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CORALES DEL GÉNERO Orbicella LUEGO DE DOS DÉCADAS DE LA MORTANDAD MASIVA EN MORROCOY – VENEZUELA
Anaurora Yranzo, IZET-UCV (13 de diciembre de 2018)
IMPORTANCIA DE LOS ARRECIFES CORALINOS
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Los corales son colonias (agrupaciones) de animales sésiles y constituyen la unidad básica de uno de los ecosistemas de mayor biodiversidad en el planeta, como lo son los arrecifes coralinos (Karlson, 1999); los cuales sirven de hábitat, refugio, alimento y zona de criadero a miles de otros organismos. Estos ecosistemas se encuentran en las áreas tropicales y subtropicales, donde las condiciones ambientales permiten su desarrollo, pues poseen: aguas claras y oxigenadas; una temperatura promedio del agua entre 23 y 25°C (aunque algunas especies que pueden desarrollarse desde los 18°C y otras llegan a tolerar los 40°C); una salinidad entre 32 y 35 ppm y un pH de 8,2 a 8,4 (Glynn y Stewart, 1973; Baker y Weber, 1975, Nybakken, 2001).
En los arrecifes hay numerosas especies de corales; se estima que existen unas 793 especies en el mundo que varían en formas (incrustantes, masivas, foliáceas, ramificadas, cilíndricas, etc.). Entre éstas, algunas especies son denominadas “constructoras de arrecifes”, porque son las que dan forman a su estructura física; es decir, la trama consolidada que los caracteriza. Junto a éstos, se encuentran una infinidad de organismos asociados, entre los que se pueden mencionar: peces, crustáceos, equinodermos, moluscos; que en conjunto con otros dos grupos de organismos sésiles, como lo son las esponjas y los octocorales (denominados corales ramificados), conforman un sistema de alta complejidad y productividad (Nybakken, 2001).
Son innumerables los beneficios que representan los arrecifes coralinos para las poblaciones humanas a nivel mundial. Aunque estos ecosistemas apenas abarcan un 0.1% aprox. de los fondos marinos, una parte de los recursos pesqueros que son consumidos por el hombre dependen directamente de ellos. Estos sistemas funcionan como rompeolas naturales, ya que su estructura de carbonato de calcio permite reducir la energía del oleaje hacia la costa, minimizando el posible daño que puedan generar las tormentas tropicales o los huracanes. Asimismo, son uno de los sitios de mayor atractivo para la industria turística, dada la alta biodiversidad que poseen; la cual es apreciada a través de actividades subacuáticas como el snorkel y el buceo recreativo. Aunado a esto, constituyen una fuente potencial de fármacos para atacar enfermedades crónicas como el cáncer, pues muchos organismos marinos que habitan en los arrecifes poseen compuestos de uso medicinal (Spalding y col., 2016). Además, constituyen un importante reservorio de dióxido de carbono, contribuyendo a reducir los efectos del Cambio Climático (Hoegh Guldberg y col., 2007); es por ello, que se considera que los arrecifes coralinos son al mar, lo que los bosques son a la tierra. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se estima que unos 500 millones de personas dependen total o parcialmente de estos ecosistemas, que generan cada año unos 375 mil millones de dólares en "bienes y servicios" (pesca, protección de las costas, turismo, etc.).
AMENAZAS A LOS ARRECIFES
Los arrecifes son muy susceptibles, dada la naturaleza sedentaria de los corales que no les permite evadir las perturbaciones (Tomascik y Sander, 1987; Runnalls y Coleman, 2003). Factores tanto de origen natural como antropogénico, de escala global y/o local, que generen cambios en las condiciones físicas, químicas y/o biológicas del agua pueden afectar la condición de salud de estos ecosistemas (McClanahan, 2002).
El Cambio Climático, generado por el incremento de gases de efecto invernadero, derivados de la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas) que liberan dióxido de carbono (CO 2) a la atmósfera, es una de las principales amenazas que tienen los arrecifes. El aumento en la temperatura superficial de los océanos, producto del Cambio Climático, genera el denominado fenómeno de blanqueamiento de corales (Rosenberg y Ben-Haim, 2002; Brown, 1997; Lirman y col. 2011). Este fenómeno consiste en el cese de la relación simbiótica entre el coral y el alga alojada en su tejido (zooxantela), generando la pérdida de color de la colonia coralina al expulsarla y adoptar una coloración blanca. De allí que este evento se catalogue como uno de los indicadores más visibles del Cambio Climático (Done y col, 2003). Los corales dependen de las algas para adquirir los nutrientes necesarios para su subsistencia (Hayes y Bush,1990) por lo que cuando ocurre el blanqueamiento se produce un desbalance en su condición de salud, que puede manifestarse en el detrimento de funciones vitales como la reproducción (Szmant y Gassman, 1990) o en la mayor susceptibilidad a sufrir enfermedades, por lo que este fenómeno ocasiona un deterioro generalizado de los arrecifes (Kramer, 2003; Brandt y Mcmanus, 2009).
océanos; mientras mayor sea el CO 2 que se disuelve en el agua del mar, mayor será la propensión para formar ácido carbónico. A causa de ese fenómeno, denominado acidificación del océano, el agua del mar se vuelve corrosiva para las conchas y esqueletos de muchos organismos marinos, incluyendo los corales (Orr y col (2009). Adicionalmente, al reducirse el pH, el éxito reproductivo de los corales puede verse afectado ya que puede evitar el reclutamiento de las larvas (Guinotte y Fabry, 2008).
A estos dos factores a nivel global, se les adicionan las enfermedades, las cuales constituyen una amenaza importante para los corales desde la década de los 80, con un alto porcentaje de mortalidad de distintas especies coralinas (Weil y Rogers, 2011). El impacto que pueden generar las enfermedades en los corales depende entre otros factores, de las condiciones ambientales, la profundidad, la tasa de infección, el tiempo de exposición a la enfermedad y las dimensiones del coral infectado (Bruckner, 1999). Entre estos factores se puede destacar el tamaño de las colonias, pues se ha reportado una alta incidencia de enfermedades en las colonias de mayores dimensiones (Santavy y col 1999; Bruckner y Bruckner, 2003; Borger y Steiner, 2005).
No menos importantes son las amenazas a nivel local. La contaminación generada por el derrame de sustancias toxicas a la columna de agua (como los metales pesados, derivados de petróleo), al igual que desechos de distinto origen, pueden afectar significativamente a los arrecifes. Estos, junto con la descarga de sedimentos provenientes de los ríos, pueden generar la asfixia de los pólipos y limitar la fotosíntesis de las zooxantelas (Tomascik y Sander, 1985; Miller y Cruise, 1995; Goureau y col. 1998; Flood y col. 2005). Adicionalmente, la pesca excesiva de organismos herbívoros como erizos y peces loro (Scarus sp. y Sparisoma sp.) es un factor clave en la salud de los arrecifes. Esto se debe a que estos organismos controlan el crecimiento de las algas que compiten con los corales por el espacio. El crecimiento descontrolado de algas, en numerosos arrecifes del mundo, ha generado que cada vez sea más común el término “arrecifes de algas” en lugar de arrecifes de coral (Hughes y col 2007); lo que enfatiza que, la reducción de las poblaciones de estos organismos, repercute significativamente en la condición de los arrecifes. Otra amenaza que destacar, desde el año 1992 y específicamente para la región del Caribe, es la presencia del Pez León (Pterois volitans), un pez invasor de la región del Inodopacífico. Al ser una especie invasora no tiene depredador natural, por lo que sus poblaciones crecen sin control; además es un consumidor voraz de los juveniles de numerosas especies de peces y crustáceos, generando un grave impacto en los arrecifes coralinos caribeños (Albins y Hixon, 2008). Poco a poco este pez se fue dispersando a lo largo de la región del Caribe hasta que, en el año 2009, llegó a costas venezolanas (Lasso- Alcalá y Posada, 2010).
Otros factores locales, asociados a actividades antrópicas, como el daño físico generado por el anclado de las lanchas, el turismo irresponsable de extracción de fragmentos de coral para llevar de “recuerdo” o por el repetido contacto físico al tocarlos o pisarlos, constituyen una importante amenaza a estos ecosistemas. En numerosos casos, las amenazas mencionadas ocurren en simultáneo, lo que compromete aún más la persistencia de los arrecifes a nivel mundial (Kramer, 2003; Borger y Steiner, 2005).
PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
En la región del Caribe, las tres especies del género Orbicella (Orbicella annularis, Obicella faveolata y Orbicella franksi) son consideradas actualmente las principales constructoras de arrecifes de la región. Desafortunadamente, al igual que el resto de las especies coralinas, los corales del género Orbicella han sido afectados por las numerosas amenazas anteriormente mencionadas.
En el territorio venezolano, una de las áreas donde se encuentran los corales del género Orbicella es en el Parque Nacional Morrocoy ubicado en el estado Falcón. Esta área marina protegida solía poseer uno de los sistemas coralinos más importantes de la costa continental del país. Hasta 1996, este parque tuvo la mayor diversidad y abundancia de corales de la costa continental venezolana, pero un evento de mortandad masiva generó la muerte del 90% de su fauna bentónica (Losada y Klein, 1996; Laboy-Nieves y col. 2001). Aunque Orbicella annularis, O. faveolata y O. franksi se vieron afectadas por el evento, quedaron colonias sobrevivientes.
Luego del evento de mortandad masiva, se han hecho algunos estudios en arrecifes particulares del parque, donde se incluye las especies del género Orbicella (Bone y col. 2001; Cróquer y Bone 2003; Bastidas y col. 2005, Villamizar, 2008; Del Mónaco y col. 2008; López y Rodríguez 2010); sin embargo, no se conoce cuál es su condición actual. Con la realización del proyecto se espera evaluar el estatus actual de dos de lasespecies del género: Orbicella annularis y O. faveolata. Se espera obtener información sobre la distribución espacial de estas especies, abundancia, densidad, cobertura y tamaños de las colonias, así como la condición de salud que presentan en términos de porcentaje de mortalidad, prevalencia de enfermedades, palidez o blanqueamiento, bioerosión, daño mecánico por anclas, etc. Asimismo, el proyecto busca involucrar a la comunidad de Chichiriviche, a través de talleres y material didáctico que los haga partícipes de la protección de los recursos de los que dependen, en la importancia de la protección de los arrecifes del parque y en específico de las especies del género Orbicella. Con estas acciones se espera incrementar el conocimiento sobre estas especies y contribuir con su protección en el Parque Nacional Morrocoy, luego de más de 20 años de ocurrida la mortandad masiva.
RELEVANCIA Y APOYO
A pesar de la importancia que tienen las especies el género Orbicella y de su inclusión en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) son escasas las organizaciones que se enfocan en la conservación de estas especies en particular. Una de ellas es la Sociedad Zoológica de Londres, a través del programa Evolutivamente Distintos y en Peligro Global (Evolutionarily Distinct & Globally Endangered = EDGE of Existence), que posee listas de especies prioritarias de conservación; las cuales son establecidas de acuerdo a un índice que combina información sobre el estatus de conservación que tienen las poblaciones de las especies (de acuerdo a la Lista Roja de la IUCN), junto con su importancia genética (mayor importancia mientras menos especies estén cercanas a ella a nivel taxonómico), así como la magnitud de los esfuerzos de conservación hacia ellas (si son escasos, la valoración es mayor). Más detalle al respecto puede ser consultado en Isaac y col. (2007). Así a través de numerosas organizaciones que proveen financiamiento a proyectos de investigación destinados a la conservación de especies amenazadas, el programa EDGE of Existence, ofrece becas para proyectos de investigación en diferentes grupos taxonómicos (anfibios, aves, reptiles, mamíferos, corales) y la próxima convocatoria para la región del Caribe será para el año 2020.
PARTICIPACIONES Y FINANCIAMIENTO
En el proyecto participan investigadores de los laboratorios de Ecología de Sistemas Acuáticos (Centro de Ecología y Evolución) y de Ecología Humana (Centro de Ecología Aplicada) del Instituto de Zoología y Ecología Tropical (IZET) de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela, así como del Instituto Socialista de la Pesca (INSOPESCA), Fundación para la Defensa de la Naturaleza (FUDENA) y Petróleos de Venezuela (PDVSA). Se cuenta además con la colaboración del Fondo Pesquero y Acuícola de Venezuela (FONPESCA), Frogman Dive Center Morrocoy y el club de submarinismo Mastersub-Lara. El apoyo financiero es otorgado por la Fundación Segre, a través del Programa de Becas EDGE of Existence, de la Sociedad Zoológica de Londres.