencia individual sino colectiva. Entre vivos, y entre vivos y muertos. Entre el yo y el otro y nosotros. Lo que hacemos sirve a otros, dice Cociña. Vemos abriendo paso al nosotros en un cuerpo lleno de nosotros, donde escribimos. En una sociedad con compartimientos individuales, Carlos ofrece compartimientos abiertos, compartimientos que son ventanas. Esas son palabras de Cociña. Cuando esas consideraciones sobre una existencia colectiva provienen de un padre de familia responsable, como es Carlos, uno entiende que se está refiriendo a un deber, y no solo a un sentimiento adolescente de comunidad. Lo que hacemos sirve a otros del mismo modo como puede hacerles daño. Por eso Carlos cuida de todos quienes lo rodean. Por eso hoy lo homenajeamos

· Martin Gubbins


AGUAS SERVIDAS

POESÍA CERO

El ojo linterna de las cavidades

En mitad de la ladera, en un templo que es un triángulo de acero tridimensional, hay una imagen del sagrado corazón, músculo de paja atravesado por clavos que debimos arrancar con santa paciencia, mientras las piernas eran de cera de abejas violentas. Es tiempo de recuperar el respeto por los isleños.

accede a lo que fueran los objetos.

En las plantas, en el otro ojo a veces, sólo a veces soy el ojo que mira

y sin más desaparezco.

Soy ojo que se deshace por última vez en este mirar en esta visión en este ascender a la tierra.

DEL MAÍZ cuando se abre y entra la mirada a la tierra de las grandes aldeas de esta parte del continente, se pierde toda referencia geográfica en la urbanización de las aldeas y las laderas y valles se confunden con la ausencia del océano continental. Los ríos mal encauzados, abiertos por calles y construcciones, retoman sus corrientes subterráneas

Lo que parece una circunferencia es una onda cuyos límites continuamente se desdoblan, pero sus efectos tardan en manifestarse. En todo caso, lo aparente permite acercarse con cierta exactitud a la emoción que resurge. De igual manera, aumenta el ciclo devaluatorio de la operacionalidad de los elementos que se entienden como registrables, en la medida que el punto de fuga varía pues actúa como referencia antropomórfica. Sujetos a esas variables, los sentidos aparecen como los más confiables para ejecutar las acciones apropiadas. Pero no se puede desconocer que finalmente estamos a niveles de imaginario. Donde estos sistemas colapsan casi invariablemente es en el área de las relaciones interpersonales. Otros efectos, múltiples e inesperados, ni siquiera permiten suponer que la causalidad es un indicador utilizable como modelo. Todo momento se transforma en imaginario, expresado en los flujos del deseo.

A este territorio también le llaman isla de San Luis, donde por el costado de la calle de piedras corre uno de los afluentes de la corriente. Sobre un árbol hay un zapato de mujer. Cae algo más que llovizna para no olvidar la lluvia, mientras los automóviles resbalan al frenar en la delgada capa de barrillo. Resurgen las ropas de los temporales y caen finamente deslumbradas por el frío y el resplandor. El baile de los descendientes del tren azul, que nunca aparece, se hace en un paisaje en el recuerdo de las estepas. Hemos estado aquí desde la época en que las aguas dejaron un olor a sábanas de principios de siglo. Deslizo el vehículo sin mayor problema y el viento de la ciudad hace llover no la lluvia sino el aire sobre la superficie. No hay dolor sino la percepción de que algo se quiebra.

y emergen sólo en las márgenes difusas de las grandes aldeas.

Poemas de Carlos Cociña


V

erónica Zondek Escritura parto, poesía tajo, vida al filo

D

esde siempre en la poesía de Verónica Zondek ha habido “polvo, hueso, memoria”. Cito “Hay polvo y hueso/ e incrustan memoria en pozas que dislocan silencios” (poema X de La sombra del muro, 1985) Y el mismo balanceo del que hablábamos, aparece también desde antes, junto a las palabras “trinchera”, “hambre “y “espanto”, en el último verso del primer poema de La Sombra del muro: “esa bala que balancea triste un cuello joven”. Zondek señaló que “la mujer poeta habla desde la especificidad que le ha tocado en suerte, tal como lo hará el poeta varón”, y que “sin embargo, hay experiencias de vida que son exclusivas del mundo femenino, que, aunque no necesariamente se corporalicen, para la mujer, están ahí, latentes.” Se refería a “la maternidad, la posibilidad de parir un ser vivo”. Yo pienso ahora, que tal vez por eso desde chica fue que me interesó el poema XXIX de Vagido, el único que me llegó justamente

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Verónica Zondek

como un primer gemido de ese libro-hijo de Zondek, y cuyo cuerpo completo tardó décadas en darse a luz en Chile. Revisar el extenso y exquisito currículum de Verónica es asombrase de una vida bien vivida, a concho, en su propia expresión “al filo de… siempre cerca del abismo”, lo que resulta, sin lugar a dudas, una fuente de inspiración para todos y todas y todes, pero particularmente para esas raras mujeres madres y artistas a la vez, condiciones parias que son pares, aunque pretendan hacernos creer lo contrario. Crear es más parir que engendrar. Es el doloroso y extasiante, lento parto solitario (no el acto frenético de la cópula releempago), el que más se parece a la trabajosa escritura. Y eso lo sabe Zondek, y lo sabe todo ser creador que haya experimentado la lava corriendo por la entraña, en un parto literal o figurado Fanny Campos Espinoza

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Elvira Hernรกndez

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Mira tú/ el tiempo está maleado/ convulsiona/ envuelve los aires con tos de toro en corral ajeno/ y arremete y ataca y abraza tierras/ hombres/ bosques/ aves/ aguas/ y claro/ perfora/ perfora este silencio petrificado/ en los ayyayyayes asmáticos de hoy/ sólo caudales/ amigos del viento/ afonía en el meollo mismo de la muerte natural. Y qué hacer si el viento es viento/ y nos sigue/ nos persigue/ nos rasguña el tronco derrotado/ el maduro madurando bajo el sol/ y sigue con borbotón atragantado a los caídos/ y a los quemados/ y a las playas/ y a las tinieblas / y … corre/ corre/ corre a las carreras corriendo el nubarrón/ y puchas/ está tan amplio el firmamento que ya no sé/ porque dónde/ dónde están ellos/ a dónde van/ porque sé/ sé que en boca cerrada no entran moscas/ y aguantan las patas/ y también las garzas/ los cóndores/ las ovejas/ las vacas/ las cabras/ las huemulas/ los faisanes y las liebres/ y bueno/ también los niños y hombres pocos/ las niñas y mujeres tan grandes/ y las casas/ y todo y todos cierran la boca/ que no entre el viento/ que no ataque/ que no nos fustigue/ que no nos desarraigue/ que no nos vuele/ aunque arranque de cuajo las hojas/ y crispe/ crispe las aguas sólidas/ avive las llamas/ y arañe los picos cordilleranos.

Entonces el grito el grito

el iiiiiiiiiiiii hasta el hartazgo porque no no quiero vuelo no no quiero fuego no lo quiero subido a la grupa montado en el viento interminable no lo quiero calentando superficies quemando pieles vegetales/ carnales/ rosadas no lo quiero bailando no lo quiero incontrolable en medio de orgías sin goce/ sin amor/ sin carne a la parrilla encendida. No/ no lo quiero imprimiendo/ sellando/ acariciando banal a ese el designio real.

Sí. Manos ajenas. Banalidad del mal.

Poema de Verónica Zondek


J

uan Cameron

El poeta que se ríe de todo

A

Cameron lo he visto pocas veces pero lo he leído, claro que lo he leído. Por eso justifico el reconocimiento, porque lo que uno lee de Cameron es bueno. Hay una cierta línea que cruza la poesía de Juan: el Origen, la ironía o la burla, la política y el amor (o talvez lo erótico). Sin embargo, también se puede establecer que en cada uno de sus libros la línea cambia, o se cruza con otras líneas, nuevas, distantes, con otra forma. Cameron es un poeta viajante, uno de esos que recorrió mares y en su memoria se encuentran varias Ítacas. Cameron vivió en Valparaíso, vivió el Exilio, en Argentina, en Suecia, y volvió a Valparaíso, hasta ahora, por lo que sé. Este poeta construye una bitácora llena de dolor y nostalgia, pero con un tono chistoso, perspicaz, no ridículo, un tono lúdico, lúcido

C

omo un buen equilibrista del verso, Cameron elabora poemas con un léxico donde conviven melodiosamente la lengua docta y la coloquial, al igual que el impulso vital con el reflexivo o incluso el irónico, el escéptico, el metaliterario. Pero a la vez, nunca abandona el mandato del ritmo ni de la musicalidad, orquestando un discurso que logra armonizar escrituras a menudo situadas como contrapuestas. Me refiero a la antipoesía parriana y a la melopeia de Gonzalo Rojas (o incluso a

también, que habla de su personalidad, de su diversión con el lenguaje, de su preocupación por el formato, por la estructura, demuestra el oficio. En la poética de Cameron existe una postura crítica, una revelación bajo un segundo o tercer lenguaje. Los poemas de Cameron te expresan enunciados que esconden otros. Hay que leer las capas de su lenguaje, una especie de placas poéticas, como explica Omar Pérez Santiago, solo que estas se reducen a un solo sujeto, a una sola voz multiplicada y llena de ecos. El poema “Posmoderno” es un eco, es teoría y filosofía contemporánea pero también es un juego, te divierte y te hace pensar. Así es la poesía de Cameron. Te ríes pero sigues serio Pablo Lacroix

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sus respectivas proyecciones, como pueden ser la contrapoesía de Lihn y la escritura lárica de Teillier). Porque la misión del poeta para Cameron va más allá de sí mismo. Tal como se advierte en su libro Visión de los ciclistas, esta consiste en “dar todo a cambio de nada”, incluso a costa de “no ser reconocido”. O más bien, dar todo a cambio de esta tribu polimorfa que es la poesía chilena, con la finalidad de que ella -y no el poeta- sea la única reconocida Andrés Urzúa

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Juan Cameron

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ENTIERRO DEL VICARIO BERNAL

a este joven Bernal que era vicario del obispo del Puerto a los cuarenta

El templo se llenaba de logias y pañuelos

¡Qué desdicha!

de beatas y espermas y extrañas banderolas

El único amigo cardenal de mi parroquia que pude haber tenido

de mandiles y velas en las filas de escaños y al medio en los pasillos tras las frías columnas templarios de hojalata órdenes de caballería que hoy día no serían un club de conductores con su parafernalia

que merecía en cielo si acaso las campanas de ese cáncer no lo hubiesen llevado tan temprano y en tan goyesco séquito.

de botas de montar y mozos de alazanes y petos, parapetos y un aire a capellar ocultado en espadas silenciosas, rastreras

CACHORRO

que alguna vez yo vi en hotel salmantino en la Plaza de don Juan XXIII.

Perdonad el pelaje descastado este brillo es de tanto restregarme

Salamanca me fue entonces la vera instalación de aquesta España oscura, pedregosa, pesada como iglesia con el deber impuesto desde arriba y una culpa inmanente y rigurosa que en verdad valíame callampa. Y enfrente aquesta otra del conocimiento, de la historia

de la baba la rabia la patada Perdonad el mordisco por la espalda es mi ternura agreste solapada pero ternura al fin (la única mía) En verdad salí cachorro en la calle me hice perro.

desnuda y gozadora de jabalí y de ciervo libres por la campiña, hierbajos y viñedos la Castilla que amé y que sabía propia la del celta extranjero establecida.

Pero estaba en Con-Cón y en estos lares ni existe alguna Corte ni siquiera un buen par de ambulancias reparadas y su iglesia es capilla donde entierran

Poemas de Juan Cameron



C C

armen Berenguer

armen Berenguer, poeta de la linde, aeda del limen, rapsoda de los límites, esto es: poesía de los márgenes, de los mares marginales chilenos, sudacas, latinoamericanos, versos libres de libertad como canciones de cuna periféricas, versos de visiones residuales, odas que son restos de otredad, sustracciones somáticas de la psique, loa de las postergaciones justamente por un amor profundo al presente continuo, cantos de tropos hiperrealistas por profesar una devoción fidedigna a lo real sin dogmas, bordados conceptuales de los bordes telúricos americanistas, o sea tejedora de textos geológicos, o sea el poema como arpillera antropológica y el grafema como hebra o clave socio-historiográfica. Malla de fragmentaciones neocoloniales, red espaciotemporal de mitologemas y ensoñaciones silenciadas. Un paisaje expresionista abstracto de voces y símbolos indígenas desde la doxa posmoderna del capitalismo neoliberal. Poemas errantes auténticamente originarios, o sea nucleares y desenrraizantes, esto es: la representación y su signo radicalizados al ras de la piel del

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Carmen Berenguer

La óptica de Carmen papel. Manta de imantaciones, mantra en coa, mamani marxista, metamorfosis punkmapudungún, metanoia matrística, retornos lingüísticos fuera de la situación generalizada de amnesia y desinformación, siglas como síntomas sexuales de la etnografía nacional. Reflexiones estéticas insurrectas, emancipadoras, no constitucionales, constitutivas del derrotero político de la chilenidad, lo que sea que eso signifique, fracciones o ficciones-documentos de una contrahistoria, de una subjetividad de no sujeción, el lado b del espectro, gramática de lo invisible, género velado de lo amorfo latente, velos de lo quebrado imperativo u obligatorio, contrafiguras del estado de derecho, generaciones espontáneas de género, sintagmas del negativo fotográfico de nuestra episteme chilena, llaves anarquetípicas del sino seudodemocrático, en fin: Sayales, huaynitos hard-rock, armónicos subversivos, onomatopeyas de la inteligencia intrínseca de la Tierra, desfallecimientos que no hacen sino inyectar de fuerza y resistencia y resolución y energía prístina y belleza a la vida y a la existencia humana Serafín A-R.

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M

La soñaba de retorno

i bella dama. Así comienzo los email a Carmen. Ella me responde con “caballero andante, peregrino y soñador”. Veo que volvió del homenaje en Nueva York por los 30 años del Primer Congreso Internacional de Literatura Femenina Latinoamericana. Gladys también fue invitada y me alegra. Diamela recuerda en una entrevista en La Tercera: “Dos años antes, en 1985, Carmen Berenguer me propuso la idea de organizar un encuentro nacional. Le dije: por qué no hacemos un congreso internacional. Todo fue autogestionado. No teníamos un peso”. Pienso en el Seminario Nueva Poesía Chilena, que también se hizo sin dinero. Le pregunto cómo lo pasó y en qué va lo de su obra completa en Cuarto Propio. Se lo pregunto insistentemente. Me hace feliz la idea. Extremadamente feliz. Su escritura anómala, poderosa, visionaria necesita ser leída como un todo y por todos. Para eso quiero su Premio Nacional.

Ayer puse en mi Facebook lo relativo a la ceremonia por el Premio a la Trayectoria Poética que le entrega la Fundación Pablo Neruda. Recordé parte de su discurso por el Iberoamericano: “Hoy Mi querido Pablo, en su nombre ya no canta el pueblo. En su nombre se aplaude a un salvajismo sin precedentes, después de los asesinatos que maldijo en vida. En su nombre se criminaliza al pueblo originario. Así es la muerte querido poeta Pablo Neruda: Un mito”. Soñamos para no morirnos. Recordamos para seguir soñando. Son las cosas extrañas con la escritura. Y la muerte, como bien dice usted, es una representación artística, la posibilidad de un diseño final. Será otro mito, mi bella dama. Otro mito en la casa de la poesía Héctor Hernández Montecinos

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RUINAS

en la silla de paja, en el jarro del café, en la azucarera, en la mermelada,

La noche no es la noche ideal

como si arriba, en la cucharita del té,

ni romántica de los cantos versallescos, ni trinos de pájaros en algún amanecer.

crochete del estío en la biblia latinoamericana,

La noche de la novela triste, es cuando sus luces

en el cantar de los cantares, en el libro de Job y Jeremías.

se apagan y aparecen las sombras criminales

en las páginas sueltas, aquí mismo,

en las esquinas de los bares, de las casas,

en el hilo del medio,

a los pies de la cama, debajo de las sábanas,

¡Es algo que da naúseas!

en los colores de los muebles, en la opacidad de las tablas, detrás de los cuadros, arriba del armario, en los rincones de la escalera

MALA PIEL

en este libro, en medio de estas páginas,

Piel que pora no podría ser otra piel de durazno negro;

en el temblor de tu sonrisa, en ese espejo del baño,

pigmento oscuro no otro, más que oscuro, no otro.

en el cepillo del pelo, en el olor de tu traje,

Crin sufroso el sayo que lo cubre y tizna,

en el cubierto de la mesa, en la cajita de música, en el calcetín; broche de una noche antigua,

si aquél blanco horadara negro piel, o la negrura espesa

en la maleta,

el corazón tensara rojo piel blanca y por blanca virgínea,

en la página del medio,

verrugosa la oruga sedara el silencio de aquél vellocino.

en el candor, en la maceta de flores;

Pigmento de sedas avienta la oruga.

detalles del tejido,

Su brillo opacara así, empolvando las estrías que trepana

y el pañuelo a rayas en el sillón Bauhaus,

la cintura hacia lo velloso; lamé cerrara y abriera hondo.

en el cuadro de Frida Kahlo, en el retrato de revistas viejas

Pígmea su lamé bellosida plateara la sien; guante sintético

en los platos de comida, en el charquicán y el luche,

de la mano que el guante esconde, vacilante al tacto

en los juegos de luces pascueros, en los vasos de vino, en la ponchera, en el apiao y pajarete, en el chaleco azul, en el anillo, en el collar de un cuello, en los aretes, en el piso de la cocina, en la heladera,

Poemas de Carmen Berenguer


J

aime Quezada F. P. habla sobre J. Q.

M

etiéndome en sus libros, he podido identificar ciertas preocupaciones poéticas quezadianas: un misticismo del cotidiano vivir, elaborado en una solitaria ritualidad monástica; el acercamiento a lo ecológico y lo botánico; la amalgama de historias familiares y nacionales, de los tiempos pasados y presentes; siempre en dominios verbales generosos y próximos, labrando esa electricidad del ritmo en la imagen: lleno de temas y tonos, de experiencia vital. Quisiera presentar un texto de Jaime que, percibo, pudiera operar como un brevísimo manifiesto, ético al tiempo que poético:

“ Soy un hombre religioso. Procuro vivir en el mundo como si fuera un monje cartujo, no cartucho. Limpio de corazón. [...] Pertenezco a las catacumbas, a los patios medievales, a la música barroca, a las lecturas de Juan de la Cruz. ¿Qué otra cosa puede hacer un joven poeta, o ya no tan

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Jaime Quezada

joven? Irse a la montaña. Allí se puede ser solitario y libre. ¿Libre? Amo la soledad, el ocio, la naturaleza. Estudié un poco de antropología, de literatura, de periodismo, de arte, de Derecho. Concluí una tesis: El delito de extorsión de aeronaves comerciales (verbi gratia.: piratería aérea). Esto cuasi me ha hecho abogado. Pero el Derecho me abandonó porque me vio en amores con la poesía desde muy temprano. No se puede, en la vida, servir a dos señores. O se vive para la poesía o se vive de las leyes. Opté, con resuelto destino vocacional, por lo primero, con todo lo que ello significa. Voto de pobreza, voto de soledad. Estoy en paz conmigo mismo. ”

Así sea

· Felipe Poblete



TABLA DE ASTRONOMÍA O PEQUEÑA HISTORIA CHILENA DEL COMETA HALLEY

En el verano de 1910 el cometa Halley apareció en los cielos de Chile Ese mismo año murió el presidente Pedro Montt En 1758 hubo una lluvia de aerolitos Y piedras de fuego quemaron los muchos bosques

ME PINCHÉ UN DEDO CON UN TENEDOR

Me pinché un dedo con un tenedor Un dedo de mi mano se supone In voluntariamente pinché la carne viva: la mía Todo pulgar como dedal rojo mi dedo Sobre este plato limpio de lentejas blanco de loza

del verde territorio También una sequía en 1834

Sólo una mancha: agua mi sangre en este plato

Y una plaga de ratas y ratones asoló campos y graneros al igual que en el verano de 1986 Sólo que ahora incluyendo cárceles secretas

Me pinché un dedo de mi mano con un tenedor ¡Dónde diablos soledad está mi servilleta!

cuarteles estadios de fútbol conventos y ciudades (Y la muerte del presidente)

RETRATO HABLADO En el año de 2062 el cometa Halley aparecerá otra vez en los cielos de Chile Para entonces yo Jaime Quezada sobreviviente chozno de tanta historia Estaré a la sombra de una nube atómica Rascándome con una teja en medio de la ceniza O muy sentado en una mecedora silla de neutrones A sombra de un nuevo manzano en flor Recordando la infancia de mi padre

Digo pan Y la mesa extiende su mantel Como un cuaderno de dibujo Y en un abrir y cerrar de ojos Ya no existe el pan Ni la mesa Ni el mantel: Sólo el retrato hablado de mi hambre.

Poemas de Jaime Quezada


O

mar Lara Poeta del acero

“De pronto nos enfrentamos a una experiencia poética y nos damos cuenta que hemos dado un salto, que hemos tirado el tejo hacia una línea diferente. Qué más. En cuanto a temas y contenidos supongo que los grandes temas son siempre los mismos, asimilados y experimentados desde otra perspectiva, desde otra edad, desde otra maduración. ¡Son tan pocos esos grandes temas!”.

E

l poeta, es un gran poeta. El poeta, tú, Omar Lara, es parte de la escasa nomina de los grandes poetas del Chile actual; eso lo saben hasta los enemigos literarios, hasta los rivales, hasta los que deberían ver y no quieren ver que ya va siendo hora de que lleves el nombre en la solapa… ¿O es que alguien más ha burlado la angustia como tú la burlaste, a pesar de los encarcelamientos, de las pérdidas, de las huídas, de las desapariciones…? ¡Maldita sea! ¿Quién si no tú se hubiera atrevido a seguir adelante? ¿Quién habría tenido la mitad de tu tenacidad?

ral del Bio Bio, y a pesar de tu pesar, a pesar de tus heridas, a pesar de tus impedimentos, siempre estás al pie del cañón, con las nuevas generaciones, con los discípulos que te respetan, con los amigos que te idolatramos y con la cultura de tu país, este Chile que hoy reconoce tu trayectoria.

Porque solo tú, Luis Omar Lara Mendoza, treilceano fundador, arcano mayor, podías hacer posible el sueño de celebrar los 53 años de Trilce, desde otras latitudes hoy, pero siempre cerca, te abrazo con el corazón, con la memoria y con el alma; y brindo por este reconocimiento que en manos de Andrea, Hombre y poeta, mi amigo y mi motivo lite- hoy tengo el honor de depositar Zenaida rario, eres también el más tenaz gestor cultu- Suárez

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Omar Lara

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QUE VAYA Y VUELVA LA PALABRA Y RÍA

Dejar que la palabra corra y silbe y palpite como una flor que empieza a nacer de la mano del pintor y que se vaya a donde quiera. Que vaya y vuelva la palabra y ría y calle y se canse de soñar sueños que no tuvieron ni razón ni gloria.

PASIÓN DE LA TINTA

Aprecio lo que no existe con igual pasión que esta tinta Cada palabra llena un pedazo de vacío cada letra se hace ventana, ojo, camino, inaugurando sentidos que no eran

Dejar que la palabra suelte su cabellera de niña o aerolito

hasta hace dos segundos

y se eleve y brinque o caiga rauda de cielo a cielo

Me miro escribiendo

como si todos los cielos conocidos e inimaginados fueran un solo y mismo mar.

como si fuera otra persona

¡Ay mar! ¡Ah, mar de sueños y palabras, naves y navegantes en su propia y honda agua! Mar de sal de palabras alojadas en el huevo que crean. Dejar que la palabra corra en la noche

que mira sentada frente a mí Veo papeles por todas partes lápices, libros, estantes, fotografías repletas de forma y movimiento Palabras que se hacen y deshacen Montañas de sonidos y silencios

así como la oscura no para de correr en la palabra que la hace

platicando su idioma de signos confusos

y pinta de blanco la hoja línea de tren interminable

Ríos de palabras desbordándose

en su brevedad sin hora.

sobre irregulares muchedumbres de sonidos

Si todo fuera dejar a la palabra navegar por sus mares

Armonías vegetales

volar sus aires, salir de madrugada, de su nido

cantando el gozo de la luz

inocentemente despierta por sus días.

Aprecio lo que no existe

Si todo fuera idea, ilusión, pensamiento, grano de trigo,

con igual pasión que esta tinta que corre

playa, ventarrón, pañuelo en el que se escribe la historia

senderos nunca hollados

y el silencio fuera hallando su cara en uno mismo. Cuánto hay que andar sobre la hoja.

Sentado frente a mí

Cuánta tinta derramada

no logro separar a la persona

para crear el gran manchón de luz que son la duda

de las palabras que la escriben.

Poemas de Omar Lara


Elvira Hernรกndez

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J

osé Ángel Cuevas Leer al ex poeta

“Cuando empecé a escribir mi primer libro, no lo hice de una manera nerudiana sino generacional, vale decir, de la manera en que nosotros hablábamos. La poesía de antes era muy armada y rica lingüísticamente, pero no existía el habla. Integrar el habla a la poesía fue un gran avance y eso en Chile lo hizo Nicanor Parra”.

P

epe Cuevas ha desarrollado una poesía urbana y política, que es la expresión más lúcida y elocuente de la reciente historia de Chile.

Nadie como el ex poeta entiende el socavón que dejó la Macro Historia Política en la micro historia personal del día a día en cada uno de nosotros. El retrato sentimental y desaforado del neoliberalismo político en Chile tras el 73. Ese Chile profundo de los que se quedaron, los que perdieron, los que no se adaptaron, los perdedores, los que se defraudaron de sus compañeros, el Chile de los que no hicieron borrón y cuenta nueva.

¿Por qué leer a Cuevas, al ex poeta? Porque es uno de los mejores poetas que encarnó Chile, el Chile de la transición, de la democracia en la medida de lo posible, de este neoliberalismo impuesto con armas y una violencia de la que todavía no despertamos, zombis de una ideología embrutecedora en la que si no Siempre que he ido a Argentina, los poetas de estamos vendiendo, estamos comprando y allá me piden noticias de José Ángel Cuevas, me piden les lea lo último que publicó. Y aún no se acaba. siempre terminamos en algún momento Así desde esa comuna de corazón rural y en Buenos Aires, Rosario o Bahía Blanca provinciano que derivó a Puente Asalto… literalmente coreando como un tema famoso Cuevas instaló un discurso poético que se de rock Ernesto González Barnert hace cargo de la cagá que hay en el pueblo.

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30

José Ángel Cuevas


Elvira Hernรกndez

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Chile es su palabra x rockero de los barrios chilenos, pasó la dictadura militar como actor constante, un escribiente, un observador que tiene un puñado de amigos verdaderos, dice, y otros tantos, que leyendo sus libros, mandaría al mismísimo Capitalismo Bruto o tardío, que es lo que más detesta, detestamos; el capitalismo podrá estar golpeando nuestras puertas, pero poetas como José Ángel Cuevas, ni siquiera la abre, y si lo hace, el portazo es feroz.

E

podría preguntar Cuevas, con eso que soñamos y seguimos soñando? Las palabras asumen sus contextos y da pena, en algunos casos, le diría al expoeta.

Es que desde su memoria nacen palabras que demuestran lo que pasa desde el verbo a lo cotidiano, por ejemplo, calles, pasajes, rejas; ex partidistas ahora empresarios. Cabe destacar que el partido socialista tiene inversiones hasta con sus enemigos, ni hablar. ¿Qué pasó, entonces,

Porque José Ángel Cuevas es un oído atento, un ojo como cámara fotográfica o fílmica bien crítico, a veces ácido, otras veces lo tierno lo invade y ni hablar de su humor negro. O esa persona que está a su lado, en el bus, en el quiosco, en las poblaciones invisibles de la belleza Óscar Saavedra

32

Elvira Hernández

Y sin duda saldríamos a caminar, alguna filmación con el ojo y la memoria. Algún taller por ahí, de pura buena onda, de puro joven que es. Recuerden: el poeta joven se alcanza con los años, decía el Punketa Padilla.

·


EL RESTABLECIMIENTO DE UNA MENTE

Afuera la burguesía ha sido acorralada, aislada y llueve, van llegando Silvia del Solar/ Gloria Favi,

Querer que todos sus amigos vuelvan

las hermanas Salinas... se cruzan voces conocidas.

que se arme una tremenda fiesta, y salir del presente en forma abrupta.

Es como estar luchando en la calle

Porque desde el fondo de la sala se oye a Janis Joplin,

unidos de los brazos contra las fuerzas policiales

Mariluz baila y Kiko Rojas,L..A Vásquez abraza con su enorme

Es el día siguente...el primero. Como si fuera una Boite

sonrisa a Elsa Escríbar.

Pido que todo esté lleno de botellas. Que entren en escena Cayo Evans, Jaime Silva/ Erik Martínez

de la noche lejana. Se oye a los Rolling Stone. La fuerza de la música lleva las almas.

Va a comenzar 1970. No Sabemos lo que nos espera.

Y cantemos cosas del Desierto. Bernardo Araya va a leer el poema de la noche a la mañana estaremos navegando sin rumbo fijo... Es un preciso momento de infinito, con sus parkas chaquetas de gamuza y seguir, seguir...

POEMA 2

A los más infelices asados de la época he asistido.

Que cruce un gran planeta, y vengan a burlarse del pequeño Mac, que toca el piano como si fuera hermano de John Lennon.

Con la mayor esperanza del mundo. Como si la incomprensión cayera sobre la parrilla:

Nada está en sitio y Todos se besan, bailan enloquecidos/ Valenzuela levanta las manos para pedir la palabra. Cayo Evans lee “ El poema de las condiciones Objetivas”

Es un momento extarordinario, parace que vamos de nuevo camino al socialismo.

un asado no soluciona nada. Yo ya no creo en los asados. El verdadero problema es otro.

Poemas de José Ángel Cuevas


H L

ernán Miranda Encuentro con un amigo en la esquina

a poesía de Hernán Miranda efectúa un rescate de lo curioso: datos de enciclopedia, de exámenes médicos, de un baño donde a medianoche se firman acuerdos de paz entre una cucaracha, negra y reluciente, y un sujeto que sabe lo que es vivir amenazado siempre por el poder.

La imagen del pueblo en la poesía de Hernán Miranda escapa al relato historiográfico de la derrota, de las desgracias de la clase trabajadora, pues identifica en un espacio y un tiempo (Chile, alrededor de 1970) imágenes en que el pueblo de Chile está feliz, victorioso al fin –lo que, por supuesto, realmente sucedió–; instantáneas que nos trasladan a un tiempo en que, inclusive, un niño saluda por la ventana vestido de frac con la banda de tres colores sobre el chaleco negro. «Los niños de mi edad me admirarán», sueña frente a La Moneda junto a su padre.

Es, además, una poesía que sirve de molde a hechos de la historia reciente de Chile. Porque Hernán Miranda Casanova, poeta periodista, fue captado con un ejemplar de Arte de vaticinar, su primer libro, que pasaba de su mano a la mano de «ese hombre con cara de farmacéutico» –Sal- No he venido aquí como especialista en la obra de un artista. No he venido a dar respuestas y vador Allende. menos a formular preguntas. He venido hoy a La Moneda de finales de los cuarenta y comien- saludar a un querido amigo, al solitario tímido y zos de los cincuenta, la imagen del presidente amigo de los perros. Quién no podría alegrarse Allende el 11 de septiembre jurando que siem- hoy, Hernán. Nuevamente alguien ha decidido pre estará junto a nosotros, en fin, el edificio en premiarlo, en este caso por su trayectoria. Rellamas, «ardiendo como paja seca que era» son presento ahora la voz de los lectores de Hernán registros históricos en esta poesía que no deja Miranda, de sus editores y de los amigos que con piezas sueltas de aquellos días horribles, sin em- frecuencia nos vemos observando imágenes de bargo, ofrece además imágenes del pueblo feliz y algún poema suyo. victorioso, de millares de hombres y mujeres que saltaban, se abrazaban, rodaban por el suelo en Porque eso es, justamente, la poesía de Hernán Miranda: un repertorio de imágenes y hechos el día primero del triunfo y la esperanza. que son la historia de un pueblo Hernán Ortiz

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Hernán Miranda



DORALISA SE LANZÓ BAJO

INSECTARIO

EL TREN DE LAS 14 Yo me enamoré una vez de una muchacha maravillosa Yo sé que tú eres la misma de hace 20 años, Doralisa,

y los dos preferíamos los vanos de las puertas,

y que nada ha cambiado para ti, para nosotros,

los rincones más oscuros de los cines,

que habías de eternizar tu juventud y mi niñez en ese día y esa hora —las 14.

de las plazas públicas. Huiamos de la luz como los fantasmas que éramos en realidad

Esparcida sobre lucientes rieles te recuerdo, Doralisa,

y esperábamos la noche

derramada entre dedales-de-oro en flor

y apagábamos todas las luces para hacernos el amor.

(Fue en primavera ¿no es cierto, Doralisa?)

Yo gustaba de recorrer todo su cuerpo

y qué blanco tu cuerpo, qué blanca, Doralisa,

centímetro a centímetro

y tu cabellera negra enrollándose

como un escarabajo por las habitaciones en tinieblas.

y desenrollándose al viento entre las yerbas. Y tu cuerpo, Doralisa, desperdigado sin orden ni sentido como si hubieras querido hacer de ti misma un enigma que nadie pudiera descifrar debidamente.

Ah Doralisa, Doralisa, eres para mí un recuerdo despedazado que debo empezar a armar pacientemente —un ojo junto a otro ojo,

Y ella tenaz y laboriosa como ninguna tejía y destejía en silencio su tela sobre mis labios. Un día nos equivocaríamos de grieta o la luz del día nos ahuyentó en opuestas direcciones y nos perdimos de vista entre la multitud.

De ese tiempo, mi sensación de llevar antenas en la frente y los ojos facetados.

una pierna y la otra juntamente y tus senos y tus manos y tu cabelleres sobre todo

De ese tiempo,

y tus pies desnudos sobre la tierra.

mis pestañas sensibles a la luz del sol

Y yo te armo, Doralisa, compongo tu figura

y mi forma de andar

y me llegas intacta a la memoria.

de insecto extraviado entre los hombres.

Y enseguida te desarmo, te deposito en tierra, te disperso, porque tú eres un recuerdo que vive en mí, Doralisa, y que no me pertenece.

Poemas de Hernán Miranda


J

aime Pinos

la poesía situada

U

ellas. Pienso en algunas cosas de Huenún, de Juan Carreño, de Carlos Soto Román, de Henrickson e incluso mías, por poner algunos casos. Un empeño —en diferentes gradientes— donde incluso ciertas formas de construcción del recuerdo y la memoria personal quedan hasta cierto punto supeditadas a la reconstrucción histórica de esta memoria, a su puesta en juego desde una politicidad no exenta de problemas, pero que no aparece tensionada —por lo general— por un deber ser externo a la propia dinámica de los textos y el trabajo del lenguaje. Poéticas materialistas o documentales —siempre documentadas— quizás, historiográficas en alguna medida, arqueológicas y antropológicas en alguna otra; poéticas que, precisamente, despliegan un específico trabajo de campo. Pero, por sobre todo, poéticas situadas, que desde distintos flancos siguen el rastro de una búsqueda de preguntas —no necesariamente nuevas ni mucho menos—para el quehacer que enfrentan, configurando un campo —no diremos escena, pues sería exagerar— en cuyo marco el trabajo de Jaime resulta una de las entradas imprescindibles para comprender las tensiones que allí se juegan o se pueden jugar, tanto internamente como en el contexto de la Hay una suerte de zona intersticial desde la que poesía chilena hoy en funciones. Pero ese es otro se instala la labor poética de Jaime y algunas tema, y no viene al caso meterse ahora en esa caotras, que tienden a emparentarse entre sí pese a misa Camilo Brodsky las muchas distancias que se pueden hallar entre na bitácora construida en base a cierta forma de convicción ética amarrada al verso, como un Ulises que sabe debe escuchar los alaridos destemplados de estas nuevas sirenas portadoras de la desintegración social para reconfigurar un territorio posible para el despliegue de la palabra. Entender, de alguna manera, que una particular bancarrota de la poesía es plausible de ser superada al entendernos más como el amanuense de los fragmentos de realidad que se escogen para la articulación del discurso, que como el demiurgo que domina el lenguaje y crea un mundo a su medida, situándonos más cerca de la anotación meticulosa de los hechos y su posterior re-ensamblaje —nunca objetivo, siempre tendencioso y parcial—, o bien instalándonos en el rol de constructores de notas al pie entre las dislocaciones del sentido y la documentación móvil de la Historia, síntesis improbable entre el uno íntimo que hace las observaciones, y el otro distante y distanciado por la enajenación impuesta al ser humano en esta fase del capitalismo, síntesis improbable pero no por eso menos deseable como camino a intentar recorrer de alguna forma.

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Jaime Pinos

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Notas sobre la poesía de Jaime Pinos

Y

o aprendí una primera cosa cuando nos conocimos con Jaime. Aprendí a callarme. Yo era y aún sigo siendo muy hablador. Con Jaime, al calor de la revista que hacíamos, aprendí a callarme, a escuchar. A escuchar con todo el oído abierto. Es decir a escuchar aún cuando aparentemente no haya nada que escuchar. A escuchar el silencio. Ese aprendizaje, que se convierte en una ética, es también un aprendizaje político.

taba, haciendo lo que a ellos les encanta hacer: poesía concreta sonora experimental. Yo me reconocí tieso, reconocí en mi interior el gesto irónico, sarcástico, escéptico. Al salir le dije a Jaime: ¿no me estaré convirtiendo en un viejo de mierda? ¿Un facho? ¿Un conservador? Jaime me dijo: tímido, prefiero decir tímido. Cuento esto porque en la trayectoria de Jaime están esos cruces. Alguien piensa que la de Jaime es poesía política, documental como Patricio Guzmán. Pero olvida que tiene otros cruces la obra de Pinos. El experimento multidisciplinario de 80 días, pero además su participación en otros proyectos, con pianistas, con músicos, con diseñadores y arquitectos. Tiene de lo que le pidan Jaime. Qué lo van a encasillar.

Es saber editarte. Y se aplica no solo cuando escribes tus poemas, se aplica en todas las dimensiones de la vida. Por eso la poesía de Jaime es así. Sin nada de grasa ni colesterol. Magra, austera. Me recuerda, aunque nada tenga que ver aparentemente, los versos que cantaba Atahualpa Yupanqui: “Apenas mi voz levanto / para cantar despacito, / que el que Pienso que a menudo los taxidermistas catase larga a los gritos / no escucha su propio logan y encasillan, y hay así una poesía naturalista, y una poesía urbana; o una poesía canto”. obsesionada con las exploraciones formales Pero Jaime escribe poemas que son recortes del lenguaje y otra que se queda en lo colode la realidad crudos. Tiene la capacidad de quial de plano. Como si no pudieran ser una reunir como en una síntesis química, como misma poesía. Una poesía política y una poeen un laboratorio de científico, a tradiciones sía amorosa. poéticas tan distantes y distintas, como lo son precisamente esa sabiduría popular cam- Y cuando pienso en la poesía de Jaime no pesina, y las lecturas de intelectuales como puedo sino pensar en que hay una naturalidad en su propuesta, hay naturaleza humana, Pierre Bordieu. hay una conexión con el universo, al mismo Recuerdo una conversación con Jaime. Fui- tiempo que hay televisión y bombas y crimimos invitados a jugar con Bakero, Gubbins nales e incendios Rodrigo Hidalgo y otros poetas. Yo iba de colado, pero ahí es-

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Jaime Pinos



VIVIR EN ESTE PAÍS

VIVIR ESCRIBIR

ha sido aprender a leer entre las mentiras

indistintamente

Se ha mentido mucho en este país

Experiencia Lenguaje

Se ha mentido tanto que las palabras ya no sirven

una sola cosa

para llamar a las cosas por su nombre La poesía hecha por todos Los verbos están confundidos Los adjetivos están desgastados

Utopías

Las palabras son lo más vivo que hay en nosotros

Lo que aún no es posible

pero hemos tenido que aprender una lengua muerta

pero ya puede ser imaginado

Aprender a usar las palabras para no decir nada a dejar que el vacío hable en nosotros

UN POEMA ES UNA PREGUNTA El silencio es mejor lugar que ese vacío

que no quiere respuesta

Es mejor callar que aprender a mentir Un poema es una pregunta Sólo los hechos permanecen frescos

que busca otra pregunta

y brotan desde el estiércol y las víctimas Un poema responde La realidad tiene un tono

una pregunta que no nos hacemos

El trabajo de la poesía es encontrarlo Preguntar está bien Nada se pierde con preguntar

SU HIJA LE PREGUNTA POR QUÉ ES POETA Porque me gustan las palabras responde

También me gustan las palabras dice ella Pero prefiero los chocolates y los gatos

Poemas de Jaime Pinos



Reseñas Elvira Hernández

(Lebu, 1951). Seudónimo de María Teresa Adriasola. Es poeta, ensayista y crítica literaria. Entre sus libros destacan La bandera de Chile (1981), Santiago Waria (1992), Cuaderno de deportes (2010), Actas urbe (2013), Los trabajos y los días (2016). Fue finalista del Premio Altazor de Poesía (2012). Premio a la Trayectoria Pablo Neruda 2017.

Carlos Trujillo

(Castro, 1950). Profesor, escritor, editor y poeta vinculado al movimiento cultural Aumen, del que es fundador (1975). Director del Programa de postgrado en Estudios Hispánicos de la Universidad de Villanova, dirige la revista estadounidense de literatura y arte Naufragios. Entre sus libros destacan: Mis límites. Antología poética 1974-1983 (1992), Antología de sonetos y otros poemas de Lope sin Pega (1999), Todo es prólogo (2000), Palabras (2005), Aumen: Antología poética (1975-1988) (2001), compilador. Apuntes para un diccionario de Chiloé (1978), en coautoría con Renato Cárdenas, Caguach, Isla de la Devoción. Religiosidad popular de Chiloé (1986), en coautoría con Renato Cárdenas. Es Premio Pablo Neruda 1991 y Premio a la Trayectoria Pablo Neruda 2017.

Carlos Cociña

(Concepción, 1950). Poeta y editor. Entre sus libros destacan: Aguas Servidas (1981), Tres Canciones (1992), Espacios de líquido en tierra (1999), A veces cubierto por las aguas. Edición www.poesiacero.cl (2003), Plagio del afecto (2010), El Margen de la propia vida (2013), La Casa Devastada (2015). Recibió el Premio Municipal de Literatura de Santiago (2014). Premio a la Trayectoria Pablo Neruda 2017.

Verónica Zondek

(Santiago de Chile, 1953). Poeta, traductora y gestora cultural. Reside en la ciudad de Valdivia. Entre sus libros destacan El hueso de la memoria (1988), Vagido (1990), Membranza (1995), El libro de los valles (2003), Nomeolvides: flores para nombrar la ignominia (2014). Premio a la Trayectoria Pablo Neruda 2017.

Juan Cameron

(Valparaíso, 1947). Poeta, cronista, articulista. Entre sus libros destacan Treinta poemas para leer antes del próximo jueves (2007), Ciudadano discontinuado (2013), Bitácora y otras cuestiones (2014), Fragmentos de un cuaderno con vista al mar (2015, La Pasión según Dick Tracy (2017) y DeCameron (2017). Entre sus premios figuran el Gabriela Mistral (1982), Revista de Libros de El Mercurio (1985), Consejo Nacional del Libro y la Lectura (1999), Villanueva de la Cañada (España, 1997), Ciudad de Alajuela (Costa Rica 2004), Paralelo Cero (Ecuador, 2014) y Pilar Fernández Labrador (España, 2015). Premio a la Trayectoria Pablo Neruda 2017.

Carmen Berenguer

(Santiago, 1946). Poeta, cronista y artista visual. Entre sus libros destacan Bobby Sands desfallece en el muro (1983), Huellas de siglo (1986), A media asta (1988), Sayal de pieles (1993), Naciste pintada (1999), La gran hablada (2002), Mama Marx (2006), Maravillas pulgares (2012), Venid a verme ahora (2012) Mi Lai (2015). Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2008). Premio a la Trayectoria Pablo Neruda 2017.

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*Reseñas


Jaime Quezada

(Los Ángeles, 1942). Poeta, ensayista y crítico literario. Presidente de SECH (1989-1991) y Presidente Fundación Premio Nobel Gabriela Mistral en la actualidad, además de ser Director del Taller de Poesía de la Fundación Pablo Neruda. Entre sus libros destacan: Astrolabio (1976), Huerfanías (1985), Un viaje por Solentiname (1987), Llamadura (2004), Bolaño antes de Bolaño: Diario de una residencia en México (2007). Premio Baltasar Castro SECH, Premio Alerce (1967). Premio a la Trayectoria Pablo Neruda 2017.

Omar Lara

(Nohualhue, 1941). Poeta, traductor y editor. Fundador y director del Grupo y Revista TRILCE (1964). Autor de una treintena de libros de poesía y libros para niños. Traductor de más de veinte autores rumanos. Entre sus premios destacan el Premio Nacional Jorge Teillier, Premio Atenea, Premio Casa de las Américas, La Habana y Casa de América de Poesía. Premio a la Trayectoria Pablo Neruda 2017.

José Ángel Cuevas

(Santiago, 1944). Poeta y cronista. Entre sus libros destacan Adiós muchedumbres, antología (1989), 30 poemas del ex poeta José Ángel Cuevas (1992), Proyecto de país (1994), Poesía de la comisión liquidadora (1997), 1973 (2003), Restaurant Chile (antología personal, 2005), Lírica del edificio 201 (2007) Álbum del ex Chile (2008), Canciones oficiales, antología (2009), Poesía del American Bar (2012), Maquinaria Chile: Y otras escenas de poesía política (2012). Premio de la Federación de Estudiantes (1971 y 1972), Premio Municipal de Santiago de Literatura, Finalista del Premio Altazor (2006), Finalista del Premio Altazor (2013). Premio a la trayectoria Pablo Neruda 2017.

Hernán Miranda

(Quillota, 1941). Poeta y periodista chileno de la llamada generación literaria de 1960. Entre sus libros destacan Arte de vaticinar (1970), La Moneda y otros poemas (1976), Anna Pink y otros poemas (2000), Bar abierto (antología, 2005), Rumbo a Corfú (2007), Viajes inconclusos (2010), Morado (2011), Bar abierto (UDP, 2014). Premio Casa de las Américas (1976), Premio Municipal de Literatura de Santiago (1991), Premio Altazor (2011). Premio a la Trayectoria Pablo Neruda 2017.

Jaime Pinos

(Santiago, 1970). Poeta, escritor, editor y productor. Destacan entre sus libros Los bigotes de Mustafá (1997), Criminal (2003), Almanaque (2007), 80 días (2014) y Visión periférica (2015). Creador y editor del sello independiente La Calabaza del Diablo y de la revista homónima; además, fue integrante del colectivo editorial Lanzallamas. Ha practicado la crítica literaria en diversos medios impresos y digitales. Sus textos han sido incluidos en diversas antologías tanto en Chile como en el extranjero. Premio a la Trayectoria Pablo Neruda 2017.

*Reseñas

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