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LOS RECURSOS ÍCTICOS Y EL DERRAME PETROLERO EN GOLFO TRISTE

Abelardo A. Riera F. – FUNDATUN – 22 de Agosto de 2020

A raíz de las denuncias de la Fundación Azul Ambientalistas sobre un derrame petrolero que afectaba las costas falconianas, el día 7 de agosto del 2020 la Sociedad Venezolana de Ecología convocó al foro virtual “Derrame petrolero en las costas de Falcón ¿Qué hacemos ahora?” para tratar dicha problemática. La presentación “Derrame de Hidrocarburos Golfo Triste Julio 2020: evidencias de su origen”, a cargo del Prof. Eduardo Klein (Laboratorio de Sensores Remotos de la Universidad Simón Bolívar), mostró que las imágenes de percepción remota satelital captaron la presencia y desplazamiento de una gigantesca mancha de hidrocarburo en las áreas marino costeras del sector occidental de Golfo Triste, determinando su origen en la Refinería El Palito, a cargo de la petrolera estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA). La evolución temporal en las imágenes mostró que inicialmente, entre los días 19 y 22 de julio, el derrame inicial de unos 10 a 40 mil barriles estuvo circunscrito al área cercana al muelle de la refinería, por condiciones climáticas (vientos) y oceanográficas (corrientes) particulares de esos días; lo que constituyó un momento idóneo para haber realizado las labores de contención del derrame. En los días subsecuentes, al no realizarse las labores antes mencionadas y al suscitarse un cambio en las condiciones climático-oceanográficas, el crudo avanzó hasta llegar al Parque Nacional Morrocoy; dejando, a todo lo largo de todo su recorrido, una huella visible (mancha) que impactó los principales ecosistemas costeros que componen esta Figura 1.-Imágenes PlanetScope PSS4Bands (RGB) de la zona de la área de Golfo Triste; como son playas arenosas, arrecifes coralinos, Refinería El Palito para el 19 de julio(izquierda) y 22 de julio manglares y praderas de pastos marinos. A la fecha, se evidenciaron (derecha) Ambas imágenes están a la misma escala (tomado de Klein, 2020) dos derrames adicionales desde la misma fuente.

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Figura 1.-Imágenes PlanetScope PSS4Bands (RGB) de la zona de la Refinería El Palito para el 19 de julio(izquierda) y 22 de julio (derecha) Ambas imágenes están a la misma escala (tomado de Klein, 2020)

KLEIN E. (2020) “Derrame Golfo Triste. Seguimiento mediante sensoramiento remoto (Julio-Agosto 2020)”. Informe Técnico para la Sociedad Venezolana de Ecología. Laboratorio de Sensores Remotos Universidad Simón Bolívar. Caracas - Venezuela.

El foro se centró principalmente en dar una revisión muy rápida (por cuestiones de tiempo) a los ecosistemas marino-costeros afectados, basándose en la experticia y conocimiento de ponentes con trayectorias de trabajo en la zona. A nivel de los organismos, sólo se hizo referencia específica al grupo de las aves asociadas al Parque Nacional Morrocoy y al Refugio de Fauna de Cuare; estando muy generalizadas las referencias a otros recursos y en específico a los recursos ícticos del área, los cuales se convierten en una obligada y reiterada referencia dada su importancia e implicaciones en la actividad pesquera del área. Por tal motivo, se hace un repaso rápido de las implicaciones de un evento de tal magnitud sobre el recurso íctico.

SOBRE LOS RECURSOS ÍCTICOS

Antes de ahondar en la materia, es bueno aclarar que hablar de recursos ícticos no es lo mismo que hablar de recursos pesqueros. En el primer caso, el término solo se restringe a los grupos de organismos vertebrados acuáticos que poseen aletas, respiran por branquias y que generalizamos como “peces”; que a nivel científico incluiría a organismos mandibulados* de las clases condrictios (peces de esqueleto cartilaginosos, como tiburones y rayas) y osteíctios (la mayoría de los peces con esqueleto óseo). El segundo término comprende una gran variedad de grupos de organismos que tienen algún grado de interés para la actividad pesquera, sea para fines alimenticios (humanos o animales) o para comercialización de sus productos (medicina, belleza, etc.); que a nivel científico abarcan organismos que van desde los incluidos en el reino Protista (donde se ubican actualmente a las alga rojas, pardas y verdes) hasta una variedad de organismos de distintos Phylum del reino Animalia, como por ejemplo: poríferos (esponjas), equinodermos (erizos), moluscos (bivalvos, caracoles, pulpos y calamares), artrópodos (donde se ubican diferentes crustáceos como cangrejos, camarones, langostas) y los cordados (que abarcan gran cantidad de organismos incluidos en los grupos “peces”, anfibios y reptiles).

*se conoce un tercer grupo de organismos vertebrados acuáticos bastante primitivos que poseen aletas, respiran por branquias y que incluyen a organismos sin mandíbulas, denominado peces ciclóstomos o agnatos; cuya mayoría de especies se han extinguido y de las que actualmente solo sobreviven las lampreas y los mixinos.

Adicionalmente, es bueno recordar que el ambiente acuático, y más específico el marino, contiene organismos representantes de casi la totalidad de los grupos taxonómicos conocidos, de los hasta ahora seis reinos aceptados; la mayor diversidad con respecto a los otros ambientes que se puedan indicar. Adicionalmente a esta alta diversidad, se suma la alta complejidad espacial de un ambiente que es tridimensional y está altamente interrelacionado por el cuerpo de agua; y que, a los efectos prácticos de poder estudiarlo, se ha fraccionado en diferentes ecosistemas. A nivel de los recursos ícticos, no solo los asociamos a un tipo de ecosistema específico (arenoso, rocoso, coralino, de praderas de “pastos marinos” o de aguas abiertas), sino que también a uno de los estratos verticales de la columna de agua; catalogándolos como pelágicos (si desarrollan sus actividades exclusivamente en la columna de agua), bentónicos (si las desarrollan asociados al fondo) o demersales (si las desarrollan interactuando entre ambos). Algunos “peces” puede que restrinjan sus actividades a un espacio específico que coincida con el fraccionamiento ecosistémico realizado, sin embargo una parte de ellos sólo suelen ser residentes temporales de estos espacios, ya sea que estén cubriendo una etapa de su vida o sean atraídos por condiciones favorables entre estaciones (en nuestro caso asociadas a los períodos de lluvia, sequía e intermedios) o del ritmo circadiano (cambios entre el día y la noche). Esto deja en evidencia que, para cada ecosistema, vamos a observar una composición de especies que tendrá una fracción constante y otra que irá cambiando conforme a condiciones ambientales y la etapa del desarrollo de vida del organismo.

A este punto también se hace necesario puntualizar que, los organismos que agrupamos dentro de esa etiqueta de “peces”, pasan por diferentes estadios de vida, las cuales involucran generalmente una etapa inicial (como huevos –larvas), seguida de una etapa juvenil (que presenta características de adulto pero sin haber logrado el desarrollo sexual) y que concluye con su etapa de adulta (que rige a partir de su primer desarrollo de gametos sexuales en sus órganos reproductivos); todas ellas, etapas características en las especies con estrategias reproductivas ovíparas, sin desmedro de las estrategias ovovivíparas (la etapa de huevo es interna) o vivíparas (todo el desarrollo inicial es interno y ya producen un juvenil) y que son menos abundantes en la generalidad de esta agrupación de organismos. En su etapa inicial, los organismos son predominantemente planctónicos, lo que los hace muy susceptibles a ser desplazadas por las corrientes en el agua, ya poseen una movilidad nula (huevos) o escaza (larvas), en las que son desplazadas en distancia por las corrientes horizontales, producidas principalmente por los vientos, y verticales, por los cambios de densidad de la columna de agua durante el día y la noche; en estas etapas conforman lo que se conoce como ictioplancton. Al culminar su etapa larval, son organismos de tallas pequeñas con características del adulto, en las que ya poseen una capacidad activa de nadar, por lo que deben buscar un ambiente que les provea refugio y alimento para lograr su desarrollo. Ya en su etapa adulta, con capacidades de natación plenas, la alimentación sigue siendo un motor impulsor para su asociación a un ambiente de forma perenne o temporal; sin embargo, la reproducción, sobre todo el encontrar sitios adecuados para el desarrollo de su progenie puede ser el impulsor para la permanencia o migración a ecosistemas más someros.

UN RESUMEN RÁPIDO DEL ÁREA

Golfo Triste ha sido definido arbitrariamente como una región marino-costera natural, ubicada al noroccidente de la región central del país, que Pérez Nieto y col. (1977) delimitan con la línea de costa continental entre Punta Turiamo (10°28'N - 67˚50' W) y Punta Tucacas (10˚53'N - 68°13'W), adicional a la línea correspondiente a la isobata de los 90 metros para delimitar la porción marina. Esta región abarca las costas de los estados Aragua (una pequeña porción al occidente), Carabobo, Yaracuy (asociada a la desembocadura del río Aroa) y Falcón. (en su porción más oriental). Es en el primer tercio costero oriental de esta región donde se ubica la Refinería El Palito; identificada como el punto desde donde partió la mancha del derrame.

Figura 2.- Imagen de GoogleEarth con la ubicación de los vértices de Golfo Triste y la ubicación de la Refinería El Palito.

PÉREZ NIETO H.; ALMEIDA P.E.; THOMAZ AJ.; ROA PALMA V. & MARTIN L. 1977. “Geología y biología litoral y marina de Golfo Triste. Región Centro Occidental de Venezuela”. Proyecto CONICIT DF-SI-02D4. Caracas - Venezuela.

Como se observa, es una extensa región sobre la que hay escasos estudios que involucran la ictiología o las pesquerías de la zona; mismos que son intermitentes en el tiempo, pero que sin embargo abarcan un período de tiempo bastante extenso. La mayor parte de estos estudios fueron adelantados por investigadores adscritos al Instituto de Tecnología y Ciencias Marinas (INTECMAR) de la Universidad Simón Bolívar (USB), a través de proyectos de investigación propios o de servicio, para algunas de las empresas ubicadas en esta zona; adicionalmente a que la zona también ha servido para la formación y desarrollo de profesionales de esta casa de estudio, quienes han desarrollado sus trabajos de tesis y de ascenso en esta porción marina. Sin duda que la porción más estudiada corresponde a la del Parque Nacional Morrocoy; donde también se cuentan algunos importantes aportes de investigadores de la Universidad Central de Venezuela y la Universidad de Carabobo. Lo que revelan claramente estos estudios es que:

1. todos los ecosistemas, de la zona costera somera, son predominantemente áreas de reproducción y cría para una gran variedad de especies ícticas; en las cuales principalmente buscan disponer de alimento y resguardo para su desarrollo.

2. Se conoce poco de los ecosistemas y los recursos en las zonas más profundas del área (generalmente mayores a 15 m de profundidad); más allá de las interrelaciones que se asumen por la presencia de los organismos en las zonas más someras (atribuidas a su migración) y de algunas especies pelágicas superficiales que son objeto de las pesquerías.

3. hay un predominio de ejemplares pequeños en las zonas someras, ya sea que son etapas tempranas de desarrollo (desde ictioplancton y/o hasta juveniles) de especies que residen de manera temporal en estas etapas o hasta adultos de especies que poseen tallas pequeñas que son residentes perennes del área.

4. la presencia de ejemplares grandes, en estas zonas someras, está más asociada a especies de residencia temporal; generalmente adultos de especies que buscan áreas de reproducción y desove, sin desmedro de algunos depredadores que permanecen más permanentemente en el área y mientras haya una provisión continua de alimento.

IMPACTOS EN LOS RECURSOS ÍCTICOS

Para abordar el tema del impacto del derrame, primero hay que hacer una separación entre lo que es evidente y tangible, de aquello que no es tan evidente y es menos tangible (requiere investigación). Lo que mayor alarma causa y más preocupa, al público general y a una mayoría de ambientalistas poco conocedores de la materia, es lo evidente y tangible que tiene que ver con:

1. el aspecto visual tiene que ver con la macha del derrame: el hasta dónde llegó, a quien manchó y que se hagan labores de recolección que permitan invisibilizar el evento; y

2. las implicaciones tangibles a corto plazo: el riesgo de mortalidad o la mortalidad misma de los organismos (de tamaño visible) que muestran evidencias visuales de haber estado en contacto con el derrame (están impregnados).

Ambos son aspectos rápidamente medibles o cuantificables y no requieren mayores herramientas ni conocimientos científicos; adicional a que una vez superado el estado de alarma, ya no pesarían en la conciencia colectiva del evento.

Por otro lado, para un más reducido número de personas, que comprende el grupo de conocedores o versados en la materia, el abanico de preocupaciones es mucho más ancho y requiere de esfuerzos (labores de campo y mediciones, dedicarle energías, apoyos económicos, etc.) para realizar los estudios pertinentes que los hagan evidentes y tangibles; los cuales inician no solo desde el “¿dónde se originó?” (para establecer responsabilidades) y el “¿que se derramó?” (producto y composición), sino que pasan por ámbitos específicos de área profesionales tan diversas como preguntas hay y que culminan con los efectos a futuro del evento presente. Estas áreas no solo se restringen exclusivamente a profesionales en lo mero biológico-ambiental, sino que también abarca impactos en lo social, lo económico y de salud.

A nivel de los recursos ícticos, se podría desglosar que los efectos a estudiar van desde las consecuencias de un impacto físico sobre los organismos de este grupo (organismos que fueron impregnados, manchados o tocados); pasando por un impacto químico de los compuestos químicos presentes y sus transformaciones en el medio que entran en contacto con estos recursos (incorporados por contacto o por ingesta) y que conllevan sus implicaciones al impacto biológico producido a nivel individual (sus efectos a nivel genético, molecular, fisiológico, conductual), a nivel de la población (stock) de un recurso especifico (sus efectos sobre abundancia e incorporación de nuevos individuos a cada etapa de desarrollo y reproducción) y a nivel del ecosistema (sus efectos en la composición y diversidad de la comunidad).

Los componentes del impacto físico van a ser la parte más evidente y tangible del evento, pues causaran una mortalidad, a corto plazo, que será visible y contabilizable en ejemplares juveniles y adultos de diversas especies, particularmente demersales y bentónicas. Sin embargo, será el componente ictioplanctónico del recurso el más afectado en cantidad y por la mortalidad (no será visible ni cuantificable sin un estudio adecuado) dado que no disponen de mecanismos de movilidad que les permitan huir; lo cual a largo plazo traerá como consecuencia una disminución en la abundancia de las especies involucradas, por efecto de pérdida del reclutamiento de nuevos individuos, y que se sostendrá a más largo plazo por la pérdida de población reproductiva de cada especie. El plazo de duración de este efecto estará asociado al tiempo de duración del ciclo de vida de cada especie; en especies cuyo ciclo de vida (de huevo a adulto) sea de un año o menos, la recuperación irá más rápido que en aquellas con períodos más largos. La mortalidad a largo plazo de individuos que fueron afectados por el evento, que no fue suficiente su contacto para morir de inmediato (parcialmente manchados o tocados), seguramente no van a estar contabilizados en la memoria colectiva del evento.

Para poder entrar a considerar los componentes del impacto químico, se entra en un ámbito menos tangible que se complica; pues hasta la fecha, se desconoce con exactitud la cantidad y se ignora aún más la composición del material vertido (compuestos y elementos químicos presentes). Datos que son importantes no solo desde el momento de conocerse el derrame, sino que también cobran importancia en diferentes etapas del evento, por las transformaciones que sufre el vertido en su exposición a factores ambientales; permitiéndonos tener una idea de las pérdidas que este material derramado sufre por procesos reactivos (ej.: por fotólisis) . Es bueno aclarar en este punto, para quienes desconocen de la materia, que un derrame de petróleo no es una sola sustancia uniforme, sino que es una mezcla de sustancias y elementos químicos en una composición característica única que permite determinar hasta de donde proviene específicamente. Las características y propiedades de cada uno de esos compuestos y elementos (ej.: volatilidad, afinidad para mezclarse o no con el agua, entre otras) son las que mejor reflejarán su presencia en el ambiente y, en el caso de los recursos ícticos, tendrán gran relevancia para determinar la principal vía de incorporación, su tránsito dentro del cuerpo y el destino final de cada una de ellas.

Figura 3.- Evolución y principales comportamientos de las manchas de petróleo (modificado de CETMAR, 2020)

De acuerdo con las características y la concentración inicial de cada sustancia o elemento del derrame en el agua, se podrá encontrar una fracción disuelta en el agua (de aquellos que son hidrofílicos) o incorporada al material en suspensión (sea que estén adheridas o absorbidas); mientras que en los casos que parte del crudo derramado llega hasta el fondo, puede formar parte de los sedimentos (adherida o absorbida a los mismos) o contenida en el agua entre los espacios de las partículas de sedimento (agua intersticial). A los organismos se va a incorporar por alguna de las vías relacionadas a la difusión (contacto con piel o branquias) y/o la ingesta (procesos de absorción digestiva); siendo que su potencial tóxico va a depender de las distintas concentraciones a que se expongan al contacto o que se acumulen al interior de cada organismos. Por sus características, habrá algunos que solo pasen por el cuerpo, pues los mecanismos de excreción del cuerpo serán capaces de expulsarlos de manera más expedita a la que entran; mientras que otros casos se encontraran mayores dificultades para su excreción y se acumularan en al interior del cuerpo del organismo (bioacumulación). Este proceso de bioacumulación en los organismos puede desatar procesos posteriores relacionados a como los procesos metabólicos los traten (biotransformación) y si esta acumulación persista en los sucesivos eslabones de la trama trófica a la que pertenezca la especie (biomagnificación).

Para aquellos organismos juveniles y adultos que lograron superar el impacto físico del derrame, por sus capacidades natatorias, sería lógico indicar que en primera instancia se tendría que apuntar a estudiar a los organismos con hábitos alimenticios sobre organismos filtradores, organismos del bentos y a los detritívoros; cosa que resulta totalmente cierta bajo condiciones iniciales de exposición. Posteriormente, dada la naturaleza de permanencia crónica de algunas de estas sustancias o elementos, habrá que apuntar hacia que los organismos de los niveles tróficos superiores, que se alimentan de forma consuetudinaria sobre estos eslabones (filtradores, bentónicos y detritívoros) o los que se alimentan directamente de ellos, van a ser los más afectados; sobre todo con más intensidad aquellos organismos de hábitos residentes más que los temporales o migratorios. Esta permanencia crónica va a seguir causando efectos tóxicos (letales o subletales) en las distintas especies y en las distintas etapas de desarrollo de estas.

A nivel del impacto biológico es claro que se tendrán elementos de las dos visones inicialmente descritas y que abarcan los ámbitos de preocupación que van desde la público general hasta las de los especialistas:

1. la porción más evidente y tangible: asociada a una mortalidad en tiempo inmediato de ejemplares de tamaños visibles y que serán considerados, lógicamente, como parte del impacto físico.

2. La porción no tan evidente y menos tangible: de efectos subletales (no causantes de mortalidad), a todos los niveles temporales, y letales (causantes de mortalidad), a mediano y largo plazo, que ocurrirán de manera diferencial en cada una de las etapas de desarrollo de los individuos y niveles estructurales de la organización biológica; los cuales no causarán alarma y/o no serán asociados a la memoria colectiva del evento.

La presencia de las diversas sustancias y elementos que componen un derrame de hidrocarburos va a alterar las condiciones naturales de entorno donde están presentes los organismos y, pese a que muchos podrán pensar que una limpieza los eliminará completamente, muchos de estas permanecerán por largos períodos de tiempo. Aquellas que lleguen a estar biodisponibles y se incorporen a la composición del organismo (xenobióticos) causaran alteraciones al normal desenvolvimiento de los individuos, las que van desde lo individual y microscópico a lo grupal macroscópico. La Figura 4 muestra solo algunas de las alteraciones más comúnmente estudiadas; las cuales no son evidentes ni tangibles, salvo con la realización de los estudios adecuados. La cantidad de energía que demanden estos cambios harán que sean desde cambios imperceptibles (efectos no letales y poco probables de medir), pasando por los perceptibles (efecto subletales de mayor o menor cuantía hasta cambios espaciales temporales) y hasta las alteraciones definitivas (desaparición espacial de los organismos <migraciones a otras áreas> hasta mortalidad). Estas alteraciones no solamente van a ser diferentes entre las especies presente, sino también lo serán según el estadío de desarrollo de los ejemplares de cada especie; claro está que en respuesta a la composición y concentración, su disponibilidad a los diferentes organismos y al tiempo de exposición de cada sustancia o elemento químico.

Figura 4.- Alteraciones, más comúnmente estudiadas, que se evidencian en los organismos ícticos; por la presencia de sustancias xenobióticas que están biodisponibles en el entorno.

¿QUÉ HACEMOS AHORA?

La presencia de estas sustancias ya es un hecho, con efectos que van desde lo individual, pasando por el nivel poblacional, y culminando a niveles de la composición de la comunidad (el ecosistema); no solo con la realidades más o menos evidentes y tangibles (mortalidades a diferentes niveles) sino con secuelas en el tiempo de este evento. Para algunos, el paso a la acción de limpieza visual será la panacea; siendo suficiente y satisfactorio. Sin embargo, como ya se dijo en el foro, el remedio puede ser peor que la enfermedad en muchos casos. Adicional a que las mismas, en base a los hechos público y notorios observados en noticias y redes sociales, se hace sin un protocolo claro y sin equipos adecuados de resguardo de la salud (por decir lo menos); adicionalmente contando con que una vez embolsado ya está solucionado, sin considerar la disposición final de estos desechos (trasladar el efecto a otra localidad).

Para un grupo menos numeroso y altamente curioso (investigadores y científicos), la realidad presente y las consecuencias futuras de estos eventos (derrames recurrentes) son las de más alta preocupación; generándose tal multiplicidad de interrogantes que es bueno sentarse a considerar las prioridades de las preguntas a responder y separar por prioridad las que deben contestarse a corto plazo, mediano y de largo plazo. Obviamente que las que más domina el público general serán las que ejerzan más presión para ser respondidas; que no son necesariamente las que más necesitan respuestas.

Empezando por los niveles macroscópico y grupal (población y comunidad), una de las primeras preguntas necesarias para los recursos ícticos podría ser si se cuenta con una serie temporal larga de estadísticas oficiales o habrá que recurrir a conocimiento de pescadores (preferiblemente con registros)?, con la finalidad de reconstruir la historia previa que permita evaluar el estado presente (corto plazo) y la historia futura (mediano y largo plazo). Indudablemente se ejercerá presión para develar las respuestas de aquellos recursos ícticos que forman parte de los recursos pesqueros aprovechados; no solo los de la zona afectada, pues debe haber quedado claro que a estos niveles el efecto va más allá de la zona impactada. El impacto sobre las etapas más tempranas, del ciclo de vida de estos organismos, subsecuentemente tendrá impactos en la biomasa de los ejemplares que reclutan a la pesquería y de merma en sus reproductores, que generarán una descendencia más pobre en cantidad (con lo cual el efecto se mantiene a más largo plazo); sin desmedro de ejemplares en etapas más avanzadas que ya sufrieron algún tipo de alteración importante por estar en contacto con elementos o sustancias del derrame y ajenas a su ambiente natural. Sería bueno conocer las acciones y estudios que adelanta el Organismo Nacional de Ordenación Pesquera y sus entes asociados, como lo es el Centro Nacional de Investigación de Pesca y Acuicultura (CENIPA), pues hasta la fecha no se ha encontrado un pronunciamiento oficial. Seguramente que, eliminando sesgos que actualmente existen entre las instituciones, se podría trabajar en conjunción con los talentos nacionales existentes en nuestras universidades y otras organizaciones; los cuales están preparados para atender esta situación y el cúmulo de preguntas derivadas del evento; pues son muchas y muy variadas las preguntas que se pueden generar, partiendo desde lo más microscópico, individual e interno (con importancia real por su posible impacto en asuntos de salud pública) se juntan a lo macroscópico y grupal (dependiendo del grado de afectación).

SITUACIÓN A NIVEL DE LAS INSTITUCIONES

Figura 5.- Ministro de Ecosocialismo Oswaldo Barbera realizando inspección al avance de las jornadas de saneamiento por la presencia de hidrocarburos

Si luego de prestar lectura, a la información aquí brindada, concuerda con la declaración realizada por el Ministro de Ecosocialismo Oswaldo Barbera, quien en su declaración en la red social Twitter aseguró que “pudimos corroborar que no hubo afectación a su fauna y flora por el incidente”, queda entendido que su preocupación solo abarca hasta lo visualmente evidente y tangible, como también ocurre con quienes solo lo circunscriben espacialmente al Parque Nacional Morrocoy y el Refugio de Fauna Silvestre de Cuare; pues, para el caso de los los recursos ícticos, los impactos irán más allá de estos límites y del aspecto de la simple biodiversidad. Lo segundo es especialmente entendible en el contexto de los servicios ecosistémicos que prestan a los usuarios (recreación y esparcimiento) y a las comunidades aledañas (fuente de ingresos económicos por turismo y pesca). Aunque existe un grupo de personas, más limitado en número, con un abanico mucho más amplio de interrogantes y mayores preocupaciones (menos evidentes y tangibles), que incluso son más importantes de lo que se ve; las cuales requieren respuestas y de realizar los estudios pertinentes.

Evaluar a plenitud todas las aristas de un evento de esta magnitud y complejidad, requiere del trabajo coordinado de un equipo multidisciplinario e interinstitucional de profesionales calificados y de una institución con la experticia en su coordinación; ya que se requiere evaluar no solo lo ambiental, sino lo social, lo económico y las implicaciones en salud pública al menos. El país cuenta con los profesionales y son pocas las instituciones, que en el ámbito marino, han conjuntado este tipo de equipo y realizado trabajos de tal envergadura geográfica; por lo que no hay que buscar afuera (salvo algún caso específico tal vez). Tal experticia institucional reside en el país, pues el Instituto Oceanográfico de Oriente de la Universidad de Oriente (por su antigüedad) y el Instituto de Tecnología y Ciencias Marinas de la Universidad Simón Bolívar (por la mayor cantidad de estudios recientes realizados) han logrado la realización de estudios de “Líneas Base Ambientales” y “Estudios de Impacto Ambiental, Socioeconómico, Cultural y Salud” en áreas marino-costeras del país con bastante éxito; sin desmedro de algunas consultoras ambientales, cuya plantilla de profesionales es mucho más limitada. Sin embargo, para concretar estos estudios es necesario y se requieren apoyos humanos de personal, económicos para funcionar e institucionales para actuar; por lo que hay que considerar todas las participaciones e iniciativas que logren convocar las organizaciones civiles ambientalistas, adicional al enorme esfuerzo que ya adelanta la Sociedad Venezolana de Ecología al respecto. Es tiempo de todos en conjunto, no de esfuerzos de instituciones gubernamentales individuales y aisladas.

INFORMACIÓN DISPONIBLE

SEGUIMIENTO DEL DERRAME POR PERCEPCIÓN REMOTA

Profesor Eduardo Klein _Laboratorio de Sensores Remotos de la Universidad Simón Bolivar - @diodon321 (Twitter) - eklein@usb.ve

INICIATIVAS DE INVESTIGACIÓN (propuestas e información)

Sociedad Venezolana de Ecología (SVE) - http://www.svecologia.org - @SVEcologia (Twitter) -

INICIATIVAS DESDE LA SOCIEDAD CIVIL (Denuncias)

Fundación Azul Ambientalistas - http://www.azulambientalistas.org -- @fundacionazul (Twitter)

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